El Rab Ishmael HaCohen nació en la ciudad de Modena, Italia, en 1723. Fue considerado el rabino más importante (poseq) de su generación en Italia. También fue un rabino muy querido por todos sus feligreses. A pesar de su gran intelecto, solía hablar a los miembros de su comunidad en un lenguaje sencillo y en su nivel de entendimiento.
Rabí Ishmael sirvió a la comunidad judía de Módena durante más de 30 años, pero en la práctica él fue el principal referente rabínico de toda Italia durante su vida. Escribió miles de Teshubot (Responsa rabínica) respondiendo a las preguntas enviadas por los judíos italianos desde todos los rincones del país. Fue muy elogiado por todos sus colegas contemporáneos, entre ellos el famoso rabino Yosef Jayim David Azulay, el Jida, z»l.
Los tiempos del rabino Ishmael fueron los tiempos de los primeros reformistas en Europa. Muchos de estos «iluminados» proponían cambios radicales en el judaísmo, reformar la Tora a los tiempos modernos y remover del judaísmo su dimensión nacional. Rabí Ishmael se estableció a la vanguardia de la batalla contra la reforma, salvaguardando el judaísmo tradicional contra las nuevas oleadas de asimilación.
Escribió muchos poemas religiosos (pizmonim, baqashot), algunos de ellos eran cantados cada Shabbat en su sinagoga.
También escribió:
Sefat Emet: una colección de sus discursos sobre la Parasha de la semana.
Shebaj Pesaj. Un libro que explica la Hagadá de Pesaj y las leyes de esta festividad.
Su libro más famoso es zera’ emet (זרע אמת) una colección de cientos de Respuestas rabínicas sobre diversos temas legales. Esta obra es fundamental ya que es uno de los primeros libros que aborda cuestiones que surgieron en los tiempos modernos, lo cual requiere una figura Halajica respetada con la autoridad para establecer nuevos precedentes jurídicos.
El nombre del libro zera’ emet («La verdadera descendecia») merece una breve explicación. Rabí Ishmael no tuvo hijos. Y aunque, como el mencionó en su libro, él amaba y cuidaba a cada uno de sus alumnos como si fueran sus propios hijos, consideró a este libro su verdadero «legado (=descendencia) para la posteridad». En la introducción de zera’ emet cita a la hermosa analogía que nuestros Rabinos escribieron para expresar la «inmortalidad» que adquiere un estudioso de la Torá que escribe un libro relevante. Dijeron que cuando los lectores leen las palabras de un estudioso de la Torá que falleció «sus labios se mueven en su tumba», (siftotav dobebot baqaber), es decir, el acto de leer y estudiar revive las palabras del autor, con lo que su legado y su memoria vuelven de nuevo a la vida.
Rabí Ishmael haCohen falleció en Módena en 1811