Treinta días después de Pésaj conmemoramos Pésaj Shení o el segundo Pésaj.
Este día no es un día de fiesta formal, en hebreo Yom Tob. Hoy no tenemos que privarnos de trabajar o hacer cualquier melajá. Pésaj Shení es mencionado por la Torá en Bamidbar 9: 1-14 cuando Moshé anuncia que el Qorbán Pésaj, el sacrificio de Pésaj, un cordero, solo podía ser ofrecido por personas que estuvieran ritualmente puras.
Algunos hombres se acercaron a Moisés y le comunicaron que habían estado en contacto con un cuerpo sin vida lo que los hacía «impuros» e imposibilitados de participar del Qorbán Pésaj, el día que correspondía, es decir, el 14 de Nisán. Entonces Dios le indicó a Moshé que en el futuro, si alguien no puede participar del sacrificio de Pésaj en el momento debido, debido a la impureza, o por no encontrarse en el lugar del Tabernáculo o del Bet haMiqdash, debería realizar el sacrificio de Pésaj 30 días después de Pésaj, es decir, el 14 de Iyar. Todo esto se aplica cuando tenemos el Bet haMiqdash, el gran Templo de Yerushalayim, en pie. Pero cuando no tenemos el Templo no existe ninguna observancia práctica de Pésaj Sheni porque de cualquier manera, ya no podemos realizar el sacrificio original de Pésaj el 14 de Nisán.
En la mayoría de las comunidades celebramos Pésaj Shení de la siguiente manera:
1. En algún momento del día comemos Matzá, que nos recuerda el Qorbán Pésaj. La costumbre sefardí es recitar la bendición mezonot por la Matsá y la costumbre Askenazí es decir Hamotzí. No hay ningún requisito respecto a cantidad mínima de Mataá que uno debe consumir. También podemos comer Jametz como lo hacemos regularmente.
2. Decimos yehí shem en lugar del viduy (o confesión, una oración que se suspende en ocasiones alegres) desde la oración de Minjá del día anterior.