sábado, noviembre 23, 2024
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GENESIS 1: 6 ¿Qué ocurrió el segundo día de la Creación?

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Uno de los temas menos entendidos en la historia Bíblica de la creación del mundo es qué ocurrió en el segundo día de la Creación. El texto dice que en ese día Dios separó «las aguas de arriba de las aguas de abajo», lo cual alude claramente a la creación de la lluvia . Pero por diferentes motivos, especialmente por la interpretación (equivocada!) de un Midrash que relata la plegaria de Adam por la lluvia luego de los seis días de la Creación, el importantísimo acto del segundo día de la creación fue reinterpretado de distintas maneras: separación de entes metafísicos; agua que existe más allá de nuestro planeta, etc. Increíblemente, estas interpretaciones se trasformaron en la  explicación convencional de la obra del segundo día; algo que puede ser confirmado simplemente preguntándole lo siguiente a cualquier alumno de cualquier escuela judía del mundo: «¿Qué hizo Dios el Segundo día de la Creación?». Yo hice esta pequeña prueba y ningún alumno (ni sus maestras!) contestó: «La lluvia».

Como explicamos ayer, también según Maimónides (Moré Nebujim  2:30) el mecanismo del ciclo del agua, que permite la producción de la lluvia, fue establecido por el Creador en el segundo día de la Creación, al dividir las aguas superiores (nubes) de las aguas inferiores (océanos).  Así también lo explica , pero con mucho mas detalle, el Rab Moshé Jefets en su libro Melejet Majashebet pgs. 10-11, edición Viena, y el rab Menashé ben Israel en su libro «El Conciliador».

Al ignorar la creación de la lluvia (y del sistema climático) se presentan nuevos interrogantes que le quitan al relato de la Creación su deliberado realismo y la posiblidad de ser entendido de una manera lógica y no metafísica (דברה תורה כלשון בני אדם).  Por ejemplo: ¿Cómo pudo existir la vegetación –creada durante el tercer día– sin que existiera la lluvia?. Hay otros puntos que también resultan más claros cuando no pasamos por alto la creación de la lluvia, como por ejemplo, el concepto de «creación progresiva», es decir, la noción de que los elementos creados el día 1 son necesarios para el día 2 –y los siguientes días– y los elementos creados el día 2 son necesarios para el día 3, etc.   Veamos por ejemplo lo que explica Rashbam, el nieto de Rashí  (Francia, 1085-1158) . Para Rashbam el viento mencionado en el segundo versículo de la Torá fue utilizado por Dios para separar el mar de los continentes en el día 3.  Luego, las plantas son necesarias para la producción de oxigeno libre y para la alimentación de los seres vivos creados durante el día quinto.     Dicho sea de paso, Rashbam confirma que las palabras «Ruaj Eloquim» del segundo versículo de la Torá no significan «espíritu Divino» (un concepto demasiado cercano a la idea no judía de «espíritu santo») sino que significan:  «un viento poderoso», como lo explican Eben Ezra y Radaq, o «un viento [que sirve como instrumento de creación] Divino» que es la explicación del Targum Onquelos, Maimónides, etc.   Para Rashbam el Creador utilizó un poderosísimo viento para secar los continentes y crear la tierra firme de la misma manera que Dios utilizó un poderoso viento para abrir el mar rojo cuando salmos de Egipto. La única diferencia es que el viento de la creación se llama ruaj eloquim («eloquim» es entendido como superlativo de «poderoso») y el de la apertura del mar, mucho más limitado en su espectro, fue llamado Ruaj (qadim) azá, «un viento fuerte».

Para la creación de la lluvia y del sistema climático hacia falta otro elemento: el sol.  Dejando de lado la interpretación de la mayoría de los sabios (Ribbi Aqibá, Rashí, Maimonides, etc.) en las escuelas judía también enseñan (equivocadamente) que el sol fue creado el cuarto día de la creación.  Lo cual también, obviamente, despierta un sinnúmero de preguntas de física o biología elemental: ¿Cómo podia existir la lluvia, o las plantas, sin que existiera el sol? ¿Cómo podía existir el día y la noche sin el sol?  Estas preguntas desaparecen por completo cuando seguimos la explicación de Ribbí Aqibá, ampliamente aceptada por los Rabinos del Talmud y más adelante por rashi (Gen 1: 14, etc) pero por alguna razón ignorada por los docentes judíos modernos, de que el sol fue creado en el primer acto de Creación: Genesis 1, Versículo 1.

El tema de la creación del sol durante el primer día (que resulta en la pregunta:  ¿qué fue creado entonces en el cuarto día de la creación?) da para mucho más.

A los lectores que quieren aprender más acerca del relato Biblico de la Creación del mundo desde un punto de vista judío y rabinico les sugiero leer mi libro Awesome Creation. En Español: «Creación».

(Ver Aquí:   https://nagrelaeditores.es/publicaciones/creacion/)

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