sábado, noviembre 23, 2024
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Yirmiyahu y la oportunidad que perdimos de evitar la destrucción del Templo.

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En los días del rey Yoyaquim HaShem le habla al profeta Yirmiyahu y le dice que vaya al Bet haMiqdash y transmita este mensaje:
CAP 26: 1-6  «Así dice HaShem, …así le dirás… a todos [los que vienen de] las ciudades de Yehudá …no omitas ni una sola palabra. Tal vez te hagan caso y se arrepientan de su mal camino. Si así lo hicieran,  [Yo también] desistiré del mal que pensaba hacer [con el Bet haMiqdash y Yerushalayim]  por causa de sus malas acciones. Tú les advertirás que así dice HaShem: ‘Si no me obedecen ni se rigen por la ley que Yo les he entregado,  y si no escuchan las palabras de mis siervos los profetas, a quienes una y otra vez he enviado y ustedes han desobedecido,  entonces haré con esta casa lo mismo que hice con Shiló’.» 
Aquí el profeta demuestra cuál es realmente su misión. La profecía que anuncia la destrucción del Bet haMiqdash , en este momento, todavía puede ser evitada.  HaShem envió a los profetas para salvar a Su pueblo de las consecuencias  de su mal proceder. Al Bet haMiqdash le puede pasar lo que le pasó al Mishkán de Shiló, destruido por los Filisteos en los tiempos del profeta Shemuel. Pero, si el pueblo se arrepiente y corrigen su proceder, la destrucción se puede evitar…
La pregunta es: ¿Cómo reaccionó la gente que estaba en el Bet haMiqdash ante estas palabras? ¿Aprovecharon la advertencia de Yirmiyahu para corregirse?
Los Sacerdotes, y los falsos profetas, que eran los líderes del Bet haMiqdash, querían condenar a Yirmiyahu a morir. Ellos veían que este nuevo profeta amenazaba su autoridad y liderazgo y comenzaron a linchar a Yirmiyahu. ¿Cómo se justificaron? Acusaron a Yirmiyahu  de ser portador de malas noticias. Los falsos profetas anunciaban que todo estaba bien. Señalaron a Yirmiyahu como hereje y demandaron su ejecución. Con mucha hipocresía los sacerdotes y los falsos profetas decían: ¿Cómo es posible que este hombre diga que el Bet haMiqdash se va a destruir? Acaso piensa que HaShem no tiene el poder para evitar la destrucción de Su Santuario?
Pero como ya lo explicamos, para HaShem el edificio del Bet haMiqdash, sus paredes, sus recintos y sus techos no significan nada si el pueblo no se conduce con integridad.  Las personas que actúan mal no pueden  venir al Bet haMiqdash a limpiar los pecados que conscientemente seguían cometiendo. El ritual religioso, si no está acompañado de una conducta religiosa, es una forma de cinismo y sacrilegio.
Las fuertes palabras de Yirmiyahu contra esta actitud hipócrita hablan por sí mismas:
CAP 7: 3- 11 «Enmienden su conducta y sus acciones, y yo los dejaré seguir viviendo en este país.  No confíen en las palabras engañosas que [los falsos profetas] repiten: ‘¡Éste es el templo del Señor, el templo del Señor, el templo del Señor [que nunca será destruido]’ .   Si corrigen su conducta y sus acciones, si practican la justicia los unos con los otros,  si no oprimen al extranjero ni al huérfano ni a la viuda, si no derraman sangre inocente en este lugar, ni siguen a otros dioses …  entonces los dejaré seguir viviendo en este país, en la tierra que di a sus antepasados para siempre…. [pero hasta ahora] ustedes …roban, matan, cometen adulterio, juran en falso, queman incienso al Baal, siguen a otros dioses que jamás conocieron, ¡y luego vienen y se presentan ante Mí en esta casa que lleva Mi nombre [el Bet haMiqdash] , y dicen: ‘[Aquí] Estaremos a salvo’, para luego seguir cometiendo todas esas abominaciones! ¿Creen acaso que esta casa que lleva Mi nombre es una refugio de ladrones? «. 
Los Yehudim dejamos pasar la oportunidad de hacer Teshubá, de absorber el mensaje del profeta arrepentirnos. Y al poco tiempo la ciudad de Yerushalayim y su Templo fueron destruidos…. Las palabras de Yirmiyahu, lamentablemente,  no fueron escuchadas en su generación. Pero fueron escritas para las generaciones del futuro. Para nosotros. En estos días que vienen, que son días de duelo nacional, nuestra misión principal es dedicarnos a la introspección, recordar los errores de nuestros antepasados para corregirlos y no repetirlos jamás.
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