Solemos oír acerca de la «circuncisión» en el contexto del Berit Milá, la primera Mitzva que un niño judío experimenta en su vida, que consiste en remover el prepucio, la capa cutánea, que cubre el órgano masculino.Nuestra Parashá , Equeb, describe en uno de sus Pesuquim , versículos, un tipo diferente de circuncisión: la circuncisión del corazón. Pero, ¿qué es la circuncisión del corazón? La Tora dice (Deuteronomio 10:16.): «Y circuncidareis el prepucio de vuestro corazón …». ¿Que es el prepucio del corazón?
Nuestros corazones son capaces de crear una capa cutánea virtual, invisible al ojo, pero absolutamente real. En Hebreo, como en español, el corazón es el órgano asociado con las emociones, el amor y la sensibilidad («Te quiero con todo mi corazón», «Tiene un corazón de oro..», etc). El prepucio del corazón se va formando, por ejemplo, cuando dejamos de sentirnos incómodos frente a las cosas malas que suceden a nuestro alrededor.
EQUEB: A corazón abierto en Calcuta
Nuestros corazones pueden volverse insensibles a la injusticia o al dolor. ¿Cómo? Es un proceso… Seguramente la primera vez que presenciamos un acto de injusticia o engaño contra los más débiles o inocentes, nos sentimos mal, molestos. Pero, ¿qué pasaría con nuestro corazón si viviéramos en un ambiente donde «todos» practican la injusticia, el engaño y la corrupción? En esas circunstancias, lamentablemente, uno termina adaptándose («adaptarse o morir» dicen en ingles), y la forma de adaptarse es desarrollando un prepucio virtual sobre el corazón, que lo «protege», lo aísla de la sensibilidad. En un extraordinario mandamiento la Tora nos previene acerca de esta cobertura cardiaca y nos dice: «No dejes que tu corazón sea cubierto por un prepucio a su alrededor» . «No te adaptes a la injusticia». «No te sientas cómodo alrededor de la corrupción». «No dejes de sentir que algo está mal cuando todo el mundo actúa mal». Esta es la circuncisión del corazón.
Hay algo más. La Tora dice que HaShem se interesa por los huérfanos, por las viudas y que Él defiende a los pobres y los desposeídos, a los individuos que sufren. HaShem nos pide que no nos permitamos perder nuestra sensibilidad hacia los demás, dejando que nuestros corazones estén cubiertos por una gruesa capa cutánea. Yo tenía un amigo, z»l, que solía viajar por negocios a Calcuta, India, una de las ciudades más pobres del mundo. Me contó que el primer día que llegó, no lo podía soportar. Al ver a tantos mendigos en la calle, especialmente niños, ciegos, deformes, discapacitados, rogando por una moneda. Su corazón estaba al borde del colapso… Pero lentamente se fue acostumbrando a ver gente sufriendo a su alrededor. Un día ya no se sintió incómodo alrededor de todos esos pobres niños y jóvenes y se dio cuenta de que para él se convirtieron en una parte normal del paisaje de Calcuta. En ese momento, al notar que su corazón se había cubierto de una piel dura e insensible, llamó a todos los pobres de la cuadra y los invitó a todos a almorzar. Esta gran hombre fue capaz de identificar su propio «prepucio-cardiaco» e inmediatamente lo extirpó de su corazón.
La circuncisión del corazón exige una autoevaluación constante de nuestros sentimientos, sobre todo, de la ausencia de sentimientos. Si detectamos una capa cutánea alrededor de nuestro corazón tenemos que actuar inmediatamente. La práctica de la justicia y los actos de Jesed (caridad, bondad, generosidad) son el «Berit Milá, el mejor antídoto para remover la insensibilidad de nuestros corazones.
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