Como muchos de mis lectores habrán notado, en estos últimos días estoy escribiendo en honor a mi tío el Jajam Yosef Faur haLevi z”l refriéndome a una de sus clases sobre “4 gigantes de Sefarad”. Hasta ahora mencionamos al rab Ibn Paquda, al Rab Yehuda haLevi y al Rab Abraham Eben Ezra. Y ahora, en esta última presentación, nos referiremos al “gigante de los gigantes”: Maimónides.
Ribbí Moshé ben Maimón, también conocido como HaRambam o Maimónides, nació en la ciudad de Cordoba, España , en 1135 y falleció en Egipto en 1204.
Es imposible y absolutamente injusto dedicar un simple email para describir la vida y obra de uno de los rabinos más importantes de todos los tiempos. Aparte de ser un gran Rabino y líder comunitario, Maimónides fue también un eximio filosofo, un gran médico -el precursor de la medicina preventiva – y un gran conocedor de la matemática y la astronomía. Pero el tema que nos va ocupar hoy es Maimonides como jurista, legislador.
No es posible apreciar la monumentalidad de la obra de Maimónides si uno no tiene una idea clara de lo que es el Talmud (y viceversa).
EL OCEANO TALMUDICO
El Talmud, sus 60 tratados y 2.711 paginas, cubre la tradición oral judía y es la base de la jurisprudencia bíblica y rabínica. El Talmud o Guemará, cita a la Mishna, las mas antigua edición de la ley oral judía, y luego registra un gran número de debates en los cuales esa Mishná se analiza exhaustivamente, en términos de su autoría , su lenguaje, su alcance, su aplicación, sus excepciones, etc.. Hace falta una forma especial de razonar (que se va adquiriendo en la medida que uno se adentra en el Talmud) parea comprender el Talmud. Y si bien. hoy tenemos una gran cantidad de traducciones y explicaciones, hace falta mucho entrenamiento para seguir el ritmo de la discusión talmúdica. Aparte de eso, un tema que tiene que ver, por ejemplo, con Shabbat, puede encontrarse o redefinirse cuando el Talmud analiza una Mishná que trata sobre daños y perjuicios (neziquín). Y para determinar la ley o Halajá uno no solo tiene que comprender el Talmud sino conocerlo en forma exhaustiva, porque como explicamos, las referencias son cruzadas. Maimonides, que tenia un condimento total del talmud ( y del Yerushalmí, Toseftá, Baraytot, Midrashé Halajá, Geonim, etc.) identificó todas las leyes, las formuló en un perfecto y clarísimo hebreo y las reorganizó en 14 tratados, con 1.000 capítulos con un promedio de 16 Halajot, or artículos de ley cada uno.
¿MAIMONIDES ELITISTA?
En mis propias palabras, el Talmud es como un vasto mar con decenas de miles de perlas muy difíciles de recoger . Las perlas, que están en el fondo del mar, se encuentran diseminadas a muchos kilómetros de distancia una de otra. Maimónides hizo lo imposible e inimaginable. Dedicó su vida a bucear en el fondo del vastísimo océano del Talmud y fue recogiendo una por una “todas las perlas del mar talmúdico”. Las subió a la superficie, las depuró, las examinó y las clasificó con exquisitez por colores, tamaño, forma, peso, etc. Y finalmente nos presentó un perfecto catalogo con 1.000 categorías de perlas y más de 16.000 especimeins de perlas preciosas. (he hecho un esfuerzo por describir el Talmud y la monumentalidad de la obra de Maimonides, pero releo lo que escribí y creo que no es suficiente para apreciar el talmud o el Mishné Torá…) .
Uno de los aspectos que discute el Jajam Faur es el supuesto “elitismo” de Maimónides. Cuando en realidad fue todo lo contrario. Por siglos el judío común no tenia acceso a la ley judía. No había forma que supiera la ley que tanto quería cumplir porque no tenia acceso al Talmud! De hecho, la ley, era determinada por los Rabinos, en base a lo que comprendían del Talmud. Lejos de perpetrar lo que se podría percibir como elitismo, Maimónides presentó la ley en un estilo y en un lenguaje que era accesible para el pueblo, para el judío promedio. Esta fue su gran genialidad.
¿QUE ES EL RACIONALISMO?
El Jajam Faur también demuestra la verdad sobre el supuesto “racionalismo” de Maimónides.
¡Nada más lejos de la verdad!. En su libro “Homo Mysticus”, donde el Jajam Faur expone las ideas de su “Guía para los perplejos”, explica esta tema a la perfección.
Hay 3 niveles de intelectualidad.
1. La gran mayoría del mundo se deja llevar por su imaginación. impresiones, sentimientos, impulsos, opiniones populares, lo que hacen los demás. Muy pocas personas se detienen a pensar y se rigen estrictamente por su intelecto. ¿Cuánta gente, por ejemplo, come y consume solo aquello qule hace bien y deja de comer lo que no le favorece?
2. En un segundo nivel, superior la primero, están las personas inteligentes, racionales, que solo hace, dicen, consumen, y llevan a la práctica lo que está bien. Y no solo saben lo que está bien: también adquieren la disciplina para perfeccionar su carácter, controlar sus impulsos, y guiarse por su razonamiento. Una persona que se guía por la razón es un “racionalista”.
3. Pero para Maimónides si bien la razón es un nivel superior al de la imaginación, no es la maxima aspiración de un ser humano. Hay algo más allá de la razón: la Revelación. La Sabiduría Divina revelada en la Torá. La Sabiduría divina no esta limitada a la razón. Prueba de ello es que los judíos nos guiamos por preceptos que entendemos y también por preceptos que están más allá de nuestro limitado razonamiento. Maimonides no era racionalista, era revelacionista (¡acabo de inventar una palabra!) o “Toraní”
Es muy posible que quienes imaginan a Maimónides como racionalista se basan en que Maimónides rechazaba enérgicamente todo tipo de “supersticiones” incluyendo supersticiones religiosas muy de moda en su tiempo (algunas de las cuales, increíblemente, persisten en nuestros días). Para Maimonides, la astrología, la necromancia, la adivinación, por ejemplo, eran vestigios de ‘abodá Zara (idolatría) y representaban al entorno del hombre primitivo, pre-racional.