Si bien la rebelión judía contra Roma culminó con la destrucción de nuestro Bet haMiqdash, también demostró el coraje y la determinación de los Yehudim para luchar por obtener un estado judío independiente.
La rebelión, llamada en hebreo HAMERED HAGADOL comenzó en el año 66. Los judíos se atrincheraron en la ciudad de Yerushalayim, que estaba protegida por muros muy poderosos.
Los Yehudim, sin embargo, no tenían un frente unido. Y al mismo tiempo que se enfrentaban al ejercito romano, también se peleaban entre sí: los que querían rebelarse contra Roma, liderados por Menajem haGuelilí, contra el ejercito judío de Agripas II junto a los saduceos, que se negaban a rebelarse contra Roma.
Menajem había atacado la famosa fortaleza de Metsadá (Masada) y se había hecho con muchas armas capturadas de los romanos. Ahora Menajem utilizaba estas armas contra el ejercito de Agripas que contaba con unos 2.000 soldados. Estas batallas civiles duraron una semana, con la victoria de Menajem. Menajem también derrotó al ejercito Romano y mató a todos los soldados apostados en Jerusalem.
Por el otro lado, se organizó un nuevo comando judío liderado por El’azar hijo del gran sacerdote Jananyiá. El’azar ordenó que no se ofrecieran más sacrificios en el Bet haMiqdash en honor al emperador romano. Esta era una clara señal de que los judíos ya no aceptaban la autoridad de los romanos y se estaban declarando como un estado independiente de Roma.
En Yerushalayim la situación era muy tensa. El’azar se enfrentó con Menajem, diciendo que Menajem se comportaba como un tirano. “No queremos cambiar a un tirano [el emperador de roma] por otro tirano {Menajem]”, dijo El’azar. El’azar se enfrentó al ejercito de Menajem y ejecutó a su líder.
Mientras tanto, los romanos que estaban perdiendo la guerra en Yerushalayim, decidieron vengarse de los Yehudim que vivían en otras ciudades de Israel: Acco, Ashquelón, Cesárea, etc. Flavio Josefo reporta que decenas de miles de judíos fueron masacrados por los romanos en este periodo. Roma envío un gran ejercito con un total de 40.000 soldados al mando de Casius Galus para sofocar la rebelión en Jerusalem. Mientras avanzaba desde el norte, Casius arrasaba y hacia incendiar toda ciudad y pueblo judío que encontraba en su camino. Esto también hizo que la rebelión judía contra Roma se expandiera fuera de Yerushalayim y contará con más apoyo interno.
Cuando llegaron a Jerusalem, los romanos sitiaron la ciudad y los soldados se organizaron en formación de ataque. Los Yehudim estaban preparados para defender la ciudad con sus vidas. Los romanos atacaron durante seis días consecutivos. Trataban de escalar el muro con unas torres especiales, pero los Yehudim resistieron y repelieron el ataque. Josefo cuenta que los romanos hacían una formación militar llama “la tortuga”: se protegían con sus escudos de cualquier ataque desde arriba de la muralla, mientras azotaban con terribles golpes la puerta de la ciudad tratado de derribarla o incendiarla. Casius también intentó con arqueros, para debilitar las defensas judías apostadas en las altas torres de la muralla, pero los Yehudim también resistieron.
Durante seis días el ejercito de Casius lo intentó todo, pero no pudieron quebrar las defensas judías. Y entonces, ocurrió lo que nadie esperaba: Casius sorpresivamente emprendió la retirada. Los historiadores no están seguros si esto se debió a que Casius subestimó la capacidad de los Yehudim para seguir adelante con su rebelión, o si su ejercito no estaba lo suficientemente organizado, o si no contaba con los suministros necesarios para su ejercito, ya que las milicias judías comandadas por otro líder, Shimón ben Guiorá, se encargaban de emboscar y destruir a las caravanas que traían refuerzos y suministros para Casius. Esta retirada fue un verdadero milagro. Y si hubiéramos permanecido unidos, dijeron nuestros Sabios, con la ayuda de HaShem, nunca nos habrían vencido.
Mientras los Yehudim celebrábamos esta milagrosa victoria, el emperador Nerón preparaba una nueva ofensiva contra la ciudad, esta vez al mando del experimentado comandante Vespasiano.
Es muy interesante ver como la victoria de los Yehudim se reflejaba en la vida diaria. Cuando derrotaron a Casius Galus los Yehudim recuperaron su libertad y como parte del celebración de esta victoria acuñaron su propia moneda, el shequel, símbolo de la nueva autonomía judía.
Las monedas romanas estaban ilustradas con una imagen de Hércules u otros dioses paganos. Las monedas judías se ilustraban con una copa (moneda del lado izquierdo), que representaba al Brt hMiqdash y sus objetos sagrados, o un Lulab, un Etrog, o una granada (lado derecho) , uno de los frutos especiales de la tierra de Israel.
El texto, escrito en hebreo antiguo, decía por ejemplo: ALEF LEJERUT TSION , es decir, “Año 1 de la independencia de Zion”.
En la moneda que presentamos en la imagen arriba dice, del lado derecho, AÑO 4, SHEQUEL ISRAEL, y del lado izquierdo se menciona el lugar donde estas monedas fueron acuñadas YERUSHALAYIM QUEDOSHA, “Jerusalem, la [ciudad] santa”.
(Continuará….)