viernes, noviembre 22, 2024
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LOS JUDÍOS EN EGIPTO: De la prosperidad a los impuestos y de los impuestos a la esclavitud

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En las próximas líneas explicaremos que la esclavitud a la que sometió el Faraón egipcio a los judíos tuvo dos fases, con dos propósitos distintos.
EXODO 1:11: Entonces impusieron sobre ellos capataces para debilitarlos con duros trabajos. Y los judíos edificaron para Faraón las ciudades fortificadas de Pitom y Ramsés.
En la primera fase de la esclavitud el Faraón hace trabajar a los hijos de Israel para construir Pitom y Ramses. Los judíos trabajaban “para el gobierno”. Esta esclavitud era un procedimiento “legal”, impositivo.  El monarca egipcio –irónicamente desde el tiempo de Yosef –era también el “Amo y Señor” de todos los egipcios. Los egipcios eran sus súbditos y el Faraón podía demandar de ellos cualquier tipo de servicio: sumarse a su ejército para defender su territorio o trabajar en los proyectos de construcción que el soberano consideraba necesario.
En esta primera fase, el trabajo de los judíos consistía en construir las ciudades de Pitom y Ramses, que según la interpretación más aceptada, eran fortificaciones posiblemente de uso militar. Este dato no es superfluo. Estas fortificaciones no eran construidas con ladrillos comunes (adobe, ver  aquí  ) como las casas o templos, sino con piedras talladas. Podemos suponer que los judíos trabajaban en las canteras extrayendo la roca, tallándolas (“los egipcios fueron los primeros en emplear la piedra tallada para erigir templos, pirámides y otras edificaciones monumentales” idem) y cargando las pesadísimas piedras, que a veces, como en el caso de las pirámides, pesaban varias toneladas, y montarlas una encima de la otra.
Por último, debemos comprender cuál era el verdadero propósito de la esclavitud impositiva en esta primera fase. Cuando el Faraón pronuncia su famoso discurso de propaganda denunciado el supuesto peligro que los judíos representan para Egipto, propone un plan estratégico para afectar su procreación. Esclavizarlos y hacerlos trabajar en la construcción de día y de noche, era la manera de evitar que cuando regresaban a sus casas no tuvieran ni el tiempo ni la energía de procrear. Así, de una manera sofisticada, legal y no violenta ( הבה נתחכמה לו ) se reduciría significativamente la tasa de natalidad de los judíos. La construcción de estas fortificaciones, por lo tanto, no era el propósito de la esclavitud, sino la excusa para frenar el crecimiento demográfico de judíos. Pero, como la Torá lo dice explícitamente en el próximo versículo, el plan del Faraón no produjo los resultados esperados.
EXODO. 1:12: Pero cuanto más oprimían [a los judíos con trabajos forzados, los judíos] más procreaban y más se multiplicaban. Y los egipcios se sintieron amenazados por los hijos de Israel. 
El plan del Faraón falló. El pueblo de Israel no se debilitó sino que, por el contrario, se fortaleció y siguió creciendo.
En este punto, el Faraón decide comenzar con la fase 2 de la esclavitud de los hebreos, los trabajos forzados que se consideran “parej”.
EXODO 1:13: Y entonces los egipcios hicieron trabajar a los hijos de Israel con “párej” (=de manera permanente).

ויעבידו מצריים את-בני ישראל בפרך

LA SEGUNDA FASE DEL CAUTIVERIO 

Explicamos anteriormente que la primera fase del cautiverio egipcio no fue lo que normalmente se conoce como “esclavitud». De hecho en los versículos 11-12 la palabra esclavitud no está mencionada. En esa primera etapa el Faraón demandó de los judíos un tributo, un impuesto, laboral: la construcción de las fortificaciones de Pitom y Ra’amses. Más que «esclavitud», este fue un periodo de “trabajos forzados”. Demandar estos tributos laborales no era poco común. Ni ilegal. Lo que sí era excepcional es el motivo que el Faraón expresó explícitamente para demandar estos trabajos forzados a los judíos: Debilitarlos. Empobrecerlos. Agotarlos mental y físicamente, para que no se pudieran reproducir más y poco a poco desaparezcan de Egipto.

Pero la Torá dice que el plan del Faraón no funcionó.  Los judíos lejos de debilitarse se fortalecieron . Nuestros Sabios lo atribuyen al heroísmo,  la valentía y el sacrificio de las esposas judías. Ver aquí.

El Faraón entonces puso en marcha la segunda parte de su plan. Ahora, por primera vez, se menciona la esclavitud, definida con la palabra clave “parej”, que significa esclavitud perpetua. Es decir, el sometimiento incondicional del esclavo al amo (chattel slavery).

ESCLAVOS y PRISIONEROS

Para comprenderlo mejor, recordemos que en la primera fase,  la de los “trabajos forzados”, los judíos tenían que cumplir con la misión asignada: construir los proyectos del Faraón.  Los judíos debían obtener o pagar por el material de estos proyectos, las piedras , etc. Y podían dedicarse a la construcción personalmente o contratar trabajadores que lo hicieran por ellos. Una vez terminando el proyecto, podían regresar a sus vidas y a su rutina.

En la segunda etapa, “párej” los judíos no tenían asignado un trabajo específico. Ahora fueron declarados esclavos perpetuos de los egipcios. Su tiempo, las 24 horas de cada día, le correspondía a sus amos. Sus amos disponían totalmente de su tiempo y determinaban el tipo de trabajo que le querían asignar. Este tipo de servidumbre no era la esclavitud clásica de los sirvientes que se compraban y vendían en el mercado de esclavos. Esta terrible esclavitud estaba reservada para los prisioneros de guerra, los del bando enemigo, los individuos hacia los cuales se sentía una gran animosidad. Ahora, los judíos ya no eran tratados como “trabajadores” cuya labor había que aprovechar; sino como enemigos, a los que había que eliminar.

EL GENOCIDIO

Esta intención del Faraón también se percibe cuando analizamos el contexto en el cual comienza el cautiverio de los judíos. La Torá menciona que al principio el Faraón pretendía frenar la natalidad judía. Ahora, cuando esto falla, el Faraón persigue un objetivo superior: el genocidio de los judíos.  La esclavitud tenía como propósito matar a los judíos y aprovechar la mano de obra gratis en el proceso.

Tal como ocurrió en los campos concentración, la vida de los prisioneros judíos no tenía ningún valor. Ni siquiera un valor laboral. Pensemos en los millones de esclavos africanos que fueron llevados de África a América, Estados Unidos o Brasil en el siglo 18 y 19.  Estos esclavos se adquirían a un alto precio. Lo amos los explotaban en las plantaciones de algodón o tabaco (los hacían trabajar 18 horas por día!) pero también cuidaban de ellos. Si un esclavo se lastimaba o se enfermaba el amo se preocupaba por él y lo hacía ver por un doctor.  Esto no lo hacían por compasión sino por conveniencia. Para cuidar de “suss bienes”. En algún sentido, los amos trataban a estos esclavos “tan bien” como trataban a sus animales.

Pero el caso de los prisioneros esclavizados era diferente.  En los campos de concentración no había enfermerías para atender a los prisioneros enfermos o heridos.  El tratamiento hacia estos individuos era mucho pero que el tratamiento a los animales. Cuando se enfermaban se los dejaba morir, o los se los mataba. Eran mano de obra absolutamente descartable. Los prisioneros eran tratado con animosidad. Y eran “aprovechados” como mano de obra gratuita para el beneficio de fábricas y empresas hasta que morían de hambre, enfermedad o extenuación. Y luego se los reemplazaba por el siguiente prisionero, que nunca faltaban. Se los sometía deliberadamente a los trabajos más peligrosos e insalubres, como la extracción del lodo del Nilo o del carbón en las minas de Mauthausen, porque el propósito no era el producto del trabajo sino la solución final.

Extermination through labour (or «extermination through work», Vernichtung durch Arbeit) was the practice of concentration camps in Nazi Germany to kill prisoners by means of forced labour.

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