martes, diciembre 3, 2024
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Un Faraón y dos parteras

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LA SOLUCIÓN FINAL

Como explicamos anteriormente, el Faraón prepara su plan para la solución final al problema judío. El plan comienza reclutando adeptos, colaboradores. No es fácil convencer a los egipcios de que deberán denunciar y enviar a los judíos a los campos de trabajo (concentración), y que luego deben matar a los bebes hebreos. Después de todo, los judíos habían sido vecinos de los egipcios durante varias generaciones. Para lograr la colaboración de su pueblo, el Faraón pronunció el famoso discurso inflamatorio antisemita en el que acusa a los denuncia a los judíos como poderosos y traidores: demoniza a los judíos para reclutar colaboradores de su pueblo. ¡Y tuvo éxito!

DESOBEDIENCIA CIVIL

La primera fase del plan de Faraón se hace en secreto. Para evitar el crecimiento demográfico del pueblo judío, el Faraón ordena a las parteras que maten «discretamente» a los bebés. Probablemente golpeando sus cabecitas en la piedra sobre la cual las mujeres judías dan a luz. Lo principal era que parezca un accidente. Pero, sorpresivamente, ¡las parteras deciden desobedecer al Faraón! Los sabios tienen diferentes opiniones acerca de la etnicidad de estas parteras. ¿Eran hebreas o egipcias? El texto bíblico es ambiguo. hamyaledot hairbriot podría entenderse como parteras «judías», o parteras egipcias «que asistían a las madres judías a dar a luz».

Hoy exploraremos esta segunda opinión, que en mi opinión, es compatible con la narrativa textual peshat y representa entre otros la opinion del Rab Don Isaac Abarbanel ( ולא היו עבריות, כי איך יבטח לבו בנשים העבריות שימיתו ולדיהן, אבל היו מצריות מילדות את העבריות, ר»ל עוזרות אותן ללדת, כמו שנאמר ‘בילדכן את העבריות’.»). Estas parteras que se negaron a cumplir las órdenes del Faraón y dejaron que los niños vivieran son presentadas con sus nombres «Shifrá» y «Puá».

Este extraordinario acto de coraje no puede ser tomado a la ligera.
Vamos a analizarlo un poco más en profundidad.


¿QUÉ HICIERON LAS PARTERAS? 

Las parteras desobedecieron una orden directa del hombre con suprema autoridad en Egipto, considerado «un dios», el gobernante del país más poderoso del mundo, en el momento del apogeo más alto de Egipto, el comienzo de la 18va dinastía. Este no fue un acto común de renunciar a las tareas asignadas: fue un acto de rebeldía , de desobediencia civil, quizás el primero que se registró en la historia de la humanidad.


¿POR QUÉ LO HICIERON?

¿Por qué las parteras dejaron vivir a los niños judíos? La Torá lo explica con palabras simples pero muy profundas. «vatirena hamyaledot et haEloqim», estas mujeres no judías «temieron a Dios». Aunque el tema del temor a Dios es muy profundo, mencionaré 3 breves ideas.

Primero, en la Torá, el temor a Dios (=Eloqim) aparece muchas veces también en el contexto de la conducta de los no judíos. Cuando se trata de un contexto judío, se menciona el temor a HaShem, mencionando el «nombre propio» de Dios (A- do- nay). Esto le da más peso a la interpretación de que estas parteras no eran judías.

En segundo lugar, el «temor a Dios» es lo que impide que una persona haga algo incorrecto, negándose a hacer algo que está mal «a los ojos de Dios». El «amor de Dios», por el otro lado, es lo que lleva a alguien a actuar con generosidad, entrega, bondad. El amor de Dios es activo, el temor de Dios es pasivo, ¡pero no menos importante!.

En tercer lugar, y quizás lo más importante, es que el temor de Dios se presenta en oposición al temor al hombre, en este caso, el temor a un tirano. Las parteras abrazan el el temor a Dios y minimizan el temor al Faraón. Y en cierta manera, están dispuestas a aceptar el castigo –la tortura y la ejecución– que merecerían por desobedecer al Faraón.


¿QUÉ PRECIO PAGARON POR SU DESOBEDIENCIA?

El Faraón recibe la denuncia de que lo han desobedecido y las cita a su corte para demandar una explicación. Las parteras presentan sus argumentos, y argumentan que las mujeres judías dan a luz solas, de manera natural (חיות הנה), por su cuenta, y cuando ellas llegan para matar a los bebes varones ‘por accidente’ ya es demasiado tarde para que no se note. Según una interpretación no muy conocida (de vaya’as lahem batim), el Faraón no las perdonó, sino que las envió a prisión (batim, que en español significa «casas»). Siguiendo esta interpretación, estas mujeres pagaron con la cárcel «casas de confinamiento perpetuo» por su valiente accionar para salvar a los niños hebreos.


¿CÓMO FUE RECOMPENSADO SU ACTO DE VALENTÍA?

Pero hay otra interpretación de la palabra «batim»: que no significa confinamiento sino «dinastia»

Finalmente, es maravilloso –pero no fuera de lo común– que la Torá mencione a estas parteras e indique que gracias al coraje de estas mujeres no-judías, el pueblo de Israel se salvó. Creo que también es posible, aunque no recuerdo que ningún comentarista lo haya explicado de esta manera, que este acto de valentía haya inspirado a la hija del Faraón, quien, desafiando la voluntad de su padre, salvó a un niño hebreo de una muerte segura.Ese niño era Moisés.

YAD VASHEM (Recordando Nombres)

Para concluir, y siempre siguiendo la opinión de que estas parteras no eran judías, vale la pena señalar que probablemente como muestra de gratitud la Torá mencionó a estas parteras con sus nombres , Shifrá y Puá y así, el acto de valentía de estas simples parteras quedó grabado en la memoria del pueblo judío, en honor a su coraje. Vale la pena notar que, al mismo tiempo, el nombre de Faraón, el hombre más poderoso de la tierra, no está mencionado, como si este monarca cruel no mereciera ser recordado…


Finalmente, siento que es imposible no conectar la manera en que la Torá rinde homenaje a la memoria de estas valientes mujeres y la forma en que el el pueblo judío y/o el Estado de Israel rinde homenaje a la memoria de los individuos gentiles, חֲסִידֵי אֻמּוֹת הָעוֹלָם, como Schindler, que arriesgaron o sacrificaron sus vidas para salvar vidas judía. Este es el caso, entre otros, de Irena Sendler, una enfermera católica polaca que salvó a 2.500 niños judíos en el Holocausto. Aquí se puede apreciar que los judíos no nos olvidamos de rendir homenaje a la memoria de quienes nos ayudan, y que recordamos sus nombres. En el pasado y en el presente. 

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