La última de las siete leyes de Nóaj es un mandamiento positivo. La Mitsvá de designar jueces y oficiales.
Este es el lenguaje de Maimónides sobre este asunto.
¿De qué manera los hijos de Nóaj deben cumplir el mandato de establecer tribunales de justicia? Están obligados a establecer jueces y magistrados en cada ciudad importante, para juzgar de acuerdo a las Seis Leyes anteriormente mencionadas y advertir a la gente sobre su cumplimiento. Si un Ben Nóaj infringe una de estas leyes será sentenciado con la pena capital … Y esta es la razón por la cual los habitantes de Shejem fueron responsables por la pena capital… porque cuando Jamor secuestró a [Diná la hija de Ya’aqob] los habitantes de la ciudad de Shejem fueron testigos de esto y sabían lo que Jamor había hecho, pero no lo juzgaron [y así se transformaron en cómplices de este crimen]. Un Ben Nóaj puede ser declarado culpable basado en el testimonio de un solo testigo. Y el veredicto [aunque se trate de la sentencia capital puede ser emitido] por un solo juez. Yo no se requiere una advertencia previa para ser encontrado culpable…
Maimónides, Hiljot Melajim 9:14
Hay algunas diferencias importantes entre la ley Mosaica y la Ley Noájica. En la ley Mosaica, el robo, por ejemplo, con conlleva la pena máxima. Está está reservada para casos extremos como el secuestro o trafico humano. En la ley Mosaica hace falta dos testigos para sentenciar al culpable. Y los testigos no pueden ser familiares, etc.
La ley Noájica es más estricta. El hecho que un solo testigo pueda incriminar al acusado es un buen ejemplo de la mayor dureza de esta ley.
Todas estas restricciones en la ley de Noé son consistentes con la idea que hemos expresado anteriormente. La gran diferencia numérica de leyes está así compensada con una sentencia agravada al extremo: la pena capital.
Vamos a ver algunos ejemplos de los detalles que la ley que requiere la establecimiento de cortes jurídicas indica.
El juez debe tratar con igualdad y objetividad a los litigantes.
El juez deb investigar diligentemente el testimonio de los testigos.
El juez no puede aceptar un soborno o un regalo de un litigante.
El juez no puede demostrar gestos de honor hacia uno de los litigantes.
El juez no puede actuar o juzgar por temor a la amenaza de uno de los litigantes.
El juez tampoco puede juzgar injustamente a favor a uno de los litigantes, aunque sea por lástima o compasión.
El juez no puede discriminar contra un litigante porque en el pasado fue un pecador.
El juez no puede escuchar a un litigante en ausencia del otro.
El juez no puede sentenciar a un individuo basado en pruebas circunstanciales.
Quien sea testigo de un crimen tiene la obligación de testificar ante el tribunal.
La corte no puede asignar a un juez que carece de los conocimientos de la ley.
El tribunal tiene que castigar al individuo que tome la ley en sus propias manos, y por ejemplo, ejecute al autor de un crimen.
Todas estas leyes son idénticas en la ley judía (excepto en el tipo de sentencia que se aplica a quien las viola).