jueves, marzo 28, 2024
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TEHILIM # 18: ¿Cómo se salva el búfalo de un león?

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Lo primero que sabemos de este salmo es que a diferencia de otros salmos escritos hasta este punto, el Rey David no eleva una suplica a HaShem: en este caso, su oración es una oración de gratitud.
Así dice en el primer versículo, Pasuq 1:: «Un poema escrito por David, cuando HaShem lo salvo de la mano de sus enemigos y de la mano de Shaul» (Saul, el primer Rey de Israel, que en un momento persiguió a David e intentó matarlo).
Creo que este salmo, antes de comenzar,  representa una gran lección.  Todos nos acordamos de Di-s cuando lo necesitamos. Y muy poco nos acordamos de Él para agradecerle.  Pedirle a HaShem es muy importante, pero también debemos saber reconocer Su ayuda, Su intervención y Su protección cuando estamos bien o cuando salimos de un mal momento.
El versículo siguiente, Pasuq 2 es  muy especial:
En hebreo   ארחמך ה’ חזקי.  El Rey David le dice a su Creador, «Te amo, HaShem, Tu eres quien me da fuerza».
Hay varios niveles de relacionarse con Di-os.  Hay quienes creen en Él, pero pocas veces se acuerdan de Él.  Hay quienes se acuerdan de HaShem sólo cuando lo necesitan. Hay quienes  se acuerdan de HaShem también para agradecerle. Y hay quienes piensan en HaShem todo el tiempo. Su conexión con Di-s es tan real que no pueden dejar de ver Su intervención y Su ayuda en todo lo que hacen, y percibirlo en todo lo que pasa. No pueden dejar de pensar en HaShem. Este sentimiento era el que sentía David, lo que lo llevó  a decir a HaShem: «te amo», como quien se dirige a sus padres y en señal de reconocimiento, profundo cariño y agradecimiento por todo lo han hecho por uno les dice que los ama.
Este es el nivel de conexión con Di-s que sentía el Rey de Israel.   David «ve» a HaShem en todo momento, percibe como HaShem lo quiere y lo protege. Lo cual  inspira a David a retribuir su amor al Creador.
David dice que HaShem es «Quien le da su fuerza». Veamos…. Lo que finalmente vence a aquellos grandes hombre que tienen que luchar en tantos frentes a la vez es una sensación de cansancio o agotamiento físico y emocional. Hasta para el hombre más fuerte a veces llega un momento en el que dice»No puedo más», «no me dan más mis fuerzas». David, como lo explica a continuación, estuvo cerca de caer, colapsar por agotamiento, dejar de escapara y rendirse por no haber tenido más fuerzas. Pero encontró que su fe en HaShem, saberlo allí presente, le devolvió las fuerzas que necesitaba.  Por eso lo llamó: חזקי, «mi fuerza», es decir, Tú eres quien renueva mis fuerzas» cuando estas se han agotado.
HaShem no sólo le dio fuerzas a David.  En una avalancha de motivos poéticos, todos relacionado con protección, David dice en el Pasuq 3:  ה’ סלעי ומצודתי ומפלטי אלי צורי אחסה בו מגיני וקרן ישעי משגבי.
«HaShem, Tú eres mi roca» (detrás de la cual encontré mi protección), «Tu eres mi fortaleza» (me ocultaste de mis enemigos), «Tú eres mi salvador» (me ayudaste a escapar de mis enemigos), «Tu eres mi Todopoderoso Protector» (me salvaste obrando milagros) «en Ti me refugié» (me hiciste invisible ante los que me perseguían) «Eres mi escudo» (me cuidas aún cuando no te lo pido, aún cuando no percibo que me estás protegiendo).
La próxima metáfora requiere una explicación un poco más detallada: קרן ישעי  significa literalmente, «Tu eres el cuerno de mi salvación». Para entender esta metáfora hay que imaginar una pelea entre un búfalo y un leon.  El leon es el rey de la selva y se alimenta de búfalos. Para el búfalo hay un solo elemento que lo separa de la muerte, lo único con lo cual es capaz de defenderse ante su poderoso depredador: sus cuernos. Sus cuernos son su salvación, su última linea de defensa. A David lo persiguen enemigos que son tan poderosos y voraces como los leones. David es su presa. Una presa fácil y vulnerable. «un búfalo sin cuernos». Pero HaShem lo salva de las garras y de los dientes de sus enemigos, como los cuernos salvan al búfalo.
La ultima palabra de este versículo es משגבי, «mi sostén, mi apoyo». David no tiene que arrodillarse derrotado ante sus enemigos. HaShem no sólo salva la vida de David, también salva su dignidad y su honor.
Luego de enumerar detalladamente todo lo que HaShem hizo por él, David haMelej termina este largo Mizmor asegurando que su agradecimiento a HaShem no será un evento aislado.
En el Pasuq 50 dice:
«Por todo esto, HaShem, te agradeceré públicamente ante todos los pueblos y a Tu nombre dedicaré mis poemas» .
¿Cumplió David con su promesa?  Por supuesto. David no archivó sus Salmos en un «diario personal». David escribió sus palabras de gratitud, componiendo este Salmo y gran parte del libro de Tehilim, en señal de publico reconocimiento a HaShem. Y sus palabras nos ayudan a nosotros su pueblo Israel, (e incluso a muchos otros pueblos, como David lo predijo) a encontrar la inspiración más profunda para alabar y agradecer aHashem.

 

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