sábado, noviembre 23, 2024
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PRINCIPIO 5: Rezar exclusivamente a Dios (2nda Parte)

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En la primera parte explicamos que uno de los 13 principios de la fe judía es que sólo le rezamos a «HaShem», Dios.  Y le rezamos a Él sin intermediarios. Es decir, no rezamos a «santos», «angeles» o «espíritus». Sólo y directamente a Di-s.
También explicamos que podemos y debemos rezar unos por otros, y esto no se considera una intermediación.
Lo que también podemos hacer es rezarle a HaShem y pedirle que escuche nuestra Tefilá por el mérito de nuestros ancestros. Generalmente invocamos el mérito de Abraham, Isaac y Ya’aqob.  Esto esta claramente declarado en la Amidá: «vezojer jasdé Abot» , HaShem recuerda, o sea, «considera a nuestro favor», el mérito de nuestros ancestros.
Lo que está considerado idolatría es cuando yo LE REZO a un humano o a un no-humano, vivo o muerto; a cualquier otra cosa o entidad que no sea HaShem.
Ilustración: HaShem hizo milagros a través de Moshé Rabenu, de Eliyahu haNabi , etc. . Ahora bien, REZARLE a Moshé, o a Eliyahu haNabi o a Rabbí Meir es una grave transgresión. No puedo decir por ejemplo: «Eiyahu haNabi, o Rabbi Meir,  por favor, respóndeme, sálvame, haz un milagro» etc. Esto seria  totalmente incorrecto.
Imagino que algunas personas pueden caer en este y otros errores similares involuntariamente a partir de una situación desesperada, en la que desean fervientemente  que sus oraciones sean escuchadas.
Y si bien, como explicaremos BH mañana, no hay ninguna garantía que nuestras oraciones sean siempre atendidas por Boré Olam a nuestro gusto,  nuestros Profetas y nuestros Sabios nos advirtieron qué hay elementos que garantizan que mis oraciones sean completamente ignoradas por HaShem, aún cuando le recemos directamente a Él.
Lo que puede causar que nuestras oraciones sean rechazadas por HaShem es nuestra mala conducta. Nadie describió este escenario de hipocresía religiosa mejor que el Profeta Yesha’ayahu, cuando dijo en nombre de Di-s: (1:15) «Cuando ustedes extienden sus manos en oración [hacia Mí], yo desviaré Mi mirada de Ustedes. Y aunque me ofreciesen multiples oraciones, NO los escucharé». Yesha’ayahu afirma que a veces HaShem no nos mira, ni escucha nuestras oraciones.  Ahora bien, ¿en qué situaciones HaShem rechaza nuestras oraciones? El final de este versículo 1:15 lo dice explícitamente. No escucharé vuestras oraciones porque «vuestras manos están llenas de sangre».  La gente era corrupta. Mataban, robaban, engañaban, sobornaban. No protegían ni a la viuda, ni al huérfano, ni a los pobres. Por el contrario: se abusaban de los más débiles, de los que no eran capaces de defenderse.  Esa mala gente venía al Bet haMiqdash después de cometer todas esas inmoralidades y se atrevían a orarle a Di-s, como si HaShem no pudiera ver lo que hacemos, o como si hubiera una total desconexión entre lo que hacemos y lo que rezamos, o como si a HaShem se lo pudiera «sobornar» con oraciones o sacrificios…  Y por esa razón HaShem los rechazaba, y NO escuchaba sus oraciones.
Yesha’ayahu haNabi les explicó: Con nuestro Di-s, no funciona de esa manera. HaShem rechaza la oración de los malvados.
Ahora bien, dijo Yesha’yahu: esa situación se puede rectificar. Y para que esta situación se revierta, y que Di-s esté dispuesto a escuchar sus oraciones,  Yesha’ayahu les dice: (1:16-17)«Purifíquense (=arrepintiéndose de vuestras malas acciones) …dejen ya de hacer el mal. Aprendan a hacer lo correcto. Busquen la justicia. Protejan a los oprimidos. Defiendan la causa del huérfano y de la viuda». Entonces HaShem va a escuchar atentamente vuestras oraciones.
Termino con las hermosas palabras de Rabbí Jaim Pereira-Mendes  (1852-1937) sobre este mismo tema: «La oración sin una conducta apropiada es peor que inútil. Es un insulto a Di-s. Nuestros profetas condenaron la oración y los sacrificios…. cuando nuestra conducta es inaceptable ante Di-s.  Las oraciones sin la conducta correcta…  fallan en su propósito. No podemos esperar que Di-s conteste nuestras oraciones a menos que practiquemos la justicia, la compasión y nos encaminemos modestamente ante Él.»
Continuará…
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