martes, agosto 20, 2024
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RESUMEN DE LA PARASHA VAETJANAN

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LA SÚPLICA DE MOSHÉ Y LA RESPUESTA DE DIOS
Moshe Rabbenu nos cuenta, en primera persona, que le suplicó a Dios que le permitiera entrar a la tierra de Israel. Pero Dios no aceptó su pedido y le indicó a Moshé que subiera a una montaña desde donde pudiera ver la Tierra Prometida antes de morir. Moshé instruye al pueblo judío a seguir las leyes de Dios, sin agregar ni quitar nada a los preceptos ordenados por Él. Moshé también menciona lo que  sucedió con Pinejás en Baal Pe’or para mostrarle a la gente que aquellos que son fieles a Dios fueron protegidos de la epidemia y sobrevivieron.

SER EL PUEBLO ELEGIDO
Moshé le pide al pueblo que observe cuidadosamente la Torá y aprecie la sabiduría de sus preceptos y mandamientos.  Moshé también exhorta al pueblo a no olvidar el día en que Dios hizo un pacto con nosotros en el Monte Sinaí. Les pide que los padres relaten este evento a sus hijos y a sus nietos: Dios no se apareció en una imagen o de forma visual: sólo percibimos Su voz. Hacer o adorar imágenes que representen a Dios es un pecado muy grave, que puede llevar al pueblo judío a perder su derecho a la tierra de Israel e ir al exilio. Pero Moshé prevé que incluso cuando el pueblo sea exiliado, Dios no lo abandonará. El pueblo finalmente se arrepentirá y volverá a Dios. La nación de Israel es la única que ha sido liberada de la esclavitud por Dios, y es el único pueblo que Dios ha escogido para revelarle Sus mandamientos. Moshé designa tres ciudades de refugio en el lado este del río Jordán. Estas ciudades proporcionaban refugio a un individuo que había matado a otra persona involuntariamente.

LOS DIEZ MANDAMIENTOS
La Torá reitera los Diez Mandamientos, recordando que el pacto del Monte Sinaí no se limita a aquellos que estuvieron físicamente presentes en el desierto, sino también a sus descendientes. Moshé le recuerda al pueblo que cuando experimentaron la revelación de Dios, escuchando la voz de Dios durante los dos primeros mandamientos se paralizaron de miedo y le pidieron a Moshé que Dios no les hablara directamente, porque no podían tolerar física o mentalmente esa experiencia sobrenatural y sentían que iban a morir. Moshé actuó como intermediario y a partir del tercer Mandamiento él le transmite al pueblo las palabras de Dios.

EL SHEMA ISRAEL
También leemos en esta Parashá el Shemá Israel. El primer párrafo contiene los principios fundamentales de nuestra Torá: la existencia y unidad de Dios; el amor que debemos tener por Dios; la obligación de enseñar la Torá a nuestros hijos; y recordar nuestros deberes hacia Dios a través de Tefillin y Mezuza.

LOS PELIGROS DE LA RIQUEZA

Dios le promete al pueblo que heredaría una tierra de bendición y abundancia (Israel). Pero Moshé le advierte al pueblo que cuando hereden esa abundancia, no deben olvidar al Creador que les proporcionó esa riqueza. Los padres también deben enseñar a sus hijos a observar todos los mandamientos de la Torá. Los judíos éramos esclavos del Faraón hasta que Dios nos sacó de Egipto para servirlo a Él. La gran diferencia entre servir al Faraón y servir a Dios es que el Faraón quería que le sirviéramos para su propio beneficio. HaShem, sin embargo, es como un padre que ama a sus hijos y les pide que lo obedezcas y sigan sus instrucciones por su propio bien. Dios quiere de nosotros lo que un padre quiere de sus hijos: la felicidad que le otorga a un individuo una vida basada en principios, rectitud y generosidad.

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