¿Qué vio el profeta Ezequiel?

הִנֵּה אֲנִי פֹתֵחַ אֶת-קִבְרוֹתֵיכֶם וְהַעֲלֵיתִי אֶתְכֶם מִקִּבְרוֹתֵיכֶם עַמִּי; וְהֵבֵאתִי אֶתְכֶם, אֶל-אַדְמַת יִשְׂרָאל
יחזקאל ל»ז
Esta es una semana muy simbólica, que marca la transición entre dos hitos históricos importantísimos, diametralmente opuestos, que afectaron y cambiaron profundamente al pueblo judío. Por un lado, este pasado martes lloramos y lamentamos en Yom HaShoah, el Día de la Memoria del Holocausto. Por otro lado, este martes a la noche celebraremos Yom ha’Atzmaut, el día de la Independencia del Estado de Israel.  Los judíos hemos sufrido incontables persecuciones, matanzas y pogroms. En todas las tierras y en todos los tiempos. Pero nunca vivimos algo tan siniestro como la Shoah. Tanto en términos absolutos como relativos, nunca hubo una matanza tan devastadora de judíos como la ocurrida en Europa entre 1940 y 1945. Cuando ya nadie se atrevía a oponerse al Tercer Reich, como se ve claramente en la película The Darkest Hour (Las horas más oscuras) , de Winston Churchill. O cuando los Nazis exterminaron a medio millón de judíos de la comunidad Húngara en solo 6 meses. O cuando Erwin Rommel estaba preparando las cámaras de gas en Túnez para transportar allí y gasear a todos los judíos del Norte de Africa, Palestina, Siria, irán e Irak. Nunca el pueblo judío percibió que su final estaba tan cerca. Nunca perdimos tanto la esperanza, o como dijo el profeta Yejezquel,   אבדה תקוותינו  (nuestra esperanza se ha perdido)  y sentimos que estábamos  irremediablemente condenados a morir. O ya muertos. Había llegado el final. Y entonces, en solo 3 años, que en términos de la milenaria historia judía es menos que un abrir y cerrar de ojos, el gran milagro que la Torá (Debarim 30) y todos nuestros profetas habían prometido hace tanto tiempo atrás, finalmente ocurrió. Comenzó el KIBBUTS GALUYOT, el regreso del pueblo de Israel a nuestra tierra. HaShem, literalmente, abrió nuestras tumbas, nos sacó desde abajo de la tierra y nos trajo de regreso a la hermosa tierra a Israel.
Hace mucho tiempo, más de 2500 años atrás, el profeta Ezequiel tuvo una visión profética (nebuá) muy especial. En esta visión (Capítulo 37) HaShem transportó a Yejezquel a un valle. Y en ese valle había huesos. Muchos huesos. Huesos humanos. Secos. No hay nada más muerto que un hueso seco. Ezequiel lo vio y no dijo nada. Y entonces, en esa visión, HaShem le dijo a Ezequiel: «Hijo del hombre: ¿Crees tu que estos huesos podrán volver a la vida?» Y Ezequiel, en una combinación de humildad, estupor y sentido común respondió «HaShem, sólo Tú puedes saberlo».  Y entonces hubo un ruido ensordecedor. Y los huesos empezaron a moverse. Se juntaron con otros huesos y formaron esqueletos. Y los esqueletos se revistieron de venas, nervios y carne. Y finalmente se cubrieron de piel. Ahora ya no eran huesos sino cuerpos humanos. Pero sin vida. Cadáveres. Y entonces HaShem le dijo a Ezequiel: «Profetiza para que a estos cuerpos les llegue vida …. que se introduzca en estos cuerpos y que vuelvan a vivir.» Y así fue. «Y un hálito de vida ingresó en esos cuerpos y se pusieron de pie. Era un gran ejercito, muy numeroso». Y entonces HaShem le dijo al profeta Ezequiel: «Hijo del hombre, estos huesos son la casa de Israel. Ellos dicen: ‘nuestros huesos se han secado, se ha perdido nuestra esperanza, hemos sido condenados [a desaparecer].’ Por eso, quiero que profetices y les digas [al pueblo de Israel]: así dice HaShem, Dios, he aquí que Yo abriré vuestras tumbas, y los levantaré de vuestras tumbas y los llevaré a la tierra de Israel…
Es imposible no conectar esta intensa profecía con 1945 y 1948.
En 1945 estábamos condenados a desaparecer. Éramos huesos secos, o quizás peor que huesos secos: estábamos hechos cenizas. Y entonces, cuando ya todos pensaban que habíamos desaparecido, que ya nunca más volveríamos a ser un pueblo, que todas las milenarias profecías nunca se cumplirían, ocurrió el milagro más grande: HaShem abrió nuestras tumbas, nuestros crematorios, nos levantó y nos devolvió la vida. Pero allí no terminó Su misión: luego ocurrió lo inconcebible, aquello que nadie se hubiese atrevido a anticipar o incluso soñar. HaShem cumplió lo que nos prometió: Regresamos a nuestra tierra, y establecimos el Estado de Israel, tal como Ezequiel lo había profetizado: «y cuando abra vuestras tumbas, y los saque de ellas, pueblo Mío, y los conduzca a vuestra tierra, sabrán que Yo, HaShem, lo he prometido y lo he cumplido».



YOM HAATZMAUT: Tres milagros en la guerra de la Independencia de Israel    

UNA VICTORIA SEGURA

El día en que los líderes judíos declararon el establecimiento del nuevo Estado de Israel, el 14 de mayo de 1948 (5 de Iyar de 5718), los países árabes vecinos le declararon la guerra y comenzaron una invasión por todos los frentes, absolutamente seguros de su triunfo. Israel tenía muchas desventajas, pero la más notable era la falta de armamento. Recordemos que los 5 países árabes que atacaron a Israel -Egipto, Iraq, Siria, Líbano y Jordania- se habían independizado unos años antes, y tanto Inglaterra como Francia les habían vendido armamento y habían entrenado a sus ejércitos. Los países árabes contaban, por ejemplo, con 50 tanques, mientras que Israel solo tenía uno. Los árabes contaban con 200 vehículos de artillería, Israel con 2. Los árabes tenían 140 cañones, Israel solamente 5. Y la mayor desventaja era que los árabes contaban con más de 70 aviones de guerra, y al comenzar las hostilidades, Israel no tenía ninguno. Los países árabes habían advertido a Israel que si declaraba su independencia, ellos atacarían, y en realidad estaban ansiosos de que esto ocurriera, ya que las posibilidades de ganar la guerra, con absolutamente todo a favor, era del 100%. Tan confiados estaban en su triunfo que pidieron en la radio árabe a todos los palestinos que vivían en Israel y que no iban a tomar parte activa en la guerra que se retiraran del país, y les aseguraron que iban a regresar muy pronto, cuando la corta batalla hubiese terminado y todos los judíos hubiesen sido «echados al mar» (un eufemismo de «ser asesinados»). Cientos de miles de palestinos abandonaron el territorio de Israel, y de esta forma los mismos países árabes crearon el «problema de los refugiados palestinos», del cual nunca se hicieron cargo, y por el cual hasta el día de hoy, siguen culpando a Israel.

OBJETIVO FINAL: TEL AVIV

Inmediatamente después de la declaración de independencia, los aviones de combate egipcios aparecieron en los cielos de Tel Aviv y comenzaron a bombardear la ciudad sin encontrar resistencia. Estos bombardeos ininterrumpidos dejaron cientos de muertos, incluyendo mujeres y niños, y miles de heridos. Los egipcios avanzaron significativamente y llegaron hasta Ashdod, quedando a solo 30 kilómetros de Tel Aviv. La poderosa legión jordana, que había sido entrenada por los británicos y estaba siendo comandada por generales británicos (sic), logró sitiar Jerusalén y la invasión de la Ciudad Santa era inminente. Los jordanos también capturaron la ciudad de Lod y lo que hoy es el aeropuerto internacional Ben Gurion, y se acercaban a Tel Aviv desde el este. Las fuerzas iraquíes que habían atacado desde el noreste también se acercaban a Petaj Tikva y Jadera, camino a Tel Aviv. Los sirios cercaban la ciudad de Tiberia y junto con las fuerzas militares del Líbano habían aislado al Galil, el norte del país, del resto de Israel. El destino final de los ejércitos árabes era destruir Tel Aviv, que en ese entonces era la sede del gobierno de Israel y de los altos mandos de su ejército.

ESTADOS UNIDOS vs. ISRAEL

Israel no tenía cómo defenderse, ni podía conseguir armas. ¿Por qué? Porque Estados Unidos lideraba un embargo internacional que prohibía toda venta de armas a Israel, con plena conciencia y conocimiento de que Israel no podría sobrevivir al ataque de los ejércitos árabes. Era solo cuestión de tiempo para que se repitiera una nueva Shoah y el mundo, por segunda vez, actuaba como un silencioso cómplice. Todos los esfuerzos del recién creado ejército de Israel para defenderse fracasaron. Todos los pronósticos que predecían la brutal derrota de Israel se estaban cumpliendo. La superioridad militar de los ejércitos árabes era insuperable. No había ninguna manera de que los israelíes pudieran soportar los ataques ni siquiera unos días más; el final era inminente. Los árabes, muy confiados en su victoria, anunciaban que «lo que Hitler había hecho no era nada en la Segunda Guerra, comparado con lo que ellos harían con los judíos» una vez que conquistaran Tel Aviv. Y el mundo, como en un horrible dejavú del Holocausto, escuchaba y callaba. Y entonces ocurrió un gran milagro: el segundo de los tres milagros que quiero mencionar hoy. Fue el 11 de junio, el 4 de Siván de 1948.

EL CESE AL FUEGO

El conde sueco Folke Bernadotte, que había sido designado como mediador entre israelíes y árabes por las Naciones Unidas, propuso un cese al fuego, es decir, una interrupción de la actividad militar de los ejércitos por 4 semanas, ofreciendo que cada cual permaneciera en control de las posiciones que habían conquistado hasta ese momento. Israel, que estaba perdiendo en todos los frentes, obviamente aceptó. Lo inexplicable —¡lo milagroso!— fue que los países árabes hayan aceptado este cese al fuego, a pesar de que estaban, literalmente, a un día de conquistar Tel Aviv. Cito al profesor Ben Artzi, historiador de la universidad de Bar Ilan. Así escribe en su libro (hebreo) Meguilat Hatequmá VehaAtzmaut: “Pero, ¿por qué los árabes aceptaron el cese al fuego…? En realidad, ya estaban alcanzado todos sus objetivos militares: Jerusalem estaba rodeada y sitiada; Tel Aviv, a muy poca distancia [de caer en su poder]; el sur de Israel [el Negueb] desconectado del resto del país, y el Galil, el norte, ya había sido conquistado. Un pequeño esfuerzo más de parte de los árabes y ya estaban en el corazón de Jerusalem, Petaj Tikva, Netania, Jadera y Afula… y Tel-Aviv”. Ben Artzi no oculta su convicción de que este cese al fuego fue un milagro de proporciones bíblicas.

CELEBRAR ANTES DE TIEMPO

La tregua comenzó el 11 de junio. Los cinco ejércitos árabes, que consideraban que ya habían ganado la guerra, comenzaron las negociaciones políticas entre ellos mismos acerca de cómo se iban a dividir el territorio de Israel y el botín de guerra una vez que los judíos se hubieran rendido formalmente, algo que esperaban que ocurriera en los próximos días. Pero Israel aprovechó el cese al fuego y, con el apoyo y las generosas donaciones de los judíos de Estados Unidos y la diáspora, compró de Checoslovaquia, el único país que se atrevió a romper el embargo internacional, todo el armamento que pudo, incluyendo 15 aviones de guerra. Y también cambió su estrategia: a pesar de que el balance militar seguía siendo en favor de los árabes —por lo menos 10 a 1— Israel decidió que ahora no solo iba a defenderse, sino que ¡comenzaría a atacar a los árabes! Una vez que se reanudó la guerra, los ejércitos árabes estaban tan confiados en su victoria que prácticamente habían dejado de luchar. De acuerdo con Igal Alón, el famoso comandante del Palmaj, cuando el cese del fuego expiró: “Los ejércitos árabes, que tenían una gran ventaja, dejaron de avanzar, algo que es realmente inexplicable”.

MIEDO BIBLICO

Y entonces ocurrió el tercer milagro. La valiente e inesperada decisión de Israel de pasar al ataque tomó a los árabes por sorpresa, y pasaron de la pasividad al pánico, imaginando que Israel tenía más poder del que en realidad poseía. Un ejemplo de esto es que a finales de mayo llegaron clandestinamente a Israel cuatro aviones militares Messerschmidt desarmados desde Checoslovaquia dentro de un avión de transporte. Los aviones fueron armados en muy poco tiempo y el 30 de mayo, antes de que pudieran probarlos, salieron a su primera operación: tratando de frenar a las fuerzas egipcias que se encontraban a solo 30 kilómetros de Tel Aviv. Los aviones atacaron por sorpresa a los egipcios, pero no causaron daños severos, ya que los equipos de ataque no funcionaban muy bien. Sin embargo, el comandante egipcio a cargo de esa fuerza envió un mensaje urgente a sus jefes diciéndoles que «ya no podían avanzar más, y que estaban siendo bombardeados por una fuerza muy superior a ellos». Todo este miedo era más imaginario que real. La Torá menciona por primera vez este «miedo» que se apodera de los enemigos de Israel en la historia de Yaaqob Abinu, cuando los habitantes de Canaan, obviamente más fuertes y numerosos que Jacob y sus hijos, «quisieron pero no se atrevieron» a atacar a Jacob. Allí la Torá dice (Génesis 35:5) que los habitantes de esas ciudades «fueron afectados por un miedo Divino, que los disuadió de perseguir a los hijos de Israel» (ויהי חתת אלקים על־הערים אשר סביבתיהם ולא רדפו אחרי בני יעקב). Esta fue la forma en que HaShem intervino para salvar a nuestros antepasados de sus enemigos. Lo mismo cuenta la Torá en la famosa canción que los hijos de Israel recitaron al cruzar el mar, donde visualizan la futura conquista de la tierra de Canaan y saben que cuando el enemigo escuche lo que Dios hizo por su pueblo en Egipto «las naciones de Canaan escucharán y el miedo y el pánico se apoderarán de ellos… hasta que tu pueblo llegue y conquiste la tierra prometida». La tercera vez que esta idea aparece es también en el libro de Shemot, esta vez como una promesa explícita de parte de Dios a Israel. La Torá (Éxodo 23:27) dice que cuando Israel se apreste a conquistar a los pueblos de Canaan, Dios intervendrá. ¿De qué manera? «Infundiré el pánico y el terror en tus enemigos, y los confundiré… y haré que todos tus enemigos te den la espalda y huyan».Un oficial egipcio que había participado en la guerra de Independencia fue tomado prisionero por Israel en la guerra de 1956. Le preguntaron por qué los egipcios aceptaron el cese al fuego y no siguieron avanzando hacia Tel Aviv en 1948, cuando tenían todo el camino abierto. El oficial dijo: “Cuando atacábamos a los israelíes vimos algo que nos dio miedo: aún después de sufrir fuego directo y cuantiosas bajas, los soldados israelíes seguían avanzando como si fueran “locos” (meynunín). Y entonces nos dijimos a nosotros mismos: a estos locos es imposible vencerlos. Mejor [aceptar el cese al fuego] y conformarnos con lo que ya hemos conquistado”.

EL MILAGRO MÁS GRANDE

Quiero finalizar esta historia incompleta de la guerra más importante de la historia del Estado de Israel con una reflexión final. Lo que resulta más inconcebible de toda esta guerra es que, sabiendo acerca de la incomparable inferioridad militar, los líderes de Israel hayan tomado la decisión de declarar la Independencia de Medinat Israel, habiendo sido advertidos del inminente ataque árabe. Esta decisión no tenía ningún sentido: ni desde un punto de vista militar ni desde un punto de vista lógico. Viendo los números, uno solo puede pensar que era un acto suicida. Aunque hay otra posibilidad. Creo que David Ben Gurión y todos los líderes israelíes de ese tiempo tuvieron un momento de inspiración divina: Dios intervino en sus mentes y corazones de una manera opuesta a la que interviene contra nuestros enemigos. El Todopoderoso encendió en sus almas un increíble, milagroso valor y valentía que los llevó a actuar como Najshón Ben Aminadab, el hombre que cuando el pueblo judío estaba escapando del Faraón, contra toda lógica, se metió en el mar hasta que el agua le llegó a sus narices: ¡y continuó! En un incomparable gigantesco acto de fe, consciente o no, los líderes de Israel se entregaron a un milagro que tenía que ocurrir… Y que gracias a Dios ocurrió. Este fue el primer milagro. Y quizás el más grande de todos.

חג עצמאות שמח




Los Judíos de Libia

EL CÍRCULO SE CIERRA

La historia de la comunidad judía de Libia en el siglo XX fue muy sufrida. Primero bajo la dictadura de Benito Mussolini, luego bajo el régimen nazi. Al terminar la segunda guerra mundial los judíos de Libia también fueron víctimas de ataques y progroms por parte de la población árabe local. Y a partir de 1969 les tocó sufrir la horrorosa discriminación de parte del gobierno del general Muamar Gadaffi (o Kadafi ), que fue excepcionalmente cruel con los pocos judíos que quedaban allí. Por el otro lado, la comunidad judía de Libia tuvo un aliado muy importante: el estado de Israel, que incluso antes que naciera, estuvo allí para ayudarlos.  La breve historia que voy a contarles hoy sobre esta comunidad, representa un poco el ánimo de estos días en el calendario hebreo: la transición desde el Holocausto hacia la creación del Estado judío: Medinat Israel. 

MUSSOLINI Y LOS JUDÍOS

Hay evidencias que judíos vivan en Sirte, Libia, ya en el siglo 13 antes de la era común. Lo que dice que esta comunidad judía era una de las más antiguas del mundo.  Pero vamos a ir directamente al siglo XX. Desde 1911 hasta 1951 cuando obtuvo su independencia, Libia fue un protectorado italiano .  Los primeros años  del dictador Benito Mussolini al principio no fueron tan malos para los judíos de Italia y Libia. Pero todo comenzó a empeorar en 1936 cuando Mussolini hizo un pacto con Hitler. Desde ese entonces se establecen los decretos anti judíos en Italia y sus protectorados.  Al final de los años 30’s había mas de 30.000 judíos en Libia, especialmente en la capital Trípoli, donde los judíos constituían el 25% de la población total y contaban con 44 sinagogas. Los judíos fueron obligados a abrir sus negocios el sábado, con la excusa que contribuir a la economía de Italia.  Muchos se opusieron, hasta que las autoridades, como medida ejemplar, ejecutaron a dos comerciantes judíos.   Las infames leyes raciales de Italia prohibían a los judíos  tener acceso a la educación secundaria o terciaria.  Les estaba prohibido trabajar en organizaciones gubernamentales, en bancos o en oficinas municipales. Y todos los documentos oficiales debían llevar la un sello que decía “judío”. 

En junio de 1940 Italia ingreso a la guerra oficialmente del lado de Alemania.  Si bien miles de judíos libios fueron enviados a campos de trabajo dentro de Libia para trabajos de construcción de rutas militares, tal como había ocurrido en Marruecos y Algeria,  la mayoría de sobrevivieron. Pero los judíos libios que tenían ciudadania inglesa fueron enviados a campos de concentración y exterminio en Europa, como Bergen Belsen donde muchos murieron de hambre, tifus o extenuación.  Esta historia esta relatada en forma de novela en este libro. 

UN CAMPO DE CONCENTRACION EN UN PAIS ISLAMICO

En Febrero de 1942 Mussolini dio la orden de comenzar a “rebajar” a la comunidad judía de Libia y ordenó construir un campo de concentración en la ciudad de Giado, un poco mas de 200 kilómetros al sur de Tripoli, para llevar allí a los judíos de nacionalidad libia. En junio de 1942, los italianos ya habían deportado a un total de 2.584 judíos a Giado. Las condiciones de vida en el campo eran insufribles. El campamento estaba abarrotado: decenas de familias dormían en un espacio de cuatro metros y estaban separadas solo por ropa de cama y mantas. Las raciones diarias de alimentos consistían en unos pocos gramos de sustituto de arroz, aceite, azúcar y café. Los hombres mayores de 18 años eran enviados todos los días a trabajos forzados. La escasez de agua, la desnutrición, el hacinamiento y la suciedad intensificaron la propagación de enfermedades contagiosas.  Además, los guardias italianos del campo disfrutaban humillando a los judíos. De los casi 2.600 judíos enviados a Jado, 562 murieron de debilidad y hambre, y especialmente de fiebre tifoidea y tifus.  El campo de concentración de Giado no solo tenía trabajadores, sino familias enteras. Giado fue lo más parecido en el norte de África a un campo de concentración europeo. Y tuvo  la mayor cantidad de víctimas judías en los países islámicos durante la Segunda Guerra Mundial.

LA GRAN SORPRESA 

En los comienzos de 1943, las fuerzas británicas comenzaban a derrotar a las fuerzas nazis y fascistas. La gran sorpresa para los judíos de Libia fue que entre los soldados que luchaban para liberar Libia había algunos soldados “israelíes”, es decir, jóvenes judíos llegados de Palestina que se habían entrenado en las fuerzas de combate (leji, Hagan, etc.) y que luego de 1948 conformaron el ejercito de Israel.  Esto creo un gran impacto positivo en la moral de los pobres judíos de Tripoli y Benghazi.  Pero los sufrimientos  de la comunidad  judía de Libia no terminaron con el fin de la segunda guerra mundial.  

En 1945 , cuando los soldados judíos que habían llegado de Palestina regresaron a Israel, hubo un terrible progrom llevado a cabo por los árabes locales en el cual asesinaron a cerca de 150  judíos. 

En 1948 unos 3.000 judíos escaparon ilegalmente a Israel en lo que dio comienzo a la redención de la comunidad judía de Libia hacia un gran futuro. 

En 1949, finalmente, Inglaterra legalizó la inmigración hacia Israel, llegaron los 30.000 judíos restantes.  Solo 700 judíos quedaron en Libia. 

En 1967 durante la guerra de los Seis Dias 17 judíos fueron asesinados. 

GADAFI TAMBIEN CONSTRUYE UN CAMPO 

En 1969 cuando Muamar Gadafi llegó al poder, se propuso hacer imposible la vida de los pocos judíos que todavía estaban allí.  Lo hizo la mejor estilo nazi. Las propiedades de los judíos fueron confiscadas por el gobierno. Las deudas adeudadas a los judíos fueron canceladas. A los judíos se les prohibía abandonar el país. Y ese mismo año Gadafi ordenó que los judíos fueran llevados a un campo de detención donde tuvieron que estar por varios meses.  

El día de conmemoración de Yom haShoá concluyó anoche. Sin embargo hoy decidí escribir sobre lo que sufrieron los judíos de Libia porque a pesar de todo lo sufrido, la comunidad tuvo un final feliz.  En los años 70’s todos los judíos que quedaban en Libia pudieron escapar. Muchos se establecieron en Roma, Milan, Londres o Nueva York.  Pero la mayoría vive hoy en Medinat Israel.  Hoy en día, Baruj HaShem, no queda un solo judío en Libia. 




La guerra que comenzó el día después

La victoria de Israel en la guerra de su independencia que comenzó el 15 de Mayo de 1945 y  duró 10 meses no tiene precedentes en los anales de la historia militar. Esto se debe por un lado, el increíble coraje, ingenio y sacrificio de nuestros líderes y nuestros soldados que lo dieron todo para triunfar. Y a la intervención Divina que, batalla tras batalla, milagro tras milagro lo hizo posible. 

Para entenderlo mejor, es importante recordar lo siguiente. 

LA COMPARACION DEL PODER MILITAR

El mismo día que Israel declaró su independencia las tropas británicas que habían estado allí desde 1922 abandonaron Israel. Inmediatamente después, esa misma noche, los ejércitos árabes comenzaron su ataque para destruir al recién nacido estado de Israel.  Los árabes tenían absolutamente todo a su favor, política y militarmente. 

Siria, Egipto, Líbano, Iraq y Jordania se habían independizado unos años antes, y tanto Inglaterra como Francia les habían vendido armamentos para que tuvieran un ejercito organizado. Israel, por el otro lado, recién se acababa de independizar. Inglaterra, Francia y los Estados Unidos habían declarado un estricto embargo de armas que prohibía al mundo entero venderle armas a Israel.

Al comenzar el conflicto armado, la diferencia entre el poder militar de Israel y el de los ejércitos Arabes unidos no podía ser más desigual. 

Por ejemplo. 

Los árabes tenían 50 tanques. Israel tenia 1.    

Los árabes tenían 200 vehículos con artillería. Israel tenía 2. 

Los árabes tenían 140 cañones. Israel tenía 5.

Pero la diferencia más importante era en la fuerza aérea. Los ejércitos árabes tenían 60 aviones de ataque y 14 aviones de transporte. Israel, al comenzar la batalla no tenía un solo avión. 

LA LOGICA DE LA GUERRA

Antes de continuar, quisiera detenerme aquí y reflexionar por unos segundos: en primer lugar es totalmente comprensible que los árabes hayan querido interpretar la declaración de independencia de Israel como un acto de guerra. Era de esperar que comenzaran esta guerra, ya que las chances de ganarla, con esa absoluta ventaja militar, eran del 100% .  También es entendible que los propios árabes avisaran por radio a todos los palestinos que vivían en Israel my no iban a tomar parte activa en la guerra que se retiraran de Israel. Y les aseguraron que iban a regresar muy pronto, cuando la corta guerra hubiese terminado y todos los judíos hubiesen sido “echados al mar” (un eufemismo de: “asesinados”). Cientos de miles de palestinos abandonaron el territorio de Israel y de esta forma los mismos países árabes crearon el “problema de los refugiados palestinos” por el cual nunca se hicieron cargo, y hasta el día de hoy siguen culpando a Israel. 

¿QUIÉN NO ES RELIGIOSO? 

Lo que resulta inconcebible es que, sabiendo la inferioridad militar, los líderes de Israel hayan tomado la decisión de declarar la Independencia de Medinat Israel, habiendo sido advertidos del inminente ataque árabe. Esta decisión no tenía sentido ni desde un punto de vista militar ni desde un punto de vista lógico. Viendo los números, uno solo puede pede pensar que ra un acto suicida.  Aunque hay otra posibilidad. Una teoría que me gustaría compartir con ustedes basándome un poco en lo que dicen los Rabinos de la Kabbala, que todo judío, incluso un judíos secular,  tiene un “nitzotz”, una chispa de Emuná escondida. Una conexión Divina, quizás no concientizada, que está allí, como el piloto encendido de un termotanque.  Y que en momentos críticos, a veces en temas de vida o muerte, enciende el alma judía.    Creo que David Ben Gurión y todos los lideres israelíes “seculares” de ese tiempo, cuando decidieron declarar el establecimiento de Israel, tuvieron un momento de inspiración Divina. Una chispa de Fe en Dios encendió sus almas y los llevó a actuar como Najshón Ben Aminadab, el hombre que ,cuando el pueblo judío estaba escapando del Faraón, se metió al mar hasta que el agua le llegó a sus narices y continuó. Sabiendo que el mar se iba a abrir.  Los lideres de Israel (milagrosamente, si se quiere) también se entregaron a un milagro que tenia que ocurrir y ocurrió. No encuentro otra explicación. 

EL MILAGRO QUE SE HIZO ESPERAR

El mundo entero estaba seguro que la derrota de Israel era cuestión de días, o en el mejor casos de algunas semanas.  Y no estaban muy equivocados. Durante las primeras semanas los ejércitos árabes avanzaron significativamente y llegaron hasta Ashdod,  quedando a solo 30 kilómetros al sur de Tel-Aviv.  Desde Ashdod llegaron hasta Hebrón y de esa manera, estaban por dividir al Neguev del resto del país. 

La poderosa legión jordana, que había sido entrada por los británicos, y estaba siendo comandada por generales británicos (sic.) logró sitiar Jerusalem desde todos los flancos. El ataque frontal era inminente.  Los jordanos también capturaron Lod y el aeropuerto, que hoy es Ben Gurion International,  y se acercaban a Tel-Aviv desde el este. 

Las fuerzas iraquíes habían atacaron desde el Shomrón y se acercaban peligrosamente a las ciudades de Petaj Tikva y Jadera, camino a Tel-Aviv. 

Los Sirios habían llegado por el norte y estaban cercando la ciudad de Tiberia. Junto con las fuerzas militares del Libano estaban aislando al Galil, el norte del país, del resto de Israel. Su destino final era Tel-Aviv.   

Todos los esfuerzos del recién creado Ejercito de Defensa de Israel para defender Jerusalem de los jordanos o para repeler a las fuerzas egipcias, sirias o iraquíes fracasaron.

Durante las primeras semanas de la guerra desde el 15 de Mayo de 1948, todos los pronósticos que predecían la brutal derrota de Israel se estaban cumpliendo. A pesar del sacrificio y la valentía de nuestros soldados, la superioridad militar de los ejércitos árabes era insuperable. No había ninguna manera de que las fuerzas Israelíes pudieran soportar los ataques ni siquiera unos días más…. el final era inminente. 

Y entonces, ocurrió el primer gran milagro de esta guerra.  Fue el 11 de junio, el 4 de Sivan, de 1948. 

Continuará 




El inexplicable cese al fuego del 11 de Junio de 1948.

ורדפו מכם חמשה מאה ומאה מכם רבבה ירדפו ונפלו אויביכם לפניכם לחרב 

LAS 4 PEORES SEMANAS DE LA HISTORIA DE ISRAEL

La guerra de independencia de Israel fue el conflicto armado más crítico para la supervivencia del estado judío. Comenzó el 15 de Mayo de 1948, la noche que los ingleses se retiraron de la región. Durante las primeras semanas los ejércitos árabes unidos aplastaron a Israel, que oponía una resistencia heroica, pero que no alcanzaba para detener el avance de 5 ejércitos con aviones, armas, municiones y el apoyo tácito del resto del mundo. Antes de comenzar su ataque, los árabes, muy confiados en su inminente victoria  habían dicho que “lo que Hitler había hecho no era nada comparado con lo que ellos harían con los judíos que vivían en Israel” .  Y el mundo, como en un horrible dejavú de la Shoah, permanecía en silencio. Pero HaShem estuvo con nosotros.  Y lo inimaginable ocurrió. Israel, no solo sobrevivió la invasión de 5 ejércitos árabes sino que, contra todos los pronósticos, triunfó de una manera que nadie hubiera previsto.  

EL INEXPLICABLE CESE AL FUEGO 

El milagro más grande de esta guerra, según el Doctor Jaguí Ben Artzi, profesor de historia en la Universidad de Bar Ilan (y cuñado del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu) fue que los ejercicios árabes aceptaron un cese al fuego luego de 4 semanas de batalla. La propuesta llegaba del conde sueco Folke Bernadotte, que había sido designado como mediador entre israelíes y árabes por las Naciones Unidas. El cese al fuego proponía una interrupción de la actividad militar de los ejércitos por 4 semanas, que permanecerían en control de las posiciones que habían conquistado.    Israel, que no había conquistado nada y que estaba siendo acorralada por todos lados,  inmediatamente dijo que sí.  Lo inexplicable fue que los árabes también aceptaron este cese al fuego . Cito a Ben Artzi en su libro (hebreo) Meguilat Hatequmá VehaAtzmaut: “Pero, ¿por qué los árabes aceptaron el cese al fuego …?  En realidad ya estaban casi alcanzado todos sus objetivos militares: Jerusalem estaba rodeada y sitiada; Tel Aviv, a muy poca distancia [de caer en su poder]; el sur de Israel [el Negueb] desconectado del resto del país, y el Galil, el norte, ya había sido conquistado. Un pequeño esfuerzo más de parte de los árabes y ya estaban en el corazón de Jerusalem, Tel-Aviv, Petaj Tikva, Netania, Jadera y Afula. …”.  Ben Artzi no oculta su convicción que este cese al fuego fue un milagro de proporciones Bíblicas. Y lo compara con los textos de la Torá que explican que cuando Dios está con nosotros, los enemigos de Israel caen presas de un pánico imaginario.

EL MIEDO IMAGINARIO

Ben Artzi menciona entre otros ejemplos lo que ocurrió el 30 de Mayo de 1948. Israel comenzó la guerra sin un solo avión de combate. Mientras que los árabes tenían en actividad más de 75 aviones de guerra.  El único país que se atrevió a romper el embargo y vender armamento a Israel fue Checoslovaquia.  A fines de mayo llegaron a Israel 4 avionetas militares alemanas “Messerschmidt” desarmadas, dentro de un avión de transporte.  Los aviones fueron armados en muy poco tiempo y el 30 de Mayo, antes de que pudieran probarlos, salieron a su primera operación: tratar de frenar a las fuerzas egipcias que se encontraban a sólo 30 kilómetros de Tel Aviv. Los aviones atacaron por sorpresa a los egipcios, pero no causaron severos daños, ya que los equipos de ataque no funcionaban muy bien. Sin embargo, el comandante egipcio a cargo de esa fuerza envió un mensaje urgente a sus jefes diciéndoles que “ya no podían avanzar más. Y que estaba siendo bombardeados por una fuerza muy superior a ellos”.  Todo esto era más imaginario que real.  Ben Artzi también cita el reporte de un oficial egipcio que había participado en esa batalla y que fue tomado prisionero por Israel en la guerra de 1956.  Cuando le preguntaron por qué los egipcios no siguieron avanzando hacia Tel Aviv en 1948, cuando tenían todo el camino abierto ante ellos, declaró: “En los dos ataques …. israelíes vimos algo que nos estremeció: aún después de sufrir fuego directos y cuantiosas pérdidas, los soldados israelíes seguían avanzando como si fueran “locos” (meynunín). Y entonces nos dijimos a nosotros mismos: a estos locos es imposible vencerlos. Mejor [aceptar el cese al fuego] y conformarnos con lo que hemos conquistado”.   

TODOS LOS CAMINOS QUE LLEVAN A JERUSALEM

Otro evento providencial que ocurrió fue que un joven soldado, Moshe Eshed, descubrió “de causalidad” un camino alternativo a Jerusalem, a través de las montañas, al cual llamaron “Derej Burma”.  Y por este camino pudieron enviar comida, medicamentos, armas y refuerzos. Había 100.000 judíos en Jerusalem, especialmente concentrados en la parte occidental, la Jerusalem judía . Los judíos de Yerushalayim estaban completamente aislados y atrapados por los jordanos que habían bloqueado todas las entradas a Jerusalem para evitar cualquier tipo de suministros. Si este camino, que increíblemente ni los árabes ni las Naciones Unidas descubrieron durante 6 meses , no hubiera sido encontrado, Jerusalem hubiera caído y la guerra habría terminado de otra manera…  

CUANDO LO BUENO ES LO QUE NO PASA…

Lo que no se pudo conquistar, por más que se intentó, fue la Ciudad Vieja de Yerushalayim, donde está el Kotel y el lugar del Bet haMiqdash. Al finalizar la guerra de 1948 la Ciudad Vieja quedó en poder de los jordanos, hasta la guerra de los Seis Días. El profesor Ben Artzi también ve en esta operación fallida la mano Divina.  Dice Ben Artzi que si Israel hubiera conquistado la Ciudad Vieja de Jerusalem en 1948, las Naciones Unidas hubieron demandado la internacionalización de Jerusalem, por ser una Ciudad Santa «para las 3 grandes religiones» . La presión internacional hubiera sido insostenible Israel seguramente hubiera cedido. Una vez otorgado el estatus internacional a Jerusalem, difícilmente podría haber sido cambiado, y las terribles consecuencias a largo plazo para Israel hubieran sido impredecibles.  Al final, como la ciudad Vieja de Jerusalem NO fue conquistada por los judíos en esta guerra y quedó bajo la soberanía de Jordania, nadie dijo nada acerca del estatus internacional que deberia tener Jerusalem. Las Naciones Unidas y el Vaticano permanecieron en silencio (y obviamente, nadie se quejó de que los jordanos no permitían a los judíos visitar el Muro de los Lamentos, etc.).  Cuando en 1967 Israel conquistó la Ciudad Vieja, las Naciones Unidas ya no podían demandar de Israel lo que no demandaron de Jordania durante 19 años …




Jayim Weizmann, la acetona y la Declaración Balfour de 1917

אמר לו ר’ חייא: כך היא גאולתן של ישראל, בתחילה קמעא קמעא, כל מה שהיא הולכת, היא רבה והולכת

En 1914 parecía que el proyecto de obtener un estado judío propio habla fracasado. La tierra de Israel estaba en manos del imperio Otomano, quienes no veían con buenos ojos el incremento de población judía en “Palestina”. Tampoco contábamos un mínimo apoyo político internacional para crear un hogar para los judíos. La inmigración se había detenido y lo peor era que muchos inmigrantes que habían llegado a Israel en las décadas pasadas regresaban a Europa o emigraban a Estados Unidos, ya que las condiciones de vida de los casi 60.000 judíos que vivían en Israel eran muy precarias.Parecía que ya todo estaba perdido. El 28 de julio de 1914 estalló la Primera Guerra Mundial. Fue una terrible guerra que cobró la vida de unos 40 millones de personas, entre militares y civiles.  La guerra trajo también grandes e inesperados cambios en Inglaterra y en el medio Oriente. El más importante de estos cambios fue que el Imperio Otomano que había gobernado medio Oriente por más de 500 años fue derrotado. Al final de la guerra, en 1918, Inglaterra estaba a cargo de lo que hoy es Irak, Siria, Líbano, Jordania, Arabia Saudita, Egipto y por supuesto, Israel.  

LA IGLESIA Y LOS JUDIOS

En 1916 Herbert Henry Asquith renunció a su cargo de Primer Ministro de Gran Bretaña y en su lugar llegó David Lloyd George. La actitud de estos dos líderes hacia los judíos era completamente opuesta. Asquith se oponía a un estado judío. Lloyd George, por otro lado, tenía una formación religiosa diferente. Para entender su ideología deberé explicar brevemente la diferencia entre la iglesia católica y la protestante, respecto a cómo cada una vio por siglos a los judíos. El catolicismo fue fundado bajo la premisa esencial que la iglesia (latín por: “congregación”) es el Nuevo Israel. Este Nuevo Israel REEMPLAZA al antiguo Israel —es decir, al pueblo judío— como nuevo pueblo de Dios. El Nuevo Israel tiene también un Nuevo Testamento, esto es, un nuevo pacto ( como en hebreo ברית החדשה ) que reemplaza al Viejo Testamento, que “caducó con la inminente extinción de los antiguos israelitas”.  El principal problema que siempre enfrentó este dogma fundacional fue que “el obstinado pueblo judío, a pesar de estar permanentemente en vías de extinción, ¡se empecinó en seguir existiendo!” . La iglesia entonces cambió su narrativa y argumentó que la caprichosa existencia del pueblo judío era un castigo divino por el deicidio. Y prueba de eso es que los judíos están condenados a un exilio permanente (el judío errante) ¡y jamás regresarán a su tierra!. Por lo tanto, el regreso del pueblo judío a la tierra de Israel fue (y aunque luego del Holocausto se lo trate de disimular “sigue siendo”) para la iglesia católica un enorme problema fundamental, del cual no se oye explícitamente, pero persiste. Un ejemplo es la actitud hostil del Vaticano hacia el derecho del pueblo judío a la tierra de Israel y especialmente a una Jerusalem judía (ver aquí ). 

LOS PROTESTANTES EVANGELISTAS 

La actitud de los protestantes modernos hacia el pueblo judío es muy diferente. Hay un apoyo muy grande hacia una Israel judía, y no es algo nuevo. Esta actitud histórica se podría comenzar con Oliver Cromwell (ver aquí) quien sostenía que para la segunda llegada del Mesias cristiano, los judíos deberían regresar a Israel, y particularmente Jerusalem. En nuestros días este punto de vista lo ejemplifica por ejemplo Michelle Bachmann, una importante figura política en los Estados Unidos (ver aquí ). 
Hay otros evangelistas que difieren con esta creencia y sostienen que es un gran mérito en sí apoyar al pueblo judío, ya que creen sinceramente en la bendición que HaShem le concedió a Abraham Abinu cuando le dijo “Los que te maldicen serán maldecidos y los que te bendigan serán bendecidos” . Esto es evidente hoy, por ejemplo, en el masivo apoyo del vicepresidente de los Estados Unidos, Mike Pence, hacia el Estado de Israel, al igual que muchos otros líderes cristianos (ver por ejemplo aquí ). Volviendo a nuestro tema, muchos ingleses protestantes sostenían esta creencia religiosa. El caso más famoso, pero insuficientemente apreciado, es el de la escritora inglesa no judía Mary Anne Evans, mas conocida por su nombre de pluma “George Eliot”, y su novela “Daniel Deronda” (1876), donde varios años antes del primer congreso sionista articuló lucidamente sus argumentos por un estado independiente para el pueblo judío . David Lloyd George y su Ministro del exterior Arthur Balfour eran partidarios entusiastas del pueblo judío y comprendían sus aspiraciones de regresar a casa. 

Y algo más.  

LA ACETONA Y EL ESTADO DE ISRAEL

Un importante factor que ayudó a la predisposición de los británicos a ceder un hogar nacional al pueblo judío en la tierra de Israel fue la contribución a Inglaterra del famoso científico judío Jayim Weizmann (1874–1952) .Weizmann, nacido en Rusia pero nacionalizado Británico, era un químico que descubrió la formula para producir acetona a partir del almidón de grano. Hasta ese entonces la acetona era producida a partir de elementos escasos que se obtenían en minas de Chile. La acetona se usaba para hacer detonar la dinamita y su producción era cada vez más cara y más critica para ganar la guerra. El Dr. Jayim Weizmann se encargó de producir 30.000 toneladas del critico elemento químico a través del proceso conocido como “ABE fermentation”. Por este y otro descubrimientos el Dr Weizmann es conocido en el mundo científico como el padre de la fermentación industrial. Al finalizar la guerra los británicos estaban muy agradecidos por el invaluable servicio del Dr Weizmann y le preguntaron cómo lo podían recompensar por sus servicios prestados. Dicen que el Doctor Weizmann contesto: “No quiero nada para mí; pero quiero un estado para mi pueblo”. Y así fue como en 1917 surgió la Declaración Balfour, donde los ingleses aprobaban oficialmente la creación de un hogar nacional para el pueblo judío en la tierra de Israel. Este fue el principio de lo que eventualmente culminó con el milagro del nacimiento de Medinat Israel en 1948. 

Continuará 




El Estado de Israel, y el privilegio de no darse cuenta (1880-1914)

אִם יִהְיֶה נִדַּחֲךָ בִּקְצֵה הַשָּׁמָיִם מִשָּׁם יְקַבֶּצְךָ האֱלֹקיךָ וּמִשָּׁם יִקָּחֶךָ וֶהֱבִיאֲךָ האֱלֹקיךָ אֶלהָאָרֶץ אֲשֶׁריָרְשׁוּ אֲבֹתֶיךָ וִירִשְׁתָּהּ וְהֵיטִבְךָ וְהִרְבְּךָ  מֵאֲבֹתֶיךָ

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Este miércoles 4 de Mayo por la noche celebraremos Yom HaAtzmaut, el día de la Independencia de Medinat Israel. En los próximos días, en honor a esta celebración, voy a escribir brevemente acerca de los eventos más importantes que culminaron con el nacimiento del estado judío.  El regreso del pueblo judío a su tierra es sin duda uno de los milagros más grandes en la historia de la humanidad. Nunca ocurrió que una nación exiliada haya sobrevivido entre otras naciones, y regresado a su tierra, luego de casi 2.000 años de exilio. 

Debemos tomar conciencia de la magnitud de lo ocurrido,  apreciar al Estado judío, y estar infinitamente agradecidos a HaShem por pertenecer a la generación de judíos que nacimos con un Israel ya existente, y que tiene el increíble privilegio de tomarlo como algo normal.

LOS PRIMEROS INMIGRANTES

En el año 1880 vivían en Israel solo unos 25.000 judíos, la mayoría Sefaradim. Entre 1880 y 1914 decenas de miles de judíos comenzaron a llegar a Israel desde Europa, escapando de las horribles persecuciones, pogroms y matanzas. El Rab Isaac haCohen Kuk (1865–1935) uno de los lideres más importantes del movimiento sionista religioso, dijo que él no podia evitar ver el antisemitismo europeo «como una forma providencial de empujar a los judíos a regresar a su tierra».  En la primera ola migratoria, que se suele llamar “La primera Aliá” (1880-1905), llegaron a Israel unos 25.000 judíos de Europa. Luego, en la segunda Aliyá, (1905–1914), llegaron a Israel otros 35.000 judíos.   Sin embargo, no todos los judíos que escapaban de Europa llegaban a Israel. Muchos emigraban hacia los Estados unidos, Argentina, Australia a Inglaterra.  ¿Por qué? Porque Israel —que en esos años era parte del Imperio Otomano— era una tierra de nadie, abandonada. No había trabajo. Y la vida allí era muy, muy difícil. Al principio de 1900 también llegaron unos 2.500 judíos del Yemen. 

EL PRIMER FRACASO 

Se hicieron muchos esfuerzos para apoyar a los primeros inmigrantes. Vale destacar a los grandes benefactores de esa época: Sir Moshé Montefiore (1784 –1885) y el Baron de Rothschild (1845–1934), que fueron instrumentales para comprar tierras, construir ciudades, y organizar las colonias agrícolas.  Pero a pesar de todos los esfuerzos, a los pocos años de haber llegado, la mayoría de los nuevos inmigrantes terminaron abandonando Israel por las dificilísimas condiciones de vida, la falta de trabajo y la hostilidad de la población árabe local. De los 25.000 judíos que habían llegado en la primera ola migratoria, solo quedaron 5.000, que incluía los 2.500 judíos de Yemen. Y de los 50,000 inmigrantes judíos que llegaron entre 1905 y 1914, la mitad terminó abandonando Israel. Algunos regresaron a Europa, pero la mayoría emigró a los Estados Unidos. Este país había absorbido ya un millón de judíos entre 1850 y 1900, y la tendencia continuaba en alza (en 1924 la población judía de Estados Unidos llegó casi a 3 millones de personas).

UN SUEÑO QUE SE DESVANECE 

La situación en Israel en los años previos a la primera guerra mundial no eran buenos ni prometedores. La colonia judía en Israel, en lugar de crecer era cada vez más chica. La emigración desde Europa también se interrumpió, entre otros motivos, por la masiva ola de asimilación. Lamentablemente, como consecuencia de las persecuciones antisemitas, muchos judíos terminaron convirtiéndose al cristianismo para evitar el despojo y la muerte. Por el otro lado, muchos de los que abandonaban Europa buscaban otros horizontes, y especialmente en las Américas. 

Todo esto podría solucionarse si los judíos pudieran contar con un estado independiente y hacerse cargo del mismo, política y económicamente. Pero a pesar de los esfuerzos de los activistas  sionistas, no se pudo conseguir el apoyo politico para un estado judío.  Cuando el famoso líder sionista Teodoro Herzl (1860-1904) le solicitó desesperadamente su apoyo al Papa Pio X crear un estado a cual los judíos de Rusia pudieran escapar de los pogroms y la muerte,  la hiriente respuesta del Papa fue emblemática:  «mientras los judíos no se conviertan al cristianismo, no contarían con su apoyo»….

En 1914 parecía que el regreso del pueblo de Israel a la tierra de sus antepasados se había detenido, y el sueño de un Estado propio estaba más lejos que nunca…

Y en julio de ese año, comenzó la primera guerra mundial. Y todo iba a cmabiar radicalmente. 

Continuará…    

EL RENACIMINETO DEL IDIOMA HEBREO 

A pesar de todas las dificultades para restablecer un estado judío y comenzar una nueva vida en Israel, en los primeros años  del siglo XX tuvo lugar un evento increíble, sin precedentes en la historia universal: el renacimiento del idioma hebreo —una lengua que no se usó en la vida diaria por casi 20 siglos.   Eliezer Ben-Yehuda (1858–1922) fue instrumental en este area. Publicó artículos sobre la necesidad de renacer el idioma hebreo y participó en el proyecto conocido como el Diccionario hebreo de Ben-Yehuda. Sin embargo, lo que finalmente facilitó la revitalización del idioma fue el desarrollo de las escuelas en los asentamientos, las ciudades y las colonias agrícolas (ver foto arriba de un jardín de infantes en Israel de1905). El idioma hebreo sirvió como el idioma que unía a los nuevos inmigrantes Europeos, que hablaban ruso o Yidish, con los ya establecidos judíos Sefaradim, que hablaban árabe o ladino.  El hebreo, que comenzó como un idioma coloquial y para conversaciones cotidianas, finalmente se convirtió en el idioma oficial de los judíos y —recién a partir de 2018 — en el único idioma oficial de Medinat Israel.




De Napoleon Bonaparte a Teodoro Herzl

La degradación de Dreyfus

En unos días celebraremos Yom HaAtzmaut, el día de la independencia de Israel.  En los próximos días quiero contarles un poco la historia del Sionismo moderno, y cómo fue que muchos judíos, a pesar de no ser observantes fueron parte del milagroso establecimiento del Estado de Israel.   Al conocer más lo que ocurrió en el pasado seremos más conscientes de nuestro increíble privilegio y celebraremos con una mayor gratitud a HaShem el milagro de la existencia del Estado judío. 

NAPOLEON Y LOS JUDÍOS

Para comprender el impacto del Sionismo en la historia moderna judía debemos remontarnos a los tiempos de la revolución Francesa en 1789.  En la famosa “Declaración de los derechos de los hombres y de los ciudadanos” Francia declaraba por primera vez la libertad de culto, algo que hoy nos parece lo más natural, pero en esos tiempos era un evento sin precedentes.  Unos años más tarde el famoso Napoleón Bonaparte designó al judaísmo como una de las religiones oficiales de Francia y concedió oficialmente a los judíos el derecho a la ciudadania francesa. Hasta ese entonces los judíos eran “tolerados” como una minoría non-grata, eran discriminados y no tenían acceso a la educación o al ejercicio de las profesiones más comunes.    

Este gran gesto de Napoleón, sin embargo, no fue gratuito.  Napoleón demandó de los judíos algún tipo de “sacrificio” formal. Los judíos debían comprometerse a adoptar las leyes y la constitución francesa, como su máxima autoridad, tal como lo hacían todos los demás ciudadanos. Para hacer oficial esta declaración por parte de los judíos, Napoleón ordenó crear una nueva institución, el Gran Sanhedrín,  que sería el portavoz oficial de los 40.000 judíos franceses.   

EL GRAN SANHEDRIN

Este Sanhedrin se formó con 71 notables del pueblo judío, la mayoría rabinos. El Sanhedrin tuvo su primera reunion oficial el 9 de Febrero de 1807. El Sanhedrín tuvo que tomar decisiones muy difíciles para que no hubiera un conflicto entre la ley judía y la ley francesa. Por ejemplo, en los temas civiles.  Unos ejemplos: La poligamia, que ya no se aplicaba desde Rabenu Guershom, quedo formalmente prohibida. Para que un hombre judío divorciado religiosamente (guet) pudiera casarse de nuevo, debe  mediar un divorcio civil. Los casamientos civiles estarían reconocidos, incluso un matrimonio mixto. Pero lo más importante para nuestro tema, y para Napoleón, fueron las decisiones políticas que el Sanhedrin tuvo que adoptar: Los judíos consideraban ahora a Francia como su única madre patria, a la que amarían y protegerían, incluso con las armas si fuera necesario.  Los judíos,  ahora emancipados,  “ya no formaban parte de una nación” aparte sino de Francia; y al aceptar la ciudadanía francesa de hecho “renunciaban a su aspiración de un éxodo colectivo hacia la tierra prometida”.

¿EL ULTIMO ANTIDOTO A LA ASIMILACION?

El Rabino e historiador Berel Wein explica que Napoleón estaba interesado principalmente en ver a los judíos asimilarse: «La tolerancia externa y la imparcialidad de Napoleón hacia los judíos se basó en realidad en su gran plan para que los judíos desaparecieran por completo mediante la asimilación, los matrimonios mixtos y la conversión”.  Y el plan de Napoleón parecía que iba a funcionar a la perfección.  De hecho, decenas miles de judíos dejaron la práctica religiosa, se asimilaban, y en muchos casos se convertían al catolicismo.  Todo para ser completamente aceptados.  Pero hubo un elemento que Napoleón no tomó en cuenta en su plan: el profundo antisemitismo europeo. Durante más de mil años los judíos fueron acusados de ser el pueblo deicida (que mató a Yeshú); de envenenar los pozos de agua para matar a inocentes cristianos, y ser parásitos (ya que no trabajaban un día la semana), etc. Estos prejuicios antisemitas no se borraron con la revolución francesa.    En este sentido, como lo explicó el Rab Kuk, el antisemitismo representó el último recurso “Providencial”  que evitó la asimilación y la desaparición total del pueblo de Israel. 

EL CASO DREYFUS

Uno de los mejores ejemplos del rechazo social a los judíos, por más leales que estos fueran a su patria, lo representa el caso del capitán Dreyfus. Alfred Dreyfus era un judío francés patriota. Desde muy joven ingresó al ejercito francés donde hizo una gran carrera militar.  En 1894 los franceses descubren que había cierta información clasificada que estaba llegando al lado enemigo: Alemania.  El acusado fue Dreyfus. Las evidencias en su contra eran muy débiles, pero Dreyfus ya había sido encontrado culpable por su condición de judío. El pueblo francés ya lo había condenado en las calles gritando: ¡Muerte a Dreyfus! ¡Muerte a los judíos!.    El teniente coronel Georges Picquart descubrió que el verdadero espía era Ferdinand Esterhazy, y que Dreyfus era inocente. Pero los altos mandos tenían ya al “culpable perfecto”, que los franceses ya habían aceptado. Le ordenaron a Picquart guardar silencio y ante su negativa lo enviaron a una base militar en Túnez.  Dreyfus fue acusado de traición, fue degradado militarmente, humillado y enviado al la famosa “Isla del Diablo”, una penitenciaría donde los prisioneros eran enviados a morir.  Al final Dreyfus fue exonerado. Pero el caso Dreyfus dejó su huella.  

A los judíos de Europa occidental les llevó prácticamente un siglo aprender la lección: Abandonar el judaísmo o la idea de “pueblo judío”, o la aspiración de regresar a la tierra prometida no sirvió para que los judíos fueran aceptados como ciudadanos franceses comunes.  Sin importar cuánto hicieran para ser más franceses que los franceses, a los ojos de los gentiles, «no pertenecían a la sociedad francesa» .

Un joven abogado judío austriaco quedó muy impactado con el caso Dreyfus. Se dio cuenta que la asimilación no había funcionado para  eliminar el antisemitismo y tuvo una visión que, aunque secular, fue profética. Bíblica. Ese joven era Teodoro Herzl. Y su vision: un estado judío. 

Continuará




La solución de los dos estados (1918-1922).

שִׁיר הַמַּעֲלוֹת לְדָוִד לוּלֵי ה’ שֶׁהָיָה לָנוּ יֹאמַר-נָא יִשְׂרָאֵל: לוּלֵי ה’ שֶׁהָיָה לָנוּ בְּקוּם עָלֵינוּ אָדָם

LA LIGA DE LAS NACIONES 

Una vez finalizada la Primera guerra mundial se creó la Liga de las Naciones, el primer organismo internacional en la historia, creado para mantener la paz mundial y evitar el surgimiento de otros conflictos bélicos. Esta Liga estaba encabezada por las naciones que triunfaron en la primera guerra mundial: Gran Bretaña, Francia, Italia, etc. El 23 de Abril de 1920, hace casi 100 años atrás, la Liga de las Naciones se reunió en la ciudad italiana de San Remo para reorganizar el “orden mundial” y promover la paz. Uno de los temas que trataron fue la division y administración de las tierras de Medio Oriente. Hasta 1918 el medio oriente era parte del imperio Otomano, que otorgaba el mandato local a diferentes jefes de grupos étnicos, clanes y tribus árabes. La Liga de la Naciones estableció un plan para reemplazar la estructura de gobierno del imperio Otomano. Los diferentes territorios se mantendrían bajo el mandato o protectorado de los franceses o ingleses. ¿Por qué? En realidad, hasta antes que terminara la primera guerra mundial las grandes potencias no tenían mucho interés en estas zonas áridas, prácticamente desocupadas, sin agua suficiente e inútiles para la agricultura.  Sin embargo, hacia finales de la guerra se descubrió que estas tierras eran ricas en reservas de petróleo, y así surgió un mayor interés en medio oriente. Francia obtuvo el mandato de lo que hoy es Siria y Líbano. Gran Bretaña tenía el mandato de Mesopotamia, esto es hoy Irak, y Palestina, esto es hoy: Israel y Jordania; y también tenía el protectorado de Egipto.

 
SAN REMO Y LOS DOS LADOS DEL RIO JORDAN

En la declaración Balfour de 1917, Inglaterra se había comprometido a la creación de un Hogar Nacional para los judíos en la tierra de Israel, que comenzaba a llamarse ahora “Palestina” (¡nadie pudo haber soñado en ese entonces con el nombre «Israel»!). La declaración Balfour también fue ratificada legalmente por Francia (14 Febrero de 1918) , Italia (9 de Mayo de 1918 , y los Estado unidos (31 de agosto de 1918). Ahora en San Remo se le daba a la declaración Balfour su reconocimiento internacional definitivo. Creo que lo más destacable es que ese Hogar Judío en Palestina incluía lo que es hoy el estado Israel –con Gaza, Jerusalem, Judea, Samaria, etc– y también incluía todo el territorio de lo que hoy es Jordania.  Arriba se puede ver el mapa del territorio concebido por la Liga de las Naciones en San Remo, 1921, para establecer allí el Estado Judío. En San Remo, las naciones le asignaron a Gran Bretaña la función de implementar el establecimiento del hogar nacional judío. Para esto, Inglaterra asignó a un Alto comisionado (gobernador) inglés: Sir Herbert Samuel (1870-1963), que fue también el primer judío observante que llegó a ser miembro del gabinete británico (ver aquí)

CHURCHILL y EL LIBRO BLANCO

Pero los líderes árabes no estaban contentos. No aceptaron la decisión de la Liga de las Naciones y comenzaron a atacar y matar civiles judíos en Tel Jai, Yerushalayim, Yafo, etc. Esta táctica terrorista les «dio resultado»: el día 3 de junio de 1922 se firmó lo que se conoce como :”El libro blanco ” (White Paper) Este documento fue firmado por Winston Churchill , que visitó Jerusalem en 1921 y se reunió con representantes árabes y judíos (ver video abajo). Churchill decidió que “Palestina” se iba a dividir en dos estados: uno, en el margen oriental del rio Jordan, que se le cedería al clan árabe Hashemita para que estableciera allí su reinado y gobernara sobre los árabes de la región, y el otro estado, en el margen occidental del rio Jordán, que sería el territorio destinado para todos los judíos del mundo. La Organización Sionista se quejó amargamente ante las autoridades inglesas que habían cedido a la presión y a la violencia árabe, estableciendo así un peligrosísimo precedente, cuyos ecos siguen hasta nuestros días. Una de las voces que denunciaron esta traición fue la del célebre líder judío Zeev Jabotisnky. En esos días se escuchaba la canción que hizo famoso al movimiento BETAR, predecesor del moderno partido Likud: שתי גדות לירדן, זו שלנו זו גם כן “El rio Jordán tiene dos orillas (el territorio oriental y el occidental), una es nuestra y la otra también” .  Esta división que cedía a los árabes dos tercios del territorio designado para los judíos, fue finalmente ratificada por la Liga de las Naciones, como una forma de llegar a un “acuerdo pacifico y negociado que permitiría, de ahora en adelante, a las dos naciones a vivir en paz”. 
Los judíos no tuvimos más remedio que aceptar “la solución de los dos estados”, con la (ingenua) esperanza de que por fin viviríamos en paz y armonía con nuestros vecinos árabes….

¡Espero que hayamos aprendido la lección!

Continuará…

[Para clarificar, “Palestina” es el nombre que en esos tiempos se le daba a la tierra de Israel y al Hogar nacional Judío bajo el mandato Británico. Nunca existió allí un estado palestino árabe, ni una nación o un pueblo palestino, ni nada que se le parezca. En todo caso, de acuerdo a lo que escribimos hoy, «el estado designado para los árabes en Palestina es Jordania«].

Continuará 

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JERUSALEM 1921

En este video se pueden ver a los Grandes Rabinos de Israel que salen de una conferencia con Winston Churchill. Rab Abraham Isaac Kuk, Rabino Principal de la comunidad  Ashkenazí en Israel (con sombrero de piel); Rab Yosef Jaim Zonnenfeld, Rabino de la Eidah Jaridit (con larga barba blanca);  Rab Yaacob Meir, Rabino principal de la comunidad Sefaradí (con turbante circular). 

VER VIDEO AQUI