NISMAN: Justicia humana vs Justicia Divina

ESCRITO EN ABRIL DE 2015
ישבת לכסא שופט צדק

מזמור ט׳ , פסוק ה׳

El Rey David comienza este Salmo agradeciendo a HaShem por Su justicia (9:2-5) «ki ‘asita mishpati vedini», porque, al final, mi justicia se realizará, cuando Tú te sientas en Tu trono,  Juez Supremo».
¿A qué se refiere el Rey David? ¿Qué quiere decir que la justicia se realizará cuando Dios se asiente «en Su trono, como Juez Supremo»?
El Rey de israel sabe muy bien que la justicia humana no siempre triunfa.  A veces hay demasiados intereses en juego, y altos niveles de corrupción que impiden que la verdad salga a la luz. A diferencia de la justicia Divina, la ejecución de la justicia humana no está garantizada.
Aún así David sugiere que existen al menos un par de vías, fuera de la corte,  por las cuales la justicia se manifiesta, y pide a Dios que le permita ver esa resolución de la justicia.  En primer lugar David menciona «nombre» (9:6) y «memoria» (9:7). Los malvados no siempre pagan sus crímenes con un castigo penal. Estos individuos pueden ser absueltos de los peores crímenes, por ejemplo, cuando no hay suficientes pruebas para culparlos. Pero sus nombres quedan manchados para siempre.  Y la memoria de sus crímenes no se borra fácilmente de la memoria de sus víctimas. Este castigo compensa, en parte, la lamentable ausencia de una justicia completa.
David haMelej también concibe otro tipo de justicia fuera de los tribunales humanos. Afirma (o reza para) que  (9:16) «los malvados caigan en los pozos que ellos mismos han cavado, que sus pies sean atrapados por las redes que ellos mismos han tendido» .    «Caer en el pozo que uno mismo cavó», significa, por ejemplo, que si yo establecí y usé para mi beneficio un sistema corrupto donde la justicia se puede comprar para hacer caer al inocente, eventualmente, alguien con más poder que yo, usará ese mismo mecanismo corrupto para condenarme a mí, aunque las evidencias legales en mi contra ya hayan desaparecido. Una especie de «Karma» judío.
Y si bien el Rey David no se resigna y clama por la ejecución de la justicia en este mundo (9:20), termina afirmando que el nivel más alto (o efectivo) de la justicia es la justicia Divina. Cuando Dios «se sienta en el Trono del Juez Supremo».Para entender la resolución de la justicia Divina debemos pensar en nuestra mortalidad y en nuestra creencia en la inmortalidad del alma (9:18).

Si bien el tema del  mundo por venir, la vida después de esta vida, es demasiado complejo para elaborarlo en una pocas lineas, trataremos de describir brevemente lo que sobre el mismo se deduce del pasuq (versículo) que mencionamos al principio de este Mizmor: «Dios, el Juez Supremo sentado en Su Trono»
En el mundo por venir estaré YO, es decir, mi conciencia (la conciencia de que «soy yo») y mi memoria (la memoria de todo lo bueno o lo malo que hice en esta vida)  frente a Dios,  «el Juez Supremo sentado en Su trono de Justicia». Cuando estamos frente a Él, se acabaron las mentiras, las falsas pistas y las cortinas de humo.  A Él no se lo puede engañar. Lo que hicimos, lo malo y lo bueno, está filmado en la «Memoria Divina»,  imposible de alterar o manipular.El «paraíso», en este sentido, consiste en el placer que sienten los hombres y mujeres justos (tsadiqim) de estar frente al Juez Supremo con sus buenas memorias, con lo bueno que hicieron en sus vidas. El paraíso de las personas de bien es sentirse «cómodos» frente a Su Presencia (nehenim miziv hashejiná), la insuperable satisfacción de saber que el Juez Supremo aprueba (¿aplaude?) su gestion.

Y el «infierno», en esta breve metáfora, consiste en el incomparable dolor de quedar en evidencia como criminal frente a Dios. Cuando el malvado –la vívida memoria de sus crímenes, y la conciencia de que él es el protagonista de esos crímenes– se presenta frente al Juez Supremo, sentado en su trono de Justicia inefable, vivirá atrapado en la infinitud de un infierno hecho de culpa, vergüenza y eterna humillación.

Para el Rey David, la justicia, tarde o temprano –en este mundo o en el próximo– llegará.
 
En memoria del fiscal Alberto Nisman
y de las otras 85 víctimas del atentado a la AMIA



TEHILIM # 19: ¿Quién nos protege del sol?

1. Salmo de David
2. Los cielos dan testimonio de la Gloria [=existencia, Presencia] de Dios, y el firmamento declara la obra de Sus manos.
3. Día tras día dan testimonio de Su comando, noche tras noche anuncian Su sabiduría. 
4. No hay dichos, ni palabras, sus voces no se escuchan
5. [Y aún así], por toda la tierra resuena su testimonio, y sus dichos, hasta los confines del planeta. Al sol, [el Creador] dispuso una tienda por ellos. 
 6. El sol [al salir cada mañana] es como un novio que sale de su palio nupcial [=Jupá], como un guerrero que corre hacia su meta. 
7. Surge desde el final de los cielos, y circula hasta el otro confín, nada escapa a su calor.   

 

Este Mizmor, Tehilim 19, lo recitamos todos los Shabbat por la mañana como parte de nuestra Tefilá semanal. Compuesto por David, Rey de Israel, este Salmo explora dos temas. El cielo y la Torá.  De los 16 versículos de este salmo, 6 están dedicados a «los cielos» (2-7), y 8 (8-16) a «la Tora». (Este Mizmor es tan hermoso y profundo que no puedo dedicarle toda la atención que merece en un solo email. Hoy sólo estudiaremos la primera parte).

De los 6 versículos que se dedican al cielo, 3 son al cielo, propiamente dicho y 3 específicamente al sol.

El Rey David afirma que los cielos son un testimonio de la existencia de Dios (pasuq/versículo 2). Es decir, que al observar los cielos, la grandeza del universo y la perfecta armonía con la que los astros celestes se desplazan, percibimos que el Cosmos es una estructura inteligentemente organizada. Diseñada. No vemos caos sino predictablidad. El universo no podría funcionar como funciona, así por causalidad, sin Alguien que lo gobierne.
El testimonio celestial no es oral sino visual (pasuq 3).   Una invitación a descubrir al Diseñador detrás del diseño.  El Rey David (pasuq 4) nota algo que creo, la mayoría de nosotros no percibimos. Los cielos, todo el movimiento planetario y celestial, la salida del sol y la rotación de la tierra, no generan un ruido ensordecedor como sería de esperar (o quizás ese permanente ruido de fondo existe y nosotros lo precibimos como «silencio»…). De cualquier manera, el rey David usa ese motivo literario para enfatizar que aún sin palabras, los cielos declaran la existencia de HaShem, para quien los quiera «escuchar».
En los próximos pesuqim 5, 6, 7 nuestro Salmo sigue refiriéndose a los cielos, pero particularmente al sol. Es importante para David haMelej hablar del sol como un mero testigo más de la existencia del Creador, ya que para virtualmente todas las civilizaciones de la antigüedad el sol era un dios. En este Salmo, David le atribuye al sol toda la importancia que tiene, aunque no deja de ser un instrumento divino. No es una divinidad, con un poder propio, sino un testigo del verdadero Dios. Es HaShem Quién dispone que el sol salga cada mañana, y que su energía (=calor, versículo 7) llegue hasta los lugares más recónditos [nada escapa a su calor]. Hoy sabemos que los lugares más oscuros de nuestro planeta, el fondo del mar, no podrían tener vida sin la energía solar, aunque esta llegue allí indirectamente.
Un punto más sobre la descripción que hace este Salmo sobre el sol, que me resulta fascinante.    Hay una expresión en el pasuq 5, el primero que se refiere al sol, que a primera vista parece confusa .  «Al sol,  [el Creador] dispuso una tienda por ellos.»
¿A qué se refiere con «tienda», y quienes son «ellos»?
Hace dos mil años atrás nuestros rabinos explicaron que esta «tienda» se refiere a una protección especial que dispuso el Creador. Los Sabios del Midrash (Bereshit Rabba 6:6) llamaron a esta protección  «nartiq» (funda, envoltura) y explicaron que en este Salmo se denomina «tienda» (o carpa, en hebreo אהל) porque, al igual que una tienda en el desierto, la función de ese nartiq es proteger de los rayos del sol a los que en ella habitan.
Luego dijeron que la palabra «por ellos»  se debe entender como «por el bien de ellos», esto es, por el bien de los seres humanos que viven expuestos al sol. En otras palabras, los rabinos explicaron este pasuq así «Dios cubrió al sol con una tienda [una capa, una pantalla] por el bien de los habitantes de este mundo».
Rabbi Yehoshua bar Abin, un rabino del siglo II,  dijo que sin esta protección los seres humanos nos quemaríamos por la exposición directa al sol.
¿Sabían nuestros Jajamim , o David haMelej, de la existencia de un escudo invisible (la capa de ozono, la atmósfera, etc.) que sólo deja pasar una pequeña parte de la energía solar y nos protege de los efectos devastadores de la luz solar ultravioleta, sus rayos gama, sus rayos X ,etc.? Parece que sí….
Rabbi Yehoshua bar Abin también dijo que los seres humanos eventualmente se darán cuenta–con sólo mirar hacia el sol y comprender lo peligroso que sería si el Creador no lo hubiera contenido con una «invisible capa protectora»– de la sabiduría y la compasión del Creador del Mundo. Entenderemos que no es «algo» sino «Alguien» que nos protege y nos permite vivir. En ese momento, una vez más,  los cielos prestarán testimonio de la existencia del Creador .



TEHILIM # 18: ¿Cómo se salva el búfalo de un león?

Lo primero que sabemos de este salmo es que a diferencia de otros salmos escritos hasta este punto, el Rey David no eleva una suplica a HaShem: en este caso, su oración es una oración de gratitud.
Así dice en el primer versículo, Pasuq 1:: «Un poema escrito por David, cuando HaShem lo salvo de la mano de sus enemigos y de la mano de Shaul» (Saul, el primer Rey de Israel, que en un momento persiguió a David e intentó matarlo).
Creo que este salmo, antes de comenzar,  representa una gran lección.  Todos nos acordamos de Di-s cuando lo necesitamos. Y muy poco nos acordamos de Él para agradecerle.  Pedirle a HaShem es muy importante, pero también debemos saber reconocer Su ayuda, Su intervención y Su protección cuando estamos bien o cuando salimos de un mal momento.
El versículo siguiente, Pasuq 2 es  muy especial:
En hebreo   ארחמך ה’ חזקי.  El Rey David le dice a su Creador, «Te amo, HaShem, Tu eres quien me da fuerza».
Hay varios niveles de relacionarse con Di-os.  Hay quienes creen en Él, pero pocas veces se acuerdan de Él.  Hay quienes se acuerdan de HaShem sólo cuando lo necesitan. Hay quienes  se acuerdan de HaShem también para agradecerle. Y hay quienes piensan en HaShem todo el tiempo. Su conexión con Di-s es tan real que no pueden dejar de ver Su intervención y Su ayuda en todo lo que hacen, y percibirlo en todo lo que pasa. No pueden dejar de pensar en HaShem. Este sentimiento era el que sentía David, lo que lo llevó  a decir a HaShem: «te amo», como quien se dirige a sus padres y en señal de reconocimiento, profundo cariño y agradecimiento por todo lo han hecho por uno les dice que los ama.
Este es el nivel de conexión con Di-s que sentía el Rey de Israel.   David «ve» a HaShem en todo momento, percibe como HaShem lo quiere y lo protege. Lo cual  inspira a David a retribuir su amor al Creador.
David dice que HaShem es «Quien le da su fuerza». Veamos…. Lo que finalmente vence a aquellos grandes hombre que tienen que luchar en tantos frentes a la vez es una sensación de cansancio o agotamiento físico y emocional. Hasta para el hombre más fuerte a veces llega un momento en el que dice»No puedo más», «no me dan más mis fuerzas». David, como lo explica a continuación, estuvo cerca de caer, colapsar por agotamiento, dejar de escapara y rendirse por no haber tenido más fuerzas. Pero encontró que su fe en HaShem, saberlo allí presente, le devolvió las fuerzas que necesitaba.  Por eso lo llamó: חזקי, «mi fuerza», es decir, Tú eres quien renueva mis fuerzas» cuando estas se han agotado.
HaShem no sólo le dio fuerzas a David.  En una avalancha de motivos poéticos, todos relacionado con protección, David dice en el Pasuq 3:  ה’ סלעי ומצודתי ומפלטי אלי צורי אחסה בו מגיני וקרן ישעי משגבי.
«HaShem, Tú eres mi roca» (detrás de la cual encontré mi protección), «Tu eres mi fortaleza» (me ocultaste de mis enemigos), «Tú eres mi salvador» (me ayudaste a escapar de mis enemigos), «Tu eres mi Todopoderoso Protector» (me salvaste obrando milagros) «en Ti me refugié» (me hiciste invisible ante los que me perseguían) «Eres mi escudo» (me cuidas aún cuando no te lo pido, aún cuando no percibo que me estás protegiendo).
La próxima metáfora requiere una explicación un poco más detallada: קרן ישעי  significa literalmente, «Tu eres el cuerno de mi salvación». Para entender esta metáfora hay que imaginar una pelea entre un búfalo y un leon.  El leon es el rey de la selva y se alimenta de búfalos. Para el búfalo hay un solo elemento que lo separa de la muerte, lo único con lo cual es capaz de defenderse ante su poderoso depredador: sus cuernos. Sus cuernos son su salvación, su última linea de defensa. A David lo persiguen enemigos que son tan poderosos y voraces como los leones. David es su presa. Una presa fácil y vulnerable. «un búfalo sin cuernos». Pero HaShem lo salva de las garras y de los dientes de sus enemigos, como los cuernos salvan al búfalo.
La ultima palabra de este versículo es משגבי, «mi sostén, mi apoyo». David no tiene que arrodillarse derrotado ante sus enemigos. HaShem no sólo salva la vida de David, también salva su dignidad y su honor.
Luego de enumerar detalladamente todo lo que HaShem hizo por él, David haMelej termina este largo Mizmor asegurando que su agradecimiento a HaShem no será un evento aislado.
En el Pasuq 50 dice:
«Por todo esto, HaShem, te agradeceré públicamente ante todos los pueblos y a Tu nombre dedicaré mis poemas» .
¿Cumplió David con su promesa?  Por supuesto. David no archivó sus Salmos en un «diario personal». David escribió sus palabras de gratitud, componiendo este Salmo y gran parte del libro de Tehilim, en señal de publico reconocimiento a HaShem. Y sus palabras nos ayudan a nosotros su pueblo Israel, (e incluso a muchos otros pueblos, como David lo predijo) a encontrar la inspiración más profunda para alabar y agradecer aHashem.

 




TEHILIM # 17: ¿Cómo se dice en Hebreo «un buen corazón»?

Este Mizmor (Salmo) de Tehilim es una «Tefila» (plegaria) en la cual el Rey David  le suplica a HaShem que lo libere y lo proteja de sus enemigos. No sabemos bien si esos enemigos son sus enemigos externos, los Pelishtim (Filisteos) y otros pueblos contra quienes David peleaba una vez que fue Rey, o sus enemigos internos, los nobles y otros hombres en la corte que conspiraban contra David. Quizás se trataba de los soldados del rey Shaul, que buscaban eliminar a David, antes de que este fuera Rey. Si este fuera el caso, sabemos que al final los soldados dejan de perseguir a David, ya que el Rey Shaul tuvo que movilizar sus tropas para enfrentar a los Pelishtim.  De ser así, sabríamos cómo y cuándo la «plegaria de David» fue escuchada por HaShem.
Este Salmo es relativamente largo y abunda en metáforas y motivos literales.  Explicaremos sólo algunas de estas metáforas.
David describe con dos profundos ejemplos cómo espera que haShem lo cuide de los que lo persiguen.
Pasuq 8: «Cuídame como la pupila del ojo, protégeme a la sombra de Tus alas».
La pupila es la parte mas sensible del ojo. Y está protegida por los párpados de una manera maravillosa. Si un objeto extraño se acerca amenazantemente hacia el ojo, no es necesario que la persona haga un movimiento voluntario par defenderse. Ya que los párpados se cerrarán automáticamente, instantáneamente.  David le pide a HaShem que lo proteja de sus enemigos como los párpados protegen a la pupila.  Es decir, que aún cuando David no sospeche que lo están amenazando,  HaShem opere Sus defensas para protegerlo.
«A la sombra de tus alas».  En este caso, David ha Mélej le pide a HaShem que lo proteja como el águila protege a sus pichones. Las águilas cubren a sus pichones «completamente» con sus alas. Los proteges con su cuerpo, de una manera que quizás ningún otro animal puede hacer (con excepción, quizás de los canguros). Oculta a sus crías de los ojos de sus depredadores.  David le pide a HaShem (y esta interpretación es quizás una evidencia más de que los enemigos son los soldados del Rey Shaul) que lo proteja de sus enemigos, «haciéndolo invisible», en otras palabras, haciendo que sus enemigos no lo vean, no lo descubran cuando él se oculta.
También es interesante ver cómo el Rey David describe a sus enemigos.
En el Pasuq 10, dice el rey de Israel: «Su sebo rodea [su corazón], y sus bocas hablan con vanidad». 
La segunda parte de este pasuq (versículo bíblico) es muy clara: los enemigos del Rey no son hombres humildes, que buscan la verdad o el bien de su pueblo. Todo lo que buscan es su propio bien. Acrecentar su poder para ostentar y disfrutar de la reverencia del pueblo. En última instancia, lo que estos individuos quieren es satisfacer su sed de  honor y su insaciable vanidad.
La primera parte del pasuq, «sebo en el corazón», requiere una explicación menos corta.
De acuerdo a Rashí, el rey David acusa a sus enemigos de tener los corazones rodeados de sebo. ¿Que significa eso?
En primer lugar, en hebreo como en inglés o en castellano, el corazón es el órgano que se relaciona con los sentimientos, y especialmente con la sensibilidad. Cuando se dice de una persona que tiene «un buen corazón», no nos referimos a lo que diría un cardiólogo cuando describe a un paciente sano, nos referimos una buena persona.
Ahora bien, hay una curiosa diferencia entre el idioma hebreo y otros idiomas en cuanto a las metáforas o motivos literarios que se utilizan con respecto al corazón. Por alguna razón (que por cierto desconozco), en inglés o español se habla de un «corazón de oro» para describir una persona con muy buenos sentimientos. En hebreo bíblico, sin embargo, un corazón de oro seria una expresión ofensiva.  El profeta Yejezquel, por ejemplo en el pasuq 36:26, habla de dos corazones: un corazón duro, «de piedra» y un corazón blando «de carne». Me imagino que en el universo de las metáforas Bíblicas, y aunque Yejezquel no lo mencionó explícitamente,  el «corazón de oro», por ser duro, seria más parecido al de «piedra» que al de «carne».
En otras palabras, el corazón ideal no es de piedra ni de oro, sino blando. Pero hay una metáfora adicional que indica que aunque sea de carne, el corazón, a veces, necesita reparación.
La Torá dice en Debarim 10:16  ומלתם את ערלת לבבכם «Y circuncidareis el prepucio de vuestro corazón …».
¿Qué significa la circuncisión del corazón? Nuestros corazones son susceptibles de crear un tejido adiposo («sebo», en la metáfora de Tehilim) que se considera como un prepucio del corazón. Esta capa adicional se va formando cuando perdemos sensibilidad y dejamos de sentirnos incómodos frente a las cosas malas que suceden a nuestro alrededor.   Un corazón rodeado de sebo, es un corazón insensible. Que de acuerdo a la Torá debe ser circuncidado.
El Rey David describe a sus enemigos con esta metáfora Bíblica.  Son gente con un corazón que no siente («sin corazón» diríamos en castellano), con sentimientos que están enterrados bajo una gruesa capa adiposa que ha crecido a su alrededor, y que no han sabido remover.

 




TEHILIM # 16: La verdadera fe judía

שויתי ה’ לנגדי תמיד
En este hermoso Mizmor el Rey David describe su fe en HaShem (Dios). En el versículo 5, explica que si realmente queremos lograr el nivel adecuado de la fe,  primero tenemos que reeducarnos en términos de lo que es y lo que no es nuestro principal objetivo en la vida, nuestra misión.
Luego, en el versículo 8 el Rey David describe la verdadera fe judía. Este versículo es tan importante que está escrito en la mayoría de las sinagogas, por encima del hekhal, el Arca donde se guarda la Torá, y está bien visible para todos en el momento de la Tefilá (plegarias).
En el último pasuq, versículo 11 David concluye su idea: su conexión con Dios es la fuente de su felicidad y lo que le da placer en este mundo y más allá.
Ahora veremos con más detenimiento estos tres versos.
David afirma que HaShem es su último refugio y salvación. Él sabe, y declara,  que todas las cosas buenas que le ocurrieron, han venido de HaShem. El rey de Israel rechaza toda forma de  idolatría y cualquier otro servicio, excepto servir al verdadero Dios.
ה’ מנת חלקי וכוסי
En el versículo 5 se expresa una idea muy profunda: «HaShem, tú eres mi posesión y mi copa». Radaq (Rabí David Qimji, España 1160 -1235) explica el profundo significado de estas palabras. Mientras que para la mayoría de la gente su principal objetivo en la vida (su «posesión» más deseada) y su deseo más profundo es ganar dinero y poseer riquezas, para poder satisfacer todos sus apetitos e instintos («copa), para el Rey de Israel, la principal aspiración existencial es conectarse con Dios. Sentirse cerca de HaShem, satisface todos sus deseos y ambiciones. También sugiere que si verdaderamente queremos sentir la presencia de Dios,  debemos desenfocarnos de la persecución de metas puramente materiales.
אתה תומיך גורלי
«Tú sostienes mi destino». Para el rey David no es necesario recurrir a los oráculos o adivinos, como los adoradores de ídolos hacen cuando están temerosos por la incertidumbre de su futuro. Si estoy cerca de HaShem, razona David HaMelej, Él guiará mi destino, y no tengo nada que temer. Porque incluso si las cosas no salen como yo quiero, yo sé y creo que HaShem está sosteniendo mi destino, lo está manejando según Su infinita sabiduría  y voluntad.
שויתי ה ‘לנגדי תמיד
En el versículo 8 David escribe lo que se considera la máxima expresión de la fe judía «He de poner a HaShem continuamente delante de mí, a mi derecha, por lo cual no voy a tropezar». Para David HaMelekh «Emuná» (la fe judía) no es sólo una cuestión de creencia. La verdadera «Emuná» obviamente comienza con el elemento de «creer», pero va mucho más allá de la creencia. «Emuná» en las palabras de David significa visualizar y sentir que HaShem está presente, tan presente como mi mano derecha. La palabra clave es «tamid», siempre, continuamente. Mi «Emuná» crece en la medida que desarrolle una conciencia más continua de la presencia de HaShem. Y viceversa. Si mi conciencia de la presencia de HaShem es esporádica, y despierta casi exclusivamente en tiempos de necesidad, entonces mi Emuna está lejos de ser perfecta, aún cuando yo declare que creo fehacientemente en Dios. La misión más importante en la vida de un Yehudí es desarrollar la conciencia de la presencia de Dios, y que esta conciencia quede en su mente y en su corazón tanto tiempo como sea posible.
כי מימיני בל אמוט 
«Porque cuando está a mi lado derecho, no voy a tropezar». ¿Cuáles son las consecuencias de tener una conciencia permanente de HaShem? Cuando la presencia de HaShem guía mi vida y regula lo que hago o dejo de hacer durante el día, cuando vivo una vida «consciente de que HaShem me está observando», entonces voy a obrar permanentemente con rectitud. Y no voy a tropezar, moralmente hablando.
Otra explicación  alternativa o complementaria es: ¿Cuál es la manera de mantener una conciencia continua de la presencia de HaShem? Viviendo una vida justa. Una vida guiada por Su Torá me garantizará que voy a tener a HaShem siempre frente a mí, y esa conciencia me va a impedir que me desvíe del camino de la rectitud.
תודיעני אורח חיים שובע שמחות את פניך נעימות מימיניך נצח
En este último pasuq (versículo 11) David HaMelej concluye: תודיעני אורח חיים «Enséñame el camino de la vida», Tu Torá. Y al hacerlo שובע שמחות את פניך voy a encontrar la felicidad eterna, que viene de vivir consciente de Tu presencia; נעימות מימיניך נצח y mientras otros placeres de la vida son sólo gratificaciones limitadas y temporales, el placer y el gozo espiritual  que uno siente al estar conectado con HaShem, es ilimitado y eterno.



TEHILIM # 15: ¿Cómo se mide la integridad?

נשבע להרע ולא ימיר
Este salmo del rey David es my corto, contiene sólo 5 pesuquim (versículos bíblicos) pero es muy rico en significado.
El texto comienza con una pregunta: 
PASUQ 1: «¿Quién merece vivir en Tu tienda? ¿Quién merece morar en Tu Santuario?»
Estas palabras «vivir en Su tienda», «morar en Su Santuario» se refieren a alcanzar un estado espiritual muy elevado: «vivir en la cercanía de HaShem» quiere decir, sentir muy cerca y de manera continua Su Presencia. Esto depende, en primer lugar, del hombre y su deseo de acercarse a Él, y de HaShem, que considere a este individuo merecedor de una atención especial [hashgajá peratit]. La pregunta, entonces, es: ¿Cuáles son las virtudes que un hombre (o una mujer) debe cultivar para merecer vivir cerca de Dios? Y, como explica Maimónides, merecer que HaShem lo tenga en cuenta permanentemente.
PASUQ 2: «El que se conduce con integridad y obra con justicia, y habla la verdad en su corazón».  
Este pasuq enumera de una forma totalmente directa las virtudes que debe poseer «un hombre de bien», aquel que merece vivir en Su Presencia. Todas las cualidades aquí mencionadas tienen que ver con la integrad y la honestidad. No quiere decir que los demás aspectos de la Torá–el culto y los actos religiosos rituales–sean menos importantes. Sólo que este Salmo se concentra específicamente en la moralidad.  En este pasuq se habla de 3 principio que guían el proceder de este «hombre de bien»: la integridad, la justicia y la verdad. En el próximo versículo, como veremos a continuación,  se mencionan 3 malas acciones que el «hombre de bien» evita hacer.
PASUQ 3: «No calumnia con su lengua, no hace el mal a sus semejantes, ni ofende a su prójimo.   
Nuevamente vemos que en este Salmo, el énfasis está puesto en lo moral (ben adam lajaberá) más que en lo ritual (ben adam lamaqom). La primera ofensa que se menciona es leshon hara’: hablar mal de otro individuo, a espaldas de esa persona, con palabras que, aunque sean verdad, puedan causar un daño a esa persona. Luego el pasuq se refiere a evitar causar daños materiales, como robar o agredir a alguien fisicamente. Y finalmente, menciona no ofender a los demás. Aquí ya se trata de evitar causar daños emocionales. Daños que se hacen más que nada con palabras: insultar, agredir, abusar verbalmente de alguien, etc.   
PASUQ 4: «Desprecia a los hombres que hacen el mal, y honra a los temerosos de Dios. Si juró, [cumplirá con su promesa] y no la cambiará, aunque [por mantenerla] se perjudique» 
Este pasuq se refiere a la conducta de este hombre de bien consigo mismo.  En su interior, el «hombre de bien» no envidia a los malvados, aunque estos triunfen y tengan éxito. El modelo del hombre de bien son las personas temerosas de Dios. Es decir, aquellos individuos que se conducen en sus vidaspermanentemente conscientes de que HaShem los está observando. Finalmente, el hombre de bien es sobre todo íntegro. Y ¿cómo se mide la integridad? Cuando uno ya se comprometió a una transacción, y aunque nada firmó ya dio su palabra. Y luego se da cuenta, o sucede que llevar a cabo esa transacción lo perjudicará económicamente y perderá mucho dinero. En estas circunstancias, el hombre de bien no se echará para atrás. No cambiará sus palabras, no las reinterpretará a su conveniencia  ni negará haberse comprometido. El hombre que merece vivir cerca de Dios preferirá perjudicarse económicamente antes que faltar a su palabra. Este es el epítome judío de la integridad.  
PASUQ 5: «Su dinero no prestará con intereses, ni aceptará sobornos para inculpar al inocente. El hombre que así proceda, nunca caerá»,  
y merecerá vivir en la cercanía de Dios, en este mundo y en próximo. 
 
א  מִזְמוֹר, לְדָוִד:    ה’, מִי יָגוּר בְּאָהֳלֶךָ; מִי יִשְׁכֹּן, בְּהַר קָדְשֶׁךָ.
ב  הוֹלֵךְ תָּמִים, וּפֹעֵל צֶדֶק;    וְדֹבֵר אֱמֶת, בִּלְבָבוֹ.
ג  לֹא-רָגַל, עַל-לְשֹׁנוֹ לֹא-עָשָׂה לְרֵעֵהוּ רָעָה;  וְחֶרְפָּה, לֹא נָשָׂא עַל-קְרֹבוֹ.
ד נִבְזֶה, בְּעֵינָיו נִמְאָס וְאֶת-יִרְאֵי ה’ יְכַבֵּד; נִשְׁבַּע לְהָרַע,    וְלֹא יָמִר.
ה כסְפּוֹ, לֹא-נָתַן בְּנֶשֶׁךְ וְשֹׁחַד עַל-נָקִי, לֹא לָקָח: עֹשֵׂה-אֵלֶּה לֹא יִמּוֹט לְעוֹלָם.

 




TEHILIM # 14: ¿A qué lleva una vida sin Dios?

Pasuq 1. De David. Dice el necio en su corazón: «No hay Dios.»  Los hombres se han corrompido, sus acciones son viles; ninguno de ellos hace el bien.

El rey David describe una sociedad sin Dios, y llama al  hombre que niega a Dios, y actúa en consecuencia, «nabal», corrupto. Los rabinos del Talmud acuñaron una expresión que captura el sentimiento de aquellos que se comportan como si no hubiera D-s לית דין ולית דיין, «No hay juicio, ni hay juez.» En otras palabras, ellos piensan que cualquier delito está bien a menos que uno sea atrapado. Pero, si somos lo suficientemente astutos para evitar que nos atrapen los agentes de la ley, o  aquellos que son más malos que nosotros, entonces  no debemos preocuparnos por ningún castigo «divino» en esta o en la próxima vida. Porque la impunidad reina, y no existe un Juez Divino, y probablemente no existe una vida después de ésta …

Los corruptos tienen socios y admiradores que los ven como líderes. Estos seguidores no tienen un pensamiento independiente. Y como la negación de D-s, tarde o temprano, conduce a la corrupción, en este grupo de personas, la corrupción es epidémica.

Pasuq 2 HaShem observa desde el cielo a todos ellos,  a ver si hay alguno de ellos comprende, si alguno de ellos piensa en Dios.

El rey David dice que HaShem observa estos hombres y espera a ver si entre todas esas personas corruptas se puede encontrar una excepción, alguien con el coraje de pensar diferente. Alguien que quizás no está totalmente seguro en su fe en Dios, pero en lugar de actuar mal, opta por buscar la verdad, tratando de encontrar a D-s.

Pasuq 3 Todos se desviaron, todos se han corrompido; no hay quien haga lo bueno, ni siquiera uno.

Pero la búsqueda divina no prospera. En esa sociedad, no hay quein este pensando en D-s. La influencia del  «nabal» es demasiado poderosa. Y muchos están cómodos cuando alguien piensa por ellos.

Pasuq 4 Todos estos malvivientes ¿No saben nada? Ellos consumen a mi pueblo como si comieran pan; y nunca consideran a HaShem.

¿Quiénes son estas personas corruptas? ¿Los que niegan la existencia de Dios? Para algunos comentaristas estas personas son los enemigos de Israel, adoradores de ídolos que niegan al verdadero Dios. La idea que este salmo se refiere a los enemigos de Israel se basa en las palabras «Ellos consumen (= destruyen a) mi pueblo, como si comieran pan».

Para otros comentarios, el rey David se está refiriendo a otros Yehudim, que se han vuelto corruptos porque han perdido su fe en HaShem (o viceversa). David dice que sus acciones son destructivas para el resto de Am Israel, es decir,  dañan, destruyen (=consumen) nuestro pueblo frente a los gentiles y/o influyen para mal en el resto del pueblo  judío.

Pasuq 5-6 Pero [los malvados eventualmente] serán presas del miedo, porque D-s está en el círculo de los justos. Los malhechores diseñan planes para engañar a los pobres, pero HaShem es su refugio.

El Rey David predice que al final los malhechores, tendrán su castigo que vendrá del D-s que ellos niegan. Los corruptos tratan de engañar a los pobres, intentan hacer caer a los ingenuos en sus trampas , pero HaShem ayuda a los que tienen menos, protegiéndolos de sus enemigos, o de aquellos que buscan abusar de ellos. HaShem tiene múltiples formas de castigar a los malhechores…. La impunidad no existe para D-s.

Pasuq 7 La salvación de Israel llegará desde Sión. Cuando HaShem restaure a su pueblo, Yaacob se regocijará e Israel se alegrará

HaShem estará siempre al lado de su pueblo. Incluso después de la derrota y el exilio, eventualmente, HaShem regresará a Sión y restaurará la felicidad de su pueblo.

Un pensamiento que viene a la mente cuando analizamos la sicología del hombre que niega a D-s y se comporta como un corrupto ¿Qué viene primero, la corrupción moral o la negación de Dios? En otras palabras, ¿La gente se comporta con falta de honradez porque no creen en Dios, o en realidad primero se comportan de manera deshonesta y luego, para justificar su comportamiento y excusar su corrupción  «necesitan»  dejar de creer en D-s? Porque si la creencia en Dios no llega a impedir  mi deshonestidad, entonces, mi fe sólo me creará culpa, por lo tanto, mejor me deshago de mi creencia en Dios, de mi conciencia,  y sigo adelante con mi vida corrupta…..




TEHILIM # 13: De la desesperación al optimismo

עד אנה ה’ תשכחני נצח

עד אנא תסתיר פניך ממני

עד אנה אשית עצות בנפשי יגון בלבבי יומם

עד אנה ירום אויבי עלי

13:2 ¿Hasta cuándo, HaShem te olvidarás mí? ¿Hasta cuándo ocultarás Tu rostro de mí?

David haMelej, el Rey David comienza con lo que parece ser un reclamo hacia HaShem. Hay distintas opiniones respecto a las circunstancias en las cuales este Mizmor fue compuesto. Algunos rabinos, basándose en las referencias que en este Mizmor se hacen a los enemigos de David, dicen que David haMelej compuso este Mizmor cuando estaba en territorio enemigo, rodeado de sus adversarios gentiles y escapando de los Yehudim que querían matarlo en Jerusalem. Su situación era desesperante, y no veía una solución posible…

13:3. ¿Cuanto tiempo deberé luchar contra mis pensamientos [para convencerme de que no me has abandonado], y [hasta cuándo] sufriré este dolor en mi corazón? ¿Hasta cuándo mis enemigo seguirán triunfando sobre mí?

Más allá de sus problemas materiales, David haMelej sufría por sentir, quizás por primera vez en su vida, que HaShem lo había abandonado.  Este sentimiento puede ser mejor entendido cuando pensamos en algo parecido que le ocurrió a nuestro patriarca Yaaqob. Cuando Yaaqob se enfrentó a Esav declaró que tenía miedo (כי ירא אנכי אותו). Nuestros Sabios se preguntaron, ¿Cómo es posible que Yaaqob tuviera miedo de ser abandonado por HaShem, si HaShem había prometido proteger a Yaaqob? La respuesta de nuestros Rabinos fue que Yaaqob temió que tal vez ya no merecía la protección de haShem, ya que sus méritos se habían agotado  שמא יגרום החטא … Según esta interpretación, en ningún momento el Rey David duda de la bondad de HaShem. Más bien, duda de sí mismo: si sigue mereciendo la ayuda de HaShem.

13:4. Préstame atención y respóndeme, HaShem, mi Dios. Alumbra mis ojos, y no dejes que me duerma hacia la muerte.

 

De acuerdo a otras opiniones, que se basan en este pasuq (versículo), el rey David se encontraba muy enfermo y veía con desesperación que se acercaba su final, que «dormiría hasta morir».   Es de notar que David nunca dudó de la existencia de D-s. Y es por eso que reza y le suplica a HaShem que le preste atención, que no se olvide de él.

13:5. Que no digan mis enemigos: «Lo hemos vencido», y se alegren cuando yo colapse. 

Los comentaristas explican que en este salmo los problemas del Rey David se describen de mayor a menor.  Para David haMelej el problema mas acuciante era pensar que HaShem no lo estaba escuchando (13;2). En segundo lugar, el pensar de esa forma, el concebir que HaShem lo habia abandonado, lo angustiaba. Tenía que luchar y sobreponerse a esos pensamientos negativos y a sus sentimientos de abandono (13:3). Y por último, lo ponía mal su situación con sus enemigos. Sabía que aprovecharían ese momento de debilidad de David para intentar deshacese de él.

13:6. ¡Yo confío en Tu bondad [HaShem]; mi corazón se alegrará con Tu salvación! Cantaré a HaShem [alabándolo], por [todo] el bien que me habrá de conceder.

Ahora llega la resolución final de este Salmo.  Este es el pasuq más importante y el mensaje fundamental que nos quiere dejar el Rey David. ¡Yo confío en Tu bondad [HaShem]!. David haMelej se da cuenta que HaShem no lo ha abandonado. Percibe que se ha dejado llevar por un sentimiento de impotencia, por un bajón emocional y espiritual.  David haMelej recupera su confianza en D-s (Emuná) y declara su convicción de que, al final, HaShem lo salvará. Que la bondad de haShem es infinita, y por eso, aunque nuestros méritos no sean suficientes, igual podemos rezarle y pedir Su intervención.

¿Qué fue lo que produjo ese cambio en la actitud de David haMelej? ¿Esa transicion entre la desesperanza y el optimismo? ¿Cómo pudo pasar de un estado de desesperación a una situación de Emuná en HaShem?

Lo que le dió fuerza a David fueron sus propias palabras, su Tefilá. Al haberse dirigido a D-s, aún con palabras que se originaban en su angustia y desesperanza, restableció la conexión con HaShem. Y así el rey David se dio cuenta que HaShem nunca lo habia abandonado,  era la desesperación de David lo que no le permitía sentir la presencia de HaShem.

Ese es el inmenso poder de la Tefilá. Lo que nos hace sentir que HaShem está lejos de nosotros o que no nos está escuchando es nuestro propio pesismismo (יאוש). Pero cuando nos dirigimos a HaShem, aunque sea desde el desánimo y el abatimiento, ese contacto que restablecemos con Él, nos permite sentir que Él puede ayudarnos. En este sentido, la Tefilá (la plegaria), no sóloexpresa nuestra fe y esperanza en haShem, más bien las alimenta.




TEHILIM # 12: La mentira como profesión

1. Lamenatseah ‘al haSheminit, salmo de David.
Como casi todos los salmos, éste también ha sido compuesto por David haMelej, quien sufrió y presenció personalmente el inmenso daño que las personas sin escrúpulos pueden causar con sus palabras. David fue víctima de engaños y mentiras en su ejercito, en su corte y hasta en su propia familia.
2. Sálvanos Hashem, pues los hombres de bien han desaparecido, la rectitud se ha desvanecido entre los hombres.
David se pregunta, ¿Qué puede hacer un justo, el hombre de bien, cuando vive en una sociedad en la cual todos mienten y engañan? El hombre íntegro no tolera la mentira, su palabra es sagrada. Pero  ¿Qué le queda por hacer cuando la falsedad se ha instalado para quedarse y donde todos a su alrededor triunfan gracias a sus engaños y estafas? David haMelej teme que ya no queden hombres de bien. Teme que hasta las personas íntegras se hayan adaptado a la «nueva normalidad», a la falsedad, no ya para triunfar, sino para sobrevivir.
3. Los hombres, unos a otros, sólo dicen vanidades, todos hablan el idioma del engaño, como si tuvieran dos corazones.
Los hipocritas tienen un corazón doble: por una lado (con un corazón) odian a una persona, pero por el otro lado (con el otro corazón) simulan amar a esa misma persona. Para engañarlo y eventualmente obtener algún beneficio personal. O en el caso de los enemigos del rey David, alababan al rey en su presencia, para ganarse su confianza y así cuando se presente la oportunidad, traicionar y matar a David para heredar su trono.
Pienso también en la relevancia de este Mizmor para nuestra sociedad contemporánea. En tantos hombres que viven del engaño y que se han convertido en estafadores profesionales. Pienso en las maniobras inmorales pero «legales»; en la letra chica  de los contratos; en las promesas que se hacen sabiendo que no se van a cumplir; en el periodismo que se vende al mejor postor; en las cortinas de humo que fabrican los conspiradores; en la política corrupta, etc. El engaño es endémico. Pareciera que la sociedad humana ha construido un modelo diseñado para que caigan los ingenuos y triunfen los estafadores.
4. HaShem partirá los labios de falsedad, y la lengua que practica la arrogancia. 5. [HaShem castigará a] esos hombres que dicen: «nuestra lengua nos hará poderosos, mientras podamos hablar con nuestros labios, quien nos podrá vencer»?
De acuerdo al rey David, la única esperanza de las víctimas de lamentira «legal» es la intervención Divina. Esperar que Él haga la justicia que los hombres de bien no pueden alcanzar. Que de alguna manera, D-s exponga las mentiras de los estafadores, destruyendo su herramienta de trabajo: su mal usada elocuencia.
6. «Desde el abuso a los pobres, desde el grito desesperado de los abusados, Yo Habré de surgir», dirá HaShem, «venceré [a los estafadores] y los hare desaparecer».
David le pide a HaShem que Él se encargue de castigar a los  que usan sus labios para embaucar y sus lenguas para hacer caer al hombre crédulo. La decadencia humana a veces sólo puede ser corregida por la intervención divina. Para David haMelej, la justicia de HaShem surgirá desde lo mas profundo, desde el dolor de los estafados. Desde el clamor de los abusados.
7. Las palabras de HaShem son puras, refinadas como la plata que ha sido pulida siete veces. 8. Tu HaShem protegerás [a los justos de los malvados], cuidarás [a los hombres de bien] para siempre. 9. Los oprimidos subirán [=surgirán desde los profundo], y los malvados estarán condenados a dar vueltas, [como perdidos, sin saber donde ir].
D-s ha prometido justicia. Y protección a los oprimidos. Y a diferencia de los hombres, Su palabra, Sus promesas, siempre se cumplen. En esta vida o quizás después.  Pero Él hará justicia.  Porque Él conoce la duplicidad del embaucador. Y no tolera la impunidad de los malvados.



Tehilim # 11: Cuando parece que nadie esta mirando…

עיניו יחזו עפעפיו יבחנו בני אדם  

  

(11:1) En este Mizmor los amigos de David le aconsejan a él y a su familia que escapen. Le dicen que el enemigo está cerca, al acecho, esperando su oportunidad para atacar. Y la mejor opción es «escapar a  la montaña como los pájaros», que vuelan hacia los montes donde se sienten seguros, porque allí sus depredadores no pueden alcanzarlos. Pero David se niega a escapar. Tiene fe en HaShem.  Y por eso dice «En HaShem confiaré». Él es mi refugio.

(11:2) David reconoce que, ciertamente, sus enemigos «están preparando sus arcos y flechas para disparar contra él, desde la oscuridad». Aquí la oscuridad no se refiere necesariamente a la oscuridad física sino al anonimato. Los peores enemigos de David no son los que debe enfrentar abiertamente en el campo de batalla. Los hombres más peligrosos son los que conspiran contra el Rey David en secreto. Desde su propia corte. Los traidores. Los que lo alaban frente a sus ojos, o los que supuestamente lo protegen, pero en secreto planean su muerte.

(11:3) David reconoce que en momentos de peligro es natural que «el hombre justo se pregunte, ¿Qué podré hacer contra mis enemigos?» En ese instante parece que la única solución es escapar, salir volando hacia los montes.

(11:4) Pero el Rey David encuentra la respuesta para sus amigos y para sí mismo: En el escenario terrenal, visible, nos parece que los malvados triunfarán, seguirán teniendo éxito en su corrupta misión. A simple vista, nada podrá impedir que sigan sembrando la destrucción.   Pero, afirma David, no hay que olvidar que «HaShem desde Su trono celestial observa todo lo que pasa en nuestro mundo, y Él distingue entre los hombres». En otras palabras, HaShem distingue entre el hombre bueno y el malo, entre el justo y el corrupto. Los hombres pueden simular ante otros hombres. Pero a diferencia de los ojos humanos que pueden ser engañados con artimañas , mentiras y duplicidad, la «mirada de haShem» penetra en el corazón de los hombres. Él, y sólo Él,  conoce la verdad. Sabe lo que sentimos, pensamos y planeamos.

(11:5) Y hay algo más, D-s no es un observador pasivo. Un espectador.  «HaShem ama a los justos», y de alguna manera los protegerá. «HaShem no tolera (y de hecho, aborrece) al hombre que ama la corrupción y la violencia» y de alguna forma, eventualmente, lo castigará.

(11:6) Ya vimos lo que hizo D-s con las ciudades de Sodoma y Gomorra, epitome de la inmoralidad y la injusticia, las «destruyó con fuego y azufre». HaShem no practica la impunidad. No dejará sin castigar la injusticia de los malvados.

(11:7) «Porque haShem», que todo lo ve, que distingue entre el bueno y el malo, «ama las causas justas, y protegerá a aquellos que dirigen sus ojos hacia Él.» Aquí no se refiere únicamente a los hombres que elevan sus ojos hacia HaShem para rezar. Se refiere por sobre todo a los justos. ¿Y cómo define David a los justos? Aquellas personas que antes de obrar piensan: «¿Cómo se verá lo que voy a hacer a los ojos de haShem?». Los justos son los hombres que tiene plena y permanente conciencia de que HaShem nos está observando. Los justos son aquellos que se proponen vivir una vida que sea digna y justa a los ojos de D-s.

 




TEHILIM # 10: ¿Puede haber moralidad sin D-s?

En este Salmo David HaMelej toca una cuestión muy importante y relevante, incluso (o especialmente) para la sociedad moderna. ¿Se puede ser un hombre moral si no se cree en D-s? Tehilim dice que una persona que no cree en D-s, siente que no debe rendir cuentas a nadie, en el ámbito moral, más que a sí mismo. Y puesto que es prácticamente imposible vernos a nosotros mismos con objetividad, para el Rey David, una persona que no tiene a HaShem como su juez está condenado a actuar sin moralidad. Como han dicho nuestros rabinos: kol derej ish yashar beenav, «Todo lo que una persona hace es correcto a sus propios ojos». Somos jueces muy pobres cuando se trata de ver críticamente nuestras propias acciones. Cuando no aceptamos un código objetivo del bien y el mal, el relativismo moral es inevitable.
A veces, dice David HaMelej en el versículo de apertura de este Mizmor, (10: 1), parece como que «D-s se mantiene a la distancia. Ignorando nuestra súplica en momentos de angustia». ¿Cuando pasa esto? Cuando el hombre malvado persigue al pobre y éste cae atrapado en las trampas del corrupto (10: 3). Ese sentimiento de «yo puedo triunfar practicando la injusticia», hace que los malvados crean que tienen éxito porque D-s no existe. Esto se considera una ofensa hacia los «cielos». Blasfemia es (10:4), comportarse como si no existiera un Juez en los cielos. Para David HaMelej las acciones son una consecuencia directa de las creencias. En otras palabras, la injusticia, la corrupción, el robo, el asesinato, todos estos actos son un testimonio de que el autor de estos crímenes cree que no hay D-s.
(10:5) «Sus caminos son inciertos, todo el tiempo». Esto quiere decir que las normas morales de los impíos son erráticas, variables. Un día, si le conviene a él, este acto es correcto, y al día siguiente, si no le conviene a sus interés, ese mismo hecho está mal. Para el judío justo, la moral se mide por la forma en que un acto es percibido por D-s, según lo prescrito en Su Torá. Para los malvados no se trata de la visión de D-s,  sino de cómo el autor «se siente» al respecto. Una cosa es buena si te hace sentir cómodo contigo mismo. No hay GPS moral, si no un sentido de comodidad. Y como sabemos , nuestra mente y nuestra imaginación son insuperables para encontrar excusas y hacernos sentir siempre cómodos, sin culpa, con lo que hacemos.El impío está muy seguro de su éxito, se dice a sí mismo (10: 6), ya que no existe Dios «Yo no tropezaré», no fallaré. Mientras mi plan sea un buen plan, y mientras tenga todos los ángulos cubiertos, no existe ningún factor externo (= Dios) que se interponga en mis esquemas.

Por lo tanto, afirma David, (10: 7) los malvados no dudan en mentir o jurar falsamente «Su boca está llena de promesas, su lengua es toda astucia y engaño». Si no hay Dios, ¿Ante quién seremos responsables por las falsas promesas? El malvado siempre encontrará una manera de sentirse cómodo con lo que hizo, de justificarse a sí mismo por haber tenido que mentir, robar romper su promesa …
Los siguientes versículos describen otras acciones deplorables de los impíos: tienden emboscadas, mienten, arrebatan los medios de los pobres, matan. Diciéndose siempre a si mismos: «D-s no existe. O incluso si existe, (10:11) D-s no está mirando. D-s ignora lo que hacemos. No se involucra. No le importa.»
A partir de ahora, David HaMelej se dirige a D-s y reza por la justicia: En esos momentos en que parece que Tú estás lejos, yo te suplico HaShem: (10:12): «Oh Señor, no te olvides de los oprimidos» (10:14) Tú eres Quién ayuda a los huérfanos. Tú eres Quien romperá el brazo (=el poder) de los impíos (10:15). El mundo sabrá entonces que Tú eres el Rey, el Juez Supremo, para siempre. (10:16). Que Tú sí escuchas el grito de los pobres (10:17) y que harás justicia, y no dejarás que ningún hombre oprima a otro hombre en Tú mundo (10:18).



TEHILIM # 8: ¿Quién está en el centro?

מה אדם ותדעהו, בן אנוש ותחשבהו

«¿Qué es el hombre?» Se preguntaba David haMélej mientras observaba con asombro el inmenso cielo estrellado y calculaba la inconmensurable dimensión del cosmos frente a la desconcertante pequeñez humana. «¿Qué es el hombre para que merezca Tu atención?» Lo creaste cerca de Ti. Pero con el potencial de rodearse de gloria y esplendor.
La humildad es el descubrimiento de nuestra misión existencial. La conciencia de que HaShem está en el centro de la realidad y la cercanía entre Él y nosotros.  Pero esa corta distancia entre nosotros y nuestro Creador, puede crear la peligrosa ilusión de que nosotros somos el centro del mundo.  Esa fantasía emocional se llama en hebreo ga-avá, arrogancia. La ga-avá, según nuestros sabios, es el desplazamiento mental de HaShem. Cuando uno se rodea de gloria y esplendor y se siente el centro del universo.
Comprender la naturaleza de la vanidad nos ayuda a apreciar mejor la humildad.  Si la arrogancia es la raíz de todos nuestros defectos, la humildad es la madre de todas nuestras virtudes.  La humildad es asumir mi periférica realidad. Saber que estoy de paso en este mundo y que tengo un breve espacio de tiempo para cumplir mi misión: trascender. Desplazarme hacia el centro, sin creerme el centro.  Entender que mi intrascendencia material sólo puede ser superada cuando me acerco a HaShem y me apego a Su trascendencia (debequt). Cuanto más cerca nos sentimos de Él, más lejos estamos de la arrogancia. Y viceversa.

 

¿Cómo sienten y actúan los que son humildes?
El arrogante toma posesión. Se adueña. Se siente que lo merece todo. Y que todos le deben. El hombre humilde se siente en deuda. Siente que no posee. Que todo le fue dado en préstamo.  Que lo que tiene es un regalo divino que le fue dado para compartir.  Mientras que el arrogante vive en la dimensión del tener, el humilde habita en el mundo del dar.  Su vida es entrega.
El soberbio parece más de lo que es.  El orgullo es el disfraz que el hombre inseguro viste para disimular sus falencias. Para evitar cambiar.  Para seguir esclavizado a sus defectos. El arrogante es incapaz de admitir errores.  Todo lo que (el hombre orgulloso) hace es correcto a sus propios ojos. Su paz interior depende del aplauso ajeno. Lo importante no es ser, sino parecer. Simular una imagen.
El hombre sencillo, siempre es más de lo que parece. Vive libre de la aprobación pública. Su única preocupación es la aprobación de Dios. Lo que cuenta para él es vivir y hacer lo que sea bueno a los «ojos de HaShem».  Su humildad le permite aceptar que se puede equivocar. Y entonces, puede cambiar, mejorar y progresar hacia el centro.  Seguro de que HaShem es el enfoque de su vida,  siempre se está reencauzando. Reubicando. Se mueve hacia el centro cuando se trata del interés Divino. Y vuelve a la periferia cuando se trata del suyo. El mayor interés del Yehudí sencillo es servir el interés de HaShem. Transformarse en uno de Sus instrumentos.
La vanidad es una película plateada detrás de un vidrio. Crea un espejo que le impide al arrogante ver más allá de su propia imagen. La humildad es una ventana que generosamente se abre hacia los demás. Una invitación a descubrir el mundo de las necesidades del otro.  El hombre humilde es un hombre de servicio. Vive por y para los demás. Está siempre allí para ayudar, consolar, apoyar. Nunca para pedir, recibir, tomar.
El Yehudí que tiene ‘anava, humildad, siente y sabe que servir al pueblo de Israel es servir a Quien lo eligió.
No en vano para nuestra Torá el hombre más humilde que existió sobre la tierra, Moshé Rabbenu, fue también quién más y mejor sirvió al pueblo judío. La Torá llamó a Moshé ‘ebed HaShem, un ser cuya existencia estaba dedicada a servir al Creador, sirviendo a Su Pueblo. El hombre más sencillo fue también (o, fue por eso) el único ser humano que percibió la Presencia Divina, no en una visión o en un trance, sino desde su plena consciencia de que HaShem está en el centro de nuestra realidad.

Dedicado a la memoria de Don Shaul Suttón Dabbah z»l,
el hombre más humilde que conocí.