SEFARADIM vs. ASHKENAZIM: Arroz en Pésaj

Anteriormente explicamos que se considera Jamets sólo a un alimento que proviene de uno de los 5 siguientes granos:  trigo, cebada, espelta, cebada y avena. El arroz, por lo tanto, no es Jamets.  Esta idea fue originalmente discutida en la Guemará. Un Rabino de Erets Israel, Rabbí Yojanán ben Nurí (siglo 1 de la era común) sostenía que no se puede consumir arroz en Pésaj. Los Sabios de la Guemará , sin embargo, concluyeron que el arroz NO es Jamets y que se puede comer en Pésaj. La Guemará también registra que Rabá, un famoso rabino de Babel, solía comer arroz en el Seder de Pésaj. (Pesajim 114b) .
La costumbre Ashkenazí, sin embargo, es abstenerse del consumo del arroz, pero no por considerarlo Jamets.  Los Yehudim Ashkenazim se privan durante Pésaj de consumir todo tipo de legumbres, granos y cereales (qitniyot). Esta es una tradición muy antigua que sigue siendo respetada hasta el día de hoy.  Ahora bien ¿cuál es la razón y el origen de la costumbre de prohibir granos no Jamets y  legumbres en Pésaj?
Tomemos como ejemplo el caso del arroz.
Es muy posible confundir el arroz con el trigo. Las espigas son muy parecidas; los granos de arroz integral y trigo son del mismo color, al igual que la harina de arroz y la harina de trigo. Hay que tener en cuenta que hasta hace unos 40 o 50 años atrás los productos alimenticios no se vendían como hoy, envasados y en supermercados, sino que se vendían por peso en los mercados al aire libre. No era poco común entonces que si alguien compraba arroz encontrara luego granos de trigo mezclados con los granos de arroz. En primer lugar porque los campos donde el arroz se cosechaba solían estar cerca o dentro de los mismos campos donde se cosechaba el trigo o la cebada. Y también porque los granos de arroz (integral, enteros) y los granos de trigo se vendían en los mismos puestos del mercado, utilizando las mismas paletas y balanzas. Era muy posible entonces que algún grano de trigo se mezclara con el arroz. Y como veremos más adelante, la prohibición de Jamets durante Pésaj es tan estricta que un solo grano de trigo transformaría a todo un plato de arroz en Jamets. De aquí la costumbre Ashkenazi de abstenerse del arroz en Pésaj.
Esta no es una tradición exclusiva de los judíos Ashkenazim. Los judíos Sefaradim están divididos en la cuestión del arroz. Los Yehudim marroquíes y otros Yehudim de África del Norte también evitan el consumo de arroz durante Pésaj, mientras que los judíos de Israel, Irán, Irak, Siria y otros países del Medio Oriente consumen arroz durante Pésaj (al punto que el arroz se convierte en la comida más típica de Pésaj, algo así como las papas en la tradición Ashkenazí).   Sin embargo, para evitar la posibilidad de la presencia accidental de un grano de trigo en el arroz, la costumbre de las comunidades persas, sirias, etc. es revisar el arroz tres veces antes de usarlo para Pésaj.
Ahora bien, incluso los que siguen la tradición de abstenerse del consumo de arroz y otras legumbres (qitniyot) durante Pésaj, por los motivos que recién explicamos, pueden mantener el arroz y las legumbres en su posesión y propiedad durante Pésaj, y no hay necesidad de desechar  o vender estos alimentos (Shulján Aruj, Rama, 453:1). También, como lo señala el Rab Eliezer Melamed en Peniné Halajá, aunque la costumbre Ashkenazí es prohibir productos qitniyot durante Pésaj, esto se aplicará cuando los quitniyot son o constituyen la mayoría de ese producto alimenticio (Mishná Berurá idem, 9). Pero si los qitniyot (fructuosa de maíz, almidón de maíz, etc), están presentesen un alimento ya elaborado en una proporción menor, ese alimento no estará prohibido durante Pésaj, aún para los que acostumbran a privarse de quitniyot.
Consulte con su Rabino acerca de las tradiciones de su comunidad.



PÉSAJ: ¿Qué es y qué NO es Jamets?

De las 8 Mitsvot de Pésaj que mencionamos ayer (ver abajo), 6 se relacionan con Jamets. Durante Pésaj NO nos está permitido comer, beneficiarnos o incluso poseer Jamets. Vamos a entender mejor qué es y qué no es Jamets

LOS CINCO GRANOS Jamets (o Jametz) es cualquier sustancia fermentada, sólida o líquida, que proviene de uno de los siguientes 5 granos: trigo, centeno, espelta, cebada y avena. Estos son también los cinco granos de los cuales generalmente se elabora el pan. Nuestros sabios establecieron que solamente sobre un pan hecho de uno de estos cinco granos decimos la berajá (bendición) haMotsí y luego Bircat haMazon.   Si un pan está hecho, por ejemplo, de harina de soja, harina de arroz o de de maíz, no será considerado “pan”.

El proceso de fermentación no ocurre solamente con “la harina” de estos granos.  La cerveza por ejemplo, se elabora a partir de granos de cebadas, que se ponen en remojo y se dejan fermentar.  La cerveza (al igual que el whisky, y otras bebidas alcohólicas a base de granos ) también es Jamets, aunque el grano nunca fue convertido en harina.

Un producto alimenticio fermentado que no contiene ninguno de estos 5 granos no se considera Jamets, incluso si pasa por un proceso de fermentación.  El vino, por ejemplo, pasa por un proceso de fermentación, pero se hace de la uva. Lo mismo ocurre con otras bebidas alcohólicas como el saké (“vino de arroz” japonés) que se elabora a partir de arroz fermentado.

Ahora bien, NO todo lo que proviene de estos 5 granos es Jamets. De hecho la Matsá debe ser elaborada a partir de uno de estos 5 granos. La Matsá también es un tipo de “pan”. En hebreo se llama “pan pobre” o לחם עוני, y , en español se llama “pan ácimo”, que significa, pan no fermentado.

¿Cuál es entonces la diferencia entre el pan y la Matsá?

TIEMPO La diferencia fundamental entre el pan y la Matsá es el tiempo. El pan y la Matsá se preparan con los mismos ingredientes básicos: harina y agua. La diferencia es la siguiente: para preparar Matsá,  una vez que se mezcla la harina con el agua, no se puede dejar reposar la masa. Esta debe ser amasada y horneada en menos de 18 minutos.  Ya que si se deja la masa inactiva por 18 minutos o más, desde el momento en que la harina entró en contacto con el agua, esa masa se considera fermentada. A esta fermentación se la llama en hebreo Jimuts, y al producto de esta fermentación se lo llama “Jamets”. El pan común se elabora con harina y agua, y en el proceso se deja reposar la masa intencionalmente para que ésta fermente. Al fermentar, la masa se agranda y se forma el pan con miga (la miga, que no encontramos en la Matsá, es evidencia del proceso de fermentación) .

AGUA Si la harina procedente de uno de los cinco granos se mezcla “exclusivamente” con jugo de fruta, o con miel o con huevos sin que se le agregue a esta masa nada de agua, no se producirá el Jimuts o la fermentación prohibida en Pésaj. Técnicamente, si se prepara  una masa mezclando harina de trigo con puro jugo de frutas, sin agua, y la dejo reposar, esa masa no es Jamets, se llama Matsá Ashirá y se puede consumir durante Pésaj.

SEOR En todos los ejemplos mencionados no hablamos aún de la levadura per sé, o en hebreo שאור. La prohibición de Jamets incluye adicionalmente la prohibición del uso, y la posesión, de levadura. La levadura no es un elemento comestible, sino un aditivo. Hasta hace un siglo atrás la levadura se elaboraba en casa. ¿Cómo se preparaba la levadura? Mezclando harina y agua y dejando reposar esa masa por un periodo de 4- 5 días. Esa “masa” ácida y con olor a alcohol se conoce en español como “levadura natural” o también “masa madre” (ver este interesante artículo http://tequedasacenar.com/como-hacer-masa-madre-como-hacer-pan-13/) y se usa como un catalizador del proceso de fermentación. En otras palabras, en el proceso de elaboración del pan fresco, una vez que la harina y el agua se mezclan, se introduce un poco de esa levadura natural en la masa, para acelerar y mejorar el proceso de fermentación. La masa se inflará más rápido y mejor y el pan saldrá mucho más esponjoso. Todas las prohibiciones de Jamets (consumo, posesión, beneficio) se aplican también al seor, la levadura natural o comercial

Leilui Nishmat Meir ben Gabriel Tubi ז»ל



PÉSAJ: Los 8 mandamientos de Pésaj

Falta menos de un mes para Pésaj. El primer Seder de Pésaj se celebrará B’H la noche del lunes 10 de Abril de 2017. Las leyes y tradiciones de Pésaj son tantas y tan diversas que nuestros rabinos indicaron que 30 días antes de Pésaj debemos empezar a estudiar las leyes y costumbres de Pésaj. Así que, ya estamos un poco atrasados …

Vamos a comenzar por aprender la Mitsvot bíblicas de Pésaj. Esto es, las leyes seminales de esta festividad, de las cuales todos los demás detalles y Halajot de Pésaj se desprenden.

En su introducción a Hiljot Pésaj, Maimónides describe uno por uno los mandamientos de esta festividad, enumerando un total de 8 Mitsvot bíblicas relacionadas con Pésaj. Es importante destacar que en este cálculo, Maimónides NO incluye las Mitsvot relacionadas al sacrificio de Pésaj (qorbán Pésaj).

Hay 3 mandamientos positivos y 5 prohibiciones concernientes a Pésaj.

LOS 3 MANDAMIENTOS POSITIVOS DE PESAJ

אכילת מצה 1. Comer Matsá durante la primera noche de Pésaj (en la diáspora, esto se convierte automáticamente en la obligación de comer Matsá durante las DOS primeras noches de la festividad). Durante el resto de Pésaj está prohibido comer Jamets pero no hay una obligación formal de comer Matsá.

2 והגדת לבנך. Relatar a nuestros hijos durante la primera noche de Pésaj (en la diáspora, las dos primeras noches) la historia de la esclavitud en Egipto y nuestra redención. Este relato , en términos prácticos, consiste en leer y explicar la Hagadá de Pésaj. Esta Mitsvá incluye muchas otras Mitsvot y tradiciones, como por ejemplo la realización del Seder, beber las cuatro copas de vino, comer el maror, etc.

3 השבתת חמץ. Renunciar a la posesión de nuestro Jamets en la víspera de Pésaj, el 14 de Nisán (el lunes 10 de Abril) antes del mediodía. En los próximos días explicaremos esta Mitsvá en detalle.

LAS 5 PROHIBICIONES DE PESAJ

4 איסור אכילת חמץ. La prohibición de comer Jamets durante Pésaj. Se considera Jamets a una comida que contenga trigo, cebada, centeno, avena o espelta que hayan fermentado. En los próximos días explicaremos este punto en detalle.

5 איסור אכילת תערובת חמץ. La prohibición de comer cualquier comestible que contenga algo Jamets o se-or (levadura natural) durante Pésaj. La Guemará cita como ejemplos de mezcla de Jamets el kutaj haBabli, un queso tipo cottage (כותח=cottage?) que contenía pedacitos de pan, y el shejar hamadi, una bebida alcohólica hecha de a base de grano, posiblemente cerveza.

6 בל-יראה. La prohibición de poseer Jamets durante Pésaj, independientemente de dónde se encuentre ese Jamets.

7 בל -ימצא. La prohibición de poseer Jamets durante Pésaj. Estas Mitsvot, la 6 y la 7, son de hecho idénticas, no hay ninguna diferencia entre ellas y se aplican exactamente igual. Este es un caso excepcional en toda la Torá. Los Jajamim se refieren a este par de Mitsvot con las palabras hebreas: בל יראה בל ימצא (“No se verá, no se hallará”).

8 איסור אכילת חמץ ערב פסח אחר חצות היום. La prohibición de comer Jamets en vísperas de Pésaj (lunes 10 de abril), a partir del mediodía. Los rabinos adelantaron esta prohibición unas dos horas, por lo tanto el lunes 10 de abril podemos consumir Jamets solo hasta el final de la cuarta hora del día. Vale aclarar que esta “horas” no son horas de 60 minutos, sino “horas diurnas”, que se obtienen dividiendo por doce el periodo diurno del día (desde el amanecer hasta el anochecer).

En los próximos días B’H tendremos la oportunidad de definir y profundizar cada una de las ocho Mitsvot de Pésaj.




PESAJ, en el Bet haMiqdash

La víspera de Pésaj, el 14 de Nisan, era un día muy intenso en el tiempo del Bet haMiqdash. Cientos de miles de Yehudim habían llegado a Yerushalayim desde todos los confines de Israel y se disponían a sacrificar el qorbán pésaj (=la ovejita o cabra que se sacrificaba y se consumía por la noche). Los que venían de afuera de Yerushalayim se hospedaban en casa de familiares o conocidos, o muchas veces, donde hubiera lugar. En general las casas en Yerushalayim estaban abiertas para todos los que quisieran hospedarse. Cuando no había más lugar disponible, se anunciaba colgando un paño rojo arriba de la puerta.
La gente se juntaba en grupos de familias llamados «jaburot» o en singular «jaburá». Cada jaburá, que podía consistir de 50, 60 y hasta 100 personas, compartían un mismo qorbán. La ovejita era llevada por la tarde del 14 de Nisán al Bet haMiqdash por uno o dos representantes de cada jaburá, y allí era sacrificada.  Luego el animal era asado entero, en una sola pieza.  Por la noche, siendo ya el 15 de Nisán, se realizaba el Seder de Pésaj, más o menos como lo hacemos hoy. Se leía la Hagadá, se hacían las preguntas de Ma Nishtaná, se servía mucha comida, incluyendo otros qorbanot como jaguigá, y todo acompañado, por supuesto, de matsá y maror. La gente se sentaba sobre almohadones y comían reclinados, como los nobles. Se bebían las cuatro copas de vino brindando por nuestra salvación, redención, libertad, y asignación como pueblo elegida, y al final de la cena, antes de la medianoche, se repartía el qorbán pésaj como afiqomán (última comida, o «postre») entre todos los miembros de la jaburá.  Cada uno tenía que comer de ese qorbán por lo menos un pedazo del tamaño de una aceituna (kazait).  Luego del qorbán Pésaj se recitaba el Birkat haMazón, la bendición de agradecimiento a HaShem por nuestra comida.
Hacia la medianoche, una vez terminada la cena de Pésaj, todo el mundo subía a las terrazas de Yerushalayim, y desde allí, mirando hacia el Bet haMiqdash, que estaba iluminado por la luna llena, todo el pueblo cantaba el Halel (los salmos de Tehilim que se recitan en agradecimiento a HaShem por habernos liberado de Egipto).  Las voces de millones de Yehudim cantando el Halel, todos al mismo tiempo, llenaban la ciudad de una melodía inigualable. La Gemará describe que esas voces eran tan poderosas que la gente sentía que las terrazas de la ciudad se movían.
Luego de la destrucción del Bet haMiqdash,  acostumbramos a poner en la bandeja de Pésaj, la que’ará, un hueso con carne (o entre los Ashkenazim, una pata de pollo) para recordar el qorbán Pésaj. Y también, al final del Seder comemos una porción adicional de Matsá, Afiqomán,  en recuerdo del qorbán Pésaj, diciendo:  «[Comemos esta matsá ]en recuerdo al qorbán Pésaj, que se comía una vez que uno está satisfecho» 
También recitamos el Halel, al concluir la Hagadá, después de comer el Afiqomán.  En realidad lo recitamos dos veces: primero en la Sinagoga  y luego en casa, al final del Seder.
Hay otra hermosa costumbre, que muy pocos practican hoy en día, que se hacía en recuerdo a ese famoso Halel del Bet haMiqdash.  ¿Saben cuándo solía la gente hornear las Matsot que se utilizaban en el Seder de Pésaj?  El 14 de Nisán, después del mediodía de la víspera de Pésaj. Exactamente cuando se acostumbraba a sacrificar el qorbán Pésaj. Este es el tiempo ideal para preparar las Matsot (Mitsvá min hamubjar), que es similar al tiempo que se preparan las jalot en un viernes normal. Y mientras se preparaban las Matsot en la víspera de Pésaj, ¡se acostumbraba a cantar el Halel! Hoy en día, esta costumbre virtualmente se perdió, excepto en algunas comunidades judías de Yemen y  Kurdistán.
יהי רצון שנזכה לחגוג את חג הפסח בבנין בית תפארתינו במב»י, אמן
Lea este fabuloso artículo del New York Times , donde un chef escribe sobre la Matsá Shemurá. El chef, judío, se asombra del sabor especial de esta Matsá, y descubre que su sabor se debe a la calidad del grano, ya que está cuidado desde el momento de la cosecha. El artículo también describe, con mucho respeto y admiración, el conocimiento y la exquisita rigurosidad del Rab encargado de supervisar el proceso de elaboración de la Matsá Shemurá.    
El artículo original está en inglés, haga click aquí para leer una traducción «improvisada» al español de este artículo, hecha basicamante por translate.google.com 



Pesaj, Matsá y Maror

De acuerdo a Rabbán Gamliel hay 3 conceptos que deben mencionarse en el Seder para cumplir con la mínima obligación de transmitir a nuestros hijos la historia de Pésaj:  Pésaj, Matsá y Maror.
Antes de explicar estas ideas una por una, veamos cómo se relacionan entre sí.
Pésaj, es lo que HaShem hizo por nosotros. Matsá, es lo que hicimos nosotros, ‘am Israel, para merecer nuestra libertad. Y Maror es lo que nos hicieron los Egipcios. De esta manera, estos 3 conceptos apuntan al rol de los 3 protagonistas de la historia de Pésaj.   
Hoy y BH mañana explicaremos estos 3 conceptos.  Empezaremos de atrás para adelante.
MAROR
Como ya lo explicamos, el Maror nos recuerda la forma en la que los egipcios nos maltrataron, nos demonizaron y nos hicieron sufrir. Rabban Gamliel nos dice que no debemos privar a nuestros hijos de esta dolorosa información. De alguna manera deben saber que nuestro destino como pueblo elegido implica estar expuesto a la demonización y la persecución de los pueblos. Hay otra razón adicional, muy importante, por la cual debemos preservar la memoria de nuestro sufrimiento.  La Torá nos enseña a canalizar positivamente la memoria del dolor y la opresión que nuestros padres sufrieron  en Egipto. ¿Cómo? Haciendo todo lo posible para que otra gente NO sufra. Preocupándonos por el que tiene menos y recordando que no debemos oprimir al débil, o a quién trabaja para nosotros. Así dice la Torá: «Y amarás [=te preocuparás por, te ocuparás de] el extranjero  [=el desprotegido, la persona que puede ser abusada] ,porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto». Y como experimentamos en carne propia lo que se sufre cuando uno es abusado, estamos capacitados mejor que aquellos que no sufrieron, para evitar que otros pasen humillación, pobreza, hambre. Mientras que muchos que pasan penurias piensan en la venganza, nosotros enseñamos a nuestros hijos a preservar la memoria de nuestra aflicción y canalizarla, haciendo todo lo posible para evitar que otros sufran lo que nosotros sufrimos.
MATSA
La Matsa representa lo que el pueblo judío hizo para merecer su libertad. Los procesos de cambios socioculturales suelen llevar muchos años, décadas y hasta siglos. En el caso del pueblo judío TODO ocurrió en unas pocas horas.  HaShem ordenó a los Yehudim que tomaran una oveja y la mantuvieran con ellos hasta el día 14 de Nisán (víspera de Pésaj). Hay que recordar que los egipcios adoraban a muchísimos animales, ya que para ellos los animales encarnaban los poderes de sus dioses. El cocodrilo o el hipopótamo, por ejemplo, eran adorados como seres sagrados por encarnar la fuerza y la ferocidad.  Las ovejas, especialmente los machos conocidos en español como «carneros», simbolizaban la virilidad y el poder de la procreación. Los Yehudim  se enfrentaba ahora a un gran desafío: debían tomar uno de esos carneros, mientras esperaban las órdenes de HaShem de sacrificarlo. El pueblo de Israel, al tomar y sacrificar el carnero, demostraría que podía «liberarse» de la cultura idólatra. Recuerden que los Yehudim vivimos inmersos en esa sociedad por muchas generaciones y estuvimos expuestos a todo tipo de supersticiones y fetichismo, propios de la ‘aboda zara (idolatría). El 14 de Nisan, HaShem ordenó a los Yehudim sacrificar el carnero, exponer su sangre en las puertas, asarlo y comerlo. Hay que imaginar la dificultad sicológica de sacrificar y comer, un animal que sus amos consideraban un dios. Recuerden que los esclavos naturalmente temen a sus amos, y cuánto más deberían haber temido a los «amos de sus amos», ¡a los animales que sus amos consideraban dioses!   HaShem quería que los Yehudim «merecieran» su libertad, demostrando que ya no eran esclavos del pensamiento idolatra, y que ellos ya entendían que los dioses egipcios eran falsos: productos de la imaginación humana, la superstición y la manipulación de los líderes de la idolatría. Los Yehudim no dudamos, y en una sola noche, en un tiempo inferior al que le lleva la masa del pan fermentar, desenmascaramos la idolatría, nos liberamos de ella, la dejamos atrás y nos entregarnos en las manos de Boré Olam.
También podríamos haber demorado la partida, ya que íbamos a dejar una tierra que aunque no era ideal, ¡era lo familiar! y encaminarnos hacia lo desconocido. Y no solamente no demoramos la partida sino que nos apresuramos a partir. Salimos con tanto entusiasmo que no nos importó que no ibamos a comer pan… La Matsá nos recuerda que todo fuebejipazon, aceleradamente:  en un mismo día nos liberamos de Egipto y de sus dioses y nos entregamos en las manos de Boré Olam.   El profeta Yirmiyhau recuerda este gran mérito de Am Israel, cuando dice (en nombre de haShem):  «Recuerdo tu mérito de joven, tu amor [incondicional por Mi]: cuando fuiste capaz de seguirme hasta el desierto, a una tierra seca [sin agua, y sin más comida que la Matsá]» (Jeremiah 2:2).



PARASHAT HAJODESH : ¿De dónde viene el nombre Nisán?

חזרנו לקרוא החודשים בשם שנקראים בארץ בבל, להזכיר כי שם עמדנו ומשם העלנו ה
 רמב»ן שמות י»ב , 2
Mañana BH comenzaremos el mes de Nisán. Leeremos la Perashá de la semana, Tazria, y sacaremos un segundo Sefer Torá para leer haJodesh haze lajem, esto es, un texto del libro de Shemot (Exodo) capitulo 12 «Este mes será para ustedes el primer mes….de los meses del año».    En el calendario hebreo hay 12 meses (o 13 cuando hay un año «bisiesto»,  y se agrega un Adar, más o menos cada tres años). En la Torá los meses se cuentan con números ordinales: primer mes, segundo mes, etc. El mes de Nisán, es el primero de los 12 meses del año. Para quien siempre se guió por el calendario gregoriano, aquí hay algo raro….  Enero es el primer mes de los meses y también es el primer mes del año. En el calendario hebreo, sin embargo, el año comienza en el Séptimo mes del año, que es el mes de Tishrí (en hebreo moderno Tishrei). Y el primer mes de los meses es Nisán.
De aquí en adelante voy a citar lo que dice Rambán (Najmánides, 1194-1270).  El mes que hoy llamamos «Nisán» (no confundir con Nissan, sin acento en la «a», la automotriz japonesa) fue elegido como el primer mes del año, por ser el mes de Pésaj: para que cada vez que contemos los meses recordemos el gran milagro de nuestra redención. Así, cuando decimos «el tercer mes» estamos diciendo, «el tercer mes,contando desde el mes de nuestra redención«. Rambán explica que algo parecido, aunque en sentido contrario, ocurre con los días de la semana. Los días de la semana en hebreo, como en portugués, se cuentan con los ordinales: primer día ( יום ראשון) domingo, segundo día (יום שני), lunes, etc. Y cada vez que contamos los días lo hacemos en referencia al Shabbat: Cuando decimos en hebreo «Lunes» (שני בשבת), estamos diciendo «hoy es el segundo día, contando hacia Shabbat«. Así cada vez que mencionamos un día de la semana nos acordamos del Shabbat.
Pero hoy en día, aunque seguimos contando los días de la semana con números ordinales, ya no contamos los meses con sus nombres ordinales sino que decimos: Nisán, Iyar, Tishrí, etc.¿Por qué? Estos nombres no son nombres hebreos, son en realidad los nombres de los meses en la antigua Babilonia y luego en Persia (tal como figuran en meguilat Ester!).
La gran pregunta es: por qué los judíos abandonamos los nombres Bíblicos de los meses y adoptamos los nombres de los meses no judíos?
Rambán (12:2) explica que esto tiene que ver con una profecía de Yirmiyahu (Jeremías).  Yirmiyahu tuvo la difícil tarea de anunciar que si el pueblo de Israel persistía en su abandono de la Torá, el Bet haMiqdash y Yerushalayim serían destruidos, y que los sobrevivientes serían llevados como cautivos a Babilonia. Pero también consoló al pueblo, anunciando que HaShem milagrosamente los traería otra vez desde Babilonia hasta la tierra de Israel. Este gran milagro ocurrió en el año 538 aec, cuando, como dice en los dos últimos pesuquim del Tanaj,  el emperador persa Ciro, Koresh, anunció que HaShem se reveló a él,  y le ordenó reconstruir Su Casa, el Bet haMiqdash, en Yerushalayim. Y Koresh también invitó a todos los Yehudim que quisieran regresar a Israel a hacerlo bajo su protección.
Yirmiyahu había profetizado la destrucción y el exilio (capítulo 16: 9-13) y también el regreso del pueblo de Israel a su tierra. Y allí mismo (16:14-15) dijo que cuando esto suceda, cuando HaShem haga regresar al pueblo judío de la tierra de Babel hacia Israel:  «…ya no se dirá [solamente] que HaShem … sacó a los hijos de Israel de la tierra de Egipto, sino que se dirá que HaShem trajo de regreso a los hijos de Israel [a su tierra] desde la tierra del norte (Babel) y desde todos los países donde los había exiliado» .
Nuestros sabios entendieron que no quiere decir que el recuerdo de la Redención de Babel vaya a reemplazar al recuerdo de la redención de Egipto. De hecho, no existe ningún evento en la historia judía que sea mencionado y recordado tantas veces como nuestra liberación de Egipto. Hay decenas de Mitsvot, y entre ellas no sólo Pésaj sino Shabbat, Tefilín, Shema, etc. que nos recuerdan la salida de Egipto.
Pero, ¿qué hacemos entonces con la indicación del profeta Yirmiyahu, recordar el gran milagro de la redención de Babel?  Rambán explica, como citamos en el texto hebreo arriba, que ésta es la razón por la cual contamos los meses con los nombres babilónicos, para que siguiendo la indicación del profeta Yirmiyahu, cada vez que mencionemos el nombre de uno de los meses de nuestro calendario, «también» recordemos nuestro exilio en Babel, nuestro cautiverio y especialmente nuestra milagrosa redención de Babel.
Que disfrutemos todos un buen Jodesh Nisán, y que siempre recordemos, valoremos y estemos agradecidos a HaShem por todo lo que Él hizo y hace por Am Israel.