EQEB: Berit Mila del Corazon

«ומלתם את ערלת לבבכם וערפכם לא תקשו עוד» (דברים י’ טז’).

2 TIPOS DE CIRCUNCISIÓN
Cuando hablamos de «circuncisión», nos referimos generalmente al Berit Milá, la primera Mitzva que un niño judío experimenta en su vida, y que consiste en remover el prepucio, la capa cutánea, que cubre el órgano sexual masculino. Pero nuestra Parashá , Equeb, describe un tipo diferente de circuncisión: la circuncisión del corazón. La Torá dice (Deuteronomio 10:16.): «Y circuncidareis el prepucio de vuestro corazón …». ¿Qué es el prepucio del corazón y cómo se realiza esta circuncisión cardíaca? En Hebreo, como en español, el corazón es el órgano asociado con las emociones, el amor y la sensibilidad («Te quiero con todo mi corazón», «Tiene un corazón de oro..», etc). En este sentido, nuestros corazones son capaces de crear una capa cutánea virtual, invisible al ojo, pero absolutamente real. El prepucio del corazón se va formando, por ejemplo, cuando normalizamos lo inmoral, cuando dejamos de sentirnos incómodos frente a las cosas malas que suceden a nuestro alrededor.
ADAPT OR DIE
Nuestros corazones pueden volverse insensibles a la injusticia o al dolor. ¿Cómo? Es un proceso… Seguramente la primera vez que presenciamos un acto de injusticia o engaño contra los más débiles o inocentes, nos sentimos mal y molestos. Pero, ¿qué pasaría con nuestro corazón si viviéramos en un ambiente donde «todos» practican la injusticia, el engaño y la corrupción? En esas circunstancias, lamentablemente, uno termina adaptándose («adaptarse o morir» dicen en ingles), y la forma de adaptarse es desarrollando un prepucio virtual sobre el corazón, que supuestamente «lo protege», lo aísla de la sensibilidad. En un extraordinario mandamiento la Torá nos previene acerca de esta cobertura cardiaca y nos dice: No dejes que tu corazón se cubra por un prepucio a su alrededor. No te adaptes a la injusticia. No te sientas cómodo alrededor de la corrupción. No dejes de sentir que algo está mal cuando todo el mundo actúa mal. Y si esto pasa, tienes que «circuncidar tu corazón».
ANESTESIA EMOCIONAL
Hay algo más. La Tora dice que HaShem se interesa por los huérfanos, por las viudas y que Él defiende a los pobres, a los desposeídos, a los individuos que sufren. HaShem nos pide que no nos permitamos perder nuestra sensibilidad hacia los demás, dejando que nuestros corazones estén cubiertos por esa gruesa capa cutánea. Yo tenía un amigo, z»l, que solía viajar por negocios a Calcuta, India, una de las ciudades más pobres del mundo. Me contó que el primer día que llegó, no lo podía soportar. Al ver a tantos mendigos en la calle, especialmente niños ciegos, deformes, discapacitados, rogando por una moneda, su corazón quedó al borde del colapso… Pero lentamente se fue acostumbrando a ver gente sufriendo a su alrededor. Un día ya no se sintió incómodo y se dio cuenta de que para él los indigentes se habían convertido en una parte normal del paisaje de Calcuta. En ese momento, al notar que su corazón se había cubierto de una piel dura e insensible, llamó a todos los pobres de la cuadra y los invitó a almorzar. Esta gran hombre fue capaz de identificar su propia «cobertura-cardiaco» e inmediatamente la extirpó de su corazón.
La circuncisión del corazón exige una autoevaluación constante de nuestros sentimientos, sobre todo, de la ausencia de sentimientos. Si detectamos una capa cutánea alrededor de nuestro corazón tenemos que actuar inmediatamente. La práctica de la justicia y los actos de Jesed (caridad, bondad, generosidad) son el «Berit Milá, el mejor antídoto para remover la insensibilidad de nuestros corazones.



VAETJANAN: Los peligros de la riqueza heredada

Cuando HaShem tu Dios te haya traído a la tierra que prometió entregar a tus padres Abraham, Isaac y Jacob… una tierra con grandes ciudades que tú no edificaste; con casas llenas de todo tipo de cosas buenas, que tú no trabajaste por ellas; con pozos de agua que tú no cavaste y con viñas y olivares que tú no plantaste, entonces cuando comas y te sientas [cómodo y] satisfecho, ¡ten cuidado de no olvidarte de HaShem, tu Dios, que te sacó de Egipto de la casa de servidumbre! «
Deut. 6: 10-12
LOS EFECTOS ADVERSOS DE LA PROSPERIDAD
La parashá de esta semana, Vaetjanán, nos dice que el pueblo de Israel está listo para entrar a la Tierra Prometida. Es cierto que va a tener que luchar por conquistar esta tierra, pero HaShem les prometió que los acompañará en el campo de batalla, así que en el plano militar, la victoria está asegurada. Es por eso que al hablarle al pueblo sobre la nueva tierra, Moshé no se muestra preocupado por la guerra, sino más bien por la paz. Y más específicamente por la «prosperidad heredada» y sus efectos secundarios. La tierra que van a conquistar está totalmente equipada. Los judíos NO van a tener que pasar los próximos años trabajando duramente para construir ciudades, muros y casas. Ni siquiera van a tener que sembrar los campos: de hecho, van a heredar la tierra prometida con casas edificadas; pozos y cisternas llenos de agua; campos con el grano listo para ser recogido y árboles, viñedos y olivares que ya están dando sus frutos.   Pero esto, que parece ser la materialización del mayor sueño de un hombre, puede convertirse en una trampa espiritual y psicológica. La Torá advierte al pueblo de Israel contra aquel fenómeno que los psicológicos norteamericanos llaman «affluenza» (=los efectos negativos de la riqueza, de la palabra «affluence», «afluencia»). La «affluenza» se puede contraer cuando uno tiene todo lo que necesita, todo lo que quiere y todo lo que desea. Una persona así puede volverse arrogante, desagradecido y egoísta.
LA RIQUEZA HEREDADA
La «affluenza» no suele afectar a las personas con un buen pasar material que han trabajado duramente para obtener lo que tienen. Los que están más expuestos a la «affluenza» son las personas que tienen todo lo que quieren «por herencia». Estos individuos privilegiados no necesitaron «aprender a ganar» el dinero trabajando duro: el gran esfuerzo lo hicieron los padres. Padres que inocentemente creyeron que sería muy positivo para sus hijos permitirles disfrutar de la prosperidad sin realizar el esfuerzo personal para alcanzarla. «Yo trabajo para mis hijos» dicen estos buenos padres, y suponen ingenuamente que al heredar la prosperidad, sus hijos cultivarán un gran aprecio hacia sus benefactores, sus progenitores, y les estarán eternamente agradecidos. Muchos padres también creen que al haber recibido tanto, sus hijos aprenderán naturalmente que hay que ser generosos y magnánimos con los demás, imitando lo que sus padres hicieron por ellos. Hay casos así: pero creo que son más la excepción que la regla.
¿COMO DAR SIN EDUCAR?
Muchos padres descubren que lejos de haber educado a sus hijos e hijas a ser agradecidos, al «darles todo sin exigirles nada» lograron exactamente lo contrario: sus hijos «malcriados» no aprecian ni valoran lo que recibieron de sus padres y puede que por el resto de sus vidas piensen que lo más natural es recibir de los demás sin hacer ningún escuerzo. En algunos casos, una vez que los hijos se acostumbran a recibirlo todo, no solamente que no sienten la necesidad de «dar» sino que, por el contrario, ¡siempre están pidiendo más!. Fueron entrenados para recibirlo todo y ahora esperan que el mundo entero los siga complaciendo, ¡sin necesidad de hacer ningún mérito para conseguirlo! Este era el miedo principal de Moshé Rabenu. Él temía que algo parecido pudiera suceder con la herencia que Dios le está «regalando» al pueblo de Israel. Que sean afectados por la «affluenza» y se hagan egoístas, desagradecidos, y demandantes. Y por eso les advierte: Tengan cuidado con la riqueza. Especialmente, con la riqueza heredada. Nunca se olviden de «QUIEN» nos da todo lo que tenemos.
APRENDER A RECIBIR
La Torá nos enseña a apreciar y aprender a expresar nuestra apreciación permanentemente. Así, por ejemplo, cada vez que disfrutamos o comemos algo, bendecimos (=reconocemos) a Dios antes de hacerlo diciendo una berajá, una bendición por la comida. Y cada vez que terminamos de comer expresamos nuestro agradecimiento a Dios en voz alta y en una elaborada plegaria llamada «Birkat haMazón».
Finalmente, HaShem no solo espera de nosotros que sepamos apreciar y agradecer. Él también demanda que hagamos lo mismo que hace Él. Que «imitemos la generosidad de Dios» compartiendo aquello que recibimos de Él con aquellos que tienen menos. Y cuando nos acostumbramos a dar, automáticamente, aprendemos a valorar lo que hemos recibido.



MATTOT: Sobre niños y ovejas, por Rabanit Coty Bittón

 

EL PRIMER EJÉRCITO DE ISRAEL

Nuestra posesión más preciosa son nuestros hijos. Trabajamos para ellos. Ahorramos para ellos. Y hacemos todos los esfuerzos necesarios para que nada les falte, para que tengan todo lo que necesitan, y más. Mi pregunta es: ¿los padres actuamos consistentemente con este fin en mente, o a veces nos olvidamos y alguien tiene que recordarnos que lo más importante son nuestros hijos?

En nuestra Parashá Matot, la Torá cuenta que las tribus de Rubén y Gad poseían mucho ganado, y antes de entrar a la tierra de Israel, le piden a Moshé asentarse en el otro lado del Jordán, en los territorios de Sijón y Og, tierras muy fértiles. Moshé en un principio se niega. ¿Por qué? Porque el pueblo judío tenía que enfrentarse militarmente a los poderosos pueblos de Canaán, y necesitaban un ejército fuerte y sólido. Estas tribus constituían casi el 20% del ejército, y su deserción iba a causar una gran frustración en todas las demás tribus. Moshé les dice: ¿Cómo se van a establecer en estas tierras y dejar a sus hermanos luchar en las guerras de conquista sin ustedes? Moshé les exige que se unan a la guerra de conquista. Entonces, los líderes de estas tribus le dicen a Moshé que ellos en ningún momento pensaban abandonar al resto de las tribus: el plan era asentarse rápidamente en las nuevas tierras, unirse al ejército de Israel y pelear junto a sus hermanos. Y ofrecen algo más: ir al frente de la batalla, es decir, en la posición más arriesgada. Estas son las palabras que le dicen a Moshé (beMidbar 32:16) «Construiremos corrales para nuestro ganado y ciudades para nuestros hijos… y luego nos alistaremos en el ejército». Moshé acepta la propuesta y les responde afirmativamente (beMidbar 32:25): «¡De acuerdo! Construyan las ciudades para vuestros hijos y los corrales para vuestros animales…».

MOSHE Y SIGMUND FREUD

En este punto, hay que notar, con ojos freudianos, una pequeña pero muy significativa diferencia en un tema incidental entre lo que dijeron los líderes de estas tribus y lo que les dijo Moshé. Moshé cambia el orden de los factores: mientras que los líderes de las tribus mencionaron lo que construirían para asentar «a sus animales y a sus hijos», cuando Moshé responde, primero menciona a los niños y luego a los animales. Tengan en cuenta que en ese tiempo, las vacas y las ovejas no eran mascotas: el ganado era el capital, el dinero y el trabajo de uno. Moshé notó que estos hombres, literalmente, ¡pusieron a su dinero antes que a sus hijos! Finalmente, y luego de escuchar a Moshé, los líderes de las tribus ponen la casa en orden y le dicen a Moshé que harán lo que él les ordena (beMidbar 32:25-26): «Nuestros niños, nuestras mujeres y todos nuestros animales se quedarán allá en las montañas del Gil’ad, mientras nosotros iremos a la guerra». Ahora, primero mencionan a los niños, a sus familias, y luego a los animales. Aunque esta diferencia en la escala de valores no se discute explícitamente, sino que ocurre a un nivel subconsciente, parecería que entendieron que estaban equivocados. Y alcanzó con escuchar a Moshé repitiendo lo mismo que ellos, pero en el correcto orden de prioridades, para que aprendieran la lección.

LO URGENTE Y LO IMPORTANTE

Seguramente todos nosotros sabemos que nuestros hijos son más importantes que nuestro dinero. Cualquier padre o madre a quien preguntemos nos va a contestar que obviamente valoramos a nuestros hijos mucho más que nuestros bienes materiales. Sin embargo, los padres no siempre actuamos de acuerdo con ello. Y como alguna vez dijo Mafalda: «Lo urgente nos hace olvidar lo importante». Es decir: sé que es muy importante estar con mis hijos, dedicarles tiempo, escucharlos, jugar con ellos, «pero no tengo tiempo». Sé que tengo que interesarme por ellos, hablar de cómo fue su día y saber qué están haciendo en internet, «pero estoy tan ocupado». Así, sin planearlo ni quererlo, no nos queda tiempo (o fuerzas) para «lo más importante de nuestras vidas». A veces, sin querer, ponemos a nuestros hijos en un segundo plano. Recuerdo algo gracioso pero triste: una amiga tenía una empleada doméstica a la que le confiaba a sus hijos para que los cuidara. Pero nunca le permitía que pusiera la ropa a lavar en su lavarropas porque no confiaba en que supiera lavar la ropa sin arruinarla.

LA HISTORIA SE REPITE

A veces, sin darnos cuenta, repetimos la historia de nuestros ancestros y le damos más importancia al bienestar material que a la educación de nuestros hijos. Seguramente los hombres de Gad y Rubén sabían perfectamente bien que sus hijos eran más importantes que sus posesiones materiales, pero como casi todos los padres, necesitaban que alguien, en este caso Moshé, les recordara el orden de prioridades. Nuestra brújula, nuestro referente, es la Torá. Y cada vez que la estudiamos, nos debe recordar claramente que nuestros hijos van primero.

SHABBAT SHALOM

HALAJOT. Leyes de Tish’á beAb
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PINEJAS: Judaismo y Nepotismo

TODO POR MIS HIJOS
Moshé Rabenu sabe que su vida pronto va a terminar. También sabe que su pueblo, Am Israel, necesitará un líder que lo reemplace. ¿Quiénes eran los candidatos para tomar el puesto de Moshé? Lo más natural en esa época y en esas circunstancias hubiera sido que los hijos de Moshé lo reemplazaran.  Al fin y al cabo «todo nuestro sacrifico es para nuestros hijos”.  Y Moshé podría haber pensado que él se merece ver a sus hijos seguir sus pasos y tomar el liderazgo del pueblo. Aparte del punto de vista formal, y tal como lo vieron y vivieron por siglos en Egipto, Moshé, que era desde todo punta de vista práctico  «el Monarca» de los judíos merecía establecer su propia dinastía.
 
MERITO vs. FAMILIA
Pero sorprendentemente, los hijos de Moshé no son mencionados en la Torá como candidatos a la sucesión de Moshé. Y los Sabios del Midrash afirman que Moshé en un principio sí pensó en sus hijos como sus sucesores naturales. ¿Cómo lo sabemos? Los sabios dedujeron esta idea de la yuxtaposición del texto que habla de Tselofjad, y el texto que habla de quién reemplazará a Moshé.  Tselofjad no tenían hijos varones. Las hijas expresaron a Moshé que ellas merecían heredar las tierras de su padre. Al final, la Torá les da la razón y las hijas de Tselofjad obtuvieron su herencia. Los Sabios indican que en ese momento Moshé pensó: “Si las hijas de Tselofjad heredan la tierra de su padre, mis hijos, deberían heredar mi posición de liderazgo”. En este punto, los Sabios, con una inusual ausencia de eufemismos, reconstruyen la respuesta teórica que Dios le manifestó a Moshé: “¡Tus hijos no hicieron nada (ישבו להם) para merecer heredarte! No asistieron a la casa de estudios y no se esforzaron para aprender Torá.” En otras palabras, la Torá, el estudio, la capacitación intelectual y espiritual, no se recibe por herencia como un pedazo de tierra. Si no existió el esfuerzo personal por parte de los hijos, heredar automáticamente un puesto de liderazgo, sería simplemente «nepotismo».
 
TRÁMITE DE SUCESIÓN
Pero aquí no termina el tema. HaShem, al final, le transmite a Moshé que quien lo sucederá será Yehoshua, el asistente de Moshé. Los Sabios del Midrash dicen que HaShem le transmitió su decisión a Moshé de esta manera: “Yehoshua, si bien no es ni tu hijo ni tu sobrino, [es tu discípulo] y se esforzó en todo lo que pudo. Durante los años que te asistió, Yehoshua se levantaba muy temprano por la mañana y se presentaba en la casa de estudios de Torá (בית ועד). Allí, y antes de que llegara cualquier otra persona, Yehoshua limpiaba el piso, disponía las alfombras y arreglaba los bancos… estuvo dispuesto a realizar cualquier trabajo que fuera necesario, sin importarle que ese trabajo fuera o no fuera acorde a su prestigio. etc.…. Además, Yehoshúa se quedaba en la casa de estudio hasta altas horas de la noche, y solo se marchaba cuando ya todos se habían marchado.”  La comparación entre Yehoshúa y los hijos de Moshé no deja lugar a ambigüedades. HaShem le enseña a Moshé –y por su intermedio a todos nosotros– que los judíos pertenecemos a una sociedad «meritocrática»: los méritos propios tienen más valor que los méritos heredados. Lo que se valora es el esfuerzo personal. Las posiciones de liderazgo son asignadas en base al merecimiento, en virtud del talento, la educación, la competencia y la aptitud específica del individuo para ese determinado puesto.  
 
LA TIERRA Y EL LIDERAZGO
A diferencia de un pedazo de tierra o una gran fortuna, la Torá — el liderazgo en el ámbito de Torá– NO se hereda automáticamente de padres a hijos. El hecho de que mi padre sea o haya sido un gran sabio o un gran líder, no me convierte a mí, su hijo, en un gran sabio. Y viceversa. Es posible que un gran sabio haya tenido un padre que no era un gran sabio. En última instancia, la posición depende del esfuerzo propio. Así le explicó el gran sabio judío Aqabiyá ben Mahalalel a su hijo. Cuando Aqabiyá estaba por morir, su hijo le pidió que «lo recomendara» a sus colegas, que eran los más prominentes rabinos y líderes del pueblo judío. «Con tu recomendación, papá, muchas puertas se van a abrir, y yo voy a poder pertenecer a ese grupo de elite que me va a acercar a cargos muy importantes».  Pero su padre se negó «a recomendarlo a los Sabios». Su hijo le preguntó: ¿Acaso encontraste algo malo en mí? Y su padre le respondió una frase que quedó para la historia:; Hijo mío, no es mi recomendación la que te va a otorgar prestigio y un puesto de liderazgo, sino tus acciones.  מעשיך יקרבוך ומעשיך ירחקוך «Tu conducta te va a acercar a ellos o te va a alejar de ellos» 
 

 

 



PINEJAS: Yehoshúa y el poder de la empatía

CARACTERÍSTICAS DE UN LIDER JUDIO
En nuestra Perashá, Pinejás, cuando Moshé Rabenu se entera que su vida está por acabar, le ruega a HaShem nombrar al sucesor adecuado para dirigir a Bené Israel. Y dice (Bamidbar 27:16) «Eloqe harujot lejol basar» (Dios, que conoces los espíritus de cada ser vivo). El Midrash explica que Moshé imploró a HaShem que asignará a un líder con esa característica: un hombre «asher rúaj bo», que pueda conocer los espíritus de todo ser vivo. Esto es: un hombre que comprenda el carácter de cada individuo. El líder ideal de Israel debe ser paciente, con mente abierta y debe estar preparado para lidiar con diferentes tipos de personalidades. Con aquellos que necesitan una mano fuerte, y con aquellos que necesitan un enfoque más sensible. Con los que pueden escuchar una opinión distinta y con aquellos que presentan más resistencia y requieren explicaciones adicionales o una estrategia de persuasión no convencional.
EL MAESTRO
HaShem entonces, designa a Yehoshua como sucesor de Moshé. Yehoshua  era «un maestro» de la empatía, y entendía que hay diferentes tipos de inteligencias y que en el tema de la comunicación, uno debe adaptarse a los demás.  Un líder que antes de reaccionar y enojarse se tome el tiempo para entender las razones de la opinión del otro. Yehoshua era capaz de ponerse en la piel del otro y entender no solo lo que su interlocutor dice, sino lo que está tratando de decir.  En TODAS las relaciones humanas necesitamos de la empatía, el entendimiento de que a pesar de que todos venimos de los mismos ancestros, Adam y Eva, somos muy diferentes. Como dijeron nuestros Sabios  keshem shepartsufehem shonot… »  del mismo modo que no hay dos personas con caras idénticas, tampoco existen dos personas con la misma forma de pensar o comunicarse (Berajot 5b)».
LA MIOPIA:¿ES CONTAGIOSA?
La empatía es fundamental en un líder. Por empatía me refiero a la capacidad de percibir los sentimientos del otro e internalizarlos sin  negarlos o ignorarlos. Es la capacidad de suspender por un momento nuestro propio punto de vista, y no juzgar el comportamiento de los demás de acuerdo a la forma en que «uno» siente o se comporta. No me puedo molestar con mi esposo si sus gustos respecto a la comida son diferentes a los míos. No puedo decirle a mi hija adolescente que es ridículo tener miedo a subirse a una montaña rusa en un parque de diversiones, solo porque yo no le tengo miedo a las alturas. Tenemos diferentes temperamentos, formas de percibir la vida, miedos, y sensibilidades.   Todo el mundo ha vivido experiencias distintas en la vida que han afectado a sus personalidades. Mis lentes son personalizados.  A mí me ayudan a leer mejor y a ver mejor. ¡Pero no puedo pretender que mis anteojos le sirvan a los demás! De hecho, si alguien usa mis anteojos, ¡no va a poder ver!
PARENTING Y EMPATIA
En nuestro papel de padres, la empatía es absolutamente necesaria. Cualquier padre con más de un hijo sabe que los niños son muy diferentes entre sí, incluso cuando fueron criados en el mismo hogar y por los mismos progenitores. Nosotros, los padres, debemos prestar mucha atención y entender a cada uno de nuestros hijos según su personalidad e individualidad, con el fin de ser empático con sus necesidades, y saber cuál es el mejor enfoque a aplicar con cada uno de ellos en particular.  Comencemos por convencernos de que nuestros hijos son diferentes. ¡Cada uno tiene un espíritu distinto! Llamamos al preescolar «Gan Yeladim», literalmente  «un jardín de niños», «o jardín de infantes».  Pero, te preguntaste alguna vez, ¿por qué se llama «jardín»?  Porque a fin de brindar a los pequeños las bases correctas en los comienzos de su educación, hay que ser como un jardinero, que sabe que cada una de sus plantas tiene necesidades diferentes.  Algunas plantas necesitan agua una vez al día. Otras plantas, irónicamente, se marchitarán si las regamos a diario. Hay plantas que necesitan mucho sol, y otras, sombra. Al igual que las plantas, todos nuestros hijos necesitan atención. Pero esa atención debe ser personalizada. Adaptada a cada uno de nuestros hijos en particular.
Tenemos que ser para nuestros hijos lo que Yehoshúa fue para Am Israel: entender que cada uno de nuestros hijos tiene su propio universo mental.



JUQAT: Con la pluma, con la espada o la palabra

 Entre la Perashá de la  semana pasada y la Perashá de esta semana, Juqat, han pasado 40 años. Nos encontramos ahora en el último tramo de la travesía que comenzó cuando salimos de Egipto.  La generación que había vivido en la esclavitud la mayor parte de su vida, desapareció. Los que quedan son sus hijos, que si bien nacieron en la esclavitud han tenido tiempo, 40 años, para desprogramarse de la mentalidad de esclavos y pensar y actuar como seres humanos libres.  Las voces que reclamaban volver a Egipto y regresar a una vida de opresión pero sin responsabilidades, ha desparecido. Y a diferencia de sus padres esta nueva generación, no tiene miedo. Está preparada para luchar y conquistar la tierra de Israel.

LA PREGUNTA

De cualquier manera, la situación no es fácil. Quieren entrar a Israel por el camino de Edom, por el sur, la via mas directa hacia a la tierra prometida.  Pero Edom, un pueblo que será su futuro vecino,  no facilita el ingreso. Israel tiene que bordear Edom. El camino es muy largo y la gente ya está muy cansada. Ahora nos encontramos con un episodio memorable, pero muy triste. El pueblo se queja por la falta de agua. HaShem le indica a Moshé que tome su bastón (maté) y que congregue al pueblo frente a una roca. Moshé debe hablarle a la roca y por debajo de la misma surgirá un manantial de agua.  Moshé hace todo lo que HaShem le dice. Bueno, casi todo. La minúscula digresión de Moshé respecto a la orden divina es que en lugar de hablarle a la roca, Moshé la golpea con su bastón. HaShem le dice a Moshé, sin indicar explícitamente cuál fue su falta, que él y Aharón no van a liderar más al pueblo. Moshé morirá en el desierto. Y Yehoshua tomará el mando y los llevará a conquistar la tierra de Israel. Todos los comentaristas Bíblicos se preguntan qué fue lo que hizo Moshé para merecer una sanción tan severa. Según Rashí. “Moshé no tenía que haberle pegado a la roca, le tenía que haber hablado”. Creo que todavía puede parecer exagerado el castigo a Moshé.  ¿Es tan grave el error de Moshé? Especialmente si tomamos en cuenta que HaShem le pidió a Moshé que tomará su vara… Y que 40 años atrás, en una situación muy parecida, HaShem le dijo a Moshé que haría salir agua de una roca y que Moshé debía “golpear” la roca. ¿Cómo se justifica ahora un castigo tan grande por una desviación tan pequeña que puedo haber sido un error?

UNA POSIBLE RESPUESTA

¿Qué les parece si profundizamos el aspecto simbólico de “pegarle” a la piedra vs. “hablarle” a la piedra?  Recordemos el contexto: la generación anterior era una generación de esclavos que estaba entrenada a obedecer a los golpes.  La única forma de hacerlos reaccionar era con el látigo o el palo: los castigos físicos.  En un artículo llamado “Esclavitud, una institución que deshumaniza” Nell Painter explica que en el siglo 16, 17 los esclavos africanos estaban expuestos a todo tipo de torturas físicas y sicológicas, los marcaban como animales, los mutilaban, y los obligaban a ver las torturas aplicada a los miembros de su familia.  En Egipto , 3000 años antes, las condiciones de los esclavos hebreos no pueden haber sido mucho mejor…. y eso dejó sus secuelas.  Pero la nueva generación era diferente. Ya tuvieron tiempo para adoptar su nueva identidad: ahora se transformaron en el pueblo de HaShem, el pueblo que se somete voluntariamente a las instrucciones de Torá, la autodisciplina (quedushá).  Este nuevo pueblo elegido tiene que  ser educado y liderado con palabras; no con golpes. Pensemos en la diferencia entre nuestra sociedad moderna y la generación anterior. Hace solo 40 o 50 años atrás los maestros golpeaban a sus alumnos en la clase para disciplinarlos.  El mundo, en ese aspecto, cambió radicalmente.   En ningún país civilizado se concebirá que un maestro le pegue a sus alumnos. Un fenómeno parecido ocurre en el seno de las familias.  Conozco muchos padres que fueron criados “con el látigo”, y que hoy en día les cuesta liberarse de esa carga. Porque es difícil dejar de usar la fuerza como una herramienta de persuasión cuando uno no se entrenó en otras formas de imponer la autoridad. Los padres más jóvenes, sin embargo, aprendieron a sustituir el látigo por la palabra y establecer su autoridad por el peso de lo que dicen.  

Es posible que en el caso que trae nuestra Perashá sea algo parecido. La nueva generación tenía que olvidar el poder del «golpe». Es como si HaShem le hubiera dicho a Moshé  “Toma la vara, ¡pero no la uses! Háblale a la piedra ¡y no la golpees!. Quiero que la nueva generación se libere de la pesada herencia del látigo, y aprenda a usar la palabra.”

SHABBAT SHALOM

2024:

VIP: «drapetomania»,   segun el diccionario de Oxford: “Una forma de disfuncionalidad  que supuestamente afectaba a los esclavos en el siglo XIX, manifestada por un impulso incontrolable de escapar de sus amos blancos, que era prevenible mediante azotes regulares




SHELAJ LEJA y el origen de Fake News

LOS HECHOS
El pueblo judío está en el desierto, preparándose para la conquista de la tierra prometida. Moshé decide enviar 12 hombres para una misión de inteligencia: ingresar disimuladamente en territorio enemigo y explorar sus debilidades y fortalezas. Esta información es absolutamente necesaria para que la conquista militar de Canaan fuera un éxito y haya que lamentar el menor número posible de muertes. Los 12 espías exploran la tierra de norte a sur. Al cabo de 40 días, cuando llegan de regreso al desierto, son rodeados por las multitudes. La gente con la entendible ansiedad de tener alguna información acerca del territorio en el que muy pronto van a vivir, se congrega alrededor de los espías para escuchar lo que le cuentan a Moshé. Y allí empiezan los problemas… porque se crea una trágica situación que va a afectar, literalmente, a toda una generación. Al principio no lo notamos porque parece como que todos los espias hablan con una misma voz, pero muy pronto vemos que hay dos grupos “enfrentados” entre los espías. Los que quieren ir a Israel y los que no.
El discurso de los espías que expresan su oposición a Israel es un magnífico ejemplo de demagogia y retórica usada para manipular y persuadir a las masas, algo de mucha relevancia en nuestros tiempos de Fake News, donde el periodismo objetivo ha desparecido y se ha transformado en propaganda de estadoo o partidos politicos.
Veamos algunas ilustraciones.
EL MIEDO A LA LIBERTAD
Lo primero que nos aclara la Torá es que los espías tenían ya formada su opinión «antes» de ir a explorar la tierra. Estos lideres de Israel no querian una tierra por la cual tuvieran que pelear: preferian regresar a la estabilidad de la esclavitud de Egipto, donde seguramnte serian recomopensados por haber traido a los esclavos de regreso.  Y cuando uno ya tiene una idea determinada, y desea el beneficio que de esta idea derivará, los datos o la realidad nunca lo harán cambiar de opinion.  Hace unos años dos congresistas de Estados Unidos anti israelíes (y antisemitas) informaron que querían visitar Israel «para ver con sus propios ojos la situación de los palestinos allí». Algunas personas pensaron inocentemente que era una extraordinaria oportunidad para que vieran la realidad de Israel, entendieran que los árabes que viven en Israel son los más privilegiados del Medio Oriente,  y cambiaran de opinión. El gobierno de Israel fue menos ingenuo: no importa lo que vean o dejen de ver, pensó el gobierno, la opinión anti-israelí de estas dos congresistas ya está formada y nada las va a hacer cambiar de parecer. En todo caso va a ser peor: van a regresar con Fake News:  “Ahora ya vimos Israel y es mucho peor de lo que pensábamos”.
Es posible, pero es muy difícil que la gente cambie su opinión cuando ya está formada su ideología.
EMPIEZA POR LO QUE QUIERES DESCARTAR
Los 10 espías, critican a Israel pero sorprendentemente comienzan hablando bien de Israel: “Israel es una tierra que mana leche y miel”, es decir, que es apta para la cría del ganado (para obtener la leche) y para la agricultura (miel, que no indica en este caso la miel de abejas, sino el dulce zumo de los dátiles maduros).  ¿Por qué? En el campo de la retórica es sabido que cuando uno quiere convencer a su audiencia de que “A” es mejor que “B”, no puede simplemente ignorar los argumentos de “B”.  Si lo hace, a la gente siempre le quedará la duda. Por lo tanto, hay que presentar brevemente a “B”, con argumentos seleccionados, como para pretender que uno tiene objetividad, para así quitarle puntos al lado contrario. Y algo más: cuando uno quiere convencer a la audiencia que “A” es mejor que “B”, ¿tiene que empezar presentando “A” o presentando a “B”? Respuesta: cuando un juez presenta su fallo y, digamos que en su veredicto declarará al acusado “inocente”, va a presentar en primer lugar los argumentos que demuestran la “culpabilidad”, luego los descartará, y terminará presentando los argumentos de “inocencia”.  Por lo general, cuando un individuo presenta dos posibles ideas, los primeros argumentos que presenta, son los que al final va a descartar.
METER MIEDO
Cuando un demagogo quiere que la gente lo escuche y lo siga, no dirige sus palabras hacia la inteligencia de su audiencia, sino hacia sus emociones. Las masas se dejan llevar por las pasiones, no por los argumentos “lógicos”. Una de las emociones más efectivas para la manipulación de las masas es  el miedo. No importa si lo que uno dice es verdad, exagerado o imaginario. El miedo penetra en nuestro ser, sin pasar por el filtro de la mente. Los 10 espías arman toda una campaña de intimidación. Dicen por ejemplo: 1. “Los hombres contra los cuales tendremos que luchar son ¡salvajes!” Nos van a vencer militarmente, y los que no mueran en la batalla, serán torturados por el enemigo. 2. Además de salvajes, «¡Son gigantes!», Parecen jugadores de rugby.  Frente a ellos nos veíamos como insectos. 3. “Amaleq”, el primer enemigo de Israel, que atacó a mujeres, niños y ancianos, “habita en el sur” y ¡serán los primeros enemigos que tendremos que enfrentar (recuerden que el solo escuchar el traumático nombre de Amaleq, causaba pánico en el pueblo) 4. “La tierra de Israel se traga a sus habitantes”. ¿Piensan que podrán vivir allí en paz? ¿Cultivando la tierra y criando ganado? En realidad, la tierra es hostil. Tanto que “se traga a sus habitantes” que mueren de forma constante. En sus esfuerzos por desmoralizar al pueblo los espías describían a Israel, la tierra fertil, como si fuera Islandia: una región rocosa, esteril, volcánica y donde los movimientos sísmicos (que tragan a la gente) abundan.
Hoy en día el discurso del miedo es el preferido de algunos personajes políticos. Los tiranos y dictadores por lo general “inventan” un enemigo al que culpan de todos lo males «que en realidad, ellos mismos producen» y persuaden al pueblo que el enemigo “los amenaza”, etc. y así dominan la mente de las masas.
¡NO SE PUEDE!
Los espías fueron enviados con una misión de inteligencia: identificar objetivamente el poder y las debilidades del enemigo. Pero tal como lo hacen algunos periodistas del “Fake News”, en lugar de reportar los hechos, los espías se convirtieron en «asesores politicos» y reflejando sus miedos (o sus intereses personales, según otra opninión) proclaman la derrota antes de empezar la guerra: LO NUJAL LAALOT. ¡No podremos conquistar la tierra!
El pueblo comenzó a llorar, gritar y entrar en un estado de pánico y desesperación. Los dos espías leales, Yehoshua y Caleb, intentan hacer entrar al pueblo en razón y les ofrecen argumentos racionales: ¿Ya se olvidaron del poder de HaShem y las 10 plagas en Egipto? ¿Ya se olvidaron que venció al poderoso ejército del Faraón? ¿No se dan cuenta de que es Dios quien nos está guiando hacia allí y que Él nos prometió cedernos esta tierra? «¡No teman! Con la ayuda de Dios, ¡vamos a poder conquistar la tierra!”
Pero ya era demasiado tarde. Los argumentos “lógicos” de Caleb y Yehoshúa no pueden eliminar ni apaciguar el efecto desmoralizador del Fake News y sus palabras de sabiduria caen en oídos sordos. El resto, es historia conocida.
Entre las líneas de esta Perashá, podemos aprender a identificar los principios de la demagogia y la manipulación. Muy importante para que no seamos ingenuos y no nos engañe el aceitado mecanismo del Fake News.
SHABBAT SHALOM



SHEMINI: ¿Por qué es tan importante cuidar Kashrut?

En la Parashá de esta semana, la Torá introduce la dieta del pueblo judío: el Kashrut. Esta dieta no tiene que ver necesariamente con el bienestar físico, como una dieta baja en calorías  u otras dietas que seguimos hoy para adelgazar o mantenernos saludables. El Kashrut concierne explícitamente a una conducta, un comportamiento «especial» o Quedushá (santidad) que Dios exige a Su pueblo.

KASHRUT Y AUTOCONTROL

De acuerdo a la Torá, la santidad, o en hebreo Quedushá, se enmarca en primer lugar en un concepto cardinal: el autocontrol y la disciplina, particularmente en aquellas áreas del comportamiento humano relacionadas con la satisfacción de instintos primarios como la alimentación y la vida sexual. Controlar nuestros impulsos nos confiere «santidad», pues nos humaniza, es decir, nos diferencia de los animales, que obviamente no pueden controlarse y «decir NO» a sus impulsos primarios. La Guemará en Pesachim (49b) revela algo sorprendente sobre este tema al afirmar que no todas las personas tendrían el derecho de consumir carne. Según Ribbi Yehudá haNasi, un ser humano que no sabe controlar sus impulsos no debería consumir carne animal, aunque dicha carne sea Kasher. רבי אומר: עם הארץ אסור לאכול בשר. «Una persona sin una mínima educación no puede consumir carne». ¿Por qué? Porque un individuo sin conducta moral mínima, una persona incapaz de decir NO a sus deseos, no se encuentra en un nivel por encima de los animales que le otorgaría el derecho de consumir su carne.

KASHRUT Y EDUCACIÓN DE LOS HIJOS

Los judíos nos adiestramos en el autocontrol desde una edad temprana. Recuerdo una vez, en una fiesta, un señor no judío se acercó a mí y me felicitó por uno de mis hijos, a quien le había ofrecido un dulce que mi hijo rechazó porque no sabía si era Kasher. Esto es más o menos lo que me dijo este señor: «Rabino, ¿cómo se hace para educar a un niño de 5 años a que tenga autodisciplina? Yo tengo 3 hijos, uno de esa edad, y la verdad es que no puedo con sus apetitos. Los niños de hoy son consumidores voraces, entrenados por la sociedad moderna para consumir todo lo que se presenta ante sus ojos, son insaciables… pero tu hijo es diferente. Le ofrecí unos dulces, los tomó y me dio las gracias. Pero, para mi sorpresa, antes de llevarse el caramelo a la boca, fue a preguntarle a su hermano mayor si podía comerlo… ¿Cuál es el secreto? ¿Qué regalo le prometiste a tus hijos si no comen dulces? ¿Los amenazaste con algún castigo severo?«. Le respondí que no había premios ni amenazas y que en realidad, cualquier niño judío cuya familia observa las leyes de Kashrut posee ese mismo nivel de autocontrol. También le confesé (y mientras lo decía, me sorprendí al escucharme) que nunca necesité explicarles a mis hijos las leyes de Kashrut, las aprendieron naturalmente, imitando lo que vieron de sus padres y hermanos.

KASHRUT E IDENTIDAD

La dieta Kosher es también una poderosa señal de identidad judía. A veces, he estado en un avión y me he sentado al lado de una persona que no tenía ninguna identificación judía: ni Kippa, ni Maguen David, ni nada que lo mostrara como judío, hasta que le sirvieron su bandeja Kosher… En un viaje, en un hotel o en una reunión de negocios, hoy en día, uno puede identificar a quienes son judíos por el Kashrut. Al seguir una dieta kosher, los judíos nos hacemos más conscientes de nuestras elecciones alimentarias y evitamos participar de eventos sociales con aquellos que no comparten nuestras prácticas religiosas. Esto crea una barrera natural que nos ayuda a preservar la identidad judía y evita la asimilación en círculos no judíos. Al mismo tiempo, fomenta la interacción y la conexión entre los judíos en torno al elemento que siempre está presente en eventos sociales: la comida.

KASHRUT Y ASIMILACIÓN

La primera vez que la Torá se refiere a la dieta como un elemento distintivo que ayuda a prevenir la asimilación fue en Egipto. La cultura y la sociedad egipcias eran muy diferentes de las sociedades semíticas, fundamentalmente en el tema de la alimentación. La Torá menciona que, para los egipcios, los animales eran sagrados y eran adorados como dioses, como las vacas en la India. La ganadería era ofensiva para los egipcios y comer animales se consideraba to’ebá, una abominación o «tabú». Los hermanos de Yosef, entonces, se presentaron como pastores que criaban, esquilaban y consumían ovejas y carneros. Y por esta razón, cuando Yosef le contó al Faraón que su padre y sus hermanos han llegado de Canaán, le solicita al Faraón un lugar de residencia «especial», separado de sus súbditos egipcios. Al no vivir en la misma área los Hijos de Israel no se asimilaron y pudieron preservar su identidad por varias generaciones. Esta y otras diferencias culturales/religiosas en la alimentación, explica Seforno, evitó que los hijos de Israel se integraran socialmente a los egipcios.




¿Qué significa la palabra Pésaj?

Rabban Gamliel dice que hay tres palabras que se deben exponer en el Seder para cumplir con la obligación mínima de enseñar a nuestros hijos la historia de nuestro Éxodo de Egipto: Pésaj, Matzá y Maror.

Maror representa el sabor de la esclavitud.

Matzá representa el sabor de la libertad obtenido a través de la intervención divina.

¿Pero qué es Pésaj?

¿Qué significa «Pésaj» y qué nos enseña que podemos aprender hoy?

Pésaj fue un sacrificio animal, una ofrenda. Pero a diferencia de los sacrificios mencionados en la Parashá de nuestra semana, Vayiqra, el sacrificio de Pésaj tenía un propósito único. Un cordero, una oveja joven, tenía que ser sacrificado por los esclavos judíos el 14 de Nissan. HaShem le dijo al pueblo judío que sacrificara un cordero y marcara el poste de la puerta de sus casas con su sangre. Las casas judías con la sangre en las puertas no serían afectadas por la peste que condenaba a los primogénitos a la muerte.

LIBERTAD MENTAL

Este sacrificio de Pesaj representa lo que el pueblo judío tuvo que hacer para merecer su libertad física. Y la razón es la siguiente: los cambios socioculturales generalmente tardan muchos años o décadas en ocurrir. En el caso del pueblo judío, todo sucedió en unas pocas horas. El 10 de Nissan, Dios ordenó a los judíos que tomaran una oveja y la sacrificaran el 14 de Nisan. Recuerden que los egipcios adoraban a muchos animales porque creían que los animales poseían algún poder sobrenatural dado por los dioses. Las ovejas, especialmente el macho adulto llamado «carnero», representaban la virilidad y el poder de la procreación. Los israelitas ahora enfrentaban un serio desafío: Dios, por un lado, les había ordenado que tomaran a uno de los «dioses egipcios» y lo sacrificaran, lo asaran y lo comieran. Al hacerlo, los israelitas demostrarían a Dios, pero principalmente a sí mismos, que eran «libres» de la cultura idólatra de los egipcios. Tengan en cuenta que los judíos vivían completamente integrados en la sociedad egipcia durante 210 años y que, obviamente, estaban expuestos a todo tipo de supersticiones de la sociedad aboda zara (idolatría). Matar a un cordero, por lo tanto, presentaba una gran dificultad psicológica. ¡Después de todo, sus amos egipcios consideraban al carnero «un dios»! Y si un esclavo naturalmente temía a sus amos, ¡cuánto más temería al dios de sus amos! En la víspera de Pésaj, sin embargo, el pueblo judío sacrificó el cordero, y en un único acto extremadamente difícil y de extraordinario coraje, se liberaron de la cultura de la idolatría y sus supersticiones. Esa noche, al hacer el sacrificio de Pésaj, los judíos abandonaron mentalmente Egipto y le mostraron a HaShem que

estaban listos para seguirlo a Él.

PROTECCIÓN

Todo lo anterior se refiere al sacrificio de Pesaj. Pero aún necesitamos entender el significado de la palabra «Pésaj». En inglés, por ejemplo, Pésaj generalmente se traduce como «Passover» (es decir, pasar por encima), de acuerdo con esto, cuando HaShem causó la muerte de los egipcios primogénitos, «pasó por encima» de las casas de los judíos y no los afectó. Sin embargo, según el rabino Menashe Ben Israel (1604-1677) y otros comentarios, la idea de «Pésaj» en la Torá es un poco más profunda y, al mismo tiempo, menos conocida. En su opinión, la palabra «Pésaj» y su verbo «Pasaj» no deben entenderse como «pasar por encima» sino como «protección». Así es como el Targum Onkelos tradujo «pasaj», jayis, le importó>cuidó (como אדם חס על ממונו). Y esto, entonces, es lo que sucedió: Cuando HaShem desató la décima plaga, una epidemia enviada por Dios –que la Torá llama el «maschjit» y causaba la muerte de los primogénitos (ver Shemot 12:13 y 12:23)– HaShem «protegió» (pasach ‘al) las casas de los israelitas, que estaban marcadas con sangre en los postes de las puertas, y no permitió que esta plaga mortal afectara a los primogénitos judíos. En «Pesaj», por lo tanto, recordamos que Dios protege constantemente y directamente al pueblo de Israel. Esta protección sobrenatural (hashgacha peratit) comenzó la noche del 15 de Nisan, la noche del Seder, conocida en la Torá también como lel shimurim, «la noche de protección». La supervivencia del pueblo judío desafía las estadísticas y las predicciones lógicas. El grupo humano más perseguido en la historia de la humanidad existe gracias a la protección milagrosa y permanente de Dios. ¡Y eso es exactamente lo que celebramos en Pesaj!

 
 
 

MATERIAL PARA EL SEDER DE PESAJ

 
 
 √ Recomiendo a los lectores que visiten la página de AISH aquí, donde encontrarán muchísimo material educativo para adultos, así como también juegos para niños, aquí
 
√ Para encontrar muchísimos juegos educativos para niños, incluyendo una enorme lista de preguntas para Pésaj se puede visitar este sitio web  (en inglés)
 
√ La Sra Zelma Curiel de Argentina me envió este hermoso juego, que ella misma diseñó, «¿Qué ves?» para imprimir, y hacer participar a los niños del Seder de Pésaj. Ver aquí
 
√ El Rab David Sutton de Nueva York, me mandó sus comentarios de la Hagadá en Inglés. Ver aquí
 
√ Valeria Judith Salem, de Argentina, nos cuenta su experiencia: Rab, me gustaría compartir con usted lo que hice el año pasado en mi casa: decoré todo el largo de la mesa dividiéndola en dos (keriat iam suf) con una larga tela de arpillera y a los costados papel celofán enrollado de color celeste…en el medio puse animalitos y personitas de juguete! Eso motivo muchísimo no solo a los niños sino también a los adultos! Y a su vez cada chico que participaba se ganaba un ticket para ser canjeado en un kiosco de premios y golosinas de Pésaj! Mis hijos me piden que se repita! Creo que jamas lo olvidaran!
 
√ Zelma Berson, de Argentina, que nos envió el año pasado un juego de “cards” con adivinanzas nos contactó este año nuevamente. «Shalom… le envío la segunda parte de ¿qué ves? VER AQUI (repuestas: Pésaj, Matsá, Eser hamacot, man, shirat hayam, corban, piramide, jag aviv, ranas , barej, 4 cosot, sne boer, miriam, halajm ania, Moshe, Aharón
 
√ Agradecemos también el material de Tania Shamai de México . Ver AQUI y AQUI
 
√ Y también agradezco al rab Ramy Avigdor del Centro Kehila de Israel. Vean este hermoso material de Pésaj http://centrokehila.org/category/pesaj-2
 
√ Para los estudiantes más avanzados recomiendo este fantástico comentario de la Hagadá escrito por el rabino Don Ytsjaq Abarbanel (1437-1508). Ver  aquí . Esta hagadá comienza con 100 preguntas o temas de discusión (she’arim) que serán abordados a lo largo de su comentario. No se salteen la introducción, donde el Rab Abarbanel cuenta su increíble (y trágica) historia personal.
 
√ Para los que quieran disfrutar de una Hagadá en español antiguo, ver esta Hagadá publicada por el Rab Ytsjaq Yehuda Leon Templo, en Amsterdam, 1728. Esta interesante Hagadá comienza con una receta: la del Jaroset (polvo de ladrillo). No se lo pierdan!!!!
 
√ También recomiendo la hagadá del Rab Israel Yaaqob Algazi (1680-1757), miren su explicación del Ha Lajmá, donde conecta este texto con nuestra obligación de ser generosos con los pobres, como una forma de agradecer lo que Dios hizo con nosotros al sacarnos de Egipto. Ver aquí

 




VAYAQHEL: El amor y los detalles

וַיֹּאמְרוּ אֶל מֹשֶׁה לֵּאמֹר מַרְבִּים הָעָם לְהָבִיא מִדֵּי הָעֲבֹדָה לַמְּלָאכָה

Tarde… pero no irremediablemente tarde, aprendí una de las lecciones más valiosas en la educación de los más pequeños: cómo «leer» sus dibujos. Todos los niños dibujan. Algunos lo hacen un poco mejor que otros, pero casi sin excepción, nuestros hijos quieren que veamos y admiremos sus obras de arte. ¡Especialmente cuando nos dedican uno de sus dibujos!  A mí nadie me había enseñado cómo hacerlo… Y entonces, todo lo que intuitivamente hice fue era mirar el dibujo por 2 o 3 segundos y decir: «¡Qué lindo dibujo! o ¡Qué obra de arte!», y listo. Mi entusiasmo, deliberadamente exagerado, era mi forma de demostrar admiración por los dibujos de mis hijos.

Con el tiempo me di cuenta que esos intensos segundos de atención no eran suficiente. Tuve que aprender a “leer” los dibujos de mis hijos. Mirando y admirando cada detalle “en voz alta”, describiendo pacientemente y con mis propias palabras mientras repaso con el índice lo que voy encontrando. «¡Qué lindas ventanas tiene esta casa!… ¿Cómo hiciste para dibujar tan bien estas cortinas?. ¡El picaporte se ve igual al de la puerta de nuestra casa! ¡Qué hermoso árbol! Y esas frutas rojas tan bonitas, ¿qué son? Parecen manzanas gigantes… ¡Qué hermosa chimenea! ¿Cuántos ladrillos tiene? A ver vamos a contarlos … uno, dos, tres, cuatro,… Y el humo, ¡Hay tanto humo que llega hasta las nubes!”.

Al comentar en voz alta los detalles que identificamos en el dibujo, recreamos —y acompañamos— el proceso de dibujar por el que pasaron nuestros pequeños artistas que nos dedicaron su obra maestra. Y mientras más sean los detalles que identifiquemos, menos indiferentes seremos a al amor que pusieron en ese dibujo. Porque como alguien dijo con mucha inteligencia: lo contrario del amor es la indiferencia. Mientras menos indiferencia, más cariño se crea. ¿Se entiende?

 

Solo una vez que internalizamos esta gran lección en la crianza y educación de nuestros hijos, podremos comprender mejor la Parashá de esta semana: Vayaqhel-Pequde.  El texto de la Torá que leeremos mañana y el próximo Shabbat puede llegar a ser frustrante si no tenemos la idea del dibujo de nuestros hijos en mente. 

¿Por qué la Torá nos cuanta con tanto detalle  cómo fue la construcción del Mishkán? Como indicaron algunos comentaristas, hubiera bastado con uno o dos renglones que dijeran: «Y los hijos de Israel edificaron el Mishkán tal como Dios lo había ordenado». No parece necesario detenerse en tanto detalle… a menos que el Mishkán haya sido para HaShem algo parecido a lo que un dibujo de los hijos es para un padre…

¿Qué era el Mishkán?

El Mishkán (literalmente: «residencia») era el santuario dedicado a HaShem que los yehudim construimos en el desierto. Era un lugar que nos recordaba permanentemente la presencia de Dios. Un punto de encuentro entre nosotros y Él, parecido a lo que hoy en día representa una sinagoga, pero más imponente. Hay quienes describen al Mishkán como una jupá, es decir, un lugar que simboliza la unión especial entre el pueblo de Israel y Dios, basada en el mutuo amor que existe entre Él y nosotros.

El material y la mano de obra que se usaban para la construcción de los templos o monumentos llevados a cabo por reyes o gobiernos en la antigüedad se recolectaban a través de altos impuestos. Los impuestos no solo consistían en fondos o materiales que los súbditos debían contribuir forzosamente. El «impuesto» más habitual era la mano de obra, es decir, la obligación de los súbditos de presentarse a trabajar por interminables horas para las aventuras arquitectónicas del rey. A veces, como sucedió con nosotros mismos en Egipto, el tirano de turno esclavizaba a millones de personas, poblaciones enteras, para llevar a cabo sus proyectos «faraónicos».

El Mishkán representaba todo lo contrario a un proyecto faraónico. No fue construido por esclavos y la participación fue voluntaria. No había impuestos forzados, sino que se construyó con materiales donados voluntariamente por los Yehudim y por mano de obra voluntaria de los mismos.

Como leímos en Terumá: «Todo aquel cuyo corazón lo impulsa… [puede participar donando materiales, construyendo, elaborando las delicadas telas, etc.].» Las donaciones llegaban «todas las mañanas» (Shemot 36:3). Estas innumerables demostraciones de amor no pasaron desapercibidas por HaShem.

Creo que la forma que la Torá eligió para expresar la apreciación de Dios por el desprendimiento y el cariño que demostramos los Yehudim en la construcción del Mishkán fue mencionar y comentar cada pequeño aspecto de su edificación. Como un padre que observa el dibujo de sus hijos, Dios apreció, valoró y disfrutó cada detalle.

Si aprendemos esta gran lección en la crianza y educación de nuestros hijos, podremos comprender mejor la Parashá de esta semana. El texto de la Torá que leeremos mañana y el próximo Shabbat puede resultar frustrante si no tenemos en mente esta idea. Parece que la Torá nos cuenta con demasiado detalle cómo fue la construcción del Mishkán. Algunos comentaristas indican que hubiera bastado con uno o dos renglones que describieran su construcción.

 



Una interpretación personal sobre las Tablas Rotas

אמר רבי יהושע בן לוי לבניו: הזהרו בזקן ששכח תלמודו מחמת אונסו, שלוחות ושברי

 לוחות מונחים בארון

ברכות דף ח

En la Parashá de esta semana el pueblo de Israel protagoniza un terrible pecado y uno de los eventos más estremecedores de su historia: la adoración del becerro de oro. Todo esto ocurría mientras Moshé (Moises) estaba ausente recibiendo de Dios las Tablas de la Ley. Cuando Moises desciende del Monte y ve al pueblo completamente descontrolado y adorando a un ídolo egipcio,  tiró las Tablas de la Ley y las rompió. Hay mucho, muchísimo, para analizar de todo lo que ocurrió alrededor de este desafortunado evento.  Pero quisiera concentrarme hoy en un punto aparente marginal, pero con una gran enseñanza moral para todos nosotros.  Como ya sabemos, más tarde Moisés recibió una nueva «copia» de las Tablas de la Ley, que las colocó en el Arca de la Alianza (Aron haBerit). Y la pregunta es: ¿qué pasó con las primeras Tablas, con esos pequeños trozos de las primeras tablas rotas?   Nuestros rabinos explican que los restos de las tablas rotas ¡no fueron enterrados! Moshé las recogió y las depositó en el Arca de la Alianza junto con las nuevas tablas.  ¿Por qué?  Porque las tablas de la ley rotas son un permanente testimonio para que el pueblo judío nunca olvide su pasado, que atesore esas lecciones y aprenda de ellas para su presente y su futuro.

Un famoso rabino del Talmud, el rabino Yehoshua ben Levi, nos enseñó una lección maravillosa inspirado en el hecho de que las tablas no fueron enterradas. “debemos respetar a un anciano que perdió su memoria, y concederle el mismo respeto que tenía cuando su memoria estaba intacta”. No podemos “enterrar” el pasado de una persona, hacerlo desparecer. El presente es importante, pero lo que pasó no debe ser suprimido. Las malas experiencias del pasado, cerradas,  dentro del Arca, las cargamos con nosotros como un tesoro.

MAS PROFUNDO Y PERSONAL

Nuestros errores o nuestros dolores, no tienen que estar allí en la superficie de la conciencia, condicionando nuestra felicidad presente.  Pero por otro lado,  son una parte de nosotros que no debemos enterrar. 

Un par de ejemplos.  

Muchas veces he tratado que ayudar a individuos que estaban destrozando sus vidas por su adicción al alcohol. Se negaban a recibir ayuda profesional. Y si bien creo que hice lo posible por ayudar, siempre he sentido que mi asistencia no era suficiente. ¿Por qué?  Porque gracias a Dios, no disfruto del alcohol. No sé, ni entiendo hasta al final, esa terrible adicción.  Pero tengo un amigo que siempre se ofrece a asistir en estos casos, y su ayuda, sin excepción, resultó ser muy, muy efectiva. Mi amigo no es un psicólogo profesional ni un trabajador social. Es un ex alcohólico. Un hombre que tocó fondo, que perdió todo lo que tenía y amaba, y tuvo que empezar su vida de nuevo. Y ahora, feliz y totalmente recuperado, decidió no enterrar sus «Tablas rotas”. Las lleva siempre con él, en su Arca mental privada, como un recordatorio permanente de lo que tiene que evitar y para ayudar a los demás.

Todos tenemos nuestras tablas rotas. Errores que cometimos o tragedias que sufrimos.   En abril de 2016, unas pocas semanas antes de Pésaj, recibí la devastadora noticia de que tenía cáncer de colon en nivel 3. Fue sin duda la experiencia más difícil y dolorosa de mi vida. Gracias a Dios, ahora estoy muy bien. Y por lo general, evito hablar del tema. De hecho, creo que estoy escribiendo sobre mi cáncer por primera vez. Los recuerdos de la quimioterapia, las náuseas, el dolor, la fatiga, el hospital, los mareos, los miedos y las lágrimas no me afectan en mi vida diaria. Están en mi Arca privada que por general permanece cerrada.

Pero hay momentos en los que abro el Arca y resucito mis tablas rotas. ¿Cuándo? Cuando un miembro de la comunidad, un amigo o un desconocido me cuenta que ha sido diagnosticado con cáncer. En esos momentos, abro el Arca de mi corazón, literalmente, y muestro la cicatriz del «port» de la quimioterapia. Esa cicatriz, una pequeña pero permanente mancha morada en mi pecho,  representa mis Tablas rotas. Y cuando alguien que está sentado frente a mí reconoce esas tablas, la conversación se transforma porque mi interlocutor sabe ahora que yo realmente sé y entiendo por lo que está pasando. Y le ayuda a abrirse y a tener más esperanza.   Antes de que yo tuviera cáncer, cuando no tenía esas tablas rotas en mi privilegiada vida, trataba de ayudar o empatizar con los que sufrían, pero no era lo mismo. Mi cicatriz morada se ha transformado en un instrumento de ayuda para los demás. Mis Tablas son como un MODE ANI personalizado, un permanente recuerdo de que estar vivo es un privilegio por el cual siempre debemos agradecer a nuestro Creador. 

Todos nosotros, especialmente los que ya vivimos una gran parte de nuestras vidas, cargamos con cicatrices emcionales o reales, tablas rotas, en nuestras arcas privadas. No dejemos que interfieran con disfrutar el presente, ¡pero no las enterremos! 

Tenemos que atesorarlas y de vez en cuando abrir el Arca y usarlas; para ayudar los demás o a nosotros mismos.

SHABBAT SHALOM




PERASHAT BO: El Faraón y Su Adicción al Juego

Cada vez que leo esta Perashá quedo perplejo y fascinado por la conducta del Faraón. Nuestra Perashá comienza con la octava plaga: langostas. Cuando esta plaga llega, el Faraón admite por primera vez  que se ha equivocado y dice así: «He pecado ante HaShem, vuestro Dios … y ahora, por favor, perdonad mi pecado sólo esta vez, y rezad a HaShem, vuestro Dios, para me quite de encima esta [plaga] mortal.»  En ese momento Moshé reza a HaShem y las langostas se marchan de Egipto.  Pero, una vez libre de las langostas, el Faraón cambia otra vez de opinión y se niega a dejar salir al pueblo de Israel de Egipto.
¿Qué está pasando? ¿Por qué el Faraón se comporta de esa manera tan irracional y «suicida» ?

 

Dos explicaciones.

 

La primera es una explicación teológica.  HaShem interviene en el ‘corazón’ del Faraón. Influye en su decisión y le inspira terquedad. De acuerdo al Rab Don Isaac Abarbanel, HaShem no hace esto no para coartar el libre albedrío del Faraón sino para preservarlo. me explico: Si Dios se revelara ante nosotros, y pudiéramos, de alguna manera, ver y sentir su Presencia más allá de cualquier duda ¿Podría alguien atreverse a no observar el Shabbat? ¿Podría alguien concebir consumir algún alimento no Kasher y desafiar abiertamente a HaShem? Si nuestra Emuná (fe en HaShem) fuera absoluta, no podríamos elegir entre hacer o no hacer Su voluntad. La certeza TOTAL acerca de Su existencia nos convertiría en robots (o en «ángeles», pero eso es para otra discusión), incapaces de desobedecer una orden divina. En este sentido, la invisibilidad de HaShem, Su ocultamiento, es lo que permite que uno mantenga su capacidad de desobedecer y consecuentemente conserve el mérito de obedecer.  Volvamos al Faraón. El Faraón fue la única persona que sabía, porque Moshé le informaba, cuándo iba a comenzar cada plaga y cuándo terminaría.  Las evidencias de la intervención Divina eran para el Faraón, abrumadoras, innegables. Técnicamente, el Faraón debería haberse convertido en un robot, privado de libre albedrío, imposibilitado de desobedecer, ergo, «libre de responsabilidad». Por lo tanto, para que el Faraón pudiera preservar su capacidad de elección, y seguir siendo capaz de decir SI o NO, HaShem endurece su corazón, interviene en sus pensamientos y lo hace más testarudo e intransigente. Y así su capacidad de elección regresa a un balanceado 50/50, y el Faraón es nuevamente responsable por lo que elige. Maimónides explica que este tipo de intervención en el pensamiento humano no es la regla. El caso del Faraón fue excepcional.

 

La segunda explicación tiene que ver con un fenómeno psicológico de conducta humana, que se puede ver por ejemplo, en el comportamiento típico de un adicto al juego, cuando alcanza «un punto sin retorno». Al llegar a ese estado exhibe un comportamiento auto-destructivo, prácticamente suicida. Ejemplo: Un hombre va al casino. Apuesta y pierde todo el dinero que llevó. Digamos, la totalidad del sueldo que recién cobró.  ¿Qué puede hacer ahora este individuo?  ¿Puede volver a su casa y explicarle a su esposa que su sueldo para el mes entero desapareció?  En lugar de eso,  elige otra alternativa, y se va encaminando hacia un punto sin retorno. Pide un préstamo por su anillo de casado, y así recuperar aunque sea algo de su dinero.  Pero esa noche la suerte no lo acompaña. Y ahora, aparte de su sueldo también perdió su anillo.  Ahora sí que no puede regresar a su casa y enfrentar a su esposa…   Así que el hombre empeña su auto, que también pierde esa fatídica noche que se transformó en una espiral de autodestrucción.

 

Creo que de esta manera también se puede explicar el comportamiento del Faraón. Luego de la 5ta plaga, después de que el Faraón apostó y perdió contra HaShem, ya no podía retroceder y decir: «Bueno, ahora los dejo ir».  ¿Por qué?  Porque 5 plagas significaron ya muchísimo sufrimiento y enormes perdidas materiales para sus súbditos. El Faraón ya no puede salir al balcón de su palacio y decirle a su pueblo: «Me equivoqué, pero la casa está en orden», y perder así lo que le queda de prestigio y credibilidad. El Faraón está ahora «jugado», en medio de una espiral auto-destructiva. Y decide seguir apostando, aunque sabe que va a perder.
Es posible que, sumado a la intervención Divina, este patron de conducta también haya influido en el comportamiento del Faraón.

 

De cualquier manera, creo que lo que le pasó al Faraón es una gran lección para todos nosotros: 1. Debemos identificar cuáles son los puntos sin retorno, en cualquier area de nuestras vidas. 2. Debemos, obviamente, evitar caer en una de esas espirales de autodestrucción . 3. Y si alguna vez imprudentemente nos encontramos en una de esas espirales, debemos saber que es mejor retornar con humildad, que seguir corriendo hacia el precipicio.