LA BENDICION DE LOS COHANIM
El texto de Bircat Cohanim, la bendición de los Sacerdotes, se encuentra en la Perashá de esta semana, Nasó. Esta bendición, que contiene 3 versículos, y menciona 6 elementos o cualidades que todos deseamos recibir de Dios. Si bien los Cohanim son los que recitan esta bendición para toda la comunidad, es Dios quien nos concede estas bendiciones y no los Cohanim. Ademas de su profundísimo contenido cabe destacar que el texto está presentado en una progresión matemática muy precisa: el primer versículo tiene 3 palabras y 15 letras. El segundo 5 palabras y 20 letras. Y el tercero 7 palabras y 25 letras.
Como dijimos, cada pasuq contiene dos bendiciones, una complementa a la otra .
Veamos.
יברכך ה El primer pasuq dice: «Que HaShem (= Dios) te bendiga y te proteja».
TE BENDIGA: Esto quiere decir: que HaShem te conceda y te otorgue todas las bendiciones materiales que necesitas, casa, comida, vestimenta, etc. Por supuesto que el hecho que Dios me bendiga no quiere decir que yo espere que Dios me conceda todos lo que necesito sin yo trabajar para merecerlo. «La bendición de Dios no reemplaza el esfuerzo humano, sino que lo gratifica con frutos». El hombre debe trabajar la tierra y plantar las semillas. Y si Dios me concede Su bendición, las semillas crecerán y obtendré sus frutos. La bendcion implica una suerte de asociación entre el hombre, que se esfuerza, y Dios, que corona ese esfuerzo con frutos.
TE PROTEJA: Una persona que tiene abundantes bendiciones está expuesta al robo, al saqueo, a la envidia destructiva y ciortamente necesita más proteccieon material que alquin que no tiene nada. , sAdemas del esfuerzo tam,bien se trata de hacer méritos: por ejemplo, como puedo pretender que Dios bendiga mi esfuerzo si en mi trabajo, robo o actuo con deshonestidad, » sinoq eu puede requiere En la segunda bendición (veishmereja) pedimos que HaShem nos proteja de enfermedades o accidentes. Estas bendiciones se complementan entre sí: necesitamos dinero para comprar comida, ropa, etc. Pero también necesitamos la bendición de una buena salud, algo (una de las pocas cosas …) que no se puede adquirir con dinero. Obviamente, una bendición no es una fórmula mágica. Para recibir ésta y las demás bendiciones necesitamos convertirnos en un receptor adecuado de esa bendición. Por ejemplo: Si pedimos de HaShem la bendición para nuestra buena salud, tenemos que hacer nuestro esfuerzo y mantenernos saludables, conducir nuestros autos con cuidado y hacer todo lo posible para evitar cualquier tipo de accidentes, etc.
יאר ה El segundo pasuq dice: «Que HaShem te ilumine con Su presencia y te agracie».
Aquí ya no se trata de bendiciones materiales, sino más bien espirituales. «Que HaShem te ilumine» significa que esperamos que HaShem nos ayude e inspire a obtener un tipo muy especial de sabiduría, la sabiduría de la Torá, que es la que viene directamente de HaShem. Las palabras bíblicas «Que HaShem te ilumine» יאר aluden a esa iluminación espiritual e intelectual, imprescindible para abordar el estudio de la Torá. La segunda bendición de este versículo es חן, gracia o favor. Los jajamim explican que aquí los Cohanim piden que HaShem nos bendiga con un buen carácter, nos inspire para ser amados por la gente, o como se dice en hebreo: para encontrar gracia en los ojos de los demás. La primera bendición se refiere a nuestros talentos espirituales e intelectuales. La segunda a lo que se llama hoy «inteligencia emocional», la bendición de ser aceptado y querido por las personas que nos rodean.
ישא ה» El tercer pasuq dice: «Que HaShem dirija Su presencia hacia ti y te conceda la paz».
Empecemos por el final. Nuestros rabinos explicaron que no hay mayor bendición para el pueblo judío que la paz שלום. Los judíos no aspiramos a destruir a nuestros enemigos o a los infieles y controlar el mundo. Nuestras aspiraciones son nobles y muy sencillas. Sólo pedimos que nos dejen vivir en paz. Para poder servir a nuestro Dios, cumpliendo con Su Torá y en nuestra propia tierra , Israel. Estas son todas nuestras aspiraciones nacionales.
Volviendo a la primera parte de esta berajá, literalmente dice: «Que HaShem dirija Su rostro hacia ti». Obviamente Dios no tiene «rostro». Nuestros rabinos explican que esta expresión significa: «Que HaShem te preste atención». Esta es probablemente la bendición más importante. Vamos a explicarlo con un simple ejemplo. ¿Qué debo hacer para merecer este extraordinario privilegio? ¿Que debo hacer para que Dios dirija Su rostro/atención hacia mí? Imaginen una clase en un enorme auditorio, con cientos de estudiantes. Todos llegaron a escuchar una conferencia que será impartida por un famoso profesor. Al entrar en el auditorio el profesor mira al público y le da la bienvenida a todos. Pero de pronto su vista se detiene en uno de los estudiante, alguien que está sentado en la quinta fila. El profesor fija su mirada en él por unos segundos, le sonríe, y lo saluda con su mano. Al final de la conferencia los demás alumnos se acercan al privilegiado alumno y le preguntan: ¿Por qué el profesor dirigió su rostro hacia ti, por qué te presto a ti una atención especial? El alumno responde: «Es que durante los últimos años he leído sus libros, intercambié algunos correos electrónicos con el profesor, y me he reunido con él en persona.» Si queremos ser los destinatarios de esta bendición, si queremos ser identificados por HaShem y merecer su atención especial, «debemos ser conocidos por Él.» Estudiando Sus obras y comunicándonos con Él tan frecuentemente como podamos. Así, nos transformaremos en un destinatario apropiado de ésta y de las demás bendiciones.
PERASHAT HASHABUA: Buscando una esposa para Isaac
LEJ LEJA: El revolucionario descubrimiento de Abraham Abinu
Shabbat: del fuego a la eletricidad
לא תבערו אש בכל מושבותיכם ביום השבתHay 39 categorías de actividades prohibidas en Shabbat. Estas actividades son llamadas «melajot». «Melajot» no son «trabajos». Estas «melajot» no consisten necesariamente en una tarea que requiere un esfuerzo físico, como popularmente se cree. Las «melajot» son en realidad actividades creativas, algunas de ellas no demandan un esfuerzo físico por ejemplo: escribir, cocinar, coser, etc.Una de estas 39 melajot, tal vez la más conocida, está mencionada en la Perashá de esta semana (Shemot 35: 3):«No encenderéis fuego, en ninguna de tus residencias, en el día de Shabbat».Lo que tiene de especial esta melajá (singular de melajot) es que es la única que fue descrita explícitamente en la Torá. Todas las demás melajot se deducen directa o indirectamente de la construcción del Mishkán. Es decir, toda actividad que se realizó para construir el Templo en el desierto (el Tabernáculo) constituye una tarea prohibida durante Shabbat.Algo que también debemos saber es que cada categoría de melajá (ab melajá) incluye también sus derivados o sus extensiones, en hebreo «toledot». Esto quiere decir que las melajot no se limitan a esa tarea específica, sino que las 39 categorías incluyen muchas otras actividades que pertenecen a esa misma categoría de actividad.Si bien este tema es muy complejo, vamos a dar un ejemplo sencillo: La categoría de «escribir» (hakoteb). Dentro de escribir esta incluido también trazar, dibujar, imprimir (usar un sello, por ejemplo). Y aunque en los tiempos del Talmud no existía la tecnología moderna, los rabinos contemporáneos entienden que la melajá de escribir también incluye la prohibición de usar una maquina de escribir, una computadora (aparte de la prohibición de usar electricidad) , escribir un text en un teléfono celular, sacar una foto (sería como imprimir un sello) o grabar una conversación.Ahora que quizás entendimos el concepto de las «extensiones» de una melajá, podemos comprender mejor por qué la activación de una luz incandescente (= luz producida por el calor) o el encendido de un artefacto eléctrico, se considera una extensión (toladá) de la prohibición bíblica de encender un fuego.
El fuego es uno de los agentes más importante a la hora de modificar o mejorar algo. Los metales son modificados por el fuego, los alimentos se preparan usando fuego, el frío se combate con el fuego. Usando el mismo principio del fuego, «calor y energía», el hombre moderno inventó máquinas activadas y movidas por vapor, carbón, combustibles y en nuestros días por la electricidad. La pregunta es: una fuente de calor o energía que no produce una llama, ¿está incluida dentro de la melajá «encender un fuego»?Si bien los Rabinos contemporáneos discuten algunos tecnicismos, como ser ¿a qué categoría pertenecen estas prohibiciones (Bíblicas, rabínicas, beniyá, etc) hay un consenso total acerca de la prohibición de la activación de cualquier forma de energía eléctrica o combustión en Shabbat.Esta consideración está basada en el hecho que en la Guemará (siglo V de la era común) se discutió un caso muy interesante: ¿qué pasa si se usa en Shabbat, por ejemplo para hervir agua, una barra de metal caliente? Los rabinos entendieron que si bien no se trata del fuego mismo, es decir, «no hay una llama», esa barra metálica incandescente actúa de la misma manera que el fuego (calentando, y actuando como una fuente de energía) y por lo tanto determinaron que esa barra caliente se considera una extensión de la categoría fuego «(Ver Masejet Shabbat 41a).Sobre la base de esta Mishná y otras fuentes talmúdicas que definen como «fuego» a algo caliente o a una fuente de energía, Maimónides (1135-1204) afirmó: «El que calienta un barra de metal para templar el agua en ella ha violado la prohibición bíblica de encender un fuego» (MT, Shabbat 12:1). Ya que esta barra incandescente se considera definitivamente una extensión de la melajá «fuego», aunque no produce una llamaPara que sea más sencillo para el lector hispanoparlante entender por qué la utilización de todos los aparatos electrónicos se considera una extensión de la categoría de «encender» un fuego, tomemos en cuenta que cuando nos referimos a la activación de un aparato electrónico o un automóvil empleamos el mismo verbo que la Torá usó en la Parasha de esta semana para la utilización del fuego: «encender» o «prender». Decimos: encender la luz, aunque no se trata de un fuego real; prender el motor, aunque no hay llamas visibles; prender la radio, prender el celular, encender o prender y apagar la computadora, etc
PARASHAT ITRO: La envidia, y el consejo de mi abuelita
6. Tener presente a Dios en las buenas y en las malas
Para hablar de la Emuná de Yosef debemos aclarar primero la noción de Emuná. Emuná se traduce generalmente como «fe», y se entiende como «creer» en la existencia de D-s. La Emuná de Yosef, y la Emuná de un Yehudí, como explicaremos en las próximas lineas, va mucho mas allá de ese tipo de «Fe». Emuná consiste en TENER presente a D-s, HACERLO presente en nuestras vidas.
Ahora vamos a hablar de Yosef. Hay una diferencia fundamental entre Yosef y sus antepasados. HaShem habló, se comunicó de una manera directa, con Abraham, con Isaac y con Ya’aqob. Pero HaShem nunca habló «directamente» con Yosef. Por otro lado vemos que HaShem estaba muy cerca de Yosef. La Torá nos cuenta (Gen. 39:23) que gracias a la intervención Divina Yosef prosperó en todos sus emprendimientos ואשר הוא עושה ה’ מצליח .
Ahora, bien ¿cómo logró Yosef que HaShem esté cerca de él, si HaShem no hablaba directamente con él?
HaRambam, Maimónides, describe de una manera absolutamente sencilla pero muy profunda cuál es el secreto para que HaShem esté con nosotros. Dice Maimónides que HaShem estará tan cerca de nosotros como nosotros estemos de Él. Cuando pensamos en HaShem, Su Presencia, por decirlo de alguna manera, se sincroniza con nuestro pensamiento.
En todas las circunstancias que le tocó vivir, Yosef siempre tuvo a HaShem en su mente.
Yosef tuvo presente a HaShem cuando fue provocado por la esposa de Potifar (Gen. 39:9). Como explican nuestros Jajamim, en ese momento Yosef vio la imagen de su padre, que le recordaba que lo que podría pasar con la esposa de Potifar, no seria correcto a los ojos de HaShem.
En los peores momentos de su vida, cuando estuvo preso por un crimen que no cometió, y sin ninguna esperanza lógica de salir de allí, Yosef no abandonó a HaShem. Muchas personas posiblemente no hubieron persistido en su Emuná en la circunstancias de Yosef. ¿Por qué? Porque cuando alguien está muy mal, y especialmente cuando uno es víctima de una injusticia, puede pensar que HaShem lo abandonó, o que D-s no existe, ח»ו . Pero Yosef perseveró. Tuvo a HaShem presente y no dejó de pensar en Él y mencionarlo (40:8).
Por el otro lado, cuando Yosef ve que llega su hora de éxito e interpreta efectivamente los sueños del Faraón, también menciona a haShem (Gen. 41:32) Cualquier otro individuo se hubiera jactado de poseer una gran sabiduría o superpoderes. Pero Yosef tuvo presente a HaShem y le atribuyó a Él la interpretación.
Y cuando Yosef finalmente triunfó, también siguió pensando en HaShem. Yosef tuvo presente y mencionó a HaShem cuando perdonó a sus hermanos (50:19,20).
Este es probablemente el logro más importante en la Emuná de una persona: tener presente a HaShem cuando uno es rico y está sano. Muchas personas fallan en el desafío de la riqueza y el bienestar. Se olvidan de HaShem porque sienten que ya no lo necesitan ח»ו. Nuestros jajamim nos advirtieron sobre este fenómeno cuando nos dijeron que «el desafío de la riqueza (tener presente a HaShem cuando es rico) es más difícil que el desafío de la pobreza גדול נסיון העושר מנסיון העוני.
Ahora podemos entender mejor por qué la Torá dice que HaShem estaba con Yosef: HaShem estaba junto a Yosef porque Yosef tenía a HaShem en su mente en todo momento.
De Yosef aprendemos también que si alguna vez sentimos que HaShem está lejos de nosotros es porque seguramente nosotros nos hemos alejado de Él.
SHABBAT SHALOM!
Rab Yosef Bittón
Comunidad Ohel David UShlomo
710 Shore Boulevard, Brooklyn, NY.
לע»נ עופר בן ארי והרב ראובן בילמאכר
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Lamentablemente, en los últimas semanas, escuchamos casi a diario muy malas noticias sobre nuestros hermanos de Erets Israel. La maquinaria asesina del enemigo no cede y hace un par de días, en el corazón de Yerushalayim, el rabino Reuben Bilmajer הי»ד fue asesinado a sangre fría por dos terroristas palestinos. El Rab Bilmajer era argentino y había hecho Aliya hace unos pocos años con su esposa y sus siete hijos. Creo que esto, como hispano-parlantes, nos toca muy de cerca. Es por eso que quiero invitar a los lectores de Halaja of the day a sumarse a una campaña que esta realizando Aish haTora para juntar fondos para la esposa y los hijos del rab Bilmajer. En este link está toda la información necesaria para hacer una donación.
TIZKU LAMITSVOT!!!!
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1. La paciencia, como expresión de la fe
PERASHAT EQEB: Los peligros del éxito material
El pueblo de Israel, 40 años después de abandonar la esclavitud en Egipto, está listo para entrar a la tierra prometida. Hay un pequeño problema: la tierra no esta vacía, deshabitada. De hecho, hay siete pueblos y decenas de ciudades contra las que habrá que luchar. Porque esta tierra hay que conquistarla. Este no es un desafío menor. Recordemos que 40 años atrás, el miedo a pelear paralizó a toda una generación que terminó muriendo en el desierto. Ahora, Moshé se dirige a la nueva generación. Les da un largo discurso que ocupa la mayor parte del libro de Debarim. ¿En qué consiste este discurso? Normalmente, en esta circunstancias, se hubiera esperado que el líder de los combatientes arengue a sus soldados. Los motive a pelear con sus vidas. Normalmente, el líder se expresaría con frases cliché como: «matar o morir», «luchar hasta el final», «combatir sin piedad», etc, etc. Así lo hizo Julio Cesar cuando su ejercito iba a ingresar a Britannia antes de quemar las naves. Y así lo hicieron todos los líderes militares convencionales.
Pero Moshé Rabbenu no está inquieto por la batalla. casi que no habla de la guerra que vendrá… No le preocupa la estrategia militar o el espíritu combativo de sus soldados. Moshé sabe que esa guerra se va a ganar porque así lo prometió HaShem. Porque Él va a luchar junto con Israel. ¿Qué le preocupa a Moshé ? A Moshé Rabbenu lo inquieta la victoria. Los efectos espirituales del éxito y de la abundancia material.
Israel es una tierra fértil y rica, donde lo material sobra (Debarim 8:7-9) «[Israel es…] una tierra con arroyos, y de la cual brotan manantiales hacia los valles y las colinas; una tierra de trigo y cebada, viñas e higueras, granadas, aceite de oliva y miel; una tierra donde el pan no escasea y nada te faltará»
Moshé teme las consecuencias espirituales de la estabilidad y la riqueza. Teme que una vez que el pueblo se asiente en sus nuevas mansiones y en sus ricas tierras, se olviden de quiénes son y deben ser…
(Debarim 8:10-19) «Cuando hayas comido y estés satisfecho… ten cuidado de no olvidar a HaShem tu D-s, y [dejar de] cumplir Sus mandamientos… No sea que cuando tus vacas y tus ovejas se multipliquen, y tu plata y tu oro aumente, y todo lo que tu tienes abunde … tu corazón se enorgullezca, y te olvides de HaShem, tu D-s, que te sacó de Egipto, la tierra de la esclavitud….no sea que te convenzas a ti mismo diciendo: ‘Mi propio poder y la fuerza de mi mano han logrado toda esta riqueza para mí’… y cuando te olvides de HaShem tu Dios, buscarás otros dioses y te inclinarás ante ellos»
Así están planteadas las cosas en la Torá. Existe una progresión psicológica y espiritual que comienza por la abundancia y termina por una forma especial de idolatría.
1. La riqueza y la opulencia pueden llevar al hombre a olvidar a D-s. Este es un fenómeno, lamentablemente, común. Cuanto más sufrimos, pobreza, enfermedad y perdidas, más nos acordamos de D-s. Y viceversa.
2. Cuando nos olvidamos de HaShem, nos volvemos arrogantes. «Todo lo que tengo lo logré yo mismo, con mi propio esfuerzo».
3. Esa vanidad lleva a (o es) una forma de ‘abodá zará (idolatría), que en este contexto debe ser entendida como «egolatría» o auto-adoración. La naturaleza humana no tolera vacíos. Si un hombre, saca a HaShem de su vida, generalmente lo reemplaza con su propio ego.
Ahora finalmente entendemos que la guerra con el enemigo no inquieta a Moshé Rabbenu. La gran preocupación de Moshe es la guerra del hombre con su arrogancia. La Torá nos advierte que el éxito material puede ser muy peligroso. Porque una vez que no «necesitamos» más rogarle a D-s por pan y agua, podemos olvidarnos de Él e ignorarLo. Abandonamos nuestras convicciones y las reemplazamos por nuestras conveniencias. Esto es la corrupción moral.
Ahora bien, ¿Cuál es la solución al desafío de la riqueza y el éxito? ¿Debemos renunciar a la aspiración del bienestar material para no arriesgar el colapso espiritual? En realidad, la Torá presenta a la riqueza como una bendición («berajá» literalmente, significa abundancia) a la cual tenemos derecho a aspirar. Mientras ganemos nuestro pan con honestidad, la Torá no nos impone un voto voluntario de pobreza.
La solución de la Torá al conflicto riqueza > orgullo no es evitar la riqueza sino evitar el olvido. El antídoto judío al olvido es el estudio permanente de la Torá y el cumplimiento de las Mitsvot. Como dice el Shemá’ Israel: debemos amar (=tener en mente.., pensar en…) a HaShem, nuestro D-s, con todo el corazón, con toda el alma y con todas nuestras posesiones. Debemos tener a HaShem en mente, releyendo este mensaje todos los días, de día y de noche. Repetirlo a nuestros hijos y colocarlo frente a nuestros corazones, y sobre nuestras cabezas. Y tenerlo escrito, como un recordatorio permanente, en cada una de las puertas por las que entramos y salimos, todos los días de nuestra vida.
SHABBAT ZAJOR: Identificando a Amaleq
SHABBAT SHALOM
PARASHAT YITRO: El Tercer Mandamiento
לא תישא
«No tomarás (=invocarás) el nombre de HaShem tu Dios en vano; porque no será exculpado por HaShem el que invoque Su nombre en vano.»
Esta semana leemos nuevamente los Diez Mandamientos. En esta ocasión quisiera escribir sobre el tercer mandamiento, quizás el menos conocido de todos. Primero expondremos la explicación tradicional de este mandamiento y luego, basándonos en un articulo del Rab ‘Amar, veremos el tercer mandamiento desde una perspectiva menos conocida.
1. En la tradición judía, el tercero de los diez mandamientos «LO TISA» se refiere a la prohibición de jurar en el nombre de D-s en falso o innecesariamente (shebu’at shav). La tradición judía entiende la palabra «TISA» en este contexto como «no invocarás» el nombre de D-s en vano (en otros contextos la palabra TISA o NOSE se traduce como: cargar, llevar, tomar, y hasta perdonar). De acuerdo a Maimónides, la prohibición de invocar el nombre de HaShem se extiende también a recitar una bendición en vano. ¿Por qué? Porque una shebu’a, un juramento, es básicamente una declaración, la afirmación de una creencia o un hecho. Una bendición también es una declaración. Afirmamos una idea o una creencia acerca de D-s, pronunciando Su nombre. Por ejemplo, cuando digo la bendición «boré ferí ha’ets», no estoy diciendo «Gracias a D-s por esta fruta», literalmente estoy diciendo: «Bendito eres Tú, Eterno, nuestro D-s, Rey del universo, (que Tu eres el) Creador del fruto del árbol «. En otras palabras, estoy afirmando y reconociendo que HaShem es el creador de este fruto. Por lo tanto, si pronuncio ésta u otra declaración similar innecesariamente, «invocando el nombre de D-s en vano», estaría transgrediendo el tercer mandamiento, . Este es el origen del principio halájico: «safeq berakhot lehaqel», en una situación en la que no estoy seguro si debo o no debo decir una berajá debo abstenerme, para no arriesgar a pronunciar una berajá innecesariamente (lebatala) y transgredir el tercer mandamiento «LO TISA».
2. El rabino Shelomo ‘Amar, hoy en día Gran rabino de Jerusalem, explica que este mandamiento se extiende también a un área diferente y muy sensible. El Rab ‘Amar analiza la prohibición de la LO TISA como la advertencia de no «invocar» el nombre de D-s en vano o falsamente, simulando religiosidad o piedad. El Rabino ‘Amar denuncia la lamentable práctica de la persona que se hace pasar como un judío piadoso, y por ejemplo, adopta restricciones adicionales en público, eleva exageradamente su voz o realiza movimientos excéntricos mientras reza, etc., y todo eso con la intención de causar una impresión falsa ante la gente, haciéndoles creer que él es un judío piadoso, con el fin de obtener un beneficio de los que lo ven. Este comportamiento es ilustrativo de «invocar el nombre de D-s en vano». Simular que uno hace algo con D-s en su mente, cuando en realidad lo está haciendo por su propio interés. El Rabino ‘Amar explica que, contrariamente a aquellos que demuestran una piedad religiosa extrema en público para impresionar a los demás, un judío piadoso verdadero se conduce en público con extrema humildad , y reserva su piedad para los momentos que está privadamente frente a su Creador. Un Yehudí observante «invoca», lleva el nombre de haShem sobre él permanentemente. Y como tal, debe ser un ejemplo de buena conducta y humildad.
Para leer el artículo completo del Rab ‘Amar (en hebreo) ver aquí
SHABBAT SHALOM
PARASHAT VAYETSE: Los sueños no mienten
Nuestra Parashá abarca veinte años en la vida de Ya’aqob Abinu. Y en cierto sentido, estos veinte años transcurrieron entre dos sueños. El primer sueño se produjo cuando Ya’aqob salía de la tierra de sus padres, Abraham e Ytsjaq. Los valores de Ya’aqob y su educación están representados en el sueño que tuvo antes de salir de Erets Israel. En su sueño vio ángeles. El cambio de guardia de los ángeles de protección, o como explicó el rabino Shelomo Ibn Gabirol, los ángeles / Talmidé jajamim (como Ya’aqob) que primero ascienden al cielo y luego vuelven a la tierra, trayendo con ellos la Torá celestial, es decir, haciendo accesible la Torá al resto de la gente. Lo importante es que Ya’aqob soñaba con ángeles. Y con una escalera (no menos importante!) que le recordó que estamos aquí para crecer «hacia arriba». Estamos aquí para llegar a lo divino. Este es un sueño muy espiritual. Y los sueños no vienen de la nada. Somos lo que soñamos. Y soñamos lo que somos. Y Ya’aqob es una persona muy espiritual.
Los sueños no mienten. El contenido de nuestros sueños refleja nuestras vidas. Las pasiones, deseos, miedos y ambiciones que experimentamos en nuestra rutina diaria. Si usted sueña que está volando, es probable que esté aspirando a avanzar en su vida pero se siente que está encadenado, atrapado. Y si usted sueña que está conduciendo un coche y los frenos no funcionan, probablemente usted siente que no está en control de su vida. O si en sus sueños está en público sin ropa, es probablemente un reflejo de su miedo que la gente descubra algo que usted desea ocultar. Los sueños dicen mucho de nosotros. Ya’aqob Abinu vio ángeles en su sueño porque esa era su realidad. Vivía entre ellos: Sus padres, su abuelo Abraham y «Ohalah Shel Tora» de Shem y Eber.
Ya’aqob sueña de nuevo veinte años después. Pero, esta vez tiene un sueño muy diferente. En su segundo sueño no hay ángeles que suben una escalera sino animales subiendo uno encima del otro. «Los machos que subían a los rebaños, produciendo animales rayados, pintados o manchados» (31: 10-11). Los animales eran bienes materiales. Este segundo sueño es sobre ganar dinero. Un ángel le habla a Ya’aqob, pero sólo para enseñarle a ser más inteligente que el astuto Labán. Este es un sueño materialista, impropio de Yaa’qob.
En ese mismo sueño HaShem le da una orden directa a Ya’aqob y le dice (31; 11) «ki raiti et asher laban ose imaj.» ….porque yo he visto lo que Labán ha hecho de ti».
Mi interpretación: HaShem le dice a Ya’aqob. Ahora veo lo que trabajar veinte años para Labán ha hecho de ti. Has cambiado. Puedo verlo en tus sueños. Hace veinte años eras un hombre espiritual. Soñabas con ángeles y con una escalera que unía la tierra con el cielo. Ahora, tus sueños se han hecho horizontales. Los ángeles fueron reemplazados por cabras y las escaleras por establos. Estos son sueños de Labán, no de Ya’aqob.
Ya’aqob entonces recibe una orden directa de HaShem, sin ambigüedades. Es hora de volver a casa (31:11):»Ahora sal de esta tierra y regresa a tu tierra natal. » Tienes que regresar. Es necesario para vivir una vida que cambiará tus sueños. Es necesario volver para que sueñes con ángeles y escaleras. Tienes que vivir una vida que consista en construir esa conexión entre la tierra y los cielos. Tú tienes el potencial de convertirte en uno de esos ángeles que suben al cielo y traen la Tora a la tierra.
Y funcionó.
En la última pasuq de esta parashá 32: 1, tan pronto como Yaaqob llega a Eretz Israel, los ángeles volvieron a él.
Y ya’aqob, y nosotros, sus descendientes, aprendimos la lección: Vivamos una vida que nos haga soñar con ángeles y escaleras. Para eso estamos aquí.