ISRAEL ¿En quién puede confiar el Estado de Israel?

ESCRITO EN MAYO DE 2020 

 

אין לנו על מי להשען אלא אבינו שבשמים

En la guerra de 1948, Israel, milagrosamente derrotó a los 5 países árabes que la habían atacado luego de haber declarado su independencia el 5 de Iyar, 14 de mayo, de ese mismo año. Como ya lo habíamos comentado, ninguna de las potencias mundiales de ese momento, Estados Unidos, Francia e Inglaterra, salió a defender a Israel. Por el contrario, estos países establecieron un embargo de armas que favorecía a los árabes y ponía a Israel al borde de su exterminio. El triunfo de Israel en 1948 fue, en mis propias palabras, un milagro de proporciones bíblicas.

LA PARÁLISIS DEL ENEMIGO Luego del primer cese al fuego, cuando la guerra recomenzó, las fuerzas árabes estaban como paralizadas. A pesar de tener a Israel cercada por todos lados, no avanzaban. Era como si algo las detuviera. Israel, por otro lado, comenzó su contraofensiva, recuperaba territorios y conquistaba tierra más allá de las fronteras originales. Se cumplían las profecías que la Torá había anunciado en la Parashá que leímos este último Shabbat, donde el Creador le promete a Su pueblo (Levítico 26:7-8) que estaría con ellos cuando salieran a la guerra: “Tú perseguirás a tus enemigos, y ellos caerán por la espada ante ti. Cinco de ustedes perseguirán a cien, y cien de ustedes perseguirán a diez mil, y sus enemigos caerán por la espada delante de ustedes”.

«NO SERÁS DESAGRADECIDO» Los judíos debemos estar infinitamente agradecidos a HaShem por Su Providencial intervención. Como lo escribió el rey David en sus Salmos, cuando se salvó de una muerte segura: “porque cantaré Tus alabanzas y no me quedaré callado; HaShem, mi Dios, te agradeceré por siempre”. Un Yehudí, que se entrena permanentemente para ver la Intervención Divina en su vida personal, que no ve o no declara su agradecimiento a Dios por el nacimiento y la supervivencia de Medinat Israel, en mi opinión, no sólo está espiritualmente ciego sino que también cae en el gran pecado de la ingratitud. Y no hay peor ingratitud que la ingratitud a Dios.

INGLATERRA Y LOS ÁRABES De los 3 países mencionados el que más perjudicó a Israel fue Gran Bretaña. Que se mantuvo pasiva mientras pensaba que Israel iba a perder. Y comenzó a intervenir contra Israel cuando se dio cuenta que Israel comenzaba a ganar.

Un par de ejemplos.

* Jordania contaba con el apoyo directo de los ingleses. Los ingleses habían entrenado a sus tropas y supervisaban todas sus operaciones, especialmente en la lucha por Jerusalén, lo cual costó muchas vidas judías. Cuando Israel empezó a contraatacar y bombardeó la capital de Jordania, Amán, en reacción a los permanentes bombardeos a Tel Aviv, Inglaterra amenazó con destruir los aeropuertos de Tel-Aviv con su Royal Air Force. Israel tuvo que replegarse.

* A comienzos de enero de 1949, Israel, contra todos los pronósticos, estaba ganando la guerra. Había bombardeado El Cairo y Damasco y su ejército seguía avanzando hacia el canal de Suez. En ese momento las Naciones Unidas se apuraron a exigir un cese al fuego y a declarar un armisticio. Israel, contra sus propios intereses, aceptó el armisticio. Pero Israel ya había conquistado Gaza, Rafiah y gran parte de la península del Sinaí. Y de acuerdo con la ley internacional, los territorios conquistados en la guerra pasan a ser territorio del país que gana la guerra. TAL COMO OCURRIÓ CON TODOS LOS PAÍSES DEL MUNDO A TRAVÉS DE LA HISTORIA.

ISRAEL ES DIFERENTE Ahora bien: En una acción que iba contra todos los precedentes históricos y conquistas militares, incluyendo las conquistas militares de las propias colonias inglesas, Gran Bretaña le negó a Israel este derecho. Y amenazó a intervenir militarmente contra Israel si el estado judío no devolvía a Egipto el territorio conquistado, la península del Sinaí, Gaza, Rafiah (A history of Israel. Howard Sachar, page 346). David Ben Gurión se oponía enérgicamente a esta concesión sin precedentes. Ben Gurión consideraba injusto e inconcebible que los árabes no pagasen un precio por la guerra que ellos mismos habían iniciado. Y nadie hubiera exigido a los árabes renunciar a sus conquistas militares, si hubieran derrotado a Israel. Ben Gurión dijo: “Vamos a devolverles a los árabes sus territorios cuando ellos nos devuelvan a los 6.000 judíos que murieron en la guerra que ellos comenzaron”

¿CÓMO SE DICE PRESIÓN EN INGLÉS? Pero la presión internacional fue tanta que Israel, completamente aislado, tuvo que ceder. Hasta el día de hoy Israel sigue pagando el precio por esta concesión.

¿Por qué?

En primer lugar porque la inexplicable impunidad internacional que goza cualquiera que ataque a Israel es el mejor incentivo para atacar nuevamente a Israel.

En segundo lugar, porque sin quererlo Israel sentó un precedente muy peligroso: ¡Israel está dispuesta a aceptar condiciones que no se le exigen a ningún otro país del mundo! Como “devolver” territorio militarmente conquistado, o repatriar a los enemigos (los refugiados palestinos) que huyeron voluntariamente de una guerra ¡que sus propios aliados comenzaron!.

En lugar de “traer paz”, las permanentes concesiones de Israel solo alentaron a los países árabes, con el beneplácito de las grandes potencias, a demandar más y más de Israel.

Hasta hoy en día, en las Naciones Unidas, Israel no es considerado como un país más. Israel es el único país del mundo al cual se lo puede amenazar de exterminio sin temor a represalias mundiales. E Israel es el único país que es condenado permanentemente, acusándolo de los crímenes que sus acusadores perpetran con impunidad, con el silencio cómplice de las Naciones Unidas.

Como dijo proféticamente Bil’am en el desierto (23:9): “es un pueblo que vive aislado [por las naciones] y que los demás pueblos no lo consideran [como una nación más, es decir, normal]. Olvidar que las grandes potencias nos abandonaron a nuestra suerte cuando más las necesitábamos: “Quién olvida su historia, está condenado a repetirla”.

CARTA DE LECTOR

Recibo muchos emails de lectores de Halaja of the Day . Hoy quiero referirme a uno de ellos.

En su email el lector nota que yo escribí:

Oportunamente recibo sus trabajos, los cuales me resultan muy interesantes y muy profesionales, muchas gracias

La victoria de Israel en la guerra de su independencia que comenzó el 15 de Mayo de 1948 y duró 10 meses no tiene precedentes en los anales de la historia militar. Esto se debe por un lado, el increíble coraje, ingenio y sacrificio de nuestros líderes y nuestros soldados que lo dieron todo para triunfar. Y a la intervención Divina que, batalla tras batalla, milagro tras milagro lo hizo posible. Para entenderlo mejor, es importante recordar lo siguiente. El lector recomienda que la intervención Divina, sea mencionada en primer lugar. Y menciona otros ejemplos como el caso del rey Jizquiahu.

Entonces, ¿se debe mencionar la intervención en «primer» lugar?

Obviamente, la intervención de Dios es el factor decisivo. Sin embargo, la intervención Divina tiene lugar «luego» de la intervención humana. Dios nos «ayuda» a que nuestros esfuerzos prosperen. Primero nos ponemos a trabajar. Y luego, pedimos la intervención Divina para que nos ayude a que nuestro trabajo dé frutos. Lo mismo ocurre en todo orden de cosas. Si uno no se pone a trabajar o no va a un médico cuando está enfermo, no puede pretender que Dios lo mantenga o lo cure. En la guerra ocurre lo mismo. La Torá repite varias veces «Cuando salgas a la guerra… Dios estará contigo». La única excepción a esta regla fue cuando el pueblo de Israel recién abandonaba Egipto y cuando estaban frente al mar fueron acorralados por los egipcios. En ese momento, cuando el pueblo estaba absolutamente no preparado para luchar, Moshe le dijo al pueblo: HASHEM ILAJEM LAJEM VEATEM TAJARISHUN. » Dios va a luchar por ustedes, y ustedes no tiene que hacer nada» . En la época de Yehoshua Bin Nun, la tierra de Israel fue conquistada por el ejército de Yehoshua que fue asistido por Dios.

En la guerra, como en virtualmente toda otra actividad, el hombre comienza con su esfuerzo, y Dios, en el mejor de los casos, hace que su esfuerzo prospere.




¿Negociar con Hamas o conquistar Rafiaj?

Los secuestros y la toma de cautivos no es una historia nueva. Era una práctica muy común en la antigüedad, tanto es así que la prohibición contra el tráfico humano fue legislada nada menos que en los Diez Mandamientos. ¡Sí! Así como lo escuchan. El octavo mandamiento, “No robarás”, no significa no robar el patrimonio del prójimo sino no “robar personas”, “no secuestrar”, lo cual, dicho sea de paso, la Torá condena con la pena de muerte.

LA MITSVA DE RESCATAR PRISIONEROS Y SUS EXCEPCIONES

El Talmud también destaca los esfuerzos que hay que hacer para rescatar a una persona cautiva. De acuerdo con la ley judía (Maimónides, Hiljot Matanot Aniyim, 8), es un precepto muy importante rescatar cautivos—por lo general se trataba  de prisioneros  de guerra o refugiados—  (Pidyón Shevuyim), y lo considera la forma más elevada de hacer Tzedaká. La Guemará explica que si una comunidad judía está juntando dinero para una sinagoga, por ejemplo, y luego se enteran que hay un Yehudí  secuestrado, la comunidad debe usar esos recursos para liberar al cautivo.  Es más, aunque ya se haya invertido el dinero en comprar los materiales de construcción, estos deberían ser devueltos o revendidos para usar ese dinero a fin de rescatar al cautivo. La historia de los esfuerzos que los judíos hemos hecho para rescatar cautivos es apasionante y larguísima. Pero voy a dejar esos detalles para el futuro y me voy a referir hora a una salvedad que la ley de Pidyón Shevuyim registra.

“No hay que pagar de más por el rescate de un cautivo” No se debe pagar más que “el precio del mercado”, esto es muy difícil de entender en nuestra época porque vivimos en tiempos históricos privilegiados, pero en el pasado, el tráfico humano era común, y había mercados de esclavos en los cuales los precios por las personas se estandarizaban. ¿Y por qué la ley desaconseja pagar un precio excesivo por un cautivo judío? Porque si una comunidad está dispuesta a pagar ese precio, ¡se estaría estimulando a los traficantes a seguir secuestrando judíos!

LOS SECUESTRADOS DEL 7 DE OCTUBRE

Ahora que entendemos esto, veamos el dilema que se está viviendo en el Estado de Israel en estos días. La tragedia del 7 de octubre de 2023 dejó un horrible saldo de más de 1300 israelíes masacrados y cerca de 300 secuestrados. En noviembre, el gobierno de Israel pudo liberar a más de 100 secuestrados interrumpiendo la guerra contra Hamas por 40 días y liberando a prisioneros palestinos de baja peligrosidad. En este momento quedan unos 135 secuestrados. Aunque este número es en realidad el de las personas desaparecidas desde el 7 de octubre, que no se ha podido verificar si están secuestradas vivas o muertas. Las negociaciones con Hamas nunca incluyeron una lista de sobrevivientes y ni la Cruz Roja ni las Naciones Unidas han exigido a Hamas esta información, e inexplicablemente, Israel no ha exigido esa información como condición para entregarle ayuda humanitaria a Gaza.

Volviendo a las negociaciones, las dos condiciones de Hamas para liberar a los secuestrados judíos son:1. Que Israel deje libres a cientos de terroristas palestinos, muchos de los cuales han participado en ataques y han matado a israelíes en el pasado. 2. El cese total de la guerra y la retirada permanente de Israel de Gaza.

Analicemos estas dos condiciones una por una y veamos si el precio que se le demanda a Israel está dentro de lo que es un razonable o excesivo en cuanto a sus consecuencias.

CON TERRORISTAS NO SE NEGOCIA

La mejor ilustración para comprender las consecuencias potenciales de negociar con terroristas es recordar lo ocurrido con Gilad Shalit, un joven soldado israelí que fue secuestrado por Hamas y estuvo en cautiverio durante 5 años: entre junio de 2006 y octubre de 2011. Más de 1000 terroristas fueron liberados por este soldado. Pero una vez libres, el 50% de estos terroristas han regresado al terrorismo y han matado a muchos israelíes. El más notorio de estos terroristas liberados por Gilad Shalit es Yahia Sinwar, el jefe de Hamas, y el que organizó la matanza del 7 de Octubre . En otras palabras, por lo menos 1300 judíos han sido asesinados directa o indirectamente por los terroristas que fueron liberados en esa terrible negociación.

El 17 de octubre de 2011, de una manera profética, el profesor de la Universidad de Purdue, Louis Rene Beres, argumentó en contra de la liberación de Shalit. En una columna de opinión en el Jerusalem Post escribió lo siguiente:

«Ningún gobierno moderno tiene el derecho legal de liberar terroristas a cambio de sus propios ciudadanos secuestrados, militares o civiles. Según el derecho internacional vigente, cada estado tiene la obligación primaria de proteger a sus ciudadanos. Sin embargo, parece que mañana, el Primer Ministro de Israel, Binyamin Netanyahu, intercambiará terroristas palestinos por el soldado secuestrado de las FDI, Gilad Shalit. Cualquier intercambio, por humano que sea para Shalit y su familia, pondría en peligro a miles de otros israelíes.”

¿Puede Israel repetir  una vez los errores del pasado? Hamas ya ha dicho reiteradas veces que ni bien pueda repetirá la matanza del 7 de Octubre.  ¿Cuántos israelíes mas morirán si Israel libera a los peligrosos terroristas  de Hamas?

SUSPENDER EL ATAQUE A RAFIAJ

La otra condición que pone Hamas es que Israel termine la guerra y se retire de Gaza. Esto, por supuesto, significaría la derrota total de Israel, la intuí muerte de l.os mas de 200 dolidos israelíes ya muertos en este conflicto —sin contar los miles de heridos—,  y pondría en peligro a Israel frente a sus voraces enemigos, ya que en Oriente Medio la debilidad atrae ataques terroristas.  Increíblemente, el mundo se está posicionando del lado de Hamas y no del lado de Israel en un momento muy delicado: cuando Israel está por entrar a la ciudad de Rafiaj, en el sur de la franja de Gaza.

¿Por qué Rafiaj es tan importante?

Para quien no conozca la geografía de Gaza, puede ser un poco difícil comprender lo que Rafiaj significa en este conflicto. Voy a tratar de explicarlo lo más brevemente posible. En primer lugar, un cuarto de los terroristas de Hamas siguen vivos en Rafiaj, incluyendo a muchos de los que participaron activamente en la masacre del 7 de octubre. Pero más allá de eso, Rafiaj tiene una importancia geopolítica fundamental.

La Franja de Gaza limita al oeste con el mar Mediterráneo, al norte y al este con territorio israelí y al sur, con Egipto. La frontera con Egipto supuestamente está cerrada, pero en realidad, hay decenas —o centenares— de túneles que unen Gaza y Egipto y por esos túneles ha habido un constante tráfico de armas, recursos financieros y combatientes. Si Israel, en teoría, no conquista Rafiaj, no podría declarar victoria sobre Hamas. Si deja esta frontera abierta, Hamas seguirá dominando Gaza, obteniendo recursos, dinero, armas, combatientes, etc., en fin, estaría permitiendo que Hamas sobreviva y eventualmente siga atacando a Israel.

En el pasado, Israel atacó Gaza para defenderse de los ataques de Hamas y traer seguridad a los ciudadanos de Israel, pero nunca llegó hasta el final, y las consecuencias fueron devastadoras. Pero esta vez, luego del mayor ataque a judíos desde la Shoah, creo que tiene que ser diferente. Esta vez, las fuerzas de Israel ingresarán a Gaza y han destruido ya cientos de túneles de guerra y están a un paso de terminar con la organización terrorista y establecerse militarmente en Gaza para evitar futuros ataques.

ESTADOS UNIDOS Y LO QUE EL VIENTO SE LLEVO

Para comprender la importancia estratégica que supone para Israel conquistar Rafiaj, todo lo que se debe hacer es prehacer es prestar atención a la presión internacional devastadora y sin precedentes que sufre Israel en este momento, desde todos los países del mundo, y lamentablemente, con EE.UU. a la cabeza. Todas las demostraciones antisemitas en las universidades de EE.UU., aunque se disfracen de otras causas, tienen como objetivo presionar a EE.UU. para que presione a Israel de NO ATACAR RAFIAJ. En el momento que escribo este artículo, Antony Blinken está en Israel tratando de convencer a Netanyahu de que haga más concesiones para llegar a un arreglo con Hamas. Seguramente EE.UU. le ofrecerá garantías de que, si cede a las demandas de Hamas, EE.UU. defenderá a Israel. No quisiera estar en los zapatos del primer ministro de Israel y rezo para que no ceda. ¿Por qué? Porque los que olvidan la historia están condenados a repetirla.

Me explico. Israel cometió tres errores gravísimos en los últimos 30 años: en primer lugar, los Acuerdos de Oslo que solo trajeron más intifadas y muerte. Segundo, y como recién lo expliqué, liberar terroristas con sangre en la mano para devolver a Shalit. Pero creo que el peor error, el que más sangre nos ha costado, fue cuando Ariel Sharon retiró al ejército de Israel de Gaza. Según el periodista israelí Amit Segal, una de las cosas que convencieron a Sharon fue que el presidente Bush le dijo a Sharon algo así: «No te preocupes, que si algo sale mal, los EE.UU. te van a cubrir las espaldas. No vamos a permitir que los palestinos ataquen a Israel». ¿De qué sirvieron esas promesas de nuestro principal aliado?

De absolutamente nada. Podemos repetir el error y especialmente con esta administración que se ha demostrado tan débil tratando con terroristas y está aquí capitulando al terror.

LA TORA Y EL RESCATE DE PRISIONEROS JUDIOS

Este martes por la mañana, último día de Pésaj, hablé en mi sinagoga sobre el tema del rescate de prisioneros en la Torá, particularmente  en el libro de Génesis, Bersehit .

Cuando Lot fue rescatado de Sodoma, Abraham reunió un ejército de más de 300 personas, persiguió y derrotó  a los que habían capturado a Lot y lo liberó a él y a todos los prisioneros de Sodoma. No hubo negociaciones, solo una operación militar (Génesis 14:14-16).

Cuando Dina, la hija de Jacob, fue violada y luego secuestrada, los hijos de Jacob, Shimón y Leví, fingieron negociaciones para sorprender a los habitantes de Shejem. Sorpresivamente atacaron la ciudad, mataron a todos los hombres que se resistieron, rescataron por la fuerza a Dina  e incendiaron la ciudad (Génesis 34).  No hubo negociaciones con los secuestradores, no tuvieron piedad de los terroristas ni de los ciudadanos de Sodoma, ni consideraron la desproporcionalidad de su violenta respuesta. Y de hecho,  esta desproporcionada reacción, creó un terror psicológico que se apoderó de los pueblos vecinos y los disuadió de intentar agresiones contra los hijos de Israel.

NUNCA SE DEBE NEGOCIAR CON TERRORISTAS Y LA RESPUESTA MILITAR DEBE SER DELIBERADAMENTE NO PROPORCIONAL PARA QUE EL ENEMIGO ENTIENDA QUE NO LE CONVIENE METERSE CON ISAREL .




¿Qué celebran en Jordania el 7 de Octubre?

https://x.com/MEMRIReports/status/1750436317043847546?s=20

Una de las falacias más grande de la historia moderna, y la más cínica, es que los palestinos no tienen su propio estado. Esta mentira se gesta a partir de la ignorancia popular —y su hiper-manipulación— al no reconocer que Jordania ¡es el estado palestino! Esto fue establecido desde los tiempos del plan de partición, en 1922. Para obtener más información, ver este artículo en español y este artículo en hebreo.

Jordania cuenta con mas de un 50% de su población de palestinos— 6.000.000 de un total de 11.000.000 de habitantes. Como decía el ex presidente de EEUU Donald Trump, “Jordania es Palestina”. De manera que la idea de otro “estado palestino» no tiene que ver con los derechos de los palestinos a tener su propio estado —algo que para formalizarlo estaría en las manos del rey Hussein—sino con la cínica pretensión de los enemigos de Israel de eliminar, o al menos delegitimizar, al estado judío, via el reclamo incesante de un estado palestino en el territorio de Israel.

Una vez aclarada la prominencia de los palestinos en Jordania, quiero referirme a una pregunta muy importante.

Hay un nuevo restaurante en Jordania que se ha hecho viral y se llama: «7 de octubre”. Y se supone como se ven en el video, que el nombre es “celebratorio”. Evoca una epopeya nacional, como el 25 de mayo en Argentina o en EEUU el 4 de julio.

Recordemos que el 7 de Octubre de 2023, el pasado Simjat Tora, es el día de la trágica masacre perpetrada por Hamás que dejó mas de 1.400 judíos asesinados.

Esta masacre ha provocado la lógica reacción de Israel. En primer lugar, la incursión del ejército israelí que está desde entonces en una misión de rescate de los prisioneros civiles judíos que Hamás tiene en su poder. Esta misión ha provocado ya la muerte de decenas de miles de palestinos, debido a la negativa de Hamás de liberar a los rehenes judíos y bajar las armas. Además, los habitantes de Gaza están desahuciados: hay hambre, indigencia, enfermedades y constantes bombardeos, todo consecuencia de la masacre perpetrada por Hamás y su negativa a liberar a los rehenes.

Y algo más. Aaunque hoy se debate cuál será exactamente el estatus final de la Franja de Gaza ya se sabe que Israel, inexorablemente, anexará varios kilómetros del territorio de Gaza para crear un cinturón territorial seguridad con el fin de evitar que este tipo de masacres se pueda repetir en el futuro ח“ו.

Hagamos entonces un balance: los palestinos, víctimas principales de Hamás, han perdido ya más de 25,000 personas, tienen más de 50,000 heridos, decenas de miles de casas destruidas, hambre, pobreza y pérdida de territorio. Es una derrota total y vergonzosa del Hamás. Una tragedia nacional sin precedentes.

Vuelvo a hacerme la misma pregunta: ¿qué celebra esta gente entonces el 7 de Octubre?

Lamentablemente, hay una sola respuesta posible.

Estos enemigos de Israel no miden el resultado de sus enfrentamientos con el estado judío en base al balance entre los objetivos militares alcanzados y las pérdidas militares sufridas. Para ellos, el número de sus muertos, de heridos, de pérdidas materiales y territoriales es inconsecuente e irrelevante para contar victoria. El triunfo que debe ser celebrado consiste en matar la maxima cantidad posible de Yehudim: hombres, ancianos, mujeres o niños. Es el mismo razonamiento de los ataques suicidas. Cientos de jóvenes palestinos, impulsados por este desquiciado razonamiento, se han inmolado con explosivos con el único propósito de asesinar judíos, que luego los vecinos y los familiares lo celebran repartiendo golosinas en el vecindario.

ESTOS SON LOS ENEMIGOS QUE ENFRENTAMOS

A la hora de negociar el estatus final de la franja de Gaza, Israel no puede olvidar la filosofía yihadista que caracteriza a esta población. Y debe recordar que lo único que B”H nos traerá un poco de paz, es mantenerlos desarmados y lo más lejos posible de nosotros.

Yo creo BE-EMUNA SHELEMA que en algunos meses —o quizás en uno o dos años —esta terrible guerra va a terminar con una aplastante victoria en favor de Israel en varios frentes: militares, políticos y hasta sociales.

¡El pueblo judío se está despertando! Y luego de 8 décadas de ingenuidad y letargo, se da cuenta de que «Amaleq» no desapareció. Y comprende que los judíos, en Israel y en la diáspora, debemos mantenernos unidos y FUERTES.

Hoy más que nunca.

Rab Yosef Bittón




BO: Gaza y las 10 plagas

Para el Faraón, todo es personal

Moisés advierte al Faraón que si no libera a los judíos, Egipto comenzará a sufrir a causa de diferentes plagas que azotarán a la población. El monarca egipcio, desafiante, no cede. Las plagas comienzan a llegar, y es extremadamente interesante observar cada una de estas plagas y, en especial, cuál es el factor común de las plagas a las cuales el Faraón reacciona citando a Moisés y Aarón, tratando de llegar con ellos a una solución negociada.

En la primera plaga, el Nilo se torna en sangre. El Faraón lo ve y se impresiona, pero no reacciona ni cede ni quiere negociar. La Torá lo describe con un lenguaje muy expresivo: ‘VAYIFEN PAR’O, VAYABO EL BETO’, y el Faraón [vio todo esto], se dio media vuelta y se marchó a su palacio, sin prestarle atención a esta plaga. Aparentemente, y dejando los Midrashim aparte, el Faraón tenía suficientes reservas de agua en su palacio para él y su familia. Pero la población egipcia, que se abastecía directamente de agua del Nilo, se quedó sin agua (hace muchos años, en 1978, viajé a Egipto y en la ciudad de Abu Simbel pude cruzar el río de orilla a orilla y nunca olvidaré haber visto en un bote a una señora agarrando un cántaro y llenándolo de agua del Nilo y bebiendo directamente de ese cántaro, de esa agua). ¿Qué hizo el Faraón? Beber agua no hizo ningún efecto en él.

Luego llegan las ranas. Y ahora la reacción del Faraón es distinta: Llama a Moisés y Aarón y les dice: ‘Recen a su Dios para que saque las ranas de encima de mí y de mi pueblo, y yo los dejaré salir’. Las ranas habían llegado hasta el palacio. El texto dice con mucha exactitud que el Faraón primero pide que le ‘saquen las ranas de encima de él’ y luego que las saquen de los egipcios. Una vez que las ranas desaparecen, el Faraón vuelve a su rutina y no cumple con su promesa.

En la tercera plaga, los piojos, el Faraón no reacciona del todo. La Torá no dice nada explícito acerca de los piojos afectándolo personalmente al Faraón.

La cuarta plaga es el ‘arob. De acuerdo con Ribbí Nejemiá, se trataba de una plaga de varios tipos de insectos, como avispas, mosquitos y posiblemente unas moscas que pican (tábanos) que abundan en las regiones pantanosas del Nilo. ‘Los insectos invadirán tu pueblo y tu casa’, advierte Moisés. El Faraón ahora reacciona. Cita a Moisés y Aarón y les ruega que hagan desaparecer la plaga y que se vayan. Pero cuando los insectos se van, el Faraón da marcha atrás.

La quinta plaga, advierte Moisés, es una epidemia que matará al ganado de todos los civiles egipcios. La plaga mata a los animales, y los egipcios, que ya no tenían agua, ahora no tienen qué comer. Pero al Faraón le queda comida, y esta plaga al parecer no afectó a su ganado privado. Solo a los animales del pueblo (veremos esto retaidicado un poco más adelante). El Faraón, para sorpresa de nadie, no reacciona. No llama a Moisés y Aarón como hizo anteriormente. No se inmuta.

La sexta plaga es la sarna: Moisés arroja hacia arriba un puñado de cenizas ‘frente a los ojos del Faraón’, las cenizas se expanden y se tornan en una enfermedad de la piel que afecta a los habitantes de Egipto, hoy diríamos, a los inocentes civiles. La Torá hace hincapié en que la sarna también afectó a los poderosos magos egipcios. Pero el texto cuidadosamente se mantiene en silencio respecto a la situación ‘personal’ del Faraón. Aparentemente a él no lo afectó la sarna. ¿Qué sucedió entonces? El Faraón no reacciona. No llama a Moisés. No hubo negociaciones.

La séptima plaga es el granizo. Moisés advierte al Faraón que lleve a ‘su’ ganado (que estaba vivo, porque como dijimos antes, parece que no lo afectó la epidemia) bajo techo, ‘y que así proteja a todos sus hombres [esclavos] y todos sus animales, y todo lo que tenga en sus campos, porque si no serán afectados por el granizo y morirán’. ¿Cómo reacciona el Faraón? Llama a Moisés y Aarón y les dice ‘Esta vez yo estuve equivocado… por favor, que termine esta plaga’.

Luego llega la octava plaga: langostas que invaden Egipto y que también afectan ‘las mansiones del Faraón’. El monarca no tiene cómo protegerse de esta plaga. Creo que podemos adivinar lo que sucederá: como esta plaga lo afecta de manera personal, el Faraón hace traer a Moisés y Aarón y les pide que se vayan. Aunque pone condiciones que Moisés no acepta.

Novena plaga: oscuridad, (ver artículo donde explico que posiblemente se trató de una tormenta de arena) que paraliza a todo Egipto, incluyendo al Faraón. Solamente los judíos no fueron afectados por la oscuridad. El monarca egipcio, como era de esperar, reacciona y hace llamar a Moisés y Aarón.

Y finalmente, la muerte de los primogénitos, que también afecta al primogénito del Faraón, el heredero del trono. Es esta plaga la que hace que el Faraón, temiendo ahora por su propia vida, libere a los prisioneros judíos sin ninguna condición ni negociación.

La conclusión es muy clara: al Faraón no le importa el sufrimiento de su pueblo. No le importa la devastación, la sed y el hambre de millones de egipcios. El generoso monarca ‘está dispuesto a sacrificar a su pueblo’ para mantenerse en el poder, cuidar su prestigio, su honor y no perder su gloria. Pero, las plagas lo afectan personalmente a él o afectan sus intereses económicos (sus animales, sus esclavos, etc.), entonces el Faraón comienza a ceder. Este es un sacrificio que NO está dispuesto a hacer.

Esta es la naturaleza de los tiranos. No les importa su pueblo. Están dispuestos a realizar grandes sacrificios nacionales, siempre y cuando no afecten sus propios intereses personales.

No puedo dejar de pensar en las decenas de miles de civiles palestinos que mueren en Gaza, hombres, mujeres, niños. ¿Y por qué sigue esta guerra? Por la increíble crueldad de los líderes de Hamas que no ceden a la única condición de Israel para comenzar el cese de hostilidades: ¡liberar a los prisioneros judíos!

Los líderes de Gaza demuestran que no les importa en lo más mínimo el sacrificio de su propio pueblo, el hambre, la sed, la destrucción. Los lideres “están dispuestos a seguir hasta el final”, y al igual que el faraón, tienen la osadía de imponer condiciones “para que Israel cese el fuego”. ¿Absurdo? Bueno, es la misma historia de las plagas en Egipto que se repite en Gaza.

Quizás es hora de que el Mosad también repita la historia bíblica y se encarguen de que los líderes de Gaza tengan que pagar un precio “personal” y no solo “nacional”, por sus crímenes. Así tal vez liberen a los israelíes secuestrados y finalmente Gaza deje de sufrir.

Porque parece que todo lo demás, no va a funcionar.

Rab Yosef Bittón




Gaza, y el Holocausto que no fue

Cuando entré a mi sinagoga en la mañana del pasado 7 de octubre, poco a poco me enteré de lo que había sucedido en Israel en ese fatídico día de Simjat Torá. Mientras los chicos de seguridad me explicaban con lágrimas en los ojos lo que estaba pasando, les hice una pregunta crucial: «¿De dónde vino el ataque?». Y me dijeron: de Gaza. Les pregunté: «¿Han oído si hay algún otro frente abierto, si Israel también está siendo atacado desde el norte o desde Judea y Samaria? Y me dijeron que no.

Aparte de la evidente conmoción y tristeza por lo sucedido en Israel, algo terrible cruzó por mi mente. Unos días atrás, había escuchado una entrevista al general israelí retirado Isaac Brick y su aterradora predicción sobre una posible guerra en múltiples frentes contra Israel. Pensé en el peor de los escenarios y estaba aterrorizado por lo que podría pasar en los próximos días. Con el paso del tiempo, me di cuenta de que esa terrible masacre del 7 de octubre podría haber sido mucho peor. Y cuando pensamos no sólo en lo que pasó, sino también en lo que podría sucedido, concluí que lo que no ocurrió fue «un milagro».

LA IMPACIENCIA DE ANTÍOJUS

En el año 200 a.e.c. , el pueblo judío estaba al borde de la extinción. El Imperio griego había triunfado militarmente y ahora estaba difundiendo efectivamente su religión y su cultura por todo su territorio, que incluía la tierra de Israel. No lo hacían por la fuerza sino por la persuasión. Abriendo las puertas de su civilización a todos permitió que la estrategia griega funcionara a la perfección. La ola de asimilación también afectó a los judíos. Quienes estaban fuera de Israel ya habían adoptado el helenismo y practicaban una religión cada vez más griega y menos judía. En Israel, los judíos que vivían en las ciudades también se sometieron voluntariamente a la imponente cultura griega y se helenizaron. Quedaban unos pocos judíos leales en los campos y zonas rurales que se resistieron a la asimilación. Pero, según los historiadores, era sólo cuestión de tiempo, una o dos generaciones más, para que estos judíos «normalizaran» la asimilación y perdieran su identidad judía por inercia, incluso sin darse cuenta.

Pero entonces sucedió algo que no estaba en los planes de nadie. En el año 170 a.e.c , ANTÍOJUS PERDIÓ LA PACIENCIA CON LOS JUDÍOS FIELES A LA TORA. Abandonó el plan de sus asesores (dejar a los judíos en paz para que siguieran asimilándose por su cuenta) e impuso una prohibición de la práctica judía, sentenciando a muerte a todos los que la siguieran. Fueron tiempos terribles de persecución, muerte, desesperanza, terror y oscuridad. Pero al final, con la ayuda de Boré Olam y con la extraordinaria valentía y el ingenio de los soldados judíos, luchamos y ganamos.

Y hoy, más de 2.000 años después, celebramos este triunfo.

La pregunta del millón es: por qué Antiojus no esperó, si la asimilación llegaría por sí misma en una o dos generaciones.

Nadie sabe exactamente por qué. Pero todos admiten que la impaciencia de Antiojus, sin querer, provocó un efecto contrario y opuesto al que quería conseguir el malvado monarca griego. Antiojus, sin querer, logró despertarnos. Nos obligó a organizarnos. Nos obligó a luchar. Y es más: logró que muchos judíos asimilados volvieran a abrazar el judaísmo que habían dejado atrás.

LA HIPÓTESIS DEL RABINO MELAMED

Un rabino que vive en Israel, el rab Eliezer Melamed, escribió hace unos años en su libro Penine Halajá una idea que me sorprendió y me conmovió hasta lo más profundo. Dijo lo siguiente: La asimilación de los judíos a la cultura helénica era inevitable. La desaparición del judaísmo por medios naturales era sólo cuestión de tiempo. Pero Antiojus quería acelerar este proceso. Y le salió el tiro por la culata: sus decretos tuvieron un efecto opuesto. Revirtieron la asimilación e, irónicamente, «nos salvaron de la autodestrucción». La impaciencia de Antiojus, dijo el rabino Melamed, fue el resultado de una intervención divina. Dios endureció su corazón, como lo hizo en Egipto con el Faraón, y así, el monarca griego –contra toda lógica y consejo– tomó una decisión que, en el corto plazo, fue devastadora para nuestro pueblo pero, a la larga, nos salvó de algo infinitamente peor.

GAZA

El pasado 7 de octubre, los judíos sufrimos un devastador ataque terrorista de proporciones de la «Shoah». El número de judíos que murieron y la forma en que murieron no tiene otra calificación. Los asesinos de Hamás son peores que los nazis, como lo demuestra el sadismo de filmarse a sí mismos y la forma en que «disfrutaban» de la tortura, la mutilación y el derramamiento de sangre judía.

Pero hay una parte de la historia de este ataque que, por ahora, es menos apreciada. Nadie ignora que Hamás es uno de los brazos ejecutores de Irán, el nuevo Amaleq. Irán es un pulpo cuya cabeza está en Teherán, pero sus tentáculos se expanden por todo Oriente Medio para lograr su objetivo primordial: destruir a Israel.

  

Según el general israelí retirado Isaac Brick (ver aquí), Irán estuvo preparando por 20 años un plan maestro para, Dios libre, destruir a Israel.

El plan de Irán es un ataque masivo sorpresa y simultáneo desde cinco frentes diferentes: desde el Líbano en el norte, a través de Hezbolá, que tiene más de 200.000 cohetes en su poder. Un poco más al este, en Siria, están estacionadas las milicias pro-iraníes que esperan la orden de atacar al Estado judío. Entre Israel y Jordania está el tercer frente: dos millones y medio de árabes que viven en Judea y Samaria, muy cerca de los asentamientos judíos que cuentan con medio millón de israelíes. Estos árabes están armados y en su mayoría radicalizados. El cuarto frente, desde el sur de Israel, es Hamás, al que sólo le queda cruzar la frontera con Gaza, y ya sabemos de lo que es capaz de hacer. El quinto frente, y según Brick, el más devastador, sería el de los árabes que ya viven dentro de Israel, en Yafo, Lod, Haifa, Jerusalem, etc., unos dos millones de árabes, con unas 400.000 armas, y muchos de ellos ( ¿la mayoría?) radicalizados que se unirían voluntariamente a un ataque masivo contra Israel.

En esa entrevista que concedió en el canal Hidabberut el 10 de julio de 2023, es decir: 3 MESES ANTES DEL 7 DE OCTUBRE, Brick explica extensa y angustiosamente que este sería un escenario apocalíptico para Israel. El Estado judío no está preparado militarmente para afrontar unos 3.000 cohetes diarios (sic.) procedentes del norte atacando todo el territorio israelí, algo que Israel nunca ha experimentado en el pasado. Israel no está preparado para detener una invasión masiva y simultánea de cientos de miles de árabes armados hasta los dientes y con la sed de sangre que demostró Hamás. Un ataque sorpresa de esta naturaleza podría significar Dios libre un genocidio, una segunda Shoah, en la propia tierra de Israel.

En este vídeo, del 10 de julio, Brick explica todo detalladamente (lamentablemente, sólo está en hebreo y no tiene subtítulos).

 

 

¿Tenía razón Brick? ¿O era demasiado alarmista?

Los acontecimientos ocurridos el 7 de octubre –el ataque sorpresa de Hamas que NO fue detectado ni repelido por el ejército israelí durante unas diez horas– le dan la razón a Brick. ¡Israel no estaba preparado ni siquiera para un ataque sorpresa en un solo frente! (El motivo de esta falta de preparación es un tema que iría más allá de los límites de este artículo).

Ahora bien, ¿por qué Hamás no esperó? ¿Por qué atacó a Israel por su cuenta y por qué sus líderes asesinos no siguieron el plan original y no coordinaron su ataque con Irán, Hezbolá, las milicias iraníes y los árabes de Israel?

LA IRA DE IRÁN

Quiero dejar en claro que esta falta de coordinación entre Hamás e Irán, esta osadía de Hamás de hacer las cosas «solo», enfureció mucho a Irán, y por eso, explica el profesor Mordejai Kedar, Hezbolá y las milicias proiraníes atacan poco y nada a Israel, limitándose a una demostración de solidaridad con Hamás, pero sin implicarse plenamente en la guerra. Irán, dice Kedar, está furioso con Hamás porque Hamás «arruinó su plan maestro»: ¡el ataque sorpresa en múltiples frentes que los enemigos de Israel han estado planeando durante tantos años!

La pregunta del millón es por qué Hamás no esperó para atacar junto con los demás.

Nadie sabe exactamente por qué.

Hay muchas opiniones. Algunos dicen que los asesinos de Hamás no pudieron resistir la tentación de atacar un concierto al que asistieron entre 4.000 y 5.000 jóvenes israelíes, y que eran blancos fáciles. Otros dicen que Hamás vio que Israel estaba dividido, que muchos israelíes habían amenazado con abandonar el ejército en tiempos de guerra, etc. Pero en realidad, ninguna de estas razones puede explicar por qué Hamás decidió actuar de forma independiente en lugar de seguir el plan de Irán.

EL FARAÓN, ANTÍOJUS Y SINWAR

Si lo miramos desde la perspectiva del rabino Melamed, la IMPACIENCIA de HAMAS fue providencial y milagrosa. La gran tragedia ocurrida el 7 de octubre podría haber sido infinitamente peor. Es difícil verlo así ahora, en el presente. Recuerden que cuando los macabeos lucharon contra los griegos en el año 165 a.e.c, no sabían que estaban escribiendo una historia con un final feliz. Vieron morir, asesinados y torturados a miles de sus hermanos Yehudim como en el caso de Janah y sus siete hijos. En aquel momento, los judíos pensaban que el futuro que les esperaba era incierto, oscuro, triste e irreversible. Fueron necesarios decadas para comprender que esa tragedia había conducido a Israel al triunfo y a la celebración.

 

El 7 de octubre, luego de haber sido atacado desde un solo frente, el ejército israelí –-después de una o dos semanas de preparación y entrenamiento (tiempo que no habría tenido el ejército en el caso de un ataque simultáneo en múltiples frentes)– pudo reorganizarse. Los judíos de Israel despertaron, se recuperaron, se fortalecieron y se unieron nuevamente. Quizás más que nunca. El ejército de Israel, los Macabeos del siglo XXI, está ahora listo para enfrentar y derrotar, con la ayuda de Dios, a nuestros enemigos también en otros frentes.

El ataque independiente de Hamas, en cierto modo, evitó un escenario apocalíptico indescriptiblemente peor para el Estado de Israel y el pueblo judío. LO EVITÓ LA PROVIDENCIAL IMPACIENCIA DE HAMAS.

Quiera Dios proteger a Medinat Israel. 

Quiera el Creador otorgarle a nuestros heroicos soldados la victoria final.

Y quiera Dios concederle a nuestros lideres politicos la sabiduría, la templanza y el coraje para tomar las mejores decisiones posibles. 

Rab Yosef Bittón

 



¿Que busca el Islam radical?

In 2015 I spoke to a group of Presidential candidates and an audience about the threat of Islam in America.

John Guandolo




La Sabiduría de Hamas, por Matti Friedman

Ellos entienden la guerra que están luchando. Muchos en Occidente todavía no.

28 de diciembre de 2023

JERUSALÉN — En los días posteriores a la invasión de terroristas de Hamas en Israel el 7 de octubre, desencadenando la actual guerra en Gaza, muchos creían que Hamas había cometido un error. La palabra «miscalculation» (error de cálculo) se repetía en análisis de noticias y en declaraciones de líderes israelíes. Aquí en Israel, la gente se movilizó a la acción por la masacre. Los gobiernos occidentales respondieron con shock y repulsión. Los civiles de Gaza miraban hacia una catástrofe inminente. ¡Hamas estaba en problemas ahora! ¿Qué estaban pensando?

Pero mientras escribo, casi tres meses después, con varios conocidos muertos en batalla y uno todavía retenido como rehén en Gaza, es más fácil entender lo que los líderes de Hamas estaban pensando. De hecho, vale la pena considerar la posibilidad de que no estuvieran equivocados.

En muchos sentidos, Hamas entendió el mundo mejor que nosotros los israelíes. Los hombres que cruzaron la frontera, y aquellos que los enviaron, pueden haber comprendido el estado actual de Occidente mejor que muchos occidentales. Más que nada, entendieron la guerra que estaban luchando cuando muchos de nosotros no lo hicimos, y todavía no lo hacemos.

Algunos aspectos del éxito de Hamas son fáciles de ver, como el comportamiento de la prensa occidental. Después de tratar con reporteros a través de muchas rondas de violencia desde que llegaron al poder en Gaza en 2007, Hamas entendió que la mayoría puede ser cooptada o coaccionada, y que la cobertura de Gaza se centraría de manera confiable en las bajas civiles, oscureciendo la causa de la guerra, retratando las operaciones militares de Israel como atrocidades y presionando a Israel para que deje de luchar.

Esto pudo haber parecido poco probable en los primeros días después del 7 de octubre, cuando el shock del barbarismo de Hamas era reciente. Pero sucedió, como hemos visto en una reciente oleada de historias que contienen variaciones de la afirmación de que esta guerra «es una de las peores de la historia y que la responsabilidad recae sobre Israel».

Hamas también sabía que cuando se enfrentaran a imágenes desgarradoras de muerte civil, algunos líderes occidentales eventualmente cederían y culparían a los israelíes, ayudando a Hamas a sobrevivir y atacar de nuevo otro día. Tomó unas cinco semanas antes de que esto sucediera a Emmanuel Macron de Francia («Estos bebés, estas damas, estas personas mayores son bombardeadas y asesinadas. Así que no hay razón para eso y no hay legitimidad») y a Justin Trudeau de Canadá («El mundo está presenciando este asesinato de mujeres, de niños, de bebés. Esto tiene que parar»).

Y Hamas sabía que las organizaciones internacionales que financian a Gaza, como las Naciones Unidas, habiendo cerrado mayormente los ojos ante la vasta acumulación militar de Hamas a su costa (y, en algunos casos, en su propiedad), centrarían su furia únicamente en Israel y harían lo posible para atenuar las consecuencias de las acciones de Hamas.

Todo esto muestra no un error de cálculo de Hamas, sino un admirable entendimiento de la realidad.

Entender lo que Hamas comprende de lo que está sucediendo, y nuestro propio malentendido, significa preguntar qué es la guerra de Hamas. Es esta pregunta la que nos ayudará a comenzar a resolver uno de los misterios centrales del 7 de octubre: a saber, por qué una masacre histórica de judíos, incluso antes de que comenzara la respuesta israelí, desencadenó una poderosa ola de hostilidad no hacia los atacantes, sino hacia los judíos.

En la cobertura de prensa, incluyendo innumerables artículos que escribí yo mismo en mis años trabajando para la prensa internacional, se dice que los palestinos buscan un estado independiente y liberarse del dominio israelí. La Autoridad Palestina, afiliada a Fatah, se retrata como el actor más responsable en la política palestina, pero Hamas aún aparece en el contexto de la misma historia y el mismo objetivo compartido.

Pero esto no es lo que Hamas, un acrónimo del Movimiento de Resistencia Islámica, dice sobre sí mismo. No retratan su guerra como limitada a palestinos contra israelíes, y en árabe no necesariamente usan el término «Israel» o «israelíes». Hamas se entiende explícitamente como parte de una guerra de naturaleza religiosa y de alcance global, en la que el enemigo son los judíos. En esta guerra, entienden que tienen muchos aliados en todo el mundo. Y aquí, también, está claro que tienen razón.

Las personas razonables de Occidente, del tipo de personas que crecieron en ciudades amigables bajo la Pax Americana del siglo XX, como yo, siempre tendieron a ver fragmentos de la guerra más amplia y no el cuadro completo. Podríamos haber notado una esvástica pintada con aerosol aquí, un boicot anti-Israel allí, un tiroteo en una sinagoga por un pistolero de Pensilvania, un cóctel molotov lanzado a una escuela en Montreal, la declaración impar de ex líderes de países como Francia («dominación financiera pesada de los medios y los mundos del arte y la música») y Malasia («los judíos están gobernando el mundo por poderes»). Pero la tendencia ha sido ver estos como puntos de datos no relacionados, en lugar de una ilustración del hecho perturbador de que cientos de millones de personas en todo el mundo, quizás miles de millones, creen estar en conflicto de alguna manera con los judíos.

Estos van desde gran parte de las poblaciones de países como Indonesia (donde no hay judíos, pero donde dos tercios de los encuestados estuvieron de acuerdo en que «la gente odia a los judíos por la forma en que se comportan los judíos»), hasta miembros de sindicatos británicos, socialistas en lugares como Colombia y Venezuela, nacionalistas rusos y muchos de sus enemigos jurados entre los nacionalistas ucranianos, profesores y estudiantes en la Ivy League estadounidense, ideólogos e influenciadores en China, y clérigos en mezquitas desde Saná hasta Sídney.

El ataque del 7 de octubre y sus secuelas finalmente han traído a la superficie los elementos dispares de esta lucha contra los judíos, sus participantes irrumpiendo en las calles y en las redes sociales, sugiriendo que Hamas sabía algo importante sobre el mundo que muchos de nosotros no vimos, o no quisimos ver.

Cuando yo era reportero de una agencia de noticias internacional en el momento de la toma de poder de Hamas en Gaza en 2007, descubrí que era políticamente incorrecto mencionar lo que Hamas claramente anunció en su carta fundacional de 1988: a saber, que «nuestra lucha contra los judíos es muy grande y muy seria», y que los judíos estaban «detrás de la Revolución Francesa, la revolución comunista y la mayoría de las revoluciones que hemos oído y oímos hablar, aquí y allá. Con su dinero formaron sociedades secretas, como los masones, los clubes Rotarios, los Leones y otros en diferentes partes del mundo con el propósito de sabotear sociedades y alcanzar los intereses sionistas».

Esto no sonaba como «Liberar Palestina». Pero como regla, en las raras ocasiones en que las organizaciones de noticias occidentales se sintieron obligadas a mencionar el documento, dejaron esas partes fuera.

Los ejemplos históricos del estatuto sugieren que en la guerra contra los judíos, los ideólogos de Hamas se entienden a sí mismos como operando en una amplia coalición y continuando una larga tradición. Esto es cierto. «El islam y el nacionalismo social están cerca uno del otro en la lucha contra el judaísmo», dijo Hajj Amin al-Husseini, el muftí de Jerusalén y uno de los padres del movimiento nacional palestino, en 1944. Esto fue en un discurso a miembros de una división SS que ayudó a levantar, compuesta por musulmanes bosnios. «Casi un tercio del Corán trata sobre los judíos. Ha exigido que todos los musulmanes vigilen a los judíos y los combatan dondequiera que los encuentren», dijo, una idea que reaparecería cuatro décadas más tarde en la carta de Hamas. Cuando el muftí testificó ante una comisión de investigación británica en 1936, citó Los Protocolos de los Sabios de Sion, la falsificación zarista que describe una conspiración judía global, que también es la fuente de partes del estatuto de Hamas y sigue siendo popular en todo Medio Oriente. (Una vez encontré el libro a la venta en una buena tienda cerca de la Universidad Americana de Beirut). El ejército de Hamas, conocido como las Brigadas Izz ad-Din al-Qassam, lleva el nombre de uno de los protegidos más famosos del muftí.

El movimiento se volvió lo suficientemente astuto como para suavizar su carta hace unos años, pero sus líderes han seguido siendo honestos sobre su intención. «Tienes judíos en todas partes», gritó un exministro de Hamas, Fathi Hammad, a una multitud en 2019, «y debemos atacar a cada judío en el mundo por medio del sacrificio y la matanza, con la voluntad de Dios».

En Occidente liberal, ninguna persona cuerda admitiría creer en Los Protocolos. (Al menos todavía no; las cosas se mueven rápido). Pero un italiano puede tener un destacado trabajo en la ONU, por ejemplo, después de decir que cree en un «lobby judío» que controla América, y puedes tener una posición titular en las mejores universidades de Occidente si crees que el único país del mundo que debe ser eliminado es el judío.

Mi experiencia en el cuerpo de prensa occidental fue que la simpatía por Hamas no solo era real sino a menudo más sustancial que la simpatía por los judíos. En Europa y América del Norte, como hemos visto ahora en las calles y en los campus, muchos en la izquierda progresista han llegado a una ideología que postula que uno de los problemas más urgentes del mundo es el Estado de Israel, un país que ha llegado a ser visto como la encarnación de los males del racista, capitalista Occidente, si no como el único estado de «apartheid» del mundo, siendo ese un sinónimo moderno de maldad.

Los judíos ya no podían ser oficialmente odiados debido a su etnia o religión, pero pueden ser legítimamente odiados como partidarios del «apartheid» y como la encarnación del «privilegio». La pretensión de que se trata de una crítica a las tácticas militares de Israel, o el sincero deseo de una solución de dos estados, ahora se ha dejado en gran medida de lado.

Una encuesta reciente sugirió que alrededor de dos tercios de los estadounidenses entre las edades de 18 y 24 creen que los judíos constituyen una «clase opresora». Tomo esta encuesta, como todas las encuestas, con una pizca de sal, pero incluso si está desviada por la mitad, todavía estamos viendo señales de que muchos jóvenes estadounidenses, como muchas personas que viven en otros países y citan razones completamente diferentes, creen que los judíos son un problema que necesitan enfrentar. En este sentido, Hamas tiene motivos para el optimismo.

Muchos de los occidentales que trabajan en organizaciones de ayuda y en la prensa en Medio Oriente, en mi propia experiencia, tienen alguna variación de estas creencias. Esto incluye a muchos europeos que están a solo una generación o dos de días en los que otros europeos persiguieron activamente una guerra física contra la «judería internacional». Estas personas, que usan un lenguaje diferente para explicar su problema con el mismo grupo de personas (términos como «apartheid», «crímenes de guerra» y «supremacía» están entre los que ahora están de moda) son las personas en contacto regular con Hamas, en las oficinas de UNRWA o Amnistía Internacional. Así que no debió haber sido difícil para Hamas entender que sus ideas tienen tracción más allá de Medio Oriente.

Este explica incidentes como el impactante momento en 2021 cuando el comandante militar de Hamas, Yahya Sinwar, le dijo a un reportero de VICE, «Quiero aprovechar esta oportunidad para recordar el asesinato racista de George Floyd». Los palestinos, dijo, sufren «el mismo tipo de racismo». Sinwar es un sociópata fundamentalista responsable de la carnicería en Israel el 7 de octubre y de la consiguiente catástrofe en Gaza, así como del asesinato de varios africanos atrapados en el ataque. Su declaración fue repetida en un llamado por la Representante Rashida Tlaib de Michigan el mismo año: «Lo que ellos están haciendo al pueblo palestino es lo ellos que continúan haciendo a nuestros hermanos y hermanas negros aquí». La palabra «ellos» fue impactante en ese momento. Ambos claramente se entendían como parte de la misma lucha.

Hamas, al igual que la OLP antes que ellos, siempre pudo contar con compañeros de viaje de la vieja izquierda empapada en propaganda soviética sobre el «imperialismo sionista», que a su vez es una variación de temas más venerables sobre el control judío. Pero nuevos aliados importantes en Occidente se han hecho evidentes con el surgimiento de inmigrantes de segunda generación de países musulmanes, algunos de los cuales ahora expresan la guerra de la generación de sus padres en un lenguaje progresista, y pueden protestar junto a jóvenes de cabello rosa con carteles de «Queers por Palestina», felices de descubrir que comparten un enemigo común. Después del ataque del 7 de octubre vinieron los carteles de parapente jubilosos, los aplausos de Black Lives Matter y nuestra introducción a una serie de tipos como el profesor de Cornell que declaró la masacre «estimulante».

De mis amigos en las comunidades judías en América del Norte, escucho sobre sinagogas contratando más guardias armados e instalando detectores de metales, algo que ha sido una realidad en lo que queda de la Europa judía. Hay un nuevo puesto de policía fuera de mi antigua escuela primaria en Toronto. En Los Ángeles y Londres, personas que conozco están escondiendo sus kipás en bolsillos o debajo de gorras de béisbol. Parece extraño llamar a todo esto la «guerra de Gaza».

La mayoría de nosotros asumió que cualquiera que sea el enfoque hacia Israel, hablar abiertamente de la villanía judía y llamar a la violencia contra judíos nunca fueron aceptables. Ahora sabemos que muchas personas, incluidos presidentes y profesores de las universidades más prestigiosas, creen que depende del contexto.

Hamas también lo cree, y todo esto te hace preguntar quién realmente calculó mal el 7 de octubre.




El Faraón de Gaza

EGIPTO

Uno de los temas más conocidos de la historia de la salida de Egipto es el de las diez plagas con las que el Creador azotó a Egipto. Fueron plagas devastadoras, hasta el punto de que algunos egiptólogos, como David Rohl, sugieren que la invasión de los Hicsos, que se apoderaron de Egipto por más de 150 años, fue consecuencia directa de esta devastación que dejo a los poderosos egipcios debilitados, tanto militar como económicamente.

Pero, ¿cómo pudo Egipto permitir que ocurriera eso? ¿Cómo se explica que el Faraón se haya negado sistemáticamente a liberar a los esclavos judíos y haya provocado así su propia destrucción? Porque como todos sabemos, Moisés, en nombre del Dios de los hebreos, le dice una y otra vez al Faraón: “Si no dejas salir a los israelitas, sufrirás las consecuencias. Pero si liberas a mi pueblo. No habrán más plagas. El ‘cese al fuego’ está 100% en tus manos”.

La negativa del Faraón a liberar a los israelitas parece inexplicable. En primer lugar, porque demuestra que no le importa en absoluto de sus civiles, de aquellos ciudadanos que supuestamente él tiene la obligación de proteger.  Hay una escena dramática que ilustra esta situación. El texto está en Shemot (Éxodo 10:7-8). Cuando los sirvientes del Faraón le reprochan a su jefe: «¿Hasta cuándo seguirás provocando nuestra perdición  («lanu» se refiere a los ciudadanos egipcios). ¡Deja salir a estas personas —los judíos— antes de que nos demos cuenta que Egipto está completamente destruido.»

Repito: El faraón solo tenía que hacer una cosa para evitar la destrucción de Egipto: liberar a los israelitas. Si lo dejaba ir, las plagas llegarían a su fin.

La pregunta del millón es por qué el Faraón actuó de esa manera irracional provocando la destrucción y la ruina de Egipto.

Parece que a los faraones solamente les importaba de su propio honor, de su reputación y especialmente mantenerse en el poder. Y todo este aparato de poder colapsaría si demostraba debilidad. El Faraón solo cedió en la última plaga cuando el tema lo afectó en lo personal: cuando perdió a su primogénito y sintió que su propia vida estaba en peligro.

Desde el punto de vista bíblico, la obstinación del Faraón fue producto de una intervención divina. Maimonides explica que hubo una combinación de ambos factores: la terquedad inicial del Faraón, fruto de su arrogancia, lo había metido en un callejón sin salida, hacia cruzado la linea roja por su propia voluntad, y una vez allí, el Creador, ya no le permitido que diera marcha atrás.

Dios se lo había anticipado a Moshé explícitamente: iba a endurecer el corazón del Faraón con el fin de darle su merecido escarmiento a Egipto por haber hecho tanto daño a nuestro pueblo, y quedaría demostrado Quién es el verdadero Dios.

GAZA

La prensa internacional da cuenta de que ya han muerto más de 20,000 personas en Gaza. Las ciudades están destruidas.  La situación humanitaria es catastrófica: hay hambre, enfermedades, epidemias. El mundo entero reclama un cese al fuego. Y el ejército de Israel está dispuesto a suspender su ofensiva. ¡Sí, de verdad! Todo lo que tiene que hacer el Faraón de Gaza es rendirse y liberar a los israelíes. Dejar que salgan de su cautiverio. La solución de este conflicto, como lo dijo esta semana Anthony Blinken, esta 100% en sus manos. Entonces, ¿por qué el líder de los palestinos no libera a sus israelíes cautivos? ¿Por qué sigue provocando la destrucción de sus ciudades, y la ruina de los ciudadanos a quienes se supone que debe proteger?

Los líderes de Gaza parecen actuar con la misma soberbia que el monarca egipcio y actúan hacia su pueblo con el mismo desprecio por sus vidas que tuvo el Faraón.

Este empecinamiento en preferir la destrucción de Gaza y la perdida de vidas a “dar marcha atrás y liberar a los israelíes cautivos” los ha metido en un callejón sin salida, han cruzado la linea roja y una vez allí, la poderosa mano ( יד חזקה ) del ejército de HaShem les da el merecido escarmiento por la terrible masacre que han causado a nuestro pueblo.

Algunos comentaristas politicos también se sorprenden de la irracionalidad autodestructiva de los Hutíes del Yemen: ¿por qué comenzaron estas agresiones marítimas provocando a los Estados Unidos y a una coalición de países europeos? ¿Sucederá lo mismo con los faraones de Hezbollah, que a pesar de que tiene tanto que perder provocando a Israel —como ha quedado demostrado hasta este momento— no para con sus ataques. ¿Será que los Faraones del Yemen, Libano y Tehrán están siguiendo el mismo camino que los Faraones de Gaza? ¿O será que las Fuerzas del Cielo están endureciendo sus corazones, y traer así una victoria épica al estado de Israel, y protegerlo de sus enemigos, como lo anticipó Netanyahu?

Mientras vemos cómo se van desarrollando estos acontecimientos día por día, les confieso que para mí esta confrontación entre Israel y sus malos vecinos cada vez parece más bíblica.

Quiera Boré Olam proteger a Medinat Israel, a sus ciudadanos y a sus valientes soldados.




¿Quién no quiere un cese al fuego en Gaza?

Israel está abocado a una operación militar que es básicamente una misión de rescate. Hamas ha invadido israel, ha violado, torturado, herido y masacrado miles de civiles israelíes y mantiene secuestrado en su poder más de 100 israelíes en Gaza.

Israel tiene como uno de sus objetivos militares la liberación de los israelíes civiles secuestrados y los soldados que han sido tomados como prisioneros de guerra.

Israel ha asegurado a Hamas que si libera a los rehenes habrá un cese al fuego. Extraoficialmente, un día de cese al fuego por cada 10 rehenes liberados.

Increíblemente, HAMAS no quiere liberar a los israelíes secuestrados!  Es Hamas el que no tiene interés en un cese al fuego. Entonces, por que Hamas no devuelve a los secuestrados?Pero, es a Israel a quien cínicamente se presiona en todos los foros internacionales para que haga un cese al fuego SIN OBTENER LA LIBERTAD DE LOS ISRAELÍES SECUESTRADOS.

Hay que poner la presión sobre quién corresponde: HAMAS

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¿Qué pasa en Israel y qué puedo hacer para ayudar?




¿En qué se parece el pueblo judío a Clint Eastwood?

ESCRITO EN NOVIEMBRE DE 2014
De visita en Israel, mi esposa Coty y yo estábamos saliendo de Mamila, un hermoso lugar turístico cerca de la ciudad vieja de Yerushalayim. Bajamos hacia la calle principal para tomar un taxi al hotel. Así fue como conocimos a Shlomi, un taxista israelí,  30-35 años. Tenía una Kipa muy chiquitita sobre su cabeza casi calva. Y en el parabrisas de su coche estaba su número de teléfono y un pequeño cartelito que decía «Lo beShabbat», lo que significa: «Este taxi (o este taxista) no trabaja en Shabbat «.
Sabiendo que los taxistas israelíes son de mucho hablar y están siempre actualizados sobre lo que pasa en Israel, decidí iniciar la conversación. Se me ocurrió preguntarle acerca de la situación militar que amenaza existencialmente a Israel. Le recordé que Hezbolá recientemente declaró que tienen más de 20.000 misiles listos para atacar a Israel. Los palestinos en Gaza están desplegando nuevamente sus fuerzas y, por supuesto, Irán amenaza a Israel con su arsenal nuclear …
Muy relajado y con una gran sonrisa Shlomi me dijo: אל תדאג «No te preocupes, mi amigo, nada malo va a suceder …». Y yo le dije: «¿Cómo lo sabes? ¿Sabes algo acerca del ejército israelí que la prensa no sabe o no nos informa? «
Sorprendentemente, me preguntó: «¿Sabes quién es Clint Eastwood?» Le dije que sí, pensando que el famoso actor americano que se pronunció muchas veces a favor de Israel.
Pero eso no era lo que Shlomi tenía en mente…. «Para entender lo que pasa en Israel», dijo Shlomi, «hay que entender lo que pasa en las películas de Clint Eastwood».
Mi esposa y yo nos miramos como diciendo ¿De qué está hablando?  ¿Qué tiene que ver un actor americano de películas de Cowboys con lo que pasa en Israel?
Y entonces Shlomi el taxista formuló uno de los argumentos filosóficos más profundos que yo haya escuchado sobre la naturaleza del pueblo judío y su rol en el mundo y en la historia: «¿Clint Eastwood, alguna vez murió en una de sus películas? No. ¿Verdad? Y ¿Por qué?» continuó Shlomi, «Clint Eastwood no puede morir en sus películas porque él es el actor principal de la película! Toda la película gira en torno al personaje de Clint Eastwood. Sin Clint Eastwood la película no tiene ningún sentido.» Y entonces Shlomi nos reveló su secreto: «Así pasa con AM ISRAEL. Nosotros somos el ‘Clint Eastwood’ de la película de HaShem. HaShem es el Director de la película y como tal nunca permitirá que Israel, ‘Su Clint Eastwood’, desaparezca de Su película».



El costo de humanizar a Hamás

El PELIGRO DE LAS PROYECCIONES POSITIVAS

En 1944, un prisionero escapó de Auschwitz y llegó a Budapest, Hungría, donde solicitó hablar con sus hermanos judíos. La comunidad se reunió, y todos se congregaron para escucharlo. El hombre compartió lo que había vivido y les dijo: «No nos llevan allí para trabajar. Nos llevan para matarnos en cámaras de gas: están matando a nuestros ancianos, mujeres e incluso niños. No se dejen engañar: Auschwitz no es un campo de trabajo, sino un campo de exterminio». La gente escuchó horrorizada. Después de que el hombre terminó su testimonio, los líderes comenzaron a debatir qué hacer con esta información. Dicen que uno de los dirigentes judíos, un hombre muy inteligente, mesurado y altamente respetado, dijo: «Estoy seguro de que los alemanes quieren nuestro dinero. Y si pueden, tomarán nuestras propiedades y posesiones. En el peor de los casos, dado que es tiempo de guerra y no tienen trabajadores, podrían obligarnos a trabajar en fábricas de armas o a producir ropa para el ejército. Pero ¿llevarnos a matar? ¡Eso es ridículo! ¿Para qué les serviría a los alemanes deportar a mi anciano padre, que no puede trabajar, o a mi hija de 5 años a Auschwitz? ¿Cómo se beneficiarían los nazis de ello? Los alemanes son muy astutos y en este momento necesitan concentrar todos sus esfuerzos en el Frente Oriental con Rusia. ¿Ustedes creen que desviarán sus recursos militares y usarán a sus soldados para encontrar y transportar a judíos ancianos y niños para ejecutarlos? Esta historia es completamente absurda».

La lógica de este líder judío era impecable. Alemania se enfrentaba al ejército ruso y necesitaba todas las fuerzas disponibles en el frente de guerra. Sin embargo, la ingenuidad y la lógica utilizada para estimar las intenciones de los nazis nos llevaron a subestimar a los Nazis y tuvieron un alto costo. Hitler decidió no enviar refuerzos militares a los alemanes que luchaban en Rusia. En cambio, entre el 15 de mayo y el 9 de julio de 1944, dirigió sus soldados a encontrar, reunir y deportar a 434,000 judíos en 147 trenes. La mayoría de ellos llegaron a Auschwitz, donde el 80 por ciento fue asesinado en cámaras de gas al llegar al campo de exterminio. Quién sabe cuántas miles de vidas judías podrían haberse salvado si no hubiéramos «humanizado» a los nazis. Si hubiéramos comprendido que hay un mal inimaginable en algunas personas. Un mal que es literalmente inconcebible para las personas decentes, más allá de la lógica o incluso en contra del interés práctico del enemigo.

LA TORÁ NOS ADVIRTIÓ SOBRE AMALEQ

Cuando salimos de Egipto, escapando hacia la libertad después de 140 años de esclavitud, fuimos atacados por Amaleq. Fue un ataque a traición sin razón, motivo ni lógica. En ese momento, nosotros los judíos no éramos capitalistas, comunistas, socialistas ni colonizadores; éramos refugiados. No teníamos dinero ni poder. Pero igual sufrimos el primer ataque antisemita.

Tampoco hubo conflictos territoriales; ¡estábamos en el desierto! El territorio de Amaleq no estaba en nuestros planes de conquista.

Amaleq es especial porque su odio hacia los judíos no depende de lo que los judíos «tenemos» o de lo que los judíos «hacemos». Amaleq odia a los judíos por lo que «somos»: el pueblo de Dios.

El odio de Amaleq es incondicional.

Es existencial.

Vale la pena señalar que este primer ataque antisemita no fue un asalto militar directo. ¿Por qué? Porque aunque no estábamos preparados para la guerra, éramos muchos, alrededor de 3 millones de personas. Amaleq sabía que no podía destruirnos. Pero eso no impidió que Amaleq nos atacara por la espalda, y saliera a matar a los ancianos, los hombres enfermos, los niños y las mujeres con sus pequeños hijos. En otras palabras, a todos aquellos que no podían seguir nuestro apresurado éxodo de Egipto y no podían defenderse.

El ataque de Amaleq no fue un conflicto militar, sino un ataque terrorista. El primero registrado en la historia bíblica. Fue un ataque dirigido a «matar a tantos judíos como fuera posible» y causar daño y dolor a nuestro pueblo.

El pueblo de Israel en ese momento aún no tenía un ejército organizado. Y Amaleq sabía que pagaría un alto precio por su acto terrorista. Pero eso tampoco los detuvo. Moshe le dijo a Yehoshúa: «Elige algunos hombres y sal a luchar, a defendernos, contra Amaleq». Y milagrosamente, pudimos derrotarlos. En ese momento, la Torá también nos advirtió de manera absolutamente dramática, asegurando que esta era la primera vez que enfrentamos a Amaleq, pero no sería la última. El párrafo bíblico, Shemot / Éxodo 17:13, concluye con las palabras: מלחמה לה’ בעמלק מדור דור. La guerra que el pueblo de Dios debe librar contra, las «fuerzas del mal» de, Amaleq será «MIDDOR DOR», lo que significa, por las generaciones futuras…

¿QUIÉNES SON PEORES, HAMÁS O LOS NAZIS?

Lo que sucedió el Shabbat pasado, ese fatídico 7 de octubre por la mañana, en el sur de Israel, fue un ataque de Amaleq, que cambia constantemente de nombre: Adriano, Hitler, Arafat, Hamán o Hamás, pero nunca pierde su intención asesina y su obsesión por matar judíos. Lo que caracteriza a Amaleq, desde el principio, es que su odio hacia los judíos es completamente irracional. Pero en el caso de Hamás, el odio también es suicida.

Un terrorista palestino que fue capturado e interrogado este sábado después del ataque confesó, entre otras cosas, que los líderes de Hamás enviaron a más de mil de sus jóvenes «a morir». Sabían que la mayoría de ellos no regresarían vivos a Gaza. En este sentido, y escribo esto temblando, Hamás es peor que los nazis porque no les importa sacrificar sus propias vidas o las vidas de sus hijos para matar a un judío, incluso matar a bebés.

Durante mucho tiempo nos dejamos engañar y humanizamos a Hamás. Muchos líderes judíos y políticos en Israel y Estados Unidos cometieron el pecado capital de la ingenuidad. Pensaron que el enemigo piensa como nosotros. Que los palestinos en Gaza desean prosperidad, oportunidades de trabajo, un buen sistema de atención médica y educación para criar a sus hijos en paz. Y que si los dejamos en paz, nos dejarán en paz. שקט יענה בשקט Hay un nombre para este grave pecado: «proyección positiva». Eso es cuando uno proyecta sus propios ideales y aspiraciones sobre un enemigo que proviene de una cultura medieval, barbárica y suicida.

Nos negamos a creer lo que claramente establece la Carta Fundacional de Hamas: que el objetivo explícito de Hamas no es la paz, sino la victoria a través del Yihad, es decir, la eliminación del estado de Israel, un judío tras otro.

Olvidamos que el odio de Amaleq hacia los judíos supera el amor de Amaleq por su propio pueblo o incluso por sus propios hijos, a quienes no dudan en utilizar como escudos humanos.

Nos negamos a abrir los ojos y ver esos videos que muestran a los maestros palestinos en las escuelas de Gaza enseñando a sus estudiantes el ideal de ser mártires (muyahidines) y tener como objetivo de su vida «morir» mientras matan a un judío. Esta fue la «educación» que estos monstruos barbáricos recibieron en sus escuelas 15 o 20 años atrás, y los que condujo a realizar las atrocidades del 7 de octubre. ¿Hasta cuándo mantendremos nuestros ojos cerrados?

Y, sobre todo, NO hicimos caso a la advertencia singular que la Torá nos dijo hace 3,500 años y que nuestros rabinos establecieron como la única lectura bíblicamente obligatoria (mideoraita) de la Torá.

DEUTERONOMIO Capítulo 25.

17.»Recuerda lo que Amaleq hizo contigo cuando salías de Egipto.

18. [Amaleq] te emboscó en el camino y te atacó por detrás, apuntando a los más débiles, cuando estábamos cansados y exhaustos. Amaleq no temió a tu Dios, aunque habían oído lo que tu Dios hizo en Egipto con Faraón y tus enemigos.

19. Por lo tanto, cuando estés en tu tierra y hayas eliminado a los enemigos que te rodean, [no bajes la guardia] y elimina todo rastro de Amaleq de debajo de los cielos. NO LO OLVIDES.»

Lamentablemente, la convivencia pacífica con Amaleq en nuestro vecindario es imposible. Debemos mantenernos siempre vigilantes, ya que no podemos creer en treguas o promesas de paz.

Israel nunca puede bajar la guardia.

Nunca más puede dejarle la puerta abierta a Amaleq.

La opción es: ellos o nosotros.

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Una niña de tercer grado me preguntó ayer: «¿Cómo es posible que HaShem permitiera lo que sucedió en Otef Gaza?» Instintivamente cubrí mi rostro con mis manos y le dije: «Necesitas un rabino más sabio que yo para responder a eso».

Pero quiero compartir contigo una reflexión, una idea que nuestros rabinos expresaron hace casi 2000 años, cuando se hicieron una pregunta similar.

Cuando el ejército romano derrotó y masacró a los valientes soldados judíos, entró en Jerusalem, tomó más de un millón de prisioneros de guerra y destruyó el Templo. Se preguntaron ¿Qué pasó? ¿Cómo pudo ser que Dios, el protector de Israel, no interviniera para evitarlo? La respuesta que dieron los Sabios fue breve y decisiva: «Sinat Jinam» – Odio gratuito, sin fundamento, entre hermanos judíos.

Nuestros rabinos estaban expresando una idea muy poderosa: DIOS ESTÁ CON ISRAEL CUANDO ISRAEL ESTÁ UNIDO. PERO CUANDO NOS PELEAMOS ENTRE NOSOTROS, CUANDO ESTAMOS DIVIDIDOS, SU PROTECCIÓN NOS ABANDONA. La Torá llama a esto HESTER PANIM, es decir: que Dios, metafóricamente «deja de mirar», deja de intervenir en nuestro favor y quedamos a merced del enemigo.

En los últimos 9 meses ocurrieron eventos muy graves en Israel, que hoy todos queremos olvidar. No estoy seguro de que todos los lectores estén al tanto, pero intentaré resumir lo que sucedió de la manera más precisa posible. Los detalles se pueden verificar en diarios y redes sociales en hebreo.

Poco después de que asumiera el cargo, comenzaron las manifestaciones contra el nuevo gobierno de Israel elegido democráticamente. Especialmente en Tel Aviv, donde participaron cientos de miles de personas. La razón inicial citada fue la oposición a las reformas judiciales propuestas por el gobierno. Y a pesar de la disposición del gobierno de suavizar estas reformas, estas protestas gradualmente se intensificaron. Miles de soldados o veteranos que se oponían al gobierno de Netanyahu firmaron declaraciones diciendo que ya no servirían más en el ejército. Dijeron que aún «si hubiera soldados enemigos en la frontera siria», no se presentarían a luchar. Se argumentó que estas protestas debilitaban al ejército israelí, que la deserción se sentiría y que alentaría a nuestros enemigos. Sin embargo, estos argumentos no fueron escuchados. Esta deserción fue sin precedentes en la historia de Israel moderno.

Luego, la situación continuó escalando a nivel social. Ya no se trataba solo de la reformas judicial. Surgió una división significativa dentro del pueblo entre aquellos de izquierda y de derecha. Recuerdo con lágrimas en los ojos un video en el que una mujer en Tel Aviv dijo lo peor que había escuchado a un judío decir: «Ustedes so son mis hermanos». En los últimos días, las cosas empeoraron. Un famoso profesor universitario (A.K), uno de los líderes ideológicos detrás de toda esta agitación, declaró que los judíos tradicionalistas, religiosos o de derecha deberían ser considerados como «el enemigo». Algunos revivieron la idea de dividir el país: uno para los judíos seculares de tendencia izquierdista, «Medinat Israel», y otro para el resto del país, «Medinat Yehudá», que son casi dos tercios de la población judía de Israel.

En las últimas semanas hubo otra ola de escalada de violencia social (verbal), esta vez contra judíos religiosos. Demonizaron a los judíos que viven en Judea y Samaria. Los culparon, sugiriendo que por culpa de esos colonos no tenemos paz con los palestinos… En programas de televisión, se llamó repetidas veces a los judíos más religiosos (Jaredim) «parásitos». Hay videos horribles que muestran a judíos religiosos siendo insultados y agredidos por otros judíos en autobuses o en las calles, al mejor estilo antisemita. Otro video muestra a judíos invitando a los judíos religiosos a abandonar «Tel Aviv».

Y luego, hace poco más de dos semanas, tocamos fondo este pasado Yom Kippur. Un grupo de manifestantes judíos, ¡sí! tengo que aclarar que eran judíos, interrumpieron el servicio de Kol Nidre, el momento más sagrado de Yom Kippur, que es un llamado a la UNIDAD entre el pueblo, independientemente de su nivel de observancia religiosa.

Y hay más. Después de los terribles eventos en Yom Kippur, cientos de miles de judíos tradicionales y religiosos planeaban ir a Tel Aviv para celebrar Hakafot Shniyot y bailar con la Tora. ¿Cuándo? En la noche del sábado 7 de octubre. El sector izquierdista de Israel también planeaba una contra- protesta masiva paralela a las Hakafor Sheniyot.

Nadie sabe qué hubiera pasado si estas dos mega manifestaciones se hubieran «encontrado una frente a la otra » ese sábado a la noche…

Durante meses, en Israel, se habló de una posible guerra civil (מלחמת אחים), como en los tiempos de los griegos cuando los Jashmonaim lucharon contra los judíos helenizados y se derramó sangre judía en ambos lados.

Nadie imaginó que, lejos de bailar con la Torá –o protestar contra la Torá– ese Motsaé Shabbat sería muy diferente y cambiaría para siempre la sociedad israelí…

Una vez que se escucharon las noticias de la salvaje masacre de Hamas, TODAS LAS DIVISIONES ENTRE LOS ISRAELÍES DESAPARECIERON.

No se escuchó ni una sola palabra (creo) de un judío contra otro judío.

De repente, la deserción del ejército se convirtió en un reclutamiento históricamente sin precedentes : ¡130%! Esto significa que israelíes que no estaban formalmente obligados a servir en el ejército se ofrecieron como voluntarios para luchar. Las diferencias religiosas desaparecieron. Es como si, en Israel, no hubiera judíos no religiosos cuando estamos en guerra.

Los judíos Jaridim ayudan en las tareas civiles: recolección de alimentos, custodia de la retaguardia y realización de una de las tareas más aterradoras en la guerra, especialmente en esta brutal masacre: identificar cadáveres, reunir las partes de cuerpos desmembrados o quemados por los asesinos de Hamas para darles un entierro judío adecuado.

Ahora, y espero que B»H por mucho tiempo, estamos unidos.

Hay otra vez cientos de miles de judíos en las calles de Tel Aviv y Jerusalem: pero esta vez, están esperando su turno para donar sangre.

El Shabbat 7 de Octubre nos despertamos «brutalmente» y una vez más nos dimos cuenta de quiénes somos, y quiénes son nuestros verdaderos enemigos…

Increíblemente, irónicamente y LAMENTABLEMENTE, se necesitó una tragedia de proporciones colosales, un trauma nacional, para hacer un reset de nuestras mentes y corazones, unirnos y evitar una posible guerra civil entre judíos.

Espero y rezo a HaShem para que nos inspire y guíe para permanecer unidos durante tiempos de prosperidad, felicidad y paz. Amén.