Rab Yehudá Moscato (1530-1593) y la veracidad del Cuzarí

Ribbí Menashe nació en la isla de Madeira, Portugal, en 1604, bajo el nombre de Manoel Dias Soeiro. Su familia se trasladó a Holanda, en los Países Bajos, en 1610. En aquel entonces, Ámsterdam era un importante centro de la vida judía en Europa. Allí, como muchos otros judíos que llegaban de Portugal, la familia de Ribbí Menashé retornó abiertamente al judaísmo.
El joven Menashé tuvo la mejor educación posible dentro de la tradición sefardí, que mantiene que los estudios seculares deben complementar los estudios religiosos. Sobresalió en sus estudios talmúdicos y en su conocimiento profundo del Tanaj. Dominaba todo el espectro del pensamiento judío, desde la escuela de Maimónides hasta los escritos de los más recientes cabalistas.
En el área secular, se destacó en las lenguas: hablaba diez idiomas y además poseía amplios conocimientos de medicina, matemáticas y astronomía. También estaba muy versado en la literatura clásica y en los escritos de los filósofos y teólogos gentiles. Este conocimiento le facilitó debatir con intelectuales gentiles y refutar sus ideas cuando eran contrarias al judaísmo.
En 1620, a la sorprendentemente temprana edad de 18 años, fue nombrado rabino de la comunidad sefardí y pronto se convirtió en uno de los predicadores más famosos de esa prestigiosa comunidad. Poco después de asumir este cargo, contrajo matrimonio con Raquel Soeiro, descendiente directa del rabino Don Yitzchak Abarbanel, con quien tuvo tres hijos. En 1626, estableció la primera prensa hebrea en Ámsterdam y, de hecho, en toda Holanda, llamada «Emet MeErets Titsmaj». En su imprenta utilizó un nuevo tipo de letra que más tarde sería copiado por muchas imprentas europeas.
En esos años, los holandeses colonizaron Brasil y muchos judíos de la comunidad de Ámsterdam, que eran grandes empresarios del comercio internacional, se mudaron a la ciudad de Recife, en la zona de Pernambuco.
En 1638, Ribbí Menashé decidió visitar Recife y fue probablemente el primer rabino que visitó el suelo americano, pero al poco tiempo de estar allí regresó a Ámsterdam. Habían llegado a esa ciudad dos empresarios judíos portugueses muy importantes, los hermanos Abraham e Isaac Pereyra, que ofrecieron contratar al rabino Menashé para dirigir un Talmud Torá, un colegio judío, que ellos habían fundado en la ciudad.
Uno de los primeros libros de Ribbí Menashé fue «El Conciliador», escrito en español y luego traducido al inglés por Hayim Lindo. Este extraordinario libro (que yo cito varias veces en mi libro «Creación») tiene como objetivo conciliar todos los textos del Tanaj que parecen contradecirse entre sí. Uno de los primeros puntos que analiza, por ejemplo, es la aparente contradicción entre lo que la Torá describe durante los 3 primeros días de la Creación, «y fue la tarde y fue la mañana», y la aparente creación del sol en el cuarto día. Ribbí Menashé presenta 8 posibles respuestas para resolver este tema (los Sabios judíos, dicho sea de paso, explican que el sol y la luna fueron creados el primer día, en el primer acto de la Creación). En este libro, el rabino portugués refuta los argumentos de los autodenominados críticos de la Biblia. Fue una de las primeras obras escritas por un judío en un idioma moderno que despertó un gran interés en los lectores cristianos. Esto le valió a Ribbí Menashé una gran reputación en el mundo académico no judío. Con el tiempo, su fama como erudito y experto en todos los asuntos de aprendizaje y ciencia se extendió más allá de Holanda. Algunas de las personalidades más destacadas del mundo buscaron su amistad y consejo. Entre sus corresponsales y amigos no judíos se encontraban la reina Cristina de Suecia, el pintor Rembrandt, quien pintó su retrato, y el estadista y filósofo Hugo Grotius.
En 1644, Ribbí Menashé conoció a Antonio de Montezinos, un judío converso portugués que había viajado al Nuevo Mundo y se había adentrado en las entonces exóticas tierras y había conocido a los pobladores nativos de las Américas. Montezinos le contó que los indígenas de los Andes sudamericanos practicaban ciertos ritos y tenían ciertos símbolos que eran similares a los judíos y que en su opinión eran descendientes de las 10 tribus perdidas de Israel. Los coloridos relatos de Montezinos y la teoría de Ribbí Menashé respecto a lo que significa este descubrimiento en función de la llegada del Mesías quedaron registrados en uno de sus libros más famosos, que escribió en español: «MIKVE ISRAEL: La esperanza de Israel o el origen de los americanos». Este es el título original de este libro, que no sé por qué no se reimprime. Este descubrimiento impulsó las esperanzas de Ribbí Menashé, ya que el asentamiento de los judíos en todo el mundo se entendía como un signo de que el Mesías estaba llegando.
Unos años más tarde, escribió un extraordinario tratado histórico y filosófico dirigido a las autoridades de Inglaterra, exponiendo los argumentos a favor de la readmisión de los judíos en Inglaterra. Su carta a Cromwell, escrita en perfecto inglés, se puede leer aquí en este enlace de Hebrew books (https://hebrewbooks.org/52715), de donde habían sido expulsados en 1290. En 1653, Ribbí Menashé viajó a Inglaterra para solicitar formalmente la readmisión de los judíos. Allí fue recibido nada menos que por Oliver Cromwell. Sin embargo, se enfrentó con muchísimas dificultades, entre otras la exigencia de que para la readmisión, los judíos debían convertirse en masa al cristianismo.
Dejó Inglaterra triste por no haber logrado su objetivo y materialmente empobrecido, y regresó a Holanda en 1655.
Entre sus obras más destacadas se encuentran:
También produjo un compendio ritual titulado Thesouros dos dinim, que ofrecía una guía práctica para las leyes y costumbres judías. Su obra se extendió más allá de las comunidades judías, influyendo en intelectuales cristianos y fortaleciendo los lazos entre diferentes tradiciones religiosas.
Nunca llegó a enterarse de que fue gracias a sus esfuerzos que Oliver Cromwell finalmente readmitió a los judíos en Inglaterra y les permitió practicar libremente su religión, ya que falleció en Ámsterdam ese mismo año, 1657.
En el siglo XVII, el Rabino Menashé ben Israel fue el judío más famoso del mundo.
SUS PRIMEROS AÑOS
El rabino Obadiá ben Abraham de Bertinoro, conocido popularmente como “Bartenura”, nació en el año 1455. Fue alumno del famoso Rabino Yosef Colón, מהרי”ק, y ejerció como rabino de su propia ciudad, Bertinoro, en la provincia de Cesena, Italia. Allí se desempeñó también como banquero. Su nombre se menciona en la parte superior de la lista de banqueros autorizados para otorgar préstamos a los residentes cristianos en un documento oficial del Papa Inocencio VIII, fechado el 12 de febrero de 1485. Al cumplir sus 30 años decidió establecerse en la tierra de Israel, y específicamente en Yerushalayim, Jerusalem. Tenemos detalles muy minuciosos de su viaje a Israel –que en esos tiempos no era ni fácil ni corto– ya que muchas de las cartas que describen esta travesía fueron encontradas y publicadas, como lo mencionaremos más adelante.
DE ITALIA A JERUSALEM
A finales de 1486 abandonó su ciudad natal. Pasó por Roma y Nápoles y finalmente llegó a Palermo, Sicilia, donde permaneció tres meses, y cada Shabbat prounicaba el sermón, en la sinagoga local. En Palermo, la ciudad principal de Sicilia, vivían alrededor de 850 familias judías, todas en una mismo barrio situado en una de las mejores areas de la ciudad. Los judíos de allí eran artesanos, herreros o estibadores. Y trataron de convencerlo para que se quedara como Rabino de esa comunidad, pero rehusó el ofrecimiento porque su mayor deseo era establecerse en Yerushalayim. Viajó a través de Rodas, Grecia, hacia Alejandría, Egipto, donde llegó a principios de 1488. De Alejandría procedió a El Cairo, donde el Rab Natan ha-Kohen Shoulal, dirigente principal de la comunidad local (naggid), lo recibió con grandes honores. También allí le ofrecieron permanecer como rabino, indicándole entre otras cosas que la situación de los judíos en Jerusalem era muy precaria, pero nuevamente se negó. Continuó su viaje a través de Gaza —que en ese entonces era la cuarta ciudad con mayor población judía de Israel (luego de Jerusalem, Safed y Hebron) y de allí se trasladó a Hebrón. Finalmente llegó a Yerushalayim en la víspera de Pésaj de 1488. A su llegada fue recibido por el rabino de la ciudad, y se hospedó en su casa por el resto de la festividad.
SI ME OLVIDARE DE TI, OH JERUSALEM…
En esos años Jerusalem estaba bajo el control de los mamelucos, un grupo musulmán que dominó la ciudad hasta 1517. En Jerusalem vivían unas 4.000 familias gentiles, musulmanes y cristianos. La comunidad judía local contaba con aproximadamente 70 familias. Muchos judíos habían muerto de hambre, literalmente. Los más pudientes habían escapado de la ciudad santa por los exorbitantes impuestos que les demandaban los mamelucos. Los pobres no tenían donde ir y su vida se hacía insostenible. Según escribe el Rab Obadiá: “en la ciudad había muchas viudas y ancianos pobres… los que tienen un poco de pan para comer…se consideran ricos… “. El rab Obadiá también cuenta que quien lo recibió al llegar era un rabino italiano, Ya’aqob de Colombano. Este rabino era tan pobre que únicamente se permitía comer un pedazo de pan durante Shabbat, mientras que durante la semana se alimentaba de las vainas secas de algarrobo que los productores desechaban después de producir la famosa “miel de algarrobo” o algarrobina (ver aquí https://es.wikipedia.org/wiki/Algarrobina).
LAS SINAGOGAS
El Rab Obadiá también escribe que unos años antes de su llegada había en Jerusalem unos 300 Sifré Torá—rollos de Torá rituales que se leen en la Sinagoga. Pero ahora virtualmente ya no quedaban más. Los “me’ilim» , es decir, las fundas decoradas hechas de telas finas que envuelven a estos rollos, y sus adornos que muchas veces se hacen de metales preciosos, habían desparecido ya que las sinagogas eran frecuentemente saqueadas. La única Sinagoga que funcionaba en Jerusalem era muy precaria, estrecha y oscura. Sin embargo, el Rab nota que había algo muy especial en Jerusalem: las plegarias. Que no eran comparables en su belleza con ningún otro lugar en el cual él había orado. Los sábados por la mañana, escribe el rabino, «los hombres se levantan una o dos horas antes del amanecer a cantar las dulces plegarias ” conocidas como “baqashot”. Luego recitaban el Kaddish, y entonces dos oficiantes (jazanim) comenzaban las plegarias con la recitación del Shemá Israel, al salir los primeros rayos del sol (vatiquin).
CORRUPCION
El Rab Bartenura se queja de la corrupción generalizada en Jerusalem. Cuenta como ejemplo que un hombre musulmán mató a su propia madre, degollándola con un cuchillo, en un ataque de ira. Cuando lo trajeron ante el tribunal local, el asesino se justificó diciendo que estaba borracho. Como sabemos, los musulmanes tienen prohibido en su religión beber alcohol, y por lo tanto, no producen ni venden bebidas alcohólicas. ¿Cuál fue entonces el veredicto de los jueces? El tribunal culpó a la comunidad judía por haber producido el vino que provocó a este hombre emborracharse y asesinar a su madre. Los jueces, que siempre buscaban obtener algún beneficio económico, impusieron a la comunidad judía pagar una multa de 6 monedas de oro «por el crimen cometido», y el asesino quedó libre.
DESDE TUS RUINAS TE CONSTRUIRÉ
Al principio el Rab Obadiá tuvo que hacerse cargo personalmente de todas las necesidades materiales de la comunidad. Incluyendo cavar las tumbas en el cementerio judío y enterrar a los muertos, ya que nadie más podía dedicarse a este deber religioso. El Rab Obadiea decidió abocar todos sus esfuerzos a recaudar fondos para ayudar a la población judía de Yerushalayim y evitar que esta ciudad quedara sin poblacion judía. Sus amigos y conocidos en Italia le proporcionaron generosamente el dinero necesario para asistir a los pobres. Con el tiempo y gracias a la solidaridad de los judíos italianos y de otros países pudo establecer instituciones de beneficencia y asistencia médica para los enfermos. Emanuel Hai Camerino de Florencia, a quien el rabino Obadiá le había confiado la administración de sus propiedades en Cesena, le enviaba 100 ducados (monedas de oro) al año, a lo que él añadía otros 25 ducados de su propio bolsillo para la caridad, junto con otros donativos de parte de los familiares y amigos del Rab Obadiá. Así la comunidad judía fue creciendo y también el nombre de su principal benefactor: el Rab de Bertinoro, que desde que llegó a Jerusalem, trajo su bendición. Al cabo de unos años, gracias a la excelente reputación de integridad que tenía el Rab Obadiá en Jerusalem, los mismos musulmanes acudían a él para que resolviera disputas legales y conflictos comerciales, ya que sabían de su honestidad.
DE CASTILLA A JERUSALEM
En 1492 el mundo judía fue sacudido con la notica de la expulsion de los judíos de España. Los refugiados no tardaron en llegar a Turquía, Egipto, Safed y también a Jerusalem. El rabino Obadiá se convirtió en el líder espiritual de estos refugiados y los ayudó a sostenerse materialmente, ya que llegaban sin dinero, y para quedarse en la ciudad debían pagar un impuesto a los mamelucos, el yiziá, que se cobraba por cabeza. Lo que significaba que con el aumento de la población judía los pesados impuestos se incrementaban cda vez más. Sin embargo, luego de unos pocos años, estos judíos que habían llegado de España sin nada, pero que tenían oficios y estaban entrenados en el comercio internacional, comenzaron a crecer económicamente, y la comunidad judía de Yerushalayim comenzó a florecer. Como muestra de su enorme gratitud, los exiliados de España le hicieron al Rab Obadiá de Bertinoro el mejor regalo que él podía haber soñado: le construyeron su propia Yeshibá (academia rabínica) en Yerushalayim. ¡Esta fue la primera Yeshibá en Jerusalem luego de 1200 años!
El Rab Obadiá fue declarado como “abi hayishub”, patrón o benefactor máximo de la ciudad de Jerusalem.
Murió en 1515 y su cuerpo descansa en el Har HaZetim (Monte de los Olivos) el cementerio más famoso de Yerushalayim y del mundo judío.
REVIVIENDO EL IDIOMA HEBREO
El Rab Obadiá de Bertinoro es conocido principalmente por su comentario a la Mishná. La Mishná comprende las tradiciones orales rabínicas, es decir, la aplicación y los detalles de todas los preceptos de la Torá. La Mishná se estudia por lo general junto con la Guemará, o Talmud, que la explica, la expande y elabora sus detalles. Maimónides fue el primer rabino que escribió un comentario independiente sobre la Mishná, basado obviamente en las explicaciones de la Guemará. El rabino Obadiá siguió su ejemplo y escribió su propio comentario sobre la Mishná, que se convirtió en el más popular durante siglos. Al punto que es difícil encontrar una edición de la Mishná que no contenga su comentario. ¿Por qué razón el libro del Rab de Bertinoro fue más aceptado que el comentario de Maimonides? Porque a diferencia de Maimónides que escribió originalmente en árabe, el comentario del rabino Obadiá fue escrito en hebreo.
Aparte de este comentario, el Rab Obadiá escribió tres famosas cartas que describen su travesía y que contienen invaluables descripciones de la gente y las costumbres de las comunidades judías que visitó en el camino, desde Italia hasta Jerusalem. Estas cartas fueron escritas a su padre y a su hermano y se publicaron con el nombre «Darjé Ẓión» y «HaMasa le-Eres Yisrael”.
LA VIDA DEL RAB MOSHE
El Rab Yosef de Tirani escapó de España en la época de la expulsion, 1492, y llegó hasta Salónica, Grecia. Allí, en el año 1500, nació su hijo Ribbí Moshé. A los 18 años Ribbí Moshé logró viajar a Israel y se instaló en la ciudad de Tsefat, (Safed) donde se estaba desarrollando una pequeña colonia judía, liderada por el famoso Rab Ya’aqob Berab. Tsefat llegó a ser el centro judío más importante del mundo en el siglo XVI. Y la influencia de los Rabinos que allí se formaron continúa hasta hoy en día. El Rab Miterani, también conocido como Mabbit (מבי»ט) fue uno de ellos. Alrededor del año 1530 el Rab Miterani recibió su Semijá, junto con Ribbí Yosef Caro, el famosísimo autor del Shulján Aruj. El rab Yosef Caro y el Rab Miterani fueron compañeros inseparables y sirvieron juntos en la Corte Rabínica, Bet Din de Tsefat, este último por 54 años. El rab Miterani sucedió al rab Yosef Caro como jefe del Bet Din cuando éste falleció en 1575. El Rab Miterani vivió hasta los 80 años. Dejó hijos que siguieron su vocación rabínica y escribió varios libros. Sus más famosos libro de Halajá fueron Quiriat Sefer y Sheelot UtShubot Hamabit. También escribió un libro muy importnate llamado BET ELOQUIM, del cual les quiero contar hoy.
BET ELOQUIM
El libro está dividido en 3 partes: la primera habla sobre Tefilá la plegaria. La segunda parte sobre la Teshubá, el arrepentimiento. Y la tercera parte, Yesodot, sobre las ideas, las creencias y los fundamentos filosóficos del judaísmo. En la primera parte, capítulo 16 el rab Miterani se refiere al «déber», es decir las epidemias mortales que de vez en cuando se presentan en el mundo y azotan ciudades, pueblos, países, o en tiempos de globalización, al mundo entero. Primero describe las epidemias más famosas mencionadas en el Tanaj. El evento de Pinejás, cuando en un día murieron 24.000 personas. El de Qoraj, donde fallecieron 14.700. Y finalmente la epidemia que azotó a Israel en los tiempos del rey David, donde fallecieron 70.000 personas.
ADULTOS O NIÑOS ?
El Rab Miterani menciona las epidemias que afectaban al mundo en su propio tiempo y señala las diferencias con las bíblicas. Según leemos en el texto, afectaban más que nada a los adultos, particularmente hombres. Un castigo divino para aquellos que obraron mal. La muerte en esas plagas era inmediata, súbita y la plaga era de corto alcance. Podía terminar en un día. Las plagas en los tiempos del Rab Miterani no eran súbitas, sino que como en nuestros días, podían prolongarse por semanas o meses. Se cobraban víctimas diariamente y algunos de los que se enferman, se recuperaban. Lo más dramático que escribe el Rab Miterani es que las plagas y epidemias de su tiempo afectaban en su mayoría: “a los niños y niñas inocentes תינוקות של בן רבן”. Algo similar ocurría en los tiempos de la influenza en 1918, que afectaba a jóvenes adultos y mujeres embarazadas. Cuando leí esto me puse a pensar que dentro de toda la locura que estamos viviendo tenemos que apreciar que Baruj Hashem este virus no está afectando a niños y adolescentes, es decir, los niños pueden contraer el virus y tener síntomas de un resfrío común, pero a diferencia de lo que ocurre con los más ancianos, el joven sistema inmunológico de los niños y adolescentes es efectivo y logra superar al virus.
NO ARRIESGARSE INNECESARIAMENTE
El Rab Miterani dice que a diferencia de las plagas divinas citadas en la Torá, las epidemias contemporáneas pueden parecernos un fenómeno “natural” . El Rab cita a los doctores de su época que explicaban que “el aire enrarecido que uno respira lo hace morir”. De todas maneras, explica el rab, en nuestros tiempos el Creador actúa «undercover», y el veredicto final es el veredicto Divino. Él decide en última instancia y por vías misteriosas quién vive y quién no, como decimos en las Tefilot de Rosh haShana. Pero el rab menciona una excepción: aquellos individuos que se arriesgan innecesariamente y se exponen negligentemente al contagio. וקצתם שאינם מחויבים אז בעונש ההוא אלא שהם מסתכנים בעצמם לעמוד במקום הסכנה ואינם ראויים לשיעשה להם נס ונדבק בהם החולי ההוא במדינה, ואם טבעם מוכן להסתכן בחולי ההוא הם מסתכנים, והוא יתברך יודע בחירתם וחותמם למיתה “Incluso si alguien no estaba destinado a morir, pero se expuso y fue o se quedo en un lugar peligroso, donde no debería estar, es posible que eso lo condene a morir.” Debemos tener en cuenta las palabras del Rab Miterani y no arriesgarnos. Y recordar además que si bien los mas jóvenes no corren peligro de muerte al estar infectados, pueden ser portadores de este virus y contagiar a los mayores al estar en contacto con ellos o con alguien que esté en contacto con ellos. TODOS PODEMOS CONVERTIRNOS EN PORTADORES INVOLUNTARIOS. Y los abuelos son los que más expuestos están a esta pandemia. ¡Debemos protegernos para protegerlos a ellos!.
¿QUE HACER AHORA?
Si bien el Rab deja abierta la difícil pregunta de por qué le pasan cosas malas a la gente buena o inocente, nos explica cómo reaccionamos los Yehudim en tiempos de tragedias.
וירבה בתפילה וצדקה ותחנונים לפני הא-ל יתברך בתשובה ומעשים טובים
Tefila, rezándole a Dios, pidiendo que sane a los que están enfermos y rogándole que proteja a los que están sanos.
Tsedaqa, ayudando y asistiendo con recursos a los que están siendo más afectados por esta epidemia.
Teshubá, arrepintiéndonos de nuestras malas acciones. Tratando de mejorar la observancia de Su Torá.
Ma’asim Tobim, convirtiéndonos en mejores personas. Mejores padres, mejores hijos, mejores esposos.
Rezamos para que pronto, B’H, esta epidemia termine y volvamos a la normalidad, que seguramente ahora valoraremos más que nunca!
estos son algunos audios de Tefilot, plegarias diarias, para los que están en sus casas y tienen que rezar por sí mismos.
https://halakhaoftheday.org/2020/03/16/tefila-companion/
P.D. Tengo muchos pedidos ara hacer clases por Facebook Live. Seguramente pronto lo voy a intentar. Pueden seguir mi página en español aquí. https://www.facebook.com/HALAJAOFTHEDAY5778/
LA COMUNIDAD JUDIA DE FEZ
Los primeros datos que tenemos acerca de la comunidad judía de la ciudad de Fez son del siglo VIII. En ese entonces se dice que ya vivían allí unos 15.000 judíos.
Fez fue famosa por ser la ciudad donde una de las más grandes luminaria rabínicas de todos los tiempos, el Rab Isaac Alfasi (1013–1103, el apellido “Alfasi” significa: oriundo de Fez) instaló y operó su famosa Yeshibá, academia de estudios rabínicos.
Por Fez también pasó nada menos que Maimónides, quien vivió allí por unos años antes de instalarse en Egipto.
Fez fue también el primer destino de muchos de los refugiados judíos que fueron expulsados de España y Portugal en 1492 y 1497.
La comunidad judía de Fez también sufrió hambre, sequías, incendios, persecuciones y matanzas. La primera matanza ocurrió en el año 1033 cuando un numeroso grupo de extremistas musulmanes invadió el barrio judío y asesinó a los más de 6.000 judíos que residían en ese entonces en Fez. Solo sobrevivieron 4 hombres y 5 mujeres. Alo similar ocurrió a mediados del siglo XV.
En el año 1947 vivían en Fez más de 22.000 judíos, de un total de 250.000 judíos residían en Marruecos. A partir de 1948 la mayoría de los judíos de Marruecos emigró a Israel, Francia, Canadá, Venezuela, etc. Hoy todavía viven en Fez alrededor de 100 judíos.
ESTUDIAR Y TRABAJAR
El rabino sobre el cual escribiremos hoy se llamaba Yehudá Benattar (o Ben Attar). Nació en Fez en el año 1655. Sus maestros pertenecían las grandes dinastías rabínicas de esta ciudad. El Rab Vidal Sarfatti y el rab Menajem Seriro (o Serilio). Desde una temprana edad el rab Benattar se destacó como una gran luminaria rabínica. A los 23 años perdió a su padre, que hasta ese entonces lo mantenía para que pudiera estudiar. A partir de ese momento se dedicó a la orfebrería de oro. Trabajaba para judíos y musulmanes . Y como era un gran artesano y muy honesto se hizo famoso en su oficio. Cuentan que hasta el día de hoy algunos residentes musulmanes de Fez dicen que poseen anillos hechos por el Rab Benattar, y lo consideran de un valor incalculable, y lo usan como un talismán.
Su trabajo no lo prevenía del estudio de la Torá. Cada día, luego del rezo de la mañana (shajarit) el rab Benattar se dirigía a su taller y una vez que había ganado el dinero necesario para mantenerse en esa jornada cerraba su negocio y se dirigía a su Yeshibá a estudiar, enseñar y escribir.
RABINO Y MAESTRO
Los grandes conocimientos y la formación del rab Benattar fueron reconocidos por todas las personalidades rabínicas de Fez. Y en 1698 el Rab benattar fue elegido por todos los rabinos locales como el Ab Bet Din, Jefe de la Corte Rabínica de la comunidad, el cargo más alto que un rabino podia tener allí.
El famoso rab Jidá (Jayim Yosef David Azulay, que escribió una breve historia de los rabinos sefardíes, cuenta que a pesar de su alto cargo y su completa dedicación a la comunidad, el rab Benattar decidió no recibir compensación por su trabajo comunitario y continuó durante toda su vida en su trabajo de orfebre.
El Rab Benattar tuvo muchísimos alumnos. Prácticamente todos los estudiantes rabínicos de Fez se consideraban sus discípulos. Implementó un sistema de enseñanza que no era muy común en esa época. Para que sus alumnos aprendieran oratoria y estuvieran preparados para dar sermones en público, los hacía hablar en público cada Shabbat a la hora de Minjá. El Rab supervisaba la preparación de los sermones y los editaba y luego, muchos de estos sermones junto sus propios discursos, fueron puestos por escrito en uno de sus famosos libros: Minjat Yehudá, una colección de discursos (derashot) sobre la Perashá de la semana. Este libro permaneció en manuscrito por siglos. Fue impreso por primera vez en la ciudad de Maknez (en español Mequinez), en el año 1940, ver aquí. El rab escribió otros libros, algunos de los cuales todavía permanecen en manuscrito. Otros se han perdido o sabemos de ellos porque han sido citados por otros autores. Uno de sus libros mas famosos se llama Shir Mijtam, un libro muy original ya que contiene las leyes de Kashrut (específicamente, shejitá y terefot) en forma de poesía, con los comentarios de su hijo, el rab Obed Benattar (Ver aquí, edición de Varsovia 1880).
RABINO y LIDER COMUNITARIO
El Rab Benattar no solo fue un erudito en materia de Torá sino que también fue un gran líder comunitario. Entre otras cosas estableció ciertas taqanot, esto es, decretos o regulaciones que los rabinos establecen para corregir algunos hábitos perjudiciales para la vida comunitaria.
Una de estas taqanot se implementó para limitar el exceso en la celebración de fiestas religiosas. Resulta que las familias más acaudaladas de la ciudad gastaban excesivamente en la celebración de las bodas, y la clase media no se quería quedar atrás. Esto hacia que muchos judíos tomaran prestamos y se endeudaran para no pasar vergüenza frente a los que tenían más. El Rab Benattar estableció limites para el número de celebraciones a realizar (compromisos, apalabramientos, boda, sheba berajot, etc.) , para la cantidad de invitados, y hasta para el menú y la calidad de la comida que se debía servir. Las bodas debían celebrarse con moderación, sin ostentar y de una manera accesible para la mayoría parte de la comunidad.
Para la sorpresa de muchos, este decreto fue bien recibido y finalmente adoptado por la comunidad.
¿Por qué?
El secreto del éxito del Rab Benattar como líder rabínico es que no era solamente respetado por su comunidad, el Rab Benattar era amado por su comunidad. De manera que cuando él emitía un juicio crítico hacia la comunidad lo hacia desde un lugar positivo, paternal, para corregir y no para criticar, y así eran sus palabras recibidas también por su comunidad.
El Rab Benattar falleció en 1733 a la edad de 77 años.
Fue uno de los rabinos más influyentes en la historia de la comunidad judía marroquí. Al punto tal que sus veredictos rabínicos, sus taqanot y sus opiniones halájicas son hasta el día de hoy la base de la práctica de los judíos marroquíes, que hoy en día BH suman más de medio millón de almas.
El Rabino Jayim haCohen nació en Egipto en el año 1585. Su padre Ribbí Abraham haCohen pertenecía a una distinguida familia de Cohanim, descendientes de Don Yosef haCohen, de España.
Desde su niñez se notaba que tenía un talento notable. No solamente por su tremendo amor por el estudio de la Torá sino también por sus elevadas cualidades humanas. Se cuenta que de niño, mientras sus compañeros de clase pasaban su tiempo libre jugando, Jayim se encaminaba a la sinagoga para estudiar Torá y aprender cómo servir a Dios.
En su adolescencia cuando las personas se reunían en la sinagoga durante Shabbat él subía al púlpito y daba clases acerca de la sección semanal de la Torá, leyes correspondientes a las festividades que se aproximaban y palabras de musar (ética judía) que atraían el corazón de sus oyentes.
Más tarde, el Rab Jayim HaCohen \se mudó a la ciudad de Tsefat (Safed) , en Israel. Allí estudio con el rab Jayim Vital (ver aquí) durante unos tres años.
De Safed el rab Jayim haCohen se mudó a la ciudad de Aleppo, Siria, donde se estableció definitivamente. Allí fue elegido como rabino de la comunidad para reemplazar al fallecido Rab Mordejai haCohen, yerno del famoso Rab Shemuel Laniado, ba’al hakelim.
Cuando el rab Jayim haCohen comenzó a servir como Rab de la comunidad el estudio de la Torá floreció aún más en Aleppo. Se abrieron nuevas escuelas (ketab) y academias rabínicas (baté midrashot) y tuvieron que agregar más bancos en la sinagoga.
El Rab Jayim haCohen sirvió a la comunidad de Aleppo como rabino y jefe del tribunal rabínico por décadas.
Su conocimiento era tan grande que le llegaban consultas sobre temas rabínicos muy difíciles desde las más lejanas comunidades del mundo.
Finalmente, decidió organizar todos sus escritos y publicar sus libros, especialmente sus comentarios sobre el Shulján Aruj, el código de ley que había sido escrito por el maestro de su maestro, el rab Yosef Caro.
Además de su comentario sobre el Shulján Aruj, el rab haCohen había compuesto muchos otros libros. Entre ellos un comentario sobre el Cantar de los cantares (Shir haShirim); un comentario sobre Ejá (Lamentaciones) otro sobre de Rut; un comentario sobre Daniel y muchos libros más. Todos estos libros estaban manuscritos. Pero publicar libros en Aleppo o en Medio Oriente era imposible, porque allí no había llegado la imprenta. La única posibilidad era imprimir los libros en Europa. Y las mejores imprentas estaban en Venecia, Italia, la ciudad donde se publicaron la mitad de los libros de Europa en el siglo XVI. Allí vieron la luz, por ejemplo, la primera edición del Talmud y la primera edición del Shulján Aruj.
Primero, el Rab haCohen envió a Venecia su comentario sobre el libro de Ester. Pero pasaba el tiempo y el libro no salía a la luz. El rab Cohen decidió entonces viajar a Venecia y ocuparse personalmente de imprimir su libro. Junto con su hijo tomaron un barco llevando con ellos todos los manuscritos del Rab (calculo que eran más de 20) para imprimirlos también allí. Pero el barco fue atacado por piratas de la isla de Malta, que abordaron el barco para robar el cargo y matar a los pasajeros, o secuestrarlos y venderlos como esclavos. El Rab haCohen y su hijo saltaron al mar y milagrosamente lograron salvar sus vidas. Pero los libros quedaron en el barco…
El Rab rezó a Dios y le pidió su ayuda para recuperar sus invaluables libros, o para que pudiera escribirlos nuevamente desde su memoria. Dios le concedió lo segundo. El Rab haCohen pasó varios años en Italia reescribiendo de memoria sus preciosos libros perdidos.
El primer libro que el rab haCohen pudo imprimir, con la inestimable ayuda del Rab Moshé Zacuto, se llama “Torat Jajam” (La enseñanza del Sabio) . Este libro es una colección de los sermones del Rab sobre las secciones semanales de la Torá. El libro salió a la luz en Venecia, 1654.
El próximo libro que imprimió el rab haCohen con la asistencia del rab Shemuel Abohab fue “Meqor Jayim“ (Fuente de vida). Este libro es un comentario sobre el Shulján Aruj y su primera parte salió a la luz en Venecia, también en 1654.
Para imprimir la segunda parte de este libro el rab viajo a Livorno (ver ilustración arriba). Y fue en esa ciudad, en Perashat Quedoshim, año 1655, que el rab haCohen falleció y allí fue enterrado.
Luego del fallecimiento del rab haCohen, se encontraron algunos de los libros que habían quedado en el barco secuestrado por los piratas. El rab Jida, en su libro de crónicas Shem haGuedolim, dice haber encontrado el comentario de Meguilat Ester, Ateret Zahab, escrito por el puño y letra del Rab Jayim haCohen.
Otro de sus libros Migdal David, un comentario sobre Meguilat Rut, también fue encontrado. Este libro fue impreso en Amsterdam en 1680 por un autor que falsamente se atribuyó la autoría del libro del Rab Jayim haCohen.
Recientemente fueron publicados otros manuscritos del Rab sobre los comentarios talmúdicos (agadot) del tratado de Berajot. Estos manuscritos vieron la luz por primera vez en 1983, en la publicación israelí mensual qobets bet aharon veIsrael.
Algunos libros y comentarios del rab haCohen aun permanecen manuscritos, y esperan algún día ser publicados.
Hacer click AQUI para bajar el libro Torat Jajam.
Ver aquí uno de sus principales pero mas desconocidos libros. Este es un libro de Musar completamente accesible para quien lee hebreo básico. Este libro inspira al lector practicar el amor y la dedicación a Dios, estudiando Su Torá y profundizando en las plegarias que a Él le dedicamos.
https://beta.nli.org.il/he/books/NNL_ALEPH001896079/NLI
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