Halel en Jerusalem ¡Lo más emocionante de Pésaj!

La fiesta de Pésaj se vivía con mucha intensidad en los tiempos del Bet haMiqdash (Gran templo de Jerusalem, destruido en el año 68 de la era común). Cientos de miles de Yehudim llegaban a Yerushalayim desde todos los confines de Israel y se disponían a sacrificar el qorbán pésaj (=una ovejita o cabra) el 14 de Nisán.
Los que venían de afuera de Yerushalayim se hospedaban en casa de familiares o conocidos, o muchas veces, donde hubiera lugar. Las casas en Yerushalayim estaban abiertas para todos los que quisieran hospedarse. Y sólo cuando en una casa no había más lugar disponible, se anunciaba colgando un paño rojo arriba de la puerta. En nuestros días recordamos este gesto de hospitalidad cuando decimos al principio de la Hagadá: “que todo el que quiera participar del Seder de Pésaj, venga y participe”.
En las casas, la gente se juntaba en grupos de familias, amigos e invitados llamados “jaburot” o en singular “jaburá”. Cada jaburá, que podía consistir de 50, 60 y hasta 100 personas, compartía un mismo qorbán.
La ovejita era llevada por la tarde del 14 de Nisán al Bet haMiqdash por uno o dos representantes de cada jaburá, y allí era sacrificada, mientras se recitaba el Halel.
Hay una hermosa costumbre, que pocos practican hoy en día, y que se practicó durante siglos en recuerdo a este Halel de víspera de Pésaj. ¿Saben cuándo solía la gente hornear las Matsot que se utilizaban en el Seder de Pésaj? ¡El 14 de Nisán! es decir, después del mediodía de la víspera de Pésaj. Exactamente cuando se acostumbraba a sacrificar el qorbán Pésaj. Este es el tiempo ideal para preparar las Matsot (mitsvá min hamubjar, la misma hora en la cual se preparan normalmente las jalot un día viernes). Y mientras se preparaban las Matsot en la víspera de Pésaj, ¡toda la familia cantaba el Halel!
Regresemos a Yerushalayim. Luego de ser sacrificado, el animal era asado en una sola pieza y llevado a la casa. Por la noche, siendo ya el 15 de Nisán, se realizaba el Seder de Pésaj más o menos como lo hacemos hoy. Se leía la Hagadá, se hacían las preguntas de Ma Nishtaná, se servía mucha comida, incluyendo otros qorbanot como jaguigá, y todo acompañado, por supuesto, de Matsá, Maror y Jaroset. La gente se sentaba sobre sofas o almohadones y comían reclinados, como los nobles. Bebían cuatro copas de vino templado, brindando por nuestra salvación, redención, libertad, y asignación como pueblo elegido. Al final de la cena, antes de la medianoche, se repartía el qorbán pésaj como afiqomán (última comida, o sobremesa) entre todos los miembros de la jaburá. Cada uno tenía que comer de ese qorbán por lo menos un pedacito del tamaño de una aceituna (kazait).
Hoy en día acostumbramos a poner en la bandeja de Pésaj, la que’ará, un hueso con carne (o entre los Ashkenazim, una pata de pollo) para recordar el qorbán Pésaj. Y también, al final del Seder comemos una porción adicional de Matsá, afiqomán diciendo: “[Comemos esta matsá ]en recuerdo al qorbánPésaj, que se comía una vez que uno está satisfecho”.
Al terminar de comer el qorbán Pésaj, se recitaba el Birkat haMazón, la bendición de agradecimiento a HaShem por nuestra comida.
Hacia la medianoche, una vez terminada la cena de Pésaj, llegaba un momento muy especial. La gente subía a las terrazas de sus casas y desde allí, mirando hacia el Bet haMiqdash, que estaba iluminado por la luna llena, todo el pueblo cantaba el Halel, los Salmos de Tehilim, que se recitan en agradecimiento a HaShem por habernos liberado de Egipto. Creo que este era el momento más hermoso de la noche, cuando las voces de cientos de miles de Yehudim se juntaban para cantar el Halel, todos al mismo tiempo, con una misma melodía, y la ciudad se transformaba con ese extraordinario canto. La Guemará dice que las voces de ese multitudinario coro eran tan poderosas que las terrazas de la ciudad «temblaban».
Hay quienes explican que hoy en día, para recordar ese hermoso Halel que cantábamos todos juntos al terminar el Seder, decimos todos juntos el Halel en la Sinagoga, antes de comenzar el Seder.
Quiera HaShem que el próximo año cantemos el Halel, en Yerushalayim, juntos, con una sola voz y con la misma melodía, frente a nuestro Bet haMiqdash. AMEN
יהי רצון שנזכה לחגוג את חג הפסח בבנין בית תפארתינו במב”י, אמן



¿Cuánta Matsá se debe consumir durante el Seder de Pésaj?

Si bien no hay una cantidad máxima de la Matsá que uno puede o debe comer durante la cena del Seder de Pesaj, los Sabios establecieron un mínimo necesario para cumplir con nuestra obligación ritual.  

¿CUANTO ES EL MINIMO? 

El tamaño de un mínima porción de comida es denominada por nuestros Sabios, kazayit, esto significa literalmente, “que sea aproximadamente, como el tamaño de una aceituna”. Tomando en cuenta que en los tiempos Talmúdicos las aceitunas eran un poco más grandes que las aceitunas promedio en nuestros días. Ahora bien, traducido a la Matsá esta medida equivale a un tercio de una Matsa normal cuadrada (12 g.). Y a un cuarto de una Matsá redonda, abodat yad (11 g.).  Esta medida, que originalmente es de volumen, se obtiene al pulverizar la Matsá y medir ese polvo en un recipiente de 1 onza líquida.   Hay otros rabinos que sostienen que esta medida se debe calcular en peso y no en volumen. Y el tamaño de una minima porción es de 30 gramos, lo cual es significativamente mayor cuando se compara con el volumen. Ya que por ejemplo, calculando en peso la porción mínima es una Matsa cuadrada entera.   Consulte con el rabino de su comunidad.    

¿CUANDO?

Durante las dos noches del Seder de Pésaj, debemos comer esta medida de Matsa 3 veces. La primera vez luego de la Berajá por la Matsa: Motsí/Matsá (de acuerdo a algunas opiniones, aquí se debe consumir 2 porciones de matsá). La segunda vez, cuando comemos el Korej, el “sandwich de Matsa, Maror y Jaroset.  La tercera vez cuando comemos el Afikomán, al final de la cena. 

¿QUE MATSA?

Preferentemente, se debe comer esta noche Matsá Shemurá (ver aquí   ) que es una Matsa que se prepara con harina supervisada para Pésaj dese el momento de la cosecha del trigo. 

¿COMO? 

En estas 3 ocasiones la Matsá se debe comer sentados reclinados sobre el lado izquierdo. Esta posición representa el clásico símbolo de la libertad y nobleza (ver aquí  ) .




¿Por qué cuatro copas de vino?

ACTUAR COMO PERSONAS LIBRES 
Los Sabios de la Mishná dicen que durante el Seder de Pésaj “uno debemos actuar (להראות את עצמו) como si él mismo hubiera salido de Egipto”. Esta significa que en la noche del Seder debemos “actuar” y comportarnos como libres (bené jorín).
Por eso nos sentamos reclinados sobre la izquierda, que era la forma que en ese entonces solían sentarse los nobles y la aristocracia (ver aquí)  y tambien por ese motivo bebemos 4 copas de vino, que no era habitual para una familia próspera pero no para una familia de medios moderados. Para comprender mejor este punto. recordemos que la antiuguedad NO existia la clase media: los pobres eran escalvos y los libres era ricos. Por eso, para proyectar «libertad» nos comportamos con opulencia: nos sentamos como ricos, comemos como ricos, y bebemos como ricos…   En la antigua Grecia o Roma, por ejemplo,  en el tiempo que el Seder fue formulado con mas detalle,  era normal en un banquete de la aristocracia servir vino 1. antes de la cena, en la recepción como aperitivo; 2. durante la cena y 3. luego de la cena y 4. como sobremesa o vino de postre (after-dinner-drinks).  Estos hábitos sociales están mencionados varias veces en los textos talmúdicos, y muy específicamente en la Toseftá כיצד סדר סעודה (Berajot 4: 8).
El Seder de Pésaj entonces, es idéntico a un banquete festivo de ciudadanos nobles de la época de la Mishna o el Talmud (años 200-500 de la era común). Hay que tener en cuenta que en la historia del pueblo judío, la prosperidad no fue la regla sino la excepción. Y que, como lo sugiere la Mishná, para la mayoría de las personas no era sencillo adquirir 4 copas de vino por comensal, y es por eso que la Mishná especifica que los fondos públicos podían ser usados para proveer a los pobres de 4 copas de vino per capita, para que esa noche, ricos y pobres, celebren esta noche participando de un banquete de nobles, y poder así visualizar la libertad y la prosperidad, lo que Maimónides y los Sabios llaman “jerut”.
LAS 4 BENDICIONES DEL SEDER
Hay otra razón práctica que explica la razón de las 4 copas.  En una cena normal durante la semana, no es lo habitual beber vino. Esto no quiere decir que esté prohibido beber cuando uno bebe en moderación. Pero por lo general el vino y la carne se suele reservar para celebraciones, especialmente para Shabbat y días festivos (Yom Tob).   Y en estas y otras ocasiones festivas, el vino suele acompañar la recitación de las plegarias y bendiciones que recitamos para celebrar estos momentos felices. En Shabbat, por ejemplo, una copa de vino acompaña la recitación del Quiddush y también acompaña la recitación de Birkat haMazón (esto es, la bendición después de comer. Aunque en nuestros días, la costumbre de beber vino luego de Bircat haMazon en algunas comunidades cayó en desuso). Y lo mismo hacemos en otras ocasiones festivas. En la ceremonia de casamiento, por ejemplo, tenemos dos copas de vino. Una copa acompaña la recitación de bircot hairusin y otra copa de vino acompaña la recitación de las sheba berajot(siete bendiciones de los novios) . Asimismo, en un Berit Milá (circuncisión) recitamos la berajá sobre una copa de vino.
Las bendiciones que decimos en casa o en una fiesta religiosa suelen estar acompañadas de vino, ya que el vino es un elemento asociado con alegría y celebración.
Volvamos al Seder de Pésaj, y veamos que tienen en común y en que se diferencian las 4 copas del Seder respecto a las otras oportunidades ne las cuales bebemos vino.
1.A diferencia del Quiddush de Shabbat o de otras celebraciones donde sólo una persona esta obligada a probar el vino, en el Seder TODOS los participantes deben beber las 4 copas. (A los niños, como veremos más adelante, les serviremos jugo de uva) .
2.Tal como sucede en otras ocasiones, en el seder de Pésaj las 4 copas también acompañan la recitación de las bendiciones celebratorias. ¿Cuántas bendiciones celebratorias recitamos durante el Seder de Pésaj? Cuatro.
1. El Quiddush.
2. Gueulá, al final de la Hagadá, antes de cenar (ga-al Israel). Esta es una bencion especial para Pésaj, en la que agradecemos a HaShem por habernos liberado de Egipto.
3. Birkat haMazón, la bendición después de comer
4. El Halel, que es la recitación de los Salmos de alabanza a HaShem por habernos rescatado de Egipto.
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Vino antes de comer
La Guemará en Berajot (pereq shishi) explica que el vino puede tener un efecto aperitivo, y que se siente más hambre luego que uno bebe (tubá garir). «…todo restaurante sabe que si te dan una bebida primero, vas a comer más», dice Robert Considine, uno de los autores de un estudio sobre obesidad de la Escuela de Medicina de la Universidad de Indiana, en Indianápolis. Considine y sus colegas encontraron que el alcohol motiva un área particular del cerebro – el hipotálamo – y lo que hace que te centres en aromas alimentarios, en comparación con otros tipos de olores. El hipotálamo produce hormonas que ayudan a gobernar diversas funciones del cuerpo, incluyendo el hambre, dirigen al cerebro “a prestar más atención a la alimentación después de consumir una bebida.



MATSA HECHA A MANO vs. MATSA DE MAQUINA

NO TODAS LAS MATSOT SON IGUALES

Todas las Matsot son iguales en cuanto a su composición (harina, agua y un proceso de elaboración que lleva menos de 18 minutos). Y durante siglos todos los Matsot fueron hechas a mano. Esto cambió en 1838 cuando Isaac Singer inventó la primera máquina para hacer Matsot. A mediados del siglo XIX hubo un gran debate entre los rabinos europeos. Algunos se opusieron a las Matsot hechas con máquina argumentando que era imposible limpiar y eliminar por completo de la máquina los más pequeños remanentes de masa entre una producción y la otra. Esto significaba que para el rabino Shlomo Kluger y otros, las Matsot hechas a máquina no eran Kasher para Pésaj! Por otro lado, otros rabinos, como el Ketab Sofer, argumentaron que las Matsot hechas a máquina tenían un estándar de Kashrut más alto que el Matsot hecho a mano, ya que el uso de máquinas disminuiría la posibilidad de errores humanos, como por ejemplo, dejar una porción de la masa desatendida, lo que podría conducir a una fermentación accidental .

Esta controversia duró algunos años. Pero al final, la mayoría de los rabinos concluyeron que al establecer ciertas pautas para limpiar a fondo las máquinas, el Kashrut de esas Matsot estaba más allá de cualquier discusión.

INTELIGENCIA HUMANA VS ARTIFICIAL

Hay otro punto de debate que continúa hasta nuestros días. Es el tema de la «intencionalidad» o kavana. Para explicar este punto, tendré que elaborarlo un poco más ampliamente.

Cuando se fabrica un artículo religioso, este artículo y sus accesorios deben hacerse con la intención específica de ser usados para esa Mitzvá en particular. Ejemplo: no podemos usar una pieza de cuero, originalmente fabricada para hacer zapatos o cinturones para hacer un Tefillin o sus correas. ¿Por qué? Debido a que la ley judía requiere que el cuero usado para hacer Tefilín tiene que ser procesado desde un principio «explícitamente» con el propósito de ser usado para la mitzvá de Tefilín. Por esta razón, antes de comenzar la producción del cuero que se utilizará para el Tefillin, la persona a cargo dice: «leshem mitzvat tefillin» «Estoy procesando este cuero para ser usado para la Mitzva de Tefillin». La intencionalidad en la producción de un artículo religioso es un requisito halájico. El mismo principio se aplica, por ejemplo, para los hilos del Tzitzit (las «fimias» del Talit). Deben hacerse desde el principio para este propósito específico. Si hay hilos que fueron producidos con un propósito diferente en mente, como por ejemplo para producir cortinas, o incluso si fueron producidos sin un propósito específico, estos hilos no se pueden usar para cumplir con la Mitzva del Tzitzit. Y lo mismo se aplica a las otras Mitzvot.

Volviendo a nuestro tema: las Matsot que consumimos durante las dos primeras noches de Pésaj son «Matsot Mitzva» y deben ser elaboradas con el propósito explícito de cumplir con el Mitzvá de comer Matsá. Y la pregunta que surgió cuando se inventaron las máquinas para producir Matsot fue: ¿podemos asumir que la «intencionalidad humana» requerida para la producción de la Matsá es suficiente cuando el hombre dice «Estoy elaborando estas Matsot para cumplir coin esa Mitsvá» (leshem matsot mitzva) al activar la máquina? ¿O deberíamos suponer que la intencionalidad no se transfiere al elemento no humano involucrado en el proceso? Este debate fascinante aún permanece. Y afecta no sólo el área de la Matzá sino otras áreas de la ley judía, por ejemplo, muchas personas solo usan un Tzitzit con hilos elaborados a mano.

SOLO POR DOS NOCHES

En el caso de las Matsot, debemos aclarar que esta discusión se aplica solo a los Matsot que se usan durante el Seder, cuando decimos la Berajá ‘al ajilat Matsa y necesitamos tener Matsot Mitzva.

Finalmente, algunos rabinos dicen que las Matsot hechas a máquina (¡también hay Matsa Shemurá hecha a máquina!) pueden usarse durante las primeras dos noches, mientras que otros rabinos, incluido el rabino Obadia Yosef z ”l, recomiendan , cuando sea posible, usar Matsot hechas a mano para las dos primeras noches de Pésaj. Mientras que para el resto de Pésaj, se podría usar cualquier Matsa.

Los jasidim (Jabad y muchos otros grupos jasídicos) son muy estrictos en este tema, y ​​utilizan Matsot exclusivamente hechas a mano durante todo Pésaj.

A veces, puede haber un problema económico involucrado en este asunto. Las Matzot hechas a mano son más caras que las Matzot hechas a máquina. Por lo tanto, en el caso de una familia que no puede pagar el costo del Matsot hechas a mano, muchos rabinos aprobarían el uso de Matsot de máquina incluso para las dos noches del Seder, apoyándose en las opiniones menos estrictas.

¿Cómo diferenciar entre las Matsot hechas a mano

y las Matsot de máquina?

  1. Las Matsot hechas a mano son significativamente más caras. 🙂
  2. Las Matzot hechas a máquina son cuadradas y de un tamaño regular. Las Matsot hechas a mano son redondas y tienen un aspecto más rústico.
Matsa de máquina Matsa hecha a mano



JAMETS PSICOLÓGICO

AIRES DE GRANDEZA

Durante Pésaj está prohibido comer o poseer cualquier alimento que sea o contenga Jamets. ¿Por qué? Más allá de las razones históricas bien conocidas –nuestra redención fue tan presurosa que no hubo tiempo para que la masa del pan se eleve– nuestros Rabinos vieron en el Jamets, el proceso de fermentación que eleva a la masa, una representación muy significativa. Compararon al Jamets con la soberbia. La masa que se infla sola, con el individuo que permite que su ego se expanda y se engrandezca. La soberbia y el Jamets son simplemente:  aire; una inflación ilusoria del yo.

LA LIBERTAD Y EL CONSUMO

Pero, ¿por qué nos ponemos a pensar en arrogancia y en humildad específicamente durante Pésaj? Porque no todas las personas están expuestas al riesgo de convertirse en individuos arrogantes. Un esclavo judío en Egipto, por ejemplo, no podía darse el lujo de ser vanidoso. El riesgo de la vanidad excesiva solo es relevante para un hombre libre, pudiente, dueño de su vida. Y en Pésaj, cuando conmemoramos nuestra libertad, tenemos en mente que como individuos soberanos, fácilmente podríamos caer en un tipo diferente de auto-esclavitud. Una esclavitud mental. Una adicción a los aspectos inflables de nuestro ego: la soberbia. La sociedad moderna, en sus incansables esfuerzos por convertirnos en esclavos del consumo. Siendo más narcisistas, más egocéntricos y más hedonistas. Nos empuja a convencernos de que debemos tener no sólo todo lo que necesitamos, sino también todo lo que queremos y deseamos. Esta inmensa ambición, cuando se satisface, puede derivar fácilmente en arrogancia: sentir que SOY más que los demás, porque TENGO más que los demás.

HUMILDAD Y AUTOESTIMA

La Matsá, un pan plano, sin miga ni pretensiones, representa la humildad.   Ser humilde no significa degradarnos, humillarnos. Sino asumir la verdadera dimensión de la vida humana, tomando conciencia de nuestra ineludible mortalidad, y reconociendo nuestra dependencia de Dios. La humildad, en un plano psicológico, es también la esencia de la autoestima. Quererse, y fundamentalmente aceptarse, es un prerrequisito para estar en paz con uno mismo. El individuo arrogante es inseguro. Necesita el halago público y el permanente aplauso de los demás para sobrevivir emocionalmente. Busca la aprobación del otro, a veces desesperadamente, con el fin de compensar lo que le falta, o porque es incapaz de enfrentar sus propias fallas y errores. Solo el humilde, la persona que no necesita el aplauso de los demás para sentirse mejor, es verdaderamente libre, independiente. El hombre humilde es capaz de admitir sus desaciertos, cambiar y mejorar. La persona arrogante, por otro lado, no puede admitir errores y, por lo tanto, le es imposible cambiar. Y al no poder corregirse, termina adaptándose a sus propios defectos. Esclavizándose a ellos. La arrogancia es un Faraón tirano que condena nuestra personalidad al estancamiento.

HUMILDAD y ESPIRITUALIDAD

La arrogancia, este Jamets mental, es la principal barrera entre el hombre y su prójimo. Y también entre el hombre y Dios. La persona arrogante no concibe «servir a Dios», pretende más bien «usar» a Dios para su propio beneficio. Nuestros rabinos explican que desde la perspectiva del hombre soberbio, «no hay lugar en este mundo para él y para Dios». ¿Qué significa esto? Que si la realidad de la existencia fuera un círculo, alguien (o Alguien) tiene que estar en el centro. Y en el centro, no hay lugar para dos. El arrogante se sitúa en el centro y desplaza a Dios a la periferia. En esa relación, él no sirve a Dios, sino que trata de servirse de Él.El objetivo más importante de la vida de un individuo judío es alcanzar un nivel de humildad que reconoce que Dios está en el centro. Y asumir que uno, el ser humano, está aquí por Él y para Él. Una misión imposible para el individuo soberbio, esclavizado a su pequeñez…

De la misma manera que eliminamos cada migaja de Jamets de nuestros hogares, debemos borrar todo rastro de vanidad y soberbia de nuestros corazones.




¿Qué significa la palabra Pésaj?

Rabban Gamliel dice que hay tres palabras que se deben exponer en el Seder para cumplir con la obligación mínima de enseñar a nuestros hijos la historia de nuestro Éxodo de Egipto: Pésaj, Matzá y Maror.

Maror representa el sabor de la esclavitud.

Matzá representa el sabor de la libertad obtenido a través de la intervención divina.

¿Pero qué es Pésaj?

¿Qué significa «Pésaj» y qué nos enseña que podemos aprender hoy?

Pésaj fue un sacrificio animal, una ofrenda. Pero a diferencia de los sacrificios mencionados en la Parashá de nuestra semana, Vayiqra, el sacrificio de Pésaj tenía un propósito único. Un cordero, una oveja joven, tenía que ser sacrificado por los esclavos judíos el 14 de Nissan. HaShem le dijo al pueblo judío que sacrificara un cordero y marcara el poste de la puerta de sus casas con su sangre. Las casas judías con la sangre en las puertas no serían afectadas por la peste que condenaba a los primogénitos a la muerte.

LIBERTAD MENTAL

Este sacrificio de Pesaj representa lo que el pueblo judío tuvo que hacer para merecer su libertad física. Y la razón es la siguiente: los cambios socioculturales generalmente tardan muchos años o décadas en ocurrir. En el caso del pueblo judío, todo sucedió en unas pocas horas. El 10 de Nissan, Dios ordenó a los judíos que tomaran una oveja y la sacrificaran el 14 de Nisan. Recuerden que los egipcios adoraban a muchos animales porque creían que los animales poseían algún poder sobrenatural dado por los dioses. Las ovejas, especialmente el macho adulto llamado «carnero», representaban la virilidad y el poder de la procreación. Los israelitas ahora enfrentaban un serio desafío: Dios, por un lado, les había ordenado que tomaran a uno de los «dioses egipcios» y lo sacrificaran, lo asaran y lo comieran. Al hacerlo, los israelitas demostrarían a Dios, pero principalmente a sí mismos, que eran «libres» de la cultura idólatra de los egipcios. Tengan en cuenta que los judíos vivían completamente integrados en la sociedad egipcia durante 210 años y que, obviamente, estaban expuestos a todo tipo de supersticiones de la sociedad aboda zara (idolatría). Matar a un cordero, por lo tanto, presentaba una gran dificultad psicológica. ¡Después de todo, sus amos egipcios consideraban al carnero «un dios»! Y si un esclavo naturalmente temía a sus amos, ¡cuánto más temería al dios de sus amos! En la víspera de Pésaj, sin embargo, el pueblo judío sacrificó el cordero, y en un único acto extremadamente difícil y de extraordinario coraje, se liberaron de la cultura de la idolatría y sus supersticiones. Esa noche, al hacer el sacrificio de Pésaj, los judíos abandonaron mentalmente Egipto y le mostraron a HaShem que

estaban listos para seguirlo a Él.

PROTECCIÓN

Todo lo anterior se refiere al sacrificio de Pesaj. Pero aún necesitamos entender el significado de la palabra «Pésaj». En inglés, por ejemplo, Pésaj generalmente se traduce como «Passover» (es decir, pasar por encima), de acuerdo con esto, cuando HaShem causó la muerte de los egipcios primogénitos, «pasó por encima» de las casas de los judíos y no los afectó. Sin embargo, según el rabino Menashe Ben Israel (1604-1677) y otros comentarios, la idea de «Pésaj» en la Torá es un poco más profunda y, al mismo tiempo, menos conocida. En su opinión, la palabra «Pésaj» y su verbo «Pasaj» no deben entenderse como «pasar por encima» sino como «protección». Así es como el Targum Onkelos tradujo «pasaj», jayis, le importó>cuidó (como אדם חס על ממונו). Y esto, entonces, es lo que sucedió: Cuando HaShem desató la décima plaga, una epidemia enviada por Dios –que la Torá llama el «maschjit» y causaba la muerte de los primogénitos (ver Shemot 12:13 y 12:23)– HaShem «protegió» (pasach ‘al) las casas de los israelitas, que estaban marcadas con sangre en los postes de las puertas, y no permitió que esta plaga mortal afectara a los primogénitos judíos. En «Pesaj», por lo tanto, recordamos que Dios protege constantemente y directamente al pueblo de Israel. Esta protección sobrenatural (hashgacha peratit) comenzó la noche del 15 de Nisan, la noche del Seder, conocida en la Torá también como lel shimurim, «la noche de protección». La supervivencia del pueblo judío desafía las estadísticas y las predicciones lógicas. El grupo humano más perseguido en la historia de la humanidad existe gracias a la protección milagrosa y permanente de Dios. ¡Y eso es exactamente lo que celebramos en Pesaj!

 
 
 

MATERIAL PARA EL SEDER DE PESAJ

 
 
 √ Recomiendo a los lectores que visiten la página de AISH aquí, donde encontrarán muchísimo material educativo para adultos, así como también juegos para niños, aquí
 
√ Para encontrar muchísimos juegos educativos para niños, incluyendo una enorme lista de preguntas para Pésaj se puede visitar este sitio web  (en inglés)
 
√ La Sra Zelma Curiel de Argentina me envió este hermoso juego, que ella misma diseñó, «¿Qué ves?» para imprimir, y hacer participar a los niños del Seder de Pésaj. Ver aquí
 
√ El Rab David Sutton de Nueva York, me mandó sus comentarios de la Hagadá en Inglés. Ver aquí
 
√ Valeria Judith Salem, de Argentina, nos cuenta su experiencia: Rab, me gustaría compartir con usted lo que hice el año pasado en mi casa: decoré todo el largo de la mesa dividiéndola en dos (keriat iam suf) con una larga tela de arpillera y a los costados papel celofán enrollado de color celeste…en el medio puse animalitos y personitas de juguete! Eso motivo muchísimo no solo a los niños sino también a los adultos! Y a su vez cada chico que participaba se ganaba un ticket para ser canjeado en un kiosco de premios y golosinas de Pésaj! Mis hijos me piden que se repita! Creo que jamas lo olvidaran!
 
√ Zelma Berson, de Argentina, que nos envió el año pasado un juego de “cards” con adivinanzas nos contactó este año nuevamente. «Shalom… le envío la segunda parte de ¿qué ves? VER AQUI (repuestas: Pésaj, Matsá, Eser hamacot, man, shirat hayam, corban, piramide, jag aviv, ranas , barej, 4 cosot, sne boer, miriam, halajm ania, Moshe, Aharón
 
√ Agradecemos también el material de Tania Shamai de México . Ver AQUI y AQUI
 
√ Y también agradezco al rab Ramy Avigdor del Centro Kehila de Israel. Vean este hermoso material de Pésaj http://centrokehila.org/category/pesaj-2
 
√ Para los estudiantes más avanzados recomiendo este fantástico comentario de la Hagadá escrito por el rabino Don Ytsjaq Abarbanel (1437-1508). Ver  aquí . Esta hagadá comienza con 100 preguntas o temas de discusión (she’arim) que serán abordados a lo largo de su comentario. No se salteen la introducción, donde el Rab Abarbanel cuenta su increíble (y trágica) historia personal.
 
√ Para los que quieran disfrutar de una Hagadá en español antiguo, ver esta Hagadá publicada por el Rab Ytsjaq Yehuda Leon Templo, en Amsterdam, 1728. Esta interesante Hagadá comienza con una receta: la del Jaroset (polvo de ladrillo). No se lo pierdan!!!!
 
√ También recomiendo la hagadá del Rab Israel Yaaqob Algazi (1680-1757), miren su explicación del Ha Lajmá, donde conecta este texto con nuestra obligación de ser generosos con los pobres, como una forma de agradecer lo que Dios hizo con nosotros al sacarnos de Egipto. Ver aquí

 




Mi receta del Jaroset

 Según Maimónides, el Haroset se hace con frutas secas (higos, dátiles o pasas de uva) y vinagre de vino y los tebalín  o hierbas. Las frutas le dan el color y la textura del barro; el vinagre su sabor agridulce,  y los tebalín, el aspecto del material que usaron nuestros antepasados en la esclavitud de Egipto para hacer el «adobe», esto es, el ladrillo de barro y pajilla.

Siguiendo la receta de Maimonides, preparé sin dificultades una pasta con dátiles secos, higos secos y vinagre.

Pero siendo que nadie parece darle importancia a los tebalín, tenía que ponerme a buscar algo para poner en el Jaroset y que se parezca visualmente al «teben» o paja.

Fui de compras, buscando algo desconocido. Primero fui al supermercado. Se me ocurrió que los brotes de alfalfa podían ser los tebalín, pero necesitaba hierba seca, no algo fresco que pueda estropearse. En un momento dije: «Eureka», ¡encontré las «pajitas». Eran unos «hongos japoneses Enoki» con certificación Kosher. Eran largos, blancos y delgados. Perfecto para los efectos visuales. Compré una bolsa pequeña para probar. Pero Coty no estaba muy conforme con tener hongos japoneses en el Seder. En ese momento tuve que elegir entre mi esposa y Maimónides … y como todos entenderán, deje a un lado los «Enokis»…

Luego, fui a «Everfresh», el almacén Kasher local, para buscar una alternativa. Vi palitos de canela, que podrían tener la forma perfecta, pero eran demasiado oscuros, demasiado similares al color del Jaroset. Y necesitaba los efectos especiales de colores que marcaran el contraste entre el barro y la paja. También encontré una bolsita de cáscaras secas de naranja, pero me parecieron demasiado cortas. Luego vi en el fenecer «Espirales congeladas de calabacín», pero eran demasiado parecidos a espaguetis… no para Pésaj. Las ramas de lavanda se veían perfectas. Llame a mi esposa y me recordó que debiera usar algo comestible.

Llegué a casa con algunas compras: Algunos artículos comestibles, otros no comestibles, otros congelados. Estaba indeciso sobre lo que podía usar y sabía que tenia que experimentar. Entonces, ¡ocurrió un pequeño milagro! Coty me trajo un pequeño paquete de Rosemary Leaves (hojas de Rosemary o romero) para que yo le dijera si eran kasher para Pésaj.

Y cuando las vi se prendió la lamparilla!   Las hojitas secas de Rosemary eran una opción perfecta. El color es claro, entre blanco y amarillo. Eran hierbas como lo requería Maimónides, y comestible, como lo requería mi esposa. Pero había un problema. Las hojas eran muy cortas. Se iban a perder dentro del Jaroset… Y mientras estaba observando las hojitas, y pensado cómo mezclaras con el Jaroset, tuve una «visión»: me acordé del Jaroset marroquí, que se prepara en forma de bolitas, como si fueran bolitas de falafel o albóndigas. Y de pronto visualicé a las hojas de Rosemary mezcladas con las bolitas de Jaroset. ¡Y ahí fue cuando vi al barro con las pajitas!

Del lado izquierdo se ve el barro con la pajilla para hacer los ladrillos. Del lado derecho, el Jaroset con las hojitas de Rosemary . 



Pesaj, a través del Jaroset

«Y [los egipcios] amargaron la vida [de los hijos e Israel, obligándolos a hacer] las obras más duras, [como la extracción del] barro y [la fabricación de los] ladrillos …»

Éxodo 1:14

LOS DE ARRIBA Y LOS DE ABAJO

Durante varias décadas, desde la época de Yosef hasta la nueva dinastía egipcia (la XVIII?) que gobernó Egipto, los judíos tuvieron una vida privilegiada. Vivían en una zona segura y fértil: Goshen. No les faltaba comida. Disfrutaban de prosperidad, buena salud y otros privilegios.  Este bienestar material les daba a los judíos poder e influencia.  Pero cuando llegó un nuevo Faraón al trono, encabezando una nueva dinastía, buscó frenar el poder de los judíos y su crecimiento demográfico. Primero les impuso impuestos excesivos para empobrecerlos y debilitarlos. Pero no tuvo éxito.  Luego, el Faraón pasó a la segunda etapa de su plan: el enfrentamiento directo. El Faraón declaró a los judíos oficialmente como los  “enemigos del pueblo» y los privó de su libertad. 

LOS ESCLAVOS DEL PUEBLO

Visualizar este escenario donde los judíos son denigrados y llevados desde lo más alto de la sociedad a lo más bajo, de la noche a la mañana, es muy difícil desde nuestras cómodas residencias. Este evento solo puede volverse más real –y aterrador– si pensamos en la Shoah. Elie Wiesel, en su libro «Job: Ou Dieu dans la tempête» (francés) fue uno de los primero en comparar el cautiverio de Egipto con el Holocausto. Según Wiesel las propiedades y los bienes de los judíos fueron confiscados por el gobierno. Los hombres y mujeres fueron sacados a la fuerza de sus hogares y llevados a «guetos»  o campos de concentración, donde fueron obligados a trabajar para el gobierno. Según el el rabino Wisser, mejor conocido como el Malbim (Rusia, 1809 – 1879) muchos judíos fueron entregados a los ciudadanos egipcios como mano de obra gratuita, y como «reparaciones» por todo el dinero “que los judíos ganaron en los buenos tiempos”.  Estas son las palabras del Malbim:  «los judíos fueron tomados como esclavos permanentes, pero ya no trabajaban para el monarca [el gobierno], sino para la población en general. Los judíos eran ahora los esclavos de los esclavos [del Faraón] y estaban obligados a hacer cualquier trabajo que cualquier egipcio les pidiera».

LA VENGANZA DE LOS EGIPCIOS

La Torá describe cómo los ciudadanos egipcios trataron a sus esclavos judíos. «Y los egipcios amargaron sus vidas con duros trabajos». Había algo personal en este maltrato a los judíos. Animosidad. Resentimiento. ¿Por qué? Porque el nuevo faraón  —un revisionista calculador—cambió la narrativa de la historia y demonizó a Yosef y a sus descendientes . Yosef pasó de ser el héroe que salvó a Egipto de la hambruna, al villano que aprovechó la hambruna egipcia para favorecer a su propia familia. Así, los egipcios comenzaron a mirar a los judíos ahora como abusadores y este resentimiento se traducía ahora en la más terrible venganza: los judíos «ricos» eran ahora los esclavos de pueblo. Mano de obra gratis para los resentidos egipcios, “que disfrutaban” de tenerlos bajo sus pies.

TRABAJAR HASTA MORIR

Los trabajos asignados a los judíos eran, por supuesto, los peores. Los más insalubres y los más arriesgados. Lo que nadie más estaba dispuesto a hacer en Egipto. ¿Qué sabemos de estos trabajos? Los niños pequeños dibujan a los esclavos judíos arrastrando piedras, pero esto no es lo que dice la Torá. El primer trabajo duro mencionado por la Torá es el de «jomer ulbenim», barro y ladrillos: no piedras. Incidentalmente, en el sur de Egipto se utilizaba la piedra para la construcción, pero en el norte, en el delta del Nilo, donde residían los judíos, se utilizaban ladrillos de barro.  Al parecer, de todos los arduos trabajos que había que hacer en Egipto, el más humillante, agotador y letal era el de producir estos ladrillos. ¿En qué consistía este trabajo?  Los ladrillos de Egipto estaban hechos de dos materiales: 1. barro o lodo y 2. paja. Estos ladrillos de barro, también conocidos como “adobe” se usan en las áreas rurales de casi todo el planeta, y se siguen fabricando en las orillas del Nilo hasta el día de hoy (ver video al final de este artículo) . Los esclavos judíos tenían que extraer el lodo del Nilo, que era rico en minerales, pero dañino para la piel. Transportarlo, mezclarlo con estiércol y revolverlo con los pies y las manos durante 4 o 5 días, hasta que el lodo alcanzase el punto de fermentación. Luego, se introducía la paja en ese lodo para hacerlo fuerte, sólido y duradero y se vertía esa mezcal en los moldes de ladrillos. Todo este trabajo se realizaba en los pantanos del Nilo, un río infestado de cocodrilos, hipopótamos y mosquitos, y bajo el sol abrasador del desierto que quemaba la piel.

EL JAROSET

Hay dos comidas que la Torá indica que debemos consumir en el Seder de Pésaj: la Matsa, que nos recuerda que fue Dios –y no Moises o cualquier otro líder politico –quien nos liberó de Egipto. Y el Maror, una verdura agria que nos recuerda el sabor de la esclavitud. Los Sabios agregaron dos alimentos más para ayudarnos a experimentar lo más físicamente posible la esclavitud y la libertad. Por un lado introdujeron las cuatro copas de vino, para celebrar nuestra libertad. Y por otro lado nos indicaron preparar el Jaroset, que de acuerdo a Maimonides es una Mitsvá establecida por los Rabinos, para recordar la esclavitud, especialmente  al combinarlo con el Maror . El Jaroset es una pasta hecha con frutas frescas, frutos secos y vino o vinagre, que nos recuerda el color y la textura del barro.  La imagen del barro en nuestras manos se ha grabado en la memoria colectiva de nuestro pueblo como un trauma nacional de la esclavitud y la opresión. Y el Jaroset nos lo recuerda en el Seder. 

LA RECETA DE MAIMONIDES

Hay algo más. Siguiendio estrictamente lo que cuenta el Talmud, Maimonides indica que al Jaroset  se le debe agregar “pedacitos de hierbas” (tebalin) , que representen visualmente las pajillas que se agregaban al barro para construir los ladrillos.  No sabemos cuales eran esas hierbas comestibles, pero sí sabemos que no son para darle sabor al Jaroset sino para crear “efectos visuales”. Por eso, Maimónides indica que las hierbas no deben ser molidas sino cortadas en pequeños trocitos para que se vea como la paja (teben) y así el Jaroset parezca el “barro con las pajillas” (טיט ותבן). La presencia de este ingrediente, las hierbas o tebalín, era imprescindible en los tiempos del Talmud. La Guemará en Pesajim relata que la costumbre generalizada en Jerusalem era que cuando la gente llegaba a los mercados para hacer las compras de Pésaj los comerciantes anunciaban: “Vengan y llévense (gratis) las hierbas para cumplir con la mitsvá [el precepto del Jaroset]” 

LA FUNCION DE LAS HIERBAS

Ya que el efecto de estas hierbas debe ser visual, no hay una limitación respecto al tipo de hierbas o vegetales que se deben usar parea este propósito . Algunos rabinos mencionaron especias, como la canela, el jengibre, o las ramitas de hisopo, aclarando que NO deben ser molidas sino cortadas. El Rab Maharil (1366-1427) creo que fue el más explícito, al decir que se usen hierbas cortadas en trozos largos y finos (מחותכין ארוכין) para darles el aspecto de “pajillas”.   Hoy en día –por alguna razón que todavía no he podido comprender — casi todas las recetas del Jaroset incluyen especias o hierbas aromáticas ¡Pero ninguna menciona estas hierbas que le dan al Jaroset el efecto visual que debe despertar en nuestra memoria…. Por alguna razón este importantísimo elemento ha caído en desuso.

TEXTOS DONDE MAIMONIDES MENCIONA EL JAROSET

מ»ת, הלכות חמץ ומצה, פ»ח

ה“ב :מתחיל ומברך בורא פרי האדמה, ולוקח ירק ומטבל אותו בחרוסת

ה“ח: בזמן הזה, שאין שם קרבן, אחר שמברך המוציא לחם חוזר ומברך על אכילת מצה, ומטבל מצה בחרוסת ואוכל, וחוזר ומברך על אכילת מרור ומטבל מרור בחרוסת ואוכל, ולא ישהה אותו בחרוסת שמא יבטל טעמו, וזו מצוה מדברי סופרים, וחוזר וכורך מצה ומרור ומטבל בחרוסת ואוכלן בלא ברכה זכר למקדש.




El secreto del Jaroset

אמר רבי אלעזר ברבי צדוק: כך היו אומרים תגרי חרך שבירושלים: בואו וטלו לכם תבלין למצוה

Pesajim 116a.

Para entender el sentido original del Jaroset, y su profundo valor educativo, tendremos que olvidarnos por unos momentos de la receta clásica del Jaroset y concentrarnos en los 3 ingredientes básicos indicados por los Sabios.  Cuando Maimónides menciona el Jaroset dice que se prepara una pasta con higos, dátiles, uvas secas etc. A estas frutas blandas (o ablandadas con la cocción) se las pisa y luego se las mezcla con vinagre. Y a esta pasta se le agrega luego los tebalín, o hierbas.   Ahora que sabemos cuáles son los 3 ingredientes del Jaroset — frutas pisadas, vinagre y hierbas– trataremos de comprender la razón de cada uno de ellos.

LA TEXTURA DEL BARRO

Maimonides dice que el Jaroset nos recuerda al barro con el cual nuestros padres trabajaban día y noche en la dura esclavitud de Egipto. Los frutos que usamos para esa pasta son blandos, fibrosos, y de consistencia pastosa, porque la intención es recrear una comida que represente el barro (חרוסת זכר לטיט), un comestible que no es una “comida” independiente sino un accesorio o aderezo. El Jaroset además, no es líquido sino de contextura «pringosa», es decir, queda pegado al cubierto con el que lo agarramos, o en las manos cuando lop hacemos. En ese sentido también se parece al barro que quedaba todos los días en las manos de los esclavos judíos.

EL SABOR DE LA ESCLAVITUD

Los Sabios también indicaron que en el sabor del Jaroset se debe percibir la acidez. Por eso en la receta original del jaroset se agrega vinagre, y no vino. El gusto del vinagre, obviamente, trae reminiscencias del agrio sabor de nuestra esclavitud. Es interesante recordar que originalmente, en el Talmud, no se enfatiza el sabor dulce del Jaroset, aunque sí se reconoce como el esperado sabor de una pasta hecha a base de los frutos mencionados, que son dulces. Además, los rabinos hicieron hincapié en que no se use demasiado Jaroset en el Maror, hierba amarga, para que no se neutralice su sabor amargo. 

EL EFECTO VISUAL

El ingrediente menos conocido del Jaroset es el que Maimónides llama tebalín, hierbas. Las hierbas son usadas por lo general como aditivos aromáticos o saborizantes. Por eso a veces se las menciona con los tablinín, especias molidas. Pero en el caso especifico del Jaroset, Maimónides indica que las hierbas no deben ser molidas sino cortadas en pequeños trocitos. El secreto menos conocido del Jaroset consiste en introducir en el jaroset trocitos de hierbas que se vean como la paja (teben). El propósito de esta hierbas o  tebalín, entonces, no es agregar sabor o aroma al Jaroset, sino recrear un efecto visual: que el Jaroset se vea como “barro con pajillas” (טיט ותבן). La presencia de este ingrediente, las hierbas o tebalín, resulta imprescindible para los Sabios del Talmud. Al punto que no se registra ningún debate ni discusión. Lo que es más: la Guemará en Pesajim relata que la costumbre generalizada en Jerusalem era que cuando la gente llegaba a los mercados para hacer las compras de Pésaj los comerciantes de Jerusalem anunciaban: “Vengan y llévense (gratis) las hierbas para cumplir con la mitsvá [el precepto del Jaroset]” 

LA FUNCION DE LAS HIERBAS

Ya que el efecto de estas hierbas debe ser visual, no hay una limitación respecto al tipo de hierbas o vegetales que se deben usar parea este propósito . Algunos rabinos mencionaron especias, como la canela, el jengibre, o las ramitas de hisopo, aclarando que no deben ser molidas sino cortadas. El Rab Maharil (136-1427) creo que fue el más explícito, al decir que se usen hierbas cortadas en trozos largos y finos (מחותכין ארוכין) para darles el aspecto de “pajillas”. 
Hoy en día, por alguna razón que todavía no comprendo muy bien, casi todas las recetas del Jaroset incluyen especias o hierbas aromáticas o saborizantes. Pero ninguna menciona estas hierbas alargadas para darle al Jaroset el efecto visual que debe despertar en nuestra memoria. Por alguna razón este importantísimo elemento ha caído en desuso. 




La Historia del Jaroset

תחת התפוח עוררתיך. דרש רב עוירא, בשכר נשים צדקניות שהיו באותו הדור נגאלו ישראל ממצרים

Sota 11a

Una de las comidas típicas que servimos en el seder de Pesaj es el Jaroset.  Una pasta hecha con una mezcla de frutas frescas, frutos secos y vino. 

A diferencia de otras comidas que se sirven durante el Seder, como el Maror o la Matsá, el Jaroset no está mencionado en la Torá. La Mishná –la obra que registra la tradición oral del pueblo judío, escrita alrededor del año 200 de la era común– menciona que se sirve Jaroset en la cena del Seder, pero lo describe como un accesorio , como si fuera una salsa o un condimento, y no como una comida independiente, y no menciona la función del Jaroset. 

ACCESORIO DEL MAROR

Los Rabinos del Talmud debaten este punto. Según algunas opiniones no es obligatorio (mitsvá) tener jaroset en la mesa del Seder. Pero se sirve por una razón práctica como accesorio del Maror. El Maror es una hierba amarga, que puede ser lechuga, radicheta o algún otro vegetal, que nos ayuda a sentir durante la noche del seder «el sabor de la esclavitud». Algunas especies de vegetales que se usaban en el tiempo del Talmud para el Maror contenían un acido que podía ser perjudicial para la salud. Y los Sabios explicaron que el Jaroset neutraliza los efectos perjudiciales del Maror.  De acuerdo a otra opinión, una de las hierbas que se puede usar para Maror (jazeret) contiene un gusanillo difícil de identificar, y el Jaroset elimina a ese insecto. 

EL JAROSET y LAS MANZANAS

De acuerdo a Ribbí Eliezer bar Ribbí Tsadoq el Jaroset NO es un accesorio del Maror sino un alimento obligatorio (mitsvá) que tiene “un significado propio”.  El Jaroset, que se suele preparar con manzanas, nos recuerda un evento muy significativo. El Faraón había decretado la muerte de todos los niños judíos recién nacidos. Pero esto no desalentó a las heroicas mujeres de Israel, que no se separaron de sus maridos. Y cuando llegaba el momento del parto huían a los campos y daban a luz ocultas “bajo los árboles de manzana”.  El Jaroset, según esta opinión, es (con mis propias palabras) “un homenaje a las mujeres de Israel, que gracias a que procedieron con ese heroísmo y sacrificio, hicieron que el pueblo creciera, se multiplicara y no desapareciera por sí mismo en un par de generaciones . 

EL JAROSET Y LAS PAJILLAS

Otra opinión, la más conocida y aceptada, es la que afirma que el Jaroset nos recuerda al barro (tit) que los esclavos judíos debían recoger con sus manos todos los días para producir los ladrillos que se utilizaban para los proyectos de construcción del Faraón.  Este era un trabajo muy arduo, humillante y agobiante. Y es posible que el recuerdo de la imagen y el contacto de nuestras manos con el barro y las pajillas, haya quedado grabado en la memoria colectiva de nuestro pueblo como un símbolo de la esclavitud y la opresión.

Maimonides se hace eco de esta última opinión. Y curiosamente en su receta del Jaroset no incluye «manzanas». Lo que sí dice Maimónides es que a la pasta barrosa se le debe agregar “pedacitos de hierbas” (tebalin) , que representen visualmente las pajillas que se agregaban al barro para construir los ladrillos. 

Es posible conectar los dos últimos significados que mencionamos –es decir, la procreación que no cesó, y la fabricación de ladrillos–  recordando un trágico Midrash (que no veo razón para no tomarlo como histórico)  que dice que cuando un esclavo judío no producía la cuota de ladrillos que le correspondía, los egipcios mataban a uno de sus hijos y reemplazaban con su cuerpo los ladrillos que faltaban….

Este video que muestra como se siguen haciendo ladrillos a orillas del Nilo hasta hoy en día, nos puede ayudar a visualizar un poco mejor los elementos que se utilizaban para hacer los ladrillos (barro del Nilo y pajillas, o pasto seco).




El rol de las mujeres en la salida de Egipto

DESOBEDIENCIA DEBIDA
Los sabios se preguntaron: ¿cómo fue posible abandonar Egipto? Egipto era un país con una altísima población de esclavos permanentemente vigilados. Era como estar en una prisión de alta seguridad o en un campo de concentración, de donde no se puede escapar con vida.   La respuesta parece ser muy simple: gracias a la intervención milagrosa de HaShem, nuestro Dios y, por supuesto, Moshé y, en cierta medida, Aharón, su hermano. Pero para nuestra sorpresa los Sabios del Midrash formularon una respuesta diferente: בזכות נשים צדקניות נגאלו ישראל ממצרים  «Fue por el mérito de las mujeres virtuosas que el pueblo judío fue liberado de Egipto».  Para comprender la lógica absoluta, y la belleza, de esta afirmación, debemos abrir la Torá y leer Shemot (Éxodo) 1:15 a 2:10 . En este texto, leemos la orden del Faraón a las parteras de matar a los bebés judíos. Estas dos mujeres, Shifra y Puah representan el primer ejemplo registrado en la Biblia, y creo que en la historia de la humanidad, de desobediencia civil. La Tora declara claramente que fue gracias al coraje de estas mujeres que los judíos no desaparecieron y pudieron multiplicarse y sobrevivir.

LA MADRE, LA HIJA Y LA MADRE ADOPTIVA
La Torá también nos cuenta sobre otras tres mujeres de gran coraje y valor, que tuvieron un rol fundamental en la salida de Egipto.  La madre de Moshé, Yojebed, que decidió tener un hijo a pesar del decreto del faraón de asesinar a todos los niños judíos recién nacidos. Cuando ya no era posible ocultar a su hijo, Yojebed colocó a su pequeño bebé en una canasta. Y esa canasta fue encontrada por la propia hija de Faraón, quien en un segundo y muy valiente acto de desobediencia civil contra su propio padre, rescató al bebé judío y lo adoptó como su propio hijo. La Torá también menciona a otra mujer, Miryam, la hermana de Moshé, que se quedó observando la canasta que llevaba a su hermano pequeño a través del Nilo y cuando la hija del Faraón rescató al pequeño Moshé, ella le sugirió a la hija del Faraón que consiguiera una mujer hebrea –la madre de Moshé–para amamantar a su hijo adoptivo. Moshé fue amamantado y criado por su propia madre durante los primeros años de su vida y así supo de su identidad judía. Cada una de estas tres valientes mujeres desempeñó un papel crítico y fundamental, directo o indirecto, en la liberación del pueblo judío de Egipto.

LA GRAN PREGUNTA
También hay un hermoso Midrash que pregunta: ¿Cómo se les ocurrió a los hijos de Israel rezar por su liberación? En otras palabras: ¿cómo se dieron cuenta de que eran esclavos, en una sociedad donde todos eran esclavos? La pregunta parece absurda. A menos que recordemos la cueva de Platón. Si una persona nace, crece y vive toda su vida en la profundidad de una cueva oscura, nunca sabrá lo que es la «luz». Pero tampoco sabrá lo que es la oscuridad. Ya que el reconocimiento de la oscuridad solo es posible cuando uno conoce la luz. Sin conocer la luz, la oscuridad se convierte en la condición natural de la existencia. Los esclavos judíos nacieron, se criaron y vivieron durante varias generaciones en la esclavitud (140 años, según Maimónides). ¿Cómo fue posible, entonces, que se les haya ocurrido aspirar a la libertad?

HÉROES ENTRE NOSOTROS
También en este caso, el Midrash le concede el crédito principal a las esposas. Los sabios explicaron que todos los días, las mujeres judías iban al Nilo y recogían pequeños peces que se acumulaban en la orilla del río. Con una parte preparaban una sabrosa comida y con el resto hacían un bálsamo especial. Por las tardes, las esposas iban a ver a sus esposos a los sitios de construcción, ya que los egipcios, deliberadamente, no los dejaban regresar a sus hogares para evitar el crecimiento demográfico. Las mujeres se preparaban en su casa, embelleciéndose lo mejor que podían frente a unos espejos de cobre. Cuando se encontraban con sus maridos, les frotaban la espalda castigada por el sol y el látigo con el bálsamo que habían preparado. Luego, le servían a sus maridos la sabrosa comida que habían  preparado y pasaban la noche junto a ellos, sin que los egipcios las vieran, en los campos de manzanos.

VER LA LUZ
Mientras que los amos egipcios hacían todo lo posible para humillar y deshumanizar a los judíos, quebrando sus espíritus, y haciéndoles sentir que estaban condenados a ser esclavos de por vida, las mujeres judías duplicaron sus esfuerzos para inspirar en sus esposos un sentimiento de dignidad. Estuvieron a la altura de este tremendo desafío e hicieron todo lo posible para hacerles sentir que NO eran esclavos sino «hombres de familia», y que podían ser felices y afortunados. En otras palabras: las esposas judías inspiraron a sus esposos a ver la luz en la oscura cueva. Para que así entendieran que la esclavitud no era la «nueva normalidad». Fue este noble y valiente esfuerzo de las mujeres de Israel lo que impidió que los hombres judíos se resignaran  a su condición de esclavos, como sucedió con todos los demás pueblos esclavizados. Fue gracias a las virtuosas mujeres de Israel, su coraje y su sabiduría para fortalecer nuestros espíritus en los momentos más difíciles de nuestra historia, que nuestra libertad de Egipto fue posible.

Dedicado a mi hija Orit y a su esposo, Dr Adam Harari, en ocasión del Berit Milá de mi nuevo nieto Yosef Yaakob Harari




¿Por qué comemos Matsá?

Pésaj comenzará muy pronto. El día Sábado 27 de Marzo de 2021 por la noche. Una de las Mitzvot más características de Pésaj es comer Matsá. La Matsá es un «pan» especial hecho a partir de una masa plana, no fermentada,  y sin levadura. Pero, ¿por qué comemos Matsá en Pésaj? Hay dos razones. Una de ellas se menciona explícitamente en la Tora. La segunda razón, menos conocida, se menciona al comienzo de la Haggada que leemos en el Séder.

Comenzaremos por esta última razón.

MATSA, TODO EL DÍA, TODOS LOS DÍAS

Durante muchos años, cuando vivíamos esclavizados en Egipto (según Maimónides el cautiverio duró 140 años), comíamos solo Matsá. Matsá para el desayuno, Matsá para el almuerzo y Matsá para la cena. La Matsá fue concebida por los crueles egipcios como el alimento ideal para alimentar a los esclavos judíos. ¿Por qué? Porque la Matsá se digiere lentamente y dura más tiempo que el pan en el estómago del esclavo. Y además, la Matsá era el alimento más barato que se podía producir: todo lo que se necesitaba para preparar Matsá es harina de trigo y agua, dos de los elementos más baratos y más abundantes en Egipto. El famoso rabino Abraham Eben Ezra (1089-1167) escribió que tuvo una experiencia que le permitió comprender mejor este punto. En uno de sus múltiples viajes lo llevaron a una prisión en la India, y allí ¡le dieron de comer Matsá!  El pan ázimo de bajo costo y de digestión lenta, era el alimento ideal para esclavos, prisioneros y personas que tenían que ser alimentadas como animales para sobrevivir y trabajar.

¡NO HAY TIEMPO QUE PERDER!

En el cautiverio egipcio hubo otro elemento que contribuyó al sufrimiento psicológico de los esclavos judíos. Para producir un pan normal, se debe dejar que la masa descanse durante unos 20 minutos, y solo después de eso, la masa esponjosa se coloca en el horno y se produce el pan. Pero para hacer la Matsá se pone la masa plana en el horno inmediatamente, sin esperar a que esta fermente y suba. En el cautiverio egipcio, los esclavos judíos tenían que trabajar para los egipcios «sin pausa»: Sus amos no estaban dispuestos a darles 20 minutos de descanso para que pudiesen disfrutar de un pan normal … Y es por todo esto que al comienzo de la Haggadá señalamos la Matsá y decimos: Ha Lajmá ‘Aniyá … «Este es el pan de pobres (o ‘el pan de la aflicción’) que nuestros antepasados comieron en Egipto”. De alguna manera, la experiencia de comer exclusivamente Matsá durante tantas décadas dejó una fuerte impresión en nuestra memoria que revivimos cuando probamos el gusto de la Matsá en la noche del Séder.

OPERACIÓN RELÁMPAGO

Sin embargo, la razón explícita de la Matsá mencionada por la Torá es diferente. En el momento de nuestra partida de Egipto, también consumimos Matsá. ¿Por qué? Porque todo sucedió muy rápido. Cuando comenzaron a morir los primogénitos, el Faraón prácticamente nos expulsó de Egipto. El 14 de Nisán, cuando fuimos informados que nos íbamos a ir de Egipto, hubiéramos querido comer «pan» como lo hacían los egipcios. Pero nuestra partida de Egipto no fue un proceso gradual ni el resultado de una revolución que fermentó entre la gente durante varios años, después de varias batallas contra nuestros captores … Nuestra salida de Egipto fue בחיפזון, una «Operación relámpago» que duró horas, no días. Con unas horas para abandonar la casa en la que viviste toda tu vida ¿quién tiene tiempo para esperar 20 minutos a que la masa fermente y hacer pan? Además, había que preparar la mayor cantidad posible de alimentos, ya que no teníamos idea por cuánto tiempo íbamos a necesitar provisiones de comida. Y me parece que puede haber otra razón por la cual preparamos Matsá y no pan: que la Matsá se conserva por mucho más tiempo que el pan.  Ahora estábamos eligiendo dejar Egipto atrás, sin la mínima demora, y encaminarnos hacia nuestra definitiva, pero irónicamente, aunque ya éramos libres teníamos que seguir alimentándonos con la misma Matsá que comíamos cuando éramos esclavos. Pero esta vez la Matsá tenía un sabor diferente: el sabor de la libertad que se estaba gestando  «en este momento” frente a nuestros ojos.

EL DOBLE SABOR DE LA MATSA

La Matsá es el elemento más característico de Pésaj, que también es conocido como la fiesta de las Matzot, porque despierta en nosotros dos recuerdos diferentes y opuestos, simultáneamente: en primer lugar, el recuerdo de la angustia que sufrimos cuando fuimos esclavos en Egipto. Y, segundo, la forma milagrosa en que HaShem nos sacó de Egipto. Fuimos «rescatados» por HaShem en un solo acto de redención, algo único en la historia de la humanidad. Y es por eso que en el Séder, la Matsá representa tanto la amargura de la esclavitud como el dulce sabor de la libertad. La Matsá celebra nuestra redención, sin dejarnos olvidar nuestro sufrimiento.