QUINTO MANDAMIENTO: Honrar a nuestros padres, en circunstancias especiales
QUINTO MANDAMIENTO: ¿Cómo tratar a nuestros padres?
QUINTO MANDAMIENTO: Honrar a quienes nos dieron la vida
QUINTO MANDAMIENTO: La diferencia entre respetar y honrar a los padres.
Y hay una segunda Mitsvá en el libro de Vayiqrá -Leviticus- 19, 3, que dice ish immó veabiv tira’u, «Uno debe respetar a su madre y a su padre». Estas dos Mitsvot son diferentes y de hecho, se complementan entre sí, como veremos a continuación.
CUARTO MANDAMIENTO: Shabbat y la Creación
זכר ליציאת מצרים La noción de «descanso» o “reposo” asociada con Shabbat puede llegar a ser un poco confusa. La gran mayoría de las traducciones de la Biblia presentan al Shabbat como un «día de descanso” que el Todopoderoso concede a la humanidad. pero, ¿es Shabbat realmente un día de descanso semanal que nuestro Divino CEO nos da porque quiere que su empleados trabajen de manera más eficiente y más productiva durante la semana siguiente? Esta podría ser la idea de Shabbat una sociedad de esclavos (o una sociedad extremadamente materialista) donde la razón de la existencia es el trabajo. Y el objetivo del Shabbat es mejorar la productividad.
Ayer hemos explicado el Cuarto Mandamiento, la observancia del Shabbat, como el precepto que indica «reposar» de nuestro trabajo. Pero esa falta de actividad no está destinada al descanso físico sino a expresar, a través de nuestra inactividad, la convicción de que nuestros medios de vida provienen, en última instancia, de HaShem (ver aqui https://halaja.org/cuarto-mandamiento-shabbat-lo-que-quiero-vs-lo-que-necesito/). Desde este punto de vista, Shabbat nos recuerda Yetsiat Mitzrayim, la salida de Egipto. Una vez fuera de Egipto, como lo aprendimos del maná, dejamos de estar bajo la jurisdicción del Faraón e ingresamos bajo las alas de la Supervision Divina. El propósito de nuestros esfuerzos semanales es llegar a Shabbat. Trabajamos duro durante la semana para celebrar y disfrutar al máximo el día de Shabbat. Ese es el significado de la bendición del séptimo día en Génesis 2:3: HaShem «bendijo el séptimo día y lo santificó (es decir, lo estableció como el día más importante de la semana).
זכר למעשה בראשית En el contexto de Bereshit, por otro lado, Shabbat expresa una noción diferente, la culminación de la creación. La idea principal que transmite Shabbat en Bereshit es que en el séptimo día Dios terminó (vayikhal) Su trabajo creativo y detuvo (vayishbot) «para siempre» el proceso Creación.
RaDaQ explica muy claramente que el Shabbat marca el final del proceso de Creación. ונגמרו כולם ביום הששי ומכאן ואילך אין כל חדש … שלא ברא אחר יום הששי דבר «Y a partir de este momento [después del Sexto Día] no hubo nuevas creaciones… porque [Dios] no creó nada nuevo después del Sexto Día «(Génesis 2: 1-2)».
Vamos a explorar el significado más profundo de las palabras de RaDaQ.
¿Por qué los cristianos celebran la Creación el día domingo, los musulmanes el viernes y nosotros los judíos en Shabbat? A primera vista, pareciera que tiene más sentido conmemorar la creación en el primer día de la semana, que celebra el inicio de la Creación. O bien el Sexto Día, el último día de la creación. La Tora, sin embargo, indica que debemos celebrar el acto de creación en el séptimo día, cuando Dios «terminó» Su Creación. ¿El día que no hubo Creación para celebrar la Creación? ¿Por qué?
¿Cuál es la diferencia entre el proceso Divino de la Creación y la naturaleza? Si la materia y la vida hubieran sido producidos por la naturaleza, la naturaleza NO podría dejar de seguir creando. La naturaleza no puede parar su curso. Debería haber continuado la creación de átomos y células, materia y seres vivos. Cuando un evento ocurre sólo una vez, no se lo puede llamar un evento de «natural». Es más bien un evento «sobrenatural». En este sentido, según lo explicado por los rabinos del Talmud, la observancia del Shabbat es nuestro testimonio de que Dios, y NO la naturaleza, creó el universo. Que nada surgió de forma espontánea o natural.
La conclusión del proceso creativo, es decir, el Shabbat, es lo que hace que la Creación haya sido un fenómeno único e irrepetible, que sólo ocurrió una vez, durante un período particular y singular llamado «Los Seis Días de la Creación”. Shabbat, “zejer lemaase bereshit”, celebra el acto de Creación. Nuestro testimonio de que Dios, y no la naturaleza, trajo a nuestro mundo a su existencia.
CUARTO MANDAMIENTO: Lo que quiero vs. lo que necesito
TERCER MANDAMIENTO: No malrepresentarás.
«No invocarás el nombre de HaShem tu Dios en vano; porque no será perdonado por HaShem aquel que lleve/invoque Su nombre en vano.»
Previamente presentamos 2 explicaciones del tercer mandamiento. En síntesis se podría decir que las dos explicaciones difieren en cuanto a la traducción (o al alcance) de la palabra hebrea “TISA”. Primero exploramos lo que se aprende del Tercer Mandamiento cuando entendemos LO TISA como no “invocar” el nombre de HaShem en vano, en el contexto de un juramento, promesa, berajá, etc..
En segundo lugar, explicamos LO TISA como “No llevarás el nombre de dios en vano” y la responsabilidad que esta misión exige.
Cuando un ejecutivo de una compañía defrauda económicamente a su empresa, usando fondos de la compañía para beneficio personal, está engañando a su empresa, a sus socios, clientes y empleadores. Pero cuando un líder religioso usa fondos públicos inapropiadamente, o es partícipe de algún fraude económico, no solo está engañado a sus “empleadores”, sino que por sobre todo está perjudicando muchísimo a la religión que representa. En Argentina, se comenta que ayudaron a un ladrón de guantes blancos a entrar a un convento en la mitad de la noche y esconder allí dinero mal habido. Si esto se comprueba, entonces en primer lugar, tendríamos un ejemplo muy real, aunque no sea dentro del marco judío, de como a veces se puede trivialidad, utilizar en vano o para fines materiales el “prestigio de una institución religiosa” que supuestamente funciona en nombre de Dios.
Esto , por supuesto, puede pasar en todas las religiones y el efecto de frustración y desencanto que estos escándalos causan en los feligreses es devastador. Ya que afectará el prestigio de la religión , y/o aquellos que la representan, quienes supuestamente deben dar el ejemplo de honestidad e integridad moral.
Si algo parecido ocurriera en el pueblo judío se llamaría JILUL HASHEM ,la profanación “del nombre de HaShem”. ¿Y por qué se denomina así?
Los judíos “llevamos” el nombre de HaShem, y por lo tanto , somos responsables de no defraudar ni trivializar Su nombre. Es como si yo trabajara para Federal Express. Llevo el uniforme , la insignia y la gorra que me identifica como Federal Express. Trabajar para esta compañía implica también que yo represento a esta compañía. Si trato bien a los clientes, los clientes no van a decir que Fulano de tal los trató bien, más bien van a decir que el servicio al cliente de Federal Express es excelente. El crédito va mayormente para la compañía, no para el individuo. Lo mismo pasaría si yo trato mal a los clientes: la compañía es la que va a sufrir un gran daño en su reputación y en su nombre…..
De una manera similar, los Yehudim representamos a HaShem: “trabajamos” (o quizás somos Sus socios) en Su compañía. Hasta nos vestimos con un uniforme que nos identifican con HaShem: Kippa, Tseniut y por sobre todo , Talit y Tefilin. Estos últimos, representan en realidad el nombre de HaShem como dice el pasuq כי שם ה’ נקרא עליך que el mundo es testigo que Nombre Divino está en cada Yehudí.
El tercer Mandamiento no se refiere sólo al caso en el que nuestras palabras pueden trivializar o profanar el el Nombre de HaShem. Son principalmente nuestras acciones las que afectan para un lado o para el otro el prestigio y la reputación del Nombre de HaShem que todo judío lleva consigo.
TERCER MANDAMIENTO: La responsabilidad de ser judío
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