TEHILIM # 15: ¿Cómo se mide la integridad?
EL APELLIDO
El apellido Colón o Colombo era típicamente judío. Viene del nombre o apellido hebreo Yoná (como «Rabbenu Yoná») que significa «paloma» o en italiano, «colomba». Recordemos tambien que uno de los rabinos más famosos de esa época, y el más importante jurista (poseq) rabínico italiano de todos los tiempos, se llamaba Rabbí Yosef Colón (mahariq, 1420-1480). En España, en uno de los más tempranos autos de fe (1461), fue quemado vivo Tomás Colón, junto con su esposa y su hijo, por cometer el delito de «judaizar» (=realizar alguna práctica judía, como encender velas o cambiarse la ropa un viernes por la tarde, o estar parado silenciosamente frente a una pared –recitando la ‘amidá, etc).
IDENTIDAD SECRETA
Por supuesto que, si Colón era judío, era de esperar que lo ocultara, especialmente si su intención era obtener el apoyo político de la corona de España para sus expediciones. En los tiempos de los reyes católicos Isabel y Fernando, ser judío no era un título que otorgara muchos privilegios en la corte española…. todo lo contrario. Muchos judíos, probablemente más de 200,000, vivían una doble vida. Ellos o sus padres se habían convertido por la fuerza desde que comenzaron los «progroms» en 1391 y vivían exteriormente como católicos, pero en sus casas, en el seno de sus familias, vivían como judíos, muchas veces arriesgando sus vidas. A estos judíos se los llamaba de muchas maneras diferentes: «marranos», en el lenguaje popular, «conversos», «cristianos nuevos», «cripto-judíos» (judíos en secreto) o «chuetas» en el sur de España.
CERTIFICADO DE JUDEIDAD
Hay muchas evidencias que indican la judeidad de Colón, como su firma, etc.
Otras menos conocidas son:
1. En su testamento Colón dejaba el 10% de todos sus ingresos a los pobres y a las doncellas que estén por casarse. Estos gestos corresponden a dos preceptos muy importantes en el judaísmo, ma’aser kesafim, apartar un 10% de nuestros ingresos para caridad. Y dentro de la Mitsva de Tsedaqa, como dice el Shulján Aruj, el acto más meritorio y que tiene prioridad sobre cualquier otra noble caridad, es apoyar a las jóvenes que se van a casar y no tienen medios suficientes para hacerlo (hajnasat kalá, yore de’a 249:15).
2. Colón debía partir del puerto de Palos el 2 de Agosto de 1492. Ese año, el 2 de Agosto era el día de Tisha beAb, el día de duelo nacional del pueblo judío. Colón, por razones que nunca pudieron ser explicadas en términos climáticos, etc. embarcó a sus 90 hombres el 2 de Agosto, pero no partió del puerto hasta el día siguiente, el viernes 3 de agosto, media hora antes de que cayera el sol (comenzara Shabbat). «Casualmente» el 3 de Agosto era también el último día que el infame Edicto de Expulsión establecía para que los judíos eligieran entre convertirse o abandonar España…
3. Todos los financieros que apoyaban a Colon eran judíos practicantes o secretos. Los fondos para la expedición de Colón no venían, como dice la leyenda, «del dinero de las joyas que vendió la reina Isabel». Colón necesitaba el apoyo político y legal de la reina para conquistar legalmente nuevas tierras, pero el financiamiento tenía que llegar de otro lado. Entre los judíos que apoyaban a Colón estaban por ejemplo, el célebre Rab Don Isaac Abarbanel, uno de los hombres más pudientes de España; el Rab Abraham Zacuto, el astrónomo más famoso de España en esos tiempos, que fue quien le entrego a Colón su astrolabio y su calendario Perpetuo, ambas herramientas nuevas y esenciales para la navegación. Otros donantes de Colón fueron los judíos conversos. Entre muchos otros Luis de Santangel y Gabriel Sanchez. Cuando Colón llega de su primera expedición escribe dos cartas de agradecimiento por el apoyo brindado: una a Sanchez y otra a Santanagel. Colón no escribió ninguna carta de agradecimiento a los Reyes.
Pero , ¿por qué los judíos y conversos españoles apoyaban a Colón?
EL PLAN SECRETO
En su «Diario del Primer Viaje» de 1492, Colón revela su increíble plan maestro. Allí Colón escribe que «con las ganancias de su empresa liberaría Hierusalem y construiría allí la Casa Sancta». Esto lo dice Colón repetidas veces en sus diarios (ver aquí pag. 294). Lo que movía a Colón a conseguir oro y riquezas, según sus propias palabras, era su deseo de financiar un gran ejército de más de 100.000 soldados, liberar Jerusalem de mano de los moros y «construir allí la casa santa». Para los cristianos, la conquista de Jerusalén se justificaba con el fin de liberar el santo sepulcro. En términos cristianos, la expresión «construir una casa santa en Jerusalem» no tiene ningún sentido… Evidentemente, como los judíos muy bien sabemos, la construcción de la «Casa Sancta en Hierusalem» no puede ser otra cosa que la construcción del Bet haMiqdash. La intención de Colón, y de los judíos que lo apoyaron con tanto entusiasmo era que con los fondos obtenidos se conquistara Jerusalem y los judíos, incluyendo a los 800,000 judíos que abandonaron España el mismo día que Colón partió del puerto de Palos, pudieran finalmente tener su propia tierra, volver a su hogar, Israel, y ver reconstruida allí su «Casa Sancta» (בבי»א). Esta fue y sigue siendo, la mayor aspiración del pueblo judío, y por la cual , hasta hoy seguimos rezando.
Rab Yosef Bittón |
Todo esto, hasta donde yo sé, y por razones que sospecho van más allá de lo académico, no es muy sabido y no se enseña en las escuelas.
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En el tercer capítulo de su Hiljot Teshubá, Maimónides explica que en términos de comportamiento religioso hay tres categorías de personas: rasha ‘, tsadiq y benoni.
El rasha’(la persona mala) es aquel individuo cuyo balance de buenas y malas acciones es negativo. El tsadiq (la persona justa) es aquel que ha hecho más bien que mal. Y el benoni (la persona promedio, algo así como el hombre mediocre de Ingenieros) es definido por Maimónides como la persona cuyos buenas y malas acciones se hayan en un estado de equilibrio (3:1).
En una Halajá posterior (3: 4) Maimónides explica que este cálculo de buenas y malas acciones es inaccesible para nosotros. Ya que esta evaluación no depende de la «cantidad» de preceptos que hayamos observado o transgresiones que hayamos realizado, como si fueran «puntos» rojos y azules en un cuadro de puntaje. En realidad, este cálculo sólo lo conoce Dios. ¿Por qué? Porque Él es el único que sabe, por ejemplo, cuál es nuestro verdadero potencial. Si mi potencial para hacer Mitsvot es 10, porque tengo los medios, el tiempo, el conocimiento, etc., para llegar a 10, pero alcance sólo 7, tengo menos mérito que la persona cuyo potencial es 5, porque quizás no tuvo los medios or posibilidades de llegar más alto que 5, y ha llegado a 5. 5 puede ser más que 7! (5/5 >7/10).
Otro ejemplo: solamente HaShem conoce las fuerzas psicológicas negativas que podrían estar influyendo en una persona para empujarlo a hacer lo que no debería hacer. Cuando más intensas estas fuerzas son, más mérito tiene el individuo que las supera y se control. Para algunas personas puede ser muy difícil evitar su deseo de robar, ya que podría tener una inclinación natural al robo, o haber sido educado a que siempre puede tener lo que desee.… Para otro individuo, no robar o no mentir podría no ser un gran desafío, ay que su naturaleza así lo dicta.
En fin, el saldo positivo o negativo de nuestros méritos es inaccesible, aún para nosotros mismos, dice Maimónides, sólo lo conoce HaShem.
Este pensamiento conduce a Maimónides a la siguiente pregunta: Ya que no puedo saber si a los ojos de HaShem soy una buena o una mala persona ¿Cómo tengo que verme a mí mismo?
Si veo a mí mismo como un hombre justo, podría confiar demasiado en mis méritos y permanecer en un estado de inercia y estancamiento. Nada tengo que hacer para mejorar. Es más, creo que tengo crédito para cometer algunos pecados … En el otro extremo, si me veo a mí mismo como un tipo malo, podría pensar que ya estoy más allá de la redención (a esto lo llamaron los rabinos, yeush, un estado de abandono sicológico) y pienso que ya no tengo nada más que hacer por salvarme .
Maimonides se desvía de la explicación convencional que distingue con claridad justos de pecadores y como un genial educador que era, utiliza un principio que hoy lo definiríamos como «psicología conductista”.
Maimónides concluye (3: 8) que una persona siempre debe percibirse a sí misma en un perfecto estado de equilibrio, 50/50. Como si mis buenas y mis malas acciones se encuentran en un delicado balance entre méritos y pecados. Y por lo tanto, la próxima acción que realice, inclinará la balanza al lado positivo o al negativo.
Mi próxima decisión moral, hacer una Mitsva o dejar de hacerla, cometer una transgresión o no cometerla, es extremadamente importante porque inclinara la balanza para un lado o para el otro y determinará si soy una buena o una mala persona.
El secreto, según Maimónides es pensar así SIEMPRE. Verme permanentemente en un estado de delicado balance. “Yo soy lo que haga con mi vida en los próximos 5 minutos.”
Desde una temprana edad deseó establecerse en Erets Israel, y específicamente en Yerushalayim. Sabemos detalles muy minuciosos de su viaje a Israel porque muchas de la cartas que describen ese viaje fueron encontradas recientemente. Dejó su ciudad natal a finales de 1486. Luego pasó por Roma y llegó a Napoles. Se estableció cerca de allí en Salerno durante cuatro meses. En 1487 llegó a Palermo, Sicilia, donde permaneció tres meses predicando cada Shabbat en la sinagoga local. En Sicilia trataron de convencerlo para que se quedara como Rabino de la comunidad pero se negó porque su deseo era llegar a Yerushalayim. Viajo a través de Messina y Rodas hacia Alejandría, Egipto, donde llegó a principios de 1488. De Alejandría procedió a El Cairo, donde el Rab Natan ha-Kohen Shoulal lo recibió con grandes honores. Rabino Shoulal también le ofreció permanecer en El Cairo, pero nuevamente se negó. Continuó su viaje a través de Gaza, Hebrón y Bet Lejem llegando a Jerusalem justo antes de Pésaj , 1488. Su llegada fue una gran bendición para la comunidad judía de Yerushalayim.