PRINCIPIO 5: Rezar exclusivamente a Dios (2nda Parte)

En la primera parte explicamos que uno de los 13 principios de la fe judía es que sólo le rezamos a «HaShem», Dios.  Y le rezamos a Él sin intermediarios. Es decir, no rezamos a «santos», «angeles» o «espíritus». Sólo y directamente a Di-s.
También explicamos que podemos y debemos rezar unos por otros, y esto no se considera una intermediación.
Lo que también podemos hacer es rezarle a HaShem y pedirle que escuche nuestra Tefilá por el mérito de nuestros ancestros. Generalmente invocamos el mérito de Abraham, Isaac y Ya’aqob.  Esto esta claramente declarado en la Amidá: «vezojer jasdé Abot» , HaShem recuerda, o sea, «considera a nuestro favor», el mérito de nuestros ancestros.
Lo que está considerado idolatría es cuando yo LE REZO a un humano o a un no-humano, vivo o muerto; a cualquier otra cosa o entidad que no sea HaShem.
Ilustración: HaShem hizo milagros a través de Moshé Rabenu, de Eliyahu haNabi , etc. . Ahora bien, REZARLE a Moshé, o a Eliyahu haNabi o a Rabbí Meir es una grave transgresión. No puedo decir por ejemplo: «Eiyahu haNabi, o Rabbi Meir,  por favor, respóndeme, sálvame, haz un milagro» etc. Esto seria  totalmente incorrecto.
Imagino que algunas personas pueden caer en este y otros errores similares involuntariamente a partir de una situación desesperada, en la que desean fervientemente  que sus oraciones sean escuchadas.
Y si bien, como explicaremos BH mañana, no hay ninguna garantía que nuestras oraciones sean siempre atendidas por Boré Olam a nuestro gusto,  nuestros Profetas y nuestros Sabios nos advirtieron qué hay elementos que garantizan que mis oraciones sean completamente ignoradas por HaShem, aún cuando le recemos directamente a Él.
Lo que puede causar que nuestras oraciones sean rechazadas por HaShem es nuestra mala conducta. Nadie describió este escenario de hipocresía religiosa mejor que el Profeta Yesha’ayahu, cuando dijo en nombre de Di-s: (1:15) «Cuando ustedes extienden sus manos en oración [hacia Mí], yo desviaré Mi mirada de Ustedes. Y aunque me ofreciesen multiples oraciones, NO los escucharé». Yesha’ayahu afirma que a veces HaShem no nos mira, ni escucha nuestras oraciones.  Ahora bien, ¿en qué situaciones HaShem rechaza nuestras oraciones? El final de este versículo 1:15 lo dice explícitamente. No escucharé vuestras oraciones porque «vuestras manos están llenas de sangre».  La gente era corrupta. Mataban, robaban, engañaban, sobornaban. No protegían ni a la viuda, ni al huérfano, ni a los pobres. Por el contrario: se abusaban de los más débiles, de los que no eran capaces de defenderse.  Esa mala gente venía al Bet haMiqdash después de cometer todas esas inmoralidades y se atrevían a orarle a Di-s, como si HaShem no pudiera ver lo que hacemos, o como si hubiera una total desconexión entre lo que hacemos y lo que rezamos, o como si a HaShem se lo pudiera «sobornar» con oraciones o sacrificios…  Y por esa razón HaShem los rechazaba, y NO escuchaba sus oraciones.
Yesha’ayahu haNabi les explicó: Con nuestro Di-s, no funciona de esa manera. HaShem rechaza la oración de los malvados.
Ahora bien, dijo Yesha’yahu: esa situación se puede rectificar. Y para que esta situación se revierta, y que Di-s esté dispuesto a escuchar sus oraciones,  Yesha’ayahu les dice: (1:16-17)«Purifíquense (=arrepintiéndose de vuestras malas acciones) …dejen ya de hacer el mal. Aprendan a hacer lo correcto. Busquen la justicia. Protejan a los oprimidos. Defiendan la causa del huérfano y de la viuda». Entonces HaShem va a escuchar atentamente vuestras oraciones.
Termino con las hermosas palabras de Rabbí Jaim Pereira-Mendes  (1852-1937) sobre este mismo tema: «La oración sin una conducta apropiada es peor que inútil. Es un insulto a Di-s. Nuestros profetas condenaron la oración y los sacrificios…. cuando nuestra conducta es inaceptable ante Di-s.  Las oraciones sin la conducta correcta…  fallan en su propósito. No podemos esperar que Di-s conteste nuestras oraciones a menos que practiquemos la justicia, la compasión y nos encaminemos modestamente ante Él.»
Continuará…



PRINCIPIO 5: Rezar sólo a HaShem

El quinto principio de la fe judía dice que sólo corresponde rezarle a Di-s, y uno no debe orar a nadie más que a Él. No debemos orar a un ángel, a una estrella, a una constelación o a una persona muerta o viva, aunque esa persona sea o haya sido un gran Tzadiq. Debemos orar exclusiva y directamente a Di-s. Rezar a algo o a alguien que no sea Di-s está considerado como una forma de idolatría.
También está prohibido rezarle a Di-s a través de intermediarios.  Imaginando que esos intermediarios llevarán nuestra oración a Di-s. Por ejemplo, en otras religiones uno le reza a un dios menor, a un ángel o a un líder religioso fallecido, para que ese dios menor, ese ángel o el espíritu de ese líder lleve ese oración al dios mayor.  En el judaísmo todo esto también es considerado idolatría (‘abodá zará). 
Según Maimónides, el error de la generación de Enosh (= la civilización que se desarrolló después de Adam, y que se apartó de Di-s) fue el siguiente razonamiento:  ya que Di-s creó los cuerpos celestes para servir el mundo (como el sol y la luna), y estas creaciones son «los servidores del Rey», sería apropiado alabar y honrar a los siervos del Rey, ya que así estaremos honrando indirectamente el Rey (además, creo yo, era tentador rezar a esos «servidores de Di-s» que eran visibles y parecían así más accesibles que HaShem).    Estos individuos, dice Maimónides, comenzaron a construir templos o pirámides para el sol y luna, y dedicarles tributos, pensando que así estaban honrando a Di-s.  Al final dice Maimónides, esos hombres acabaron olvidándose de HaShem y sirviendo a los astros….
Como ya explicamos, cuando uno le reza a cualquier entidad o intermediario, humano o no humano, real o imaginario, a pesar de que uno piense y declare que su finalidad es rezarle a Di-s,  se considera idolatría.
Muchas veces, las personas creen erróneamente que si sus intenciones son correctas, sus acciones no serán consideradas negativas. Pero, dada la gravedad de la prohibición de la ‘aboda zará (idolatría), un Yehudí temeroso de Di-s debe ser extremadamente cuidadoso en estos temas y orar única y directamente a HaShem. Una de las mejores formas de no incurrir en estos gravísimos errores es estudiar las leyes de ‘abodá zará .
Ahora bien: no hay que confundir la prohibición de rezarle a supuestos intermediarios de Di-s con el hecho de que alguien rece por mí.  Rezar uno por el otro no sólo no está mal, sino que es  meritorio (rezar «por» otra persona no es lo mismo que rezarle «a» otra persona).  De hecho, los judíos siempre rezamos dirigiendo nuestra oración a Di-s de una forma inclusiva: en la primera persona del plural, rezando colectivamente unos por otros. No está mal que una persona rece y pida por otros. Este tipo de «intermediación» es habitual y loable.     
El Talmud también registra innumerables casos de Talmidé Jajamim u otras personas que tenían muchos méritos, especialmente por su actos de Jesed (compasión, benevolencia) como Rabbi Janiná ben Dosá, o por su intachable integridad, como Abbá Jilquiá, a quienes los Jajamim acudían (a él y a su esposa) para que recen por ellos, en virtud de sus enormes méritos.  
Continuará…

 

Dedicado a la memoria del Capitán Ishay Rosales, de 23 años de edad, z»l. 



PRINCIPIO 4: Dios es Eterno

Como hemos comentado anteriormente, ya que Di-s no es y no tiene un cuerpo, nada relacionado con el mundo físico se puede aplicar a Él. El sueño, la vigilia, la ira y la risa, o la alegría y la tristeza, no se aplican a Él. Siempre que la Torá o los profetas hablan de Di-s de esta manera (antropomorfismo), lo hacen de una forma metafórica o alegórica. Y del mismo modo, no podemos aplicar a Di-s, los conceptos de nacimiento o final. Di-s no existe en el tiempo (o, existe independientemente del tiempo). Las ideas de principio, final o edad no se aplican a Él.
Preguntarnos «Si Di-s creó el mundo, ¿quién creó a Di-s?» sería como preguntar: «Si el panadero amasó el pan, ¿quién amasó al panadero?» El concepto de «amasar» se aplica a lo que el panadero produce, pero no por eso se podrá aplicar a la existencia del panadero. Del mismo modo, el concepto de creación no se puede aplicar al Creador.  Di-s es eterno. Y todo fue creado por Di-s de la nada, incluyendo el «tiempo», que es una de las creaciones de Di-s.
Hay un punto muy importante en el campo del debate Ciencia y Judaísmo que se desprende de este principio.  Los judíos nunca creímos en la eternidad del universo. El 4to principio de nuestra fe afirma que sólo Di-s es eterno. Maimónides (1165-1204) escribió: «Un principio fundamental de la Ley de Moisés es que el mundo fue creado por Di-s a partir de la absoluta inexistencia. Lo que observas, lector, que en repetidas ocasiones yo argumento en contra de la eternidad del mundo contra la opinión de los filósofos, es para demostrar el carácter absolutamente [Supernatural] de Su existencia, como lo he explicado y aclarado en la Guía de los Perplejos «.
¿Por qué Maimónides enfatizó esta creencia? Empezando probablemente con Aristóteles los filósofos y los científicos siempre negaron que el Universo haya tenido un principio. Decían que el universo era eterno y no había un punto de comienzo (‘olam qadmon). Esta idea comenzó a cambiar sólo en 1930, cuando Edwin Hubble descubrió que el universo se estaba expandiendo. Si el cosmos se expande, y no se mueve en círculos como se pensaba anteriormente, entonces tiene que haber tenido un «punto cero». Unos años más tarde muchos científicos llegaron a una fórmula inductiva simple que afirmaba que si retrotraemos la película de la expansión del universo inevitablemente llegaremos a un momento de inicio, al principio del universo. La más famosa hipótesis sobre este tema es el Big Bang, que en realidad, y aunque esto no se enseña en las escuelas, reafirma la idea bíblica del «principio [Bereshit] del Universo» después de 25 siglos de que la ciencia lo haya negado.
Ahora bien, cuando un científico afirma que el Universo tuvo un comienzo a partir de una «singularidad inicial de densidad infinita, que contenía la totalidad de la masa y el espacio-tiempo del universo», pero sin la intervención Divina, tendría que poder demostrar  de dónde  surgió esa singularidad. Mientras que por definición, Di-s es eterno, en términos científicos, es absolutamente necesario explicar cómo algo surgió de la nada. Esta pregunta sin respuesta posible es, sin duda, el talón de Aquiles de la teoría del Big Bang.
Una cosa más. Según el rabino Jaim Pereira-Mendes (1852-1937), la eternidad de Di-s tiene también implicaciones en nuestras expectativas sobre la justicia Divina (¿por qué las cosas malas le suceden a la gente buena? etc.). Puesto que Di-s es eterno, el castigo para los malvados o la recompensa para los justos podría tener lugar más allá de los plazos de nuestras limitadas vidas. «El conocimiento de que Di-s es eterno, especialmente cuando se combina con el conocimiento de que Él es omnipotente, nos ayuda a resolver uno de los más grandes enigmas de la vida terrenal …. ya que a menudo se observa que el hombre bueno sufre desgracias  y los malvados tienen éxito…. Pero cuando entendemos que Di-s es eterno, comprendemos que a Él se encargará a su debido tiempo y en su propia manera, en esta vida o en la vida futura, de beneficiar a los justos y castigar a los malvados… y así se resuelve este misterio y sus aparente contradicciones».



6. Tener presente a Dios en las buenas y en las malas

Para hablar de la Emuná de Yosef debemos aclarar primero  la noción de Emuná.  Emuná se traduce generalmente como «fe», y se entiende como «creer» en la existencia de D-s.  La Emuná de Yosef, y la Emuná de un Yehudí, como explicaremos en las próximas lineas, va mucho mas allá de ese tipo de «Fe».  Emuná consiste en TENER presente a D-s, HACERLO presente en nuestras vidas.
Ahora vamos a hablar de Yosef.  Hay una diferencia fundamental entre Yosef y sus antepasados.  HaShem habló, se comunicó de una manera directa, con Abraham, con Isaac y con Ya’aqob. Pero HaShem nunca habló «directamente» con Yosef. Por otro lado vemos que HaShem estaba muy cerca de Yosef. La Torá nos cuenta (Gen. 39:23) que gracias a la intervención Divina Yosef prosperó en todos sus emprendimientos  ואשר הוא עושה ה’ מצליח .
Ahora, bien ¿cómo logró Yosef que HaShem esté cerca de él, si HaShem no hablaba directamente con él?
HaRambam, Maimónides, describe de una manera absolutamente sencilla pero muy profunda cuál es el secreto para que HaShem esté con nosotros. Dice Maimónides que HaShem estará tan cerca de nosotros como nosotros estemos de Él.  Cuando pensamos en HaShem, Su Presencia, por decirlo de alguna manera, se sincroniza con nuestro pensamiento.
En todas las circunstancias que le tocó vivir, Yosef siempre tuvo a HaShem en su mente.
Yosef tuvo presente a HaShem cuando fue provocado por la esposa de Potifar (Gen. 39:9). Como explican nuestros Jajamim, en ese momento Yosef vio la imagen de su padre, que le recordaba que lo que podría pasar con la esposa de Potifar, no seria correcto a los ojos de HaShem.
En los peores momentos de su vida, cuando estuvo preso por un crimen que no cometió, y sin ninguna esperanza lógica de salir de allí, Yosef no abandonó a HaShem. Muchas personas posiblemente no hubieron persistido en su Emuná en la circunstancias de Yosef. ¿Por qué? Porque cuando alguien está muy mal, y especialmente cuando uno es víctima de una injusticia,  puede pensar que HaShem lo abandonó, o que D-s no existe, ח»ו . Pero Yosef perseveró. Tuvo a HaShem presente y no dejó de pensar en Él y mencionarlo (40:8).
Por el otro lado, cuando Yosef ve que llega su hora de éxito e interpreta efectivamente los sueños del Faraón, también menciona a haShem (Gen. 41:32) Cualquier otro individuo se hubiera jactado de poseer una gran sabiduría o superpoderes. Pero Yosef tuvo presente a HaShem y le atribuyó a Él la interpretación.
Y cuando Yosef finalmente triunfó, también siguió pensando en HaShem. Yosef tuvo presente  y mencionó a HaShem cuando perdonó a sus hermanos (50:19,20).
Este es probablemente el logro más importante en la Emuná de una persona: tener presente a HaShem cuando uno es rico y está sano. Muchas personas fallan en el desafío de la riqueza y el bienestar. Se olvidan de HaShem porque sienten que ya no lo necesitan  ח»ו. Nuestros jajamim nos advirtieron sobre este fenómeno cuando nos dijeron  que «el desafío de la riqueza (tener presente a HaShem cuando es rico) es más difícil  que el desafío de la pobreza גדול נסיון העושר מנסיון העוני.
Ahora podemos entender mejor por qué la Torá dice que HaShem estaba con Yosef: HaShem estaba junto a Yosef porque Yosef tenía a HaShem en su mente en todo momento.
De Yosef aprendemos también que si alguna vez sentimos que HaShem está lejos de nosotros es porque seguramente nosotros nos hemos alejado de Él.
 
SHABBAT SHALOM!
Rab Yosef Bittón
Comunidad Ohel David UShlomo
710 Shore Boulevard, Brooklyn, NY.
לע»נ עופר בן ארי והרב ראובן בילמאכר
Lamentablemente, en los últimas semanas, escuchamos casi a diario muy malas noticias sobre nuestros hermanos de Erets Israel.   La maquinaria asesina del enemigo no cede y hace un par de días, en el corazón de Yerushalayim, el rabino Reuben Bilmajer הי»ד fue asesinado a sangre fría por dos terroristas palestinos. El Rab Bilmajer era argentino y había hecho Aliya hace unos pocos años con su esposa y sus siete hijos.  Creo que esto, como hispano-parlantes, nos toca muy de cerca.  Es por eso que quiero invitar a los lectores de Halaja of the day a sumarse a una campaña que esta realizando Aish haTora para juntar fondos para la esposa y los hijos del rab Bilmajer.  En este link  está toda la información necesaria para hacer una donación.
TIZKU LAMITSVOT!!!!



Hoy es el 10 del mes de Tebet, un día de ayuno

Hoy es el día diez del mes de Tebet. Previamente explicamos cuáles son las tres tragedias que recordamos hoy (ver aquí y aquí). El evento principal que hoy rememoramos es el inicio del asedio a Yerushalayim por Nebujadnezzar, rey de Babilonia. El sitio de la ciudad marcó el comienzo de la batalla que finalmente destruyó Jerusalem y nuestro primer Bet haMiqdash en el año 586 antes de la era común. Cientos de miles de Yehudim murieron de hambre durante el sitio; fueron muertos en batalla, capturados como esclavos o enviados como prisioneros de guerra al exilio en Babilonia. La fecha del diez de Tebet fue registrada por el profeta Yejezqel, quien en el tiempo de la destrucción del Bet-haMiqdash vivía ya exiliado en Babilonia junto con el primer grupo de cautivos judíos que fueron llevados allí por Nebujadnetsar, once años atrés.
Como  todos los días de ayuno, hoy es un día que debe ser dedicado a la Teshubá (retorno, arrepentimiento). En las palabras de Maimónides (MT, Hiljot Ta’anit, 5:1), hoy debemos recordar nuestras transgresiones y errores, que son similares a los errores cometidos por nuestros antepasados. Esas transgresiones trajeron la destrucción de nuestro Bet haMiqdash y el distanciamiento de la Shejiná, la presencia de Dios, de nuestro medio. El acortamiento de la distancia entre nosotros y nuestro Creador está en nuestras manos. Y esa renovada cercanía nos traerá más cerca de ver a nuestro Bet haMiqdash, una vez más, reconstruido.
 
YOM HAQADDISH HAKELALI
En el Israel moderno, el día 10 de Tebet también es considerado el día del Kaddish haKelaly. De acuerdo con el Gran Rabinato de Israel, el diez de Tebet se debe encender una vela en la Sinagoga y recitar la hazkará lejalalé haShoá, la oración en memoria de las víctimas del Holocausto. Además, especialmente en comunidades Ashkenazim, se acostumbra que todas aquellas personas cuyos padres no están vivos dicen en ‘Asara beTebet el Kaddish Yatom (Rabbanut haRashit LeIsrael, luaj dinim uminhaguim 5772, páginas. 55 y 109).
Este punto requiere más explicación.
En 1949, y antes de que se estableciera el día de Yom HaShoah, el Gran Rabinato de Israel decidió que el diez de Tebet fuera asignado como el día nacional en memoria de las víctimas del Holocausto. Los rabinos principales de Israel en ese momento recomendaron formas tradicionales judías de recordar a nuestros hermanos asesinados en la Shoá, como el estudio de la Mishná Miqvaot, la recitación de Tehilim, el encendiendo de velas y la recitación colectiva del Kaddish particularmente por las víctimas del Holocausto cuyos nombres y fecha de la muerte nos son desconocidos. El ayuno, la expresión judía más común de dolor, ya se realizaba de cualquier forma en el diez de Tebet.
Muchas personas, sin embargo, consideraron que el horror del Holocausto debía ser recordado en un un día adicional especial que fuera dedicado exclusivamente a la memoria de todas las víctimas de la Shoá. «Para los sobrevivientes había sólo un día digno de ser conmemorativo del aniversario del Holocausto, el 19 de abril, el día que comenzó el levantamiento del gueto de Varsovia, la mayor rebelión de todas, que mantuvo a los nazis a raya durante un período más largo de lo que logró el gran ejército francés». Así es como en 1953 el 27 de Nisan (el 19 de abril 1943) fue elegido por la Keneset de Israel para conmemorar Yom haShoá.
Desde entonces, y en la práctica, hay dos días en el cual se recuerda el horror del Holocausto y se honra a sus víctimas: Yom haShoá, y hoy, ‘asara beTebet,  el día en el que mucha gente, especialmente en Israel, dicen el Kaddish colectivamente, para recordar a las víctimas del genocidio nazi.
¿Quién está exento del ayuno de 10 del Tebet?
Los menores de edad: niños menores de 13 años y niñas menores de 12 años están completamente exentos de este ayuno.
Las mujeres embarazadas están exentas de este ayuno.
Las mujeres lactantes. En muchas comunidades Sefaradíes la tradición es que después de dar a luz las mujeres están exentas de ayunar durante 24 meses, incluso cuando ya no están amamantando a su bebe. En algunas comunidades Sefaradies y en las comunidades Ashkenazies sólo se excusa de ayunar a las mujeres que están amamantando a sus bebes. Rab Obadiá Yosef dice que durante dos años luego del parto, si la mujer se siente débil podrá no ayunar, aunque ya no esté amamantando a su bebé.  Consulte con el rabino de su comunidad.
Una persona que se siente mal, por ejemplo, con síntomas de gripe o fiebre, o una persona con una enfermedad crónica, como  diabetes, no debe ayunar.
Las personas mayores de edad deben consultar con sus médicos para determinar si el ayuno afectará su salud. En cuyo caso están exentos de ayunar.
El ayuno se observa desde el amanecer hasta el anochecer .
En Nueva York, el ayuno finaliza hoy a las 16:52. Para ver el horario de comienzo y finalización del ayuno en su ciudad haga click aquí



10 de TEBET: ¿Quién fue Ezrá haSofer?

Mañana martes, 22 de diciembre, vamos a observar el Diez de Tebet, un día de ayuno que nos recuerda tres eventos trágicos (ver aquí). Uno de estos eventos fue la muerte de Ezrá haSofer, que ocurrió en un día como hoy, 9 de Tebet.
Setenta años después de la destrucción del primer Bet haMiqdash,  aproximadamente en el año 516 antes de la era común, muchos judíos regresaron a Erets Israel con los augurios del Emperador Persa Ciro (Koresh). Un total de 42.360 Yehudim volvieron a Israel, guiados por Zerubabel (véase el libro de Ezrá 2:64). 
Años más tarde, en el año 457 antes de la era común, más judíos hicieron Aliá guiados por Ezrá el Escriba, quien fue aignado pr el nuevo emperador Persa Artajshasta. Ezrá fue el líder espiritual de los Yehudim que llegaron de Babel a Yerushalayim. Y tuvo una misión muy difícil. Los Yehudim que regresaban de Babel, donde habían estado exiliados por  4 o 5 generaciones, ya habían olvidado la Torá y sus leyes y habían adoptado los valores de la cultura de Babel. Muchos, ni siquiera sabían hablar o leer hebreo.  
En Yerushalayim, Ezrá estableció el Anshe Keneset haGedola, el primer Parlamento judío, compuesto por 120 sabios y profetas. Con ellos, Ezrá fijó un numero de resoluciones para revivir el estudio y el cumplimiento de la Torá y reeducar al pueblo judío. Ezrá incrementó los días de lectura pública de la Torá;  compuso el texto de la Amidá (oración principal) porque la gente se había olvidado de cómo orar correctamente; implementó que la lectura de la Torá fuese traducida al arameo; adaptó los nombres de los meses hebreos y modificó el tipo de letra (los «fonts») del texto bíblico (ketab ashurí) para facilitar el estudio de Tora, etc.  

Ezrá también tuvo que tomar decisiones muy importantes, como la exclusión de los samaritanos, una población mixta semi-pagana que vivía en Israel desde los tiempos del destierro de la 10 tribus (722 aec) y pretendían ser considerados parte del pueblo judío. También tuvo que hacer frente a la cuestión de los matrimonios mixtos de muchos de los Yehudim que llegaron de Babilonia. Este último dramático evento es narrado en los capítulos 9 y 10 del libro de Ezrá. Gracias a la sabiduría de Ezrá, a su coraje y a sus principios, el pueblo judío fue capaz de sobrevivir y restablecerse nuevamente en Israel como la nación de HaShem.

Ezrá haSofer fue considerado por nuestros rabinos como un segundo Moshé Rabbenu, y el vínculo histórico entre la Torá escrita y la Torá oral. La Torá, los rabinos explicaron, fue olvidada en el largo cautiverio de Babilonia, y fue recuperada gracias a Ezrá haSofer.



1. La paciencia, como expresión de la fe

 
Yosef fue vendido en Egipto como esclavo. Llegó sin nada a un país extraño, con una lengua que él no conocía.   En su primer trabajo, en la casa de Potifar, Yosef triunfó. Potifar se dio cuenta que el esclavo que había comprado no era útil sólo por trabajos manuales. Yosef también tenía cabeza. Era un gran administrador. Y algo más. Yosef inspiraba confianza. Potifar dejó toda la administración de su casa, de sus bienes y hasta de sus otros esclavos en las manos de Yosef.  En la casa de Potifar, no había nadie encima de Yosef.  Estaba todo bajo su control.  Aparentemente Yosef había encontrado su destino final. Ser un esclavo exitoso.  Este sería su cargo por el resto de su vida: capataz de la hacienda de Potifar.  Dada las circunstancias, no era poca cosa. Habiendo comenzado como un esclavo común, era imposible llegar más alto…
Pero las cosas comienzan a empeorar para Yosef.  La esposa de Potifar lo provoca. Pero Yosef no sucumbió y con mucha sutileza, pero con firmeza, rechazó sus avances. Le explicó que eso estaría muy mal respecto a su marido y por sobre todo, respecto a D-s «Cómo podría hacer yo algo tan malo y pecar así contra D-s» (Gen. 39:9).
La mujer de Potifar no tomó muy bien el rechazo de Yosef y lo acusó falsamente de haber querido abusarse de ella.  Potifar aparentemente no le creyó a su mujer. Ya que de haberle creído hubiera matado a Yosef en el acto.  Potifar decide entonces enviar a Yosef al calabozo. La situación de Yosef es ahora desesperante. Su condena no es por un par de años, es de por vida.   Yosef está en el nivel más bajo que un ser humano podía estar en Egipto.  La vida de los esclavos en Egipto no tenía ningún valor. Probablemente un caballo valía más que un esclavo. Imaginemos entonces lo que valía la vida de un esclavo en prisión… Ahora sí: más bajo no se puede llegar.
En la cárcel Yosef también inspira confianza. El jefe de la cárcel, al igual que Potifar, identifica los talentos de Yosef. Y al igual que Potifar, deja en manos de Yosef la administración de la cárcel.
Yosef tiene una oportunidad. Dos presos VIP, ministros del Faraón, sueñan unos extraños sueños.  Yosef, que del tema sabía mucho, interpreta sus sueños. Y le anuncia a uno de los dos ministros, el que se encargaba de toda la parte de bebidas del Faraón, que iba a ser liberado y restablecido en la corte. Yosef ve en esta circunstancia fortuita una oportunidad para salir de la cárcel. Y le pide al ministro que cuando esté libre, por favor se acuerde de él y lo ayude a salir de la cárcel, ya que él, Yosef, es inocente.   Pero el ministro no sólo que no se acuerda de Yosef, sino que conscientemente borra a Yosef de su memoria.
Y aquí comienza la primera lección de Yosef y la primera clave de su éxito: La paciencia (más adelante entenderemos que la paciencia de Yosef es una función de su Emuná).  Como sabemos, Yosef llegará muy, pero muy alto. Hasta la posición más alta que se podía llegar en Egipto. Pero había que esperar. Tocar fondo.   En el momento que el ministro sale de la cárcel, Yosef  deseaba con toda su alma que el ministro se acordara de él y lo viniera a salvar «YA».  Pero pensemos: ¿Qué hubiera pasado si los deseos de Yosef, milagrosamente se hubieran cumplido?  ¿Qué hubiera sido de Yosef si un día después de que el ministro es liberado, lo manda a sacar a Yosef de la cárcel? Yosef, sin dinero, sin familia y con el prontuario de un ex-esclavo ex-convicto no podría haber llegado muy lejos…. Si en ese momento HaShem hubiera escuchado los ruegos de Yosef y hubiera hecho un milagro para que saliera de la cárcel, Yosef nunca habría llegado donde llegó.
La primera clave del éxito de Yosef consistió en cultivar la paciencia, con Emuná.   Las cosas no siempre salen exactamente como nosotros queremos que salgan. Pero muchas veces, después de un tiempo nos damos cuenta que «gracias» a que las cosas no salieron como uno lo hubiera querido, ahora pueden salir mejor.  Todas las experiencias negativas que vivió Yosef, todo lo que lo hizo llegar más y más bajo, hasta el punto de la desesperación, fueron necesarias para llegar hasta la cima.
Pero había que tener paciencia para descubrir esto desde la correcta perspectiva. A su debido tiempo.
(Continuará B»H mañana)



PRINCIPIO 3: ¿Cómo visualizar a Dios?

 «… שהבורא יתברך אינו גוף, ולא ישיגוהו משיגי הגוף ואין לו שום דמיון כלל».
La semana pasada comenzamos a estudiar el tercero de los 13 principios de la fe judía: «Dios no tiene cuerpo, ni se le pueden atribuir condiciones o características humanas.» 
Este punto fue en la antigüedad tanto o más revolucionario que el monoteísmo. Ya que en el mundo pagano todos los dioses eran representados con figuras humanas . Los dioses nacían, morían, peleaban, tenían apetitos insaciables y una gran sed de poder. En cierta manera, esos dioses eran concebidos a imaginen y semejanza de aquellos que los servían. Para la mentalidad pagana, un dios invisible era un dios inconcebible.
Ahora bien, la Torá varias veces habla de Dios en términos humanos. Por ejemplo, la mano de Dios; el brazo de Dios; los ojos de Dios, etc. La tradición judía explica que estas son sólo metáforas, expresiones cuya finalidad es hacer el texto Bíblico accesible aún a las mentes humanas más simples, para las cuales es muy difícil absorber conceptos abstractos.   
Existen muchas traducciones de la Torá, a todos los idiomas.  ¿Sabe Usted cuál es la traducción oficial de la Torá, de acuerdo a la tradición judía ? Es la traducción al arameo escrita por Onquelos haGuer («Onquelos el prosélito», año 35-120 de la era común), compuesta bajo la supervisión de uno de los más grandes rabinos de la época talmúdica, Rabbí Eliezer haGadol.  A esta traducción se la llama alternativamente «Targum» («la traducción», por excelencia), «Targum Onquelos» o «Targum Didán», este último nombre significa, «Nuestra traducción oficial» . 
El Targum tiene como primer objetivo decodificar los antropomorfismos, es decir, explicar a qué se refieren las expresiones que aparentemente atribuyen a Dios una imagen humana. Así, por ejemplo, el brazo de Dios se puede referir a Su poder; la mano de Dios, a Sus milagros; los ojos a Dios, a Su permanente supervision sobre los seres humanos, etc. De esta manera, y a través del Targum, los Jajamim nos enseñaron que no debemos atribuir a Di-s ninguna imagen ni semejanza humana, a pesar de las aparentes referencias Bíblicas.
Otro punto importante: en la Torá dice que HaShem creó al hombre «a Su imagen y semejanza».  La tradición judía, fiel a su rechazo al antropomorfismo, explica que la imagen y semejanza Divina que el ser humano posee no es corporal. Se refiere a que los seres humanos, a diferencia de los otros seres vivos, fuimos dotados del libre albedrío. Tenemos impulsos pero no estamos limitados a éstos, podemos dominarlos. Podemos elegir entre hacer el bien y hacer el mal. Ese poder, esa libertad moral, es la que nos hace semejantes a Di-s, que es el epítome de la libertad («Todopoderoso», que todo lo puede hacer).
En este tema queda una cuestión que muchas veces me han preguntado: Si Di-s no tiene una imagen, ¿cómo puedo pensar en Di-s cuando le rezo a Él? ¿Está mal imaginarse a Di-s?
Imaginarse o visualizar a Di-s como un angel, o un anciano o un gigante, es propio del paganismo. Esas personifcaciones son un reflejo engañoso de nuestra imaginación, que proyecta en Di-s atributos humanos a un nivel superlativo. ¿Qué hacer entonces cuando nos comunicamos con Di-s, le rezamos a Él, y de alguna manera necesitamos proyectar en nuestra mente alguna imagen?    Creo que la respuesta es muy sencilla. Cuando nos referimos a Di-s, los judíos decimos «HaShem», lo que en hebreo significa «El Nombre». Como diciendo «Aquel cuyo nombre es inefable». De aquí que si nos es imposible abstraernos, o concentrarnos sin visualizar una imagen concreta en nuestra mente, podemos visualizar el Nombre de HaShem, es decir las letras hebreas de Su nombre.
En resumen,  es un principio fundamental de la fe judía saber que Di-s no tiene ni cuerpo, ni imagen, ni semejanza alguna con lo humano.  Los atributos humanos que describe la Torá son meras metáforas, expresiones que hacen la Torá accesible a los niveles más básicos del entendimiento humano.
Es tanta la distancia entre la realidad Divina y la humana que la forma en la que el pueblo judío se refiere  Di-s es llamándolo HaShem, «El Nombre». Cuando rezamos, debemos abstraernos de proyectar , y debemos evitar que se filtre en nuestra imaginación, cualquier imagen o figura que personifique a HaShem.  Sin embargo, visualizar el nombre de HaShem, las letras hebreas de Su nombre, es una forma aceptada de pensar en Di-s. 

 




TEHILIM # 19: ¿Quién nos protege del sol?

1. Salmo de David
2. Los cielos dan testimonio de la Gloria [=existencia, Presencia] de Dios, y el firmamento declara la obra de Sus manos.
3. Día tras día dan testimonio de Su comando, noche tras noche anuncian Su sabiduría. 
4. No hay dichos, ni palabras, sus voces no se escuchan
5. [Y aún así], por toda la tierra resuena su testimonio, y sus dichos, hasta los confines del planeta. Al sol, [el Creador] dispuso una tienda por ellos. 
 6. El sol [al salir cada mañana] es como un novio que sale de su palio nupcial [=Jupá], como un guerrero que corre hacia su meta. 
7. Surge desde el final de los cielos, y circula hasta el otro confín, nada escapa a su calor.   

 

Este Mizmor, Tehilim 19, lo recitamos todos los Shabbat por la mañana como parte de nuestra Tefilá semanal. Compuesto por David, Rey de Israel, este Salmo explora dos temas. El cielo y la Torá.  De los 16 versículos de este salmo, 6 están dedicados a «los cielos» (2-7), y 8 (8-16) a «la Tora». (Este Mizmor es tan hermoso y profundo que no puedo dedicarle toda la atención que merece en un solo email. Hoy sólo estudiaremos la primera parte).

De los 6 versículos que se dedican al cielo, 3 son al cielo, propiamente dicho y 3 específicamente al sol.

El Rey David afirma que los cielos son un testimonio de la existencia de Dios (pasuq/versículo 2). Es decir, que al observar los cielos, la grandeza del universo y la perfecta armonía con la que los astros celestes se desplazan, percibimos que el Cosmos es una estructura inteligentemente organizada. Diseñada. No vemos caos sino predictablidad. El universo no podría funcionar como funciona, así por causalidad, sin Alguien que lo gobierne.
El testimonio celestial no es oral sino visual (pasuq 3).   Una invitación a descubrir al Diseñador detrás del diseño.  El Rey David (pasuq 4) nota algo que creo, la mayoría de nosotros no percibimos. Los cielos, todo el movimiento planetario y celestial, la salida del sol y la rotación de la tierra, no generan un ruido ensordecedor como sería de esperar (o quizás ese permanente ruido de fondo existe y nosotros lo precibimos como «silencio»…). De cualquier manera, el rey David usa ese motivo literario para enfatizar que aún sin palabras, los cielos declaran la existencia de HaShem, para quien los quiera «escuchar».
En los próximos pesuqim 5, 6, 7 nuestro Salmo sigue refiriéndose a los cielos, pero particularmente al sol. Es importante para David haMelej hablar del sol como un mero testigo más de la existencia del Creador, ya que para virtualmente todas las civilizaciones de la antigüedad el sol era un dios. En este Salmo, David le atribuye al sol toda la importancia que tiene, aunque no deja de ser un instrumento divino. No es una divinidad, con un poder propio, sino un testigo del verdadero Dios. Es HaShem Quién dispone que el sol salga cada mañana, y que su energía (=calor, versículo 7) llegue hasta los lugares más recónditos [nada escapa a su calor]. Hoy sabemos que los lugares más oscuros de nuestro planeta, el fondo del mar, no podrían tener vida sin la energía solar, aunque esta llegue allí indirectamente.
Un punto más sobre la descripción que hace este Salmo sobre el sol, que me resulta fascinante.    Hay una expresión en el pasuq 5, el primero que se refiere al sol, que a primera vista parece confusa .  «Al sol,  [el Creador] dispuso una tienda por ellos.»
¿A qué se refiere con «tienda», y quienes son «ellos»?
Hace dos mil años atrás nuestros rabinos explicaron que esta «tienda» se refiere a una protección especial que dispuso el Creador. Los Sabios del Midrash (Bereshit Rabba 6:6) llamaron a esta protección  «nartiq» (funda, envoltura) y explicaron que en este Salmo se denomina «tienda» (o carpa, en hebreo אהל) porque, al igual que una tienda en el desierto, la función de ese nartiq es proteger de los rayos del sol a los que en ella habitan.
Luego dijeron que la palabra «por ellos»  se debe entender como «por el bien de ellos», esto es, por el bien de los seres humanos que viven expuestos al sol. En otras palabras, los rabinos explicaron este pasuq así «Dios cubrió al sol con una tienda [una capa, una pantalla] por el bien de los habitantes de este mundo».
Rabbi Yehoshua bar Abin, un rabino del siglo II,  dijo que sin esta protección los seres humanos nos quemaríamos por la exposición directa al sol.
¿Sabían nuestros Jajamim , o David haMelej, de la existencia de un escudo invisible (la capa de ozono, la atmósfera, etc.) que sólo deja pasar una pequeña parte de la energía solar y nos protege de los efectos devastadores de la luz solar ultravioleta, sus rayos gama, sus rayos X ,etc.? Parece que sí….
Rabbi Yehoshua bar Abin también dijo que los seres humanos eventualmente se darán cuenta–con sólo mirar hacia el sol y comprender lo peligroso que sería si el Creador no lo hubiera contenido con una «invisible capa protectora»– de la sabiduría y la compasión del Creador del Mundo. Entenderemos que no es «algo» sino «Alguien» que nos protege y nos permite vivir. En ese momento, una vez más,  los cielos prestarán testimonio de la existencia del Creador .



El Rab Abraham Saba (1440-1508) y la Isla de los Lagartos

El Rabino Abraham Saba nació en Castilla, España, en 1440. Cuando los judíos fueron expulsados de España en 1492, no había ningún lugar seguro a donde ir. Ninguna ruta estaba a salvo de los piratas, del hambre y de la siempre presente amenaza de plagas y epidemias. 120.000 judíos escaparon a Portugal. En aquel momento Portugal parecía el lugar más confiable. Na había que atravesar el mar, el idioma era muy similar y la cultura era Ibérica. El Rab Abraham Saba fue uno de esos judíos que se fueron a Portugal en busca de un nuevo comienzo. Pero los refugiados judíos de España pronto descubrieron que el horror, la tristeza y la amargura no habían terminado.
El rey portugués, Juan II, deseoso de aumentar su tesoro, aprobó la admisión de los judíos exigiéndoles que pagaran una importante suma de dinero, 100 Cruzados. Los que no podían pagar esa suma, podían residir en Portugal por un máximo de 8 meses, por una suma menor, 8 Cruzados por cabeza. La mayoría de los judíos, entre ellos el rabino Saba, se trasladaron a la ciudad de Oporto, el principal puerto de Portugal, con la esperanza de navegar en breve a un nuevo destino en Italia, Turquía, Grecia o el norte de África. Pero la escasez de barcos hizo que su salida sea imposible. Y después de que los 8 meses terminaron, el rey Juan proclamó que aquellos que no podían renovar el pago de su residencia por 8 meses adicionales, o se convertían al cristianismo o serian considerados automáticamente esclavos del rey. Nadie tenía dinero para pagar. Habían salido de España con sus manos vacías. Las familias que rechazaron la conversión fueron testigos de uno de las peores tragedias que sufrieron los judíos Sefaradim. El Rey Juan ordenó separar a los hijos de sus padres, algo que ni siquiera la cruel Inquisición española se atrevió a hacer. Miles de niños pequeños fueron arrastrados a los conventos para ser criados como católicos. 700 niños y niñas adolescentes fueron enviados en un barco a Santo Tomé y Principe, una remota isla en la costa occidental de Guinea, recientemente colonizada por los exploradores portugueses, famosa por la abundancia de lagartos carnívoros. De acuerdo con informes de la época, casi todos esos niños fallecieron, algunos devorados por los grandes reptiles y otros de hambre o abandono.
El Rabino Saba describe este terrible evento en su libro Tseror Hamor, parahsat ki Tabo.
זאת היא קללה אחרת שקרה לנו בעוונותנו בפורטוגאל, שלקח המלך את הבנים ואת הבנות הקטנים ושלחם בספינות לאיי הנחשים כדי לעשות שם יישוב
«Esta es la gran tragedia que cayó sobre nosotros en Portugal,  el Rey tomó los niños y las niñas y los mandó en barcos a las islas de los lagartos, para poblar ese lugar»
Dos pequeños niños del rabino Saba fueron tomados de él en estas circunstancias, y el rab Saba nunca los volvió a ver. Buscando a sus hijos, cuenta él,  se vistió como gentil y recorrió numerosos conventos. En cada convento recitaba en voz alta el Shemá Israel. Al oír la voz del Rab Abraham, atraídos por la dulce y familiar melodía del Shema, los niños judíos de los conventos venían hacia él y lloraban desconsoladamente.
En 1495 el rey Juan II murió y con la ascensión al trono del rey Manuel, la situación de los judíos no mejoró. Al año contrajo matrimonio con la princesa española Isabel, hija de los Reyes Católicos יש»ו, con la esperanza de traer toda la península bajo una sola monarquía. Los reyes españoles aceptaron casar a su hija Isabel con Manuel con una sola condición: que Manuel echara a los judíos de Portugal.  El 4 de diciembre 1496, Manuel estipuló que para noviembre del año siguiente ningún judío podría permanecer en Portugal.  Los que no se quisieran convertir deberían abandonar sus posesiones y dejar el país. Cuando Manuel vio que los Yehudim estaban dispuestos a arriesgar sus vidas y marcharse dejando todo atrás antes de convertirse, se dio cuenta que la partida de los judíos iba a afectar negativamente la economía de Portugal, como estaba ocurriendo en España. Y decidió entonces hacer una conversion en masa, por decreto. En otras palabras, en lugar de expulsar a los judíos de Portugal, decidió expulsar al judaísmo de los judíos. Y los declaro a todos de facto cristianos nuevos.
Había un grupo de 20.000 judíos en Lisboa, entre ellos el Rab Saba, esperando desesperadamente algún barco que los pudieran sacar de Portugal.  Pero el Rey mandó a bautizarlos a la fuerza y les dijo: si quieren, pueden marcharse, pero sus hijos ya están bautizados y se tendrán que quedar aquí…  Los pobres Yehudim tenian que elegir entre sus hijos y su fe…. Estos yehudim eran los más valientes, los que huyeron de España dejándolo allí todo para no profesar ni siquiera en apariencias otra religion.
El Rab Saba fue llevado a prisión. Y cuenta que allí vio al Rab haRashi de Portugal,  Ribbí Shimon Maimi (Meimi) זצ»ל. Él, su esposa, sus hijas y su yernos fueron torturados para forzarlos convertirse y así servir como ejemplo para los demás Yehudim. Pero el anciano Rab Maimi, al igual que toda su familia, prefirió sufrir las terribles torturas y murió al qiddush haShem rechazando la conversion.
Después de pasar 6 meses en un insalubre calabozo el rabino Saba fue enviado con un grupo de judíos a la ciudad de Arcila o Asilah, en Marruecos, una prisión fortificada. Al cabo de unos meses, el rabino Saba pudo escapar milagrosamente de la prisión y llegó a Fez, una ciudad con una importante comunidad judía. Le llevó unos cuantos años al rab Saba recuperarse de su deterioro físico y emocional. Y luego de esa larga convalecencia, se convirtió en uno de los Rabanim de la ciudad y comenzó a reescribir sus libros.
La mayoría de sus escritos, 6 libros de su autoría, habían quedado en Portugal. Uno de los libros más conocidos del Rab Saba, donde cuanta toda la historia que hoy hemos presentado, es  «Tseror Hamor», un comentario sobre la Torá. También escribió Eshkol ha-Kofer, un comentario sobre Meguilat Rut y Meguilat Ester. Estos dos son los únicos libros de rabino Saba que tenemos. Los manuscritos que quedaron en Portugal eran Tseror haKesef un libro de responsa rabínica sobre temas relacionados con Rosh HaShaná y Yom Kipur. Tseror haJayim un comentario sobre el tratado Pirqué Abot. Un comentario de los Salmos, un comentario a la Guemará Berajot y un libro cabalístico en el cual explicaba las diez Sefirot.
Desde Fes el rabino Saba viajó hacia Adrianopoli (hoy la ciudad de Edirne en Turquía). Murió el 9 de Tishri de 5269 (1508) en un barco. Fue enterrado en el cementerio judío de Verona, Italia.
La nieta del rabino Abraham Saba se casó con el Rab Yosef Caro, el autor del Shuljan Aruj