PRINCIPIO 13: Tejiyat haMetim y la teoría de la evolución

Ayer explicamos que el último de los 13 principios de la fe judía es la creencia en Tejiyat haMetim, la resurrección.  También dijimos que todos los días, 3 veces por día, mencionamos en nuestra Tefilá principal, la Amidá, que HaShem, exclusivamente,  es el que posee  el poder de restaurar la vida.
Hoy y mañana vamos a tratar de explicar un poco más profundamente este importante concepto.
En Bereshit leemos que el Creador creó la vida a través de la materia inorgánica, en el quinto día a través del agua y en el sexto día a través de la tierra.
La creación de la vida a partir de la materia inorgánica marca una frontera que el hombre no puede cruzar.
Me explico: en mi último libro «Dinosaurs and the Bible» (que todavía no ha sido publicado) explico que el talón de Aquiles de la teoría de la evolución, y del cual se habla muy poco en las escuelas, es la investigación científica acerca del origen de la vida, es decir, cómo justificar el surgimiento de la vida a partir de la materia inorgánica.  Si bien el tema es demasiado extenso para resumirlo en pocas palabras, lo que le lector debería saber es que la ciencia moderna no tiene una respuesta ni definitiva ni convincente para explicarlo.
A principios del siglo XX, en el apogeo del positivismo, los científicos creyeron que muy pronto, una vez que se explicara cómo comenzó la vida en nuestro planeta, sería muy sencillo recrear la vida en un laboratorio.  Ya que si la vida surgió como consecuencia de una combinación de procesos aleatorios (casualidades) que se produjeron a través de millones de años, es obvio que en un laboratorio se podrían obviar esos millones de años y simplemente combinar todo los que hace falta para producir algo biológico muy simple, como una célula, por ejemplo.
Nada estuvo más lejos de la realidad… No sólo que todos los experimentos  para producir la vida fracasaron (como el de Stanley Miller, por ejemplo, aunque increíblemente aún se lo sigue citando en los manuales de biología) sino que cuanto más avanzaba la ciencia en su comprensión de los elementos genéticos de la vida, como el ADN, el fenómeno de la biología se tornaba más sofisticado de lo que se pensaba antes, ergo, era mucho más difícil argumentar que la vida haya aparecido espontáneamente a través de procesos aleatorios.
En las palabras de un eximio científico inglés, Fred Hoyle  (1915-2001):  «La vida, como la conocemos en nuestro planeta, depende de por lo menos 2000 enzimas diferentes. ¿Cómo podrían las fuerzas ciegas del agua u otros elementos lograr ensamblar todos los ingredientes químicos necesarios para combinar esas enzimas? …. La probabilidad de que la vida haya surgido de casualidad a partir de material inorgánico es de 1 sobre 10 a la 40,000 potencia (1, sobre 10 con 40.000 ceros después del 10. YB) … un número lo suficientemente grande como para enterrar a Darwin y a toda su teoría de la evolución …. estas son las probabilidades para la aparición espontánea de una sola célula, sin la cual la evolución no puede siquiera empezar. Y ni hablar de las incluso más remotas probabilidades de que aparezcan sistemas orgánicos más avanzados, como un órgano en un animal o en un ser humano.» 
Fred Hoyle formuló también una analogía dramática para ilustrar la imposibilidad de la teoría de que la vida haya surgido espontáneamente a partir de la materia inorgánica: «Imaginen un tornado pasando a través de un depósito de chatarra. E imaginen que luego de que el tornado pasó, vamos a ese depósito y encontramos un avión Jumbo ,un Boeing 747, que se ha formado y ensamblado al azar gracias al tornado, que de alguna manera combinó de una manera perfecta, todas las piezas que había en el depósito». 
Para Hoyle la probabilidad de que la vida haya aparecido espontáneamente a través de procesos aleatorios es igual a la probabilidad que ese avión se haya ensamblado de casualidad, al paso de un tornado por un depósito de chatarra.
El surgimiento de la vida es un fenómeno Divino que el ser humano no puede explicar ni imitar.  Los seres vivos fuimos creado con un milagroso mecanismo que nos permite reproducir-nos, pero irónicamente no podemos re-producir la vida fuera de nosotros mismos, a partir de átomos.
Si el origen de la vida pudiera ser explicado en términos científicos, la vida podría ser producida a partir de material inorgánico en un laboratorio, y viceversa.
Sin embargo, aún en nuestros día, cuando la ciencia ha avanzado tanto, y cuando ya conocemos los secretos y los códigos del ADN, y podemos curar y prolongar la vida, y aprendimos a manipular células y modificar genes en laboratorio, y a desarrollar inteligencia artificial, y aplicar las técnicas de nanotecnología al ADN, es imposible crear un ser vivo a partir de átomos.
Esa infranqueable frontera entre lo humano y lo Divino incluye un elemento más, muy parecido a la generación de la vida. Esto es, Tejiyat haMetim, «restaurar la vida» a un cuerpo sin vida.
Me explico: como ya lo indicamos, es imposible re-crear un ser vivo, digamos un mosquito (un mosquito real, no un robot mosquito!) a partir de materia inorgánica. Entre otras razones, porque sería demasiado complejo armar y ensamblar su cuerpo, sus órganos, su cerebro, etc.   Pero que pasaría si le diéramos a un biólogo equipado con el laboratorio más moderno del mundo, un mosquito con su cuerpo entero y completo…. ¿qué fue declarado muerto, «de causas naturales», hace solamente 5 segundos atras?.
¿Podrá algún científico devolverle la vida a este mosquito aunque todos sus órganos estén completos y todas la conexiones entre los órganos y los sistemas fisiológicos del mosquito siguen en su lugar?  ¿Podrá un ser humano alguna vez practicar, no ya la re-producción de la vida sino algo aparentemente más sencillo: la restauración de la vida o Tejiyat haMetim?  La respuesta judía es NO.   El 13er principio incluye la creencia que Tejiyat haMetim es también una frontera infranqueable que separa a lo humano de lo Divino.
Nosotros, los seres humanos hemos avanzado en nuestra comprensión y control del fenómeno llamado «vida», y ya somos capaces hasta de clonar la vida. Sin embargo, Tejiyat haMetim, la restauración de la vida, es una prerrogativa exclusiva de HaShem, el Creador de la vida.



El Rab Yahacob Yehuda León (1602-1675) construye un Bet haMiqdash

Ayer explicamos que el Rab Yahacob Yehudá León nació en Portugal y vivió en Amsterdam. Mencionamos que entre sus muchas obras encontramos la vocalización, traducción al español e ilustración de la Mishná (estos 2 últimos textos están perdidos) y la traducción al español, con comentarios del libro de Tehilim.
También mencionamos que su nombre tiene muchas variantes. Él se llamaba a sí mismo, «León Hebreo», pero la mayoría de los autores de su época lo llamaban «León o Yehudá Templo». ¿Por qué «Templo»? Dijimos que el Rab León era también un artista, un gran dibujante y diseñador, especializado en heráldica, el diseño de escudos de armas. 
El Rab León utilizó sus talentos artísticos para ‘abodat haqodesh(servir a haShem) y es así como decidió construir una maqueta del Bet haMiqdash, el gran Templo de Jerusalem.
Para construir su Templo el Rab León utilizó todas las fuentes judías disponibles: las fuentes bíblicas, las del tratado Talmúdico Middot,  los escritos de Flavio Josefo sobre el Bet haMiqdash , y la detallada descripción de Maimónides en su Mishné Torá.
En el año 1641 el Rab León terminó su elaborada maqueta del Templo en una escala de 1:300. La maqueta media aproximadamente 1,30 x1,20 x 0,60.
Tenemos una fotografía de esta maqueta
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Acompañado a esta maqueta del Bet haMiqdash el Rab León escribió también un libro explicativo, que guía al lector, y a quienes visitaban su exposición, hacia el interior del Bet haMiqdash, describiendo cada uno de sus recintos, artefactos, utensilios, etc. Este libro se llamó: «Retrato del Templo de Selomo» y según las propias palabras del Rab León en su portada «En el qual brevemente se describe la hechura de la fabrica del Templo y de todos los vasos y Instrumentos con que en él se administraba, cuyo modelo tiene el mismo Autor, como cada uno puede ver»  (Middelburg, Holanda, 1642).
Su libro fue publicado originalmente en en español, pero despertó tanto interés, entre los Yehudim del mundo entero y aún entre gentiles,  que pronto fue traducido al hebreo, al holandés, al francés, al alemán y al latín.
El Rab León presentó la maqueta del Bet haMiqdash en su propia casa. Y esta exposición que hizo el Rab León tuvo muchísima difusión.
El año 1642 la comunidad judía de Amsterdam tuvo una ilustre visita.  Enriqueta Maria (1609-1666), la reina de Inglaterra, esposa de Carlos I, quien acompañada por el príncipe Guillermo de Orange y su prometida María Estuardo, llegó hasta la casa del Rab León para visitar su maqueta del Bet haMiqdash.
Según algunos historiadores  en el año 1671 el Rab León llevó la maqueta del Bet haMiqdash a Londres.  Tenemos la carta de recomendación, en inglés, escrita por Constantin Huygens (ver aquí) dirigida al Rey Carlos II .  (Dicen también que en Londres el Rab León diseñó el primer escudo de armas usado por los masones ingleses).  La maqueta del Bet haMiqdash se mantuvo en Londres por cerca de 100 años Y fue exhibida por los descendientes del Rab León, entre ellos Isaac León y Moshe de Castro.
Una de esas exhibiciones tuvo lugar en Londres en 1729. En el Diario de la Corte se puso un anuncio que decía: «Podrá verse todos los días en el Royal Exchange, el Modelo del Templo de Salomón, con todos sus Vestíbulos, Paredes, Verjas, Cámaras y Vasos Santos, el gran Altar de los Sacrificios, el Mar de Bronce, el Lavadero y el Sancta Sanctorum con el Arca de la Alianza, el Sillón de la Misericordia y los Querubines Dorados, el Altar de Incienso, los Candeleros, las Mesas, y las dos famosas columnas Jakim y Boaz».
El Rab León  también publicó el libro Tratado del Arca del Testamento escrito en holandés en 1647. En este libro describe en detalle  y dibuja el Arón haBerit, el arca de la alianza. 
También escribió en latín Tratado de los Querubim, escrito por el autor en latín. Donde explica, describe e ilustra los querubines que estaban sobre el Arca de la alianza.
Y finalmente escribió el libro Retrato del Tabernáculo de Moseh, publicado en Amsterdam en 1654.    
Aquí presentamos este hermoso libro, que describe lo que estamos leyendo en las parashiyot de estas semanas.  Se recomienda ver en las primera páginas las ilustraciones originales del Rab León «en color» del Mishkán y todos sus detalles.   Haga click aquí
El Rab Yahacob Yehuda León Hebreo Templo» falleció en 1675.

 




Rab Yahacob Yehuda León (1602-1675) y su traducción de Tehilim al Español

Hoy aprenderemos sobre el Rab Ya’aqob Yehuda León. Nacido en 1602. Hay quienes dicen que nació en Hamburgo, que en ese entonces pertenecía a los Países Bajos (Holanda) y hay quienes dicen que nació en Coimbra, Portugal.    Seguiremos esta segunda opinión.  Su abuelo y su bisabuelo vinieron de la ciudad de León, en España, donde practicaron el judaísmo en secreto. Su padre, Simaõ de Leaõ nació en Portugal y fue un comerciante en Tavarede y Buarcos, cerca de Coimbra.   Su madre se llamaba Felipa de Fonseca. En 1605 toda su familia huyó de Portugal y abrazaron abiertamente el judaísmo una vez que llegaron a Holanda. Allí Ya’aqob estudió con un gran maestro de Torá, el Rab Isaac Uziel (murió en 1622), que además de ser un eximio Talmudista era médico, y un experto en diqduq, gramática hebrea.

En 1628 se trasladó a Hamburgo, a la Sinagoga Sefaradí «Cardozo», donde reemplazó al Rab Isaac Attias, que fue el primer rabino de Hamburgo, y también alumno del Rab Uziel. En 1635 volvió a Amsterdam como Jajam de una de las tres comunidades judías portuguesas.
Nada acerca de este Rabino es sencillo. Su vida y su obra son fascinantes. Comencemos por su nombre.  Originalmente se llamaba Ya’aqob (él lo escribía «Yahacob») Yehudá León, pero él se llamaba a sí mismo o firmaba, «Yahacob Yehuda, León Hebreo» («Hebreo» quiere decir judío). En muchos círculos se lo conocía como «León Hebreo». Pero en las enciclopedias su nombre es otro: Ya’aqob Yehuda León Templo.  Mañana explicaremos la razón de este segundo apellido.
Una de las cosas más importantes que hizo este Jajam fue la vocalización de la Mishná. Lo hizo , entre otros con el Rab Menashé ben Israel. Este era un proyecto monumental, ya que como los entendidos sabrán, la Mishná nunca antes fue vocalizada. La vocalización del texto fue recibida por tradición. En este caso,  los dos jajamim eran alumnos del mismo eminente maestro Isaac Uziel, que era un portavoz de la milenaria tradición Sefaradí que se remonta a los tiempos de los Gueonim.
Arriba podemos ver una imagen de esa Mishná. Si hace zoom podrá leer algunas anotaciones al margen en español para explicar algunas palabras difíciles.
También parece que el Rab León tradujo al  Mishná al Español, junto con el rab Menashe ben Israel, pero creo que esa edición de la  Mishná se perdió.   Algo más que se perdió fueron las ilustraciones que hizo el Rab León sobre la Mishná. Me explico: aparte de ser un gran talmudista, y experto en gramática, el Rab León era un artista.  Su especialidad era la heráldica, es decir el diseño y la confección de «escudos de armas», algo muy de moda en esos días para las familias nobles.  De manera que en esa Mishná también habían ilustraciones hechas por él que obviamente permitían una mejor comprensión  de los temas analizados. Mañana BH vamos a seguir explicando cómo el Rab León hizo uso de sus talentos artísticos para ‘abodat haqodesh.
Quizás la contribución más significativa que hizo el Rab León para el mundo judío hispanoparlante fue su traducción del libro de Tehilim.  Vivimos en tiempos que en muchos aspectos son privilegiados. Y uno de los privilegios que tenemos como Yehudim es que hoy podemos tener acceso desde nuestras computaron,  a virtualmente todos los libros de Torá que hayan sido alguna vez publicados. La mayoría de esos libros se encuentran el el sitio web «www.hebrewbooks.org» y muchos otros en «google books» . En en este último servidor es donde encontré (o me encontró) el libro de  Tehilim del Rab León. Hasta donde yo sé, es la primera traducción de Tehilim al español (hubieron otras anteriores al ladino). La llamó  KODESH HILULIM (Alabanzas de Santidad). En este libro el rab León hace tres cosas: 1. Traduce literalmente el texto de Tehilim, del hebreo al castellano. 2. Lo parafrasea, es decir, amplía la traducción para facilitar su entendimiento. 3. Escribe un breve comentario de algunas palabras e ideas.
Voy a transcribir algunos párrafos para que el lector practique la lectura del español antiguo. (Tengan en cuenta que la escritura antigua de la «s» se parecía mucho a una «f»).
En la portada dice:
«Las Alabanzas de la Santidad, traducción de los Psalmos de DAVID por la misma phrasis [=sintaxis YB] y palabras del hebraico, ilustrada con su paraphrasis [es decir, comentada]  que facilita la inteligencia [comprensión] del texto y anotaciones [explicaciones] de mucha doctrina , sacadas de los mas graves [serios] autores, dirigida [dedicada] al ilustrísimo señor Ishak Senior Teixeyra [hijo de Abraham senior Teixeyra. Era un noble, y filántropo judío; embajador de Suecia en Hamburgo y protector de la comunidad judía] residente [representante, embajador] de su majestad, la reina de Suedia [Suecia],  por el Haham Yaacob Yehuda, León Hebreo,  autor de las obras del Retrato del tabernáculo de Moseh, y del templo de Selomoh, y de todas sus circunstancias, en Amsterdam, año 5431 [1670]. «
Para obtener este libro haga click aquí



PRINCIPIO 12: ¿Cuándo llegará el Mesías?

האומר הריני נזיר ביום שבן דוד בא…. הרי זה אסור לשתות יין לעולם
רמב»ם הלכות נזירות, פרק ד, הלכה י»א
Seguimos explorando la opinión de Maimónides sobre el tema de la era Mesiánica. Ayer explicamos que, según la tradición recibida por nuestros Sabios en los tiempos del Mesías la humanidad «descubrirá la existencia de HaShem», los Yehudim viviremos en Israel, con el Bet haMiqdash construido y en paz con nuestros vecinos (ver aquí lo que escribimos ayer).
Pero, ¿qué pasa con los otros detalles de los días del Mashiaj? ¿Habrá una guerra entre Gog y Magog? ¿Y quién es Gog y quién es Magog?  Y lo más importante ¿cuándo realmente llegará el Mashiaj?
Maimónides explica que estos y otros interrogantes acerca de los tiempos Mesiánicos, no los podemos saber con certeza, ya que no existe una tradición oral que hayamos recibido sobre estos temas (más allá de lo que explicamos ayer). Y si bien es cierto que los profetas hablaron de los tiempos del Mashiaj y los Sabios de la Guemará también discutieron el tema,  los profetas hablaron en metáforas o con nombres que no sabemos identificar. Y los Sabios de la Guemará, conscientes de esta limitación, sólo expresaron sus interpretaciones personales al respecto. No hubo un consenso, y por eso la Guemará, deliberadamente, no arribó a ninguna conclusión respecto a estos asuntos, sino que dejo este tema abierto.
Veamos las palabras de Maimonides:
Hiljot Melajim 12:2: «Al parecer, por lo que se lee en los textos de los profetas [=es decir, no hay una tradición oral recibida sobre el significado de esto textos YB],  al principio de los tiempos mesiánicos habra una guerra entre Gog y Magog y antes de esa guerra entre Gog y Magog llegará un profeta para corregir al pueblo de Israel y preparar sus corazones…. Y estos temas, y todos los temas similares [respecto a los detalles de los tiempos mesiánicos] no serán conocidos por las personas hasta que hayan ocurrido, ya que los Profetas no revelaron explícitamente lo que realmente ocurrirá, y nuestros Sabios no recibieron una tradición oral (וגם החכמים אין להם קבלה בדברים אלו) sobre este tema. Lo que dicen los Sabios al respecto es solamente lo que interpretan de lo que leen en los versículos, y por eso [en la Guemará] no hay una conclusión definitiva sobre estos temas…».
 
Creo, primero, que estas palabras de haRambam pueden considerarse un monumental testimonio a la credibilidad de nuestra tradición oral y a la integridad y a la honestidad intelectual de nuestros Jajamim.
Segundo, ahora entendemos por qué las opiniones de los Sabios acerca de las señales que anticiparán la llegada del Mashiaj son tantas y contradictorias entre si. Porque en este tema, sus opiniones son especulativas , y como dijimos, la Guemará deja el tema inconcluso.
También dice haRambam en la próxima Halajá que los temas relacionados al Mashiaj no deben ser objeto de un estudio intenso, ya que al no existir una tradición definitiva al respecto, solo estaremos especulando. Y este estudio especulativo no contribuye a nuestro avance espiritual:
«[Y puesto que no hay tradición en estas materias] una persona no debe, por lo tanto, involucrarse en el análisis de las Hagadot [= las parábolas de los Rabinos] y los Midrashím [= las interpretaciones de los jajamim] en estos asuntos, porque el aprendizaje de estas materias no llevará a una persona a amar o temer más a Dios».
Finalmente Maimonides se refiere a cuándo llegará el Mesías. Un tema sobre el cual tampoco hemos recibido una tradición oral definitiva.  Este tema es particularmente sensible ya que varias veces en la historia judía, cuando alguien declaró que llegaría el Mashiaj en el día o en el año tal y tal, causó enormes daños al pueblo de Israel, como ocurrió en 1666 con el falso Mesías Shabetai Tsebí, y muchas veces más.
Dice Maimónides, repitiendo las palabras del Talmud:
«De la misma manera, uno debe abstenerse de la calcular cuándo vendrá el Mashiaj. Nuestros sabios nos han advertido acerca de esta práctica negativa diciendo: ‘Que las almas de los que calculan la venida del Mashiaj sean destruidas [por el daño que provocan al pueblo judío]. Sólo hay que esperar y creer que el Mashiaj vendrá, como lo hemos explicado «.
Entonces, para concluir, ¿cuándo llegará el Mashiaj?
Para responder esta pregunta quisiera contarle a los lectores cómo era el antiguo saludo Sefardí, antes de irse uno a dormir.    Entre los Sefaradim era muy común saludarse unos a otros, entre amigos o incluso entre padres e hijo,s diciendo por la noche, «BETOB TALINU» que significa más o menos, «QUE DUERMAS BIEN».  Pero lo más interesante era la segunda parte, la respuesta obligada a este saludo: «TAQUISU BISHU’AT HASHEM» que significa, «QUE TE DESPIERTES [MAÑANA] CON LA REDENCIÓN DE HASHEM» es decir, «Te deseo que mañana al despertarte te encuentres con que la redención de HaShem, ha comenzado».   De manera que cada noche, el Yehudí se iba a dormir con la EMUNA TEMIMA, con la esperanza y la fe, de que B’H al otro día, al despertarse, el Mashiaj  ya habrá llegado.



PRINCIPIO 12: ¿Qué sabemos acerca de los tiempos mesiánicos?

La semana pasada escribimos sobre lo que dice el penúltimo capitulo de Mishné Torá sobre el Mashiaj. Explicamos que el Mashiaj será el rey de Israel, descendiente de David, que traerá a todos los Yehudim a Israel, construirá el Bet haMiqdash e inaugurará la era mesiánica (ימות המשיח).
¿Que pasará en los tiempos mesiánicos?

 

Maimónides dice que hay ciertas cosas que sabemos de los tiempos mesiánicos y otras que desconocemos, ya que no poseemos una tradición definitiva y consensuada al respecto.
Hoy vamos a escribir sobre lo que SÍ sabemos acerca de los tiempos del Mashiaj. Y mañana, BH, explicaremos por qué no sabemos con precision algunos «detalles» de lo que ocurrirá en la era Mesiánica.

Maimónides escribe sobre los tiempos mesiánicos, en el último capítulo de su Mishné Torá.

1. NATURALEZA: No habrá cambios en la naturaleza de mundo. Lo que dice el profeta Isaias (11:6) «el lobo habitará con la oveja..», explica haRambam, (Hiljot Melajim 12:1) «no se refiere a que los animales ya no se comerán unos a otros. Sino que es una metáfora para decir que la nación de Israel, la oveja, ya no será perseguida por el lobo, los poderosos enemigos de Israel que buscan su destrucción».   En Perush haMishnayot (Sanhedrín 10:1) Maimónides dice que los hombres seguiremos siendo mortales, aunque viviremos por más tiempo, ya que tendremos menos preocupaciones.  El Mashiaj no vendrá a cambiar la Torá ni a reemplazarla. Todo lo contrario: En los tiempos mesiánicos todos observaran la Torá sin pereza y con mucho entusiasmo.

 

2. EL MUNDO: En los tiempos del Mashiaj el mundo reconocerá que existe un sólo Dios, y que ese único Dios es HaShem .  Como dijo el profeta Irmiyahu (31:33) : «El hombre ya no tendrá [la necesidad] de enseñarle a su amigo o a su hermano que «HaShem existe», ya que [en los tiempos mesiánicos] todos Me conocerán, grandes y chicos».   El conocimiento de Di-s será tan amplio como las aguas que cubren el mar (Yesha’ayahu 11:9).Este conocimiento de Di-s será el punto de inflexión (lo que producirá el cambio…) más relevante de la historia de la humanidad. A partir de que la humanidad entera reconozca que HaShem existe, y ya no hayan discusiones acerca de quién es el verdadero Di-s y de cuál es Su voluntad, la paz reinará sobre la tierra.  Este tiempo de paz mundial traerá abundancia. No faltará la comida y no habrá más robo ni corrupción. A partir de ese momento las personas no se ocuparán en lo material más de lo necesario.  Ya que una vez que la humanidad descubra que Dios existe, no habrá nada más importante que acercarse a Él. Nadie se distraerá del objetivo más trascendente de la vida: conectarse con HaShem y conocerlo (‘ידיעת ה) tanto como, siendo humanos y limitados, lo podamos hacer.

 

3. EL PUEBLO JUDIO: El antisemitismo por fin se acabará. Todos los Yehudim viviremos en nuestra tierra, Israel, en paz con nuestros vecinos.  Maimonides dice también: ¿Por qué los judíos deseamos tanto que llegue el Mesías?. Cito (Hiljot Melajim 12:4): «El pueblo de Israel no desea la llegada del Mesías para dominar al mundo [como dicen los antisemitas YB], o para subyugar a los pueblos de la tierra, o para ser adorados por las demás naciones, ni para dedicarnos a festejar, comiendo y bebiendo. La razón por la cual deseamos tanto que venga el Mesías es para poder dedicarnos enteramente a la Torá y a su sabiduría, sin que nadie nos hostigue ni nos prohiba estudiarla y cumplirla…» .
Continuará…



PRINCIPIO 12: ¿Qué NO hará el Mesías?

Hoy hablaremos un poco más sobre el Mashiaj y la semana que viene, BH , escribiremos sobre lo que dice Mishné Torá acerca de los tiempos mesiánicos.
Explicamos anteriormente que el Mesías o Mashiaj del que habla el judaísmo será un monarca, gobernante de Israel, descendiente de la dinastia de David, parecido en su cargo y naturaleza al Rey David y a Bar Kojbá.
Su misión: traer a los Yehudim nuevamente a israel y reconstruir el tercer y definitivo Bet haMiqdash.
Maimónides también insiste una y otra vez que el Mashiaj NO vendrá a cambiar las leyes de la Torá. Todo lo contrario: vendrá a enseñarlas, aplicarlas y defenderlas.
Así dice Maimónides cuando habla de cómo identificaremos a quien NO es el Mashiaj (Melajim 11:3): «Nuestra Torá, sus preceptos y leyes, nunca jamás, serán cambiadas. Nada se agregará a sus preceptos y ninguno se anulará.  Y si alguien sugiere [en nombre de Di-s] agregar o quitar un precepto, o interpretarlos fuera de lo que nuestra tradición explica [ גילה פנים בתורה והוציא הדברים שלמצוות מפשוטן] , sabemos que se trata de un farsante o de un hereje..». 

 

En otras palabras, si un candidato a Mashiaj propusiera cambiar aunque solo sea una ley de la Torá, sabremos que se trata de un falso Mesías.

 

Aquí Maimónides hace alusión a las dos grandes religiones bíblicas, que aceptaron la biblia Hebrea pero intentaron cambiar, agregar o quitar de sus preceptos.  Aunque más específicamente Maimónides se refiere aquí a Yeshu (Jesus), ya que él se auto-proclamó como el Mesías del pueblo judío.

 

No todos saben que hay varias fuentes rabínicas que mencionan a explícitamente a Yeshu y cómo intentó modificar la Torá. El Talmud lo menciona por ejemplo, en Masejet Sanhedrin. Claro que los comentarios de los rabinos, muchos de ellos contemporáneos de Yeshu, no fueron recibidos con mucho entusiasmo por la iglesia. Y especialmente durante la edad media, el Talmud fue quemado públicamente muchas veces con este pretexto. En algunos casos excepcionales la iglesia permitió que se reimprimiera el Talmud, siempre y cuando se omitiesen los párrafos que hablan de Yeshu.

 

Con el libro de Maimónides ocurrió algo similar.  En el capítulo 11 de Hiljot Melajim, donde Maimónides habla del Mashiaj, menciona a Yeshu. Este párrafo también fue censurado por siglos, pero sobrevivió en las ediciones manuscritas del Mishné Torá producidas en países árabes. Y recién hace 15 o 20 años atrás se volvió a reimprimir en las nuevas ediciones del Mishné Torá.

 

¿Qué dice Maimonides sobre Yeshu?  Lo voy a citar:

 

Hiljot Melajim, 11:4a.

 

«También Yeshua imaginó que él era el Mashiaj y fue ejecutado por orden del tribunal. Esto había ya sido profetizado por Daniel, que dijo: «Y los hijos de los indecentes de tu propio pueblo, serán enaltecidos, y tratarán de que se cumpla la vision profética [que ellos mismos concibieron], pero fracasarán» (Daniel 11:14). ¿Y acaso existe algún fracaso más grande que éste?  Todos los profetas dijeron que el Mashiaj redimirá a Israel y los salvará [de sus enemigos], los traerá de nuevo a su tierra y fortalecerá la observancia de la Torá. Y este [hombre, Yeshu] provocó [todo lo contrario]: la muerte de los judíos por la espada, el exilio de los judíos y su dispersion, e intentó reemplazar la Torá, y engañó a la mayoría de mundo [haciéndolos] que sirvan a un dios, que no es HaShem» . 

 

Maimónides explica muy claramente por qué Yeshu representa todo lo contrario a lo que el Mashiaj debía ser para el pueblo de Israel. Su intención de cambiar la Torá y la persecución permanente que sufrió el pueblo judío, irónicamente, «en nombre de Yeshu».
El verdadero Mashiaj será el líder del pueblo de Israel que los defenderá de sus enemigos, los protegerá y los hará regresar a la tierra de Israel, donde vivirán en paz con sus vecinos, libres para estudiar la Torá y observar sus mandamientos.



Las últimas palabras de Isaac de Castro Tartas (1623-1647)

Querido lector, hace ya 5 años que comencé Halajá of the day, y generalmente, una vez por semana, escribo sobre rabinos Sefaradíes desconocidos. Esta es la primera vez que escribo sobre la vida de un Yehudí Sefaradí que no fue un Rabino (también es la primera vez que escribo sobre alguien tan joven, que falleció cuando sólo tenia 24 años). Luego de leer, espero comprenderás qué me mueve a homenajear a este héroe de Am Israel, lamentablemente desconocido.  
Isaac de Castro nació en la ciudad de Tartas, en el suroeste de Francia, en 1623.  Sus padres eran de Portugal y pertenecían a esas miles de familias judías que en 1497 habían sido convertidas al cristianismo «por decreto» y desde entonces practicaron el judaísmo en secreto por 3, 4 o más generaciones. Para tener una idea de cuanta gente estamos hablando se calcula que en 1497 habían no menos de 120.000 judíos en Portugal.
En Tartas el nombre de Isaac era Tomás Luis.  En 1640 su familia su muda a Amsterdam donde finalmente pueden practicar su religión abiertamente. Allí, Tomás y su padre se circuncidan y cambian sus nombres por nombres hebreos.  Tomás se llama desde ahora «Isaac de Castro». Castro (o de Castro), seguramente el apellido original de su familia, era un apellido típico Sefaradí (ver este artículo sobre los más famosos Sefaradim de apellido Castro). Como ilustración podemos mencionar a rabbi Ya’aqob de Castro (1525-1610) de origen portugués, uno de los rabinos más importantes de la comunidad judía de Egipto.
Isaac comenzó sus estudios de judaísmo y de medicina en Holanda. En 1642 o 1643 encontramos a Isaac en Brasil. Como explicamos la semana pasada (ver aquí), su tío, Rab Moshe Refael Aguilar , llegó a Brasil a fundar una comunidad en la ciudad de Recife. En ese entonces y hasta 1654, Brasil estaba dividido en 2 zonas: una  pertenecía a los holandés y otra a los portugueses.   Recife estaba del lado Holandés.    Isaac vivía una vida completamente judía. No sólo eso sino que también se dedicaba a inspirar a cientos (o miles) de conversos que residían en Brasil a practicar más abiertamente su judaísmo.  Si bien no habían tribunales de la Inquisición en Brasil, como los que existían en Perú o México, en el lado portugués de Brasil habían oficiales de la inquisición, que vigilaban que los «Cristianos nuevos» es decir, los judíos que fueron convertidos al cristianismo hacía más de un siglo atrás, no volvieran a su religión.
Nadie sabe exactamente por qué, pero el joven Isaac salió de Recife y viajó hacia el sur llegando a la ciudad de Salvador, capital de Bahía de los Santos, territorio Portugués.   Allí, Isaac fue reconocido por las autoridades locales.  Trató de disimular su práctica judía pero algo lo delató: sus Tefilín.
Isaac fue tomado prisionero, acusado no sólo de judaizar sino también de hacer proselitismo judío entre los «Cristianos nuevos», y fue extraditado en un barco hacia Lisboa.
La inquisición portuguesa primero trató de convencerlo que renunciar a su fe judía y abrazar el cristianismo. Isaac se rehusó con argumentos muy sólidos, demostrando que el judaísmo es la verdadera fe. Al ver que, a pesar de su cortísima edad, se trataba de un gran erudito, la Inquisición envió a sus expertos filósofos y teólogos. Pero nada ni nadie pudo convencer a Isaac de renuncia a su fe.
Por primera vez en la historia un judío usaba el siguiente argumento: «Tengo derecho a practicar el judaísmo en función de una ley humana universal: la libertad de conciencia…un acto que se realiza de acuerdo con la propia conciencia no puede ser juzgado culpable, y el acto que yo hago y seguiré haciendo – el acto de profesar la religión judía – se realiza de acuerdo con los dictados de mi conciencia «. Cuando la Inquisición vio que todo esfuerzo era inútil, recurrió a su último recurso: la ejecución pública. Los acusados eran condenados  a morir quemados vivos en los que se llamaba cínicamente «auto de fe» (actos de fe).
El 15 de Diciembre de 1647, cuando Isaac tenía solo 24 años fue llevado a la plaza pública, junto con otros 5 conversos, condenados por el mismo crimen: judaizar.
Los archivos de la Inquisición portuguesa relatan que Isaac fue dejado de pie, por varias horas, muy cerca del fuego, lo suficientemente cerca para que Isaac se arrepintiera de su «gran pecado» (ser judío) por temor a la hoguera. Pero Isaac resistió. Y mientras estaba siendo abrazado por las llamas, con su último aliento,  Isaac recitó con una voz muy fuerte «SHEMA ISRAEL HASHEM ELOKENU HASHEM EJAD».   Cuentan que el grito de Isaac causó una enrome impresión en todos los que habían  llegado para presenciar la ejecución pública. Tanto que hasta los crueles verdugos sintieron remordimiento por haberle quitado la vida a un joven tan valiente.  Dicen, que los gentiles que presenciaron la ejecución,  durante semanas no hablaban de otra cosa. Lo que es más: el último grito de Isaac, en Shemá Israel, se había transformado ahora en un símbolo de libertad de conciencia. E inspiró a muchos conversos a volver a abrazar su fe judía. Y algo insolito: durante varios años los gentiles repetían las palabras del SHEMA… tanto fue así que la Inquisición tuvo que imponer un severo castigo para cualquiera que fuera escuchado diciendo el SHEMA ISRAEL,  las últimas palabras de Isaac de Castro Tartas זצוק»ל.



PRINCIPIO 12: ¿Quién puede ser considerado el Mesías?

Estamos estudiando el principio número 12 de la fe judía: nuestra creencia en la llegada del Mesías o en hebreo «Mashiaj».
Cuando hablamos del Mashiaj, hay dos temas que tienen que ser tratados de manera independiente. Uno es la persona del Mashiaj y el otro es los tiempos mesiánicos. Hablaremos hoy sobre la persona del Mashiaj, es decir, quién puede ser considerado como un candidato a ser el Mashiaj.
Maimónides dice que para que un individuo pueda ser considerado como el Mashiaj tiene que cumplir con 3 requisitos a priori y 2 a posteriori. Y sólo cuando TODOS estos 5 elementos sean realizados podemos decir que esa persona es el verdadero Mashiaj:
Este es el texto de Maimónides, en el capítulo 11 del Sefer Melajim, Halajá 4 (los números y paréntesis los agregué para una mejor comprensión):
«Si surgiera un rey (1) de la Casa de David que (2) diligentemente estudiara la Torá y observara sus mitsvot según lo establecido en la Torá Escrita y en la Torá Oral como David, su antepasado, e instara a todo el pueblo de Israel a encaminarse en el (camino de la Torá) y corrigiera las brechas de la observancia de la Torá [es decir: corrigiera lo que el pueblo judío está haciendo mal respecto a la observancia religiosa], (3) y luchara las guerras de HaShem, se lo podría considerar como el Mashiaj.    Si tiene éxito en todo lo anterior, y (4) construye el Bet haMiqdash [=Templo] en su lugar [=har habayit, Jerusalem], y (5) reúne a los dispersos de Israel, se podrá entonces afirmar sin duda que él es el Mashiaj.»
Analizáremos este texto paso a paso.
Ayer explicamos el primer pre-requisito
(1) Ser descendiente del rey David.  Esto excluiría automáticamente, por ejemplo, a todo aquel que es Cohén o Leví, ya que David pertenencia a la tribu de Yehudá. Para más detalle ver lo que escribimos ayer.
Hay otros dos requisitos  que deben ser cumplidos.
(2) Para calificar como candidato a Mashiaj, esta persona deber ser un estudioso y observante de la Torá, tanto la ley escrita como la Torá Oral, como lo fue el Rey David, y debe ser un líder que le importe y haga todo lo posible para que el pueblo judío se comporte de acuerdo a la Torá, tanto individual como colectivamente.
(3) El Mashiaj debe luchar las «guerras de HaShem» (לוחם מלחמות ה’).  ¿Qué significan «Las guerras de Dios»? No se refiere aquí a «guerras» en un sentido metafórico, como si el Mashiaj debiese comandar un «ejército de salvación» o luchar «guerras espirituales» (eso es en realidad parte del segundo requisito). Las guerras de HaShem son las guerras y batallas militares que los judíos luchamos contra nuestros enemigos, como ocurre hoy en día en Israel (ver Hiljot Melajim 4:10, 7:15).
Los modelos que Maimónides tiene en consideración, y menciona, en esta descripción del Mashiaj son específicamente dos personalidades: una es el mismo rey David, que obviamente cumplía con estos 3 requisitos, (los otros 2 no eran aplicables en su reinado). Y el otro es Bar Kojbá (ca. 90 -135 de la era común).
Maimónides cita a Bar Kojbá en otro contexto: para explicar que hacer milagros no es un prerrequisito para ser considerado el Mashiaj:
Hiljot Melajim, Halajá 3
«No hay que suponer que el Mashiaj deberá hacer milagros y maravillas… o llevar a cabo otras acciones similares [para ser considerado como un candidato a ser el Mashiaj] como dicen los ignorantes. Esto definitivamente no es cierto. La evidencia que tenemos es el caso de Rabbi Aqibá, uno de los mayores sabios de la Mishná, que apoyaba al rey Bar Kozibah [bar Kojbá] y lo consideró [a priori] como el Mashiaj. Él y todos los sabios de su generación lo consideraron como el rey ungido [=Mashiaj] hasta que fue asesinado [en la guerra] a causa de los pecados. Una vez que murió, [los sabios] se dieron cuenta de que él no era el Mesías. Los sabios nunca le pidieron que hiciera milagros o maravillas [para considerarlo como el Mashiaj].»
Bar Kojbá cumplía con todos los requisitos del Mashiaj: (1) era descendiente de David (2) era un Yehudí muy observante, imponía la ley de la Torá (ver aquí)   y (3) luchaba contra los enemigos de Israel, en ese entonces, los Romanos, con el fin de establecer un estado judío, independiente de Roma, en el que la Torá sería la ley de Israel. En ese estado independiente se deberían cumplir las otras dos condiciones (4) reconstruir el Bet haMiqdash (destruido por los Romanos en el año 68 de la era común) y (5) repatriar a Israel a todos los judíos que fueron exiliados cuando se destruyó el Bet haMiqdash.
Al morir en la batalla, los sabios se dieron cuenta de que si bien Bar Kojbá poseía los atributos del Mashiaj, no lo era.
Continuará….
Si tiene preguntas específicas sobre el tema del Mashiaj, por favor, envíelas a [email protected]



PRINCIPIO 11: La justicia Divina: ¿Quién, cuándo, dónde y cómo?

El undécimo principio del judaísmo afirma que Di-s es justo. Que Él recompensa a los que guardan sus mandamientos y castiga a quienes los transgreden.
¿De dónde aprendemos este Principio?
Maimónides lo explica: Cuando Bené Israel hicieron el becerro de oro en el desierto y HaShem le indico a Moshé que el pueblo judío merecía ser eliminado por este gran pecado, Moshé intercedió y le rogó a HaShem que perdone a Su pueblo, y lo pidió que si no los perdonaba, «elimíname de Tu Libro que escribiste» [=mátame]. HaShem le contesta a Moshe: «[Sólo a] aquel que pecó contra Mi, a ese individuo borraré de Mi libro.
De aquí vemos que HaShem no actúa con arbitrariedad sino con una justicia que nos resulta comprensible, en cuanto a que cada ser humano, en función de su libre albedrío,  es responsable por sus propios actos.
Más allá de esta básica noción, es mucho lo que no podemos comprender de la justicia Divina, ya que como se explica ampliamente en el libro de Job, esta comprensión está por encima de nuestro entendimiento.
Algunos ejemplos.
1. Ignoramos, por ejemplo, QUIÉN merece ser castigado o recompensado y quién no. Ya que no sabemos exactamente cómo HaShem mide nuestros méritos y errores. Me explico: Sólo HaShem sabe el verdadero potencial del hombre, «nuestro denominador». Un profesor de matemáticas juzgará a dos estudiantes con la misma vara: Si el estudiante «A» responde correctamente en un examen 8 de 10 preguntas, su puntuación será 8 . Y si el estudiante B responde correctamente 5 de 10 preguntas, su puntuación será 5.  HaShem en virtud de Su omnisciencia (=que lo sabe absolutamente todo) puede saber, por ejemplo, que el estudiante que respondió 8 preguntas tiene la capacidad de responder bien 10 preguntas, pero no hizo su mejor esfuerzo. Mientras que el estudiante que respondió 5 preguntas tiene el potencial intelectual para responder bien 5 preguntas, y él hizo todo lo posible para alcanzar su máximo potencial y lo logró. Ahora bien: mientras que para el profesor de matemáticas, 8 será superior a 5, y «A» será recompensado y «B» será castigado, para HaShem, 5 será superior a 8. Ya que a pesar de que 8 es mayor que 5,  5/5 es mayor que 8/10. El «privilegio» de HaShem es que Él (y sólo Él) conoce el denominador de cada individuo, y por lo tanto, sólo Él puede determinar si A o B merecen ser recompensados.
2. También ignoramos CUÁNDO y DÓNDE se llevará a cabo la justicia Divina.  Los Yehudim creemos absolutamente en la vida después de la vida, en la inmortalidad del alma. No hay recompensa necesariamente inmediata para un acto de bondad, ni un castigo automático para una transgresión. No siempre vemos con nuestros propios ojos el castigo del malvado y la recompensa de los justos. La ejecución de la justicia Divina, tanto el castigo como la recompensa, no se limita a esta vida terrenal. Y es posible que una mala acción sea castigada en el mundo por venir, después de esta vida, y no en la vida terrenal. O viceversa.
3. Tampoco sabemos CÓMO nos castiga o nos recompensa Di-s.
Sabemos que HaShem nunca castiga en el sentido de venganza, y también sabemos que no todos los sufrimientos son un castigo. A veces tenemos que sufrir en esta vida para corregirnos, con el fin de abandonar nuestras malas acciones, o para educarnos en los ideales más altos. Quizás para comprender a los que sufren, o para hacernos más sensibles y llevarnos más cerca de Dios, etc.
Nuestros Sabios también explicaron que hay sentimientos y emociones que son parte de, o que expían, nuestro castigo, como el remordimiento y la culpa. O la pérdida de nuestra propia autoestima por la mala acción cometida, o la pérdida del respeto de los demás, o la vergüenza que nuestro pecado provoca en nuestras familias, o la conciencia de que hemos ofendido a Di-s, que tanto nos da. Todas éstas son formas de «penas» por los pecados cometidos.
En resumen:  HaShem es justo. Las buenas acciones son o serán recompensadas, y la maldad será castigada. Aunque no sabemos con precisión quién, cuándo, dónde y cómo.



Rab Moshé Refael Aguilar (1615-1679) y el tratado de retórica

El Rab Moshé Refael Aguilar fue Rabino de la importante comunidad judía de Amsterdam en el siglo 17. La mayoría de los judíos de esa ilustre comunidad eran hijos de anusim, judíos que vivieron en Portugal, en muchos casos durante 3 o 4 generaciones, aparentando ser cristianos.   Durante todo ese tiempo practicaron y transmitieron el judaísmo a sus hijos en completo secreto,  ya que si eran descubiertos por un sirviente, por un vecino, etc. se los acusaba ante la inquisición, y de ser hallados culpables de «judaizar», sus bienes eran confiscados y los culpables eran condenados a muerte. Generalmente los sentenciaban una horrible muerte: ser quemados vivos en la hoguera. Estos actos públicos eran conocidos com «autos de fe».
Estos heroes judíos que arriesgaban diariamente sus vidas para preservar el judaísmo, fundaron una nueva comunidad en Amsterdam que llegó a ser una de las mas importantes y afluentes comunidades Sefaradíes de todos los tiempos.   Entre otras cosas, los judíos de Amsterdam fueron los primeros en llegar al nuevo continente Americano. Brasil, Curazao, Estados Unidos, etc.
¿Por que Amsterdam?  Porque el el año 1597 el príncipe de Orange (Países Bajos) hizo algo que hasta ese entonces era inédito en los anales de la historia: declaró la total libertad de culto.  Y si bien el contexto de esa libertad de culto tenía que ver más con aliviar las tensiones entre católicos y protestantes, los judíos encontraron por primera vez en siglos una ciudad donde podían observar su religión sin ser perseguidos.
Volviendo al Rab Moshe Aguilar, aparentemente nació en Portugal cerca del año 1615.   Estudió en Amsterdam con el Rab Shaul haLevi Mortera (ver aquí). De joven se destacó en sus estudios y fue elegido para recibir una generosa beca que la comunidad otorgaba a los alumnos mas destacados, esa beca se llamaba «aspaqa» (estipendio).
En 1641 viajó a la ciudad de Recife, Brasil, con su maestro, colega y amigo, rabbi Isaac Abohab de Fonseca , el primer rabino de las Américas (ver aquí). En Brasil se desempeño como Jazán (oficiante litúrgico). En el año 1654, cuando los Portugueses finalmente conquistaron Brasil de mano de los Holandeses, los judíos tuvieron que escapar, ya que los portugueses trajeron al inquisición a America, y si algún «portugués» o descendiente de portugués era descubierto «judaizando,» se lo extraditaba a Lisboa, se lo juzgaba y se lo sentenciaba a muerte. De hecho, un sobrino del Rab Agulilar, Isaac de Castro Tartas (זצוק»ל (1623-1647 fue atrapado por la inquisición en Brasil y extraditado a Portugal.  (Posiblemente escriba sobre él BH la próxima semana).
En 1661 el Rab Aguilar regresó a Amsterdam y allí fue asignado como Rab en el Talmud Torá. Cargo que tuvo hasta el final de sus días.
El Rab Aguilar escribió un total de 22 libros. 5 de ellos en hebreo y 17 en español o portugués.
Algunos de sus libros son:
«Epitome da Grammatica hebrayca» que se subtitula «para uso en las escuelas, del modo que se enseña en el Midrash del Talmud Tora de K. K. Amsterdam». El Rab Aguilar, a pesar de que no era un hombre de muchos recursos económicos, pagó de su propio bolsillo la impresión de este libro.
«Dinim de shehita y bedica», para enseñar a la comunidad las reglas básicas de la matanza ritual de animales. Esto era esencial ya que mucha veces las propias familias hacían shejitá a sus animales.
También escribió «zejer rab», un libro en hebreo, que recopilaba todos los Midrashim del Talmud. Y «sefef hama’asim», un libro donde recopiló todas las historias contadas en el talmud.  Estos dos libros nunca fueron publicados y los manuscritos nunca fueron encontrados.
El libro más famoso del Rab Aguilar se llama «Tratado de la inmortalidad del alma» que escribió en Portugués. Este libro fue escrito como respuesta a un judío hereje Uriel de Acosta, que tal como Espinosa, negaba los principios de la fe judía, y ente ellos la inmortalidad del ama.
El Rab Aguilar escribió también un importante libro llamado «Tratado de Retórica». Retórica aquí se refiere el arte de elaborar y pronunciar  un discurso.  Este libro lo escribió para que sus alumnos, muchos de ellos futuros rabinos, aprendieran a elaborar sermones rabínicos (darushim) haciendo uso de los conocimientos clásicos de retórica. Esto los ayudaría a presentar sus ideas en orden y elegancia, lo cual sería esencial para enseñar tema judaicos, especialmente a personas con pocos conocimientos de judaísmo.
Falleció en 1679 y su Darush fue pronunciado por el famoso Rab Shelomó de Olivera.