PRIMER MANDAMIENTO: ¿Mandamiento o preámbulo?

Comenzaremos a analizar el primero de los Diez Mandamientos. Como veremos inmediatamente, comprender lo que este mandamiento dice no es sencillo.  ¿Por qué?   Principalmente porque el primer mandamiento no está formulado en el modo imperativo. Así dice la Torá: «Yo soy HaShem, tu Dios, que te rescató de la tierra de Egipto, de la casa de esclavos». Aquí no hay, aparentemente, una orden específica como en el caso por ejemplo de «NO ROBARÁS». Este Mandamiento NO nos dice que tenemos que hacer o dejar de hacer algo…
Esta es la primera pregunta que tenemos que abordar: si este Mandamiento es un precepto, una orden a cumplir, o es un preámbulo a los demás mandamientos. Es decir, la forma que el Creador se presenta ante el pueblo antes de pronunciar sus mandamientos.
A través de la historia los rabinos debatieron largamente la naturaleza del primer mandamiento.   Para Maimónides, por ejemplo,  el primer mandamiento, a pesar de no estar formulado en el modo imperativo, expresa una orden a seguir. Como lo veremos en más detalle BH mañana este mandamiento nos ordena «creer en Dios».
Para otros rabinos, como Najmánides o el Rab Jasdai Crescas, el primer mandamiento NO expresa un  precepto específico. El Rab Crescas escribe en su libro «Or HaShem» que no puede haber un mandamiento que nos obligue a creer en la existencia de Dios. Reconocer la existencia de Dios no puede ser una «ley», sino un prerrequisito «filosófico’ (por llamarlo de alguna manera) para todos los demás  mandamientos.  Por lo tanto, explica, el primer mandamiento, que enfatiza la existencia de Dios, es como un preámbulo para todos los demás mandamientos que se presentan  a continuación,  no es un mandamiento en sí.
Ahora trataremos de entender a haRambam, Maimónides. Maimónides por lo general no se mueve un ápice de lo que dice la Guemará. Y la Guemará en Masejet Makot explica que de los 613 preceptos de la Torá, 611 fueron dados por intermedio de Moshé Rabenu, y los dos restantes fueron transmitidos «directamente» por HaShem.   Y esos dos preceptos transmitidos por haShem son el primero y el segundo mandamiento ( אנכי ולא יהיה לך). Esto queda claro también porque solamente los dos primeros Mandamientos están expresados en la primera persona del singular  («Yo soy HaShem tu Dios» … «No tendrás otros dioses delante de Mí») mientras que a partir del tercer mandamiento es Moshé quien se Dirige al pueblo de Israel, y se refiere a HaShem en la tercera persona ( el texto bíblico dice: «No pronunciarás el Nombre de Dios en vano» y no dice «no pronunciarás Mi nombre en vano»). De acuerdo a este texto Talmúdico, el primer mandamiento es una Mitsvá,  un precepto Bíblico, no un preámbulo. Y así, en su famoso libro Sefer haMitsvot, un libro que presenta los 613 preceptos de la Torá, Maimónides menciona el Primer Mandamiento como la primera Mitsvá de la Torá.
Siguiendo esta última opinión, nuestra próxima pregunta es: ¿Cuál es específicamente la orden, el precepto, que se nos ordena seguir y cumplir en este mandamiento que dice «Yo soy haShem tu Dios»? Sobre esto hablaremos, BH mañana.



Rab Moshe Alashqar (1466-1542) , defensor de Maimónides

La ciudad de Zamora, España

 

 

El Rabino Moshe Alashqar (מהר»ם אלאשקר) nació en 1466 en la ciudad de Zamora, España. En 1492, cuando el rabino Moshe tenía 26 años, los judíos fueron expulsados de España. El rab Moshé y su familia sufrieron muchas tribulaciones. Su barco se hundió y él fue capturado por piratas. Al final logró escapar y se estableció en la ciudad de Túnez, junto con el célebre rabino Abraham Zacuto. Desde Túnez se fue a Salónica Grecia. Y luego en 1522 se estableció en Egipto, donde formó parte de la corte rabínica del rabino David Ibn Zimra (El Radbaz). Fue una de las más grandes autoridades rabínicas de su tiempo y, como tal, fue consultado desde todo el mundo.   

Hablemos un poco de sus libros. 

Su obra más famosa es Teshubot Maharam Alashqar, un libro de 120 preguntas y respuestas sobre muy diversos temas Halájicos . 

Un ejemplo (Teshuba 96). La pregunta original trata de la determinación de la fecha de la circuncisión de un niño que nació entre el atardecer y el anochecer (ben hashemashot) de un viernes , al comienzo del Shabbat. La pregunta es si este segmento de tiempo se considera parte del día viernes o del Shabbat. De acuerdo a esta determinación se fijará la fecha de la circuncisión para el próximo viernes o sábado.  El Rab Alashqar analiza las diferentes opiniones Halájicas que discuten cuándo comienza y cuándo termina un nuevo día desde el punto de vista legal. Para eso el rab Alashqar cita el Talmud en Pesajim p. 94. El Talmud registra un debate  que tuvo lugar en el primer siglo de la era común entre los sabios judíos y los sabios griegos. Los sabios judíos pensaban que durante el anochecer, cuando el sol se oculta por el oeste, se traslada por encima de la «bóveda celestial», y luego desciende y aparece por la mañana por el este. Mientras que los sabios griegos creían que por la noche el sol se trasladaba por debajo de la tierra, de oeste a este.

Al final, el Talmud concluye diciendo que los rabinos admitieron que los sabios griegos tenían razón. ¿Cómo llegaron a esa conclusión? Porque observaron que por la noche el agua de los océanos, ríos y lagos está más cálida que durante el día, y esto sólo tiene sentido si el sol se traslada por debajo de la tierra y no por arriba de la bóveda celestial.

En la edad de media, como 10 siglos luego que este debate tuvo lugar, los rabinos debatieron acerca de qué significa exactamente la «admisión» de los rabinos del talmud. Rabenu Tam y Najmánides opinaron que, siendo que los rabinos del Talmud no pueden estar equivocados, lo que el Talmud quiso decir es que los rabinos admitieron «el razonamiento» de los sabios griegos pero no los hechos (de aquí la famosa opinión de Rabenu Tam, para quien ben hashemashot –el crepúsculo o el período de tiempo entre el atardecer y el anochecer– dura 72 minutos, ya que «durante la noche el sol se desplaza por encima de la bóveda celestial»).  

Por el otro lado Maimónides y otros rabinos afirmaron que debemos entender la admisión de los rabinos literalmente, como reconociendo un error en la apreciación de los hechos. De acuerdo a esta opinión los rabinos del Talmud revaluaron sus previos supuestos y cambiaron de opinión basados en los nuevos elementos que analizaron. Para Maimónides, esta admisión, lejos de socavar la autoridad de los rabinos, demustra la integridad intelectual de los sabios del Talmud y su pasión por la búsqueda de la verdad (de acuerdo a esta conclusión para Maimónides y otros rabinos el ben hashemashot dura alrededor de 14 minutos, no 72. Y esto, por suepusto afecta la determiancion de cuándo empieza un nuevo día…). 

El Rab Alashqar se inclinó por la opinión de Maimónides, quien explicó que los rabinos son la autoridad suprema e indiscutible en la ley judía (son la corte Suprema de Justicia), pero en otras áreas (ciencias, por ejemplo) en las que no se recibió una tradición oral, las opiniones de los rabinos están abiertas al debate.

Otra  de las respuestas más famosas del rab Alashqar, que es casi un libro independiente,   es la responsa 117 de su libro conocida también como Hasagot (= refutaciones), donde el Rab Alashqar rechaza los argumentos de Rabí Shem Tob ben Shem Tob quien había escrito muy críticamente contra las ideas de Maimónides en su Moré Nebujim, la famosa «Guía de los perplejos».  El Rab Alashqar admiraba a Maimónides y en su libro Hasagot defendió apasionadamente sus ideas filosóficas. Muy interesantemente, cuando el Rab Alashqar defiende a Maimónides demuestra una y otra vez que la mayoría de sus críticos no entendieron cabalmente a Maimónides ya que no leyeron el Moré Nebujim en el idioma que éste fue escrito originalmente, árabe, lo que creó infinidad de confusiones.

 En 1539 se estableció en Erets Israel. Falleció en 1542 y fue enterrado en Yerushalayim.

Para leer y estudiar el libro del Rab Alashqar haga click aquí. 

 

 




ABOT 3:1: El síndrome del jinete dormido

דע מאין באת….
¿De dónde vienes, a dónde vas y frente a Quién darás cuenta de lo que hiciste con tu vida?   
En esta Mishná Aqabiyá ben Mahalalel nos recuerda el apasionante tema de la interacción entre cuerpo y alma.  Dice que la mejor forma de evitar cometer una transgresión es recordar que mi cuerpo viene de algo que es materialmente insignificante («una gota fétida…»), y también se dirige hacia la nada («comida para gusanos»). Mientras que mi alma tiene un origen divino, y una naturaleza que no es material. No está formada de átomos moléculas o células, y además, o por eso, no muere ni desaparece, sino que persiste, existiendo después de la muerte del cuerpo. Mi alma, en otras palabras,  es: «YO menos mi cuerpo». Después de la vida, mi alma tiene absoluta conciencia de su identidad (mi alma sabe que ella soy YO) preserva (¿preservo?) mi memoria (lo que hice con mi vida) y mi conciencia moral.  Y por lo tanto puede/o y debe/o rendir cuentas ante el Juez Supremo de lo que logró/logré durante su/mi existencia terrenal, cuando yo/mi alma estuve/o integrado/a a mi cuerpo.
Reconozco que es muy complicado hablar o describir el alma, especialmente después de la vida, ya que como dijimos, no se trata de un órgano del cuerpo o una parte física del cerebro.
Siempre estuve atento a encontrar alguna metáfora que me ayudara a visualizar mejor qué es el alma, en sí y en relación con el cuerpo.   Por mucho tiempo pensé que cuerpo y alma se podrían comparar a un auto y su conductor. El auto es el cuerpo y el conductor el alma que conduce al cuerpo.  Luego se me ocurrió que sería más preciso hablar de un taxi, (o un Uber…). El automóvil es nuestro cuerpo, el conductor es nuestro cerebro, y el alma soy YO,  el pasajero.    El taxista sabe cómo manejar el auto, y cómo llevar al pasajero por el mejor camino posible, etc. pero no decidirá por sí mismo hacia dónde manejar. Es el pasajero quien tomará esa decisión y determinará el destino final….
Pero creo que, aunque un poco mejor que la primera, la metáfora del taxi está lejos de ser «perfecta». Un ejemplo que creo que ilustra más claramente la naturaleza del alma y su interacción con el cuerpo, es el del jinete y el caballo. El jinete, obviamente, es el alma y el caballo, nuestro cuerpo.  El jinete necesita al caballo para alcanzar su meta y llegar a destino. El jinete sabe que el caballo tiene sus necesidades materiales y no las desatiende. El jinete alimenta al caballo, le da de beber, lo hace descansar, lo lleva seguido al veterinario, y a veces lo mima. Hace todo lo posible para que su caballo esté satisfecho, y lo más fuerte y sano posible. Este es el escenario ideal en el cual jinete y caballo son interdependientes, colaboran uno con el otro y sinergizan.
Pero hay otros posibles escenarios no tan positivos. ¿Qué pasa si el jinete NO sabe dónde ir, o siente que NO hay una meta que alcanzar, y por lo tanto sólo hay que matar el tiempo y dejarse llevar por el caballo? ¿O qué pasa cuando el jinete no puede controlar a su caballo, se rinde y termina soltando las riendas? Probablemente el peor, y quizás más común escenario sea el siguiente:  ¿Qué pasa si el jinete nunca aprendió que él ES un jinete, un ente independiente de su caballo? En otras palabras, ¿qué pasa si el jinete desconoce, o pierde o confunde su identidad y se siente más un centauro (esos hombres-caballos de la mitología griega) que un jinete montado a caballo? En todos esto casos, a diferencia del conductor de taxi que no se moverá de su lugar hasta que el pasajero le indique hacia dónde ir, el caballo, que tiene vida propia, hará su vida de caballo… su preocupación existencial será buscar la mejor calidad y acumular la mayor cantidad del más sabroso pasto. Descansará cuando le de las ganas y correrá, sin una meta específica, detrás de yeguas o de cualquier otra cosa que lo atraiga….  el caballo no se quedará inmóvil esperando las órdenes de un jinete dormido…
La Torá nos enseña que somos jinetes, no centauros, y que debemos estar constantemente conscientes de que hay una meta NO MATERIAL a alcanzar. También nos enseña, con una gran cantidad de Mitsvot, cómo alimentar a nuestro caballo, cuidarlo de lo que lo va a perjudicar, darle descanso, domesticarlo y controlarlo. Mantenerlo sano y fuerte para que nos lleve a nuestro destino, sabiendo que algún día nos bajaremos de nuestro caballo, nos despediremos de él, muy agradecidos, y continuaremos nuestro camino, desde el punto que, con su ayuda, pudimos alcanzar.



ABOT 3:1: Integridad, sin excepciones

En el tercer capítulo de Pirqué Abot nos encontramos con Aqabiyá ben Mahalalel, un prominente rabinos de la época de la Mishná, que vivió durante la primera mitad del primer siglo de la era común.  Antes de referirnos lo que él dijo, veamos algo acerca de la personalidad de  Aqabiyá ben Mahalalel.
Aqabiyá era un rabino que se destacó por su extrema lealtad  a sus maestros y por su integridad moral, que fue puesta a prueba en más de una ocasión.  El episodio que más marcó la vida y la obra de Aqabiyá fue que mantuvo su opinión en 4 temas rabínicos ( טומאת שער הפקודה,  דם ירוק y otros que no vamos a describir porque son temas extremadamente técnicos). De cualquier manera,  sabemos que, por un lado,  tenemos que ser fieles a las tradiciones que hemos recibido de nuestros mayores, y esa lealtad a la tradición recibida es absolutamente crítica en la relación maestro-alumno. Los maestros confían que sus alumnos seguirán sus pasos, y los discípulos consideran una cuestión de honor transmitir la tradición recibida de sus maestros. Por otro lado, como sabemos, a veces surgen distintas opiniones entre los rabinos, como existen diferencias entre los jueces o legisladores de cualquier país,  y cuando esas diferencias no se resuelven en el marco del debate y la argumentación rabínica, entonces la corte Rabínica vota, y se adopta la opinión de la mayoría.  En el caso de Aqabiyá ben Mahalalel, estos dos principios la lealtad a sus maestros y el seguir la opinión de la mayoría de los Rabinos de mayoría, entraron en conflicto: por un lado, sus maestros le habían enseñado la opinión A, y por el otro lado, la mayoría de los rabinos de su generación sostenían la opinión B.   Los Rabinos colegas instaron a Aqabiyá a cambiar su opinión, pero él se opuso. Entonces los rabinos le hicieron una propuesta irresistible:  sabiendo que Aqabiyá tenía los conocimientos y los méritos suficientes, le ofrecieron que , si cambiaba de opinión, iba a ser asignado como el Presidente del tribunal rabínico de todo Israel!!!  Para sorpresa de todos, Aqabiyá se opuso.  Y dijo «Prefiero que me tomen por tonto por el resto de mi días (por no haber aceptado esa gran oferta) a que alguien alguna vez pueda llegar a pensar que yo sea una persona corrupta» (    מוטב לי ליקרות שוטה כל ימי….).
Lo más interesante es que antes de morir le dijo a su hijo que él debía seguir la opinión de la mayoría de los sabios, y no la suya.  Su hijo le preguntó: «Pero padre, toda tu vida mantuviste tu opinión y ahora me pides que yo adopte la opinión contraria». A lo que cual Aqabiyá respondió: «Yo recibí la tradición de mis maestros, que en esos tiempos eran la mayoría; y mis colegas siguen la opinión de sus maestros… pero tú, sólo has recibido la tradición de mí, un individuo. Mis colegas son ahora la mayoría, tú debes respetar a los nuevos líderes y adoptar su opinión…»
La Guemará también nos cuenta un episodio, muy relevante para nuestros días, que demuestra la integridad sin límites de este ilustre Jajam. Al final de los días de Aqabiyá, su hijo le pidió un favor muy «común».  Le dijo algo así: «Querido padre, tu eres muy respetado y admirado entre los Jajamim. Tus colegas harían cualquier cosa por ti. Te pido que por favor me recomiendes. Que hables con alguno de tus amigos para que yo tenga acceso más fácilmente a un cargo de prominencia.»   Aqabiyá ben Mahalalel formuló entonces uno de los enunciados Rabínicos más famosos de todos los tiempos, cuatro palabras hebreas que se convirtieron en el estandarte de la integridad moral y el rechazo al nepotismo, al tráfico de influencias y la denuncia a otras formas similares de corrupción. Sus palabras fueron textualmente: מעשיך יקרבוך ומעשיך ירחיקוך, que significa: «Que sean tus propias acciones las que te acerquen (a ese cargo que anhelas) o te alejen (de ese cargo)».  En otras palabras: Yo no te voy a recomendar a mis colegas. Lo que realmente importa son tus méritos, y no tus conexiones familiares.  Tienes que concentrarte en hacer méritos para obtener el puesto que tanto anhelas, ganarlo por tus acciones, no por mi influencia.
 Continuará….  



YOM HAATZMAUT y la sinagoga de Marsella

 אִם-יִהְיֶה נִדַּחֲךָ, בִּקְצֵה הַשָּׁמָיִם מִשָּׁם, יְקַבֶּצְךָ ה’ אֱלֹהֶיךָ, וּמִשָּׁם, יִקָּחֶךָ. וֶהֱבִיאֲךָ ה’ אֱלֹהֶיךָ, אֶל-הָאָרֶץ אֲשֶׁר-יָרְשׁוּ אֲבֹתֶיךָ וִירִשְׁתָּהּ; וְהֵיטִבְךָ וְהִרְבְּךָ, מֵאֲבֹתֶיךָ
  4 ‘דברים ל
Hoy celebramos con mucha alegría y agradecimiento a HaShem el 68 aniversario de la creación del Estado de Israel. En al opinión de muchos rabinos, a la cual adhiero, la creación de Medinat Israel es parte de una profecía Bíblica que en nuestros días vemos concretarse.
En el capítulo 30 del libro de Debarim (Deut.),  la Torá dice que el pueblo judío será exiliado y perseguido si no cumple su parte del pacto con HaShem. Luego la Torá describe un proceso de reconciliación entre HaShem y Su pueblo que culmina con el regreso del pueblo elegido a la tierra de Israel. Este proceso es increíblemente compatible con lo que estamos viendo y viviendo en nuestros días.
Veamos:
Hace 3500 años la Torá anticipó que seremos exiliados, de nuestra tierra, pero a diferencia de TODOS los demás pueblos exiliados en la historia de la humanidad, nos aseguró la Torá que NO vamos a desaparecer en el exilio, seguiremos siendo «el pueblo de Israel». En el exilio, viviremos como «extranjeros entre otros pueblos», y el no asimilarse tendrá su precio: no seremos bienvenidos por nuestros anfitriones.    Esta antipatía universal, a su vez, nos protegerá de la tentación a asimilarnos…
La Torá también anticipó que, a diferencia de otros pueblos exiliados, que por lo general se reubicaron en un solo lugar, como los antiguos fenicios que se concentraron en Cartago, el pueblo judío se dividirá por todos los confines de la tierra…
Luego llega la profecía de la reconciliación:
El pueblo judío despertará de su letargo y apatía :
Capitulo 30: 1 Y cuando todas estas cosas [malas] te sucedan (= el exilio, las persecuciones, el sufrimiento) … reflexionarás en tu corazón…  30: 2 «Y regresarás a HaShem tu Dios y obedecerás Su voz… tú y tus hijos, con todo tu corazón y con toda tu alma.»
HaShem, entonces, hará posible que regresemos a casa …
30:3 «Y HaShem vuestro Dios te traerá de regreso del cautiverio (= exilio), y tendrá misericordia de ti. Y te reunirá de entre todos los pueblos donde HaShem tu Dios te haya dispersado.» 30:4 «y aunque los exiliados se encuentren más allá del horizonte, desde allí te recogerá HaShem tu D-s y desde allí te llevará [a tu tierra].»  30:5 «Y HaShem tu Dios te llevará a la tierra que heredaron tus padres, para que tomes posesión de ella. Y te hará más próspero y más numeroso que tus antepasados.» 
El proceso de regreso a la tierra de Israel desde todos los confines del planeta (desde Rusia a Sudáfrica, desde Norteamérica hasta Sudamérica, desde Suecia hasta Australia…) está ocurriendo en nuestros días. La tierra ya está allí, transformada en un país que nos espera con los brazos abiertos. Más y más judíos regresan a la tierra que HaShem le concedió a nuestros padres. Israel es un país muy próspero y moderno, y el número de Yehudim que allí viven, nunca fue tan alto. Sin duda todavía queda mucho por hacer en cuanto a mejorar  nuestra reconciliación personal y colectiva con HaShem. Pero este proceso de TESHUBA ha comenzado y sigue siendo cada vez más sólido.
Quiero terminar con una noticia que, me parece, es un símbolo inequívoco de esta profecía, y posiblemente marca una tendencia de consecuencias positivas inimaginables.
Uno de los desafíos más grandes para la concretización de esta profecía es la dificultad que para muchos judíos representa emigrar a Israel. Irónicamente, cuanto más próspero es el país donde un judío vive (piensen en Estados unidos, Inglaterra o Francia) más difícil resulta tomar la decisión de emigrar.
En este contexto, veamos lo que ocurrió en Francia la semana pasada. Esta es la noticia según reporta la BBC:   «For the first time… Por primera vez, una sinagoga en Marsella será vendida a una organización musulmana para ser transformada en una mesquita…. «.
Y aunque ésta parece ser la inevitable tendencia y el inexorable destino que Europa ha elegido para su propio futuro, cerrar una sinagoga, aparentemente,  representa una tragedia…
Pero creo que hay que evaluar esta «triste» noticia desde un ángulo diferente. Esta sinagoga no se cierra porque los judíos están abandonado el judaísmo ¡se cierra porque los judíos están abandonando Francia! En los últimos años la emigración de judíos franceses a Israel ha crecido exponencialmente. En los 90’s muy pocos judíos emigraron a Israel… En el año 2014, más de 7,000 judíos franceses se radicaron en Israel. En 2015, más de 8,000. Y se prevé que el próximo año lleguen otros 12,000.  Los judíos franceses, Baruj haShem, están «invadiendo» Israel: los vi en Netanya, en Ashdod, en Bet-Shemesh, en Yerushalayim… Los judíos franceses son, en su gran mayoría, muy tradicionalista. Y le puedo garantizar al lector que por cada sinagoga que se cierra en Francia, ¡por lo menos 50 nuevas sinagogas se inauguran en Israelpara los judíos franceses! 
Este milagro moderno sólo es posible y realizable porque HaShem nos dio el mérito de tener nuestro propio  estado judío, Medinat Israel.
Somos, probablemente, la generación más privilegiada de toda la historia del pueblo judío. Creo que, más que los testigos, somos los protagonistas de esta  profecía. «SOMOS» esa profecía.
IMPERDIBLE!!!
 
Hertzel Bitton, un chofer de autobús de Israel que evitó un atentado terrorista el año pasado, dijo estas hermosas y profundas palabras anoche en Jerusalem al encender una de las antorchas en la celebración oficial de Yom haAtsmaut 



ABOT 1:1: Justicia y educación

 

הוו מתונים בדין והעמידו תלמידים הרבה
La primera Mishná de Pirqué Abot menciona a los Anshé Keneset haGuedolá, la Gran Asamblea legislativa rabínica que surgió cuando los Yehudim regresamos de Babel a Yerushalayim para construir el Segundo Bet haMiqdash y repoblar Erets Israel, alrededor del siglo 5to antes de la era común.
Los puntos estratégicos que los hombres de esta Gran Asamblea pronunciaron para reorganizar al pueblo judío en su restablecimiento como nación fueron tres: hoy veremos los dos primeros.
JUECES
En primer lugar, formularon un llamado de atención a los jueces. La estatura moral de una sociedad se mide por el nivel ético de sus jueces. Si los jueces son sobornables, corruptos, o incluso negligentes, esa sociedad no llegará a buen puerto. En este caso Anshé Keneset haGuedolá no necesitaban referirse a la honestidad de los jueces judíos, un elemento que siempre fue característico de los jueces de Am Israel. Pero sí se refirieron al cuidado que deben tener los jueces a la hora de emitir un veredicto. Y aconsejaron que los jueces sean «medidos» en la administración de la justicia (הוו מתונים בדין), lo cual significa que no deben apresurarse, sino que deben examinar con cuidado las evidencias y los testimonios y recién después arribar a la conclusión final.  El Rab Durán, en su comentario, dice algo muy interesante sobre este punto:  que no debamos apresurar el veredicto no significa que haya que retrasar la justicia innecesariamente. En un caso, por ejemplo, donde las evidencias son decisivas, incuestionables y están a la vista, un juez que demore su veredicto estará de hecho corrompiendo la justicia.  La justicia deliberadamente lenta es justicia corrupta.
LIDERAZGO RABÍNICO
En segundo lugar, los hombres de la Gran Asamblea discutieron el tema de la educación y el futuro del liderazgo rabínico y se pronunciaron a favor de enseñar a la mayor cantidad de alumnos posible. El Rab Durán explica que siempre existió un serio debate sobre este tema entre los sabios de Israel.  Un grupo de Sabios sostenía que había que aceptar en la Academia rabínica sólo a ciertos alumnos. El gran sabio Shammai, por ejemplo, dijo que él sólo aceptaría en su academia a un alumno inteligente, humilde, de buena familia y con un buen pasar económico (esto último, para que no se vea obligado a abandonar sus estudios prematuramente por necesidades económicas). Rabbán Gamliel también sostenía que sólo se deben aceptar alumnos que sean honestos e íntegros  (תוכו כברו), ya que de otra manera un alumno deshonesto, al convertirse en Rabino, podría utilizar su conocimiento de Torá para engañar a la gente, lo cual agregaría a esta falta una terrible profanación del nombre de Dios.     Por el otro lado, Hillel y un poco más tarde Ribbí El’azar ben Azariá sostenían que se debe enseñar Torá a todos los alumnos que quieran aprender, aunque no posean de antemano un carácter moral perfecto, ya que abundan los ejemplos de Talmidé Jajamim, sabios y grandes líderes rabínicos, que no venían de un pasado honesto (Resh Laquish, por ejemplo). Sin embargo, cuando estos jóvenes tuvieron la oportunidad de estudiar Torá, se corrigieron, ya que la Torá los transformó en personas íntegras.     Para resumir, algunos Jajamim pensaban que la Torá, el conocimiento y el prestigio de quienes la estudian, podrían ser mal utilizados por los alumnos que no tuvieran los pre-requisitos morales necesarios antes de ser admitidos en la Yeshibá. Mientras que otros rabinos sostenían que esa posibilidad era muy remota, ya que a diferencia de cualquier otro aprendizaje, estudiar Torá no consiste en adquirir un conocimiento informativo sino esencialmente formativo. La Torá nos «educa»y nos «transforma» en mejores seres humanos.  Y si bien, como el lector podrá apreciar, ambas opiniones tienen sus méritos, se podría decir que a la larga la opinión menos elitista, la que sostiene que no hay que limitar la admisión de alumnos, es la que finalmente se impuso.
El Rab Durán agrega un elemento adicional, una figura estadística, que justifica este enunciado de los hombres de la Gran Asamblea en favor de no limitar la admisión de estudiantes rabínicos.  Él dice citando la experiencia registrada por los Sabios del Midrash (Qohelet Rabbá 7:28) que una institución educativa que acepta 100 alumnos «normales» producirá 10 alumnos «sobresalientes». Y que de esos 10 alumnos sobresalientes, que seguirán estudiando, sólo uno o dos se transformarán en los líderes rabínicos de cada generación.



ABOT: El judío ideal i el ideal judío

כי ידוע הוא שהמעלה הגדולה אשר אין אחריה מעלה היא שיהיה האדם טוב לשמים וטוב לבריות
מגן אבות לרשב»ץ , הקדמה
Rabbi Shimon Duran (Rashbets, 1361-1444) explains in his introduction to the commentary of Pirqe Abot, Magen Abot, that the reason we study this Mishna before Shabuot, is to prepare ourselves to reach the level of «Hasidut».
«Hasid» is translated today as pious, or is usually associated with a movement of followers of a prominent rabbinical figure. We will see now how Rabbi Duran defined the concept of «Hasid» in his book. Rabbi Duran quotes the Gemara in Qiddushin 40a saying that we might find a man that is a «tsadiq», a righteous man, but not a good man. For example, when someone is very scrupulous in his relationship with God, but does not behave well towards his or her peers. Rabbi Duran explains that «the highest level, above which there is no other level, is when a person is good toward HaShem and good toward other people. And when a Yehudi reaches this ideal level he is called «Hasid». «Hasid», in other words, is the highest level a Jew should aspire to reach.
Let’s see now how Rabbi Duran describes in detail the characteristics of a Hasid.
1. CONNECTION WITH HASHEM
The ideal Jew must be in permanent contact with God. Since you’re up in the morning until you go to bed at night, you must have the name of HaShem in your lips. Praying three times a day, reciting the berakhot every time you eat, and studying Tora during throughout the day and at night. Rabbi Duran mentions that the epitome (the highest level, the almost «utopian») connection with HaShem was reached by the «Hasidim Rishonim», the «old Hasidim» mentioned by the Mishna Berakhot. They used to meditate at length in their prayers, a task that took nine hours of their day.  The first element that you must develop in order to be a Hasid is a very strong relationship with God. Having HaShem constantly in your heart, mind and lips. However, if a Jew only dedicates to cultivate his or her relationship with God, he is NOT considered a Hasid, an ideal or complete Jew. There are two other dimensions to be developed to achieve this ideal.
2. INTEGRITY
The Gemara in Baba Qama 30a tells us that the «Hasidim Rishonim», the same Jews who prayed nine hours a day, were also very scrupulous in their ethical behavior. These Hasidim, the Gemara says, were extremely careful not to steal or to cause any harm to anyone. The example mentioned by the Gemara, incredibly modern, illustrates how did the Hasidim Rishonim get rid of their broken glass or branches with thorns. While normal people would simply hide this type of waste superficially with a little soil, the Hasidim Rishonim dug a hole of at least 1 foot deep, and would placed there the broken glasses and thorns, to avoid causing any harm, even to those who perhaps years later might be working that parcel with their plow. These Hasidim were extremely careful in avoiding any direct or indirect harm or injury to others.
3. GEMILUT HASADIM
The third element that characterized the Hasidim Rishonim was «kindness», hesed, acts of goodness. Do not forget that the word «Hasid» comes from the word «Hesed». Hesed means my predisposition to help other people, even if they have not asked for my help. Sometimes Hesed consists in helping others with financial assistance (tsedaqa). Many other times, people need a different type of assistance, which cannot be bought or replace with money: for example, visiting a sick person, encouraging him, and bringing a word of encouragement and hope, is not something you can do with money, but with your «presence»and with your time. The same can be said of nihum abelim, comforting the relatives of someone who has just died. What brings comfort to the bereaved is our presence. Something similar happens when we invite people to our house for dinner on Shabbat, etc, hakhnasat orehim, we do not offer money but company, sharing time together. We do acts of Hesed, goodness, either with our money (tsedaqa) or with our presence and our time (gemilut hasadim).
Rabbi Duran gives us a good definition of what does it mean to be a role-model Jew. On the one hand, building and maintaining an ongoing relationship with HaShem, and on the other hand, being extremely honest, caring and above all generous and sensitive, doing everything in our power to help others, with our means and with our time.
Rabbi Duran concludes: Why should we study Pirqe Abot? Because this treatise of Mishna contains the advices of our sages to become a real «hasid», the best possible Jew with HaShem and with one’s peers.



Preparativos para Pesaj, esta noche y mañana

JUEVES 21 DE ABRIL
Como ya lo explicamos, una de las prohibiciones bíblicas de Pésaj es mantener Jamets en nuestra posesión durante Pésaj. Para evitar esto, antes de Pésaj limpiamos nuestra casas y otras propiedades (automóvil, oficina, etc.) y sacamos todo los alimentos Jamets que puedan encontrarse allí.

 

Luego, hoy a la noche, cuando salen las primeras estrellas (en NY a las 8.00pm), hacemos la Bediqat Jamets, es decir, la última inspección para buscar cualquier  alimento Jamets que podría haber quedado en nuestra propiedad después de la limpieza.
Recuerde que uno sólo tiene que deshacerse del Jamets que es comestible (apto para el consumo humano o animal).

Las  pastillas  o  píldoras  médicas  que  se tragan  con  agua,  los  perfumes,  cosméticos,  artículos  de  limpieza  o cualquier  artículo  no  comestible,  puede  quedar  en  nuestra  posesión durante Pésaj, independientemente de su composición.

Los utensilios Jamets deben  ser guardados en un lugar cerrado hasta después de Pésaj.
Bediqat Jamets
¿Cómo hacemos la Bediqat Jamets? Con la ayuda de una vela o una linterna, buscamos en todos los lugares de nuestra casa donde podríamos haber traído, comido o almacenado alimentos. Debemos buscar especialmente en la cocina y en todos los espacios de almacenamiento de alimentos, como la despensa, el refrigerador, el congelador y los lugares en los que por lo general se guarda comida. En la bediqa estamos buscando especialmente «comida» Jamets: golosinas con jamets, galletas, pastas, alimentos congelados, bebidas de proteínas, cereales, y bebidas alcohólicas hechas a base de grano (cerveza, whisky, la mayoría de vodkas, etc).
Antes de comenzar la bediqá decimos esta berajá (bendición)
«BaruJ Ata A- donay, E- lohenu MeleJ ha’Olam Asher Quiddeshanu beMitSvotav veTsivanu Al Bi’ur Jamets»

 

Al finalizar la bediqa guardamos, por un a lado el Jamets que vamos a «eliminar» mañana por la mañana, y por otro lado, el Jamets que vamos a consumir mañana por la mañana.

 

Y entonces decimos el primer kal Jamirá, la fórmula para renunciar a la posesión de cualquier Jamets que nos pertenezca y que no hayamos encontrado

 

KAL JAMIRA DEIKA BIRSHUTI, DELA JAZITEH VEDELA BIARTEH, LIBTIL VELEHEVE HAFQER KE’AFRA DEAR’A.
«Todo jamets o levadura que me pertenezca, que no haya visto ni haya eliminado, que sea considerado sin dueño como el polvo de la tierra»

 

 
VIERNES 22 de ABRIL
Bi’ur Jamets (Deshacernos del Jamets)
Por la mañana, sólo podemos comer Jamets hasta la cuarta hora del día (en NY hasta las 9.50 de la mañana) . Una vez que terminamos de comer el jamets, recogemos los restos del jamets de esta mañana, lo juntamos con el resto del jamets que dejamos ayer y procedemos a eliminarlo. Esto se puede hacer tirando el Jamets a los pájaros, a los peces, en una basura pública o vendiéndolo a una persona no judía. Muchos acostumbran a quemarlo, siguiendo la antigua tradición expresada en la Mishná, y porque el Jamets simboliza la arrogancia, y de esta manera demostramos que nuestras almas deben estar limpias y purificadas de la soberbia.

 

 
Bitul Jamets
Al terminar la eliminación del Jamets procedemos a su última anulación (=declarar nuestro Jamets  sin dueño). Y una vez más pronunciamos la declaración «Bitul Jamets», pero más detallada:

 

KAL JAMIRA DEIKA BIRSHUTI, DEJAZITEH VEDELA JAZITEH, DEBIARTEH VEDELA BIARTEH, LIBTIL VELEHEVE HAFQER KEAFRA DEAR’A.

 

«Todo jamets o levadura que me pertenezca, que haya visto o no haya visto, que haya eliminado o que no haya eliminado, que sea considerado sin dueño como el polvo de la tierra«

 

La eliminación, en cualquiera de sus formas, y la anulación del Jamets, tiene que ser hecho hasta la quinta hora del día. En Nueva York eso es aproximadamente, las 11.06am de la mañana.
A partir de esa hora,  no se puede consumir ni hacer ninguna venta o anulación del Jamets.

Para averiguar los horarios en su ciudad de residencia, consulte aqui




PESAJ, en el Bet haMiqdash

La víspera de Pésaj, el 14 de Nisan, era un día muy intenso en el tiempo del Bet haMiqdash. Cientos de miles de Yehudim habían llegado a Yerushalayim desde todos los confines de Israel y se disponían a sacrificar el qorbán pésaj (=la ovejita o cabra que se sacrificaba y se consumía por la noche). Los que venían de afuera de Yerushalayim se hospedaban en casa de familiares o conocidos, o muchas veces, donde hubiera lugar. En general las casas en Yerushalayim estaban abiertas para todos los que quisieran hospedarse. Cuando no había más lugar disponible, se anunciaba colgando un paño rojo arriba de la puerta.
La gente se juntaba en grupos de familias llamados «jaburot» o en singular «jaburá». Cada jaburá, que podía consistir de 50, 60 y hasta 100 personas, compartían un mismo qorbán. La ovejita era llevada por la tarde del 14 de Nisán al Bet haMiqdash por uno o dos representantes de cada jaburá, y allí era sacrificada.  Luego el animal era asado entero, en una sola pieza.  Por la noche, siendo ya el 15 de Nisán, se realizaba el Seder de Pésaj, más o menos como lo hacemos hoy. Se leía la Hagadá, se hacían las preguntas de Ma Nishtaná, se servía mucha comida, incluyendo otros qorbanot como jaguigá, y todo acompañado, por supuesto, de matsá y maror. La gente se sentaba sobre almohadones y comían reclinados, como los nobles. Se bebían las cuatro copas de vino brindando por nuestra salvación, redención, libertad, y asignación como pueblo elegida, y al final de la cena, antes de la medianoche, se repartía el qorbán pésaj como afiqomán (última comida, o «postre») entre todos los miembros de la jaburá.  Cada uno tenía que comer de ese qorbán por lo menos un pedazo del tamaño de una aceituna (kazait).  Luego del qorbán Pésaj se recitaba el Birkat haMazón, la bendición de agradecimiento a HaShem por nuestra comida.
Hacia la medianoche, una vez terminada la cena de Pésaj, todo el mundo subía a las terrazas de Yerushalayim, y desde allí, mirando hacia el Bet haMiqdash, que estaba iluminado por la luna llena, todo el pueblo cantaba el Halel (los salmos de Tehilim que se recitan en agradecimiento a HaShem por habernos liberado de Egipto).  Las voces de millones de Yehudim cantando el Halel, todos al mismo tiempo, llenaban la ciudad de una melodía inigualable. La Gemará describe que esas voces eran tan poderosas que la gente sentía que las terrazas de la ciudad se movían.
Luego de la destrucción del Bet haMiqdash,  acostumbramos a poner en la bandeja de Pésaj, la que’ará, un hueso con carne (o entre los Ashkenazim, una pata de pollo) para recordar el qorbán Pésaj. Y también, al final del Seder comemos una porción adicional de Matsá, Afiqomán,  en recuerdo del qorbán Pésaj, diciendo:  «[Comemos esta matsá ]en recuerdo al qorbán Pésaj, que se comía una vez que uno está satisfecho» 
También recitamos el Halel, al concluir la Hagadá, después de comer el Afiqomán.  En realidad lo recitamos dos veces: primero en la Sinagoga  y luego en casa, al final del Seder.
Hay otra hermosa costumbre, que muy pocos practican hoy en día, que se hacía en recuerdo a ese famoso Halel del Bet haMiqdash.  ¿Saben cuándo solía la gente hornear las Matsot que se utilizaban en el Seder de Pésaj?  El 14 de Nisán, después del mediodía de la víspera de Pésaj. Exactamente cuando se acostumbraba a sacrificar el qorbán Pésaj. Este es el tiempo ideal para preparar las Matsot (Mitsvá min hamubjar), que es similar al tiempo que se preparan las jalot en un viernes normal. Y mientras se preparaban las Matsot en la víspera de Pésaj, ¡se acostumbraba a cantar el Halel! Hoy en día, esta costumbre virtualmente se perdió, excepto en algunas comunidades judías de Yemen y  Kurdistán.
יהי רצון שנזכה לחגוג את חג הפסח בבנין בית תפארתינו במב»י, אמן
Lea este fabuloso artículo del New York Times , donde un chef escribe sobre la Matsá Shemurá. El chef, judío, se asombra del sabor especial de esta Matsá, y descubre que su sabor se debe a la calidad del grano, ya que está cuidado desde el momento de la cosecha. El artículo también describe, con mucho respeto y admiración, el conocimiento y la exquisita rigurosidad del Rab encargado de supervisar el proceso de elaboración de la Matsá Shemurá.    
El artículo original está en inglés, haga click aquí para leer una traducción «improvisada» al español de este artículo, hecha basicamante por translate.google.com 



Limpiando y preparando la cocina para Pésaj

En un artículo anterior (ver «Jamets Invisible») explicamos cómo esterilizar para Pésaj los utensilios de cocina. Hoy nos dedicaremos un poco más a electrodomésticos  y mesadas. Presentaremos también dos videos que pueden ser muy útiles para visualizar lo que hay que hacer.
Como ya dijimos hay dos formas de Jamets, el Jamets visible, o sea los restos de comida jamets, y el «invisible», es decir el Jamets que en el proceso de cocción fue absorbido en las paredes o superficies de los elementos que usamos para cocinar o calentar comida.  Antes de Pésaj debemos remover esos dos tipos de Jamets.  Primero debemos estar seguros que no hayan restos de jamets visible. Luego, tenemos que hacer algo para «esterilizar» los utensilios, electrodomésticos, etc. del Jamets absorbido.
Algunos ejemplos:
MESADAS: Las mesadas de la cocina de metal, mármol o granito, deben limpiarse a fondo antes de Pésaj para eliminar todo residuo visible de Jamets. Como en nuestros días por lo general no apoyamos alimentos calientes directamente sobre estas superficies, y estas superficies no son porosas, una limpieza de la superficie sería suficiente. Sin embargo, el rabino Obadia Yosef z «l recomienda que después de limpiar la superficie se vierta agua hirviendo sobre estas mesadas como una precaución adicional.
MESAS: La mesas de cocina o comedor, de madera o vidrio, deben ser limpiada a fondo y se acostumbra cubrirla con un mantel de Pésaj o un matel nuevo.
LAVAVAJILLAS: Antes de Pésaj, se debe limpiar el lavavajillas de todo resto de alimento que puede haber quedad adherido en sus paredes o bordes de las bandejas. Una vez limpio, se debe realizar un ciclo de limpieza completo con detergente estando el lavavajillas vacío. Una vez terminado este ciclo de limpieza, el lavavajillas está listo para ser usado en Pésaj. El rabino Eliyahu Ben-Hayim recomienda reemplazar las bandejas (o cestas) del lavavajillas o utilizar algunas base añadida para cubrir esas bandejas.
HORNO: Primero debemos limpiar el horno a fondo antes de Pésaj para eliminar cualquier posible residuo visible de Jamets. Luego, se dejará el horno si uso por 24 horas. Y finalmente, 1. si se trata de un horno que tiene un programa de auto-limpieza se deberá activar el ciclo de auto-limpieza  y el horno estará listo para Pésaj. 2. si el horno no tiene un programa de auto-limpieza , entonces, después de limpiarlo a fondo y dejarlo sin uso por 24 horas, dejamos el horno prendido por aproximadamente una hora a máxima temperatura. De esta manera,  el horno quedará Kasher para Pésaj.
MICROONDAS: Primero, debemos limpiar el microondas a fondo para eliminar cualquier posible residuo visible de Jamets. Una vez que el microondas está limpio, tomamos un recipiente con agua y un poco de detergente y lo ponemos a hervir en el microondas durante unos minutos, hasta que las paredes del microondas se llenen de vapor. Este vapor expulsará (o neutralizará) cualquier substancia Jamets que pueda estar absorbida en las paredes el microondas, lo cual lo hará Kasher para Pésaj. Si no es posible hacer, esto y es necesario utilizar el microondas durante Pésaj,  se podrá calentar comida en ese microondas -siempre y cuando el microondas esté limpio de resto de comida- colocando la comida en un recipiente plástico cerrado, o en un Ziploc o en cualquier otra cobertura que cubra herméticamente la comida. Hay también quienes quienes acostumbran a no usar el microondas en Pésaj. Consulte con su Rabino.
Hemos presentado las opiniones más aceptadas. Sin embargo , en todos estos casos hay diferentes costumbres y tradiciones comunitarias y familiares. Para un veredicto final consulte con el rabino de su comunidad.