MEGUILAT ESTER, CAPÍTULO TRES

VERSICULO 1- 7

Después de un tiempo, el rey Ajashverosh nombró a un nuevo primer ministro: Hamán, hijo de Hamedata,  Agaguita. Agag era el pueblo de Amaleq, famoso por haber atacado a los judíos sin un motivo cuando salieron de Egipto, lo que valió de desde ese entonces el epítome del sentimiento judeofobo.

Hamán fue investido con los poderes más altos. Aparentemente, por lo que vemos en el resto de la Meguilat Ester y lo que sabemos de la historia de Jerjes, una vez que Ajashverosh regresó de su frustrada expedición militar ya no quería involucrarse en la política. Ahora solo quería sobrevivir, pasarla bien, y dedicarse a la construcción de obras faraónicas, como lo hizo en Persépolis. Hamán era hombre de carácter y mano dura así que le servía al rey para afianzar su reinado y especialmente para evitar cualquier complot en su contra. A fin de investir de autoridad a Hamán, el rey ordenó que todos lo reverenciaran de una manera especial. Debían arrodillarse y postrarse ante Hamán. La postración o en hebreo «hishtajavayá» era un acto de respeto muy aceptado en aquellos tiempos. Abraham se postró ante los hombres hititas y Jacob se postró ante su hermano Esav. Sin embargo, «arrodillarse y luego postrarse» ( כריעה והשתחוויה) no era una mera señal de respeto sino de devoción religiosa, un gesto que en la Biblia Hebrea está reservado solo para Dios. La estrategia de Ajashverosh era investir a Hamán con una autoridad religiosa le obedecieran y le temieran. Los Sabios agregan que Hamán portaba un ídolo consigo, del cual recibía su divinidad, como hacían los sacerdotes paganos. Una vez que sabemos todo esto, comprendemos que arrodillarse y postrarse ante Hamán era un acto de idolatría.  Y por este motivo, Mordejai, que residía o trabajaba en la corte del rey (sha’ar hamelej) recusaba arrodillarse ante Hamán.    

Hay una opinión rabínica no muy conocida que afirma que el rey Ajashverosh consciente de este problema, eximió personalmente a Mordejai de arrodillarse ante Hamán, en consideración a sus principios religiosos.

Hay opiniones que critican a Mordejai por no haber sido más cuidadoso y sugieren que podría haber renunciado a la corte del rey para no enfrentarse con el dilema de arrodillarse ante Hamán. En mi opinión, Mordejai estaba siguiendo el ejemplo de los tres amigos de Daniel: Jananía, Mishael y Azariá que 120 años antes hicieron algo similar durante la inauguración de un ídolo en Babilonia (Daniel, capítulo 3). Estuvieron dispuestos a dar sus vidas, y hacerlo públicamente, para dar ejemplo a los demás judíos de que no debían arrodillarse ante un ídolo.

De cualquier manera,  Mordejai asumió que en el peor de los caso, Hamán lo iba a mandar a ejecutar a él, pero nunca imaginó que iba a vengarse buscando el genocidio de todo el pueblo judío.     

Mordejai tampoco se presentó directamente ante Hamán de forma provocativa para demostrarle que no se arrodillaba ante él, ya que de otra manera Hamán lo habría visto con sus propios ojos. En realidad lo hizo discretamente. Y tal como ocurrió con los amigos de Daniel, fueron sus enemigos los que lo delataron ante Hamán.

Al enterarse de esta afrenta, Hamán se enfureció muchísimo. Y no lo denunció al rey Ajashverosh, sino que decidió tomar el asunto en sus propias manos.

Lo primero que pensó es que no era suficiente matar solo a Mordejai, o a su familia. Para que su sed de venganza quedará satisfecha debía tomar medidas extremas. Hamán decidió entonces eliminar «a todos los judíos del imperio persa” que eran en esos tiempos “ todos los judíos del mundo”,  incluyendo la colonia de 50.000 judíos que vivían en Israel, que era en ese entonces una provincia más del imperio persa. Era la solución final, concebida nada menos que por un descendiste de Amaleq.

Lo primero que hace Hamán es elegir una fecha propicia para ejecutar su masacre. Los persas consultaban constantemente con sus oráculos astrológicos para determinar cuáles eran los días más auspiciosos para sus planes y cuáles no. Según algunos historiadores, el oráculo astrológico era una tabla con los nombres de los meses y otra con el número de los días. Hamán arrojó una piedrita o una gema especial —que en idioma persa se llamaba “pur” (“piedrita de la suerte”) y esta cayó en el mes de Adar. Luego arrojó otra piedrita y cayó en el número 13. Y así fueron dos piedritas ( “purim”. Plural de “pur”) las que determinaron el día 13 del mes de Adar. Corría el año 12 del reinado del rey Ajashverosh. Ahora Hamán tenia que convencer a Ajashverosh de que firmara el decreto para la «solución final».

VERSÍCULOS  8 – 9 

Por lo que se deduce del texto de la Meguilá, lo que dice y especialmente lo que omite el texto, la estrategia de Hamán para convencer al rey Ajashverosh constaba de 4 puntos.

En primer lugar, minimizar el evento y definidamente no discutirlo en una reunión formal. Hamán no solicitó al rey una audiencia para presentar su plan, como hizo Ester cuando quería hablar con el rey. Yo  imagino que Hamán habrá aprovechado algún momento casual e informal, al final de una larga y cansadora reunión, cuando el rey ya estaba de pie, cansado o apurado para ir su próximo evento, y allí, en los pasillos del palacio, Hamán quería conseguir un descuidado «sí».

En segundo lugar, Hamán nunca mencionó que quería eliminar a los judíos. Le dijo al rey que quería «deshacerse» de un pueblo al que no mencionó explícitamente; que estaba esparcido por todo el imperio —es decir: que no tenía el poder para sublevarse— que no seguían las leyes del rey sino sus propias leyes, y que no aportaban ningún beneficio al rey. Hamán minimizaba deliberadamente la importancia de este pueblo, y de acuerdo al Malbim y otros, el rey Ajashverosh nunca supo que el decreto de Hamán se refería a eliminar a los judíos.

El tercer punto es que Hamán no especificó que quería matar a los miembros de ese pueblo, algo que habría llamado la atención del rey. Hamán usa una palabra ambigua:  leabedam”, “destruirlos”: que puede significar: matar. Pero también puede significar: exiliar, esclavizar o destruirlos económicamente confiscando sus bienes.

El cuarto punto tiene que ver con el dinero. No solo que Hamán no le solicita al rey dinero para este proyecto, sino que le ofrece una suma importantísima: 10,000 piezas de plata que serán confiscadas y llegarán a las arcas del rey.

VERSÍCULO 10-15

Para la sorpresa de Hamán, el rey Ajashverosh no pidió leer el texto y no hizo preguntas. Con una total despreocupación e irresponsabilidad, se quitó el anillo con el que firmaba sus decretos, se lo entregó a Hamán y le dijo: «Haz lo que quieras con ese pueblo y quédate con el dinero».

El plan de Hamán había funcionado mejor de lo que esperaba.

Ahora Hamán, con el anillo real en sus manos, hace llamar a los escribas del rey y les dicta lo que tienen que escribir. Aquí el rabino Moshé Almosnino nos abre los ojos a un punto muy importante.  Hamán redactó el edicto con dos textos diferentes. En el primero, «Ketab hadat», solo decía el título («Save the date»): «Prepárense y reserven el día del 13 de Adar», ( להיות עתידים ליום הזה) sin más detalles.  El segundo escrito —que se menciona primero— es la letra pequeña que explica exactamente  lo que Hamán quería hacer: «En el día 13 de Adar, los judíos del imperio persa serán destruidos, y asesinados, y sus bienes serán confiscados. Los jóvenes, ancianos, niños y mujeres del pueblo judío serán asesinado en el día 13 del mes de Adar».

El edicto fue firmado el 13 de Nisán y fue enviado a las 127 provincias del imperio a través de los jinetes del correo real, con carácter de urgencia.  También fue traducido a todos los idiomas que se hablaban en el imperio.

En Shushán, para evitar que el rey se enterase del decreto de Hamán, solo se envió el primer texto, el Ketab HaDat (“Save the date”) que no mencionaba ningún genocidio.  Y así, este capítulo concluye contándonos que Hamán y el rey Ajashverosh se sentaron tranquilamente a disfrutar de un banquete, mientras que los ciudadanos de Shushán, judíos y no judíos, quedaron confundidos y perplejos, al escuchar la misteriosa proclamación que intimaba a reservar la fecha del 13 de Adar.




¿Cómo celebramos Purim?

לעשות אותם ימי משתה ושמחה ומשלח מנות איש לרעהו ומתנות לאביונים
El día de Purim es un día de celebración y alegría por nuestra milagrosa salvación. Esta alegría nos debe llevar principalmente a estar agradecidos a HaShem por habernos librado de la mano de nuestros enemigos. Esto lo decimos explícitamente en la oración “al haNisim” que recitamos en Purim.
Hay 4 Mitsvot a través de las cuales celebramos nuestra alegría. 1. Lectura de Meguilat Ester, donde leemos públicamente lo que sucedió en Purim. 2. Mishloaj Manot, regalos a nuestros amigos. 3. Matanot laEbiyonim, regalos a los pobres. 4. Mishté, el banquete de Purim que se celebra durante el día.
Vamos a comenzar explicando hoy las tres primeras Mitsvot
MEGUILAT ESTER
La Mitsva más característica de Purim es leer o escuchar la lectura de Meguilat Ester. Se lee Meguilat Ester dos veces durante Purim. La primera vez durante la noche, este año cae mañana sabado 23 de marzo por la noche  y la segunda vez durante el día domingo 24. Las mujeres, que están por lo general exentas de toda Mitsvá que se realiza en un tiempo específico –por ejemplo, el Tefilin o el Talit, ya que sólo se viste durante el día, o establecerse en la Suká, que sólo ocurre durante esa festividad– tienen que participar de la lectura de Mieguilat Ester. ¿Por qué? Porque las mujeres judías fueron parte en este milagro. Es decir (I) se salvaron del inminente peligro de exterminio, y porque (II) fue una mujer, la reina Ester, quién tuvo el papel más importante en la salvación de los Yehudim. Los niños no están obligados a escuchar a Meguilat Ester, pero se espera que asistan a la sinagoga durante Purim. Los padres, sin embargo, debemos hacernos cargo que nuestros hijos pequeños no interrumpan la lectura de la Meguilá.
MISHLOAJ MANOT
Durante el día de Purim, domingo 24 de Marzo, enviamos dos o más regalos a uno o más amigos. Estos regalos son específicamente productos comestibles. No se regala ni ropa ni joyas ni flores, sino alimentos: comidas y bebidas. Idealmente se suele regalar alimentos o bebidas que se podrán utilizar durante el banquete de Purim. Así, cuando yo celebro mi banquete de Purim tendré en mi mesa la comida o bebida que me fue regalada por mis amigos y los recordaré con afecto. Saber que nuestros amigos pensaron en nosotros obviamente aumenta nuestra alegría, promueve la amistad entre familias y fortalece nuestra unidad como pueblo. Es por eso que estos regalos no deben ser enviados de forma anónima.
Se debe incluir al menos dos tipos diferentes de alimentos, generalmente se suele regalar una bebida y un producto horneado. Mishloaj Manot NO debe ser realizado antes de Purim o durante el Sabado 23 de marzo por la noche. Los alimentos deben ser entregados durante el día de Purim, es decir, este domingo idealmente por la mañana.
MATANOT LAEBYONIM
Matanot laebiyonim o “presentes para las personas necesitadas”, también consiste en enviar alimentos a aquellos que necesitan ayuda para celebrar y disfrutar del banquete de Purim. La costumbre es dar dos porciones de comida a dos o más personas pobres. Esta Mitsvá se puede cumplir también dándole a dos personas necesitadas el equivalente monetario de dos comidas para cada uno.
A diferencia de mishloaj manot , donde la intención es promover la amistad y la unidad, y por lo tanto, quien recibe debe saber quién es la persona que envió esos regalos, en el caso de los regalos para los pobres, el anonimato es una virtud. Debido a que la intención es ayudar a alguien que lo necesita a disfrutar de una buena comida, y que pueda así celebrar Purim con alegría.
Los Sabios dijeron “en medaqdeqim bema’ot Purim”,  que significa que si bien cuando alguien nos pide una ayuda monetaria debemos corroborar la credibilidad y la reputación del destinatario de nuestra caridad, durante Purim, damos por lo menos un mínimo de Tsedaqá a todo aquel que extiende su mano pidiendo ayuda.
Cuando nuestros medios son limitados, nuestros Rabinos indicaron que debemos ser más generosos en dar a los pobres y necesitados, que en gastar para nuestro propio banquete de Purim. Invitar a personas pobres y necesitadas a nuestra comida festiva de Purim es considerado el mérito más grande de Purim. Los rabinos dicen “No hay mayor felicidad [para un Yehudí que la que se siente al] alegrar los corazones y los espíritus de los pobres, los huérfanos y las viudas”, como veremos a continuación.
MISHTE
La cuarta y última Mitsvá de Purim es el mishté o banquete de Purim. Que debe ser celebrado duranre el día, es decir, el domingo 24 de Marzo después del medio día.  En este banquete, cantamos, nos regocijamos y expresamos nuestra gratitud a Hashem por habernos salvado del decreto de Hamán. Es costumbre servir vino en este banquete (MT Megilla 2:15) y así «brindar» por nuestra salvación. Consumir un poco más de alcohol de lo habitual está bien, pero aún debemos beber con moderación. Así, el Rosh (1250-1320) escribió en su libro «Orchot Hayim», «[Aunque se sirva alcohol durante el banquete de Purim], no debemos emborracharnos porque emborracharse es una prohibición muy grave. En realidad, no hay transgresión mayor, ya que la embriaguez lleva a una persona a actuar de manera promiscua y podría incluso hacer que una persona [involuntariamente] mate a otra (piensen en la enorme cantidad de accidentes automovilísticos fatales que son el resultado de la embriaguez. Y.B.) o cometa otras transgresiones [graves] similares».DR. MAIMÓNIDES EXPLICA LA BORRACHERA

Maimónides (1135-1204) aclara que la medida del consumo de alcohol en Purim es וירדם בשכרות «hasta que uno se sienta adormecido por los efectos del alcohol». El alcohol con moderación hace que uno se sienta adormecido, ya que es un relajante muscular con efectos sedantes. Maimónides explica, aunque en un contexto diferente, que beber alcohol en exceso, como una manera de estimular la embriaguez, es un comportamiento inapropiado, y sus efectos pueden causar el pecado más grave en el judaísmo: «Jilul Hashem» (;a profanación del nombre de Dios). En Mishné Tora De’ot 5:2, escribe, «Kol hamishtaker… emborracharse es un pecado, es deplorable y hace que una persona pierda su sabiduría. Y si [un erudito de la Torá] se emborracha frente a otras personas (‘am ha’arets), ha profanado el nombre de Dios (חלל את השם)».

LA FELICIDAD COMO RESULTADO DEL JESED

Nosotros, el pueblo judío, debemos sentirnos las personas más privilegiadas del mundo por haber sido elegidos por Hashem y por tener la oportunidad de estar más cerca de Él estudiando Su Torá y haciendo Su voluntad. En Purim, también celebramos que Hashem, cumpliendo Su promesa de que nunca permitirá que el pueblo judío desaparezca, nos liberó de un gran peligro. Nuestra felicidad debe provenir de esta conciencia, no del alcohol. Pero, ¿qué pasa si aún no estamos en ese nivel espiritual/intelectual y necesitamos algún estímulo externo para ser más felices? ¿Qué podemos hacer para estimular nuestra alegría en Purim? Maimónides explica que la felicidad de uno aumenta en la medida que hacemos algo por los demás o compartimos lo que tenemos con quienes tienen menos. En MT Megila 2:17, aclara cómo podemos ser más felices en Purim: «No hay felicidad más grande y sincera que hacer felices a los necesitados, los huérfanos, las viudas y los extranjeros. [Porque] la persona que ayuda a otros siente la felicidad de imitar las acciones de Hashem [middame bashejiná] como está escrito, ‘porque Hashem… reanima el espíritu de los pobres y el corazón de los oprimidos’ (Yesha’ayahu 57:15)».

ADVERTENCIA

Purim no debe usarse como excusa para beber en exceso, declara el rabino Weinreb, un líder de la ortodoxia en Estados Unidos. «En estos días, en los que muchos de nuestros jóvenes son propensos a experimentar con drogas o alcohol, debemos advertir contra los peligros del abuso de alcohol, especialmente en Purim… No se nos ordena emborracharnos y perder la cabeza; más bien, se nos pide que estemos felices de una manera que aumente nuestra gratitud y amor hacia HaShem, en agradecimiento por los milagros que Él realizó por todos nosotros.»




TAANIT ESTER: ¿Por qué se ayuna este día?

כל עבדי המלך ועם מדינות המלך יודעים אשר כל איש ואשה אשר יבוא אל המלך אל החצר הפנימית אשר לא יקרא אחת דתו

¿QUIÉN CONTRA QUIÉN?

Cuando la reina Ester se entera del edicto de Hamán, que decretaba el exterminio del pueblo judío, decide hablar con el rey Ajashverosh, el emperador persa, para persuadirlo de revocar ese terrible edicto. Pero esta no era una misión sencilla. El rabino Moshe Almosnino explica que Ester no sabía si Ajashverosh y Hamán, su primer ministro, pensaban igual y ambos querían llevar a cabo el genocidio contra el pueblo judío, o si Hamán había engañado al rey para que firmara ese edicto genocida, ocultándole que se trataba de los judíos. Ester decidió entonces invitar al rey y a Hamán a un banquete privado (Capítulo 5, versículo 4) para tratar de obtener la información vital que necesitaba: si descubría que Ajashverosh estaba en complicidad con Hamán, intentaría disuadir a Hamán ella misma. Pero si se enteraba de que Hamán había engañado a Ajashverosh (que fue lo que realmente ocurrió), entonces expondría a Hamán frente a Ajashverosh, esperando que el rey estuviera de su lado. Sin duda, esta era una misión muy arriesgada para Ester.

DISTANCIAMIENTO NO SOCIAL

Pero había un paso previo a esta misión que era aún más arriesgado: Ester tenía que “hablar» con el Rey. Podríamos pensar que para Ester, esta era la parte más fácil de su misión, después de todo, ella era la reina y vivía en el palacio. Pero en el Imperio Persa, nadie podía acercarse al rey sin ser invitado. ¿Por qué? Porque era la prerrogativa “exclusiva” del rey convocar a sus súbditos, y esto incluía a la reina. Ester no había sido llamada por el Rey durante un mes (4:11), y la única opción que le quedaba era ingresar directamente al recinto del Rey de manera irreverente e ilegal. ¡Y esto era sumamente arriesgado! Si alguien entraba al área de máxima seguridad (jatser hapenimit) del rey sin haber sido llamado, los guardias tenían órdenes de ejecutar a los intrusos, por razones de seguridad. Los reyes persas contaban con su guardia pretoriana, armada con largas hachas, lista para ejecutar en el acto a cualquier persona que cruzara el perímetro de seguridad del rey.

LA OBSESIÓN DE AJASHVEROSH

Los emperadores persas estaban obsesionados con su seguridad personal, y con buena razón. El propio Ajashverosh fue asesinado por uno de sus guardaespaldas más leales, Artabano. La ley persa establecía que cualquier persona que ingresara a la zona de seguridad del emperador debía ser ejecutada (4:11), a menos que el rey detuviera a sus guardias antes de la ejecución y extendiera su cetro real como señal de clemencia, perdonando la vida del transgresor. Como se explicó anteriormente, esta regla también se aplicaba a la reina. Ya que no era raro que las reinas o personas cercanas al rey fueran parte de un complot para asesinarlo. Ester era consciente de que Ajashverosh ya había destronado y ejecutado a la reina anterior, Vashti (1:19), y no dudaría en condenar a Ester si sospechaba que ella representaba una amenaza.

AYUNO NO INTERMITENTE:

Acercarse al rey e ingresar a la «zona de la muerte» para hablar con él y conseguir una audiencia era, en sí misma, una misión suicida. Ester, con razón, temía por su vida y por el éxito de su misión: salvar a su pueblo del genocidio. Pero no tenía otra opción. No había nadie más que pudiera hacer algo para hablarle al rey y detener el decreto de Hamán. Ester decidió arriesgar su vida (4:16) y emprender esta misión suicida. Pero antes de hacerlo, pidió que todos los judíos de Shushán ayunaran por ella y rezaran por el éxito de su misión. Los judíos ayunaron durante tres días seguidos, día y noche (4:16), buscando la intervención divina en estas circunstancias tan difíciles. Ayunar y rezar es lo que nuestra Torá y nuestros rabinos nos indican hacer en momentos de adversidad. Como todos sabemos, con la ayuda de HaShem, la «misión imposible» de Ester finalmente fue exitosa. Once meses después, el 13 de Adar, cuando los judíos tuvieron que luchar y defenderse de los enemigos ansiosos por eliminarlos, también oraron a HaShem y ayunaron por el éxito de su batalla. La tradición de ayunar antes de un enfrentamiento militar es muy antigua y, según nuestros sabios, se remonta a las guerras libradas por Moshé Rabenu. ¿Por qué ayunar antes de la batalla, cuando más necesitamos nuestra fuerza física? Para demostrar y proclamar nuestra fe en que la victoria no depende de nuestra fortaleza, sino del apoyo de HaShem, nuestro Dios.

En conmemoración de los días de ayuno mencionados en la Meguilá (דברי הצומות וזעקתן), observaremos el ayuno de Ester.

El ayuno comienza mañana jueves 21 de marzo desde el amanecer hasta el anochecer.

Vea aquí los horarios para su ciudad de residencia
¿QUIÉN ESTÁ EXENTO DE ESTE AYUNO?
√ Los niños menores de 13 años y las niñas menores de 12 años están exentos de este ayuno.
√ Las mujeres embarazadas y lactantes, durante los 24 meses luego del parto, no hacen este ayuno.
√ Una persona que se siente enferma, por ejemplo, alguien con fiebre o una persona que tenga una enfermedad crónica como la diabetes, no debe ayunar.
Uno no debe ayunar si debido a su edad o sus antecedentes médicos se considera de alto riesgo. Consulte con su médico si el ayuno es completamente seguro para usted.



MEGUILAT ESTER, CAPITULO UNO

CAPÍTULO 1

INTRODUCCIÓN:

En el año 586 antes de la era común, Jerusalem fue destruida por Nebujadnetsar (Nabucodonosor), emperador de Babilonia. Los judíos fueron exiliados y dispersados por todos los confines del imperio. En el año 539 a.e.c, dos generaciones después del exilio, el emperador persa Koresh (Ciro), que se había aliado con los medos, conquistó el imperio babilónico. Koresh tuvo una actitud muy positiva hacia los judíos e hizo algo increíble. En el primer año de su reinado, 538 a.e.c, promulgó un edicto que les permitía —y en realidad alentaba— a los exiliados judíos a regresar a la tierra de Israel y reconstruir el Bet HaMiqdash, y pagaría el proyecto con el tesoro real. Con el tiempo, unos 50,000 judíos lo hicieron y regresaron liderados por Zerubabel. En el año 516 a.e.c, 70 años después del exilio, el segundo Bet Hamiqdash fue inaugurado, cumpliéndose así la profecía de Jeremías (capítulo 25:11-15). Pero aunque el Bet HaMiqdash estaba construido y en funcionamiento, la mayoría de los judíos decidieron quedarse en el imperio persa. ¿Por qué? De acuerdo al rabino Yehudá Haleví, porque estaban muy bien económicamente. Según Samuel Kurinsky, sus negocios prosperaban. Se dedicaban al comercio internacional, exportando joyas de vidrio a China e importando de allí oro, plata y seda. Los judíos persas también desarrollaron la industria del crédito, como lo testimonia, por ejemplo, la extensa documentación encontrada sobre la familia judía de Nippur, Murashu (ver aquí). El imperio persa seguía creciendo. En el año 500 a.e.c., Dariavesh (Darío el Grande), nieto de Koresh, extendió el imperio que ya incluía Egipto, Libia, Sudán y Etiopía hasta la India. Solo quedaba una región por conquistar para que el emperador persa dominara el mundo: Grecia. Dariavesh lo intentó pero no los pudo vencer. Finalizar esa tarea quedó para su hijo, Jerjes o Xerxes.

Ahora, luego de esta breve introducción, podemos ahora comenzar la historia que relata el libo de Ester.

VERSÍCULOS 1-4

En el año 486 a.e.c, después de la muerte de Darío, el imperio quedó en manos de su hijo, Jerjes, también conocido en persa como Jashayarshá y en hebreo como «Ajashverosh». En esos días, el imperio persa contaba con 127 estados o provincias y se extendía desde India hasta Etiopía. Fue el imperio más extenso que la humanidad haya conocido. Ahora le quedaba a Ajashverosh conquistar Grecia. Primero se afianzó en su gobierno y en el tercer año de su reino, comenzó a preparar la invasión a Grecia. Fue la expedición militar más numerosa de la historia humana. Según Heródoto (también conocido como el padre de la historia moderna, y que comenzó su famoso libro de historia con la batalla de Ajashverosh), el emperador persa preparó el ejército más numeroso de la historia militar: 5.283.220 hombres, entre soldados y auxiliares, a fin de conquistar Grecia.

La Meguilá nos cuenta que Ajashverosh organizó un mishté y generalmente se piensa que era una “fiesta” que duró 180 días. Pero todo parece indicar — y así lo afirma también Herodoto, que este mishté era algo así como “un almuerzo de trabajo”, no una celebración. La Meguilá da clara cuenta de esto al mencionar quiénes eran los invitados: los primeros que nombra son los ejércitos de Persia y Media, los generales y los gobernadores de las provincia imperiales. Estos son los individuos que podían reclutar, organizar y entrenar a este gigantesco ejército para invadir Grecia. Ajashverosh los trajo a trabajar. Pero como buen anfitrión los agasajó y les demostró con sus exóticos banquetes que tenía el dinero suficiente para afrontar la guerra con Grecia. ¿Por qué la Meguilá no menciona explícitamente que este mishté era una preparación para la expedición militar del rey? La Meguilá fue escrita durante el reinado de Ajashverosh, y tenia que ser aprobada por los censores imperiales. Así que el texto se cuida muchísimo de ser políticamente correcto y no expresar nada que pueda sonar como una ofensa al rey. Y en el caso de este mishté el tram es muy sensible, porque a pesar de la enormidad de su ejército, Ajashverosh, al final, perdió la guerra con los griegos.

VERSICULOS 5-12

Luego de los 180 días de preparaciones para la madre de todas las batallas, el rey organizó una fiesta de verdad, una celebración que duró 7 días. Aparte de agasajar a sus hombres que trabajaron muy duro por meses, la fiesta tenía la finalidad de subir la moral del pueblo y los soldados, y celebrar por anticipado la victoria contra los griegos. Esa fiesta, a diferencia de la primera, se describe con generosos detalles: la decoración de los suntuosos jardines del palacio de Shushán, la utensilería, la lujosa vajilla y se menciona muy especialmente la bebida, el vino de la bodega del rey, que se servía en cantidades ilimitadas. La reina Vashti también celebraba, pero no en los jardines sino en el suntuoso salones del palacio real. Su fiesta era exclusivo para mujeres: las damas de Shushán y las esposas de los militares y dignatarios que habían llegado del exterior. El séptimo y último día de la fiesta, el rey se excedió con el vino y víctima de su embriaguez cometió un tremendo error: en lugar de invitar a la reina de forma personal, como un marido que invita a su mujer, el rey la convocó por vía protocolar, “le dio la orden a siete de sus oficiales para que la trajeran vistiendo únicamente la corona real”. La reina Vashti se resistió. Según los Sabios de Erets Israel, no fue porque no se veía presentable como explicaron los Sabios de Babel, sino por pudor y para no exponerse en público y humillarse. Cuando el rey se recuperó de su embriaguez, se enfureció consigo mismo por el tremendo error cometido (Rab Moshé Almosnino). Ya que al haber desobedecido la orden protocolar del rey, por mas banal que sea, ahora —legalmente— Vashti debía ser castigada con todo el peso de la ley.

VERSICULOS 13-22

El rey, desesperado, consulta con sus consejeros personales (astrólogos) y especialmente con sus asesores para buscar una salida a esta crisis constitucional. Siete funcionarios jerárquicos, asesores legales del más alto cargo son mencionados uno por uno por sus nombres. Ajashverosh, quería a Vashtí y trataba de salvar su vida.

Los asesores legales le dan la mala noticia al rey: la afrenta de Vashti no fue de orden personal. Fue un tema legal, que afecta a todo el imperio. Y como todos sabían, una vez que el rey dio una orden, esta no podía ser revocada, ni siquiera por el mismo rey, ni siquiera cuando se pudiera probar que el rey no estaba en sus facultades. Y aparte de eso, explicaron los asesores para suavizar el tema, el desacato de Vashtí ya era de conocimiento público, y si se la castigaba, se iba a sentar un precedente en el imperio que podría afectar la estabilidad del mismo. El episodio de Vashtí se transformó así en un tema de seguridad nacional.

El asesor principal del rey, Memuján (que los Sabios luego identifican con Hamán) le sugiere al rey aprovechar esta crisis y convertirla en una oportunidad para ganarse el favor de los hombres del imperio, los soldados, algo muy favorable para los tiempos de guerra que se avecinaban. Memuján le recomienda al rey que se prepare un edicto y se envíe a todos los confines del imperio, diciendo lo siguiente:

Artículo número uno: que la reina Vashti será removida de su cargo (un eufemismo de que seria ejecutada).

Número dos: que el rey Ajashverosh en su momento buscará una reina más capacitada que Vashti (es decir: más obediente) para reemplazarla.

Número tres: que las mujeres del reino debían honrar a sus maridos (=obedecerlos), sin importar el cargo o el estatus que estos tengan.

El edicto fue enviado a todo el imperio, a las 127 provincias, en el idioma que se hablaba en cada provincia, anunciando que por orden del rey los hombres deberían ejercer el liderazgo en sus familias, y que se hable en el idioma del marido, lo cual al parecer era un problema común en las numerosas familias mixtas del imperio.

Así concluye el primer capítulo de Meguilat Esther. El Rab Almosnino explica que hay dos razones por la cuales este capitulo, que no tiene ninguna referencia directa a lo que ocurrió con los judíos en el imperio, es parte de esta historia. En primer lugar porque anticipa la eventual llegada a escena de la reina Esther, que reemplazará a Vashtí. Pero también, o principalmente según el Rab Almosnino, este capítulo demuestra que en el imperio persa, las órdenes del rey, debían ser cumplidas, aunque hayan sido emitidas sin plena conciencia, y una vez proclamadas no pueden ser revertidas, ni siquiera por el propio rey, incluso si se trata de “matar a su propia esposa”. Cuando el lector inteligente tiene esto en cuenta, dice el Rab Almosnino, y lee que Hamán “engaña” al rey y le hace firmar un edicto real para eliminar a los judíos, se da cuenta por lo ocurrido con Vashtí, que este edicto ya no podrá ser revertido. Y así se aprecia mejor la extraordinaria protección Providencial de HaShem, que nos salvó de un exterminio total (להראות את גודל הנס).




MEGUILAT ESTER, CAPÍTULO DOS

Es importante presentar el contexto histórico en el cual se desarrolla el segundo capítulo de Meguilat Ester. Ajashverosh, Jerjes, está de regreso en su palacio de Shushán. Ha sufrido una de las más humillantes derrotas militares a manos de los griegos. Se había embarcado en lo que se conoce como “Las segundas Guerras Médicas” , para las cuales había preparado un ejercito de millones de soldados. Tuvo sus contratiempos en la batalla por tierra, como la célebre batalla de Termópilas, en la cual su enorme ejército fue demorado por 300 soldados espartanos, lo que bajó la moral de los persas y le dio a Atenas más tiempo para prepararse. Ajashverosh terminó destruyendo Atenas, la dejó en cenizas, pero luego perdió la guerra en el mar, en la batalla de Salamina, y tuvo que regresar a Persia. Luego de esta derrota, el imperio persa nunca más atacó Grecia. Y fue el inicio del declive del imperio persa, que eventualmente culminaría con su conquista por Alejandro Magno en 331 a.e.c.

Nada de esto está mencionado en la Meguilá porque, como ya lo explicamos, fue escrita durante el reinado de Ajashverosh, y mencionar esa derrota hubiera sido ofensivo para el emperador o el imperio. La Meguilá está escrita con eufemismos, y para conocer su contexto histórico y entenderla acabadamente uno debe familiarizarse con los datos históricos externos, que de otra manera, solo se puede identificar entre las líneas.

De ahora en adelante, nos encontraremos con un Ajashverosh que ya no se dedcia a ostentar sus riquezas ni buscar honores, como en el primer capítulo. Este nuevo Ajashverosh vencido está ahora en modo “supervivencia”,  obsesionado con defenderse de traidores que quieren derrocarlo, y actuando con el tipo escapismo de un individuo rico y deprimido: entregado al alcohol y a su harén, como lo demuestra en detalle este segundo capítulo.

VERSICULOS 1-4

El rey Ajashverosh está de regreso en Shushán. Humillado y deprimido por sus humillantes derrotas. Ahora se disponía a buscar una nueva reina para reemplazar a Vashti, a quien extrañaba, dice el Rab Tsahalon, por su inigualable belleza.  Sus consejeros le sugieren organizar la búsqueda de una nueva reina, entre todas las señoritas solteras y bonitas del imperio.  En el gigantesco imperio persa vivían por lo menos 20 millones de personas. Por lo que miles de jóvenes mujeres debían ser  identificadas en todas las provincias del imperio y pre seleccionadas. Las elegidas serían transportadas a la ciudad de Shushán y de allí al harén real. El encargado del harén, un eunuco de nombre Hegai, se ocuparía de la última preselección y de prepararlas para el rey, proveyendo sus vestimentas y sus perfumes. De esta manera el rey podria encontrar a una nueva reina que lo haría olvidar de Vashtí.  El rey aceptó el idea y el plan se puso en marcha.    

VERSICULOS 5-7

Aquí la narración de la selección de la reina se detiene para introducir la biografía de los dos héroes de la historia de Purim: Mordejai y Ester. Comenzamos por Mordejai. En el año 597 a.e.c, once años antes de que fuera destruido el primer Templo de Jerusalem, el emperador Nebujadnetsar exilió a más de 20.000 judíos y los llevó a Babilonia junto con el rey Yehoyajín (גלות החרש והמסגר). Entre los exiliados había un refugiado judío llamado Quish, que pertenecía a la tribu de Benjamín. Su hijo fue Shim’i y su nieto Yair, que era el padre de Mordejai. Mordejai, por lo tanto, representaba la cuarta generación de refugiados judíos que habían sido exiliados a Babilonia 120 años atrás, y vivían ahora como ciudadanos del imperio persa. Abijayil era el hermano de Mordejai. Abijayil y su esposa fallecieron, y dejaron una joven hija huérfana de nombre Hadasá, que fue adoptada por Mordejai como su propia hija. Como suelen hacerlo hasta hoy en día muchos judíos de la diáspora, la joven tenía aparte de un nombre hebreo, un nombre no judío: Ester. La Meguilá describe la belleza de Ester con dos atributos que la destacaban y que demuestran que poseía una belleza superior a la de Vashtí.  יפת תואר: de bella figura, rostro y facciones וטובת מראה y de un hermoso color de piel y cabello (Radaq). De Vashtí la Meguilá solo había mencionado sus delicados colores (טובת מראה).

VERSICULOS 8 – 11

Ahora , al escucharse la promulgación del rey de que todas las doncellas del reino tenia que presentarse, Ester, no pudo escapar y fue tomada por la fuerza por los funcionarios del rey y llevada al harén de Hegai. Cuando Hegai la vio, Ester halló gracia a sus ojos. En otras palabras, Hegai, que conocía perfectamente los gustos del rey, pensó que era la candidata perfecta para ser reina y decidió darle un trato preferencial: la proveyó de más cuidados físicos que a las otras jóvenes, le dio más (o mejor) comida y le asignó siete doncellas para que la asistieran personalmente. La Meguilá resalta que a todo esto, Ester guardaba en absoluto secreto su origen, pueblo y religión, siguiendo estrictamente las directivas de Mordejai. ¿Por qué ester no debía revelar su identidad judía? La Meguilá no lo explica y los Sabios especulan. Quizás Mordejai le indico que no divulgara su identidad para no poner en peligro a la comunidad judía,  si algo salía mal, ya que no faltaban enemigos en el imperio — como lo menciona el libo de Ezrá en su 4 capitulo, versículo 6—que hubieran aprovechado cualquier error de Ester, o incluso rumores, para arremeter contra los judíos o incluso para presionar a Ester. Eben Ezra dice que Ester no reveló su identidad para poder observar en secreto su religión, por ejemplo, comer solo vegetales, o no hacer ciertas tareas en Shabbat . Si el palacio hubiera sabido que Ester era judía, le hubieran exigido que se convierta.

Mordejai, que tenia un cargo en la corte del rey (sha’ar hamelej), seguía de cerca lo que ocurría en el harén y se informaba diariamente de todo lo que pasaba con Ester.

VERSICULOS 12-14

La Meguilá no escatima detalles para describir las excentricidades del rey Ajashverosh en cuanto al proceso de selección de la nueva reina.  El juez que daría la aprobación definitiva para la nueva reina era el mismo rey Ajashverosh.  Las jóvenes tenían que pasar la noche con el rey, pero antes de eso debían prepararse para esa noche ¡por el término de un año en un spa! (sic.): seis meses bañándose en cremas y aceites para suavizar la piel y seis meses en ungüentos y perfumes que eran del agrado del rey. Hay quien dice que debían esperar un año antes de estar en contacto con el rey para que los médicos de la corte estuvieran seguros que estas jóvenes no sufrían ninguna enfermedad que pudiera afectar al rey.

Cuando llegaba su turno, las jovenes podían pedir cualquier tipo de vestimenta, ornamento o joya para impresionar al rey. Por la noche llegaban a los aposentos del rey, acompañadas por Hegai, y por la mañana regresaban a otro harén a cargo de Sha’ashgaz. Este harén era para las concubinas del rey que de ahora en más debían permanecer por toda su vida en el palacio —y obviamente ya no podrían casarse con ningún otro hombre — y solo volverían a ver a Ajashverosh si el monarca las llamaba por su nombre, es decir, si las recordaba.

VERSICULOS 15-17

Finalmente llegó el turno de Ester.  A diferencia de todas las demás jovenes, Ester no pidió nada personal para impresionar al rey: solo lo que le ofrecía Hegai.  Ester era la candidata favorita del palacio, porque inspiraba una afección especial en todo aquel que la veía. Según los Sabios, nadie la veía con envidia o recelos ya que no sabían su identidad. Y hasta veían reflejados en la belleza de Ester los rasgos físicos de las mujeres de su propio pueblo.    

Ester fue llevada por Hegai a los aposentos del rey en el mes de Tebet, el séptimo año del reinado de Ajashverosh. El rey se enamoró inmediatamente de Ester y quedó fascinado con su personalidad. Según los Sabios, lo que más fascinó a Ajashverosh fue la simpleza de Ester. No pretendía impresionar al rey. No se vistió con ropas excéntricas ni se comportó con extravagancia,  como lo hacían todas las demás jovenes tratando de impresionar al rey.   

Ajashverosh inmediatamente colocó la corona en su cabeza y la proclamó como la nueva reina que remplazaría a Vashtí.

VERSICULOS 18-20

Por fin. Luego de muchos años, el rey celebró nuevamente. Tan contento estaba que hizo un banquete para sus funcionarios y proclamo una baja de impuestos para todas las provincias del imperio en honor a la nueva reina, Ester. Mordejai mientras tanto  no daba a conocer su relación con Ester, y Ester, a pesar de que ya era la reina, seguía fielmente las instrucciones de Mordejai como lo hizo desde niña: y no revelaba a nadie su verdadera identidad.

VERSICULOS 21-23

Mordejai, que residía en las inmediaciones del palacio, se enteró que dos funcionarios que estaban encargados del tesoro real, Bigtan y Teresh estaban planeando asesinar al rey Ajashverosh.  Mordejai se lo comunicó a Ester y Ester se lo transmitió al rey de parte de Mordejai.  Los hombres fueron apresados, y después de ser torturados confesaron su plan criminal y fueron empalados (no “ahorcados”, ver aquí https://es.wikipedia.org/wiki/Empalamiento).

Este acto heroico de Mordejai, que salvó la vida del rey, quedó registrado en las crónicas del rey Ajashverosh.       




¿Qué significa la palabra Purim?

על כן קראו לימים האלה פורים על שם הפור

Cuando Hamán decide eliminar al pueblo judío,“echa las suertes”  para determinar qué día sería designado para llevar a cabo su malvado plan. 

El texto de la Meguilá lo describe así: 

“En el primer mes, esto es, el mes de Nisán, del año doce del rey Ajashverosh,  [se] echó “el Pur”, es decir la suerte, delante de Hamán, día por día y mes por mes hasta [que salió] el mes doce, que es el mes de Adar.” 

Los Persas celebraban el comienzo de la primavera, Nouruz, que iniciaba el nuevo año.  El primer mes del año era entonces el mes de Nisán, hacia finales de Marzo.  Los historiadores relatan que en el sexto día de ese mes se renovaba formalmente la coronación del rey (o Emperador) y este renovaba su juramento de lealtad hacia su pueblo. En el noveno día de Nisán, los persas continuaban sus festejos exhibiendo estatuas e ídolos de deidades paganas y celebrando con bebidas, danzas, etc.

Luego, a partir del día diez de Nisán los ciudadanos consultaban con los magos y astrólogos sus resoluciones para el nuevo año. La clave era determinar qué días eran negativos o auspiciosos en el año entrante para celebrar bodas, hacer negocios, iniciar nuevos emprendimientos , etc. Los magos tiraban unas pequeñas piedras “purim” al azar y revelaban así la suerte de los días del año entrante. Una vez que los tiempos eran determinados, ni los dioses podían modificarlo…

Con esta interesante información histórica en mente entenderemos mejor los detalles de lo que ocurrió con Hamán.  

הוא חודש ניסן

El malvado ministro quizo asegurarse que su proyecto genocida se llevaría a cabo con éxito y para eso nada mejor que contar con la recomendación de los astrólogos, חכמים יודעי העתים los hombres más capacitados del imperio, para determinar cuál era el mejor día para que sus planes salieran bien.   

En el mes de Nisán, en el doceavo año del rey Ajashverosh , año 474 aec, los magos “echaron las suertes frente a (=para) Hamán” y así se fijó la fecha del genocidio judío en un plazo de  11 meses:  el 13 de Adar de ese mismo año. 

הפיל פור

Purim es el plural de “pur”. Hay quienes dicen que pur es una palabra persa, que indica como un recipiente donde se echaban las suertes. “Pur” también puede significar en hebreo una pequeña piedra. Cuando una roca se rompe en piedrecitas, o cuando un pan se deshace en migajas, se utiliza en hebreo el verbo “p/r/r” ( לפורר, פרורים etc. ).  Estas pequeñas piedras se tiraban (o “echaban”  להפיל) y de alguna manera indicaban al azar —cayendo sobre uno de sus lados, como los dados, o sobre un lugar especial, como en una ruleta— lo que los adivinos querían revelar a sus clientes. 

Esta y otras costumbres similares como los famosos oráculos, eran muy comunes entre los pueblos paganos. Y estaban asociadas con prácticas de idolatría (astrología, adivinación, cleromancia ,etc.) que nuestra Torá obviamente prohibe. 

הוא הגורל

En la Torá se menciona, y se aprueba, el uso del sorteo como una manera objetiva de resolver, y especialmente evitar, conflictos. La asignación de las tierras que en Israel le corresponderían a las tribus fue establecida por este tipo de sorteos, llamado “goral”. Ver aquí. En un sorteo no existe el elemento de superstición: las partes convienen obligarse a respetar el resultado, como una forma de resolver, decidir o asignar algo. Como se hace, por ejemplo, en un evento deportivo cuando se tira una moneda para decidir cuál de los dos equipos comenzará el juego.

PURIM y YONÁ

La mención del “goral” en la Meguilá nos recuerda lo sucedido con el profeta Yoná. Cuando Yoná intentó escapar de su misión Divina huyendo de Israel en un barco, y HaShem hizo que se desatara una inusual tormenta que amenazaba con destruir la embarcación, los marineros decidieron “echar suertes” para que las piedras revelen quién era el culpable. Cuando estudiamos ese texto expliqué que si bien está prohibido asumir la intervención divina y leer Su mensaje en una cuestión librada al azar, en esa ocasión especifica, Dios intervino para que “la suerte cayera sobre Yoná” y así el profeta reasumiera su importante misión. 

Es muy posible entonces que al conectar “purim” con el “goral” la Meguilá aluda sutilmente al evento de Yoná, indicando la clara intervención divina en ese evento.  

El Rab Eben Ezra explica que la intervención Divina determinó que saliera el mes más alejado de Nisán, el último mes del año, para que los judíos se arrepintieran de sus malas acciones, ya que había mucha asimilación, y merecieran ser salvados.

Aparte, como sabemos, el plan genocida de Haman fue desbaratado, y ese mismo día, el 13 de Adar, designado «por las suertes” como un mal día para los judíos, se convirtió en un día de salvación en el cual los Yehudim logramos deshacernos y terminar con los enemigos que buscaban nuestra muerte. 

De esta manera, el nombre de la festividad, “Purim”, nos recuerda que no son las piedrecitas, ni la suerte, ni el azar los que determinan el destino del pueblo de Israel, sino nuestra conducta y la Providencia Divina.




La increíble historia de los 2 edictos

El Edicto de Ciro (538, antes de la era común)
El último libro del Tanaj (= la Biblia hebrea) es Dibre haYamim «el libro de las  crónicas». Este libro termina con una declaración muy especial. El anuncio de Ciro, el primer emperador persa. Dice en Dibre hayamim II, 36: 22-23, en los versículos que cierran el Tanaj. «En el primer año de Ciro, rey de Persia … HaShem movió el espíritu de Ciro, rey de Persa, y él emitió un pregón por todo su reino, oralmente y por escrito. «Así ha dicho Ciro, rey de Persia: HaShem, Dios de los cielos, me ha entegado todos los reinos de la tierra, y me ha encargado construir para Él un Santuario en Jerusalem, que está en Judea (= Israel). [Por lo tanto declaro que] cualquiera de ustedes, de Su pueblo, que Hashem esté con él y suba [a Israel. En el original hebreo, veya’al, «que haga aliya»] «.
Durante las guerras en invasiones de Asiria y Babilonia cientos de miles de judíos fueron asesinados. Finalmente, en el año 586 aec, Nebujadnezzar, el emperador de Babilonia, destruyó el Templo y 70.000 cautivos judíos fueron exiliados a Babilonia. Ahora, en el año 539aec los persas conquistaron Babilonia y, en lo que se puede considerar un gran milagro (nes galui) el Emperador Persa nos cuenta que HaShem despertó su espíritu, y lo inspiró para  invitar al pueblo judío a regresar a Israel y reconstruir el Bet haMiqdash. En ese momento más de 42.000 judíos regresaron a Israel liderados por Zerubabel y así comenzó la construcción del  segundo Bet haMiqdash.

El Edicto de Hamán (474, antes de la era común)

64 años más tarde tuvo lugar un edicto muy diferente. Hamán era el Primer Ministro y el hombre de mayor confianza del cuarto emperador persa, Ajashverosh (Asuero 486 – 465 aec). Hamán planeaba matar a todos los judíos del imperio Persa y le propuso al rey Ajashverosh, «Hay un pueblo, diseminado entre los pueblos, en todas las provincias de tu reino, que se mantienen separados. Sus costumbres son diferentes de las de todos los pueblos, y no obedecen las leyes del rey; no está en el mejor interés del rey tolerarlos. Si al rey le place, que se emita un decreto para exterminarlos, y yo confiscaré [de los despojos] diez mil piezas de plata que serán destinadas al tesoro real… [el Rey aceptó] y en el día 13 del primer mes,  en el año 12 de Ajashverosh, fueron convocados los escribas del Rey. Escribieron para cada provincia en su idioma y para cada pueblo, la orden de Hamán… estos documentos fueron escritos en el nombre del propio rey Ajashverosh y sellados con su propio anillo….con la orden de exterminar, matar y destruir a todos los judíos [del Imperio Persa] -jóvenes y ancianos, mujeres y niños, … Una copia del texto del edicto debía ser promulgado por ley en cada provincia del imperio y dado a conocer a los pueblos de todas las nacionalidades para que estuvieran listos para ese día. «. (Ester, capítulo 3).

Es importante recordar que el Imperio Persa durante el reinado de Ajashverosh se extendía desde la India hasta Etiopía, incluyendo partes de Africa, todo el levante, el medio Oriente e Israel. En realidad, todos los judíos del mundo vivían entonces en el Imperio Persa e iban as ser las víctimas de esta masacre, incluyendo aquellos judíos que 64 años antes habían llegado a Israel invitados por Ciro. Como todos sabemos, el decreto de Hamán fue revertido y el pueblo judío fue salvado por HaShem, a través de Mordejay y la reina Esther.



PEQUDE: Ser honrado y parecer honrado

ואת האלף ושבע המאות וחמישה ושבעים עשָה ווים לעמודים

En la Parashá de esta semana , Vayaqhel-Pequdé, seguimos leyendo acerca de la construcción del Mishkán, el Tabernáculo o Templo móvil que el pueblo de Israel erigió en el desierto. La construcción del Mishkán fue precedida por la recaudación de elementos de valor que fueron donados generosa y espontáneamente por los Yehudim. Las donaciones consistieron en telas, pieles, maderas, piedras y metales preciosos como bronce, plata y oro, entre otros. Lo que el pueblo donó no solo alcanzó para construir el Mishkán, sino que también, como el pasuk lo dice explícitamente, sobró. Moshé era, naturalmente, el administrador general de todos estos fondos. Y aunque se trataba del «más humilde de todos los hombres» y el único ser humano que «habló con Dios», algunas personas de esa difícil generación del desierto cuestionaron la integridad de Moshé y sugirieron que Moshé pudo haberse quedado con fondos públicos. Cuando Moshé escuchó estos infundados rumores, dijo, de acuerdo con el Midrash: «Cuando termine la construcción del Mishkán, daré cuenta exacta de todo lo que se colectó y de todo lo que se gastó». Y así es como comienza nuestra Parashá: «ele fequdé hamishkan...» que quiere decir: «Este es el reporte de [todo lo que se utilizó en] el Mishkán». El registro de Moshé fue muy detallado y minucioso. En un pasuk que representa el preciso detalle de este reporte: «Y con las 1775 piezas de plata hizo los clavos de las columnas», estos eran los clavos o ganchos que sostenían las cortinas del Mishkán.

Lo que ocurrió con Moshé fue muy doloroso. En realidad, era la primera vez que se recaudaban y se administraban fondos públicos en la historia del pueblo judío. Pero este lamentable episodio sirvió, desde entonces, como una inspiración para los líderes judíos: no solo se debe proceder con integridad, también hay que hacer todo lo posible para evitar que se despierten sospechas sobre la honestidad de quienes manejan o tienen acceso a fondos públicos.

En las palabras de nuestros Sabios: והייתם נקיים מה’ ומישראל «Uno debe ser honesto [procediendo con rectitud] a los ojos de Dios, y también a los ojos de Israel [evitando así que los demás sospechen de su integridad]». La Guemará trae varios ejemplos de esta transparencia  que caracteriza a aquellos que manejan fondos públicos.

La familia Garmú estaba encargada de preparar el lejem hapanim en el Bet haMiqdash. Este pan, compuesto por 12 hogazas grandes que se colocaban en una mesa especial, debía ser preparado con harina blanca y extra fina. Existía una fórmula «secreta», ya que debía permanecer fresco por una semana y algunos afirmaban que no podía llevar levadura. Esta receta era cuidadosamente guardada por una sola familia: los Garmú, quienes la transmitían para la preparación del pan de generación en generación. Sin embargo, la familia Garmú tenía una costumbre que también había sido transmitida de generación en generación: en sus casas nunca consumían pan con harina fina. El pan de los Garmú estaba elaborado con harina gruesa, o lo que hoy conocemos como «integral», la cual en ese entonces era considerada como harina de pobres o de segunda categoría. Hacían esto para evitar que alguien sospechara que ellos utilizaban la harina del «lejem hapanim» para su consumo privado.

Por otro lado, había otra familia muy importante en Yerushalayim: los Abtinás, quienes estaban encargados de preparar el quetoret, es decir, el incienso que se usaba en el Bet haMiqdash y que se preparaba con especias y resinas sumamente valiosas. Ellos también tenían una fórmula secreta para preparar el quetoret. Aunque conocemos todos los ingredientes y cantidades utilizados para su elaboración, había una misteriosa plantita llamada «ma’ale ‘ashán» y unas hojitas de esta planta hacían que el humo del quetoret subiera verticalmente, lo cual era requerido ritualmente, en vez de expandirse. Solamente esta familia sabía identificar la planta que producía este efecto sobre el quetoret. Además, solo ellos conocían la fórmula para mezclar las 11 especies utilizadas para el quetoret. Los Abtinás tenían una buena costumbre: las mujeres de la familia nunca se perfumaban. Los perfumes, ya sean caseros o comerciales, se producían con los mismos elementos utilizados para la preparación del quetoret, y querían evitar que alguien pensara que habían usado los restos de las especies del quetoret para hacer sus propios perfumes. Cuando una novia se comprometía con algún miembro de la familia Abtinás, la hacían prometer que nunca usaría perfumes, para evitar cualquier sospecha de que utilizaban estos elementos públicos para su uso personal.




Cuando todos éramos persas

¿QUÉ PASO EN PURIM?

A menudo los judíos hemos estado amenazados por un pueblo u otro en diferentes momentos, como si las amenazas a los judíos fueran algo esperable, común y que no merece ser cuestionado. Sin embargo, lo que caracterizó el evento de Purim es que en ese momento todos los judíos del mundo vivían bajo un mismo «techo»: el Imperio Persa. En el año 475 a.C., Hamán, el primer ministro del Imperio Persa y la mano derecha del emperador persa Ajashverosh (Xerxes o Jerjes), emitió un decreto real que ordenaba asesinar a todos los judíos del Imperio, prometiendo a aquellos que participaran de las masacres quedarse con todos los bienes de los judíos. Este habría sido el primer Holocausto. Es importante destacar que este término nunca se usa con ligereza, y a diferencia de 1940, en los tiempos de Ajashverosh, todos los judíos del mundo vivían en el mismo Imperio. Purim iba a ser la «solución final» que todo antisemita soñó.

Es importante conocer esta información histórica para comprender la magnitud del milagro de Purim. ¿Cómo llegamos a ser ciudadanos del Imperio Persa? Después de salir de Egipto, los Yehudim vivieron por aproximadamente 800 años como un pueblo soberano en la tierra de Israel. En el año 586 a.C., el emperador de Babilonia Nebujadnetsar conquistó Yerushalayim. Cientos de miles de judíos fueron asesinados o murieron de hambre o enfermedades, el Bet haMiqdash, o el Gran Templo de Jerusalén, fue destruido y más de 50,000 judíos fueron tomados como cautivos y llevados a Babilonia. En el año 539 a.C., Ciro (llamado Koresh en hebreo) derrotó y conquistó al Imperio babilónico y se proclamó como el primer emperador del Imperio Persa. En el año 538 a.C., ocurrió un gran milagro: el Emperador Persa, inspirado por Dios, como él mismo lo admitió, invitó al pueblo judío a regresar a Yerushalayim y reconstruir el Bet haMiqdash. Este gran evento está registrado en las últimas palabras del Tanaj, la Biblia hebrea. Miles de judíos llegaron a Israel liderados por Zerubabel y en el año 516 a.C., después de 70 años de exilio, comenzó la reconstrucción del segundo Bet haMiqdash. Con el tiempo, la población judía

Miles de judíos llegaron a Israel liderados por Zerubabel y en 516 a.C., después de 70 años de exilio, comenzó la reconstrucción del segundo Templo, tal como había sido profetizado por Yirmiyahu. La población judía de Israel siguió creciendo y en la época de Purim, en la primera mitad del siglo V a.C., vivían en Israel al menos 50.000 judíos.

Diáspora voluntaria Sin embargo, no todos los judíos residían en Israel. La mayoría vivía fuera de Israel, como lamentablemente sucede en la actualidad, debido a que el imperio Persa, el imperio más grande de la historia de la humanidad, les brindó la oportunidad de establecer una red de comercio internacional muy exitosa. Los judíos se dispersaron por todo el Imperio Persa y llegaron hasta la frontera entre India y China. Aprovechando las rutas comerciales protegidas por la guardia imperial persa, establecieron una red de comercio internacional dedicada a la exportación e importación entre Indochina y occidente a través de la famosa «ruta de la seda». Importaban seda y oro de China y exportaban especias, colorantes, jade, lapislázuli y vidrio.

Los primeros banqueros eran judíos El hecho de que los judíos estuvieran diseminados por todo el imperio Persa, tal como confirmó Hamán (M. Ester 3:8), facilitó el comercio internacional y les permitió a los Yehudim establecer una nueva industria, el crédito. Un documento escrito en hebreo por un judío de Turquía podía ser cobrado en la India al ser presentado a otro judío que vivía allí, lo que permitía a los comerciantes evitar el riesgo de transportar dinero, plata u oro a través de cientos o miles de kilómetros. Hay testimonios arqueológicos fascinantes sobre una familia judía de banqueros de la época, los Murashu.

Estos datos son importantes para entender:

  1. Que los judíos vivían voluntariamente dispersos por todo el imperio Persa.
  2. Que, como resultado del éxito de sus comercios, los Yehudim no tenían intenciones de regresar a Israel en ese momento, aunque apoyaban económicamente a Israel enviando donaciones permanentes para el Templo y para los judíos que residían allí.
  3. Que el edicto de Hamán no afectaba solo a los judíos de una ciudad o país, sino que hubiera podido llevar a la eliminación de todos los judíos del mundo

(para más información, ver este artículo en español ).

Rab Yosef Bitton
LA PROCLAMACIÓN DE KORESH (CIRO) PRIMER EMPERADOR PERSA
Con estas palabras concluye el Tanaj o Biblia Hebrea
DIBRE HAYAMIM 36: 22-23
22 «En el primer año del reinado de Ciro, rey de Persia, HaShem inspiró el corazón del rey para que este promulgara un decreto en todo su reino y así se cumpliera la palabra del Señor que había anunciado el profeta Jeremías. Tanto oralmente como por escrito, el rey decretó lo siguiente:
23 «Esto es lo que ordena Ciro, rey de Persia:
»HaShem, Dios del cielo, que me ha entregado todos los reinos de la tierra, y me ha encargado que le construya un templo en la ciudad de Jerusalén, que está en Yehudá. Por tanto, cualquiera que pertenezca a Yehudá, que vaya [y se dirija a Yerushalayim para construir el Bet haMiqdash, y que [HaShem] su Dios esté con él».



Resumen de Parashat Pequdé

La Torá da un recuento exacto de las sumas y cantidades de oro, plata y cobre donados para la construcción del Tabernáculo, así como los elementos y materiales de construcción utilizados.

La Torá describe entonces el efod o chaleco invertido que viste el Cohén Gadol y sus tirantes, ajustados con tachuelas de piedras preciosas. Se produce también el Jóshen Mishpat que viste el Sumo Sacerdote sobre su pecho, con sus 4 filas de 3 piedras preciosas por fila . Cada una de estas piedras contiene los nombres de las 12 Tribus de Israel.
Las ropas sacerdotales también incluyen al me’il o un manto de color violeta con campanas de oro que viste el Sumo Sacerdote, y el Tzitz, o banda de oro que usa en su frente. La Torá también describe las vestiduras que usaban los sacerdotes regulares: túnicas, turbantes, fajas y pantalones. Así la construcción del Tabernáculo ha concluido. Los artesanos llevan todo a Moshé para una inspección final. Moshé inspecciona toda la obra y ratifica que se había hecho exactamente según las instrucciones Divinas. Moshé bendice a los artesanos y trabajadores.

Dios le indica a Moshé que debía erigir el Mishkán el primero de Nisán. Dios también indica que todos los elementos, artefactos y objetos del Tabernáculo deben ser llevados a sus lugares apropiados y dene ser ungidos con aceite para consagrarlos como objetos de culto Divino. Moshé también debe vestir a su hermano Aharón y a sus hijos con las ropas sacerdotales, y deben ser ungidos con el aceite. Cuando Moshé termina todo esto una Nube de Gloria, que indica la Presencia Divina, se manifestó en el Tabernáculo. Esta misma nube también sirvió como guía para los judíos durante su travesía en el desierto: cuando la nube se desplazaba, el pueblo la seguía, hasta que la nube se detenía y entonces el pueblo montaba allí su campamento hasta que la nube se desplazara nuevamente.