SEGUNDA BERAJÁ de la AMIDÁ: ¿Qué es la resurrección?

La segunda berajá (=bendición) de la ‘Amidá se llama geburot, la bendición que describe «los poderes de Dios».   En la primera bendición, Abot, que analizamos ayer, vimos como HaShem usa Sus poderes para proteger a su Pueblo, Israel.   En esta Berajá veremos como HaShem usa Sus poderes para resucitar, evitar y superar la muerte.

TEXTO:  1. «Tú eres infinitamente poderoso, HaShem, Tú restauras la vida de los muertos, y salvas [=evitas la muerte] de muchas maneras,  [en verano: Tú haces descender el rocío] [en invierno: Tú haces que el viento sople y que descienda la lluvia].  
2. Tú mantienes a los seres vivos con bondad, Tú restauras la vida con gran compasión, Tú sostienes a los que están por caer; Tú curas a los enfermos y liberas a los cautivos. 
3. Y Tú cumples Tu promesa con los que duermen en la tierra [nuestros antepasados]. ¿Quién es como Tú, Todopoderoso, y Quién se asemeja a Ti, el Rey que puede quitar y restaurar la vida y que hace florecer la salvación. 
4. Y en Ti podemos confiar que harás resucitar a los fallecidos.  Bendito eres Tú, HaShem, el que resucita a los muertos.»  
Los dioses mitológicos usaban sus poderes para derrotar a otros dioses, destruir al enemigo, o para sembrar el pánico entre los humanos. El poder de esos dioses o heroes mitológicos se media por su capacidad para matar:  cuanto más y mejor un dios mataba, más poderoso era.    Nosotros los Yehudim vemos el poder de HaShem y Su intervención en todo lo que es beneficioso para la humanidad. HaShem usa Sus poderes para mantener la vida y evitar la muerte. Al proveer alimentos a todos los seres vivos, curar a los enfermos, salvar a los cautivos. Todo esto nos inspira a obrar con bondad. Nos enseña que al igual que HaShem nosotros también debemos utilizar nuestros poderes, recursos y habilidades para salvar, curar, ayudar, sostener, nutrir, etc.
De cualquier forma, la idea de resurrección se repite varias veces en esta bendición, y en diferentes contextos.  Y me parece que de una manera progresiva esta bendición nos va dando indicios de la Intervención Divina que resucita, renueva y extiende la vida, en 4 planos diferentes.
PLANETA TIERRA (TEXTO 1):  En primer el poder de HaShem de renovar la vida lugar se manifiesta en el contexto de producir la lluvia «Tú haces soplar el viento y descender la lluvia».  Sin el agua de lluvia, la muerte sería inevitable. Sin la precipitación y sin el sistema climático que produce agua dulce los seres vivos no podría existir. Gracias a la precipitación, la tierra seca revive, las plantas vuelven a crecer y todas las criaturas del mundo pueden mantenerse con vida. La lluvia, a pesar de que no nos damos cuenta, es responsable por la constante renovación de la vida y la superación de la muerte.
HUMANIDAD (TEXTO 2): La segunda idea de resurrección se relaciona con la sociedad humana. Nuestra berajá presenta distintas situaciones en las que se percibe la delicadísima diferencia entre la vida y la muerte. En primer lugar, afirmamos que HaShem provee sustento, alimento a todas las criaturas, sin lo cual la vida no podría existir. HaShem interviene y ayuda a superar la muerte manteniendo de pie a los que están por desfallecer, curando a los enfermos, liberando a los cautivos (= prisioneros condenados a muerte). En todos estos  casos, la muerte seria inminente de no mediar la intervención de HaShem Todopoderoso para superarla.
PUEBLO de ISRAEL (TEXTO 3):  La tercera parte de esta bendición alude a la supervivencia del pueblo judío.  HaShem cumple con la promesa que hizo a nuestros antepasados, aludiendo a ellos al decir: «Los que duermen en el polvo», Abraham, Ytsjaq y Ya’aqob. Esta promesa consiste en que el pueblo judío podrá estar al borde de su extinción total, como ocurrió en Egipto, o en los tiempos del Rey Jizquiyahu, o en los tiempos de Hamán, o en la Shoá… Pero aunque esté al borde de su «muerte», HaShem restaurará la vida del Pueblo de Israel y lo resucitará.
TSADIQUIM (TEXTO 4): La máxima expresión del poder de Dios es Tejiyat haMetim, la resurrección de los muertos, que es la idea con la que culmina esta bendición.  Resurrección (no confundir con «reencarnación») es una creencia central en el judaísmo, que para Maimonides sólo se aplicará a los tsadiquim, las personas justas.  Tejiyat haMetim significa que en los tiempos mesiánicos, Dios restaurará la vida a los Tsadiquim.  El cuerpo y el alma estarán de nuevo juntos como antes de la muerte. Maimónides explica que esto no significa que los hombres ya no morirán, los hombres vivirán más tiempo, pero seguirán siendo mortales. Ahora bien, entender cómo esto va a suceder, es decir, cómo los cuerpos resucitarán, es una idea que está más allá de nuestro poder de visualización o imaginación.
MAS SOBRE EL TEXTO 3:  La resurrección del Pueblo e Israel
Hace  2500 años atrás, el profeta Ezequiel (Yejezquel) tuvo una vision profética muy especial.  En esta visión (capitulo 37) HaShem lo transportó a un valle. Y en ese valle había huesos. Muchos huesos. Huesos humanos. Huesos secos. No hay nada mas muerto que un hueso seco.  Y  en esa vision, HaShem le dijo a Ezequiel: «Hijo del hombre: ¿Crees tu que estos huesos podrán volver a la vida?. Y Ezequiel, en una combinación de humildad y sorpresa le contesto: «HaShem… sólo Tu los sabes». Y entonces hubo un ruido ensordecedor. Y los huesos empezaron a moverse. Los huesos se juntaron con otros huesos y formaron esqueletos. Y los esqueletos se revistieron de venas, y de nervios y de carne y finalmente se cubrieron de piel.  Ahora ya no eran huesos sino cuerpos humanos sin vida.  Cadáveres. Y entonces HaShem le dijo a Ezequiel: «Profetiza para que a estos cuerpos les llegue un hálito de vida…. y que vuelvan a vivir.» Y así fue. «Y un hálito de vida ingresó en los cuerpos y se pusieron de pie. Era un gran ejercito, muy numeroso». Y entonces HaShem le dijo al profeta Ezequiel: «Hijo del hombre, estos huesos son la Casa [Nación] de Israel. Ellos dicen, nuestros huesos se han secado, hemos perdido nuestra esperanza, hemos sido condenados [a morir]. Por eso, quiero que profetices y les digas [a Israel]: así dice HaShem, Dios, he aquí que Yo abriré vuestras tumbas, y los levantaré de vuestras tumbas y los llevaré a la tierra de Israel. Y así sabrán que Yo soy HaShem, cuando Yo abra vuestras tumbas, y los saque de ellas, pueblo Mío. Y les concederé un espíritu de vida y reviviréis. Y los conduciré a vuestra tierra. Y entonces sabrán que Yo soy HaShem. Yo prometí y cumplí.».
Es imposible no conectar esta profecía con 1945 y 1948. En 1945 estábamos condenados a desaparecer. Eramos huesos secos, o quizás peor, cenizas. Y entonces, cuando ya los Goyim pensaron que habíamos desaparecido, que ya nunca más volveríamos a ser un pueblo, que todas las milenarias profecías nunca se cumplirían, ocurrió el milagro más grande:  HaShem abrió nuestras tumbas, nos levantó y nos trajo a Israel. HaShem lo prometió. Y lo cumplió. Este es un ejemplo moderno de Tejiyat haMetim que podemos ver con nuestros propios ojos. 
 לע»נ משה בן שמחה  

En Memoria de Moshé Ben Simjá and Eliahu Saal ז»ל




PRIMERA BERAJA de la AMIDA: ¿Cómo protege Dios a Su pueblo Israel?

En los próximos días, BH, analizaremos una por una las Berajot de la ‘Amidá, la oración principal.
La Amidá consta de diecinueve bendiciones (berajá, pl. berajot). La primera bendición de la ‘Amida se llama «Abot», que literalmente significa «Padres», refiriéndose a nuestros patriarcas Abraham, Yitsjaq y Ya’aqob.
Esta bendición pertenece a la primera sección de la ‘Amida: «Alabanza». Nuestra primera oración a Dios, antes de pedirle algo, consiste en alabarlo por proteger al pueblo judío.
TEXTO: «Bendito eres Tú, HaShem, nuestro Dios y el Dios de nuestros padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Ya’aqob, el Dios grande, poderoso y temible, el Altísimo, que hace grandes actos de bondad, que lo ha creado todo, y que recuerda las buenas acciones de nuestros antepasados, y que traerá un redentor a los hijos de sus hijos, por su nombre [promesa] y por amor. HaShem es un Rey que ayuda que salva y que protege. Bendito eres Tú, HaShem, protector de Abraham».
En esta bendición afirmamos que HaShem protegió a Abraham, Ytsjaq y Ya’aqob. También describimos con tres palabras aquello que somos capaces de entender, dadas nuestras limitaciones, en cuanto a los poderes de Dios. Decimos que Él es Grande, Poderoso y Temible («temible»= que inspira reverencia y sumisión), que no hay ningún poder por encima o más allá de Su control (‘elion). Y que HaShem usa todos Sus poderes con bondad (gomel jasadim tobim) para protegernos y para asegurar nuestra continuidad.
Declaramos que debido al mérito de nuestros antepasados (zojer jasdé Abot) , Dios nos concede Su protección en el presente y nuestra futura redención (umebí go-el).
También afirmamos que HaShem prometió (lema’an shemó) a nuestros antepasados que él nunca permitirá que el pueblo judío desaparezca. Nunca nos abandonará porque nos ama incondicionalmente, como dice en Debarim 7: 7.
Dios nos protegió incluso antes de que nos convirtiéramos en una nación. Cuando éramos sólo la familia de Abraham o una incipiente tribu. Entonces, éramos extremadamente vulnerables.
Vale la pena aclarar que en esta Berajá no estamos PIDIENDO la protección a HaShem. Tampoco estamos declarando que HaShem protege a cada judío en virtud de ser judío. La protección de Dios al individuo judío NO es el sujeto de esta bendición. En esta Berajá afirmamos que Dios nos concedió milagrosamente nuestra supervivencia como Pueblo de Israel, y lo alabamos por habernos mantenido vivos como nación, a pesar de todos los que se levantan para destruirnos.
Finalmente decimos que HaShem es nuestro Rey (melej). Un Rey que ama y se preocupa por sus súbditos: nosotros.
Estas cuatro últimas palabras,  מלך עוזר ומושיע ומגן  «el Rey que ayuda, que rescata y que protege» representan también la progresión de los diferentes niveles de la protección de Dios, que es el tema principal de esta bendición. «Meditando» en estos niveles de protección, llegaremos a «sentir» cuánto HaShem nos ama y nos inspirará a quererlo aún más (lo cual es, por supuesto,  uno de los principales objetivos de la oración judía).
Veamos lo que estas cuatro palabras nos están enseñado:
מלך «El Rey», al decir Melej, normalmente aludimos al hecho de que nosotros, Sus súbditos, estamos a cargo de proteger al Rey. En el campo de batalla los soldados están a cargo de defender al Rey. Pero en el caso de HaShem, aunque Él es el Rey,  ¡es Él quien nos protege!
עוזר «HaShem nos ayuda», este es el nivel más básico de protección. Significa que cuando necesitamos algo o estamos en peligro y pedimos ayuda, HaShem escucha nuestro clamor y viene a ayudarnos. Este nivel de protección significa que HaShem responde a nuestras oraciones. El Rab Aryeh Kaplan, z»l, sugirió que para comprender estos diferente niveles de protección imaginemos que nosotros somos un soldado que está luchando en el campo de batalla. El enemigo nos ha herido, clamamos por asistencia, y el mismísimo Rey viene a ayudarnos.
מושיע «HaShem nos rescata».  Esto significa que cuando HaShem viene a ayudarnos no sólo nos asiste con lo que necesitamos. HaShem nos rescata completamente. Una vez más, en el ejemplo del campo de batalla, el soldado herido pide ayuda. El Rey ayuda al soldado no sólo curando sus heridas sino también rescatándolo del campo de batalla. Esto representa el nivel de protección donde HaShem nos concede más de lo que le pedimos, más de lo que le solicitamos.
מגן «HaShem es nuestro escudo». Este es el nivel más alto de Protección Divina. Pero ¿qué podría ser más elevado que «rescatarnos» del campo de batalla, cuando todo lo que habíamos pedido era «ayuda»? «Maguén» (lit. escudo) es el nivel más alto porque significa que HaShem nos protege aun cuando no pedimos Su ayuda. Cuando no somos conscientes de los peligros que nos rodean. En el campo de batalla, mientras el Rey nos está rescatando y llevándonos a un lugar seguro, nuestros enemigos nos disparan y el Rey nos escuda sin que pidamos Su ayuda, sin que seamos conscientes de los peligros que nos rodean.
Así, «Maguen» es la forma más alta de protección (y también la forma más habitual) que HaShem concede al pueblo judío, salvándonos constantemente de peligros de los cuales ni siquiera somos conscientes.
Terminamos esta oración bendiciendo (= reconociendo) a HaShem que nos concedió nuestra supervivencia como pueblo judío, protegiéndonos cuando le pedimos ayuda y aun cuando no nos damos cuenta de que debemos pedir a Su ayuda, desde los tiempos de Abraham Abinu (Magen Abraham, Bereshit 15: 1 אַל תִּירָא אַבְרָם אָנֹכִי מָגֵן לָךְ) hasta nuestros propios días.
 לע»נ משה בן שמחה  

En Memoria de Moshé Ben Simjá and Eliahu Saal ז»ל




SEGULOT: La fórmula para hacerse rico

El mercado está inundado de consejos acerca de cómo enriquecerse. Hay libros, artículos y por supuesto cientos de videos que tratan de convencerte que puedes hacerte rico si sabes en dónde invertir tu dinero; cómo diversificar tu portafolio, etc. O si no tienes dinero para invertir, te enseñan qué tienes que hacer para amasar una pequeña fortuna, fácil y rápidamente.

A diferencia de otras religiones cuyo ideal es la pobreza, en el judaísmo la riqueza no es vista como algo malo, siempre y cuando uno haya obtenido su dinero de una manera honesta. Pero los Jajamim acuñaron un concepto muy interesante, super moderno diría yo, que demuestra la relación inconsciente entre la riqueza y el pensamiento. Dijeron: אין עניות אלא מדעת , «la pobreza, en última instancia, es una condición mental». Si bien hay varias opiniones sobre la naturaleza de este enunciado, quisiera referirme a una explicación que es muy aplicable a nuestros tiempos modernos.

¿En qué consiste la riqueza? La riqueza no se mide por lo que uno tiene sino por lo que uno necesita. Independientemente de cuánto tenga, si yo necesito más de lo que tengo, soy una persona pobre. El nivel de mi pobreza (o de mi riqueza) es la diferencia entre lo que tengo y lo que siento que necesito tener. Cuanto más amplia esta brecha, más pobre soy y viceversa.
Nuestros rabinos nos enseñan que la pobreza puede ser un estado de autosugestión: el convencimiento de que no tengo todo lo que preciso. Que lo que poseo no me alcanza. No me satisface. Que necesito más. Mientras que la riqueza es el estado mental en el cual estoy en paz con lo que tengo. No necesito más de lo que ya poseo.

Lo voy a explicar con números. En las fracciones tenemos el numerador y el denominador. En «3 sobre 4» (3/4) «tres» es el numerador y «cuatro» es el denominador. En nuestro caso el numerador es «lo que tengo» y el denominador es «lo que pienso que necesito». A veces mi numerador, lo que tengo, puede ser muy alto, por ejemplo, «9». Pero ¿qué pasa si mi denominador, lo que yo deseo tener, es 10, o 15 o 50? Y a veces mi numerador es más bajo, digamos «3», pero mi denominador es también 3. ¿Quién es más rico, el que tiene 9 o el que tiene 3? Todo dependerá del denominador. El que tiene 3/3 es más rico que el que tiene 9/10, y mucho más rico que aquel que tiene 9/50.

Normalmente, en la sociedad de consumo la gente trata de aumentar su numerador para ser rico, y alcanzar el denominador «convencional». Pero cuando finalmente alcanzan el denominador, descubren que el denominador ha cambiado, se ha elevado. Estas personas, quizás sin saberlo, viven un permanentemente estado mental de «pobreza». Siempre «necesitan» y les falta algo más. No son conscientes de su gravísimo error: haber entregado el control de su denominador en las manos de la sociedad de consumo. Uno de los mejores ejemplos que puedo dar es el de un teléfono celular. Tengo un Samsung 5. Muy buen teléfono. Tiene todo lo que necesito y muchísimo más de lo que necesito. De pronto Samsung anuncia su último modelo: el Samsung «7». Y así, casi como por arte de magia, mi Samsung 5 me resulta ahora insuficiente… De pronto «necesito» (Samsung me convence de que necesito!) una cámara con mas megapixels, una pantalla 13 milímetros más grande que la que tengo y por supuesto el ahora imprescindible sensor de huellas digitales (¡¿cómo pude sobrevivir sin él?!). Tener el Samsung 5 y «necesitar» el Samsung 7 es la mejor ilustración de esa pobreza mental, absolutamente relativa, de 5/7 que me hace pensar que sólo cuando obtenga el Samsung 7, ¡voy a ser rico! (hasta que Samsung presente el modelo 8…).

De acuerdo a nuestros Sabios la clave para ser ricos de verdad es ser conscientes de nuestro denominador y tenerlo bajo nuestro control, y no bajo el control de la sociedad de consumo, como suele pasar.
El valor del denominador debe estar establecido por mis valores y mis principios religiosos, y ser independiente de la sociedad de consumo y del mundo de la publicidad.

Para dominar esta SEGULA y sentirse rico YA, repetiremos tantas veces como sea necesario: «Cuanto menos necesito, más rico soy. No tengo que tener lo que quiero, sino querer lo que tengo.»




SEGULOT: El Secreto Para Encontrar a Tu Pareja (shidduj).

נחית דרגא נסיב איתתא
פ ‘רש»י לא תקח אשה חשובה ממך שמא לא תתקבל עליה. יבמות ס»ג

En todo el mundo, los jóvenes judíos están teniendo muchas dificultades para encontrar su pareja y casarse. Mucha gente recurre a toda clase de ayuda metafísica y a veces supersticiones, que no funcionan. Hoy quiero compartir con el lector una «SEGULÁ» muy poderosa que te puede ayudar a encontrar en muy poco tiempo a la chica o al joven adecuado.

Este SEGULA es citada en el Talmud Yebamot, 63, así que puedes considerarla absolutamente legítima y 100% Kasher. Se dirige principalmente a los hombres, pero puede funcionar también para las mujeres. Esta Segulá consiste sólo de cuatro palabras: נחית דרגא ונסיב איתתא (najit dargá unsib itetá) que literalmente quiere decir: «Desciende un escalón y toma una esposa». Lo que los rabinos están diciendo es que el hombre «no debe buscar una mujer que está en un nivel superior a él, el hombre debe buscar una chica que lo encuentre a él atractivo».

El lector tendrá que admitir que ésta es, de hecho, una declaración absolutamente revolucionaria para nuestra sociedad moderna. Un cambio total de paradigma (paradigm shift). Y supongo también que esta idea representa un gran problema para aquellos que piensan, y tratan de hacer creer a otros, que nuestra Tora es (o nuestros rabinos son) machistas.

Permítame ilustrar cómo funciona esta SEGULA. Si le pregunto a un hombre de cierta edad por qué sigue soltero, sabiendo que BH tiene muchas candidatas potenciales, normalmente repetiría este mantra: «Rabino, necesito encontrar una chica a la cual me sienta atraído». Si un hombre se considera a sí mismo en términos de apariencia, digamos, nivel «8» (perdón por usar este convencionalismo tan superficial, pero me sirve para explicar este punto tan crítico), espera encontrar una chica que esté por lo menos en el nivel «9». ¡No pasa por su cabeza que la chica de nivel «9» espera encontrar un joven de nivel «10»!

Ahora podemos ver el circulo vicioso responsable por esta «crisis de shidujim»: si una joven 8 busca un chico 9, y un chico 9 busca una chica 10, esta tendencia significa que todo el mundo está buscando un upgrade de sí mismo, lo que hace que los candidatos potenciales sean muy escasos y difíciles de conseguir.

Nuestros rabinos dijeron que en términos de atractivo físico, si uno sale con una buena persona (buenas Middot, es decir, buenas cualidades, buenos valores, buena personalidad) siempre y cuando uno no sienta un rechazo físico por esa persona, debe intentar explorar las posibilidades de una relación seria con esa persona. Porque hay permitir que el tiempo y la cercanía emocional actúen su magia. El amor eventualmente desencadenará una atracción física duradera (sic.). Me explico: contrariamente a lo que sucedía en la cultura griega (y lo que ocurre en la sociedad moderna), para la mente judía, la belleza es absolutamente subjetiva, y es en realidad «el resultado» del amor. No es que te quiero porque te encuentro hermosa, sino más bien, te encuentro hermosa porque te quiero. Cuando llego a amar a alguien, entonces descubro su belleza. Piensen en una mamá o un papá con sus hijos: no importa cuán guapo sea el chico de 4 años de mi vecino, para MÍ no hay nadie en el universo más hermoso que MI hijo. ¿Y por qué? ¡Porque amo a mi hijo! Por lo tanto, si uno sale con un buen candidato o candidata potencial, hay que darse tiempo para sentir atracción.

Los medios de comunicación, por otro lado, están tratando de reprogramar nuestras mentes y hacernos creer que «no puedo sentirme atraído a ninguna joven que no se vea como una estrella de cine». Los medios de comunicación modernos son quizás lo responsables principales de esta visión materialista y superficial de la atracción y la belleza, lo cual es el factor negativo que más complica el tema de Shiddujim.

Esta SEGULA enseña a los hombres a hacer un cambio profundo en el pensamiento y pensar: «Debo encontrar una chica que me encuentre a mí atractivo». Y de pronto, la cantidad de candidatas potenciales se multiplicará exponencialmente.
Conozco a muchos (demasiados, por desgracia!) jóvenes solteros que actúan contrariamente a este principio. Pasan años y no se casan. ¿Por qué? Porque, actuando al revés de lo que dice esta SEGULA y guiados por los «valores materialistas» de los medios modernos, a menudo caen en la trampa de su propia imaginación: «Perdí el interés en esta chica, porque me parece que yo le gusto. Necesito conquistar a una chica que todavía no se siente atraída hacia mí «. Este pensamiento destructivo, que lamentablemente NO es poco común, a veces puede durar por años.

Por lo tanto, si de verdad quieres casarte, repite esta SEGULA: Najit Dargá Unsib Itetá, tantas veces como sea necesario, y empieza a buscar la chica adecuada: una joven que ya se sienta atraída hacia ti.




SEGULOT: El mejor antídoto contra la pérdida de memoria

Maimónides afirma que ciertas Mitsvot actúan como nuestros «ángeles protectores». Una de estas Mitsvot es la Mezuzá. Pero, ¿De qué tenemos que protegernos? ¿Qué protección nos brinda la Mezuzá? Veamos. La Mezuzá es HOY más necesaria que nunca. Vivimos una vida super agitada. Estamos desbordados de todo tipo de preocupaciones y distracciones. Necesidades materiales que debemos resolver urgentemente. Cuentas que hay que pagar, trabajos que tenemos que hacer, pruebas que tenemos que pasar, competencia que debemos enfrentar, etc. Todo esto exige nuestra atención total ¡YA! Estamos tan distraídos ocupándonos de mil asuntos urgentes, que nos olvidamos de enfocarnos en lo más importante de la vida: El propósito de nuestra existencia.

Obviamente, «el sentido de la vida» es sólo relevante para aquellos de nosotros que creemos en Dios. Quien cree que estamos en este mundo por un accidente cósmico que produjo la vida de casualidad hace miles de millones de años, y que en realidad los seres humanos somos una afortunada mutación de los simios, no debería preocuparse por la cuestión del «propósito». Si no existe Dios, no existe un propósito. Sólo hay que seguir adelante haciendo lo que uno tenga que hacer para sobrevivir, observando la ley de la jungla.

Sin embargo, los que creemos que Dios creó el universo y la vida y nos creó a nosotros, sabemos que tiene que haberlo hecho con un propósito. Buscar ese propósito, y mantenerlo en mente una vez que lo encontramos, es lo que le da sentido (=dirección) a nuestra vida.

Teóricamente, deberíamos tener este pensamiento en mente de manera permanente. Casi exclusiva. Todo lo que hacemos debería estar enfocado hacia la realización del sentido de nuestras vidas.

Pero la irónica realidad es que una persona puede creer en Dios, tener en claro su propósito existencial y sin embargo está tan absorto resolviendo sus problemas mundanos que termina «olvidando» el propósito de su vida. No prestándole atención. Si esto se hace permanente, es como un suicidio espiritual. La mayor tragedia humana, tal vez.

Ahora podemos entender mejor el rol de la Mezuzá. La Mezuzá contiene en su interior el Shemá Israel: la declaración básica de la Torá que afirma la existencia de Dios. Cada vez que entramos en una habitación, cruzamos una puerta, o vamos de un lugar a otro, nos detenemos brevemente para tocar la Mezuzá. Esta pausa nos obliga a interrumpir nuestros pensamientos mundanos y recordar a nuestro Creador. La Mezuzá nos ayuda a reconcentrarnos, a recuperar la conciencia del sentido de nuestras vidas: qué es lo realmente importante. La mezuzá es el antídoto contra este peligroso tipo de olvido existencial.

Maimónides menciona explícitamente esta «segulá» de la Mezuza. En Mishné Torá, Hiljot Mezuzá 6:13 dice. «Una persona debe tener gran cuidado en [la observancia de la mitsvá de la] Mezuzá. Cada vez que uno entra o sale [de una habitación], se debe conectar con el nombre de Dios [que está escrito en la Mezuzá]… y así, acordarse del Creador. De esa manera, una persona se despierta de su letargo [espiritual] y de su obsesión con las vanidades mundanas. Así, uno reconoce que no hay nada que lo acompañará para toda la eternidad excepto el conocimiento del Creador del mundo [que haya adquirido, es decir, la conciencia cada vez más clara de que Dios existe]. Esto lo motivará a recuperar la plena conciencia [del propósito de su propia vida] y seguirá así por los caminos de rectitud».

Maimónides llama a la Mezuzá (y a los Tefilin y al Tsitsit) «ángel de protección». Ya que nos protege del olvido, y no nos permite desenfocarnos de nuestra misión en la vida. Así concluye HaRambam: «Estos son los ángeles que impiden a una persona pecar, como está escrito [Tehilim 34: 8]: «El ángel de Dios [estas 3 Mitsvot] están alrededor de los que Le temen, y los protege».




El Ayuno del 10 de Tebet

Mañana domingo 8 de Enero observaremos el ayuno de Asará beTebet (10 del mes de Tebet). El ayuno comienza al amanecer y concluye al anochecer (en NY, comienza a las 6.24 am hasta las 5.04 pm). Ver AQUÍ   los horarios para cada ciudad.
El evento principal que rememoramos en este día es el asedio a Yerushalayim por Nebujadnezzar, rey de Babilonia. El sitio de la ciudad marcó el comienzo de la batalla que finalmente destruyó Jerusalem y nuestro primer Bet haMiqdash en el año 586 antes de la era común. Cientos de miles de Yehudim murieron de hambre durante el sitio; fueron muertos en batalla, capturados como esclavos o enviados como prisioneros de guerra al exilio en Babilonia. Como todos los días de ayuno, debe ser dedicado a la Teshubá (retorno, arrepentimiento). En las palabras de Maimónides (MT, Hiljot Ta’anit, 5:1), en los días de ayuno «debemos recordar nuestras transgresiones y errores, que son similares a los errores cometidos por nuestros antepasados.» Esas transgresiones trajeron la destrucción de nuestro Bet haMiqdash y el distanciamiento de la Shejiná, la presencia de Dios, de nuestro medio. El acortamiento de la distancia entre nosotros y nuestro Creador está en nuestras manos. Y una renovada cercanía con Boré Olam nos traerá más cerca de ver a nuestro Bet haMiqdash, una vez más, reconstruido.

 

Hay otros dos eventos que también recordamos en este día. La traducción de la Torá al idioma griego  (que ocurrió el  8 de Tebet), y la muerte de Ezrá haSofer (9 de Tebet).
El 8 de Tebet, aproximadamente en el año 260 aec, en Alejandría, Egipto, el rey Ptolomeo ordenó a 72 eruditos judíos, traducir la Torá al Griego. El Rey Ptolomeo intentaba demostrar la inexistencia de una interpretación judía unificada de la Torá, y así tener una excusa para delegitimizar la tradición judía y humillar al pueblo de Israel. Para este efecto, los Sabios judíos fueron colocados en cuartos de trabajo separados. Así, pensó el monarca griego, sería imposible que todos tradujeran de la misma forma el texto bíblico. Sin embargo, milagrosamente, todos los sabios tradujeron cada palabra de la Tora de la misma forma. La traducción de la Torá al griego fue considerada por la historiografía judía como un evento muy negativo. ¿Por qué? Porque la Biblia hebrea pasó a ser desde ese momento un libro que los gentiles se jactaban de comprender plenamente, incluso cuando ignoraban por completo el idioma original de la Torá, el hebreo, y la tradicional interpretación judía. Tres siglos más tarde, la Septuaginta allanó el camino para el avance de religiones «bíblicas» no-judías.   Como lo explica Timothy McLay, «las Escrituras judías tal como fueron estudiadas, leídas e interpretadas en la lengua griega, fueron la base de gran parte, si no de la mayoría, del contexto interpretativo del Nuevo Testamento.» A diferencia de los cultos paganos, que eran claramente antagónicos a la Torá, estas nuevas religiones estaban supuestamente basadas en la Torá. Irónicamente, la Biblia se interpretaba a voluntad y capricho para justificar ideas o creencias no-judías o incluso anti-judías ¡»en el nombre de la Biblia»!  Toda esta nueva tendencia causó tragedias incontables para el pueblo judío durante siglos o milenios.

 

Otro de los eventos que recordamos es la muerte de Ezrá haSofer, que ocurrió el 9 de Tebet. Setenta años después de la destrucción del primer Bet haMiqdash,  aproximadamente en el año 516 antes de la era común, muchos judíos regresaron a Erets Israel con los augurios del Emperador Persa Ciro (Koresh). Un total de 42.360 Yehudim volvieron a Israel, guiados por Zerubabel (véase el libro de Ezrá 2:64).  Años más tarde, en el año 457 antes de la era común, más judíos hicieron Aliá guiados por Ezrá el Escriba, quien fue asignado por el nuevo emperador Persa Artajshasta como el líder espiritual de los Yehudim que llegaron de Babel a Yerushalayim. Ezrá tuvo una misión muy difícil. Los Yehudim que regresaban de Babel, donde habían estado exiliados por 4 o 5 generaciones, ya habían olvidado la Torá y sus leyes y habían adoptado los valores de la cultura de Babel. Muchos, ni siquiera sabían hablar o leer hebreo.
En Yerushalayim, Ezrá estableció el Anshé Keneset haGedola, el primer Parlamento judío, compuesto por 120 sabios y profetas. Con ellos, Ezrá fijó un numero de resoluciones para revivir el estudio y el cumplimiento de la Torá y reeducar al pueblo judío. Ezrá incrementó los días de lectura pública de la Torá;  compuso el texto de la Amidá (oración principal) porque la gente se había olvidado de cómo orar correctamente; implementó que la lectura de la Torá fuese traducida al arameo; adaptó los nombres de los meses hebreos y modificó el tipo de letra (los «fonts») del texto bíblico (ketab ashurí) para facilitar el estudio de Tora, etc. Ezrá haSofer fue considerado por nuestros rabinos como un segundo Moshé Rabbenu, y como el vínculo histórico entre la Torá escrita y la Torá oral. La Torá, los rabinos explicaron, fue olvidada en el largo cautiverio de Babilonia, y fue recuperada gracias a Ezrá haSofer.



SEGULOT: Los beneficios de la actividad física, según Maimónides

הויאל והיות הגוף בריא ושלם, מדרכי ה’ הוא, שהרי אי אפשר שיבין או יידע והוא חולה צריך אדם להרחיק עצמו מדברים המאבדין את הגוף, ולהנהיג עצמו בדברים המברים המחלימים

En el cuarto capítulo de MT, Hiljot De’ot, Maimónides dice que mantener un cuerpo fuerte y saludable ayuda a prevenir la enfermedad, permitiéndonos servir a HaShem con todas nuestras fuerzas. «Siendo que mantener un cuerpo sano y saludable es parte de nuestro servicio a Dios , ya que uno no puede entender o tener conocimiento del Creador si está enfermo, por lo tanto, uno debe evitar todo aquello que daña al cuerpo y acostumbrarse a lo que es saludable y ayuda al cuerpo fortalecerse.» Hiljot De’ot, 4:1

En ese mismo capítulo, Halajá 14, el gran rabino y médico cordobés, explica la importancia de la actividad física regular.

Hiljot De’ot 4, Halajá 14

«Hay otro principio con respecto al bienestar físico: Si uno hace ejercicios, y se esfuerza [físicamente], y no come hasta el punto de saciarse … no sufrirá enfermedades y aumentará su fuerza física…».

Este Halajá, escrita hace más de 800 años, suena muy familiar en nuestros oídos modernos y nos permite apreciar que nuestros Rabinos conocían desde hace mucho tiempo los principios básicos de la medicina preventiva.

Maimónides también escribió, Hiljot De’ot 4, Halajá 15

«… quien se sienta ocioso y no hace ejercicio, … aunque coma los alimentos apropiados y tenga cuidado de seguir las reglas de la medicina, sufrirá dolores [y enfermedades] … y su fuerza física disminuirá.

Me gustaría compartir con los lectores otros consejos de Maimónides, menos conocidos, donde también se refiere a la importancia de la actividad física. Citaré a continuación las palabras de Maimónides del libro «La dieta transformadora de la vida», de David J. Zulberg, un libro moderno de consejos médicos que se basa en los principios médicos de HaRambam.

«Hipócrates [medico griego, 460 – 370 aec, considerado el padre de la medicina moderna] enseñó que el ejercicio es la piedra angular de la preservación de la salud y de la prevención de la mayoría de las enfermedades. No hay nada, en absoluto, que pueda sustituir al ejercicio físico «(página 99)

«La dieta sola, sin ejercicio físico no es suficiente para la preservación de la salud, y con el tiempo la persona que no hace ejercicios físicos, necesitará tratamiento médico» (p. 100)

«… alguien que está acostumbrado a la actividad física, incluso si tiene un cuerpo enfermo o es ya una persona mayor, es capaz de tolerar [la enfermedad y recuperarse de ella] mejor que una persona sana que no está acostumbrada a la actividad física» (p. 102)

Este texto es de una carta de Maimonides enviada a uno de sus pacientes

«En cuanto a lo que usted mencionó, que se siente débil después de realizar actividad física, la causa de esto es la omisión de los ejercicios regulares. Si comienza una rutina de ejercicios gradualmente, poco a poco, logrará fuerza y vitalidad (p. 102)»

SEGULA PARA UNA BUENA SALUD: No comer en exceso y hacer actividad física con regularidad.




SEGULOT: La segulá de haRambam para gozar de buena salud

La realidad indiscutible es que nuestra salud depende de dos grandes factores: 1. Lo que el paciente hace para cuidar o afectar su propia salud. 2. Lo que afecta nuestra salud y está fuera de nuestro control. Y por supuesto que aquello que nosotros no podemos controlar, está en las manos de HaShem. Por lo tanto, rezar y pedirle a HaShem que nos proteja de enfermedades y afecciones físicas, y que nos ayude a curarnos cuando estamos mal, es el factor más importante de esta ecuación.

Nosotros los Yehudim creemos que hay una sólida interacción entre el médico y HaShem. Ser médico es una de las más nobles profesiones ya que este profesional es como un representante de Dios. En mis propias palabras: HaShem nos cura a través de los médicos. Cuando el cirujano me opera, es HaShem Quien está guiando sus manos.

Es por eso que a diferencia de otras religiones o cultos, para nosotros es obligatorio visitar al médico periódicamente y ponernos en sus manos para preservar nuestra salud. ונשמרתם מאוד לנפשותיכם

Mantenernos en buena salud requiere, en primer lugar, hacer controles médicos de rutina y cuando tenemos, o sospechamos que tenemos, cualquier síntoma de una posible enfermedad.

Mantener una buena salud también implica la disciplina de alejarse de los malos hábitos. Por ejemplo: fumar. Si fumo, no puedo esperar ni que HaShem me proteja del tabaco, ni que el médico realice un tratamiento milagroso en mis pulmones.

Además de evitar los malos hábitos, también necesitamos adquirir hábitos «preventivos».

Estas «segulot» para prevenir enfermedades fueron formuladas por haRambam o Maimonides hace 800 años atrás.

Maimónides, que además de ser un gran rabino era también un famoso médico, escribió un capítulo entero sobre medicina preventiva en Mishné Torá, Hiljot De’ot, capítulo 4.

Anticipando el concepto moderno de «medicina preventiva» en ocho siglos, Maimónides se refirió a: dieta, hábitos de dormir, ejercicio físico, higiene, etc.

Comenzaremos viendo lo que dijo sobre los hábitos alimenticios.

Lo primero que debemos mejorar, según Maimónides, son nuestros hábitos alimenticios. Maimónides nos enseña que debemos comer con moderación. Comer para vivir y no vivir para comer.

En el capítulo 4, Halajá 2 Maimónides se refiere a comer en exceso, en hebreo ajilá gasá, es decir, glotonería: «Uno no debe comer hasta que su estómago esté lleno. Más bien, [debe dejar de comer cuando] haya llegado a cerca de tres cuartos de su total satisfacción «. En otras palabras, no es malo quedarse un poco hambriento después de que terminamos de comer. En realidad es un hábito deseable.

Vivimos en una época en la que B»H la mayoría de nosotros no tiene mayores problemas para tener comida en nuestras mesas. Por el contrario, en Estados Unidos, por ejemplo, el principal problema relacionado con la salud pública no es como era en la antigüedad, la desnutrición (= no tener suficientes alimentos), sino la sobrealimentación. La obesidad se ha convertido en epidémica y se dice que es el factor número uno de riesgo para la salud de millones de personas. Maimónides lo dijo explícitamente hace más de 800 años: 4:15: «Comer en exceso (ajilá gasá) es tóxico para el cuerpo de cualquier persona. Es la principal fuente de todas las enfermedades. La mayoría de las enfermedades que afligen a una persona son causadas o por comer alimentos dañinos o por llenarse el estómago y comer en exceso, incluso alimentos saludables. Esto ya fue sugerido por el rey Salomón en su libro de sabiduría (Mishlé 21:23): «Quien cuida su boca y su lengua, guarda su alma de angustia’ ‘Guarda su boca’, de comer alimentos dañinos o comer en exceso …».

Dejo para el final la frase que considero como la más completa y práctica de todas las segulot de Maimónides, en lo que se refiere al hábito de comer.

4:1 «No comas, a menos que tengas hambre».

SEGULA: Repetir estas palabras de Maimonides en hebreo: לעולם לא יאכל אדם אלא כשהוא רעב ולא ישתה אלא כשהוא צמא
Comer sano y no comer en exceso, nos va a ayudar a gozar de buena salud.

(Continurá…)




SEGULOT: ¿Qué hacer para que HaShem escuche nuestras plegarias?

Las «segulot» se suelen definir hoy en día como ciertas acciones o actos religiosos que pueden influir en la forma que HaShem se comporta con nosotros, nos responde, etc. Claro que hay que tener mucho cuidado con no trivializar esta idea, ya que no podemos «inventar» Segulot o pensar que a través de ciertas supersticiones vamos a ח»ו manipular a HaShem, imitado así a lo peor de la sociedad pagana. Hay muchas «Segulot» de dudoso origen que deben ser tomadas con pinzas…

Por eso, sólo vamos a presentar en esta columna Segulot que no son controversiales, es decir, que son completamente aceptadas por todo Am Israel, que pueden ser examinadas bajo la lupa del sentido común judío, y que se basan estrictamente en fuentes judías originales y verificables.

Comencemos por una de las Segulot que más nos seduce: ¿Cómo hacer para que HaShem escuche, preste atención e idealmente responda nuestras oraciones?

Todos los días declaramos en la Amidá, la oración más importante que un Yehudí dice 3 veces por día, ki Ata shomea’ Tefilat kol pe, «Tú, HaShem, Dios, escuchas las oraciones de las bocas [de todos los que rezan a Ti]». Los Rabinos del Talmud no dijeron que es necesario esperar horas auspiciosas o tiempos astrológicamente positivos, como hacía el profeta pagano Bil’am. En realidad, podemos y debemos orar a HaShem cuando lo deseamos (especialmente para agradecerle!) o cuando lo necesitamos. Y podemos pretender que Él nos escuche en todo momento, y también que nos responda positivamente.

Pero hay excepciones. A veces, sin importar el mérito de nuestro pedido, HaShem NO escucha nuestras oraciones. Estas excepciones están relacionadas estrictamente con nuestro comportamiento. Si nuestro comportamiento, especialmente con otras personas, no es adecuado, entonces nuestras Tefilot serán rechazadas ¡y viceversa!

Nadie describió este escenario mejor que el profeta Yesha’ayahu (Isaias) cuando dijo en el nombre de HaShem: (Capítulo 1:15) «Cuando ustedes levantan sus manos en oración, Yo esconderé mis ojos [los ignoraré]. Incluso si ustedes me ofrecen muchas oraciones, no los voy a escuchar «.
Así, Yesha’ayahu nos dice que a veces HaShem nos ignora y rechaza de plano nuestras oraciones. Afortunadamente Yesha’ayahu nos explica en qué circunstancias HaShem rechaza nuestras oraciones. En el final del versículo 1:15 lo dice explícitamente. No escucharé sus oraciones porque «… vuestras manos están llenas de sangre».

Yesha’ayahu denunciaba la hipocresía de algunas personas corruptas, que mataban, robaban, engañaban en sus negocios, practicaban el soborno para corromper la justicia, no ayudaban a las viudas, ni defendían a los huérfanos ni asistían a los pobres… y pretendían que HaShem ¡respondiera sus oraciones! Yesha’ayahu denunciaba que esta gente rezaba y le ofrecía sacrificios a Dios, como si fuera una forma de coima, como si HaShem pudiera ser sobornado. Tenían una idea muy infantil, inmadura y no-judía de HaShem.

Yesha’ayahu entonces les explicó que no puede haber un divorcio entre lo que hacemos y la respuesta de haShem a nuestras plegarias. HaShem no escuchaba las oraciones de esta gente y rechazaba sus sacrificios porque su conducta moral y religiosa era pésima. Ellos venían al Bet haMiqdash después de hacer todas esas inmoralidades y actuaban como si nada hubiera pasado, o como si HaShem no supiera lo que ellos en realidad hacían. Yesha’ayahu les dijo categóricamente: HaShem rechaza la oración de los corruptos.

Aunque también les dijo que no están condenados para siempre. Que si una persona corrupta se arrepiente y mejora su comportamiento, HaShem lo aceptará.
Para que esa situación sea revertida y para que Dios esté dispuesto a escuchar sus oraciones, Yesha’ayahu les dijo lo que tenían que hacer: (1:16-17)

«Lávense y purifíquense [de sus malas acciones]. Dejen de hacer el mal. Aprendan a practicar lo correcto. Busquen la justicia. Defiendan a los oprimidos y a la causa del huérfano. Aboguen por las viudas». Entonces HaShem, al ver estas buenos acciones escuchará con atención vuestras oraciones.

Los rabinos de la Guemará explicaron este mismo principio: existe una relación directa entre nuestra integridad y moralidad y el mérito de que nuestras Tefilot sean escuchadas.




JANUCÁ: la costumbre de los judíos de Aleppo, Siria

La tradición de muchas familias de Aleppo (=Jálab), Siria, es encender una vela adicional además de las velas que normalmente se encienden cada noche de Janucá. Así, la primera noche de Janucá los judíos de la comunidades de Aleppo encienden tres velas: 1. la vela de Janucá, 2. el shamash o vela auxiliar y 3. una vela adicional. Esta noche, la cuarta noche de Janucá, encenderán cuatro velas, el Shamash y una vela adicional, etc.

Ahora bien, no todos los judíos de Aleppo siguen esta tradición, sino solamente aquellas familias de Aleppo que remontan sus orígenes a España. Me explico. Cuando los judíos fueron expulsados de España en 1492 (o de Portugal en 1497) escaparon a diferentes destinos. Algunos de ellos llegaron a Italia, Turquía o Grecia. Otros, al norte de África: Marruecos, Argelia, Túnez, Libia o Egipto. Muchos también llegaron a Israel y Siria. En la mayoría de las ciudades a las cuales los refugiados de España, llamados desde ese entonces «Sefaradim» (=españoles), llegaron ya existían comunidades judías locales establecidas desde mucho tiempo atrás. Los Sefaradim se integraron a las comunidades ya existentes. Pero aún así, conservaron sus antiguas costumbres y cultura durante siglos. En muchos casos, los Sefaradim llegaron a ser la mayoría, o la minoría dominante, y poco a poco los judíos locales (en los países árabes a los judíos locales se los conocía como musta’arabim) absorbieron las costumbres de los españoles y ellos mismos se consideraron también «Sefaradim.» En la comunidad judía de Estambul en Turquía, o de Salónica, en Grecia que fueron las ciudades donde más cantidad de refugiados Sefaradim llegaron continuaron hablando español antiguo o ladino, prácticamente hasta nuestros días.

Durante varias décadas luego de la expulsión de España, llegaron a Siria muchísimas familias que procedían directamente de España o que habían llegado allí luego de estar algún tiempo en Turquía, Egipto o incluso Israel. El famoso viajero español, capitán Domingo de Toral (1598-1640), escribió en sus memorias «Relación de la vida del capitán Domingo de Toral y Valdés» que visitó Aleppo en el año 1634 y que para su sorpresa había encontrado allí «más de 800 familias de judíos que hablaban el castellano» .

Ahora bien ¿Por qué esas familias que llegaron a Aleppo desde España adoptaron la costumbre de encender una vela extra?
Los judíos Sefaradim que llegaron a Aleppo consideraron que haber llegado a su nuevo destino había sido todo un milagro. Los expulsados de España y Portugal, probablemente unos 250.000 judíos, se expusieron a todo tipo de peligros al viajar, especialmente en el mar. En primer lugar, estaban totalmente indefensos, sin nada ni nadie que los protegiera, a la merced de los capitanes de las pequeñas embarcaciones y su tripulación que sólo querían quedarse con los pocos bienes que estos refugiados traían. Embarcarse en un viaje al mar era una invitación abierta a toda clase de abusos. Muchos judíos fueron arrojados al mar (ver abajo), o en el mejor de los casos, vendidos como esclavos. Y si milagrosamente el capitán del barco cumplía con su promesa y trataba de llevarlos al destino prometido, los viajeros todavía corrían el riesgo de ser atacados por piratas, sufrir hambre, exponerse a tormentas que podrían hundir los frágiles barcos y, lo peor, la siempre presente amenaza de enfermedades y epidemias. Todas esta tribulaciones reclamaron las vidas de decenas de miles de Yehudim. ¿Recuerdan la historia del rabino Isaac Caro? (Ver aquí). Él dejó Portugal con destino a Israel. Nunca pudo llegar a Israel y al final terminó en Turquía. En ese terrible viaje, perdió a toda su familia, esposa e hijos, con excepción de una sola hija…

Al haber llegado sanos y salvos a Aleppo, estas familias decidieron recordar su historia y dar gracias a HaShem por su milagrosa salvación. Y para hacer eso, decidieron encender una vela adicional cada noche de Janucá, ya que el primer contingente de refugiados de España había arribado a Aleppo durante Janucá.

Vale la pena aclarar que, a diferencia de la mayoría de las Mitsvot en las cuales está prohibido hacer algo de más o agregar un elemento adicional (por ejemplo, no está permitido colocar 5 tsitsiot en un talit, etc.) la cantidad de velas que se prenden en Janucá tiene un mínimo, una vela por noche, pero no tiene un máximo.
Janucá Sameaj!!!

A NOTE FROM SHELOMO EZRA ANTEBI SACCA. Dec 29, 2016

החכם שחיבר ע»ה בס’ יצחק ירנן סי’ סד כותב כעין מה שכתבתם וז»ל «ולדעתי לזכר הנס שנצולו מהאנקיזיציון הדליקו בנרות חנוכה נר נוסף להודות ולהלל להי»ת ע»ז ואולי יציאתם מתוך ההכפה היתה בחנוכה»
לעומת זה בס’ דרך אר»ץ (עדס) עמ’ קמג-ד מביא שר’ יצחק זעפרני שליט»א אמר שמנהג זה היה נהוג עוד בספרד ועוד כתב שם בטעם המנהג בשם ר’ יצחק טוויל שליט»א ש»בני ספרד היו אנשים מכובדים ורמי מעלה ובכל ימות השנה היו מדליקים שני נרות כדי להאיר את הבית ואם כן בחנוכה לא היה היכר כאשר מדליקים בלילה הראשונה שני נרות בלבד משום כן הדליקו שני שמשים וממילא בכל לילה מוסיפים נרולכן המשיכו בכל לילה להדליק שני שמשים» ועוד כתב שם בשם הנ»ל עוד טעם ע»פ השערתו שאולי חששו לזוגות ע»ש ולענ»ד לא נהירא טעם זה וכן הטעם הראשון שהביא ולענ»ד הכי הגיוני כמו שכתבתם
עוד הביא שם בדרך אר»ץ בשם ס’ היכל עבודה שגם יהודי לוב נוהגים להדליק שני שמשים
ועוד כתב בדרך אר»ץ עמ’ רח הביא מאמר שנדפס בעיתון אחד שהרב נתן סאלם העיד שמנהג זה הוא משום שכשהלכו יהודי ספרד לגולה נדדו משך חודשים ולא מצאו מנוח וכשהדיעו לחוף מבטחים החליטו להוסיף נר בחנוכה לאות תודה על הישועה וזה כעין מה שכתבתם

LOS PELIGROS DE EMBARCARSE EN ALTA MAR

En 1290 los judíos fueron expulsados de Inglaterra. Lord Edward Coke escribió: «El capitán y la tripulación de uno de los mayores barcos asignados a deportar a los judíos concibieron un complot para deshacerse de todos los pasajeros (un grupo de judíos particularmente ricos, con poco equipaje pero de gran valor). Una vez que todos los judíos subieron a bordo, la nave zarpó por el Támesis. Sin embargo, una vez que estuvieron cerca de la desembocadura del río, en Queensborough, el capitán echó el ancla, dejando la nave cerca hasta que llegó la marea baja. Por fin, cuando la nave estuvo incrustada sobre las arenas, el capitán anunció que iban a dar un paseo e invitó a sus pasajeros judíos que lo acompañaran, diciendo que el aire fresco podría hacerles bien. Los judíos sin sospechar nada, aceptaron de buen grado la invitación del capitán y desembarcaron de muy buen humor. Pasaron algunas horas muy felices divirtiéndose en la arena, tanto que no advirtieron que la marea había comenzado a subir y que el capitán muy discretamente había regresado a su barco. Cuando se dieron cuenta de lo que pasaba y el grave peligro en el que se encontraban, ya era demasiado tarde. La marea estaba subiendo rápidamente. Y cuando corrieron de vuelta al barco implorando que los dejaran subir a bordo, el villano capitán se negó, y riendo a carcajadas les dijo con cinismo: ‘No me pidan ayuda a mí. Recen a su profeta Moisés; si él pudo hacer que sus antepasados cruzaran el Mar Rojo, que él los ayude a salir de esto!’ Y sin decir nada más los dejó a merced de las olas. Todos murieron ahogados.»