SEFARADIM vs. ASHKENAZIM: Arroz en Pésaj

Anteriormente explicamos que se considera Jamets sólo a un alimento que proviene de uno de los 5 siguientes granos:  trigo, cebada, espelta, cebada y avena. El arroz, por lo tanto, no es Jamets.  Esta idea fue originalmente discutida en la Guemará. Un Rabino de Erets Israel, Rabbí Yojanán ben Nurí (siglo 1 de la era común) sostenía que no se puede consumir arroz en Pésaj. Los Sabios de la Guemará , sin embargo, concluyeron que el arroz NO es Jamets y que se puede comer en Pésaj. La Guemará también registra que Rabá, un famoso rabino de Babel, solía comer arroz en el Seder de Pésaj. (Pesajim 114b) .
La costumbre Ashkenazí, sin embargo, es abstenerse del consumo del arroz, pero no por considerarlo Jamets.  Los Yehudim Ashkenazim se privan durante Pésaj de consumir todo tipo de legumbres, granos y cereales (qitniyot). Esta es una tradición muy antigua que sigue siendo respetada hasta el día de hoy.  Ahora bien ¿cuál es la razón y el origen de la costumbre de prohibir granos no Jamets y  legumbres en Pésaj?
Tomemos como ejemplo el caso del arroz.
Es muy posible confundir el arroz con el trigo. Las espigas son muy parecidas; los granos de arroz integral y trigo son del mismo color, al igual que la harina de arroz y la harina de trigo. Hay que tener en cuenta que hasta hace unos 40 o 50 años atrás los productos alimenticios no se vendían como hoy, envasados y en supermercados, sino que se vendían por peso en los mercados al aire libre. No era poco común entonces que si alguien compraba arroz encontrara luego granos de trigo mezclados con los granos de arroz. En primer lugar porque los campos donde el arroz se cosechaba solían estar cerca o dentro de los mismos campos donde se cosechaba el trigo o la cebada. Y también porque los granos de arroz (integral, enteros) y los granos de trigo se vendían en los mismos puestos del mercado, utilizando las mismas paletas y balanzas. Era muy posible entonces que algún grano de trigo se mezclara con el arroz. Y como veremos más adelante, la prohibición de Jamets durante Pésaj es tan estricta que un solo grano de trigo transformaría a todo un plato de arroz en Jamets. De aquí la costumbre Ashkenazi de abstenerse del arroz en Pésaj.
Esta no es una tradición exclusiva de los judíos Ashkenazim. Los judíos Sefaradim están divididos en la cuestión del arroz. Los Yehudim marroquíes y otros Yehudim de África del Norte también evitan el consumo de arroz durante Pésaj, mientras que los judíos de Israel, Irán, Irak, Siria y otros países del Medio Oriente consumen arroz durante Pésaj (al punto que el arroz se convierte en la comida más típica de Pésaj, algo así como las papas en la tradición Ashkenazí).   Sin embargo, para evitar la posibilidad de la presencia accidental de un grano de trigo en el arroz, la costumbre de las comunidades persas, sirias, etc. es revisar el arroz tres veces antes de usarlo para Pésaj.
Ahora bien, incluso los que siguen la tradición de abstenerse del consumo de arroz y otras legumbres (qitniyot) durante Pésaj, por los motivos que recién explicamos, pueden mantener el arroz y las legumbres en su posesión y propiedad durante Pésaj, y no hay necesidad de desechar  o vender estos alimentos (Shulján Aruj, Rama, 453:1). También, como lo señala el Rab Eliezer Melamed en Peniné Halajá, aunque la costumbre Ashkenazí es prohibir productos qitniyot durante Pésaj, esto se aplicará cuando los quitniyot son o constituyen la mayoría de ese producto alimenticio (Mishná Berurá idem, 9). Pero si los qitniyot (fructuosa de maíz, almidón de maíz, etc), están presentesen un alimento ya elaborado en una proporción menor, ese alimento no estará prohibido durante Pésaj, aún para los que acostumbran a privarse de quitniyot.
Consulte con su Rabino acerca de las tradiciones de su comunidad.



PÉSAJ: ¿Qué es y qué NO es Jamets?

De las 8 Mitsvot de Pésaj que mencionamos ayer (ver abajo), 6 se relacionan con Jamets. Durante Pésaj NO nos está permitido comer, beneficiarnos o incluso poseer Jamets. Vamos a entender mejor qué es y qué no es Jamets

LOS CINCO GRANOS Jamets (o Jametz) es cualquier sustancia fermentada, sólida o líquida, que proviene de uno de los siguientes 5 granos: trigo, centeno, espelta, cebada y avena. Estos son también los cinco granos de los cuales generalmente se elabora el pan. Nuestros sabios establecieron que solamente sobre un pan hecho de uno de estos cinco granos decimos la berajá (bendición) haMotsí y luego Bircat haMazon.   Si un pan está hecho, por ejemplo, de harina de soja, harina de arroz o de de maíz, no será considerado “pan”.

El proceso de fermentación no ocurre solamente con “la harina” de estos granos.  La cerveza por ejemplo, se elabora a partir de granos de cebadas, que se ponen en remojo y se dejan fermentar.  La cerveza (al igual que el whisky, y otras bebidas alcohólicas a base de granos ) también es Jamets, aunque el grano nunca fue convertido en harina.

Un producto alimenticio fermentado que no contiene ninguno de estos 5 granos no se considera Jamets, incluso si pasa por un proceso de fermentación.  El vino, por ejemplo, pasa por un proceso de fermentación, pero se hace de la uva. Lo mismo ocurre con otras bebidas alcohólicas como el saké (“vino de arroz” japonés) que se elabora a partir de arroz fermentado.

Ahora bien, NO todo lo que proviene de estos 5 granos es Jamets. De hecho la Matsá debe ser elaborada a partir de uno de estos 5 granos. La Matsá también es un tipo de “pan”. En hebreo se llama “pan pobre” o לחם עוני, y , en español se llama “pan ácimo”, que significa, pan no fermentado.

¿Cuál es entonces la diferencia entre el pan y la Matsá?

TIEMPO La diferencia fundamental entre el pan y la Matsá es el tiempo. El pan y la Matsá se preparan con los mismos ingredientes básicos: harina y agua. La diferencia es la siguiente: para preparar Matsá,  una vez que se mezcla la harina con el agua, no se puede dejar reposar la masa. Esta debe ser amasada y horneada en menos de 18 minutos.  Ya que si se deja la masa inactiva por 18 minutos o más, desde el momento en que la harina entró en contacto con el agua, esa masa se considera fermentada. A esta fermentación se la llama en hebreo Jimuts, y al producto de esta fermentación se lo llama “Jamets”. El pan común se elabora con harina y agua, y en el proceso se deja reposar la masa intencionalmente para que ésta fermente. Al fermentar, la masa se agranda y se forma el pan con miga (la miga, que no encontramos en la Matsá, es evidencia del proceso de fermentación) .

AGUA Si la harina procedente de uno de los cinco granos se mezcla “exclusivamente” con jugo de fruta, o con miel o con huevos sin que se le agregue a esta masa nada de agua, no se producirá el Jimuts o la fermentación prohibida en Pésaj. Técnicamente, si se prepara  una masa mezclando harina de trigo con puro jugo de frutas, sin agua, y la dejo reposar, esa masa no es Jamets, se llama Matsá Ashirá y se puede consumir durante Pésaj.

SEOR En todos los ejemplos mencionados no hablamos aún de la levadura per sé, o en hebreo שאור. La prohibición de Jamets incluye adicionalmente la prohibición del uso, y la posesión, de levadura. La levadura no es un elemento comestible, sino un aditivo. Hasta hace un siglo atrás la levadura se elaboraba en casa. ¿Cómo se preparaba la levadura? Mezclando harina y agua y dejando reposar esa masa por un periodo de 4- 5 días. Esa “masa” ácida y con olor a alcohol se conoce en español como “levadura natural” o también “masa madre” (ver este interesante artículo http://tequedasacenar.com/como-hacer-masa-madre-como-hacer-pan-13/) y se usa como un catalizador del proceso de fermentación. En otras palabras, en el proceso de elaboración del pan fresco, una vez que la harina y el agua se mezclan, se introduce un poco de esa levadura natural en la masa, para acelerar y mejorar el proceso de fermentación. La masa se inflará más rápido y mejor y el pan saldrá mucho más esponjoso. Todas las prohibiciones de Jamets (consumo, posesión, beneficio) se aplican también al seor, la levadura natural o comercial

Leilui Nishmat Meir ben Gabriel Tubi ז»ל



PÉSAJ: Los 8 mandamientos de Pésaj

Falta menos de un mes para Pésaj. El primer Seder de Pésaj se celebrará B’H la noche del lunes 10 de Abril de 2017. Las leyes y tradiciones de Pésaj son tantas y tan diversas que nuestros rabinos indicaron que 30 días antes de Pésaj debemos empezar a estudiar las leyes y costumbres de Pésaj. Así que, ya estamos un poco atrasados …

Vamos a comenzar por aprender la Mitsvot bíblicas de Pésaj. Esto es, las leyes seminales de esta festividad, de las cuales todos los demás detalles y Halajot de Pésaj se desprenden.

En su introducción a Hiljot Pésaj, Maimónides describe uno por uno los mandamientos de esta festividad, enumerando un total de 8 Mitsvot bíblicas relacionadas con Pésaj. Es importante destacar que en este cálculo, Maimónides NO incluye las Mitsvot relacionadas al sacrificio de Pésaj (qorbán Pésaj).

Hay 3 mandamientos positivos y 5 prohibiciones concernientes a Pésaj.

LOS 3 MANDAMIENTOS POSITIVOS DE PESAJ

אכילת מצה 1. Comer Matsá durante la primera noche de Pésaj (en la diáspora, esto se convierte automáticamente en la obligación de comer Matsá durante las DOS primeras noches de la festividad). Durante el resto de Pésaj está prohibido comer Jamets pero no hay una obligación formal de comer Matsá.

2 והגדת לבנך. Relatar a nuestros hijos durante la primera noche de Pésaj (en la diáspora, las dos primeras noches) la historia de la esclavitud en Egipto y nuestra redención. Este relato , en términos prácticos, consiste en leer y explicar la Hagadá de Pésaj. Esta Mitsvá incluye muchas otras Mitsvot y tradiciones, como por ejemplo la realización del Seder, beber las cuatro copas de vino, comer el maror, etc.

3 השבתת חמץ. Renunciar a la posesión de nuestro Jamets en la víspera de Pésaj, el 14 de Nisán (el lunes 10 de Abril) antes del mediodía. En los próximos días explicaremos esta Mitsvá en detalle.

LAS 5 PROHIBICIONES DE PESAJ

4 איסור אכילת חמץ. La prohibición de comer Jamets durante Pésaj. Se considera Jamets a una comida que contenga trigo, cebada, centeno, avena o espelta que hayan fermentado. En los próximos días explicaremos este punto en detalle.

5 איסור אכילת תערובת חמץ. La prohibición de comer cualquier comestible que contenga algo Jamets o se-or (levadura natural) durante Pésaj. La Guemará cita como ejemplos de mezcla de Jamets el kutaj haBabli, un queso tipo cottage (כותח=cottage?) que contenía pedacitos de pan, y el shejar hamadi, una bebida alcohólica hecha de a base de grano, posiblemente cerveza.

6 בל-יראה. La prohibición de poseer Jamets durante Pésaj, independientemente de dónde se encuentre ese Jamets.

7 בל -ימצא. La prohibición de poseer Jamets durante Pésaj. Estas Mitsvot, la 6 y la 7, son de hecho idénticas, no hay ninguna diferencia entre ellas y se aplican exactamente igual. Este es un caso excepcional en toda la Torá. Los Jajamim se refieren a este par de Mitsvot con las palabras hebreas: בל יראה בל ימצא (“No se verá, no se hallará”).

8 איסור אכילת חמץ ערב פסח אחר חצות היום. La prohibición de comer Jamets en vísperas de Pésaj (lunes 10 de abril), a partir del mediodía. Los rabinos adelantaron esta prohibición unas dos horas, por lo tanto el lunes 10 de abril podemos consumir Jamets solo hasta el final de la cuarta hora del día. Vale aclarar que esta “horas” no son horas de 60 minutos, sino “horas diurnas”, que se obtienen dividiendo por doce el periodo diurno del día (desde el amanecer hasta el anochecer).

En los próximos días B’H tendremos la oportunidad de definir y profundizar cada una de las ocho Mitsvot de Pésaj.




El Rab Abraham Antebi (1765-1858) y el terremoto que devastó Alepo

El Rab Abraham Antebi ז»ל nació en Alepo (Aram Tzobá), Siria, en 1765. Era descendiente de judíos expulsados de España que se asentaron en la ciudad de Ein-Tab, hoy en día conocida como Antep situada al sur de Turquía. Su tatarabuelo, el Jajam Rajamim (1554-1627), emigró de Ein-Tab a Alepo, y de ahí el origen de su apellido Antebi.
En su juventud estudió principalmente con su padre, el Jajam Itzjaq Antebi, de los grandes sabios de Alepo. En 1817 fue nombrado Gran Rabino y Juez Superior de todo Alepo, cargo que ocupó por más de 40 años.

El Rab se destacó por ser un autor muy prolífico. Sus obras son principalmente de halajá (ley judía), derushim (discursos y  sermones) y musar (ética judía). También compuso varios poemas y canciones de carácter religioso. Pero no menos que por sus obras, se destacó por su preocupación y dedicación por el bienestar de su comunidad que en esos años se encontraba en una situación muy difícil.

En 1824 un terremoto arrasó la ciudad de Alepo y fallecieron cerca de mil judíos (tengamos en cuenta que la comunidad no superaba las 10.000 personas) y los que se salvaron, entre ellos el propio Rab, tuvieron que acampar en carpas en las afueras de la ciudad durante 18 meses. En esa época el Rab Antebi escribió su primer libro, al cual llamó a causa de ese desarraigo Yosheb Ohalim, en español “Asentado en las Carpas”. Este libro contiene sermones sobre las secciones semanales de la Torá en los que combina, de una manera muy creativa, el análisis halájico, los relatos bíblicos y las narraciones hagádicas (historias y parábolas de los sabios). Cuentan que en esas improvisadas carpas, desprovisto de libros de Torá, el Rab escribió su obra citando todas las fuentes de memoria.

El principal problema que el Rab Antebi debía enfrentar como líder comunitario era el empobrecimiento general de la comunidad. Los ingresos bajaban, los precios subían y el imperio otomano exigía más impuestos. Hay muchas historias acerca de cómo el Rab se dedicaba a apoyar a los necesitados. En sus libros de musar Ohel Yesharim y Jojmá Umusar escribe extensamente sobre cómo cada judío es garante por su hermano Yehudí y no debe ignorarlo en sus momentos de aprieto. También escribió que uno de los motivos de la mala situación económica de los judíos alepinos se debía a que sólo se dedicaban al comercio y no poseían profesiones u oficios. El Rab exhortaba a los padres a proveer a sus hijos una profesión y no conformarse con adiestrarlos en el comercio.

Uno de los libros más importantes del Rab es Mor Vahalot, preguntas y respuestas sobre innumerables casos que se presentaron en la comunidad Alepina y requerían  una opinión rabínica autorizada.

Veamos una de estas preguntas (J. M. 2).

La costumbre de los tribunales judíos de  Alepo era que el Gran Rabino de la ciudad, en ese entonces el Rab Antebi, juzgaba individualmente los distintos conflictos monetarios, sin estar acompañado por otros dos jueces (dayanim), lo cual era la práctica común de los otros jueces rabínicos.

El Rab fue cuestionado por este proceder. No se trataba de un problema legal, ya que según la halajá los litigantes pueden aceptar ser juzgados por un solo dayán. El problema era una cuestión de ética. El famoso Rab Shaj [Rabbi Shabetai Hakohen, Polonia, siglo XVII] (J. M. 3, 10), basándose en el Shulján Aruj y el Talmud de Jerusalem, escribió que si bien técnicamente  el juez rabínico puede juzgar por sí mismo, no está bien que un juez lo haga, a menos que se trate de un gran experto en jurisprudencia Rabínica. Pero no termina ahí. El Rab Shaj sigue diciendo, que hoy en día nadie puede considerarse como “gran experto” tal como sucedía en la época del Talmud. Ya que con el paso de las generaciones los conocimientos de Torá han disminuido. Por lo tanto hoy en día ningún rabino debería juzgar individualmente. Muchos prominentes rabinos adoptaron la opinión del Shaj.

En este punto es donde el Rab Abraham nos ilumina con su visión halájica. El Rab Antebi disentía con la visión del Shaj. Estas son algunas de sus palabras traducidas al español:

“contrariamente [a lo que dice el Rab Shaj], es más común encontrar un experto en nuestras generaciones que en las generaciones del Talmud, ya que todo el estudio [de los Sabios del Talmud] estaba basado en la memoria y la transmisión oral. En esas épocas el experto no era algo muy común. No ocurre lo mismo en nuestra generación, que ya está toda [le ley] está escrita en los libros y [los Sabios] no dejaron ni lo grande ni lo pequeño sin registrar. Por lo tanto, si un juez rabínico sabe analizar jurídicamente [el caso que enfrenta] y está familiarizado con el estudio de los posqim (legisladores halájicos), no hay duda que puede ser considerado un “gran experto” en la ley.»

Rabbi Abraham Antebi falleció en Alepo en 1858 a la edad de 93 años, y es recordado hasta el día de hoy como una de las luminarias más grandes de Alepo.

Escrito por Abraham Sacca, hijo del Rab Isaac Sacca de Buenos Aires, ARGENTINA




Un detalle importante y poco conocido de la historia de Purim

En muy pocos días -el sábado 11 de Marzo por la noche y el domingo 12- vamos a celebrar la fiesta de Purim.  Purim nos recuerda nuestro milagroso triunfo sobre el antisemitismo. Brevemente: el primer ministro del imperio persa, Hamán, emitió un decreto genocida en el que permitía y alentaba a cualquier persona del imperio que matara a un judío y a su familia, a quedarse con todos sus bienes y pertenencias.  Como todos sabemos, gracias a la intervención de Mordejai y Ester, y a la «invisible» ayuda de HaShem, el decreto fue revertido.
Los eventos de Purim no contienen fábulas ni metáforas, como algunos mitos de la antigüedad, y han sido registrados en el «Libro de Ester «, que leemos 2 veces durante Purim. Para comprender la dramática historia que este libro relata y la magnitud del milagro y del genocidio que se evitó, presentaré a continuación una breve reseña de la historia de Purim.
Después de salir de Egipto, los Yehudim vivimos por aproximadamente 800 años como pueblo soberano en la tierra de Israel.  En el año 586 antes de la era común (aec) el emperador de Babilonia, Nebujadnetsar conquistó y destruyó Yerushalayim (Jerusalem). Cientos de miles de judíos murieron de hambre, enfermedades o fueron asesinados; el Bet haMiqdash fue destruido y aproximadamente 70.000 judíos fueron tomados como cautivos y llevados a Babilonia.
En el año 539 aec, Ciro (llamado en hebreo Koresh) derrotó y conquistó al imperio babilonio, transformándose en el primer monarca del imperio Persa.
En el año 538 a.e.c. sucedió un gran milagro:  el Emperador Persa Ciro promulgó un edicto (הכרזת כורש) en el que invitaba y alentaba a todos los miembros del pueblo judío a regresar a Israel y reconstruir el Bet haMiqdash. Este gran evento está registrado en las últimas palabras del Tanaj (la Biblia hebrea).
Miles de judíos regresaron a Israel, liderados por Zerubabel y en al año 516 aec, luego de 70 años de exilio, tal como lo había profetizado Yirmiyahu,  comenzó la construcción del segundo Bet haMiqdash.
Con el tiempo la población judía de Israel siguió creciendo y en los tiempos de Purim, primera mitad del siglo V aec. vivían en Israel no menos de 50.000 judíos.
No todos los judíos regresaron a Israel.
¿Por qué? Tal como lamentablemente ocurre en nuestros días, aunque todos podían vivir en Israel,  la mayoría de los judíos seguía viviendo fuera de Israel. Vamos a tratar de entender cómo y por qué los Yehudim residían en un exilio voluntario.
Durante el reinado de Ajashverosh (484-465 aec) el imperio Persa se convirtió en el más grande que existió en la historia de la humanidad (se extendía desde la India hasta Etiopía). Esto les brindó a los judíos, que eran muy exitosos en el comercio, la oportunidad de establecer una red comercial internacional que resultó muy profitable.
Hay documentos y evidencias que los judíos se dispersaron por todos los confines del Imperio Persa y llegaron hasta lo que hoy en día es el límite entre India y China. Aprovechando que las rutas comerciales estaban protegidas contra los bandidos, montaron una red de intercambio comercial entre Indochina y occidente. Utilizando la recién inaugurada «ruta de la seda», también protegida por guardias imperiales, importaban seda y oro de la China y exportaban especias, colorantes, jade, lapislázuli y vidrio.   Hay un libro, lamentablemente muy desconocido peroabsolutamente fascinante («El octavo Día», The Eighth Day, por Samuel Kurinsky), que describe con lujo de detalles todas las empresas comerciales en las que se destacaban los judíos en los tiempos del imperio Persa.
Los judíos estaban, como lo confirmó Hamán (M. Ester 3:8) «diseminados entre todos los pueblo del imperio Persa», y esto también les permitió establecer una nueva industria en la cual también se destacaron: el crédito.  Un documento escrito (seguramente en hebreo) por un judío de Turquía podía ser cobrado en la India, al ser presentado a otro judío que vivía allí. Hay testimonios arqueológicos muy importantes sobre una familia judía de «banqueros» de esa época, los Murashu (ver aquí ).
Todos estos datos son  importantes para entender lo siguiente:
1. Dado el éxito de sus comercios, los Yehudim no regresaron a Israel. Aunque cabe destacar que apoyaban económicamente a Israel enviando permanentemente generosas donaciones para el Bet haMiqdash y para ayudar a los Yehudim que allí residían.
2.  Los judíos vivían esparcidos por todos los confines del enorme imperio Persa, incluyendo Turquía, Egipto, y 50.000 en Israel. De manera que NO había judíos viviendo fuera del imperio Persa.
3. Por lo tanto, como todos los Yehudim del mundo, vivían en el imperio Persa,  cuando Hamán emitió su decreto para eliminar a todos los judíos del imperio, estaba llamando a la destrucción de todos los judíos del mundo.
Vea aquí algunas 
HALAJOT DE LA LECTURA 
DE MEGUILAT ESTER



¿Qué se necesita saber para conocer a una persona?

אַשְׁרֵי שֹׁמְרֵי מִשְׁפָּט , זה מרדכי
עֹשֵׂה צְדָקָה בְכָל עֵת , שגדל יתומה בתוך ביתו
En uno de su mejores libros «Intelectuales» el famoso historiador Paul Johnson describe las ideas de grandes pensadores y filósofos como Voltaire,  Rousseau o Carl Marx. Johnson también escribe sobre la vida privada de estos intelectuales y demuestra su egoísmo, hipocresía, y cinismo. En realidad estos grandes ideólogos no vivían de acuerdo al altruismo que predicaban. Eso era para sus escritos, para sus lectores, para las masas. Todos afirmaban que buscaban el bien de la humanidad, pero en sus vidas privadas demostraron todo lo contrario.
Mordejai, uno de los principales protagonistas de Meguilat Ester, es uno de los heroes nacionales de Am Israel.  Fue, como escribimos, un gran líder politico y religioso en la ciudad de Shushán donde los judíos se habían comenzado a asimilar.  Pero, ¿qué sabemos de la vida personal de Mordejai?
Por un lado conocemos la prestigiosa ascendencia de Mordejai. De acuerdo al texto de la Meguilá (Peshat), Mordejai era descendiente de los exiliados de Yerushalayim alrededor del año 600 aec, en los tiempos del rey Yoyajín.  En este primer exilio, que ocurrió unos 15 años antes de la destrucción del Bet haMiqdash,  el Rey babilonio Nebujadnetsar se llevó a la aristocracias y a la nobleza de Yerushalayim.  Ente ellos al bisabuelo de Mordejai, Quish, de la tribu de Binyamín.
En su libro Leqaj Tob, el Rab Yom Tob Tsahalón nos abre los ojos a un detalle muy importante que nos enseña algo más de la vida privada de Mordejai: su carácter moral. La Meguilá nos cuenta que Mordejai adoptó a su sobrina Ester, huérfana de padre y madre, y la crió y la cuidó como su propia hija.
El Rab Tsahalón cita al Midrash que describe el enorme mérito de adoptar una criatura. Los Sabios analizan un versículo de Tehilim que dice: אשרי שמרי משפט עשה צדקה בכל עת , «Felices  aquellos que… hacen Tsedaqá a cada momento». Los sabios se preguntan: ¿Acaso es posible hacer Tsedaqá «literalmente» en todo momento? Y la respuesta es : Sí. Esto sucede cuando una  familia adopta a un niño o niña. En este caso, los padres adoptivos hacen Tsedaqá (especialmente  en el sentido de Jesed)  24 horas por día, todos los días (24/7).  En otras palabras, adoptar un hijo es un ejercicio de Jesed «insuperable».
Es interesante que algo parecido sabemos de Abraham Abinu.  El texto que describe la vida privada de Abraham Abinu es muy pobre en detalles. Excepto por un punto circunstancial pero revelador: Harán, el hermano de Abram, fallece y deja a su hijo Lot huérfano. Pero luego vemos que וילך אתו לוט , Lot forma parte de la familia de Abraham: Abraham adopta a Lot como su propio hijo.
Siguiendo esta idea, es como que todo lo que tenemos que saber para conocer el carácter bondadoso y altruista de Mordejai es que adoptó a Ester. Y lo mismo se podría decir de Abraham y Lot.
Es cierto que los seres humanos somos criaturas complejas y que no es fácil conocer a una persona por una sola acción. Pero hay excepciones, y creo que para los Sabios la adopción de una criatura es una de ellas.
Recuerdo que hace varios años atrás (20?) pasamos Pésaj con toda la familia en un hotel ubicado en Gush Qatif, que hoy lamentablemente es parte de Gaza… . El último día nos sentamos al lado de una familia bastante numerosa, con una particularidad que no podia pasar desapercibida. Tenían 3 niños con síndrome de Down. Mi esposa y yo nos asombramos del extraordinario trato que gozaban estos niños. En primer lugar, eran el centro de atención de toda la familia, los padres, los abuelos y los hermanos mayores. Todos les sonreían y les daban cariño.  Además, cada uno de estos niños estaba siendo atendido por una asistente personal -¡una asistente por niño!- que trabajaban para esta familia.  Y luego nos enteramos de lo más maravilloso: estos 3 niños ¡eran adoptados! Adoptados por una familia que ya tiene sus propios hijos, algunos de ellos casados. Por una familia que evidentemente tiene un buen pasar económico, pero que deciden invertir su dinero, su tiempo y su amor en no UNA sino a TRES criaturas con necesidades especiales y brindarles la mejor vida posible. Nunca más los vimos ni supimos cómo se llamaban, ni dónde vivían. Pero, ¿qué más hacía falta saber para conocer a estos «ángeles humanos»?
 
SHABBAT SHALOM  



El último judío de Shushán

איש יהודי היה בשושן הבירה
Nos estamos acercando a Purim, el día que celebramos la milagrosa salvación de nuestro pueblo en los tiempos del imperio Persa.  Celebraremos Purim, BH, el día sábado 11 de marzo por la noche, y el día domingo 12. La historia de Purim está narrada detalladamente en un maravilloso libro llamado «Meguilat Ester» que leemos dos veces durante Purim.
Todos los años trato de leer un nuevo libro que comenta la Meguilá. El año pasado me enfoqué en el libro del Rab Moshé Almosnino, «Yedé Moshé».  Este año uno de mis alumnos me obsequió la nueva edición del libro «Leqaj Tob», escrito por el Rab Yom Tob Tsahalón (ver aquí).  Una de las dos características especiales de este libro es que fue publicado por su autor cuando éste tenia sólo 17 años (sic!). Lo que significa que escribió este libro siendo un prodigioso joven adolescente.
El Rab Tsahalón nos ofrece un detalle bastante generoso de la personalidad de Mordejai cuando explica el pasuq איש יהודי היה בשושן הבירה  «Había un hombre judío en la ciudad capital de Shushán» (pag. 27-30 de la nueva edición) .
A continuación voy a explicar, con mis propias palabras, lo que el Rab dice sobre Mordejai.
1. Líder politico.  En primer lugar, Mordejai era el representante del pueblo judío ante el rey Ajashverosh, una misión delicadísima. Me explico: el imperio de Ajashverosh (486-465, antes de la era común) fue el más grande en la historia de la humanidad. Se extendía desde la India hasta Grecia y desde lo que hoy es el sur de Rusia hasta Etiopía. Había cientos de naciones en este gigantesco imperio. Y cada nación tenia su representante en la corte de Ajashverosh. Mordejai representaba a los judíos de TODO el imperio: cientos de miles (o más!). Los Yehudim, como veremos mas adelante, no estaban concentrados en una o dos ciudades, sino que por cuestiones comerciales, estaban esparcidos a lo largo de todo el imperio Persa.  Representar al pueblo judío probablemente incluía temas relacionados con impuestos, asuntos religiosos y temas de seguridad, que seguramente podían afectar la  vida o muerte de miles de Yehudim. Como si esto fuera poco, esta es la época en la que miles de judíos regresaban a Israel con Ezrá y Nejemiá para construir el segundo Bet haMiqdash. Y sufrían el acoso y el boicot político permanente de múltiples enemigos. De manera que «representar a Israel» incluía también representar a no menos de 50.000 Yehudim que vivían allí y estaban en plena reconstrucción de Yerushalayim y el Gran Templo. La responsabilidad de Mordejai era gigantesca.
2. Líder religioso.   Mordejai era también el líder religioso de los judíos de Shushán, que era que la capital del imperio Persa, como si fuera hoy en Estados Unidos Washington D.C. Mordejai tenía asignado un lugar oficial en Sha’ar haMelej, la Corte Real, donde se manejaban todos los asuntos de estado, políticos, financieros , judiciales, militares, etc. (y donde también se orquestaban las constantes conspiraciones contra el Rey). Mordejai trataba con los consejeros del Rey y toda la elite política de Shushán. Y todo esto mientras vivía una vida de estricta observancia judía. Como líder religioso, Mordejai era también el «darshán» de la comunidad judía de Shushán (דורש טוב לעמו), el orador, (hoy diríamos rabino) que enseñaba Torá y trataba de alejar a los judíos de la asimilación y de acercarlos a HaShem , etc.
3. El último judío de Shushán.  El Rab Tsahalón explica con una palabrita בעירו «en su ciudad» que a diferencia de los Yehudim que vivan en otras ciudades del imperio que eran observantes, los Yehudim que vivían en la capital estaban muy asimilados. El Rab cita al Midrash que dice que los Yehudim que acudieron a la fiesta que Ajashverosh organizó para los habitantes de Shushán no observaban el Kashrut. Y si bien no eran idolatras (o sea, no se convertían a otra religión), tampoco se oponían a su práctica. Por ejemplo,  si había una procesión de abodá zará (idolatría) y todos los habitantes de Shushán se arrodillaban en su honor,  los Yehudim de Shushán no tenían problema en participar activamente de este evento. En ese sentido, eran ya más «persas» que judíos…  El Rab Tsahalón explica que la expresión «»איש יהודי היה»  no debe ser entendida únicamente como «Había un hombre judío…» sino también como «Quedaba un solo hombre judío que no se había asimilado en la ciudad de Shushán.»   De no ser por Mordejai la asimilación hubiera terminado con los judíos cosmopolitas de la capital del imperio.
(Continuará…)



BERAJÁ 14 de la AMIDÁ: A Yerushalayim no se va; a Yerushalayim se vuelve

תשכון בתוך ירושלים עירך כאשר דיברת,
Restaura Tu presencia en Yerushalayim, Tu ciudad, como lo prometiste,

 

y que el Trono de David, Tu siervo, pronto sea por Ti restablecido.
 
Reconstruye [Yerushalayim], para siempre; pronto, en nuestros días.

 

Bendito eres Tu, HaShem, que reconstruye Yerushalayim. 

 

En esta bendición le pedimos a HaShem 1. Que Su Presencia regrese a Yerushalayim (Jerusalem). 2. Que restablezca el Trono de David. 3. Que reconstruya la ciudad pronto en nuestros días, y que nunca más sea destruida (binyan ‘olam).

 

Esta triple petición hace alusión a los aspectos espirituales y también políticos de Jerusalem.

 

«Restaura Tu presencia…» 
En primer lugar, Yerushalayim es la ciudad del  Bet-haMiqdash, el Gran Templo, donde la Presencia de HaShem se podia sentir.  Nosotros los judíos creemos en la Omnipresencia de Dios (= Dios está en todas partes). Sin embargo, la Tora afirma que en el Bet HaMiqdash había una «Manifestación especial de la Presencia Divina», en hebreo: Shejiná. No era ח»ו una manifestación física o visible, sino una «sensación» que no podía ser experimentada en ningún otro lugar. El mismo Rey Salomón, el más sabio de todos los hombres y el rey que construyó el Bet-haMiqdash, confesó su imposibilidad de comprender cómo la Presencia Divina habita entre los muros del Gran Templo, cuando dijo en su Tefilá (plegaria) inaugural: «¿Cómo será posible concebir que Tu Dios habites aquí en la tierra? He aquí que los cielos y los cielos de los cielos [el universo] no pueden abarcar [Tu Presencia] ¡Cuánto menos esta casa [el Bet-haMiaqdash] que Te he construido! (I Reyes 8:27). Sin embargo, si el lector alguna vez visitó el Muro de los Lamentos (el Kotel, que era uno de los muros exteriores del Templo) seguramente se habrá sentido «desbordado» por una sensación incomparable de cercanía a HaShem. Esa sensación que se experimenta en el Muro es un diminuto eco de esa Manifestación Divina que se sentía en el Bet-HaMiqdash. La «Presencia Divina» está ahora en un estado de exilio (גלות השכינה). Y en este Berajá lo primero que pedimos a HaShem es que haga regresar Su Presencia a Yerushalayim.

 

«Y que el Trono de David, Tu siervo, pronto sea por Ti restablecido. «
Además de ser el centro espiritual del pueblo judío, Yerushalayim era (y BH hoy es!) también la capital política de la nación judía. Todas las instituciones nacionales funcionaban en Yerushalayim. El rey de Israel tenía su palacio, su residencia personal (como la Casa Blanca) en Yerushalayim. En Yerushalayim funcionaba también el  Bet Din-haGadol (= la Corte Suprema de Justicia) y Yerushalayim era también la ciudad del Sanhedrín (= el Congreso del pueblo judío). Cuando en Tishá beAb lloramos por la destrucción de Jerusalem nos lamentamos no sólo la destrucción de la Bet HaMiqdash, sino también por la erradicación de todas nuestras instituciones políticas y gubernamentales, sin las cuales los Yehudim no somos una nación «soberana».  Por eso, en esta Berajá, cuando oramos a HaShem por el restablecimiento de Yerushalayim, también pedimos por la restauración del gobierno judío (=el Trono de David).

 

«Reconstruye [Yerushalayim], para siempre; pronto, en nuestros días. «
Concluimos pidiéndole a HaShem que reconstruya la ciudad de Yerushalayim. Este es un pedido que suena superfluo en nuestros días, ya que la ciudad está parcialmente reconstruida, especialmente cuando la comparamos con la destrucción y la desolación de la ciudad duraste los últimos 20 siglos. Sin embargo, Yerushalayim aún está incompleta. Sin el Bet-haMiqdash, la Presencia de HaShem todavía no se siente en su plenitud. El Bet-HaMiqdash es para Yerushalayim lo que el alma es para el cuerpo. Por eso seguimos pidiendo a HaShem que nos permita ver Yerushalayim totalmente reconstruida «pronto en nuestros días».   Y si Yerushalayim es hoy en día la ciudad más bella del mundo, sin su «alma», ¡que imagine el lector qué hermosa Yerushalayim será una vez que el Bet HaMiqdash, sea restaurado!

 

«como lo prometiste…»
Terminó con con un texto que se menciona al principio  de esta Berajá. Fue el profeta Zejariá, que vivió en los días que los Yehudim regresamos a Yerushalayim desde Babilonia  (siglo 6 aec) que dijo esta profecía sobre Yerushalayim. En esos días, la ciudad estaba completamente en ruinas, desolada, sin Bet-haMiqdash, sin la Presencia de HaShem. Zejariá le dijo al pueblo que tuvieran paciencia, que HaShem había prometido regresar una vez que regresará Su Pueblo. Así dijo Zejariá (2:14):  רָנִּ֥י וְשִׂמְחִ֖י בַּת־צִיּ֑וֹן כִּ֧י הִנְנִי־בָ֛א וְשָׁכַנְתִּ֥י בְתוֹכֵ֖ךְ נְאֻם ה’  «Alégrate y regocíjate hija de Zion [Pueblo judío], porque he aquí que Yo [HaShem] regresaré, y Mi Presencia habitará entre Ustedes, dice HaShem» .
Y si bien fue un proceso muy lento y difícil, el Bet haMiqdash finalmente fue reconstruido, y estas palabras de HaShem se cumplieron en los días de Zejariá, y rezamos para que se cumplan también en nuestros días.  AMEN.



BERAJÁ 13 de la AMIDÁ: Protege a quienes cuidan de nosotros.

על הצדיקים ועל החסידים
Concede Tu compasión, HaShem nuestro Dios, a los justos y a los piadosos, 
a los sobrevivientes de Tu pueblo Israel, (a sus ancianos)  y a sus Sabios, que son perseguidos;  a los verdaderos prosélitos, y a nosotros.
Otorga una recompensa apropiada a todos los que confían verdaderamente en Tu nombre.
Y [ayúdanos para] que seamos contados entre ellos. 
Y que nunca seamos avergonzados por haber confiado en Tí, 
ya que siempre nos apoyamos en Tu infinita bondad. 
Bendito eres Tú, HaShem, que eres el respaldo y el amparo de los [hombres] justos.
Pedimos por los justos en esta sección que trata de las solicitudes «nacionales» porque los Tsadiqim son los héroes de nuestro Pueblo: los hombres y mujeres que la Nación de Israel tiene como modelo a seguir e imitar.
«Cuida con Tu compasión, HaShem nuestro Dios…»
En esta bendición pedimos a HaShem que proteja y ayude a las personas justas y piadosas. Y a todos aquellos que por su condición política (los Sabios de Israel, por ejemplo, eran perseguidos a muerte en la época del Imperio romano para erradicar la tradición oral del pueblo judío) física o moral son especialmente vulnerables a la opresión. Pedimos que cuide de aquellos que se comportan con bondad y justicia, que buscan el conocimiento de Dios y la obediencia de Sus mandamientos.
«…a los justos y a los piadosos…» 
Los justos, Tsadiquim, son los que siguen estrictamente los mandamientos de Dios; mientras que los piadosos o Jasidim se comportan en un nivel por encima de la rectitud. Me explico: los Jasidim son las personas justas que practican nuestra Torá más allá de sus deberes religiosos en un área específica de Mitsvot: Jésed, «bondad». Lo que incluye las buenas acciones que uno hace por otras personas: visitar a los enfermos, consolar a los dolientes, ayudar a los necesitados, cuidar y proteger a los más débiles, etc.  Mientras que el exceso en ciertas Mitsvot rituales puede ser considerado contraproducente, objetable o un síntoma de arrogancia, en el área de Jésed, «bondad», hacer más de lo que la Torá nos exige, es noble e incuestionable.  Es importante notar que la categoría de justos y piadoso es dinámica y completamente independiente de «castas». En otras palabras, cualquier persona puede pertenecer a la categoría de justos o piadosos, dependiendo exclusivamente de la rectitud y de las buenas acciones de uno.
«Otorga una recompensa apropiada… y que seamos contados entre ellos»
En esta Berajá pedimos a HaShem que recompense a los justos y a todos aquellos que ponen su confianza en Él. También le solicitamos a HaShem que nos inspire a seguir los pasos de los justos, y  que nos ayude e inspire para que también seamos parte de ellos.
«Y que nunca seamos avergonzados por haber confiado en Tí…» 
¿Por qué los Tsadiqim y los Jasidim merecen una protección especial y una recompensa apropiada?  Porque las personas íntegras, y especialmente los Jasidim, viven de acuerdo a standards de altruismo que son muy diferentes al del resto de nosotros. Se comportan como si hubieran venido a este mundo sólo para dar, y no para recibir. Son expertos en defender a los demás, pero no saben defenderse a sí mismos. Cuidan de otras personas, muchas veces desatendiendo sus propias necesidades. Conozco voluntarios, por ejemplo, que se dedican con tanto esmero y entrega a cuidar a los enfermos, a asistir a los necesitados y a ayudar a los pobres, que a veces no los queda tiempo o energía suficientes para cuidar de sí mismos o incluso de sus propias familias. Por eso le pedimos a HaShem que brinde a estos ángeles-humanos una protección especial.   Además, no es raro que las personas demasiado nobles queden expuestas no solo a la ingratitud sino también al abuso….  Por eso le pedimos a HaShem que no permita que las personas de bien se avergüencen por exceso de nobleza y bondad.
Pedimos que HaShem los proteja cuando exponen su vulnerabilidad, y que los recompense cuidando de ellos y de sus familias como ellos cuidan de otras personas.



BERAJÁ 11 de la AMIDÁ: El fin de la corrupción judicial

השיבה שופטינו כבראשונה
Restaura a nuestros jueces como al principio, y a nuestros líderes políticos como en los [buenos] tiempos,
Y así quitarás de nosotros el sufrimiento y la angustia, 
Y reina Tú sobre nosotros, pronto, Tú, HaShem, únicamente, con bondad y misericordia, con rectitud y justicia
Bendito eres Tú, HaShem, el Rey que ama la rectitud y la justicia.
Para comprender esta Berajá (bendición) debemos primero entender su contexto.  En primer lugar, recordemos que en esta sección, y por las próximas 4 berajot, nuestros pedidos son realizados no como individuos sino como «Pueblo de Israel». En segundo lugar, que estos pedidos (volver a Israel, ver Jerusalem reconstruida, etc. ) son nuestras máximas aspiraciones nacionales, podríamos decir, mesiánicas.  En tercer lugar, es posible que estas bendiciones estén presentadas según el orden en el que estos eventos deben suceder en los tiempos mesiánicos: por ejemplo, primero regresaremos a Israel, luego se reconstruirá Yerushalayim, etc.
Volvamos ahora a nuestra Berajá.
Restaura a nuestros jueces como al principio, y a nuestros líderes políticos como en los [buenos] tiempos… [lit. en los tiempos antiguos]…
Al igual que la Berajá anterior, el texto y las ideas de esta bendición están tomados del profeta Yesha’ayahu.
En el primer capítulo de su libro, en la Haftará que leemos el Shabbat previo a Tish’a beAb, Yesha’ayahu dice explícitamente que la destrucción de Yerushalayim, del Bet haMiqdash y el exilio del pueblo judío, vendrá como consecuencia del robo, la estafa, el crimen y la corrupción de los jueces y gobernantes. Así dice el profeta de Israel en el pasuq 1:23  «Los jueces son corruptos, amigos de los ladrones. A cambio de dinero y de regalos declaran culpable al inocente, maltratan al huérfano y niegan ayuda a las viudas.» Hacia el final de este texto (1:26-27), Yesha’ayahu concluye con un mensaje de esperanza, que tiene que ver con nuestra redención.  «Yo [HaShem] restauraré jueces como en los días antiguos, y a tus gobernantes como en el principio. Una vez que eso ocurra, [Yerushalayim] será llamada [una vez más] la ciudad de Justicia, la Ciudad de la honestidad. 1:27 Sión [Yerushalayim] será redimida por la justicia, y los que se arrepientan [serán redimidos por practicar]  la justicia.»
Y así quitarás de nosotros el sufrimiento y la angustia… 
Ahora entendemos mejor que el sufrimiento al que se refiere esta Berajá es el de todos aquellos que son víctimas de la justicia corrupta: los desproveídos y los desprotegidos. Los pobres, las viudas, los huérfanos. La corrupción mata y la injusticia trae sufrimiento. A diferencia de los jueces corruptos, los verdaderos jueces y líderes de Israel, como el rey David, sabían que, de acuerdo a la Torá, su primera misión era asistir a los pobres y necesitados, y defender a los que no tienen quien los defienda.
Y reina sobre nosotros, pronto, Tú, HaShem, y únicamente Tú, con bondad y misericordia, con rectitud y justicia
¿Qué queremos decir con «reina sobre nosotros… únicamente Tú (לבדך)»? En primer lugar aclaremos que en la Torá el «Rey» (melej) cumplía también el papel de Juez; era el Juez supremo, la última instancia judicial. Y en esta bendición estamos pidiendo tener el mérito de ser juzgado por jueces íntegros y gobernados por líderes  honestos. En otras palabras, ¡por seres humanos! ¿Cómo es entonces que solicitamos ser gobernados exclusivamente por HaShem, Rey y Juez Supremo?  Esta Berajá nos enseña que cuando nuestros jueces y líderes políticos se guían por las leyes de la Torá, como por ejemplo en los tiempos del Rey David, es como si estuviéramos siendo gobernados directamente por HaShem, ya que al observar la Torá, seguimos Su voluntad y Sus palabras.
Resumen: La Berajá anterior trata del retorno del pueblo judío a su tierra, mientras que en esta Berajá nos referimos al retorno de la justicia al pueblo de Israel.   Esta Berajá nos enseña que mientras no tengamos un sistema de justicia que se guíe por la Torá no habremos alcanzado la Gueulá (redención) total, aunque estemos en la tierra de Israel.   Sólo cuando el sistema de justicia sea restablecido podemos hablar de una verdadera normalización del pueblo judío, como lo explicamos ayer: עם ישראל , בארץ ישראל, על פי תורת ישראל. «El pueblo de Israel, viviendo en la Tierra de Israel, regidos por la Torá de Israel. «