El exilio después del exilio

Hoy es Tsom Gedalia, un día de ayuno instituido para recordar el asesinato de Guedalia Ben Ahiqam, el gobernador de Israel durante los días de Nebujadnetsar, rey de Babilonia. El ayuno se observa el 3 de Tishrí, el día después de Rosh haShana.

¿Por qué ayunamos hoy?

DESTRUCCIÓN DEL PRIMER TEMPLO
Cuando Nebujadnetsar, el emperador de Babilonia, destruyó el Templo de Jerusalem (586 antes de la era común) y asesinó a una gran parte de la población del Reino de Judea (Yehudá). También llevó cautivos a decenas de miles de judíos a Babilonia. Muchos otros judíos escaparon a las naciones vecinas: Amón y Moab  (hoy Jordania) o Edom, hoy parte del Negueb.
Una vez que Jerusalem fue destruida, el Estado judío independiente dejó de existir. Y Nebujadnetsar declaró a Yehudá una provincia del Imperio Babilónico. Los babilonios permitieron que un pequeño número de la población judía derrotada, campesinos muy pobres, permaneciera en Israel para trabajar la tierra y evitar la desertificación.

GUEDALIA BEN AJIQAM
Para gobernar a estos pocos judíos que quedaban en Israel, Nebujadnetsar nombró a Guedaliá ben Ajiqam, un noble judío que vivía en Babilonia , como gobernador de Judea. Fue un gesto positivo inesperado, ¡todo un milagro!, que un judío fuera nombrado para cuidar de Judea. Guedaliá pertenecía a la familia de «Shafán», nobles judíos que se establecieron en Babilonia en el exilio de Yekhonia (597 a. C.) y gozaban de la confianza del emperador. Guedaliá se estableció en Mitspá, una ciudad al norte de Jerusalem, y prometió lealtad al rey de Babel. El profeta Yirmiyahu (Jeremias) que había elegido permanecer en Israel se unió a Guedaliá y juntos albergaban la esperanza de que algún día el emperador de Babel les permitiría a los judíos regresar a Judea. Cuando los fugitivos y los refugiados judíos que habían escapado a Amón, Moab y Edom escucharon que Guedaliá fue asignado gobernador, regresaron jubilosamente a Israel. Se establecieron en la tierra, la trabajaron y cosecharon sus frutos con gran éxito. Con Guedaliá a cargo, la esperanza de volver a una vida normal y reconstruir el Bet haMiqdash era ahora una cuestión de tiempo, y parecía más real que nunca.

EL MAGNICIDIO
Entonces sucedió lo inimaginable. Ba’alis, el rey de Ammón (hoy Jordania), un reino que se alió con Egipto contra Babilonia sabía que con Gedaliá como gobernador de Judea sería más fácil para Babilonia conquistar a Ammón. Ba’alis diseñó entonces un plan para deshacerse de Gedaliá. Encontró a un hombre violento, descendiente de la dinastía del rey David, Yishma’el Ben Netania, que irracionalmente se oponía a Guedaliá, alegando que este último no pertenecía a la dinastía de David y que por lo tanto no podía ocupar el cargo de gobernador de los judíos…. Ba’alis, conociendo las ambiciones de Yishma’el lo convenció que debía matar a Guedaliá, y le ofreció su ayuda para el asesinato y le prometió el apoyo político para proclamarlo como el nuevo Rey de Judea. En el tercer día del séptimo mes hebreo , Tishrí, un día como hoy,  Yishma’el y un grupo de hombres armados llegaron a la ciudad de Mitzpa, donde fueron recibidos cordialmente por el noble Guedaliá con los honores debidos a un descendiente de la dinastía de David. Guedaliá había sido advertido de la posibilidad de que Yishma’el atentara contra su vida, pero se negó a dar crédito a esa información, convencido de que un judío jamás mataría a otro judío. Y además, ¿por qué alguien con un mínimo de sentido común pondría en peligro las renovadas esperanzas de la redención de Israel que se estaban cristalizando? … Pero  lo inexplicable sucedió. Yishma’el y sus hombres asesinaron a Gedalia y a los oficiales babilonios que estaban con él. Este asesinato sería considerado como un gravísimo acto de insubordinación contra Nebujadnetsar, en un momento donde más que nunca se necesitaba sumisión

EL SEGUNDO EXILIO

Cuando se escuchó la noticia de este terrible crimen, los judíos que se habían establecido en Mitspá entraron en pánico y pensaron que su mejor opción era huir a Egipto por temor a las represalias de Nebujadnetsar. Le preguntaron al profeta Yirmiyahu qué hacer. El profeta rezó y esperó pacientemente la palabra de Dios. Al décimo día HaShem le reveló a Yirmiyahu que debían quedarse, y que Él los protegería. Y que si decidían ir a Egipto, la espada de la que estaban escapando los encontraría allí. Increíblemente, la gente desoyó a Yirmiyahu diciendo: «No estás diciendo la verdad, eso no es lo que Dios dijo. Nos estás engañado para entregarnos en las manos del rey de Babilonia… «, y huyeron a Egipto, donde encontraron solo más calamidades, hambre, persecuciones y muerte.

Y así, la tierra de Israel permaneció virtualmente sin población judía durante 52 años. Y las esperanzas de regresar a Yerushalayim y reconstruir el Bet haMiqdash se desvanecieron. Fue como revivir una vez más el exilio que tuvo lugar unos años atrás. Era como si el Primer Templo hubiese sido destruido por segunda vez … O peor, porque esta vez, el exilio fue causado por nosotros mismos …

En memoria de estas horribles tragedias que sellaron nuestro primer exilio, nuestros Profetas establecieron que hoy, tercer día del mes hebreo de Tishri se conmemore el Ayuno de Gedaliá, un día después de Rosh Hashaná. .

¿Quiénes están exentos del ayuno de hoy?
Los menores de edad: niños menores de 13 años y niñas menores de 12 años están completamente exentos de este ayuno.
Las mujeres embarazadas están exentas del ayuno de Guedaliá.
Mujeres lactantes. En muchas comunidades Sefaradíes la tradición es que después de dar a luz las mujeres están exentos de ayunar durante 24 meses, incluso cuando ya no están amamantando a su bebé. En otras comunidades Sefardíes y en las comunidades Ashkenazíes sólo se excusa de ayunar a las mamás durante 24 meses si todavía siguen amamantando a sus bebés.  Consulte con el rabino de su comunidad respecto a la costumbre a seguir.
Una persona que se siente mal, por ejemplo, con síntomas de gripe o fiebre, o una persona con una enfermedad crónica, como  diabetes, no debe ayunar.
Las personas mayores de edad deben consultar con sus médicos para determinar si el ayuno afectará su salud. En cuyo caso están exentos de ayunar.
El ayuno se observa desde el amanecer de hoy hasta el anochecer.  
Vea aquí los horarios del ayuno en su ciudad de residencia. 



Bahrain los Emiratos Arabes Unidos y la hermana mayor

LAS NACIONES HERMANAS

Anoche dicté una clase a un grupo de jóvenes acerca de las Tefilot de Rosh HaShaná. Comenzamos explicando el hermoso poema “Ajot Quetana” ,  con el que los Sefaradim iniciamos los rezos de la noche. 

“Ajot Quetana” significa literalmente “La hermanita menor” , “la más pequeña de la familia”, y hace alusión al pueblo de Israel, que entre las naciones siempre fue considerada como la más pequeña (decimos «hermanas» y no «hermanos» porque en hebreo , como en español, “nación” uma es femenino).

La primera idea de este poema es que las naciones del mundo están todas hermanadas, por ser “hijas” del mismo padre: el Creador del mundo.  Israel, es la más pequeña. Y en el exilio, fuera de su tierra, es la más indefensa, débil y vulnerable. Y lejos de ser protegida por sus mayores, es como “Cenicienta”:  abusada, perseguida y constante víctima del bullying de sus siniestras hermanas.      El texto es triste. Trágico. Ya que describe con dureza las persecuciones y abusos que sufre Israel de manos de las naciones en las que se refugia. 

Estos son algunos ejemplos de lo que deice le texto

“La hermana pequeña dirige hacia Ti sus súplicas… Oh Dios, por favor, cúrala de sus dolencias…. Sus enemigos están destruyendo su tierra heredada [Israel], y la han dispersado como los leones a las ovejas… destrozan su vid, arrancan sus frutos…la despojan… la degradan…y desde el abismo del exilio su alma se consume…y se ha convertido en la más pobre entre los pobres… ¿Cuándo te apiadarás de ella y cuándo rescatarás a tu pequeña hija de su fosa? ¡Que concluya el año y sus maldiciones!”

PRESENTE Y PASADO, SIN FUTURO

Esta poesía fue escrita por el rabino Abraham Jazán de Gerona, España, en el siglo 13. Y una de las cosas que más me estremecen de esta poesía es que fue escrita en el tiempo presente, para ser recitada como si todas las tragedias mencionadas eran parte de una terrible situación que nunca expiraba. La poesía describe la pesadilla que vivieron generaciones y generaciones de judíos, cuando éramos refugiados no-gratos, demonizados, abusados, saqueados e indefensos. Volver a la tierra propia era un sueño inalcanzable, una fantasía más allá del realismo…  El único que podía salvar a la pequeña hermanita del abuso que sufría de sus hermanas era “el papá”. Y a Él está dirigido el poema.

DESPERTAR Y AGRADECER

Hace un par de horas me estremecí. Porque acabo de ver la transmisión en vivo de un hecho histórico: La firma del tratado de paz entre el Estado de Israel y dos estados Arabes: Bahrain y los Emiratos. 

Más allá del importantísimo aspecto político, como rabino, no puedo ignorar el significado «judío» de este evento. El periodista israelí Guy Bejor (gplanet.com) explicó la lógica y el “timing” de este acuerdo: Existe la posibilidad que en Noviembre el presidente Donald J. Trump no sea reelecto. Y si esto –Dios no lo quiera– llegara a suceder, el candidato presidencial demócrata ya anticipó que “renovará” su alianza con el régimen fundamentalista de Irán, que durante 8 años fue el preferido de Obama. Si esto sucede, sería malo para Israel. Pero sería mucho peor para los países sunitas del Golfo Pérsico, que a diferencia de Israel son vecinos geográficos del Irán shiita.  ¿Y quién protegerá de Irán a estos países si los demócratas vuelven al poder y repiten los pasos de Obama? Irán es la mayor amenaza existencial para ellos.  De acuerdo a Guy Bejor, Irán no se atreverá a atacar a aquellos países que están aliados con Israel. Ya que Israel está considerado hoy en día como la mayor “superpotencia” del Medio Oriente. Y en esta surrealista ecuación política, ¡es la única nación capaz de reemplazar a los Estados Unidos como socio militar! Los países sunitas necesitan una alianza con Israel, concluye brillantemente Bejor,  como una póliza de seguro en un eventual conflicto bélico con el poderoso régimen iraní.

EL MILAGRO MAS GRANDE 

Israel, la hermanita pequeña, ha regresado a su propia casa. Ha crecido muchísimo y en muy corto tiempo. Y ya no es “abusable”. Ahora ¡es la hermana más fuerte de la familia! La más respetada en su vecindario.  El primer ministro Binyamín Netanyahu aludió a esta milagrosa  transformación citando en su discurso un conocido pasuq de Tehilim,  donde el rey David pide que Dios bendiga a su pueblo Israel con “‘oz”, “fuerza”, “poder”, y luego con  Shalom, “paz”. El orden de los factores «poder» seguido de «paz» dijo Netanyahu, no es una coincidencia. Porque entre las naciones del mundo la debilidad trae el abuso. Y solo el poder trae la paz.   ה‘ עז לעמו יתן ה‘ יברך את עמו בשלום

Y mientras escuchaba hablar a nuestro primer ministro sobre cuánto Israel se ha fortalecido, pensaba en “la hermanita menor”. Y lloré de emoción al imaginar al rabino Jazán, o a sus contemporáneos, presenciando esta ceremonia y entendiendo su significado: El Padre finalmente se acordó de su “hijita” menor. La tomó de su mano, la llevó de nuevo a su casa, la fortaleció, le enseño a defenderse, y la hizo crecer y madurar. 

UTOPIAS HECHAS PROFECIAS 

Escribo estas líneas para que nos demos cuenta del enorme privilegio que tenemos de vivir en una época donde  B”H podemos recitar Ajot Quetaná como si estuviésemos leyendo un triste libro de historia judía y no como una pesadilla del presente…  Y para que al comprender lo afortunados que somos, expresemos nuestro agradecimiento infinito a Dios por ser “la generación de la última estrofa del Ajot Quetana”.

¿Qué dice la última estrofa? El poema concluye con palabras que seguramente fueron escritas como una insoñable utopía. Un sueño que llevó siglos en materializarse y que expresa, como en una hermosa profecía, nuestro tiempo presente. 

“Renueva tu fuerza y alégrate [Oh Israel] porque el despojo y el abuso [que has sufrido] ha llegado a su fin. Mantén tu esperanza en Tu Protector, porque Él habrá de guardar Su pacto. Y [un día] regresarás a Sión, y por fin se escuchará decir: “Allanen los caminos, [que Israel está volviendo a su Hogar]”.  

¡Que comience el nuevo año y con él, todas sus bendiciones!




7. Arrepentirse antes de morir

 אפילו עבר כל ימיו, ועשה תשובה ביום מיתתו ומת בתשובתו–כל עוונותיו נמחלין: שנאמר “עד אשר לא תחשך השמש” (קוהלת יב,ב), שהוא יום המיתה–מכלל
שאם זכר בוראו ושב קודם שימות, נסלח לו.
LA CONFESIÓN FINAL
Llegamos al último de los 7 niveles de Teshubá (arrepentimiento) que describe el Rab Isaac Abohab en su libro Menorat haMaor : el arrepentimiento antes de morir. Aclaremos que de acuerdo a nuestros Sabios, la posibilidad de hacer Teshubá, arrepentirse, por las transgresiones cometidas, nunca expira, ni siquiera en los momentos previos a la muerte. La Teshubá ideal, sin embargo, incluye también la resolución de no volver a repetir nuestro error en el futuro (azibat hajet) , lo cual en el momento de la muerte, evidentemente, no es relevante.  Pero de todas maneras, esta Teshubá es aceptada y es absolutamente crítica. Ya que como dicen los Sabios en el texto hebreo que mencionamos arriba, si un individuo se arrepiente sinceramente de sus faltas antes de morir, obtiene el perdón Divino y su alma accede al Mundo por venir (vale aclarar que este “perdón” se refiere a los pecados cometidos contra Dios y los principios de Su Torá, y no incluye los pecados y ofensas cometidas contra el prójimo, que deben ser resueltas primero con el prójimo, para ser perdonadas por Dios). Hay un texto del Viduy (confesión) escrito especialmente para el individuo que sabe que se va a morir. En esa confesión uno articula las transgresiones que cometió y se arrepiente por lo que ha hecho mal.
ARREPENTIRSE MIENTRAS SE PUEDE
Hoy en día poder realizar esta confesión en el lecho de muerte es un poco más inusual que en el pasado. ¿Por qué? Porque en el pasado cuando alguien se enfermaba, tenía fiebre o una simple infección,  su muerte era prácticamente inminente. Y el paciente estaba, que por lo general permanecía consciente hasta el final, consideraba la confesión / arrepentimiento como parte integral de la preparación para morir. Pero hoy en día que B»H tenemos tantos métodos de curación, reanimación y prolongación de la vida, en muchos casos los pacientes están inconscientes en los momentos terminales de sus vidas, entubados y sin poder hablar, o bajo los efectos de morfina u otras drogas muy fuertes que ayudan a no sentir el dolor pero impiden el habla y la comunicación. Por eso, es aconsejable que uno realice este Viduy mientras está consciente. Y no hay que temer a que el Viduy sea un presagio negativo ¡todo lo contrario! Recordemos que en realidad recitamos un Viduy similar todos los días del año….
LAS ROPAS QUE SIEMPRE TIENEN QUE ESTAR LIMPIAS
Nos enseñaron los Jajamim que la mejor manera de vivir nuestra existencia es imaginando que cada día que vivimos puede ser el último. Y cuando vivimos asumiendo plenamente nuestra mortalidad, podemos hacer un balance «real» de nuestras vidas. Debemos arrepentirnos de nuestros errores TODOS LOS DÍAS, ya que nadie está seguro de cuál va ser el último día de su vida. Los Sabios de la Guemará explicaron así este versículo de Kohelet 9:8 “Tus ropas deben estar limpias todos los días”: «Las ropas» representan metafóricamente  “nuestras vidas” y este pasuq nos quiere decir que debemos arrepentirnos y reparar aquello que hicimos mal diariamente, ya que no sabemos cuándo seremos llamados ante el Trono Celestial, y por este motivo debemos «lucir permanentemente presentables y con la ropa limpia», por si debemos presentarnos sorpresivamente ante el Creador.
REFLEXIÓN FINAL
Como le ocurre a cualquier otro rabino, muchas veces me ha tocado estar en el hospital cerca de personas que saben que se están muriendo. Y hay un tema que se repite en casos de pacientes terminales. Al final de sus vidas, la gente no se lamenta tanto por los errores cometidos (hay excepciones). En los últimos momentos de la vida, que es cuando las memorias de todo lo vivido pasan por la mente, las personas se lamentan principalmente de lo que tenían que haber hecho pero NO HICIERON. No haber pedido perdón a un amigo, o no haberse reconciliado con un ser querido. No haberle dedicado más tiempo a sus hijos o a su esposa. Y especialmente, por haber postergado ad infinitum sus proyectos e ideas para ayudar a los demás. En esos momentos sagrados –que es cuando uno tiene plena conciencia de la irrecuperabilidad del tiempo– la gente se arrepiente de haber perdido demasiado tiempo en tratar de “tener más” en lugar de haberse dedicado a dar más, ayudar más, compartir más. En esos momentos, cuando uno hace el último balance de su vida, nadie cuenta entre sus activos lo que le queda en el banco. A la hora de la verdad, lo que importa no es lo que acumulamos durante nuestras vidas sino lo que hicimos.



6. Arrepentirse después de ser atrapado

 חטאות נעורי ופשעי אל תזכר , כחסדך זכר לי אתה למען טובך ה
El arrepentimiento, no importa qué tan tarde suceda, siempre tiene algún valor. Hoy no nos referiremos al arrepentimiento por ofensas o daños que hayamos causado a otras personas, sino más bien al arrepentimiento por lo que hicimos mal en el área de valores religiosos o morales; en nuestra relación con Dios. Si abandonamos el judaísmo, por ejemplo, o si hemos transgredido los principios de la Torá, o si nos hemos alejado de Dios, etc.
En todos estos casos, el arrepentimiento tardío, aunque no sea ideal, sigue siendo positivo. Consideremos por ejemplo el caso de un individuo judío que vivió toda su vida alejado de la observancia de la Torá y comienza a darse cuenta de la importancia de su identidad judía cuando ya tiene 65 o 70 años … Se necesita mucho valor para admitir que uno ha vivido “equivocado toda su vida”, y se necesita mucho valor para reexaminar el pasado propio a una edad avanzada. Y es por eso que no se puede subestimar el gran mérito de esta forma de arrepentimiento. Especialmente cuando se convierte en «instrucción». Como en el caso de un amigo mío que vivió su vida alejado del judaísmo y cuando cumplió los 70 años, les dijo a sus hijos: “No quiero que sigan mi camino. Aprendan hebreo. Asistan a la sinagoga y acérquense más a nuestra religión”. El arrepentimiento tiene en este caso un efecto educativo muy importante, y tiene el poder de influenciar a los hijos o a otras personas para que actúen bien.
Algo similar, pero en un terreno diferente, sucedió con una famosa actriz que de joven solía lucir los abrigos de piel más excéntricos. Luego de muchos años de ostentación, cuando cumplió sus 60 años, decidió dedicar el resto de su vida a abogar por la protección de los animales. Este es un ejemplo de arrepentimiento reparador, que aunque ocurre tarde en la vida —y tal vez por eso se considere cuestionable — tiene valor y no debe subestimarse.
Hay otros casos de arrepentimiento tardío.
A menudo leemos en las noticias sobre algún escándalo que involucra a un funcionario público, que fue descubierto en una situación inmoral: una relación ilícita o un acto de corrupción, etc. Muchas veces después de que el tema se hace público estas personas se paran frente a las cámaras de televisión y confiesan públicamente su error, expresan su pesar y piden perdón por haber decepcionado al público que confiaba en él, a su esposa, a sus familiares, etc. Esto es sin duda un gesto valiente de arrepentimiento y contrición, aunque sea cuestionable en términos de credibilidad, particularmente porque el proceso de arrepentimiento y disculpas no sucedió “antes” de que esta persona fuera “atrapada”, sino como consecuencia de haber sido descubierta. Es probable que lo que impulsó a este individuo a arrepentirse no sea la conciencia y la convicción sino la conveniencia: el miedo a perder su trabajo, su reputación, su familia, etc.
Según Maimónides, el arrepentimiento más creíble tiene lugar cuando ocurre mientras un individuo está involucrado, por ejemplo, en una relación inmoral y se da cuenta de su error y se detiene antes de que alguien más lo sepa. Este hombre aún tiene la posibilidad de cometer el mismo acto equivocado, teniendo la misma energía y deseo que antes, pero ahora se abstiene gracias a un proceso de introspección que generó un nuevo entendimiento. O gracias a una renovada apreciación de los principios religiosos y su resolución de cambiar y ser una mejor persona.
Este sería el escenario de una Teshubá completa y más creíble.
El rabino Abohab explica, sin embargo, que incluso cuando el arrepentimiento ocurre en un momento posterior a la falta o luego de ser descubierto y está lejos de ser ideal, aún así, el Todopoderoso lo acepta y lo valora.



5. Arrepentirse después de haber sufrido

בצר לך ומצאוך כל הדברים האלה באחרית הימים ושבת עד ה‘ אלקיך ושמעת בקלו
Estamos analizando los 7 niveles de Teshubá, arrepentimiento, que formuló el Rab Abohab en su libro Menorat haMaor (ver más abajo los primeros 4 niveles) .
El 5to nivel mencionado por el Rab Abohab es cuando uno se arrepiente después de haber experimentado las consecuencias de sus malas acciones o luego de haber sufrido dificultades. Esas dificultades no siempre están relacionadas necesariamente con nuestro errado proceder. Veamos.
Las experiencias negativas que vivimos –por ejemplo un problema serio de salud, o dificultades laborales o económicas,–son vistas por nuestros Sabios como vivencias que nos transforman, a veces nos hacen más humildes o mas sabios y así nos ayudan a alcanzar el perdón Divino. (ver http://conta.cc/2g2cby1 donde mencionamos por qué a veces las cosas malas le suceden a la gente buena). En el texto que estamos analizando hoy , sin embargo, NO estamos analizando la relación entre sufrir y ser perdonado, sino la relación entre sufrir y arrepentirse. En otras palabras, de qué manera las malas experiencias nos inspiran y nos empujan a restablecer nuestra relación con el Creador.
Hay un párrafo muy famoso en la Torá, en el libro de Debarim (Deuteronomio) capítulo 4, versículo 30 que se refiere a la Teshubá colectiva, es decir, al arrepentimiento del pueblo de Israel cuando finalice su exilio. Así dice la Torá: «Y al final de los días, cuando hayas vivido en medio de todos esos [sufrimientos y persecuciones], regresarás a HaShem tu Dios y obedecerás su voz.»    El arrepentimiento por lo general, llega como consecuencia de haber sufrido dolor, persecución y muerte, en este caso en manos de las naciones en las que fuimos exiliados
Este tipo de Teshubá, madurar luego de sufrir, no es la Teshubá ideal ya que no nace de un profundo examen de conciencia sino de factores externos que no están en nuestras manos, pero creo que es la forma más frecuente por la cual el proceso de arrepentimiento comienza. Por ejemplo,  una persona judía que no vive una vida de observancia muchas veces sólo se despierta y comienza a asumir su identidad judía cuando sufre el desprecio, el odio o las burlas del antisemita.
También sucede que muchos Yehudim se acercan más a Dios y a la Torá, por ejemplo, después de haber perdido a un familiar. Cuando uno pierde un ser querido al principio se rebela, dependiendo de las circunstancias un doliente a veces «se enoja» con el Todopoderoso.  Pero luego, en la medida que uno avanza en las etapas del duelo, llega a la aceptación de la nueva realidad, se reconcilia con el Creador y esa reconciliación lo puede llevar a un nivel espiritual superior al anterior. A una relación con Dios que es ahora más cercana que la que tenía antes de sufrir su pérdida.
Sufrir es a veces la única manera de madurar, crecer, entender y valorar. Cuando nada nos falta y tenemos poder, recursos y salud para disfrutar de una calidad de vida material muy alta, nos podemos olvidar muy fácilmente de Dios, y sin planearlo asfixiamos nuestra vida espiritual.  Equivocadamente, actuamos como si Dios está allí para pedirle cuando lo necesito…. Y ni se nos ocurre agradecerle a HaShem por habernos dado todo lo que tenemos.
Todos los meses, el padre le enviaba dinero a su hijo que estudiaba en el exterior. El padre lo llamaba al hijo muy seguido, pero el hijo nunca tenía tiempo para hablar con él. No lo llamaba y ni se le ocurría agradecerle a su padre por ayudarlo y apoyarlo económicamente. Entonces el padre decidió no mandarle más dinero. Al principio el hijo no dijo nada, pero a los dos meses, cuando se acabaron sus reservas, llamó a su padre por teléfono. “¡Querido papá!, ¿cómo estás? Hace mucho que no hablamos….. ¡Ah! dicho sea de paso, hace dos meses que no me manda dinero ¿te olvidaste de mí?”
El generoso padre, que no se olvidaba de su hijo, pero se vio obligado a interrumpir su generoso proceder y causar que su hijo pase por privaciones para que pudiera valorar todo lo que su padre hace por él.  El Rab Abohab explica que lamentablemente muchos seres humanos (probablemente la mayoría de nosotros) nos acordamos de Dios solo cuando lo necesitamos, lo llamamos solo más para pedirle y no para agradecerle. Es posible que, como en el ejemplo del padre y el hijo, el último recurso de Dios para llamar nuestra atención y que nos comuniquemos con Él sea interrumpir las bendiciones que nos concede y damos por sentadas: nuestra salud, nuestro sustento, nuestra paz, etc. A veces es la única manera que nos despertarnos del materialismo y del letargo espiritual. Desde este punto de vista las privaciones y el sufrimiento deben ser interpretados por nosotros mismos como llamados de atención de Dios para arrepentirnos y volver a acordarnos de Él.



4. Arrepentirse por miedo

Estamos analizando un texto del libro Menorat haMaor del rabino Isaac Abohab. Este texto describe los siete niveles posibles de arrepentimiento, de mayor a menor. Aclaremos que este texto no se refiere a las ofensas cometidas hacia otras personas (robar, ofender, engañar, etc.) donde además del arrepentimiento debemos pedir perdón, restituir, compensar, etc., sino de ofensas religiosas, cuando hacemos lo contrario de lo que Dios espera de nosotros.
Ya vimos los tres niveles más altos de la Teshubá. Ahora exploraremos el cuarto nivel: el arrepentimiento que tiene lugar cuando nos damos cuenta de las consecuencias de nuestras malas acciones. El nivel más alto de Teshubá es cuando el arrepentimiento nace espontáneamente de la autorreflexión, cuando finalmente entendemos que lo que estábamos haciendo es incorrecto en sí mismo; cuando el arrepentimiento proviene del despertar de nuestra propia conciencia, o de un renovado deseo de reconciliación con nuestro Creador. El arrepentimiento en este nivel refleja nuestro amor por Dios (תשובה מאהבה).
El rabino Abohab explica que el cuarto nivel de Teshubá ocurre, por ejemplo, cuando un maestro o un amigo que nos conoce personalmente o un rabino en uno de sus sermones nos advierte directamente sobre las consecuencias negativas de nuestras acciones. Nuestra conciencia se despierta por un estímulo externo y por el temor a las consecuencias.
Menorat haMaor trae un ejemplo de este cuarto nivel de Teshubá. El caso de los habitantes de la ciudad de Nínive. Allá por el año 780 antes de la era común, HaShem se reveló al profeta Yoná ben Amitai y le dijo que debía ir a una ciudad asiria no-judía, que tenía más de 120.000 habitantes (en ese momento este alto número de habitantes era muy inusual) para advertir que la ciudad sería destruida por sus múltiples ofensas hacia Dios y hacia sus compañeros.
No vamos a analizar todos los detalles de esta fascinante historia. Pero muy brevemente: después de un intento fallido de fuga y un intento de suicidio, Yoná llegó a la gran metrópolis asiria y advirtió a sus ciudadanos que la ciudad sería destruida en 40 días. Inesperadamente, los habitantes de Nínive escucharon la reprimenda de Yoná, tuvieron miedo del castigo Divino y se arrepintieron. HaShem suspendió Su decreto y perdonó a la ciudad.
Ahora echaremos un vistazo a dos detalles de esta historia.
1. Los Sabios del Talmud elogiaron la forma en que tuvo lugar este arrepentimiento. Los habitantes de Nínive no solo se dedicaron a la oración y al ayuno, sino que también, y principalmente, modificaron su comportamiento. El abandono de nuestros malos hábitos y nuestra mala conducta es la evidencia final y el objetivo más alto del proceso de Teshubá. Los Sabios valoraron tanto este mensaje de la historia de Yoná que la establecieron como la lectura oficial de la Haftará en Yom Kippur en la oración de la tarde (Minjá). Indicando así lo que se espera de un Yehudi cuando termina Yom Kipur: un cambio real y positivo en su comportamiento, y no solo el ayuno, o el hacer resoluciones vacías o promesas de cambio. También aprendemos que HaShem está dispuesto a perdonar y «cancelar» el castigo cuando nuestro arrepentimiento resulta en una mejora de nuestro comportamiento.
2. Pero si bien el hecho de que los habitantes de Nínive creyeran en el mensaje del profeta Yoná es muy loable (algo que desafortunadamente no siempre sucedió con nuestra propia gente …), desde el punto de vista de la motivación, es decir, de cómo comenzó la Teshuba, este tipo de arrepentimiento se considera de un nivel inferior, ya que la razón fundamental para ello fue la autopreservación, es decir, el temor a la retribución Divina. En cualquier caso, el arrepentimiento por temor al castigo divino, aunque no se considera como la forma ideal del arrepentimiento, es aceptado por HaShem. Porque como vemos claramente en el libro de Yona, Dios escucha las oraciones de los habitantes de Nínive, los perdona y no destruye a la ciudad.



«¡Si, pero mejor mañana!»

ואחר כן תבוא אליה…ולקחת לך לאשה
רש”י :לא דברה תורה אלא כנגד יצר הרע
A lo largo de la historia de la humanidad, en todos los pueblos del planeta, cuando los líderes militares motivaban a sus guerreros a conquistar al enemigo los alentaban con arengas que incluían la obtención del tentador botín de guerra: dinero, despojos y mujeres.
Este era el botín que les correspondía y el mayor aliciente para pelear con más valor. Las mujeres capturadas eran tratadas como objetos, a voluntad del soldado, y luego eran asesinadas o en el mejor de los casos capturadas como esclavas. El asalto sexual en tiempos de guerra no es un tema del pasado. En este artículo con el sorprendente título «Desafiando a una tradición que goza de impunidad»  podemos leer acerca de la prevalencia y la «tolerancia» de las violaciones en tiempos de guerra durante el siglo XX.
En la Parashá de esta semana vemos que la Torá tiene una actitud completamente diferente en este tema. Una actitud de respeto hacia el enemigo que no tiene precedentes en los anales de la historia, probablemente hasta bien avanzado el siglo XX (recordemos, por ejemplo, la invasión de Japón a Nanjing, China, en 1937). La Torá, incríblemente,  se refiere a «los derechos de la mujer» que es tomada como prisionera de guerra.
La Torá demanda del soldado judío proteger la integridad de esta mujer. El soldado solo podría estar con ella si se va a contraer matrimonio con ella (algo que la Torá, subliminalmente, desaconseja).  Si el soldado judío se casaba con ella (los prisioneros de guerra o ‘ebed kena’aní, eran convertidos automáticamente al judaísmo) debía permitirle guardar luto por su familia  y no podía tratarla como una esposa de segunda categoría o hacerla trabajar como su sirvienta.
Nos debe causar asombro y admiración (להגדיל תורה ולהאדירה) que la Torá se haya referido a los derechos de los prisioneros de guerra miles de años antes que el resto del mundo. Pensemos que el famoso ejercito romano, 1500 años después de que esta ley bíblica fuera promulgada, usaba a los prisioneros de guerra en el Coliseo, donde debían enfrentarse a fieras salvajes hasta ser devorados en vida, para el entretenimiento de los «piadosos» ciudadanos de Roma.
Hay un tema más que es el entrenamiento de un soldado judío.  La Torá, atenta al estado mental de un soldado que ve a una mujer indefensa en el campo enemigo,  entiende que un “NO” absoluto podría terminar en resultados no deseados: abuso y violación. Rashí explica que la Torá nos enseña a enfrentar al yetser hara’, la inclinación al mal, utilizando como estrategia la “postergación” . “Sí puedes! Pero ahora no”.
La postergación (o «delayed gratification») es un instrumento psicológico de usos múltiples. Puede ser, como casi todo lo demás, bien o mal usado.
Postergar un proyecto positivo o saludable, que sabemos es necesario para mejorar nuestras vidas, es por lo general una de las trampas psicológicas más comunes que nos tendemos a nosotros mismos. Pensemos por ejemplo cuando nos damos cuenta que para mejorar nuestra salud debemos perder peso. Pero no en lugar de comenzar una dieta estricta YA nos quedamos postergando nuestra decisión semana tras semana. No le decimos “NO” a la dieta. Simplemente nos engañamos diciéndonos a nosotros mismo: “Sí a la dieta! Pero no ahora”.
Para alcanzar nuestras metas espirituales, la postergación es también una trampa fatal. Cuando se acerca Yom Kippur tomamos algunas resoluciones y decidimos realizar algunas mejoras importantes en nuestras vidas. Por ejemplo: “Este año voy a estudiar Torá una hora todos los días”. Pero luego encontramos que este proyecto se nos hace un poco difícil y día a día lo postergamos. “Claro que voy a estudiar Torá, pero todavia no”. Obsérvese que no renunciamos al proyecto por completo (¡aquí está la trampa!). Nos decimos a nosotros mismos, con esa voz interna y defensora que los Sabios llamaron yetser hara’, que en realidad sólo estamos «retrasando» nuestra decisión de estudiar Torá “momentáneamente”, hasta que encontremos un mejor tiempo. «Ahora estamos muy ocupados, el trabajo está muy difícil…. cuando las cosas mejoren, lo hacemos.»
Me pregunto ¿por qué en este caso no renunciamos a la idea de estudiar Torá por completo? Porque si renunciamos categóricamente a este u otro proyecto nos vamos a sentir tremendamente culpables. Sin embargo, al postergar y retrasar este proyecto “hasta que las cosas mejoren”, nos resulta menos traumático abandonarlo. Nuestra imaginación negativa nos tendió una trampa psicológica, y casi sin darnos cuenta, el proyecto muere. ¿Causa del fallecimiento? “Muerte por postergación”.
Pero el mensaje de Rashí es que la postergación puede (y debe) ser usada de forma positiva. ¿Cómo? Cuando mis impulsos, o mis hormonas  me demandan hacer algo que está mal , y me piden actuar YA mismo, es posible que si digo “NO”, pierda la batalla. En algunas áreas, como las que menciona nuestra Perashá, no hay garantías de que voy a ser lo suficientemente fuerte como para sobreponerme efectivamente  mis impulsos. Pero ¿qué pasaría si aplico la técnica de la “postergación” para un buen uso? ¿Qué pasaría si le digo a mí sistema nervioso: “Sí! Pero NO ahora.“    Mis impulsos entonces se “calman”, y no tratan de luchar hasta el final para imponerse. Y mañana repito el mismo ejercicio.  Esto es lo que indica Rashí: La Torá nos enseña la manera de derrotar el yetser hara’, usando la postergación .
Esta mañana me estoy por levantar muy temprano para Selijot. Pero mi cuerpo me dice  que quiere seguir en la cama.  Mi imaginación dirá: “OK. Quédate hoy en la cama y vamos a Selijot partir de mañana.” Y lo mismo sucederá probablemente el día siguiente.
Pero qué pasaría si hago un uso positivo de la postergación. Y esta mañana, cuando mi cuerpo me dice que no se quiere levantar temprano y que quiere seguir durmiendo, yo le respondo: “Sí! Está bien, nos quedamos en la cama…. pero NO hoy sino ¡mañana!. ¡Hoy vamos a Selijot!”.
Shabbat Shalom!



3. Arrepentirse porque ahora me ven.

En su libro Menorat haMaor el Rab Isaac Abohab enumera 7 niveles de Teshubá. Es decir, diferentes circunstancias en las cuales, o por las cuales, una persona se arrepiente de las malas acciones que hizo. Estos niveles se clasifican según ciertas categorías. Por ejemplo: 1. ¿Cuándo se da uno cuenta que hizo algo mal y deja de hacerlo? 2. El estado de alerta o adormecimiento de la conciencia. 3. Si el arrepentimiento tuvo lugar antes o después de sufrir las consecuencias de lo que hizo mal, etc.
El nivel más elevado de la Teshubá es cuando uno se arrepiente por sí mismo, inmediatamente, y sin que hayan habido consecuencias negativas de sus malas acciones.
Un segundo nivel es cuando uno NO se da cuenta inmediatamente de lo que hizo mal, y repite su mal proceder hasta que éste se convierte en un hábito. Luego, el arrepentimiento llega a causa un estímulo externo positivo, por ejemplo, las Selijot, el Viduy, el Shofar, o luego de estudiar o escuchar palabras de Torá.
El tercer nivel, que veremos hoy, es cuando uno se arrepiente una vez que ya no puede repetir su mal proceder.
Ejemplos:
1. Un empleado de un supermercado robar mercadería y se la lleva a su casa sin que nadie lo vea. Como no se arrepiente de inmediato, este accionar persiste por un tiempo y se convierte en un hábito que el empleado perfecciona para no ser atrapado. Su conciencia no solo que ya no le dice nada sino que ahora le ayuda a inventar excusas imaginarias : “Los dueños son muy ricos». «No les afecta en nada lo que yo me llevo”.”No me pagan lo suficiente y yo trabajo más que los otros empleados”. “Merezco cobrar más y hace mucho que no aumentan mi sueldo“, etc, etc. El robo sigue y el arrepentimiento no aparece. Pero un día, el empleado  llega a su trabajo y ¡oh sorpresa!  Los dueños han instalado cámaras de seguridad en el supermercado.  Las circunstancias ahora son diferentes. Ya no puede robar sin que lo vean.  Su cerebro ya deja de inventar justificaciones, e ironicamente, eso le permite darse cuenta de que hizo algo mal durante un largo tiempo y ahora finalmente se arrepiente. El rab Abohab indica que, aunque la conducta de este individuo cambió debido a que las circunstancias cambiaron y ya no tiene las mismas oportunidades para robar que antes, este “arrepentimiento”, aunque cuestionable, es considerado por la Torá como válido.
2. Un hombre viaja al exterior por negocios. Y allí, donde nadie lo conoce, se deja llevar por la tentación y procede de una manera errada en el área sexual. Luego, vuelve a su hogar y se arrepiente de lo que hizo. Claro que una vez de regreso a casa, donde todos lo conocen,  ya no puede repetir su mal proceder. Y de alguna manera, como dice Maimonides, el arrepentimiento es más creíble cuando alguien se arrepiente mientras está en condiciones de repetir el mismo error y eligiera no hacerlo gracias a un mejor entendimiento de lo que significa la infidelidad, etc. De cualquier manera, dice el rab Abohab, aunque este acto de arrepentimiento ocurre cuando uno ya no tiene la posibilidad de repetir el error, esta contrición es válida y su Teshubá, aunque no sea perfecta, es aceptada por Dios.
3. Durante muchos años un individuo se encuentra económicamente muy bien. Algunas personas necesitadas se acercan él para pedirle ayuda, pero este individuo dice “NO” y se niega a ayudar al prójimo. Con el correr del tiempo, esta persona persiste en su conducta egoísta y no se da cuenta (o no se quiere dar cuenta) que está actuando mal. Cada año, durante el mes de Elul y los Yamim Noraim (Rosh haShaná, Yom Kippur) dice las Selijot, escucha el Shofar, y aprende acerca de la importancia de dar Tsedaqá, pero no se arrepiente y sigue negándose a asistir a los pobres. Luego de algunos años, sus negocios le salen mal y pierde gran parte de su fortuna. El dinero no le sobra e irónicamente,  ahora, que ya no puede ayudar, se arrepiente de no haber ayudado a los demás cuando podía. Este arrepentimiento, dice el rab Abohab, si bien no es el ideal, es válido y aceptado por el Creador.
Los Sabios explican que debemos arrepentirnos de inmediato cuando actuamos mal. Y también dicen que cuando nos arrepentimos mientras la oportunidad de seguir actuando mal todavía existe, allí se alcanza el máximo nivel de Teshubá.
Pero también dijeron que las puertas de la Teshubá no se cierran. Y que aunque nos hayamos alejados de HaShem y Sus preceptos, Él siempre estará dispuesto a aceptar nuestro arrepentimiento, aunque no sea perfecto.



Las tres vidas de un ser humano

YO SOLO SÉ QUE NO SÉ NADA

Vivimos 3 veces. Esta es la vida número “2”: la vida después del nacimiento y antes de la muerte. Esta es la vida con un cuerpo ya formado y con un alma en proceso de formación.  La vida número “1” es la que vivimos en el vientre materno, con un cuerpo en proceso de formación. La vida número “3” es la que accederemos después de esta vida.  La muerte es el final de la vida “2” y si bien significa el final de nuestro cuerpo, no marca nuestra desaparición total.  La muerte es vista por nuestra Torá como una transición entre dos vidas: una noche entre dos días.

La transición y la diferencia entre la vida número 2 y la vida número 3 no es fácil de entender. ¿Por qué? Porque no se trata de «saber más» sino de entender por qué «sabemos tan poco». La mejor forma de comprender esta última idea, que puede sonar absurda, es analizar lo más seriamente posible la vida antes de esta vida, la vida “número 1”.  

¿NACER o MORIR? 

Tratemos de imaginar qué pasa con un bebé en el vientre materno. 

En primer lugar pensemos en términos del conocimiento que un bebé tiene durante la vida “1” acerca de la vida “2”.   

Por ejemplo: Cuando un bebé nace, ¿sabe que está naciendo, o piensa que se está muriendo?  Si de alguna manera pudiéramos “conversar” con un bebé de 9 meses y le pudiésemos explicar que en poco tiempo abandonará su placenta, el bebé pensará que al desconectarse del cordón umbilical morirá .¿Por qué? Porque todo lo que sostiene su vida, oxígeno, alimentación, etc. está allí, en el vientre materno y llega a través del cordón umbilical, sin el cual la vida, tal como el bebé la conoce, no puede ser posible.

LOS LIMITES DEL CONOCIMIENTO 

El bebe en el vientre materno no tiene la menor idea de que existe un mundo fuera del vientre. Todo el universo conocido por él consiste es la placenta. En su mundo prenatal no existe la luz, ni los colores, ni los sabores, ni los aromas, ni el sol, ni el cielo, ni el agua, ni mamá, ni papá, ni los rostros, ni otras personas, ni pensamientos articulados con palabras.   

El bebé ni siquiera sabe cómo es en realidad su propio mundo porque nunca se vio a sí mismo tal como él es. Es decir, tal como se ve desde nuestra perspectiva. Tal como lo vemos nosotros a través de un ultrasound, o en esas fotos de bebés con el dedito en la boca.

Después de esta brevísima introducción a la embriología, traslademos lo que acabamos de aprender a nuestra pregunta. ¿Qué podemos saber a ciencia cierta sobre la vida después de esta vida? 

Muy poco. Porque tal como le sucede al bebé, nosotros también estamos limitados por la realidad física que nos rodea.

EL VIENTRE MATERNO Y EL VIENTRE TERRENAL

Vivimos, como una vez me dijo mi madre, z”l, “en una dimensión que es como una placenta terrenal invisible”. Y si nos comparamos con el bebé en el vientre materno, en el mundo por venir, nos espera una realidad –que siguiendo esta comparación, es infinitamente más extensa, sofisticada y significativa– que no se puede percibir con ojos y que no es conocible desde esta vida. Imaginemos por ejemplo, que en la vida por venir no existe el tiempo, o el tiempo linear. O no se usa el lenguaje y no se piensa con palabras como hacemos las personas, ni con imágenes, como lo hacen los animales. La realidad que se procesa con una capacidad meta-física infinitamente superior a la inteligencia verbal.

De la misma manera que la vida anterior es percibida por el bebé como una vida independiente –como la única vida que existe — en esta vida no hay ninguna evidencia física de que algo continúa. Por el contrario, la fisiología parece indicar que todo termina con la muerte de nuestro cuerpo. Y si bien no podemos saber nada sobre la vida que vendrá, una vez que «nacemos» (de 1 a 2 o de 2 a 3) , finalmente comprendemos acabadamente la vida que pasó.  

La próxima vida ocurre en una dimensión absolutamente desconocida por nosotros, inaccesible desde esta dimensión y también «inimaginable».

Sobre este último punto, en un próximo email.  

Continuará 




¿Para qué se necesitaba dinero en el Templo de Jerusalem?

EDICION ESPECIAL: ¿Por qué y para qué había dinero en el Templo de Jerusalem?

Hace unos días escribimos acerca de los tesoros que el ejército romano robó del Templo de Jerusalem, y que esos tesoros fueron utilizados para sanar la economía del Imperio romano, que estaba al borde de la ruina, y llevarla a 20 años de prosperidad.  El dinero judío fue suficiente también para erigir en Roma templos paganos, arcos de triunfo y hasta el anfiteatro mas grande del mundo: el Coliseo. 

Explicamos que parte de estos fondos provenían de los artefactos saqueados del Bet haMiqdash como la Menorá, etc. y otra parte de la venta de esclavos judíos que eran rescatados por sus hermanos a un altísimo precio.  

Pero creo que todo lo mencionado no es suficiente para cubrir el deficit de un imperio. Y también hay que tener en cuenta que  Flavio Josefo y otros historiadores mencionan que los romanos se llevaron de Judea “enormes” (en realidad dice: “infinitas”) cantidades de dinero, esto es, monedas de cobre, plata y especialmente oro. ¿De dónde salían esos grandes tesoros del Bet haMiqdash? ¿Por qué un templo necesitaba tanto dinero?   

No me estaba siendo fácil encontrar una respuesta. Así que decidí llamar por teléfono a mi amigo el rab Tzvi Shalva. El Rab Shalva vive en la colonia KARME TZUR en el territorio de Judea y Samaria, en Israel y ha dedicado  su vida a estudiar un tema: El Bet haMiqdash.  Hace unos meses fui a visitarlo y tuve la ocasión de participar en un par de clases en su extraordinario Kolel, fundado y dirigido por el Rab Shalva, donde los estudiantes se dedican a estudiar un solo tema: El Bet HaMiqdash.  

¿Quién mejor que el rab Salva para responder mis inquietudes acerca de la cantidad aparentemente excesiva de dinero que había en el Bet hamiqdash? 

El rab Salva me explicó satisfactoriamente lo que yo necesitaba entender. 

Su respuesta también me hizo pensar en el error que por lo general todos cometemos: pensamos en un Templo, solamente como institución religiosa y nos olvidamos que los Yehudim somos una nación (NO una religión) y que cuando estábamos en nuestra tierra, nuestro gobierno soberano tenía una división de poderes parecida a la de los gobiernos modernos: poder ejecutivo, judicial y legislativo. Y cada uno de estos poderes tenía varios “ministerios” o “secretarías” bajo su jurisdicción. 

El poder ejecutivo estaba a cargo del Rey, e incluía por ejemplo,  el ministerio del interior, exterior, defensa, etc. 

El Bet haMiqdash albergaba en sus instalaciones, entre otras cosas, al poder legislativo y al poder judicial. Y muchas instituciones nacionales estaban bajo el mando del segundo hombre con más autoridad en la nación de Israel: el Cohen Gadol, quien administraba varios ministerios y sus respectivos presupuestos.    

A continuación algunas ilustraciones que escuché del rab Shalva. 

1. MINISTERIO DE JUSTICIA:  La administración del poder legislativo, las cortes judiciales, la corte suprema de justicia (Sanhedrin, Bert haDin haGadol, Lishkat haGazit, etc). Todo esto, incluyendo su presupuesto, estaba bajo la supervision y administración de la “Oficina del Cohen Gadol”. 

2. MINISTERIO DE EDUCACION: : Escuelas, Yeshivot, Bate Midrash, también estaban bajo la administración de la Oficina  del Cohén Gadol.    

3. MINISTERIO DE DEFENSA: Lo que correspondía a la defensa de la ciudad capital, Jerusalem, por ejemplo, el mantenimiento y el fortalecimiento de sus murallas, etc. estaba bajo la administración  del Cohén Gadol.

4. MINISTERIO DE OBRAS PUBLICAS: El departamento de este ministerio que se ocupaba del mantenimiento, reparación y ampliación de las rutas y caminos por los cuales llegarían millones de judíos 3 veces por año al Bet haMiqdash y la construcción, el mantenimiento y la reparación de las cisternas de agua en los caminos que llevaban al Bet haMiqdash, estaba bajo la administración del . 

5. MINISTERIO DE HACIENDA:  Toda la plata que quedaba en deposito para huérfanos, viudas, era depositada en las arcas del Bet haMiqdash.  Se estima que había entre 4 y 8 millones de judíos viviendo en Israel en los tiempos del imperio Romano. cada año se recolectaba una moneda de plata de un valor equivalente a 5 dólares, más o menos por familia (hombres mayores de 20 años). Pero ésta es solo una parte “insignificante” de todo lo que  se recolectaba por donaciones de dinero, propiedades, objetos preciosos que donaban los judíos de Israel y especialmente las generosas donaciones de cientos de miles de judíos que vivían fuera de Israel, mucho de ellos en una muy buena posición económica.  El Rab Shalva me dijo: “Imagínate si todas las donaciones que todos los judíos del mundo hacen hoy estuvieran dedicadas exclusivamente para el bet haMiqdash”.  

6. MINISTERIO DE ASISTENCIA SOCIAL: Una de los “ministerios” más importantes del Bet haMiqdash era la lishkat Jashayim. Este fondo estaba dedicado a la asistencia social  que llegaba de manera anónima y era administrado por un secretario o guisar bajo la supervision del Cohén Gadol y que estaba dedicada a ayudar anónimamente a todo tipo de personas que necesitaran asistencia económica. Como un fondo de Tsedaqá pero a escala nacional. . 

El Bet haMiqdash funcionaba como el Banco Nacional, el Tesoro de la Nación,  o la Reserva Federal  Todo el dinero que se necesitaba para el presupuesto de estos ministerios, secretarías públicos, fondos públicos, etc. —lo que equivaldría hoy en día al GDP (Producto Bruto Interno) de una nación desarrollada— estaba  depositado en las arcas del Bet haMiqdash. 

Cuando los romanos destruyeron el Bet haMiqdash y robaron todos estos fondos la nación de Israel ya no pudo funcionar como tal.