ISRAEL ¿En quién puede confiar el Estado de Israel?

ESCRITO EN MAYO DE 2020 

 

אין לנו על מי להשען אלא אבינו שבשמים

En la guerra de 1948, Israel, milagrosamente derrotó a los 5 países árabes que la habían atacado luego de haber declarado su independencia el 5 de Iyar, 14 de mayo, de ese mismo año. Como ya lo habíamos comentado, ninguna de las potencias mundiales de ese momento, Estados Unidos, Francia e Inglaterra, salió a defender a Israel. Por el contrario, estos países establecieron un embargo de armas que favorecía a los árabes y ponía a Israel al borde de su exterminio. El triunfo de Israel en 1948 fue, en mis propias palabras, un milagro de proporciones bíblicas.

LA PARÁLISIS DEL ENEMIGO Luego del primer cese al fuego, cuando la guerra recomenzó, las fuerzas árabes estaban como paralizadas. A pesar de tener a Israel cercada por todos lados, no avanzaban. Era como si algo las detuviera. Israel, por otro lado, comenzó su contraofensiva, recuperaba territorios y conquistaba tierra más allá de las fronteras originales. Se cumplían las profecías que la Torá había anunciado en la Parashá que leímos este último Shabbat, donde el Creador le promete a Su pueblo (Levítico 26:7-8) que estaría con ellos cuando salieran a la guerra: “Tú perseguirás a tus enemigos, y ellos caerán por la espada ante ti. Cinco de ustedes perseguirán a cien, y cien de ustedes perseguirán a diez mil, y sus enemigos caerán por la espada delante de ustedes”.

«NO SERÁS DESAGRADECIDO» Los judíos debemos estar infinitamente agradecidos a HaShem por Su Providencial intervención. Como lo escribió el rey David en sus Salmos, cuando se salvó de una muerte segura: “porque cantaré Tus alabanzas y no me quedaré callado; HaShem, mi Dios, te agradeceré por siempre”. Un Yehudí, que se entrena permanentemente para ver la Intervención Divina en su vida personal, que no ve o no declara su agradecimiento a Dios por el nacimiento y la supervivencia de Medinat Israel, en mi opinión, no sólo está espiritualmente ciego sino que también cae en el gran pecado de la ingratitud. Y no hay peor ingratitud que la ingratitud a Dios.

INGLATERRA Y LOS ÁRABES De los 3 países mencionados el que más perjudicó a Israel fue Gran Bretaña. Que se mantuvo pasiva mientras pensaba que Israel iba a perder. Y comenzó a intervenir contra Israel cuando se dio cuenta que Israel comenzaba a ganar.

Un par de ejemplos.

* Jordania contaba con el apoyo directo de los ingleses. Los ingleses habían entrenado a sus tropas y supervisaban todas sus operaciones, especialmente en la lucha por Jerusalén, lo cual costó muchas vidas judías. Cuando Israel empezó a contraatacar y bombardeó la capital de Jordania, Amán, en reacción a los permanentes bombardeos a Tel Aviv, Inglaterra amenazó con destruir los aeropuertos de Tel-Aviv con su Royal Air Force. Israel tuvo que replegarse.

* A comienzos de enero de 1949, Israel, contra todos los pronósticos, estaba ganando la guerra. Había bombardeado El Cairo y Damasco y su ejército seguía avanzando hacia el canal de Suez. En ese momento las Naciones Unidas se apuraron a exigir un cese al fuego y a declarar un armisticio. Israel, contra sus propios intereses, aceptó el armisticio. Pero Israel ya había conquistado Gaza, Rafiah y gran parte de la península del Sinaí. Y de acuerdo con la ley internacional, los territorios conquistados en la guerra pasan a ser territorio del país que gana la guerra. TAL COMO OCURRIÓ CON TODOS LOS PAÍSES DEL MUNDO A TRAVÉS DE LA HISTORIA.

ISRAEL ES DIFERENTE Ahora bien: En una acción que iba contra todos los precedentes históricos y conquistas militares, incluyendo las conquistas militares de las propias colonias inglesas, Gran Bretaña le negó a Israel este derecho. Y amenazó a intervenir militarmente contra Israel si el estado judío no devolvía a Egipto el territorio conquistado, la península del Sinaí, Gaza, Rafiah (A history of Israel. Howard Sachar, page 346). David Ben Gurión se oponía enérgicamente a esta concesión sin precedentes. Ben Gurión consideraba injusto e inconcebible que los árabes no pagasen un precio por la guerra que ellos mismos habían iniciado. Y nadie hubiera exigido a los árabes renunciar a sus conquistas militares, si hubieran derrotado a Israel. Ben Gurión dijo: “Vamos a devolverles a los árabes sus territorios cuando ellos nos devuelvan a los 6.000 judíos que murieron en la guerra que ellos comenzaron”

¿CÓMO SE DICE PRESIÓN EN INGLÉS? Pero la presión internacional fue tanta que Israel, completamente aislado, tuvo que ceder. Hasta el día de hoy Israel sigue pagando el precio por esta concesión.

¿Por qué?

En primer lugar porque la inexplicable impunidad internacional que goza cualquiera que ataque a Israel es el mejor incentivo para atacar nuevamente a Israel.

En segundo lugar, porque sin quererlo Israel sentó un precedente muy peligroso: ¡Israel está dispuesta a aceptar condiciones que no se le exigen a ningún otro país del mundo! Como “devolver” territorio militarmente conquistado, o repatriar a los enemigos (los refugiados palestinos) que huyeron voluntariamente de una guerra ¡que sus propios aliados comenzaron!.

En lugar de “traer paz”, las permanentes concesiones de Israel solo alentaron a los países árabes, con el beneplácito de las grandes potencias, a demandar más y más de Israel.

Hasta hoy en día, en las Naciones Unidas, Israel no es considerado como un país más. Israel es el único país del mundo al cual se lo puede amenazar de exterminio sin temor a represalias mundiales. E Israel es el único país que es condenado permanentemente, acusándolo de los crímenes que sus acusadores perpetran con impunidad, con el silencio cómplice de las Naciones Unidas.

Como dijo proféticamente Bil’am en el desierto (23:9): “es un pueblo que vive aislado [por las naciones] y que los demás pueblos no lo consideran [como una nación más, es decir, normal]. Olvidar que las grandes potencias nos abandonaron a nuestra suerte cuando más las necesitábamos: “Quién olvida su historia, está condenado a repetirla”.

CARTA DE LECTOR

Recibo muchos emails de lectores de Halaja of the Day . Hoy quiero referirme a uno de ellos.

En su email el lector nota que yo escribí:

Oportunamente recibo sus trabajos, los cuales me resultan muy interesantes y muy profesionales, muchas gracias

La victoria de Israel en la guerra de su independencia que comenzó el 15 de Mayo de 1948 y duró 10 meses no tiene precedentes en los anales de la historia militar. Esto se debe por un lado, el increíble coraje, ingenio y sacrificio de nuestros líderes y nuestros soldados que lo dieron todo para triunfar. Y a la intervención Divina que, batalla tras batalla, milagro tras milagro lo hizo posible. Para entenderlo mejor, es importante recordar lo siguiente. El lector recomienda que la intervención Divina, sea mencionada en primer lugar. Y menciona otros ejemplos como el caso del rey Jizquiahu.

Entonces, ¿se debe mencionar la intervención en «primer» lugar?

Obviamente, la intervención de Dios es el factor decisivo. Sin embargo, la intervención Divina tiene lugar «luego» de la intervención humana. Dios nos «ayuda» a que nuestros esfuerzos prosperen. Primero nos ponemos a trabajar. Y luego, pedimos la intervención Divina para que nos ayude a que nuestro trabajo dé frutos. Lo mismo ocurre en todo orden de cosas. Si uno no se pone a trabajar o no va a un médico cuando está enfermo, no puede pretender que Dios lo mantenga o lo cure. En la guerra ocurre lo mismo. La Torá repite varias veces «Cuando salgas a la guerra… Dios estará contigo». La única excepción a esta regla fue cuando el pueblo de Israel recién abandonaba Egipto y cuando estaban frente al mar fueron acorralados por los egipcios. En ese momento, cuando el pueblo estaba absolutamente no preparado para luchar, Moshe le dijo al pueblo: HASHEM ILAJEM LAJEM VEATEM TAJARISHUN. » Dios va a luchar por ustedes, y ustedes no tiene que hacer nada» . En la época de Yehoshua Bin Nun, la tierra de Israel fue conquistada por el ejército de Yehoshua que fue asistido por Dios.

En la guerra, como en virtualmente toda otra actividad, el hombre comienza con su esfuerzo, y Dios, en el mejor de los casos, hace que su esfuerzo prospere.




LA NEGACIÓN DEL HOLOCAUSTO: Ayer, hoy y mañana

La negación del Holocausto tiene muchas variantes y matices. A veces se niega que el Holocausto haya ocurrido, presentándolo como «propaganda sionista». Esto es típico, por ejemplo, del régimen iraní y sus aliados. Otras veces, se minimiza el número: ¡6 millones es una cifra exagerada; el número es mucho menor! Dice el típico antisemita. O muy sutilmente, se intenta negar la Shoah con argumentos de inclusividad: más de 75 millones de personas murieron en la Segunda Guerra Mundial:¡Los judíos no fueron las únicas víctimas! El Holocausto se compara con otras guerras y conflictos, y a veces, se evita mencionar «a los judíos», hablando de las víctimas del Holocausto en general. ¡Esto no se hace sin intención!

A continuación, presento muy brevemente algunos datos esenciales que ayudan a aclarar la obsesión que los nazis tenían «específicamente» contra los judíos:

LA SOLUCIÓN FINAL

El 20 de enero de 1942, tuvo lugar la Conferencia de Wannsee, una reunión de los más altos funcionarios del gobierno de la Alemania nazi y los líderes de las SS que establecieron en la estrategia para la implementación de la solución final específicamente al problema judío. Los judíos de Europa serían deportados a Polonia ocupada y asesinados en campos de exterminio. Los miembros de esta conferencia decidieron «unánimemente» implementar el genocidio civil de hombres, mujeres y niños, y no hubo una sola voz disidente.

JUDENREIN

Por primera vez en la historia de la humanidad, un gobierno — ¡elegido democráticamente! — implementó el plan para la destrucción total de otro pueblo, la mayoría de los cuales no vivía en su territorio. El objetivo no era desplazarlos de su tierra o expulsarlos de un territorio particular otro, como ha ocurrido, y lamentablemente sigue ocurriendo con refugiados en todo el mundo. El objetivo de los nazis era «aniquilar a los judíos, sin importar dónde estuvieran». Borrarlos completamente de la faz del planeta.

SIN OPCIONES PARA LOS JUDÍOS

A diferencia de lo que ocurrió en otras guerras y persecuciones, no había opción para los judíos. Un judío no podía salvarse rindiéndose y aceptando la autoridad del enemigo, como era el caso de todos los demás ciudadanos europeos. Tampoco podían salvar su vida renunciando a su religión, convirtiéndose o bautizándose. La única opción posible que los nazis dejaron para los judíos era: «la muerte».

PRIORIZANDO A LOS JUDÍOS

Como se muestra al principio del documental de Steven Spielberg «Los Últimos Días», los alemanes actuaron en contra de sus propios intereses militares. Cuando Hitler tuvo que decidir si enviar sus últimas tropas a luchar en Rusia, donde estaban perdiendo la batalla, o usar estas tropas para deportar a medio millón de judíos húngaros y enviarlos a campos de exterminio, decidió invertir sus esfuerzos en asesinar a los judíos en lugar de intentar ganar la guerra. Los nazis no eran salvajes ni locos. Estos asesinos genocidas eran profesionales educados y hombres y mujeres de familia. Millones de ciudadanos alemanes y personas comunes no tuvieron problema en participar en este plan de exterminio. No fue la locura mental (desde el punto de vista psicológico) lo que les hizo actuar de esta manera, sino un odio ideológico visceral contra los judíos (Amaleq).

Inspirado por las ideas del profesor Shelomo ben Yosef




LA SHOAH QUE NO FUE: Cuando los nazis intentaron destruir Israel en 1942

“Doscientos Días de Terror” es el nombre con el que se conoce a un período de la historia de la comunidad judía en la Tierra de Israel durante la Segunda Guerra Mundial. Este período se extendió desde la primavera de 1942 hasta el 3 de noviembre de ese mismo año, cuando las unidades del ejército alemán bajo el mando del General Erwin Rommel avanzaban hacia el este, en dirección al Canal de Suez, desde el norte de África.

LOS PLANES DE LOS NAZIS

En abril de 1942, la unidad del ejército alemán Afrika Korps bajo el mando del general Erwin Rommel comenzó a avanzar en el norte de África hacia el Canal de Suez en Egipto. El terror se apoderó del “Yishub”. Parecía que después de las grandes victorias de los nazis en el norte de África, no había fuerza que pudiera detenerlos. Si llegaban al Canal de Suez, el camino hacia la Tierra de Israel estaría abierto para ellos. En ese momento, el exterminio de los judíos europeos estaba en pleno apogeo, y las noticias al respecto comenzaron a infiltrarse en los líderes del Yishub. Existía la certeza de que si los alemanes llegaban exterminarían a todos los judíos de la Tierra de Israel: hombres, mujeres y niños, como lo habían hecho en Europa. Y no estaban equivocados…. Los alemanes establecieron una unidad especial en Egipto Einsatzgruppe Egypt:   24 soldados de las SS bajo el mando de Walter Rauf.   Rauf era el infame inventor de los camiones de la muerte, que tenían conectado sus gases de escape al recinto interior sellado del camión, en el que las víctimas –que ingresaban al vehículo pensando que iban a ser transportados– y morían al inhalar los gases tóxicos. Los camiones de la muerte ya estaban esperando en Egipto. Se suponía que el exterminio de los 500,000 judíos en Israel se llevaría a cabo por los mismos medios y métodos con los que se llevó a cabo el asesinato de los judíos europeos. Y los alemanes, que necesitaban refuerzos,  aprovecharían la ayuda de la población local árabe para perpetrar el asesinato sistemático de los judíos, bajo la guía y el mando de ese pequeño equipo alemán. Este plan se correspondía con la promesa que los alemanes le habían hecho al líder de los árabes palestinos y amigo de Hitler: Haj Amin al-Husseini, que se encontraba exiliado en Berlín. Muchos árabes esperaban la llegada de los ejércitos de Hitler, a quien llamaban “Abu Ali”, con la esperanza de que los alemanes derrotaran a los británicos y así ellos podrían exterminar a los judíos.

LOS PLANES DE LOS JUDÍOS

El 17 de abril de 1942, el jefe del departamento político de la Agencia Judía, Moshe Sharet se dirigió al General Claude Auchinleck, comandante del Octavo Ejército del Ejército Británico, con las siguientes palabras: «No hay duda de que si los nazis invaden la Tierra de Israel, todos los judíos de esta tierra seremos asesinados. El exterminio de la raza judía es una premisa básica de ideología nazi. Las noticias oficiales publicadas recientemente indican que esta política se está implementando con una crueldad que no se puede describir con palabras. Cientos de miles de judíos perecieron en Polonia, los países balcánicos, Rumania y en todos los distritos invadidos por los alemanes en la Unión Soviética, como resultado de las ejecuciones en masa, las deportaciones forzosas y la propagación del hambre y la enfermedad en guetos y campos de concentración. Hay razón para temer que una destrucción mucho más rápida caerá sobre los judíos de Israel, si caemos en manos de los nazis.

RENDIRSE

Algunos judíos, con mucha ingenuidad, proponían hacer lo que hicieron otras naciones ocupadas en Europa, es decir, rendirse a los Nazis y tratar de llegar a algún acuerdo con ellos. Esta ingenuidad se basaba en la creencia de que “los nazis que llegarían a Israel no tratarían a los judíos locales como trataron a los judíos de Polonia y Alemania. Primero, porque no perturbaban a nadie que estuviera en Europa y aparte porque los judíos de Israel no eran empresarios exitosos sino judíos de pueblo, dedicados a la industria… así que tendrán más respeto por estos judíos”. También advertían que resistirse y pelear podría provocar o aumentar el odio de los alemanes hacia los judíos, y que “quizás con la reconciliación y el esfuerzo lograremos más”.  Estas ideas fueron criticadas por aumentar el derrotismo y disuadir a los judíos de luchar por sus vidas. En la práctica se intentó algún arreglo diplomático del lado de los británicos: el plan era solicitar a los británicos otorgar a los judíos de Israel,  que en ese entonces estaba bajo el mandato británico, el  status de ‘prisioneros de guerra ingleses’ si fuesen capturados, y que gocen de los mismos derechos de prisioneros ingleses.  También pedían por via diplomática que los ingleses amenazaran a los Nazis a que si ellos exterminasen a los judíos, los británicos también matarían a los prisioneros alemanes en su posesión. Estas ideas terminaron siendo una fantasia ya que Inglaterra nunca accedió a otorgar ninguno de esos derechos a los judíos de Israel.  Es más, los británicos se prepararon para la posibilidad de que se vieran obligados a evacuar la Tierra de Israel y retirarse hacia el este —Irak e India. Estos planes de evacuación no incluían a los judíos de la Tierra de Israel. Si los alemanes invadían Israel, los judíos tendrían que enfrentarse solos a los alemanes, sin la ayuda del ejército británico.

El Yishub -así se llamaba al asentamiento judío antes de que se declarase la independencia de Israel en 1948- contaba con unos 500,000 judíos. Yitzjak Tabenkin, quien más adelante fue un miembro de la Keneset de Israel, dijo:

«No tenemos más remedio que pelear esta guerra con todas las fuerzas que tenemos. … debemos defender este Yishub y nuestra bandera con uniforme o sin uniforme… si nuestro espíritu está en nosotros, nos apoyaremos en él con todas nuestras fuerzas, o también caeremos en él con todas nuestras fuerzas. Estamos listos para mantenernos de pie y listos para el sacrificio. No venceremos a las fuerzas del enemigo con fatalismo, sino con mucha responsabilidad, no hay alternativa…»

ESCONDERSE

Muchos judíos trataron de esconderse o por lo menos esconder a los niños en iglesias, monasterios y hospicios europeos, incluso alemanes, que había en Israel, especialmente en Jerusalem, o contactar árabes amistosos, o dispuestos a recibir una recompensa material para esconder a los niños judíos con ellos hasta que terminase la guerra. Había diferencias de opiniones en caso de que el país cayera en manos de los alemanes. Por un lado, estaba la posición pragmática de David Ben-Gurion quien insistía que los soldados improvisados de Yishub no podrían vencer al ejército de Hitler, no podrían lograr lo que no habían logrado los franceses, los holandeses y todos los países europeos que habían sido derrotados por los Nazis. En la opinión de Ben-Gurión, en caso de una invasión alemana y una retirada británica, las fuerzas de combate de la Haganá y el liderazgo del Yishub deberían tratar de integrarse al ejército británico,  retirarse a la India y regresar a Israel cuando cambiase el rumbo de la guerra.

LUCHAR HASTA LA MUERTE

Por otro lado, estaba la posición más nacionalista expresada por Yitzjak Tabenkin, que dijo: «…tenemos que quedarnos aquí hasta el final, por nuestro futuro, por respeto a nosotros mismos y por lealtad a nuestra historia». Esta segunda posición proponía concentrar a toda la población judía en el área de Haifa y Galilea, trasladarse allí cuando los británicos se retirasen del país, y luchar hasta el último hombre.   Haifa y la cadena de montañas del Carmel están en un área que brinda la oportunidad de resistir y rechazar al invasor, que se trasladaba en fuerzas blindadas pesadas, y tendría dificultades para moverse en esa zona montañosa. El plan de Tabenkin fue nombrado la “Masada del Carmel”. Según este plan, la población judía civil se protegería en esos enclaves mientras los comandos y las unidades de guerrilla saldrían a atacar para contener el avance del enemigo.

Los miembros de la organización militar “Etzel» concibieron un plan similar, pero con un simbolismo más significativo: en caso de que los alemanes invadieran Israel los judíos se refugiarían en la Ciudad Vieja de Jerusalem, fortificándose dentro de las murallas y librando desde allí la batalla “final”. Y antes del final,  ¡declararían  con mucho orgullo y patriotismo la soberanía judía sobre el Monte del Templo (Har-HaBayit) en Jerusalem!

Para los líderes de estos planes en Haifa o Jerusalem estaba claro que si los alemanes llegaban, podrían quizás retrasar el avance del invasor, pero el terrible final de la población civil era inevitable. El mismo nombre, «Masada del Carmel» expresaba la creencia que no había ninguna posibilidad  de que el asentamiento judío pudiera sobrevivir si los alemanes invadían Israel. Recordemos que Masada o Metsadá, es el nombre de uno de los últimos refugios de los judíos que se resistieron al ejército romano en el siglo 1ro, que cuando vieron que el enemigo no podía ser detenido, procedieron al suicidio colectivo.

VICTORIA PROVIDENCIAL

El 1 de julio de 1942, los británicos lograron frenar el avance de Rommel a 180 kilómetros del canal de Suez. Allí, establecieron una nueva línea de defensa y nombraron un nuevo comandante, el general Bernard Montgomery, quien ordenó cancelar todos los planes de retirada británicos de Israel y prepararse para enfrentar frontalmente a los alemanes en Egipto. Ambos bandos sabían que esa batalla sería decisiva para el destino de Oriente Medio.

Y gracias a Dios, luego de meses de una durísima batalla, el 3 de noviembre de 1942, las fuerzas de Montgomery lanzaron el ataque final y derrotaron a las fuerzas de Rommel en la Batalla de El-Alamein, en Egipto (ver aquí los detalles).

Este triunfo fue uno de los puntos de inflexión decisivos para la victoria de los aliados en la Segunda Guerra Mundial y significó el final de los 200 días de terror que experimentó la joven colonia de Israel en los tiempos de la Shoah.




¿Negociar con Hamas o conquistar Rafiaj?

Los secuestros y la toma de cautivos no es una historia nueva. Era una práctica muy común en la antigüedad, tanto es así que la prohibición contra el tráfico humano fue legislada nada menos que en los Diez Mandamientos. ¡Sí! Así como lo escuchan. El octavo mandamiento, “No robarás”, no significa no robar el patrimonio del prójimo sino no “robar personas”, “no secuestrar”, lo cual, dicho sea de paso, la Torá condena con la pena de muerte.

LA MITSVA DE RESCATAR PRISIONEROS Y SUS EXCEPCIONES

El Talmud también destaca los esfuerzos que hay que hacer para rescatar a una persona cautiva. De acuerdo con la ley judía (Maimónides, Hiljot Matanot Aniyim, 8), es un precepto muy importante rescatar cautivos—por lo general se trataba  de prisioneros  de guerra o refugiados—  (Pidyón Shevuyim), y lo considera la forma más elevada de hacer Tzedaká. La Guemará explica que si una comunidad judía está juntando dinero para una sinagoga, por ejemplo, y luego se enteran que hay un Yehudí  secuestrado, la comunidad debe usar esos recursos para liberar al cautivo.  Es más, aunque ya se haya invertido el dinero en comprar los materiales de construcción, estos deberían ser devueltos o revendidos para usar ese dinero a fin de rescatar al cautivo. La historia de los esfuerzos que los judíos hemos hecho para rescatar cautivos es apasionante y larguísima. Pero voy a dejar esos detalles para el futuro y me voy a referir hora a una salvedad que la ley de Pidyón Shevuyim registra.

“No hay que pagar de más por el rescate de un cautivo” No se debe pagar más que “el precio del mercado”, esto es muy difícil de entender en nuestra época porque vivimos en tiempos históricos privilegiados, pero en el pasado, el tráfico humano era común, y había mercados de esclavos en los cuales los precios por las personas se estandarizaban. ¿Y por qué la ley desaconseja pagar un precio excesivo por un cautivo judío? Porque si una comunidad está dispuesta a pagar ese precio, ¡se estaría estimulando a los traficantes a seguir secuestrando judíos!

LOS SECUESTRADOS DEL 7 DE OCTUBRE

Ahora que entendemos esto, veamos el dilema que se está viviendo en el Estado de Israel en estos días. La tragedia del 7 de octubre de 2023 dejó un horrible saldo de más de 1300 israelíes masacrados y cerca de 300 secuestrados. En noviembre, el gobierno de Israel pudo liberar a más de 100 secuestrados interrumpiendo la guerra contra Hamas por 40 días y liberando a prisioneros palestinos de baja peligrosidad. En este momento quedan unos 135 secuestrados. Aunque este número es en realidad el de las personas desaparecidas desde el 7 de octubre, que no se ha podido verificar si están secuestradas vivas o muertas. Las negociaciones con Hamas nunca incluyeron una lista de sobrevivientes y ni la Cruz Roja ni las Naciones Unidas han exigido a Hamas esta información, e inexplicablemente, Israel no ha exigido esa información como condición para entregarle ayuda humanitaria a Gaza.

Volviendo a las negociaciones, las dos condiciones de Hamas para liberar a los secuestrados judíos son:1. Que Israel deje libres a cientos de terroristas palestinos, muchos de los cuales han participado en ataques y han matado a israelíes en el pasado. 2. El cese total de la guerra y la retirada permanente de Israel de Gaza.

Analicemos estas dos condiciones una por una y veamos si el precio que se le demanda a Israel está dentro de lo que es un razonable o excesivo en cuanto a sus consecuencias.

CON TERRORISTAS NO SE NEGOCIA

La mejor ilustración para comprender las consecuencias potenciales de negociar con terroristas es recordar lo ocurrido con Gilad Shalit, un joven soldado israelí que fue secuestrado por Hamas y estuvo en cautiverio durante 5 años: entre junio de 2006 y octubre de 2011. Más de 1000 terroristas fueron liberados por este soldado. Pero una vez libres, el 50% de estos terroristas han regresado al terrorismo y han matado a muchos israelíes. El más notorio de estos terroristas liberados por Gilad Shalit es Yahia Sinwar, el jefe de Hamas, y el que organizó la matanza del 7 de Octubre . En otras palabras, por lo menos 1300 judíos han sido asesinados directa o indirectamente por los terroristas que fueron liberados en esa terrible negociación.

El 17 de octubre de 2011, de una manera profética, el profesor de la Universidad de Purdue, Louis Rene Beres, argumentó en contra de la liberación de Shalit. En una columna de opinión en el Jerusalem Post escribió lo siguiente:

«Ningún gobierno moderno tiene el derecho legal de liberar terroristas a cambio de sus propios ciudadanos secuestrados, militares o civiles. Según el derecho internacional vigente, cada estado tiene la obligación primaria de proteger a sus ciudadanos. Sin embargo, parece que mañana, el Primer Ministro de Israel, Binyamin Netanyahu, intercambiará terroristas palestinos por el soldado secuestrado de las FDI, Gilad Shalit. Cualquier intercambio, por humano que sea para Shalit y su familia, pondría en peligro a miles de otros israelíes.”

¿Puede Israel repetir  una vez los errores del pasado? Hamas ya ha dicho reiteradas veces que ni bien pueda repetirá la matanza del 7 de Octubre.  ¿Cuántos israelíes mas morirán si Israel libera a los peligrosos terroristas  de Hamas?

SUSPENDER EL ATAQUE A RAFIAJ

La otra condición que pone Hamas es que Israel termine la guerra y se retire de Gaza. Esto, por supuesto, significaría la derrota total de Israel, la intuí muerte de l.os mas de 200 dolidos israelíes ya muertos en este conflicto —sin contar los miles de heridos—,  y pondría en peligro a Israel frente a sus voraces enemigos, ya que en Oriente Medio la debilidad atrae ataques terroristas.  Increíblemente, el mundo se está posicionando del lado de Hamas y no del lado de Israel en un momento muy delicado: cuando Israel está por entrar a la ciudad de Rafiaj, en el sur de la franja de Gaza.

¿Por qué Rafiaj es tan importante?

Para quien no conozca la geografía de Gaza, puede ser un poco difícil comprender lo que Rafiaj significa en este conflicto. Voy a tratar de explicarlo lo más brevemente posible. En primer lugar, un cuarto de los terroristas de Hamas siguen vivos en Rafiaj, incluyendo a muchos de los que participaron activamente en la masacre del 7 de octubre. Pero más allá de eso, Rafiaj tiene una importancia geopolítica fundamental.

La Franja de Gaza limita al oeste con el mar Mediterráneo, al norte y al este con territorio israelí y al sur, con Egipto. La frontera con Egipto supuestamente está cerrada, pero en realidad, hay decenas —o centenares— de túneles que unen Gaza y Egipto y por esos túneles ha habido un constante tráfico de armas, recursos financieros y combatientes. Si Israel, en teoría, no conquista Rafiaj, no podría declarar victoria sobre Hamas. Si deja esta frontera abierta, Hamas seguirá dominando Gaza, obteniendo recursos, dinero, armas, combatientes, etc., en fin, estaría permitiendo que Hamas sobreviva y eventualmente siga atacando a Israel.

En el pasado, Israel atacó Gaza para defenderse de los ataques de Hamas y traer seguridad a los ciudadanos de Israel, pero nunca llegó hasta el final, y las consecuencias fueron devastadoras. Pero esta vez, luego del mayor ataque a judíos desde la Shoah, creo que tiene que ser diferente. Esta vez, las fuerzas de Israel ingresarán a Gaza y han destruido ya cientos de túneles de guerra y están a un paso de terminar con la organización terrorista y establecerse militarmente en Gaza para evitar futuros ataques.

ESTADOS UNIDOS Y LO QUE EL VIENTO SE LLEVO

Para comprender la importancia estratégica que supone para Israel conquistar Rafiaj, todo lo que se debe hacer es prehacer es prestar atención a la presión internacional devastadora y sin precedentes que sufre Israel en este momento, desde todos los países del mundo, y lamentablemente, con EE.UU. a la cabeza. Todas las demostraciones antisemitas en las universidades de EE.UU., aunque se disfracen de otras causas, tienen como objetivo presionar a EE.UU. para que presione a Israel de NO ATACAR RAFIAJ. En el momento que escribo este artículo, Antony Blinken está en Israel tratando de convencer a Netanyahu de que haga más concesiones para llegar a un arreglo con Hamas. Seguramente EE.UU. le ofrecerá garantías de que, si cede a las demandas de Hamas, EE.UU. defenderá a Israel. No quisiera estar en los zapatos del primer ministro de Israel y rezo para que no ceda. ¿Por qué? Porque los que olvidan la historia están condenados a repetirla.

Me explico. Israel cometió tres errores gravísimos en los últimos 30 años: en primer lugar, los Acuerdos de Oslo que solo trajeron más intifadas y muerte. Segundo, y como recién lo expliqué, liberar terroristas con sangre en la mano para devolver a Shalit. Pero creo que el peor error, el que más sangre nos ha costado, fue cuando Ariel Sharon retiró al ejército de Israel de Gaza. Según el periodista israelí Amit Segal, una de las cosas que convencieron a Sharon fue que el presidente Bush le dijo a Sharon algo así: «No te preocupes, que si algo sale mal, los EE.UU. te van a cubrir las espaldas. No vamos a permitir que los palestinos ataquen a Israel». ¿De qué sirvieron esas promesas de nuestro principal aliado?

De absolutamente nada. Podemos repetir el error y especialmente con esta administración que se ha demostrado tan débil tratando con terroristas y está aquí capitulando al terror.

LA TORA Y EL RESCATE DE PRISIONEROS JUDIOS

Este martes por la mañana, último día de Pésaj, hablé en mi sinagoga sobre el tema del rescate de prisioneros en la Torá, particularmente  en el libro de Génesis, Bersehit .

Cuando Lot fue rescatado de Sodoma, Abraham reunió un ejército de más de 300 personas, persiguió y derrotó  a los que habían capturado a Lot y lo liberó a él y a todos los prisioneros de Sodoma. No hubo negociaciones, solo una operación militar (Génesis 14:14-16).

Cuando Dina, la hija de Jacob, fue violada y luego secuestrada, los hijos de Jacob, Shimón y Leví, fingieron negociaciones para sorprender a los habitantes de Shejem. Sorpresivamente atacaron la ciudad, mataron a todos los hombres que se resistieron, rescataron por la fuerza a Dina  e incendiaron la ciudad (Génesis 34).  No hubo negociaciones con los secuestradores, no tuvieron piedad de los terroristas ni de los ciudadanos de Sodoma, ni consideraron la desproporcionalidad de su violenta respuesta. Y de hecho,  esta desproporcionada reacción, creó un terror psicológico que se apoderó de los pueblos vecinos y los disuadió de intentar agresiones contra los hijos de Israel.

NUNCA SE DEBE NEGOCIAR CON TERRORISTAS Y LA RESPUESTA MILITAR DEBE SER DELIBERADAMENTE NO PROPORCIONAL PARA QUE EL ENEMIGO ENTIENDA QUE NO LE CONVIENE METERSE CON ISAREL .




El Holocausto en las Comunidades Sefaradies 

 

¿QUÉ PODEMOS APRENDER DE NUESTROS ENEMIGOS?

Hoy a dos dias de Yom HaShoah quisiera referirme al Holocausto  en las comunidades Sefaradies. Un tema del que mucho no se habla. En Holanda, Francia, Bulgaria, Yugoslavia e Italia, los judíos sefaradim sufrieron el mismo destino que los judíos Ashkenazies de Europa. Probablemente el caso más estremecedor fue el de la comunidad de Salónica en Grecia, donde cerca de 54.000 judíos , el 95% de su población, fueron exterminados en Auschwitz (ver aquí) .     Mi primera reflexión es que tenemos que aprender una gran lección de nuestros enemigos: que para ellos somos un solo pueblo. No hay diferencias entre Sefaradim, Ashkenazim; más religiosos o menos religiosos, etc.  Debemos hacer lo imposible para sentir que somos miembros de una misma familia.  

LOS JUDIOS DE MARRUECOS Y ALGERIA

Veamos brevemente el impacto de la Shoah en las comunidades judías del norte de Africa: Marruecos, que en 1940 contaba con una población de 200.000 judíos. Algeria, 120.000 judíos.  Túnez, 80.000 judíos, y Libia, 30.000 judíos.   Los primeros tres estados estaban bajo el protectorado francés, mientras que Libia estaba bajo el protectorado italiano.  Francia fue ocupada por los nazis en 1940, lo que se conoce como «La Francia de Vichy».  Los alemanes gobernaban Francia, sus colonias y también sus protectorados. Y esto incluía : Marruecos, Algeria y Túnez.  En Marruecos y Algeria se establecieron los infames “Statut de Juifs” que les permitía a las autoridades alemanas confiscar las propiedades de los judíos, restringir en extremo sus actividades y prohibir su acceso a la educación, etc.  También establecieron cerca de 30 campos de trabajo para construir la carretera del trans-Sahara, y para eso los alemanes reclutaron unos 4.000 judíos de Marruecos y unos 1.000 judíos de Algeria. Cabe señalar que había un gran diferencia entre estos campos de trabajo y, por ejemplo, Auschwitz o Bergen-Belsen.  En los «campos de trabajo» del norte de África, en un principio, solo llegaron hombres adultos y aptos para el trabajo. Docenas de ellos murieron debido a las condiciones insalubres de los trabajos, el calor abrasador, la enfermedad. Pero la gran mayoría sobrevivió. Los campos de Europa, por otro lado, eran “campos de exterminio”. Los niños, los ancianos, las mujeres y los hombres que no podían trabajar eran inmediatamente exterminados en las cámaras de gas. Y a los hombres y mujeres aptos para el trabajo, se los hacia trabajar pero en última instancia para matarlos. Esta horrible estrategia no tan conocida , tiene «nombre» en el idioma alemán. La expresión es:  Vernichtung durch Arbeit, «asesinar judíos a través de trabajos forzados» . 

Volviendo al Norte de África, el 8 de Noviembre de 1942, , y B»H antes que los nazis puedan llevar a cabo el proceso de deportación y exterminio de los judíos, las fuerzas aliadas dirigidas por el general Montgomery llegaron a las costas de Marruecos y Argelia y pudieron vencer a los nazis dirigidos por el general Rommel en una operación militar llamada «Operation Torch» (ver mapa arriba, y ver este artículo aquí en español).  

LA COMUNIDAD JUDÍA MAS ANTIGUA, FUERA DE ISRAEL

Túnez es una historia aparte. Túnez fue el único país del norte de África que fue ocupado directamente por los nazis. Para comenzar digamos que la población judía de este país, el más pequeño de la región, constituía el 15% de la población total. Los judíos vivían en la capital (del mismo nombre) y en la famosa isla de Djerba. Según la tradición, un grupo de Cohanim (sacerdotes) que servían en el Templo del Rey Salomón escaparon a Djerba cuando el Gran Templo de Jerusalem fue destruido en 586 aec. Y llevaron algunas piedras del Bet haMiqdash que utilizaron para construir allí su sinagoga.  Hasta el día de hoy la mayoría de los judíos de Djerba–más del 60% — son Cohanim, algo que ha sido ratificado recientemente en las pruebas de ADN que detecta el gen de los Cohanim. Djerba es una de las pocas comunidades judías que aun sobreviven en el mundo árabe. Un día después de que comenzó la operación “Torch”, el 9 de Noviembre de 1942, los alemanes ocuparon Túnez. La idea de Rommel era agruparse en ese país y desde allí repeler a las fuerzas aliadas que llegaban desde Marruecos y Argelia, y a las fuerzas británicas que llegaban desde Egipto.   A los pocos días de llegar, y a pesar de que estaban ocupados en pelear con las fuerzas aliadas, los alemanes ordenaron a los líderes de la comunidad judía a pasarles todos los datos de la comunidad. Miles de judíos fueron llevados a los campos de trabajo para construir carreteras militares (la gran mayoría sobrevivió) y más de 200 judíos de ese país fueron trasladados directamente a Europa, donde fueron exterminados en los campos de concentración.  B”H en Mayo de 1943 los aliados derrotaron y expulsaron a los alemanes de Túnez, y las pérdidas de vidas judía no llegaron a ser superiores.   

 

¿QUIENES NO ESTABAN INCLUIDOS EN LA SOLUCION FINAL? 

Una reflexión final sobre algo espantoso.   El 20 de Enero de 1942 tuvo lugar la infame conferencia de Wannsee, que es un pueblito cerca de Berlín. En esa conferencia (ver aquí ) se reunieron los jerarcas nazis con el propósito de evaluar y estrategizar «la solución final» al problema judío.  Allí se mencionó, entre otras cosas, la cantidad de judíos que había que eliminar en Francia. Esta lista indicaba 700.000 judíos. Pero en Francia ¡solo había 350.000 judíos!. Los historiadores dicen que la única forma de entender esta diferencia de números es que los nazis tenían planeado exterminar a todos los judíos de los países que estaban bajo el protectorado francés: es decir, Marruecos, Argelia y Túnez…    

Siempre me definí a mí mismo como “un sobreviviente del Holocausto”.  La simple razón es que, tal como sucedía con el norte de África, la intención de la solución final de los nazis no terminaba en Europa. Si JAS VESHALOM los nazis hubieran triunfado en Europa, entonces los judíos del norte de África, del medio oriente y quizas hasta del continente americano también hubieran tenido que enfrentarse a los artífices de la solución final.  

Todos los judíos del mundo somos sobrevivientes de la Shoah  

  

IZKOR




Entendiendo la cuenta del Ómer (Sefirat haÓmer)

LA OFRENDA DEL OMER

En los tiempos del Bet haMiqdash  (Templo de Jerusalem), la noche del 16 de Nisán —al terminar el primer día de Pésaj—  los representantes de la Corte judía (shelujé Bet Din) seleccionaban tallos frescos de cebada, los cortaban, tostaban los granos y los molían en harina fina. Esa harina, preparada de una manera especial, se ofrecía en el altar del Templo por la mañana siguiente. El Cohen presentaba para esta ofrenda la cantidad de un ‘omer de harina de cebada. «Omer» es una unidad de medida bíblica de volumen: aproximadamente un galón, o cuatro litros. Después de la presentación de esta ofrenda  —que representa el agradecimiento colectivo a Dios por concedernos el grano para nuestro alimento— estaba permitido consumir los granos de la nueva cosecha (tebuá Jadashá o Jadash).  «Omer», por extensión, se convirtió en el nombre de esa ofrenda (מנחת העומר).  Esta ofrenda se realizaba solamente en la tierra de Israel, y mientras existía el Bet haMiqdash o Gran Templo de Jerusalem .   

CONECTANDO PESAJ Y SHABUOT 

Al terminar el primer día de Pésaj, comenzamos a contar un período de siete semanas o cuarenta y nueve días hasta Shabuot (Lev. 23: 15-16). A este computo se lo conoce como “Sefirat Ha’omer , ya que a pesar de tratarse de dos temas distintos, el inicio de esta cuenta de días y semanas coincide con la ofrenda del Omer.  La mitsvá de contar estos 49 días conecta Pésaj, que celebra nuestra libertad física y política,  con Shabu’ot, cuando alcanzamos nuestra libertad mental y espiritual al recibir la Torá. El libro Shibole haLequet explica la relación entre Pésaj, Shabu’ot y Sefirat Ha’omer de la siguiente manera: Una vez que el pueblo judío salió de Egipto, Moshé les reveló que en cincuenta días recibirán la Tora. Los Yehudim estaban tan ansiosos por recibir la Tora que «contaron los días que faltaban», deseosos de que llegue el gran evento.

EL SENTIDO ORIGINAL

El Rabino Yedidia Ezrajian explica que en cierto sentido, este período de 49 días es una especie de un largo Jol-HaMoed entre Pésaj y Shabu’ot, en el cual nos fuimos preparando  para recibir la Torá.   Nuestros Rabinos comentaron que a diferencia de la libertad física, la libertad mental no sucede instantáneamente. Se trata más bien, de un largo proceso de de-programación: olvidar los hábitos de la mentalidad de esclavos, asumir responsabilidades y aprender a hacerse cargo de sus propias vidas. Nuestros antepasados también tuvieron que dejar atrás las prácticas paganas e inmorales de la sociedad idólatra egipcia, que obviamente eran incompatibles con los valores de nuestra Torá.  En Pésaj salimos de Egipto, pero ahora teníamos que «sacar a Egipto de nuestras mentes» en preparación para recibir la Tora y establecer una alianza (berit) con Dios en el Monte Sinaí.

REGLAS BASICAS DE LA CUENTA DEL OMER

Contar los días del Omer es obligatorio para los varones adultos. Las mujeres también pueden contar los días de Omer, pero no deben recitar la bendición. En algunas comunidades Ashkenazim es costumbre que las mujeres digan la berajá para contar el Omer. Los niños pueden contar el Omer y recitar la bendición, como práctica para el futuro (Jinuj).

¿CÓMO?
La cuenta del Omer tiene lugar por la noche y es precedida por la bendición: ... asher qiddeshanu bemitsvotav vetsivanu ‘al sefirat Ha’omer. Luego se procede a contar los días y las semanas. Hoy, por ejemplo, es el noveno día del Omer, es decir, una semana y dos días desde [que se ofreció la ofrenda del] ‘omer.

¿QUÉ PASA SI….?
Si nos olvidamos de contar el Omer por la noche, podemos contarlo durante el día siguiente hasta la puesta del sol. Pero sólo cuando contamos el Omer por la noche recitamos la bendición. Si no contamos el Omer durante la noche correspondiente o el día siguiente, debemos seguir contando, pero en adelante no debemos recitar más la bendición. Es costumbre en la mayoría de las comunidades anunciar el día del Omer en los Minyanim de la mañana para que nadie pierda la cuenta del Omer por un día entero.

EL OMER y LA PUESTA DEL SOL 
Los días del Omer se cuentan por la noche, porque en el calendario hebreo el nuevo día comienza por la noche. Ahora bien, en qué momento exacto comienza el nuevo día y en qué momento termina el día anterior es una cuestión Halájica técnica y compleja.
Muy brevemente: hay dos indicadores astronómicos para la transición entre el día # 1 y el día # 2. «La puesta del sol» (shequiá), cuando el sol desaparece de la vista, y la «caída de la noche» (tset hakojabim), que se caracteriza por la visibilidad de tres estrellas de tamaño mediano. Todos los rabinos están de acuerdo en que antes de la puesta del sol todavía se considera día # 1, y la mayoría de los rabinos están de acuerdo que una vez que se ven tres estrellas en el cielo nocturno  comienza el día # 2. El tiempo entre la puesta del sol y la aparición de las tres estrellas, se conoce en español como «crepúsculo» o en hebreo, «ben hashemashot». Este período de tiempo puede oscilar entre 13 minutos y medio (por ejemplo, en Israel) y 3 horas o más en lugares extremos en el sur o en el norte del planeta. En el área de Nueva York, por ejemplo, la duración del crepúsculo se estima en aproximadamente 30 minutos (también varía según las diferentes estaciones del año). De acuerdo con una muy famosa Guemará, el día # 1 termina y el día # 2 comienza en un brevísimo e inidentificable instante dentro de este «crepúsculo». Ahora bien, ¿Qué hacemos en la práctica cuando tenemos que realizar una mitsvá para la cual hay que determinar con precisión el principio de un nuevo día? Para Shabbat, por ejemplo, tomamos el standard más estricto y recibimos Shabbat unos minutos antes de la puesta del sol, y concluimos el Shabbat solamente después de que tres estrellas medianas son visibles.
Para el Omer,  idealmente se deben contar los días sólo después del anochecer (en cada lugar del mundo esto ocurre a una hora diferente). En muchas comunidades Sefardíes de Nueva York los rabinos autorizan a contar el Omer 15 minutos después de la puesta del sol (así dice por ejemplo el rab Eliyahu ben Jaim, Shelita). En circunstancias excepcionales, se autoriza también a contar con berajá antes de ese tiempo, pero nunca antes de la puesta del sol. 

Cada individuo debe seguir las costumbres de su propia comunidad.




La plaga número once

Rabbán Gamliel dice que hay tres conceptos que debemos mencionar en el Seder de Pésaj para cumplir con la obligación de enseñar a nuestros hijos la historia de nuestro Éxodo de Egipto: Pésaj, Matsá y Maror.

«Maror» representa la esclavitud que sufrimos los israelitas a manos de los egipcios.

«Matsá» nos recuerda la libertad que Dios le otorgó al pueblo de Israel mediante la intervención divina.

¿Pero qué es y qué significa Pésaj?

Pésaj es lo que el pueblo de Israel hizo para sí mismo. El Qorbán Pésaj fue el sacrificio, la ofrenda que los judíos hicieron para merecer su libertad.

Veamos. Dios le ordena a los israelitas tomar un cordero, una oveja joven, y llevarlo a sus casas. En la víspera del 15 de Nisán, ese cordero debía ser sacrificado, asado y consumido por los esclavos judíos, y su sangre debía ser aplicada a los postes y dinteles de las puertas, «del lado de afuera». Si hacían esto, Dios protegería sus casas contra la plaga de los primogénitos; nadie moriría esa noche, y esa familia merecería salir desde la esclavitud de Egipto hacia la libertad.

Mitología egipcia

Para comprender maduramente Pésaj, es necesario adentrarse un poco en la mitología egipcia. Los egipcios tenían un panteón de dioses: el río Nilo (Hapi), el sol (Ra), el polvo de la tierra (Geb), y muchos dioses representados por animales, como Heket, una rana con cuerpo humano que representaba la fertilidad. Cuando Dios trajo las diez plagas a Egipto, cada una de ellas fue dirigida específicamente a uno de estos dioses egipcios. Dios primero afectó al dios Nilo y «lo hizo sangrar», la principal fuente de vida se tranformó en una fuente de muertre . Luego Dios trajó a las ranas, haciéndolas reproducir en tal cantidad que invadieron y devastaron Egipto. Después, Moshe tomó un poco de la tierra sagrada de Egipto y la convirtió en piojos, lo que demostró que Geb se había vuelto contra Egipto. Así, uno por uno, los dioses egipcios eran vencidos o transformados en plagas incontrolables. La novena plaga, la oscuridad, mostró que el dios Ra era impotente ante el Dios de Israel. Finalmente, Dios trajo la muerte de los primogénitos, que eran los sacerdotes que en cada familia estaban dedicados al culto de sus dioses.

Carneros Sagrados

Volvamos a Pésaj. Los egipcios tenían un animal al cual adoraban sobre todos los demás: el carnero, el macho de la oveja, famoso por su virilidad (puede reproducirse solo con hasta 50 ovejas) . En todas las culturas paganas, el carnero representaba la masculinidad, la reproducción sexual y la creación de la vida. Para los egipcios, Amón, el dios carnero, había creado a los primeros seres humanos. Según Wikipedia, «El espíritu viviente de Ra en forma de carnero es un símbolo de su virilidad y vigor sexual como creador» .

¿Qué hizo Dios para neutralizar y demostrar la falsedad de este dios tan importante para los egipcios? Le pidió a los judíos que tomaran un cordero, es decir, un carnero joven, lo sacrificaran y expusieran su sangre en las puertas a la vista de todo Egipto. En otras palabras, los judíos debían llevar a cabo «la plaga número 11»: sacrificar con sus propias manos al gran dios egipcio Amón.

El golpe (maká) psicológico

Para los egipcios esta debe haber sido una plaga psicológicamente devastadora, ya que “sus esclavos” estaban tomando y sacrificando uno de los símbolos culturales más importanrews de su sociedad y su culto.

Para los esclavos judíos la orden de tomar y sacrifciar un cordero fue la prueba final: ahora tenían que demostrar que lo que habían presenciado durante las diez plagas —que HaShem es el verdadero Dios y los dioses egipcios son pura imaginación– había surgido efecto y estaban preparados para desconectarse de la religion pagana de Egipto y conectarse al Dios de Abraham, Isaac, y Jacob, el verdadero Creador del mundo y de la vida.

Si los judíos se animaban a tomar y sacrificar el cordero ¡se habían liberados mentalmente de Egipto! Y viceversa.

La noche del Seder recordamos el sacrificio de Pésaj, ese increíble evento que tuvimos la valentía de hacer para merecer nuestra libertad.




Halel en Jerusalem ¡Lo más emocionante de Pésaj!

La fiesta de Pésaj se vivía con mucha intensidad en los tiempos del Bet haMiqdash (Gran templo de Jerusalem, destruido en el año 68 de la era común). Cientos de miles de Yehudim llegaban a Yerushalayim desde todos los confines de Israel y se disponían a sacrificar el qorbán pésaj (=una ovejita o cabra) el 14 de Nisán.
Los que venían de afuera de Yerushalayim se hospedaban en casa de familiares o conocidos, o muchas veces, donde hubiera lugar. Las casas en Yerushalayim estaban abiertas para todos los que quisieran hospedarse. Y sólo cuando en una casa no había más lugar disponible, se anunciaba colgando un paño rojo arriba de la puerta. En nuestros días recordamos este gesto de hospitalidad cuando decimos al principio de la Hagadá: “que todo el que quiera participar del Seder de Pésaj, venga y participe”.
En las casas, la gente se juntaba en grupos de familias, amigos e invitados llamados “jaburot” o en singular “jaburá”. Cada jaburá, que podía consistir de 50, 60 y hasta 100 personas, compartía un mismo qorbán.
La ovejita era llevada por la tarde del 14 de Nisán al Bet haMiqdash por uno o dos representantes de cada jaburá, y allí era sacrificada, mientras se recitaba el Halel.
Hay una hermosa costumbre, que pocos practican hoy en día, y que se practicó durante siglos en recuerdo a este Halel de víspera de Pésaj. ¿Saben cuándo solía la gente hornear las Matsot que se utilizaban en el Seder de Pésaj? ¡El 14 de Nisán! es decir, después del mediodía de la víspera de Pésaj. Exactamente cuando se acostumbraba a sacrificar el qorbán Pésaj. Este es el tiempo ideal para preparar las Matsot (mitsvá min hamubjar, la misma hora en la cual se preparan normalmente las jalot un día viernes). Y mientras se preparaban las Matsot en la víspera de Pésaj, ¡toda la familia cantaba el Halel!
Regresemos a Yerushalayim. Luego de ser sacrificado, el animal era asado en una sola pieza y llevado a la casa. Por la noche, siendo ya el 15 de Nisán, se realizaba el Seder de Pésaj más o menos como lo hacemos hoy. Se leía la Hagadá, se hacían las preguntas de Ma Nishtaná, se servía mucha comida, incluyendo otros qorbanot como jaguigá, y todo acompañado, por supuesto, de Matsá, Maror y Jaroset. La gente se sentaba sobre sofas o almohadones y comían reclinados, como los nobles. Bebían cuatro copas de vino templado, brindando por nuestra salvación, redención, libertad, y asignación como pueblo elegido. Al final de la cena, antes de la medianoche, se repartía el qorbán pésaj como afiqomán (última comida, o sobremesa) entre todos los miembros de la jaburá. Cada uno tenía que comer de ese qorbán por lo menos un pedacito del tamaño de una aceituna (kazait).
Hoy en día acostumbramos a poner en la bandeja de Pésaj, la que’ará, un hueso con carne (o entre los Ashkenazim, una pata de pollo) para recordar el qorbán Pésaj. Y también, al final del Seder comemos una porción adicional de Matsá, afiqomán diciendo: “[Comemos esta matsá ]en recuerdo al qorbánPésaj, que se comía una vez que uno está satisfecho”.
Al terminar de comer el qorbán Pésaj, se recitaba el Birkat haMazón, la bendición de agradecimiento a HaShem por nuestra comida.
Hacia la medianoche, una vez terminada la cena de Pésaj, llegaba un momento muy especial. La gente subía a las terrazas de sus casas y desde allí, mirando hacia el Bet haMiqdash, que estaba iluminado por la luna llena, todo el pueblo cantaba el Halel, los Salmos de Tehilim, que se recitan en agradecimiento a HaShem por habernos liberado de Egipto. Creo que este era el momento más hermoso de la noche, cuando las voces de cientos de miles de Yehudim se juntaban para cantar el Halel, todos al mismo tiempo, con una misma melodía, y la ciudad se transformaba con ese extraordinario canto. La Guemará dice que las voces de ese multitudinario coro eran tan poderosas que las terrazas de la ciudad «temblaban».
Hay quienes explican que hoy en día, para recordar ese hermoso Halel que cantábamos todos juntos al terminar el Seder, decimos todos juntos el Halel en la Sinagoga, antes de comenzar el Seder.
Quiera HaShem que el próximo año cantemos el Halel, en Yerushalayim, juntos, con una sola voz y con la misma melodía, frente a nuestro Bet haMiqdash. AMEN
יהי רצון שנזכה לחגוג את חג הפסח בבנין בית תפארתינו במב”י, אמן



¿Qué conmemoramos en Shabbat haGadol?

Rabbán Gamliel dice que hay tres palabras que se deben exponer en el Seder para cumplir mínimamente con la obligación de enseñar a nuestros hijos la historia de nuestro Éxodo de Egipto: Pésaj, Matzá y Maror. Maror representa el sabor de la esclavitud. Matzá representa el sabor de la libertad obtenido a través de la intervención divina.¿Pero qué es Pésaj? ¿Qué significa Pésaj y qué nos enseña hoy?

Pésaj era un sacrificio animal, una ofrenda. Pero a diferencia de los sacrificios mencionados en la Parashá de nuestra semana, Tsav el sacrificio de Pésaj tenía un propósito único. Un cordero –una oveja joven–tenía que ser sacrificado por los esclavos judíos el 14 de Nisan. HaShem le dijo al pueblo judío marcaran las puerta de sus casas con su sangre, y así no serían afectadas por la peste que condenaba a los primogénitos a la muerte.

Pésaj representa entonces el sacrificio que el pueblo judío tuvo que hacer para merecer su libertad. Me explico: los cambios socioculturales generalmente tardan muchos años o décadas en ocurrir. En el caso del pueblo judío, todo sucedió en unos pocos díás y comenzó el día 10 de Nisán, que celebramos todos los años como Shabbat haGadol. Dios ordenó a los judíos que tomaran una oveja y la tuvieran con ellos hasta el día 14 de Nisán, en el cual iba a ser sacrificada. Recuerden que los egipcios adoraban a los animales porque creían que poseían poderes sobrehumanos dado por los dioses. Las ovejas, especialmente el macho adulto llamado «carnero», representaban la virilidad y el poder de la procreación. Los israelitas ahora enfrentaban un serio desafío: Dios, por un lado, les había ordenado tomar uno de los «dioses egipcios» para sacrificarlo. Al hacerlo, los israelitas demostrarían a Dios, pero principalmente a sí mismos, que se habían liberado de la cultura idólatra de los egipcios y de sus supersticiones. Fue muy difícil porque los judíos vivimos en la sociedad egipcia durante 210 años y obviamente, estábamos influenciados por todo tipo de supersticiones de la sociedad aboda zara (idolatría). Matar a un cordero, por lo tanto, presentaba una gran dificultad psicológica más allá del posible peligro físico, ya que para los egipcios esto sería más que una acto de rebeldía: prácticamente una declaración de guerra contra Egipto. Los egipcios se sentirían ofendidos, y podrían matar a los esclavos hebreos. Pero esto no sucedió. Providencialmente (y posiblemente por el efecto de las 9 plagas anteriores) los egipcios no pudieron reaccionar. Y luego de 4 días, en la víspera de Pésaj, el pueblo judío sacrificó el cordero, y en un extraordinario acto de valentía y coraje, se liberaron de la cultura de la idolatría y sus supersticiones. Esa noche, al hacer el sacrificio de Pésaj, los judíos abandonaron mentalmente Egipto y le demostraron a HaShem que estaban listos para seguirlo a Él.




¿Cómo beber 4 copas de vino y mantenerse sobrio?

שתה ארבעה כוסות אלו מיין שאינו מזוג יצא ידי ארבעה כוסות ולא יצא ידי חירות
EL TAMAÑO DE LAS COPAS
Cuando mencionamos la cantidad de vino que se bebe durante el Seder de Pésaj, “4 copas”, uno podría pensar que la intención es terminar el Seder embriagados… ¿Por qué? Pensemos por ejemplo que si uno bebió dos o tres copas llenas hasta el tope de vino, dependiendo del nivel de alcohol del vino, no debería conducir un vehículo.   Hoy en día una copa de vino promedio contiene 200cc- 300cc. Por lo tanto, 4 copas de vino significaría que cada uno de los participantes del Seder estaría bebiendo como un litro de vino, en cada una de las dos noches del Seder…
En el Pésaj debemos estar felices y agradecidos a HaShem por nuestra libertad. Pero ¿acaso hay que embriagarse en el Seder para sentirse libre?
Para aclarar este importante punto debemos hacer un poco de historia y remontarnos a 2000 años atrás, cuando las directivas del Seder fueron formuladas por nuestros Sabios.
Las copas de vino en la antigüedad eran mucho más chicas que las copas de vino en nuestros días. En el cuadro que se ve arriba podemos apreciar el cambio dramático en el tamaño de las copas de vino, desde el siglo 17 hasta nuestros días. Coincidiendo con lo que se aprecia en este cuadro, los Sabios del Talmud mencionaron que el tamaño de las copas de vino que acompañan las bendiciones del Seder (y a todas las demás bendiciones y ceremonias religiosas) era mínimamente rebi’it. Esto es, más o menos, 86cc (o 3 oz. , hay otras opiniones). Lo cual obviamente es muchísimo menos que el promedio de una copa en nuestros tiempos.
Pero eso no es todo…
VINO DILUIDO
Maimónides (MT, Hamets uMatsa 7:9) explica que el vino que se bebe en el Seder debe ser mazug, diluido con agua. Y para la gran sorpresa del lector moderno la cantidad de agua que los Sabios del Talmud y Maimónides aconsejan es: 3/4 agua, 1/4 vino (sic.).  Los Sabios explicaron que para que el vino represente un gesto de libertad y nobleza, debe ser tomado de una manera placentera, saludable y moderada ( שתיה ערבה).  Maimónides aclara que si en el Seder uno bebe 4 copas de vino “puro”, es decir: sin agua, si bien cumplió con la obligación de las 4 copas, falló en cumplir con la obligación de jerut, es decir, de actuar como personas libres y nobles, que beben para celebrar pero no para embriagarse. Técnicamente, como también lo aclara Maimónides, el total de las 4 copas de vino debe contener un mínimo de … rebi’it, o 86 cc de vino puro, y el resto debe ser agua. Esto puede parecer  muy diferente a las costumbres modernas, ya que para nosotros el vino diluido se considera algo de menor calidad. En la antigüedad, sin embargo, el vino puro (יין חי), era casi un concentrado de vino, y se consideraba imbebible, o una bebida que no correspondía a personas nobles y educadas.
EL VINO CAMBIÓ…. 
Un lector que escuchó una clase que presenté esta semana sobre este tema, me refirió a un artículo de Wikipedia (“krater”, en inglés) que afirma que en los famosos simposios  griegos solían beber el vino diluido con 3 partes de agua. Exactamente igual que lo que dicen los Jajamim del Talmud. Cito:  ”El consumo de vino ákratos (sin diluir) era considerado un grave error de juicio en la antigua Grecia, suficiente para caracterizar al bebedor como un borracho y alguien que carecía de moderación y principios. Los escritores griegos antiguos prescribieron que una proporción de mezcla de 1 parte de vino, 3 partes de agua era la óptima…
Este articulo también cita la razón por la cual el vino diluido no perdía su esencia y sabor a vino, aunque estuviera diluido con tanta agua. Continúo la cita: “…siendo que estas mezclas producirían una bebida no apetecible y acuosa si se aplicara a la mayoría de los vinos elaborados al estilo moderno, esta práctica de los antiguos ha llevado a la especulación de que los vinos antiguos podrían haber sido elaborados con un alto grado alcohólico y un alto contenido de azúcar , p.ej. usando uvas deshidratadas, y ese vino podía resistir mejor la dilución con agua… “.
Así también lo explicaron entre otro Rashí y Maimonides: el vino en los tiempos del Talmud era mucho mas fuerte que el de hoy.
EN NUESTROS DIAS
La práctica habitual hoy en día es por lo tanto un poco diferente. El tamaño mínimo que la tradición judía requiere de la copa no se modificó. Sigue siendo de aproximadamente 86cc. En cuanto a mezclar el vino con agua varios rabinos contemporáneos explican que hoy en día si bien agregamos agua al vino, no se podría añadir tanta agua (3/4) sin que el vino perdiese su sabor. El Rab Obadiá Yosef, por ejemplo, indicó que en nuestros días la mayoría de la copa debe ser llenada con vino, para que el gusto y la esencia del vino prevalezca. Esto varía obviamente, según el tipo y la calidad del vino que se utilice. Personalmente, he notado que si se mezcla vino de calidad media con un tercio de agua, esta proporción satisface los dos requisitos esenciales: 1. templar el vino y 2. preservar el sabor del vino.