8. YONA 1:11-15. El día después de la tormenta

 ויאמר אליהם שאוני והטילני אל הים וישתק הים מעליכם כי יודע אני כי בשלי הסער הגדול הזה עליכם
VERSICULOS 11-15
“[Como la tormenta seguía empeorando los marineros] le preguntaron [a Yoná]: —¿Qué debemos hacer contigo para detener esta tempestad? Échenme al mar —contestó Yoná— y volverá la calma. Yo sé que soy el único culpable de esta terrible tormenta que los acecha. Los marineros remaron con fuerza para intentar llevar el barco a tierra firme, pero la tormenta era tan violenta que no lo lograron. Entonces clamaron al HaShem, Dios de Yoná: «Oh HaShem —le rogaron—, no nos dejes morir por el pecado de este hombre, y no nos hagas responsables de su muerte. HaShem, Tu has enviado esta tormenta sobre él y solo tú sabes por qué». Entonces los marineros tomaron a Yoná y lo lanzaron al mar embravecido, ¡y la tormenta [por fin] se detuvo!
LA TORMENTA COMO ENSEÑANZA
Todos los días cuando recitamos el Shema Israel (vehayá im shamoa’…), mencionamos que la lluvia es una bendición de HaShem y que su ausencia, la sequía, es un sinónimo de muerte. Pero hay un interesante estado intermedio en el que la lluvia misma puede no ser una bendición. Y eso sucede irónicamente cuando la lluvia es excesiva, y es acompañada por poderosos vientos. Cuando el agua que llega como una recompensa del cielo se trasforma, por exceso, en una peligrosa tormenta que causa inundaciones y siembra destrucción.  Como la lluvia y la sequía, en la historia de Yoná la tormenta es un medio de intervención Divina, que como vemos en los versículos mencionados más arriba, logra su objetivo pedagógico: enseñarle a Yoná. Transformarlo.
EL ANTES Y EL DESPUES DE YONA
Antes de la tormenta Yoná pensó que podia escaparse de Dios. Que donde no se escucha Su palabra—fuera de Erets Israel-, no se manifiesta su Presencia. Ahora Yoná descubre que Dios es Omnipresente.
Antes, Yoná desoyó el llamado directo de HaShem, ignoró a Dios. Ahora, Yoná es capaz de descifrar Su llamado desde la tempestad.
Antes, Yoná desobedeció a Dios. Ahora está listo para “tirarse al mar” y encomendarse a la misión que Él le asigne.
Y lo que parece más significativo:
Antes de la tormenta, a Yoná no le parece importante salvar la vida de los miles de habitantes paganos de Ninivé. El nuevo Yoná, sin embargo, está dispuesto a sacrificar su propia vida para salvar a un puñado de marineros.
Así, leyendo el texto con mucho cuidado descubrimos que el Yoná que encontramos después de la tormenta no es el mismo Yoná que conocimos antes de la tormenta.
TORMENTAS Y TORMENTOS
Hay varios tipo de tormentas. Hay tormentas climáticas y tormentas de problemas. El rey David en Tehilim (127) utilizó la metáfora de la tormenta y la inundación para describir los problemas cuya solución están más allá de nuestro control.  Las tormentas a veces son causadas por nosotros mismos: nuestros malos hábitos, nuestras malas decisiones o por habernos asociado con quien no debíamos, como le ocurrió a Shimshón con los Filisteos. En algunas ocasiones nuestros tormentos son causados por otras personas, como Yosef que fue vendido como esclavo por sus propios hermanos. Lo que desató una tormenta indescriptible de daños colaterales y dolor no solo a Yosef sino también a su padre y a toda su familia. Y las tormentas, finalmente, pueden ser isurim, sufrimientos providenciales, más allá de la responsabilidad humana.
¿QUE APRENDEMOS DE YONA Y LA TORMENTA?
Primero, que las tormentas y las dificultades que pasamos en nuestras vidas nos enseñan y nos definen. Y a veces nos muestran quién es quién. Un amigo médico aprendió esta lección a partir de una una tormenta real, climática, “Sandy” en Octubre de 2012. La tormenta destruyó su consultorio, y pasarían meses para habilitarlo. En ese momento un doctor de la misma especialidad “aprovechó” la oportunidad para promocionar su práctica y tratar de quitarle a sus pacientes. Por otro lado, otro colega le ofreció acomodarlo en su propio consultorio para que atendiera a sus pacientes hasta que volviera a tener su propia oficina.
Segundo, que las tormentas que vivimos son también oportunidades de cambio. Nos transforman y a veces nos ayudan a reencontrar el llamado divino de Yoná: nuestra posibilidad de ayudar a los demás. Un amigo sufrió una de esas tormentas, cancer de colón, y después de un doloroso periodo de truenos, relámpagos y rayos, la tormenta terminó. Y él BH sobrevivió. Ahora es una persona diferente. Y entre otras cosas se dedica a ayudar a los que pasan por ese tipo de tormentas. Para quien está ahogado en una interminable lluvia de problemas medicos, no hay mejor que ser tomado de la mano por alguien que todavía lleva la ropa mojada.
Y finalmente, aprendemos de la historia de Yoná que hasta las tormentas más destructivas eventualmente se detienen.
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Continuará



7. YONA 1:10: Escapar de mi destino, como Yoná

י וַיִּֽירְא֤וּ הָֽאֲנָשִׁים֙ יִרְאָ֣ה גְדוֹלָ֔ה וַיֹּאמְר֥וּ אֵלָ֖יו מַה־זֹּ֣את עָשִׂ֑יתָ כִּֽי־יָדְע֣וּ הָאֲנָשִׁ֗ים כִּֽי־מִלִּפְנֵ֤י יְדוָד֙ ה֣וּא בֹרֵ֔חַ כִּ֥י הִגִּ֖יד לָהֶֽם׃
La tormenta amenaza hundir el barco y acabar con la vida de la tripulación. Los marineros, en estado de pánico, entienden que no se trata de un evento climático anormal sino Divino. La intervención celestial también ha delatado a Yoná como único responsable de lo que está sucediendo. Los marineros quieren saber más y le preguntan a Yoná:”¿Qué has hecho?”. Yoná confiesa su crimen: escapar del llamado Divino. Yoná también se da cuenta que, aunque ya no con palabras, sino a través de una tormenta, HaShem lo va seguir buscando (o acorralando) para que lleve a cabo su urgente misión: salvar la vida de los habitantes de Ninevé.
¿QUÉ SIGNIFICA ESCAPAR DE DIOS?
Escapar de Dios significa escapar de lo que Él espera de mí. Veamos. Por lo general, y especialmente en nuestros privilegiados tiempos, HaShem nos concede una generosa lluvia de bendiciones, abundancia material, salud y talentos. Muchas veces no somos capaces de reconocer la “intervención Divina” en todo lo que tenemos. HaShem, puede entonces usar otros recursos. Un amigo envió a su hijo a estudiar a una universidad en el exterior. El padre le depositaba dinero todos los meses para que no le faltara nada. Pero el hijo “no acusaba recibo”; no tenia una palabra de apreciación o gratitud hacia su padre. Luego de un tiempo el padre dejó de mandarle dinero. Y entonces el hijo lo llamó: “Papá, ¿cómo estás? Hace mucho que no hablamos. Quería agradecerte por toda tu ayuda. No tengo palabras … Oh, ¡casi me olvidaba! ¿Es posible que este mes te hayas olvidado de depositar dinero en mi cuenta?”.
Los Sabios sugirieron que, al igual que este padre, HaShem, puede retener Su bendición. Ya que es posible que como Yoná, lo único que nos despierta es una “tormenta”.
¿COMO ENFRENTAR UNA TORMENTA?
¿Qué hago cuando la generosa lluvia Divina se transforma en un chaparrón? Rabá dijo: אם רואה אדם שיסורין באין עליו יפשפש במעשיו .  “Cuando uno percibe que está sufriendo, debe examinar su conducta”. Cuando ח“ו uno sufre una enfermedad, penurias económicas, u otro tipo de crisis—mas allá de abocarse a buscar la solución práctica al problema y rezar por la asistencia Divina, uno tiene que examinar su acciones y sus metas. Y tal como en el caso de Yoná, tengo que reenfocarme en lo que Dios espera de mí.
DESCUBRIENDO MI MISION EN LA VIDA
¿Cómo aplicamos la experiencia de Yoná a nuestras vidas?
Los Yehudim tenemos 2 metas. En primer lugar, tengo una misión colectiva que es observar el Pacto que tenemos con HaShem, aprender y respetar Su Torá. Pero más allá de esta obligación también tengo una misión personal. Esa meta individual no es tan obvia como la primera. Tengo que descubrirla buscando mis talentos especiales y las virtudes, innatas o adquiridas, que poseo y me destacan de los demás. Y cuando descubro mis talentos, descubro mi misión. Imaginemos que poseo una gran inteligencia, y la utilizo para brillar en video-juegos y en juegos de cartas. ¿No estaría así desperdiciando el talento que Dios me concedió? ¿No estaría, como Yoná, escapando de la responsabilidad que implica poseer una alta inteligencia? ¿No espera Dios de mí que yo use mi IQ para estudiar Torá, enseñarla, aconsejar a los demás o encontrar la cura al cancer? Lo mismo sucede con un individuo a quien HaShem bendijo con dinero o con una profunda empatía o con elocuencia. Todos estos recursos y talentos deben ser encauzados para lograr aquello que Dios quiere de mí.
Ignorar mis talentos es ignorar mi potencial y escapa,r como Yoná, de lo que HaShem espera de mí.
Continuará



4. YONA 1:4-5: Yoná toca fondo

 וה‘ הֵטִ֤יל רֽוּחַ־גְּדוֹלָה֙ אֶל־הַיָּ֔ם וַיְהִ֥י סַֽעַר־גָּד֖וֹל בַּיָּ֑ם וְהָ֣אֳנִיָּ֔ה חִשְּׁבָ֖ה לְהִשָּׁבֵֽר׃
Versículo 4: Y Dios envió un poderoso viento al mar, y se transformó en una gran tormenta, y la embarcación estaba por colapsar.
Previamente, explicamos que Yoná trató de escapar del llamado Divino (profecía), huyendo de la tierra de Israel, el único lugar donde Dios se comunica con Sus profetas. Yoná se hace a la mar, pero Dios, aunque ya no se revela a Yoná con palabras, no deja que Yoná escape de su misión. Los Sabios notaron que uno de los instrumentos más comunes con los cuales Dios intervine en la naturaleza es el viento. El viento sirvió como instrumento de Dios en la Creación, en las plagas, y en la apertura del mar Suf. Como dijo el Rey David: “El poderoso viento, que obedece la palabra e Dios”. Y así lo reconocemos en la Amidá cuando alabamos a HaShem que hace soplar el viento para producir la lluvia. En nuestro caso, HaShem envía Su viento, que se produce una tormenta que azota al barco en el que está Yoná. La pregunta es: ¿Cómo reacciona Yoná ante la insistencia, la urgencia, del llamado Divino? ¿Retomará su misión? ¿Intentará Yoná alguna otra forma de escapar?
וַיִּֽירְא֣וּ הַמַּלָּחִ֗ים וַֽיִּזְעֲקוּ֮ אִ֣ישׁ אֶל־אֱלֹהָיו֒ וַיָּטִ֨לוּ אֶת־הַכֵּלִ֜ים אֲשֶׁ֤ר בָּֽאֳנִיָּה֙ אֶל־הַיָּ֔ם לְהָקֵ֖ל מֵֽעֲלֵיהֶ֑ם וְיוֹנָ֗ה יָרַד֙ אֶל־יַרְכְּתֵ֣י הַסְּפִינָ֔ה וַיִּשְׁכַּ֖ב וַיֵּרָדַֽם׃
Versículo 5: Los marineros temieron [por sus vidas]. Cada uno le rogaba a sus dioses y arrojaban la carga al mar para aliviar el peso del barco. Yoná, sin embargo, descendió al fondo de la nave, se acostó y se sumió en un profundo sueño.
Los marineros reconocen inmediatamente la intervención Divina. Y actúan perfectamente bien: rezan y hacen lo humanamente posible para salvar el barco, arrojando el valioso cargamento al mar. Algo que se hacía solo cuando ya no quedaba otra opción. El mayor peligro para el barco en una tormenta es que se hundiera por el peso del agua de lluvia y especialmente el agua de mar que llega de las feroces olas.
¿Y que hizo Yoná mientras todos rezaban?
Increíblemente, mientras cundía el pánico, Yoná descendió al fondo del barco, ahora vacío de mercancía, se acostó ¡y se quedó profundamente dormido!
La reacción de Yoná ¡da para escribir todo un libro de psicología! Digamos brevemente que Yoná no reacciona con indiferencia hacia la tormenta. Sabe que Dios lo está «llamando» y buscando. La acción de Yoná es deliberada: intenta una vez más, y ahora de una forma desesperada, escapar de la misión Divina. ¿Y cómo lo hace? Los Sabios observaron que el texto bíblico usa tres veces seguidas la palabra vayered, que significa “y descendió”. Este descenso no es sólo físico: es un descenso mental. No es un descenso que lleva un pensamiento más profundo. Es un descenso que lleva a “dejar de pensar”. Un perfecto escape mental.
De una manera brillante, y bellísima por el juego de palabras en hebreo, el texto Bíblico lo describe así:  וירד וירד וירד וירדם “Y Yoná descendió, …y descendió …y descendió… [hasta que] se quedó profundamente dormido”. Esta ultima palabra hebrea vayradem  describe un estado profundo de sueño (en psicología “ondas cerebrales delta”. En hebreo moderno se usa la palabra “hardamá” para decir anestesia) en el cual “perdemos” la conciencia. A diferencia de la palabra hebrea “vayshán” que es un estado de sueño más superficial. Para Yoná, en medio del mar, la única manera de alejarse de Dios es dejar de pensar en Él y en Su llamado. Desactivar la mente, entregándose al sueño. Creo que todos tenemos algo de Yoná. A veces por innumerables motivos, nos escapamos de la misión divina. Huimos de la búsqueda del sentido de nuestra vida, como dice Viktor Frankl. Ponerse a dormir es la forma más inocente de escapar de la realidad, de la responsabilidad, y de Dios. Hay formas más profundas, o más modernas, de escapar de la pregunta existencial: emborracharse, drogarse, o entregarse a un sinnúmero de entretenimientos y distracciones modernas para mantener nuestra mente en blanco y escapar así la pregunta más importante. Hacemos muchos esfuerzos inconscientes para ignorar el llamado de Dios (Su Torá). Cuando hacemos esto repetimos en cierta manera esta conducta de Yoná.
 Al llegar al fondo del barco, Yoná también arriba al final de su escape. Al parecer, más bajo ya no se puede llegar… ¿o sí?
Continuará
Rab Yosef Bitton
Manhattan Beach, NY
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9. Educando a Yoná

Hoy terminaremos el primero de los cuatro capítulos del libro de Yona
EL TORA Y EL MAR
Uno de los elementos más fascinantes de los textos bíblicos es que sus historias contienen mucho más de lo que dice la narración. De una forma que solo la Torá puede hacerlo, la trama de la historia también esconde una cantidad de sub-historias, ideas morales y conceptos filosóficos que se entrelazan con la narrativa, y que el lector distraído no puede percibir. Cuando leemos un texto bíblico pensando que el mensaje se limita a la historia en cuestión, estamos mirando la superficie del mar, ignorando su profundidad oceánica. El libro de Yona no es una excepción.
Aparentemente, el primer capítulo cuenta la simple historia de un hombre que escapa de Israel por mar. Pero entre las líneas encontramos varias subhistorias que contienen conceptos morales y dilemas de no fácil solución. Por ejemplo: ¿Puede un hombre ignorar el llamado Divino? ¿Cuál es la extensión y cuáles son los límites del libre albedrío? ¿Cuál es la relación entre escapar de Dios y la negación psicológica de Yona? ¿Qué recursos usa Dios para redirigirnos cuando perdemos el rumbo? ¿Podemos interpretar los fenómenos naturales, las tormentas o las desgracias, como vehículos de intervención divina? Y si es así, ¿cuáles son las reglas del juego de estas interpretaciones? Y mucho, mucho más.
Hoy me gustaría explorar lo que podría ser el subtema más relevante y extenso de este capítulo. El comportamiento de los protagonistas no judíos en la historia de Yoná.
¿QUIEN MERECE SER SALVADO?
Recordemos que la misión que Dios le asigna a Yoná es salvar a Nínive, una ciudad no judía. Yoná escapa de esta misión, pero el texto no aclara por qué. Ya mencionamos tres posibles escenarios. La explicación clásica, que siguen la mayoría de los rabinos (ver Radaq), es que Yoná considera que si los habitantes de Ninevé se arrepienten, la reputación del pueblo judío, que desafortunadamente no escuchó las advertencias de sus profetas (No hay profeta en su propia tierra?), va a ser muy afectada. Lo que sucede en el barco parece estar destinado a modificar las ideas de Yona. Haciéndolo ver que, a pesar del precio que Israel debe pagar, aún así HaShem quiere darle a la gente de Nínive la oportunidad de ser salvados. A medida que la historia se va desarrollando, Yoná descubre que los marineros no son malas personas. por el contrario; cuando los marineros se convencen que Yoná es el culpable de la tormenta y que la única forma de salvar sus vidas es deshacerse de Yona, no se apresuran a arrojarlo al mar. Intentan regresar a tierra firme y mantener a Yoná sano y salvo para reanudar su misión. El rabino Isaac Abarbanel explica que Yona ahora descubre la gran compasión de estos marineros gentiles. ¡Estaban dispuestos a arriesgar sus vidas para salvar la vida de un judío! Sería imposible suponer que este gesto de los marineros no hizo que Yona reevaluara el objetivo de su misión de una manera más positiva …
APRENDER TESHUBA, DE QUIENQUIERA SE ARREPIENTE
Cuando la tormenta no se detiene, los marineros no judíos rezan a HaShem, reconociendo al Dios de Israel. Antes de arrojar a Yoná al mar, los marineros le piden a HaShem que no los considere culpables de la muerte de un inocente. Del mismo modo, en el último versículo del primer capítulo, cuando la tormenta se detiene, los marineros ofrecen sacrificios a HaShem y le dedican sus votos y promesas. Algunos comentaristas explicaron, basados ​​en todas estas invocaciones a HaShem–el Dios de Israel, en oposición a Eloqim, Dios en general–que los marineros se convirtieron al judaísmo. Y aunque esto podría ser cuestionado por lo que leeremos al final del segundo capítulo, Yoná tiene que haber notado que los gentiles pueden reconocer a HaShem, arrepentirse y evitar una tragedia.
Quizás Yona ahora vea que, si no fue capaz de aprender de nuestra propia experiencia, el pueblo judío podría necesitar aprender la lección más importante sobre el arrepentimiento de una historia que involucra a no judíos. Y en realidad, ¡es lo que termina pasando! La historia de Yoná –una profecía divina dirigida a los gentiles y la reacción a esta profecía– contiene lo que los rabinos consideraron como la lección más importante para nuestro propio arrepentimiento en Yom Kipur. הזקן שבהן אביןא מפנינןי, לא נאמר באנשי נינוה, וירא האלקים את שע ואת תביתם, אלא וירא האלקים את מעשיהם יי שבו מדרכם הרעה. «Dios no le prestó tanta atención a las oraciones y los ayunos de la gente de Nínive. ¡Dios prestó atención a sus acciones! Vio que cambiaron su mal comportamiento y que mejoraron sus caminos morales. Y los perdonó».
Después de lo que experimentó a bordo del barco, Yoná ahora está listo para escuchar la llamada Divina y encaminarse a salvar a Nínive.
Y así concluye el primer capítulo.



5. YONA 1: 6-7: Yoná y los dados cargados

וַיִּקְרַ֤ב אֵלָיו֙ רַ֣ב הַחֹבֵ֔ל וַיֹּ֥אמֶר ל֖וֹ מַה־לְּךָ֣ נִרְדָּ֑ם ק֚וּם קְרָ֣א אֶל־אֱלֹהֶ֔יךָ אוּלַ֞י יִתְעַשֵּׁ֧ת הָאֱלֹהִ֛ים לָ֖נוּ וְלֹ֥א נֹאבֵֽד׃

El barco de Yoná está atrapado en una terrible tormenta  y a punto de colapsar.  Toda la tripulación está tratando de sacar el agua y rezando. Excepto Yoná, que descendió a la bodega del barco y se quedó profundamente dormido. El capitán del barco descubre a Yoná y lo increpa: 

VERSO 6: “¿Qué haces durmiendo?” —le dice— “Levántate y clama a tu Dios. Quizás  Dios nos preste atención y escapemos an la muerte.”

Yoná está sumido profundamente en su negación. Pero no lo sabe. Muchas veces necesitamos que alguien desde afuera nos “rescate”. La Guemará describe este tipo de situaciones con las siguientes palabras:  אין חבוש מתיר עצמו מבית האסורים    “Un individuo no puede liberarse de la prisión por sus propios medios”.  Los Sabios usan esta expresión de forma metafórica. Así dijo Ribbí Yojanán cuando explicó por qué pidió la ayuda, física y emocional, de Ribbí Janiná Bar Jamá para recuperarse del grave deterioro de su salud. Para entender la belleza y la precision de esta expresión recordemos que en la antigüedad las prisiones no eran como las cárceles modernas. En el caso de Yosef, por ejemplo, vemos que las prisiones eran “pozos” (בית הבור) y sólo se puede salir de un pozo con la ayuda de alguien que está afuera del pozo.  Imaginemos una persona que sufre, por ejemplo, de alguna adicción emocional o narcótica. Es como que cae en un pozo (o en inglés: to hit rock bottom = tocar fondo) del cual uno no puede salir por su propia cuenta. Necesita que otra persona lo jale desde afuera para liberarlo de su prisión (adicción, depresión, escapismo, etc.).  

Volviendo a Yoná el capitán del barco despierta a Yoná literal y psicológicamente. Lo despierta de su sueño y lo concientiza del peligro que corre él y toda la tripulación.  Y también, es irónicamente el capitán de un barco —un hombre no judío y con una profesión no muy intelectual—  el que “despierta” y alienta al profeta de Israel a rezar Dios (¿es posible que ahora Yoná empiece a cambiar su opinión respecto a los gentiles  de Nínive, cuyas vidas fue llamado a salvar?). 

¿Y qué hace Yoná una vez que se despierta? 

 וַיֹּאמְר֞וּ אִ֣ישׁ אֶל־רֵעֵ֗הוּ לְכוּ֙ וְנַפִּ֣ילָה גֽוֹרָל֔וֹת וְנֵ֣דְעָ֔ה בְּשֶׁלְּמִ֛י הָרָעָ֥ה הַזֹּ֖את לָ֑נוּ וַיַּפִּ֙לוּ֙ גּֽוֹרָל֔וֹת וַיִּפֹּ֥ל הַגּוֹרָ֖ל עַל־יוֹנָֽה׃

VERSO 7: “Y cada uno dijo a su compañero: Venid, echemos suertes para saber por causa de quién nos ha venido esta calamidad. Y echaron suertes, y cayó la suerte sobre Yoná”

A Yoná todavía no lo escuchamos. Por lo que vemos en este versículo y en el siguiente entendemos que Yoná ya no está en la bodega del barco sino arriba en la superficie con los demás tripulantes. Pero misteriosamente (o no), el texto permanece en silencio respecto a la reacción de Yoná. ¿Quiere decir esto que Yoná no estaba rezando? ¿Que seguía  escapando del llamado Divino, y ahora también ignorando Sus llamados de atención (la tormenta)?  

Los marineros de alguna manera entienden que la tormenta no es fortuita, y deciden echar la suerte (goral) para asignar al responsable de la tragedia.  Este tipo de práctica, la adivinación por intermedio de oráculos, era muy común entre los pueblos paganos. La Torá, sin embargo, lo prohibe. Lo voy a explicar.  Pensemos en tirar una moneda. 1. Cuando la intención es revelar la voluntad  Divina por intermedio de la moneda, la Torá lo considera como una forma de Abodá Zará llamado en hebreo nijush, adivinación.   Pensar, por ejemplo, que si Dios es Todopoderoso y Omnipresente, el azar no existe. Y si el azar no existe es Él quien decide de qué cara caerá la moneda. Y si Dios interviene en la forma que cae la moneda, lo puedo hacer revelar Su voluntad. “Si sale cara quiere decir que Dios quiere que yo haga X,  y si sale seca, quiere decir que Dios quiere Y”. Este es un razonamiento esencialmente idolatra (לנסות את ה): el mecanismo a través del cual los pueblos paganos “forzaban a los dioses a expresar su voluntad”. (Para más ver Maimónides , Abodá Zará, capitulo 11)

2. Ahora bien, el azar está permitido como una forma de resolver, y especialmente evitar, conflictos. Por ejemplo, cuando tirar la moneda es convenido por las dos partes como una forma objetiva de asignar algo, como cuando tiran la moneda en un partido de futbol para decidir quien comienza. Aquí las partes están de acuerdo en dejarlo librado a las probabilidades estadísticas, y no existe la intención de forzar la revelación de la voluntad Divina. Este tipo de resolución tiene una larguísima historia en la tradición judía (división de tierras, asignación de las funciones de los Cohanim, etc.) .   Y el Rey Salomón la mencionó positivamente en Mishlé 18:18 “מִדְיָנִים יַשְׁבִּית הַגּוֹרָל, וּבֵין עֲצוּמִים יַפְרִיד”. Con mis propias palabras “El goral, [=tirar una moneda, p.e.] resuelve conflictos y separa [pacíficamente] a los contendientes”. 

Pero lo más interesante es que en el caso de Yoná,  HaShem, «rompe las reglas del juego»  y «carga» los dados de los marineros para asignar la responsabilidad a Yoná….

Continuará….  

     




3. YONA 1:3: ¿Por qué se escapa Yoná?

וַיֵּ֨רֶד יָפ֜וֹ וַיִּמְצָ֥א אָנִיָּ֣ה ׀ בָּאָ֣ה תַרְשִׁ֗ישׁ וַיִּתֵּ֨ן שְׂכָרָ֜הּ וַיֵּ֤רֶד בָּהּ֙ לָב֤וֹא עִמָּהֶם֙ תַּרְשִׁ֔ישָׁה מִלִּפְנֵ֖י ה‘

Y Yoná descendió [al puerto de] Yafó; y encontró [allí] un barco que iba a Tarshish. Pagó por el barco y descendió a él para ir con ellos a Tarshish, y alejarse de la presencia de HaShem.
Explicamos anteriormente que Yoná rechazó la misión Divina de anunciar la destrucción de Ninevé, y planeó escaparse a Tarshish, una ciudad portuaria en la península ibérica, probablemente el destino más lejano que pudo encontrar. Hoy vamos a continuar con la descripción del escape de Yoná. Y también comenzaremos a analizar por qué Yoná quiere huir de la misión que Dios le encomendó: salvar a Ninevé.
YONA EN TEL-AVIV
Yoná llegó hasta el puerto de Yafó (en hebreo moderno “Yafo”, perteneciente hoy al municipio de Tel-Aviv). Yafo fue por siglos el puerto más importante de Israel. Todo el comercio marítimo pasaba por Yafó. El Rey Shelomó, por ejemplo, trajo via Yafo la madera del Líbano que se usó para la construcción del Bet haMiqdash (Dibré Hayamim II, 2:15). En el moderno Yafo hay algunas cosas que nos recuerdan la historia de Yoná. Por ejemplo, una calle (ver ilustración arriba), que desciende hacia el puerto y se llama “Yoná haNabí”, “el profeta Yoná”.     Una vez en el puerto, el profeta Yoná encontró una embarcación que se dirigía a Tarshish, probablemente un barco fenicio, ya que ellos eran los grandes navegantes de la época. El texto nos indica que Yoná pagó por «la embarcación», en lugar de decir que pagó por su propio pasaje. Los Sabios observaron que en su prisa por escapar, Yoná desembolsó una exhorbitante suma de dinero y contrató a la embarcación de forma privada.
Este detalle nos invita a preguntarnos una vez más ¿por qué Yoná quiso escapar de su misión?
Dejemos en claro que, como es habitual, el texto bíblico NO revela la razón de la conducta de sus protagonistas. El texto deja ese tema para que lo exploremos por nuestra cuenta, y aprendamos las lecciones correspondientes.
Conozco (¡por ahora!) 4 posibles respuestas. Todas tiene algo en común. Yoná trató equivocadamente de escapar, y al final, Dios le enseñó una importante lección .  Las primeras 3 respuestas que yo conozco presentan –cada una– una posible razón por la cual Yoná escapó. Pero creo que para entender, por ejemplo, por qué el libro de Yoná se lee en Yom Kippur, es decir, por qué nuestros Sabios eligieron la historia de Yoná como el texto que nos debe inspirar al arrepentimiento en el Día del Perdón, necesitamos más.   La última respuesta, que tiene que ver con la dinámica entre el arrepentimiento y la impunidad, creo que resuelve plenamente este interrogante y algunos más. Pero esta respuesta, por la cual me inclino, tendrá que quedar en lista de espera, ya que primero tenemos que conocer un poco más y mejor el libro de Yoná e ir descubriendo de a poco la forma de pensar de este profeta.
Hoy veremos 3 posibles respuestas, basadas en los Sabios, que presentaré brevemente, y con mis propias palabras.
YONA TEMIA POR SU VIDA
Los profetas en general se sentían en un callejón sin salida.  Tenían que advertir al pueblo, generalmente al pueblo judío, que una tragedia se avecinaba. Pero si Dios decidía perdonar al pueblo, el profeta quedaría expuesto como un profeta falso. Los Jajamim explican que esto ya le había ocurrido a Yoná cuando profetizó en el reinado de Israel. Ahora, Yoná supone que algo similar ocurrirá en Nínive (Tanjuma Vayqrá 8), pero allí, en una ciudad donde él es extranjero, podría costarle la vida.  Según esta opinión, HaShem al final le enseña a Yoná que salvar la vida de los habitantes de Ninevé es más importante que su propia vida.
YONA NO QUERIA SALVAR A LOS ENEMIGOS DE ISRAEL
Don Ytsjaq Abarbanel (1437-1508) explica que Yoná no quería salvar a los Asirios, que al final terminaron arrasando la ciudad de Shomrón, matando a miles de judíos, destruyendo el reinado de Israel (año 722 aec) y exiliando a las 10 tribus.  Tratar de salvar Nínive, la capital de Asiria, sería como si un judío hoy ayudara a preservar el regimen extremista iraní, que ha declarado públicamente su intención de borrar del mapa al Estado de Israel.
YONA TEMIA POR LA REPUTACION DE SU PUEBLO
El Talmud de Jerusalem (Sanh. 11, 5) explica que Yoná sabía que los pueblos idolatras eran influenciables y fáciles de convencer (קרובי תשובה). Y que seguramente rectificarían sus malas acciones de inmediato. Esta facilidad para transformar la conducta de un día para otro puede ser el resultado de la naturaleza de la cultura pagana. Los pueblos idolatras estaban acostumbrados a seguir los dictados cambiantes de sus «magos» y «brujos», quienes usaban la intimidación y la ignorancia de la gente para manipular a las masas con facilidad. Un pueblo–o un individuo– vulnerable a la «superstición» está listo para hacer lo que sea necesario por miedo a un presagio.  Yoná estaba convencido que en Ninevé, su anuncio acerca de la destrucción de la ciudad sería procesado via-superstición y sería aceptado inmediatamente por sus habitantes, lo que al final ocurrió. Y Yoná pensó que el arrepentimiento de los habitantes de Ninevé sería un terrible precedente para los judíos del Reino de Israel. En ese entonces los Yehudim se encontraban en un estado espiritual muy bajo. Practicaban la idolatría, transgredían la Torá y no era fácil convencerlos. No eran supersticiosos y volubles como otros pueblos. Los Yehudim, para mal y para bien, somos un pueblo «de dura cerviz». Las advertencias de los profetas eran vistas más como «presagios» que como profecías, y por lo tanto eran ignoradas por los Yehudim. Los profetas no lograban ser escuchados… Los Sabios opinaron que ésta pudo haber sido la razón por la cual Yoná escapó a la misión Divina: para que el inminente arrepentimiento de Ninevé no dejará en evidencia el rechazo del pueblo judío a escuchar a sus profetas y a cambiar sus malos hábitos.
Continuará

 




6. YONA 1:8-9. ¿Soy judío o soy hebreo?

עברי אנוכי ואת ה‘ אלקי השמים אני ירא
Previamente explicamos que la ley judía rechaza la noción de la intervención divina en el azar, con fines de adivinación. Esta práctica, conocida técnicamente como “cleromancia” es considerada una forma de idolatría.  En la historia de Yoná, sin embargo, Dios “cambia las leyes del juego”, interviene en las suertes (una especie de “dados”) que tiran los marineros para encontrar al culpable, y señala a Yoná. El profeta ahora no tiene escapatoria. HaShem lo ha des-cubierto, porque la misión que Yoná tiene que llevar a cabo, salvar Ninevé, es urgente.
Versículo 8: Entonces le dijeron [los marineros a Yoná]:— Dinos por qué nos ha sobrevenido esta tragedia. ¿Cuál es tu ocupación? ¿De dónde vienes? ¿Cuál es tu país? ¿De qué pueblo eres?
Los marineros lo desbordan con preguntas. Y ahora, por primera vez en el libro, escuchamos directamente a Yoná.
Versículo 9: Yoná les respondió: Soy hebreo.Y temo a HaShem, Dios del cielo, que hizo el mar y la tierra firme.
SOY HEBREO, O ISRAELITA
Algunos comentaristas bíblicos explican que la respuesta de Yoná, “Soy hebreo”, contesta a todas las preguntas de la vez. Veamos.
Los judíos en esos tiempos, nos dedicábamos a trabajar la tierra (los grandes comerciantes internacionales ¡eran los Fenicios!) Un judío tenia fama de ser un agricultor que pasaba una gran parte de su día dedicado a servir a Dios (rezar, estudiar Torá, hacer obras de bien). Se podría releer este versículo así: “¿Quién eres? A qué te dedicas?»-le preguntaron a Yoná- «Soy hebreo, y mi ocupación principal es servir (=temer) a HaShem…”.
“Soy hebreo” también responde a las preguntas “de dónde vienes”,“cuál es tu tierra” y “ a que pueblo perteneces” . La respuesta a estas 3 preguntas es una sola palabra: “Israel” , que está implícita en “Soy hebreo”, ya que hasta 722 a.e.c. todos los judíos/hebreos del mundo vivíamos exclusivamente en Israel.
Ahora bien: ¿Por qué Yoná dice: “Soy hebreo” y no dice “Soy judío”?
En ese tiempo, siglo 8 de la era común, el pueblo judío estaba dividido en el Reinado de Israel (las 10 tribus) y el reinado de Yehudá (Judea), que incluía Jerusalem, el Bet haMiqdash, etc. Los habitantes de Yehudá eran conocidos como Yehudim, o judíos, como se ve en libro de Ester. Pero Yoná pertenencia al reinado de Israel. Algunos comentaristas explican que “Hebreo” era la palabra (el patronímico) que los no-judíos usaban para referirse a los judíos, en oposición a «israelita» bené Israel. La Torá menciona varias veces la palabra “hebreo” cuando los egipcios se refieren a algún miembro de los hijos de Israel (Yosef, Moshé, las parteras, etc.).  Es muy interesante también que en los documentos de Amarna, cartas del Faraón Amenhotep IV (1350-1330 antes de la era común, periodo en el cual los judíos éramos esclavos en Egipto), y que representan el documento no-bíblico más antiguo donde se menciona a los judíos, encontrado hasta el momento, los egipcios también se refieren a los judíos como “hebreos” (habiru o habriu).
BREVE HISTORIA DEL ANTISEMITISMO
Mirando un poco más adelante, uno de los primeros síntomas de la separación definitiva entre los primeros cristianos y el pueblo de Israel es cuando los primeros comienzan a referirse a los judíos “hebreos” (como “Epístola a los Hebreos), manifestando así su alienación final. Aunque luego la iglesia prefirió referirse a nosotros como “judíos”, por la asociación despreciativa entre el patronímico “judío” y “Judas”, el gran traidor. En algunos lugares de España—por ejemplo Melilla, el lugar de nacimiento de mi esposa—los judíos se llamaban a sí mismos “hebreos”. Pero creo que a diferencia de Yoná lo hacían para protegerse, y tratar de minimizar la connotación alérgica y demonizante que el término “judío” inspiraba (¿inspira?) en la mente de muchos hispano-parlantes que cargan con 15 siglos de antisemitismo sistematizado en sus subconscientes.  En este contexto vale la pena recordar que los diccionarios españoles definía la palabra “judío” como avaro y usurero, y “judiada” como “traición”. Hoy, la Real Academia Española trata de eufemizarlo un poco (ver aquí) “judiada” 1. Mala pasada o acción que perjudica a alguien.
Después de esta larga nota, volvamos a Yoná.
El profeta de Israel se presenta a los marineros usando el patronímico que los no-judíos usaban para identificar a los israelitas: “¡Soy hebreo!”.
Continuará
שבת שלום



2. YONA 1:3. ¿Cómo huir de Dios?

Dios ordenó a Yoná que fuera a Nínive, la capital de Asiria, y la ciudad más grande del mundo en ese entonces (siglo VIII aec). Allí, Yoná tenía que advertir a la gente que HaShem destruiría la ciudad si continuaban con su corrupción y abusos. Ahora analizaremos el tercer pasuq del libro de Yoná, que describe la reacción del profeta a la petición de Dios:

‘ויקם יונה לברח תרשישה מלפני ה

Pero Yoná [no obedeció la orden Divina] y se aprestó a escapar a Tarshish, huyendo de la presencia de Dios.

Sorprendentemente, el profeta desobedece la orden directa de Dios y trata de escapar. Antes de abordar la pregunta principal de este extraordinario libro —por qué razón Yoná rechaza la misión que Dios le encomienda— reflexionemos un momento acerca del acto de desobediencia de Yoná.

LIBERTAD DE ELECCIÓN

Yoná no es el único Profeta que no quiere asumir una misión Divina de esta naturaleza. Convertirse en un emisario Divino para comunicar al pueblo Su mensaje de advertencia —lo que se llama en hebreo nebuá o profecía— también Yrmiyahu o incluso Moises trataron de evitar ser designados como profetas. Pero sin dudas, el hecho que Yoná trata de huir “físicamente” de Dios representa el rechazo más intensa a llevar a cabo la misión Divina. A la vez, el accionar de Yoná nos demuestra una vez más la extensión del principio judío de “libertad de elección”. Los seres humanos tenemos la opción de obedecer o incluso desobedecer a HaShem. Dios, por su parte, nos manifiesta Su voluntad pero  no interviene en nuestras mentes convirtiéndonos en Sus robots. La inteligencia humana, a diferencia de la futura inteligencia artificial, nos permite el acto de “pensar”, evaluar y finalmente elegir.  Esto ocurre todos los días. En cierto sentido, cuando desobedecemos o ignoramos la Tora nos estamos comportando como Yoná, ejerciendo nuestra libertad de desobedecer, y “huir” de la orden Divina. Desobedecer a Dios es una consecuencia de nuestro libre albedrío. En estos días, previos a Yom Kippur, nos dedicamos a reflexionar y reconocer que al ignorar a HaShem nos hemos alejado de Él. Y ahora ejerciendo nuevamente nuestro libre albedrío, decidimos retornar (Teshubá) a Dios.  Una poderosa lección más que aprendemos de Yoná.

TARSHISH

Yoná se aleja de Dios e intenta escapar a Tarshish. ¿Dónde queda Tarshish y por qué Yoná quiere huir específicamente a Tarshish? Tarshish está en una dirección diferente a Nínive. Pero hay varias opiniones respecto a su ubicación. Una opinión es que Tarshish es Tarso, una ciudad en Turquía a 15 millas del mar Mediterráneo. Otros comentaristas dicen que podría ser Tiro, en la costa del Líbano. Sin embargo, el historiador romano Rufus Festo Avienus (siglo IV) identificó a Tarshish con Cádiz, una ciudad portuaria famosa en España. En la antigüedad, los griegos llamaban a la parte sur de la península ibérica (Cádiz, Sevilla, etc.) Tartasus, que era una región famosa por sus minerales y metales. El profeta Ezequiel (27:12) menciona el alquitrán, la plata, el hierro, el plomo y el estaño que importaban desde Tarshish. Ahora bien, si Tarshish está en España, en os tiempos de Yoná, huir a Tarshish equivaldría a huir“al fin del mundo”. Sabemos que para los griegos o incluso los fenicios las Columnas de Hércules, lo que conocemos hoy como el estrecho de Gibraltar, era literalmente el fin del mundo que conocían, antes del interminable océano Atlántico. Yoná intentó escapar lo mas lejos posible de Dios (ver más adelante), al lugar más lejano dude Israel que podía concebir.

TESHUBA

Pero ¿cómo es posible que Yoná haya pensado que se puede huir de Dios? Los judíos creemos que Dios es Omnipresente y está, existe, en todos lados (מלוא כל הארץ כבודו) Nuestros rabinos abordaron esta pregunta y formularon una bellísima respuesta (un poco vergonzosa para aquellos de nosotros que todavía no estamos donde deberíamos estar). La nebuá, la profecía, la comunicación directa entre Dios y un ser humano, sólo es posible en el tierra de Israel. Es por eso que Yoná no huye a pie o a caballo, sino que se hace a la mar: la forma más efectiva de alejarse de la tierra [de Israel]. El Dios de Israel “reside” en Israel, y allí es donde Su voz puede ser escuchada.  Escapando de Israel, Yoná intenta escapar de Dios…

 

REFLEXION

No puedo dejar recordar lo que escribió el rabino Yehudá Alqalay: que la palabra “Teshubá” en la Torá (Debarim, capítulo 30) significa literalmente «regresar a la tierra de Israel», porque es allí como el pueblo judío regresa colectivamente a HaShem.

Ver este texto de Goral laHaShem




La ventaja de ser amigos del Juez

Estamos en  «Los diez días de Teshubá», la semana entre Rosh haShana y Yom Kippur. En preparación para Yom Kipur, en nuestras plegarias le pedimos a HaShem una y otra vez que nos inscriba en el libro de la vida.

En estos días también hacemos un cambio importante en el texto de la Amida, la oración principal: en lugar de decir HaE-l haQadosh, «El Dios Santo» decimos HaMelej haQadosh, «El Rey Santo».

Estas adiciones y cambios nos ayudan a lograr el estado mental adecuado para Yom Kippur.

¿Qué significa HaMelej Qadosh?

MELEJ: Cuando decimos «Melej» no debemos estar pensando en un rey de un cuento de hadas. Tenemos que pensar más bien en un juez. En un estado monárquico, el Rey también actúa como Juez Supremo, la máxima autoridad. El Rey emite el veredicto final sobre la vida o la muerte de sus súbditos. En estos días pensamos en HaShem como el Juez Supremo, sabiendo que Él determina si merecemos o no merecemos la oportunidad de vivir. En Rosh haShana, la Corte Celestial inscribe a los seres humanos en uno de los dos libros: el de la vida o el otro libro. Pero el veredicto final no está sellado hasta el final de Yom Kipur. Y tengo que considerar seriamente la posibilidad de que estoy apelando un veredicto que hasta ahora es negativo, y debo convencer al Juez de que si no me inscribió en el libro de la vida, debería reconsiderarlo. Tengo 1 semana para apelar a la clemencia de HaShem y demostrar que me arrepiento sinceramente de las cosas incorrectas que hice. Y durante estos diez días, incluyendo este Shabbat, tengo que demostrarle al Juez Supremo que soy capaz de ser una muy buena persona. Yom Kippur es el día de la apelación final: estaré de pie ante el Juez Supremo, actuando como mi propio abogado, implorando por mi vida.

QADOSH: «Qadosh», generalmente se traduce como «santo». Pero en el contexto de esta expresión significa «único», «diferente». En otras palabras, estamos diciendo que, aunque HaShem es un juez, es un juez muy diferente. ¿En qué sentido HaShem, como Juez, es diferente de un juez humano? Porque HaShem es un juez invisible, a quien no vemos, pero que ve y sabe lo que un juez humano no sabe y no ve. A diferencia de un juez de carne y hueso, HaShem sabe lo que hago en privado. HaShem es «único» porque es un juez a quien no podemos engañar con apariencias o adulaciones … Él es «único» porque nada escapa a Su conocimiento. A diferencia de un juez humano, HaShem conoce mis pensamientos, mis intenciones y mi potencial.

ABINU: Pero si Él lo sabe todo, ¿de qué manera mi arrepentimiento afectará Su juicio final y Su veredicto?HaShem como juez también es «único» porque él es mi Creador, mi padre. Cuando uno de mis hijos comete un error, lo más importante para mí es asegurarme de que él o ella hayan aprendido la lección a partir de su mala experiencia. Y una vez que yo veo que mi hijo ha aprendido la lección y probablemente no volverá a cometer el mismo error. ¿por qué querría castigarlo? Si mi hijo se acerca a mí, espontáneamente,  admite su error con sinceridad y me demuestra que comprende que cometió un error voy a abrazarlo, alentarlo y demostrarle que confío en él y que estoy feliz de que finalmente haya aprendido su lección. De manera similar, cuando nos acercamos a HaShem en Yom Kipur, Él espera que admitamos y confesemos nuestros errores y transgresiones, mostrándole que hemos aprendido la lección. Si lo hacemos, seguramente nos perdonará y nos evitará el castigo que merecemos. Porque aparte de ser nuestro «Juez», Él es nuestro Padre: somos sus hijos.

Este concepto tremendamente importante se indica en la hermosa oración que decimos todos esto días: ABINU MALKENU (nuestro Padre, Nuestro Rey),  “Tú eres nuestro Padre, [aparte de ser] nuestro Juez».




CUARTA PRUEBA: Perder a Lot

Abraham regresa a Canaan desde Egipto junto con Sara, su esposa, y Lot, su sobrino que había quedado huérfano y fue adoptado por Abraham cuando murió su padre. Lot se perfila como el heredero natural de Abraham, aquel que supuestamente continuará el camino de rectitud, integridad y obediencia a Dios que Abraham había comenzado a transitar. En Egipto, y por ser el socio de Abraham, Lot también ha acumulado una gran fortuna, que él administraba por su cuenta.

LOS PROBLEMAS QUE TRAE EL DINERO
La fortuna de ambos, Lot y Abraham, debe ser considerada tomando en cuenta que en Canaan recién termina una gran hambruna, en la cual familias enteras habrán perdido todo lo que tenían para sobrevivir. En esos momentos de crisis, los pobres se hacen más pobres, y los ricos se hacen más ricos. Abraham utiliza su riqueza para aliviar a los pobres y hacer el bien a los demás en nombre del Creador. Su tienda está abierta de par en par para atender a los necesitados y a los extranjeros. Abraham les da de comer y beber cuando le quieren agradecer o pagar Abraham no acepta: solo les pide que agradezcan a Dios, que es «Aquel que nos ha dado lo que hemos comido»(zimún). Pero ese uso tan altruista de su dinero —que le valió a Abraham su fama y su nombre de Nesí Eloqim, representante de Dios, en la tierra de Canaan— no era imitado o apreciado por Lot.

EL CAMINO DE ABRAHAM Y EL CAMINO DE LOT
Para la gran decepción de Abraham, Lot no sigue su camino. Lot solo quiere seguir acumulando más bienes y tener más. Y no se preocupa de compartir su fortuna con los que tienen menos, como hace Abraham. Los ojos de Lot están puestos en incrementar  su riqueza, no en la beneficencia. Las cosas se ponen un poco peor, irónicamente, cuando las promesas Divinas de berajá, prosperidad, abundancia, por fin se ven cumplidas. El territorio de Canaan de pronto ya no alcanza para los “dos socios”: tío y sobrino. De acuerdo a los Sabios, los trabajadores de Lot traen a sus animales a pastar en los pastizales de Abraham, porque su patrón Lot consideraba que al ser el heredero natural de Abraham, esos terrenos de alguna manera, ya le pertenecían…

LA DECISION DE LOT
Abraham se da cuenta de que Lot, su único familiar sanguíneo, no va a seguir el camino de Dios. Y ahora se enfrenta a un gran dilema o nisaiyón. ¿Seguir consintiendo a su sobrino, que ha demostrado un total desinterés por la obediencia a Dios y la beneficencia, o separase de Lot?  Abraham no puede abandonar la misión que comenzó. Abraham fue elegido por Dios y tuvo el privilegio de escuchar Su Voz y recibir Sus mandamientos y Sus promesas. ¡Abraham debe asegurarse que sus descendientes seguirán su camino! Pero Lot ha elegido un destino diferente.  ¿Qué hacer en estas circunstancias? Esta es la cuarta y difícil prueba a la que se somete Abraham Abinu: si deja las cosas así como están, su misión Divina se perderá para siempre…     Abraham deja la decisión final en las manos de Lot. Le ofrece separarse. Y quizás para la sorpresa de Abraham, Lot acepta separarse de su tío —sabiendo que al desconectarse de Abraham también se estaba desconectando de Dios.

LA ANTÍTESIS DE ABRAHAM
Para peor —y para ratificar las sospechas de Abraham acerca del carácter de su sobrino— Lot se deja llevar por la codicia y decide establecerse en Sodom (o en hebreo Sedom), una ciudad, que antes de ser azotada, era muy próspera y segura, donde residían ricos y nobles de muy mala reputación. Los hombres de Sedom actuaban de una manera completamente opuesta a la de su tío: mientras que Abraham se dedicaba a ayudar desinteresadamente a los extranjeros, en Sedom, se solía abusar de ellos y sacarles todo lo que lo se pueda. Lot elige una ciudad sin Dios, rechazando una vida dedicada a Él. A al mejor estilo de un personaje de Nitzche, en Sedom la caridad era vista como un error: mantener a los pobres perjudica a la supervivencia de los más fuertes. Lot se siente atraído por esta civilización que práctica la ley de la selva y se deleita en los placeres materiales.   Cuando Lot elige Sedom, Abraham se da cuenta que no se había equivocado al juzgar el carácter de su sobrino y haberse separado de él. (Como se verá más adelante, Abraham irá a la guerra –algo que solo hizo una vez– y arriesgará su vida para salvar a su sobrino fue tomado como prisionero. Para Maimónides, está es la esencia del cuarto desafío).

LO QUE APRENDEMOS DE ABRAHAM

Abraham no tenía hijos propios y hasta este momento, lo que Abraham más quería era a su sobrino, su “hijo adoptivo”, Lot.  Al separarse de Lot, Abraham demuestra que para él seguir el camino del Creador es la razón más importante de su vida y está dispuesto a sacrificarlo todo por Dios y ser merecedor de Su elección.

En ningún momento podemos dejar de pensar en la manera que cada uno de estos nisiyonot o pruebas van preparando a Abraham para el desafío más difícil: el sacrificio de Isaac.