¿Quiénes no ayunan en Tish’á beAb?

Todos aquellos  que gozan de buena salud deben observar el ayuno de Tish’a beAb.

Hay algunas excepciones, como se explica a continuación.

MUJERES EMBARAZADAS Y LACTANTES
Al igual que con Yom Kippur, las mujeres embarazadas y lactantes observan el ayuno de Tisha BeAb. Sin embargo, este año 2022, el ayuno se pospone para el próximo día (dajui) , domingo 7 de agosto, que es el 10 de Ab. Por lo tanto, este año, las mujeres embarazadas y lactantes están exentas del ayuno, como ocurre en el 17 de Tamuz o en el 10 de Tebet (Yabia’ Omer, 5:40 ). Si una mujer está dentro de los 24 meses posteriores al parto y no está amamantando, si se siente sana y fuerte, debe tratar de observar el ayuno.

¿CÓMO COMER CUANDO NECESITAS ROMPER EL AYUNO¿
Este año, antes de que una persona interrumpa el ayuno y coma, deberá recitar el Habdalá pronunciando  dos bendiciones: BORE PERI HAGEFEN para vino o jugo de uva y HAMABDIL BEN KODESH LEJOL.

Cuando alguien necesita interrumpir el ayuno, no debe comer en exceso o por placer, sino solo lo necesario para mantenerse fuerte y saludable.

En Yom Kippur, cuando se le permite a un paciente comer, la comida se debe consumir en porciones pequeñas. Pero Tish’a beAb es diferente, porque a diferencia de Yom Kippur, Tisha BeAb no es un mandamiento bíblico. Por lo tanto, cuando uno debe comer en Tish’a BeAb por razones de salud puede hacerlo normalmente, y no en porciones pequeñas.

JOLE SHE-EN BO SAKANA
Una persona con una enfermedad crónica como la diabetes, o un paciente que está haciendo algún tratamiento médico, o alguien que tiene fiebre alta o cualquier síntoma de deshidratación, no deberá observar el ayuno. En algunos casos, cuando no es posible ayunar durante 24 horas, se recomienda ayunar desde el amanecer hasta el final del día, como lo hacemos el 17 de Tamuz o el 10 de Tebet.

ANCIANOS
Los ancianos deben consultar con sus médicos para asegurarse de que el ayuno no afecte su salud. Si el ayuno puede afectar su salud, están exentos (o prohibidos) de ayunar.

MENORES
En muchas comunidades Ashkenazi, los niños ayunan durante unas horas durante Tish’a beAb una vez que cumplen nueve años, porque es importante para ellos compartir la experiencia del duelo nacional. La tradición sefardí, sin embargo, es que los niños menores de 13 años y las niñas menores de 12 años están completamente exentos del ayuno. Y a diferencia de Yom Kippur, no hay necesidad de que los niños ayunen por algunas horas, porque el ayuno en Yom Kippur es parte del proceso de Teshuba (= arrepentimiento, mejorar nuestro comportamiento) y será relevante incluso cuando B»H tengamos nuestro Bet haMiqdash reconstruido. Pero el ayuno en Tish’a beAb está relacionado principalmente con el duelo por la destrucción de nuestro Bet haMiqdash. Y aunque obviamente estamos obligados a educar a nuestros hijos a hacer Teshubá, muchos Sabios entendieron que no estamos obligados a educar a nuestros hijos, guardar duelo antes de que tengan la obligación formal de hacerlo (12 o 13 años, קטן פטור מאבלות) Además, no necesitamos entrenar a nuestros hijos a ayunar en el 9 de Ab, porque esperamos que B”H este sea el último año que lloraremos por nuestro Bet-haMiqdash, y el próximo año, BH, el duelo por el Bet-haMiqdash no será ya necesario.

Ver aquí los horarios de Tish’a beAb para las principales ciudades del mundo

 




TUTORIAL: Cuando Tishá BeAb comienza un sábado por la noche

Este año, 2022, el ayuno del 9 de Ab comenzará el sábado 6 de Agosto por la noche y concluirá el domingo 7 de agosto por la noche. Hay algunos cambios especiales en cuanto a la rutina de la finalización de Shabbat que tienen lugar cuando Tish’á beAb comienza el sábado a la noche, ya que tenemos que transitar desde el Shabbat, un día festivo, a Tish’á beAb, un día de duelo.
En las siguientes líneas vamos a explicar cómo se realiza esta transición.
MINJA de SHABBAT: El rezo de Shabbat por la tarde, que normalmente se lleva a cabo media hora antes de la puesta del sol, este año se realizará antes de lo habitual. Y la Se’udá Shelishit, la tercera comida festiva de Shabbat, que normalmente se realiza en la Sinagoga ,este año se llevará a cabo en la casa.
LA ÚLTIMA CENA: Normalmente, la víspera de Tish’á beAb realizamos la Seudat haMafsequet, es decir, la última comida antes del ayuno,  sentados en el suelo como dolientes y comiendo generalmente pan, lentejas y huevo sin sal. Pero este año, como la víspera del ayuno es en Shabbat, no podemos llevar a cabo una comida de duelo. La Se’uda Shelishit, por lo tanto, va a ser la última comida antes del ayuno, pero no hay restricciones en cuanto a lo que podemos comer (carne, vino, etc.) o celebrar (cantar, etc.). La única limitación es «tiempo»: hay que terminar de comer antes de la puesta del sol, que en Nueva York será este año a las 8.35pm (ver aquí los horarios en su ciudad de residencia).
TRANSICIÓN: Como hemos dicho la Se’udá Shelishit se llevará a cabo privadamente en los hogares, y se regresará a la Sinagoga una vez finalizado Shabbat para Arbit de Tish’á beAb.  Ahora bien: hay un interludio, un espacio intermedio, entre el final de la Se’uda Shelishit y el comienzo de Tish’á beAb, que es cuando finaliza Shabbat. Durante ese tiempo, entre la puesta del sol y la salida de las estrellas (unos 40-50 minutos), todavía es Shabbat, por lo tanto, seguimos vestidos de Shabbat y no podemos hacer nada en preparación para Tish’á beAb; pero ya no comemos. Finalmente, y una vez que termina Shabbat, decimos “Baruj haMabdil ben qodesh lejol” (= Bendito Aquel que estableció la diferencia entre lo santo y lo profano) y así Shabbat habrá terminado para nosotros.
EL COMIENZO DEL DUELO: Después que decimos “Baruj haMabdil…”, cambiamos nuestros zapatos de cuero por zapatillas u otro tipo de calzado que no sea de cuero. Este será el primer “acto de duelo” en preparación para Tish’á beAb. Luego vamos a la sinagoga. Las Sinagogas normalmente realizarán sus Minyanim de Arbit más tarde que de costumbre. En algunos casos unos 20 minutos después que Shabbat haya terminado, así la gente tiene tiempo de cambiarse y llegar de su casa a la Sinagoga caminando o en auto.
HABDALA: El sábado por la noche NO realizaremos la ceremonia de Habdalá completa (solo diremos las palabras “Baruj haMabdil ben Qodesh leJol”) para declarar que terminamos el Shabbat. En la Sinagoga se dirá “Boré meoré haEsh” antes de leer Meguilat Ejá a la luz de una vela. Y solo una vez que finaliza el ayuno de Tisha beAb, el domingo por la noche, diremos el resto de la Habdalá (“Hagefen” y “haMabdil”).
LA NOCHE DE TISHA BEAB EN LA SINAGOGA: Comenzamos las oraciones con un Salmo muy triste: ‘al neharot babel (Tehilim 137), el salmo de los dolientes por la destrucción del Bet haMiqdash. Luego de Arbit leemos Meguilat Ejá, el libro de Lamentaciones escrito por el Profeta Yrmiyahu. Este libro describe la destrucción del Primer Templo (586 AEC), la desolación de Yerushalayim, el dolor de los exiliados a Babilonia, la burla de nuestros enemigos al ver nuestra miseria, la impotencia de los judíos derrotados, el hambre que sembraba la muerte, los horrores de enfermedad y las epidemias y mucho más. Luego, recitamos las quinot, poemas muy hermosos, pero tristes, que describen diferentes tragedias que sufrimos a lo largo de nuestra historia. Al final de las quinot, sentados en el piso y con las luces apagadas, declaramos con tristeza y lágrimas: Escuchad, oh nuestros hermanos de la casa de Israel … hoy contamos … 1954 años desde la destrucción de nuestro Bet haMiqdash» y pedimos a HaShem que este sea el último año que lloramos por el Bet haMiqdash.
Para ver los horarios en su comunidad
de residencia ver aquí.

SHABBAT SHALOM

ACLARACION: Hemos escrito estas Halajot de acuerdo a la costumbre local. Por favor, consulte con su rabino por las costumbres y tradiciones de su comunidad. 



5. Judea se libera de Roma

LA VENGANZA SERÁ TERRIBLE 

Como lo explicamos anteriormente, la revuelta armada contra Roma se fue gestando a lo largo de décadas. Esta rebelión, llamada en hebreo HAMERED HAGADOL, «La Gran Revuelta», comenzó oficialmente en el año 66 cuando los judíos supieron que la intención de Florus, el infame procurador romano, era saquear los tesoros del Templo de Jerusalem.  Los judíos se atrincheraron en la ciudad de Yerushalayim, que estaba protegida por muros muy poderosos.  Los romanos fueron sorprendidos por los judíos de Jerusalem y muchos abandonaron la ciudad. Pero para vengarse atacaron a los judíos que vivían en otras ciudades de Israel: Acco, Ashquelón, Cesárea, etc.  Flavio Josefo reporta que decenas de miles de Yehudim fueron masacrados por los romanos en este periodo. Para detener la rebelión, Roma envío un gran ejército con un total de 40.000 soldados al mando de Casius Galus, que mientras avanzaba desde el norte, arrasaba y hacía incendiar toda ciudad y pueblo judío que encontraba en su camino.  Esto también hizo que la rebelión judía contra Roma se expandiera fuera de Yerushalayim y contará con más apoyo interno.

LA HISTORIA SE REPITE

Cuando llegaron a Jerusalem, los romanos sitiaron la ciudad y se organizaron en formación de ataque. Los Yehudim estaban decididos a defender la ciudad con sus vidas.  Los romanos atacaron durante seis días consecutivos. Trataban de escalar el muro con unas torres especiales, pero los Yehudim resistieron y repelieron el ataque.  Flavio Josefo cuenta que los romanos hacían una formación militar llamada “la tortuga”, para protegerse con sus escudos de cualquier ataque desde arriba de la muralla, mientras azotaban con terribles golpes la puerta de la ciudad, tratando de derribarla e incendiarla. Casius también intentó atacar con sus arqueros, para debilitar las defensas judías apostadas en las altas torres de la muralla, pero los judíos resistieron. Durante una semana el ejército de Casius lo intentó todo, pero no pudieron quebrar las defensas judías.  Y entonces, ocurrió lo que nadie esperaba: tal como había ocurrido unos 800 años antes, en los tiempos del rey Jizquiyahu y el general asirio Sanjerib que sitio la capital judía, Casius, sorpresivamente emprendió la retirada. Los historiadores no están seguros si esto se debió a que Casius subestimó la capacidad de los judíos para defender la ciudad, o si su ejército no contaba con los suministros necesarios, ya que las milicias judías comandadas por Shimón ben Guiorá, se encargaban de emboscar y destruir a las caravanas que traían refuerzos y suministros para Casius.  Esta retirada fue un verdadero milagro. Y si hubiéramos permanecido unidos, dijeron nuestros Sabios, nunca nos hubieran vencido.

LA VICTORIA EN LAS MONEDAS

La victoria de los judíos, haber resistido y vencido al ejército más poderoso del mundo, se manifestó, entre otras cosas, con la acuñación de una nueva moneda judía “el shequel”,  símbolo de la nueva autonomía judía. Mientras que las monedas romanas, como por ejemplo los denarios, estaban ilustradas con imágenes de Hércules o dioses paganos, las monedas judías se ilustraban con una copa (moneda del lado izquierdo), que representaba al Bet haMiqdash y sus objetos sagrados, o un Lulab, un Etrog, o una granada (lado derecho) , uno de los frutos especiales de la tierra de Israel. El texto, escrito en hebreo antiguo, dice: ALEF LEJERUT TSION , es decir, “Año 1 de la independencia de Zion”. En la moneda que presentamos en la imagen arriba dice, del lado derecho, AÑO 4, SHEQUEL ISRAEL, y del lado izquierdo se menciona el lugar donde estas monedas fueron acuñadas YERUSHALAYIM QUEDOSHA, “Jerusalem, la [ciudad] santa”.

«SINAT JINAM» Y SUS CONSECUENCIAS

Mientras los Yehudim celebrábamos esta milagrosa victoria, el emperador romano Nerón preparaba una nueva ofensiva contra la ciudad, esta vez al mando del experimentado comandante Vespasiano. Nuestra mayor problema para luchar contra los romanos era que no teníamos un frente unido. Por el contrario: estábamos más divididos que nunca. Así que al mismo tiempo que enfrentábamos al ejército romano, también peleábamos entre nosotros mismos. Por un lado, estaba Menajem haGeuelilí, que al mando de un gran número de combatientes había derrotado a los romanos y eliminado a todos los soldados apostados en Jerusalem. Por otro lado, estaban los saduceos y Agripas II,  con unos 3.000 soldados, que se negaban a rebelarse contra Roma. Menajem había atacado la famosa fortaleza de Metsadá (Masada) y se había hecho con muchas armas capturadas de los romanos.  Y una vez que terminó con los romanos, comenzó a utilizar su ejército y sus nuevas armas para luchar contra Agripas.   Esta guerra civil, que dejo miles de muertos, duró una semana, y finalizó con la victoria de Menajem. 

LA UNION HACE LA FUERZA

Por el otro lado, se organizó un nuevo comando judío liderado por El’azar hijo del gran sacerdote Jananyiá.  El’azar en su momento había ordenado que no se ofrecieran más sacrificios en el Bet haMiqdash en honor al emperador romano. Esta era una clara señal de que los judíos ya no aceptaban la autoridad de los romanos y se estaban declarando como un estado independiente de Roma. De haberse unido, estos dos líderes podrían haber resistido al ejército romano. ¡Pero ocurrió lo peor que podía haber pasado! Una ve que los romanos fueron vencidos, comenzaron los conflictos internos: quien va a liderar la contraofensiva. Menajem asesinó a Jananiyá, el padre de El’azar.  Y El’azar se enfrentó con Menajem, diciendo que  Menajem se comportaba como un tirano. “No queremos cambiar a un tirano [el emperador de Roma] por otro tirano [Menajem]”, dijo El’azar.  Los ejércitos de Menajem y El’azar y luego Shimón ben Guiorá se enfrentaron en sangrientas batallas internas. Y así, enfrentados y sin un liderazgo competente que nos uniera, nosotros mismos preparamos el terreno para nuestra derrota y la destrucción del Bet haMiqdash el 9 de Ab del año 68. 




4. La Rebelión de los judíos contra el imperio romano

DE MAL EN PEOR
Tras la muerte de Agripa (año 44 de la era común), que fue el mejor gobernador que tuvo Judea, se inició un período muy difícil para Am Israel, que culminó con la destrucción de Bet haMiqdash en el año 68. Los romanos impulsaron a los paganos a establecerse en Israel, los eximieron de impuestos y los favorecieron con sus leyes. Por otro lado, cuando un judío, por ejemplo, no pagaba los exorbitantes impuestos a los romanos, su tierra era confiscada y entregada gratuitamente a los paganos. La población judía se sentía cada vez más desplazada y privada de su tierra. En el plano religioso la situación no era mejor: Las provocaciones y humillaciones contra los judíos seguían creciendo cada vez más.
CUMANO Y FELIX
Maimónides indica que la terrible ofensa de Apostomus, que quemó públicamente un Sefer Tora, tuvo lugar en la época del gobernador Cumanus (48-52). Luego vino Marco Antonio Félix, que gobernó Judea durante 8 terribles años (52-60). Félix fue un esclavo en su juventud, guardaba rencor a los judíos y abusaba de su poder. El historiador romano Tácito denunció su actitud diciendo que Félix: «… practicó toda clase de crueldades y abusos, abundó su poder de procurador [gobernador de los judíos, designado por el emperador romano] desatando contra ellos los agravios de su esclavitud». Los romanos hicieron todo lo posible para anexar Judea y exigían a los judíos que se convirtieran en ciudadanos «normales» del imperio o que abandonaran Israel. La situación era desesperante.
FLORÚS
La agresión de los romanos contra los judíos alcanzó su punto máximo en tiempos del procurador Florus, del 64 al 66 de la era común. Florus fue designado por el extravagante y tiránico emperador romano Nerón, que reinó del 54 al 68. El objetivo de Florus era saquear el Bet-haMiqdash (Gran Templo de Jerusalén) y robar los objetos sagrados del Templo que estaban hechos de oro puro. En el año 66, Florus llegó a Yerushalayim y robó doce talentos de plata del Bet haMiqdash, alegando que estaba actuando en nombre del emperador romano. También exigió que todos los judíos de la ciudad fueran a saludarlo y bendecirlo. Muchos lo hicieron por temor a la impredecible reacción de Florus. Al día siguiente, Florus exigió que todos los líderes judíos que no estaban allí fueran ejecutados por faltarle el respeto. También ordenó a sus soldados que tomaran represalias matando a todos los judíos que encontraran en las calles de Jerusalem. En un día, Florus asesinó a 3.600 judíos: hombres, mujeres y niños. Y ordenó a sus soldados que crucificaran a los líderes judíos (vale la pena aclarar que la crucifixión era el método de ejecución utilizado por los romanos, no por los judíos).
PROVOCACIÓN CON FINES DE LUCRO
Como si esto fuera poco, Florus convocó a los líderes rabínicos ya los Cohanim a venir del Bet haMiqdash para calmar la situación. Los líderes judíos aceptaron ingenuamente las demandas de Florus con la esperanza de que esto detuviera las masacres, pero cuando llegaron, el ejército de Florus los atacó y mató a muchos de ellos. Algunos historiadores creen que Florus estaba provocando deliberadamente a los judíos sabiendo que eventualmente se rebelarían. Y planeó usar esta rebelión como una excusa para saquear el oro del Bet-haMiqdash.
TRATANDO DE DETENER LA REBELIÓN
Flavius ​​​​Josephus escribe que el líder judío Agripa II trató de evitar una rebelión alegando que el problema era Florus, no los romanos. Estaba tratando de convencerlos de que luchar contra los romanos sería un acto suicida, sin posibilidad de éxito. Los esfuerzos tenían que ser diplomáticos, no militares: el emperador tenía que reemplazar a Florus. Pero muchos sintieron que habían llegado a un punto de no retorno y que si no se rebelaban desaparecerían. Así en el año 66 de la era común se inició la Gran Revuelta de los judíos contra los romanos (המרד הגדול). Cuando Nerón se enteró de la insurrección, envió a Judea la poderosa 12.ª legión llamada «Fulminata». Pero antes de que pudieran llegar a Jerusalem, la legión fue emboscada y destruida por las milicias judías dirigidas por El’azar ben Shimon en Bet Horon. Los líderes romanos quedaron atónitos porque no creían que los judíos, famosos por su pacifismo, pudieran luchar con tanto coraje.
E PLURIBIS… NULLUM
Pero a pesar de estas victorias esporádicas y la gran cantidad de soldados judíos, estábamos atrapados en un problema grave que no nos permitía triunfar: estábamos completamente divididos. Atomizados en muchos grupos con diferentes ideas: si atacar o rendirse a Roma; cómo atacar y, especialmente, quién debía ser el líder de los judíos. Estos grupos estaban tan divididos que peleaban y literalmente se mataban unos a otros (sinat jinam). Esta situación fue explícitamente reportada por Ribbí Yohanan en el Talmud de Jerusalem (Sanhedrín, capítulo 10), diciendo que la destrucción de Yerushalayim y el exilio ocurrió porque los judíos estaban divididos en 24 grupos con diferentes ideologías, como veremos B”H la próxima vez.
YOSEF BITTON



3. La estatua de Calígula y los judíos

LOS ROMANOS Y LA RELIGIÓN JUDÍA 

La semana pasada explicamos cómo Judea (יהודה = Israel) dejó de ser un estado independiente y fue convertida en provincia romana por el emperador Augusto. Al igual que los griegos 100 años antes, Roma trató de acabar con el judaísmo e imponer su culto. Los judíos obviamente resistieron. Pero los romanos, que eran tolerantes con otros pueblos paganos, no aceptaban la religión judía. Nunca entendieron la “cláusula de exclusividad” del monoteísmo: por qué los judíos eran tan “arrogantes” y no estaban dispuestos a aceptar otros dioses en su Templo junto con su propio Dios, como lo hacían todos los demás pueblos del mundo.  Además, para los romanos el judaísmo era excesivamente aburrido: impone reglas y límites. Mientras que las otras religiones consistían en socializar: entregarse a la glotonería y a la embriaguez y, sobre todo, a normalizar la promiscuidad, haciéndola parte de los ritos religiosos.

LA PRUEBA DE CALÍGULA 

La presión para persuadir a los judíos a abandonar su ya obsoleta y aburrida religión era incesante. Y en un momento se tornó peligrosa.   Esto ocurrió en los tiempos de Calígula, que gobernó el imperio entre los años 37 y 41 de la era común. Calígula fue probablemente el peor emperador de la historia romana, y cruzó los límites de la sanidad cuando se proclamó a sí mismo “dios”y demandó ser adorado como tal.  Su obsesión narcisista lo llevó a hacer cortar las cabezas de las estatuas de los otros ídolos romanos y reemplazarlos por su propio busto. En Roma construyó dos templos dedicados a su culto. Y también quiso poner a prueba su divinidad con el examen más riguroso: el de los judíos.  Primero mandó a erigir y colocar su estatua en las sinagogas de Alejandría, donde había una importante comunidad judía. Los judíos se opusieron con vehemencia, e incluso el procurador romano  Flacus (o Flaco), se negó a obligar a los judíos a erigir estatuas de Calígula. Pero Calígula reaccionó destituyendo a Flacus de su puesto y ejecutándolo.

¿CALÍGULA EN JERUSALEM?

La siguiente historia está relatada por el famoso historiador judío Flavio Josefo (37 – 100 de la era común ). Josefo cuenta que Calígula envió una orden para que se construyeran estatuas suyas y fueran instaladas en todo Judea.  Los judíos decidieron resistir.   Calígula envió entonces a su mejor hombre para esta misión: el Procurador de Siria, Petronio, y le aportó dos legiones del ejército romano — más de 10.000 soldados– para llevar a cabo la tarea, cueste lo  que cueste. Petronio desembarcó en el puerto de Aco y allí fue interceptado por una delegación de decenas de miles de judíos que habían llegado desde todos los confines de Israel.  Le explicaron a Petronio que la Torá prohíbe terminantemente esculpir imágenes de nuestro propio Dios, y obviamente de un ídolo humano, y que adorar o incluso erigir estatuas de Calígula constituiría el acto más ofensivo en nuestra religión. “¿Estáis preparados entonces para enfrentarse a una guerra con el emperador romano?” preguntó Petronio. A lo que los judíos le respondieron: “Si el emperador persiste en su deseo de erigir sus estatuas, deberá matar primero a la totalidad de la nación judía. Ningún judío va a dejar de sacrificar su vida para evitar esta afrenta. “   Acto seguido, cuenta Josefo, todos los judíos se presentaron ante Petronio, con sus esposas y sus hijos, desnudaron sus cuellos y le dijeron que estaban dispuestos a defender el honor del Dios de Israel con sus propias vidas.    Petronio, conmovido por la convicción de los judíos, trató de postergar al máximo la ejecución de su misión. A finales del año 40, cuando ya no pudo hacer más tiempo, escribió una carta a Calígula tratando de disuadirlo.  Enojadísimo, Calígula le ordenó a Petronio quitarse la vida y redobló su apuesta con los judíos: mandaría a “construir su estatua en Roma y la llevaría personalmente a Jerusalem para ser erigida en el Gran Templo judío de Jerusalem”. Y entonces, ocurrió un gran milagro: el 24 de enero del año 41, Calígula fue asesinado en una histórica conspiración organizada por su propia guardia imperial, y la pesadilla que podía habernos llevado al final, finalmente terminó (y Petronio no llegó a suicidarse).  Los judíos nos mantuvimos unidos y firmes en nuestros principios, y HaShem estuvo de nuestro lado.

CLAUDIO Y LOS JUDIOS

El nuevo emperador romano, Claudio. (41-54 EC), fue un poco mejor con los judíos.   Restauró la autonomía de Judea y en el año 41 les permitió a los judíos tener su propio rey Agripas.  Agripas (llamado por los historiadores “Herodes Agripa I”) era muy respetuoso de la Torá y de sus leyes y protegió al Bet haMiqdash. Su reinado fue recordado por los judíos como muy positivo y favorable.  Pero duró muy poco…. Agripas murió en el año 44. Luego de la muerte de Agripas comienza un periodo muy amargo y difícil para Am Israel, que culminó con la destrucción del Bet haMiqdash en el año 68.




2. Herodes, el rey no judío de Judea

HERODES, REY DE JUDEA

Anteriormente, escribimos sobre el proceso que llevó a Judea (Israel) a convertirse en un estado vasallo del Imperio Romano (ver aquí)  . En esta nueva situación, el emperador romano nombró un «Rey» para gobernar sobre Judea. La lealtad de estos Reyes vasallos era principalmente hacia Roma, y ​​no hacia sus hermanos judíos. El más conocido de estos reyes fue sin duda Herodes (años 37 al año 4, antes de la era común). La familia de Herodes era originalmente edomita. En este sentido, los romanos se aseguraban la lealtad del monarca al elegir un rey que, si bien había nacido en Judea, no era completamente judío.

La historia de los edomitas y su relación con Am Israel es bastante compleja. Edom descendía de Esav, el hermano de Ya’aqob. Esto normalmente significaría que los judíos y los edomitas deberían ser aliados cercanos. Sin embargo, durante mucho tiempo, especialmente en los días del rey David (año 1000 a.e.c ), Israel y Edom fueron enemigos. Lo mismo sucedió en el momento de la destrucción del primer Bet haMiqdash (Templo de Jerusalem, 586 a.e.c), los edomitas se unieron a nuestros enemigos, los babilonios. La maldad y la crueldad indescriptible de los edomitas hacia los judíos se registra explícitamente en Tehilim, el Salmo ‘al neharot Babel (137: 7).

LOS EDOMITAS SE CONVIERTEN AL JUDAISMO

En la época de los Jashmonayim (150 a. C.), los edomitas se convirtieron al judaísmo, y muchos de ellos se integraron completamente al pueblo judío, lucharon en sus filas y compartieron su mismo destino. Pero este no fue el caso de Herodes. Su lealtad a los romanos era de la misma intensidad que su odio hacia los judíos. Herodes no solo colaboró ​​plenamente con los romanos recaudando fuertes impuestos de los judíos, sino que también estableció templos paganos en varias ciudades de Israel, como Cesarea y otros lugares. Su mayor provocación fue colocar un águila de oro, el símbolo religioso y militar de Roma, en la puerta de entrada del Bet-haMiqdash. Los rabinos alentaron a un grupo de jóvenes judíos a sacar el ídolo romano. Los jóvenes fueron capturados y llevados a Herodes. Flavio Josefo registra el diálogo que tuvo lugar en ese momento. Herodes les dijo: «¿Quién les ordenó destruir el águila?» Los jóvenes respondieron: «Las leyes de nuestros padres». Herodes les preguntó: “¿Y por qué parecen estar tan tranquilos y contentos? ¿No sabes que los ejecutaré? «. Los jóvenes judíos respondieron: «Lo sabemos, pero también sabemos que la vida eterna nos espera en el mundo venidero» (‘olam haba). Herodes ordenó que ellos y sus cómplices, 40 jóvenes judíos, fueran ejecutados junto con dos grandes rabinos de Israel, quemándolos vivos en una hoguera pública.

DEL ESTADO VASAL A UNA PROVINCIA ROMANA

En el año 6 de la era común, 10 años después de la muerte de Herodes, Augusto, el primer emperador romano, abolió la monarquía «judía» y convirtió a Judea en una provincia romana. Es decir, desde ese momento, no habría más reyes o gobernadores judíos y Judea estaría directamente bajo la jurisdicción del emperador de Roma. Esto también significaba que la religión oficial de Roma se establecería más sólidamente en Judea. Los romanos, como los griegos 200 años antes, esperaban ahora que los judíos abandonaran su religión y adoptaran a los dioses romanos, «como lo hacia gustosamente todo el resto del imperio». Y desafortunadamente, como ya había sucedido en los tiempos del Imperio griego, muchos judíos acaudalados traicionaron su fe y a sus hermanos, para obtener exenciones de impuestos y otros beneficios que les fueron otorgados por colaborar con los romanos. 

Para peor, ahora que Judea era una provincia romana, los romanos sentían que tenían el derecho de nombrar al sacerdote que serviría como el Sumo Sacerdote (Cohen Gadol) en el Bet haMiqdash. Entre otras cosas, esto significaba que los romanos tenían acceso ilimitado para robar del Bet haMiqdash sus valiosos artículos hechos de oro y plata (kele haqodesh). El conocido prefecto romano Poncio Pilato (26-36 de la era común), por ejemplo, robó valiosos artefactos del Beth-haMiqdash y con esos fondos construyó un acueducto en Jerusalén.

Este nuevo escenario se estaba volviendo cada vez más insoportable, y una nueva idea (casi suicida) comenzó a fermentar en las mentes y los corazones de los judíos: debemos rebelarnos contra el Imperio Romano, y recuperar nuestra autonomía política y religiosa, antes de que el judaísmo desaparezca. Los ecos de una rebelión imposible contra el ejército más poderoso de la historia de la humanidad se podía sentir en el aire de Yerushalayim …

Continuará




1. ¿Cómo comenzó la destrucción de Jerusalem?

APRENDER DE LA HISTORIA
Estamos en un periodo de tres semanas– desde el 17 de Tamuz hasta el día 9 del mes de Ab (7 de Agosto de 2022) que se lo conoce con el nombre en hebreo: «Ben haMetsarim», «Entre las tragedias, en alusión a los trágicos acontecimientos que recordamos en el 17 de Tamuz y en el 9 de Ab. Estos son días en los que guardamos un grado de duelo que va creciendo en la medida que nos aproximamos al 9 de Ab, que es el día de duelo nacional del Pueblo judío. Estos son también días de reflexión, no solamente para conmemorar y recordar nuestra historia, sino especialmente para aprender de los errores que cometimos en el pasado. La filosofía de nuestra Torá es que  Tora judía es que hay una relación directa entre nuestro comportamiento religioso y el nivel de Protección Divina que merecemos, particularmente en el nivel colectivo, o sea, como pueblo. Como lo dice la Torá explícitamente en Perashat Bejuqotay (Levítico 26:14-46) y Perashat Ki-Tabó (28:15-69), cuando cumplimos nuestra parte del pacto y honramos nuestro compromiso con Dios, el Todopoderoso honra Su parte del pacto protegiéndonos contra nuestros enemigos.  
 
CUANDO LOS HERMANOS SE PELEAN…
Cuando nuestros Sabios analizaron, por ejemplo, qué fue lo que llevó a la destrucción del Segundo Templo (año 68 de la era común), no atribuyeron nuestra derrota al enorme poder militar de los romanos. Los Sabios, en lugar de eso, enseñaron a “mirarnos al espejo”. Y a preguntaron ¿Qué paso con nosotros mismos? ¿Qué hicimos mal para no mercer la ayuda Divina? En este caso, la respuesta que nos brindaron es muy específica: nuestro pecado fue “sinat jinam”. “Odio irracional entre hermanos”. Es decir, divisiones entre los propios judíos: sectarismo político, religioso, social. Algo que curiosamente creo que todavía no hemos superado. Esta intolerancia entre nosotros mismos, es irracional porque es muy peligrosa. Y es peligrosa por dos motivos: 1. Porque provoca que la Presencia (y protección) Divina nos abandone y 2. Porque las divisiones nos debilitan y quedamos expuestos a nuestros implacables enemigos. 
En realidad, todo lo que se necesita saber acerca de las desastrozas consecuencia de “sinat jinam” se puede aprender de la historia de dos hermanos Yojanán Hurquenus y Yehudá Aristóbulo. 
Lo ocurrido con ellos 130 años antes, desencadenó “literalmente” la destrucción de nuestro Bet haMiqdash. 
 
 
¿Cómo ocurrió que el pueblo judío, luego de haberse liberado de los griegos a través de los Jashmonayim (año 165 antes de la era común) y luego de haber establecido un estado judío independiente, terminó siendo invadido y luego destruido por los Romanos?  
Recordemos que en el año 141 aec, los judíos finalmente habíamos recuperado nuestra independencia y teníamos nuestro propio «ejército judío» que era muy poderoso y famoso por la bravura de sus soldados. Este fue un periodo de unión y fortaleza entre los Yehudim, bajo el liderazgo de Shimón, el hijo de Matitiyahu, donde gozábamos de una relativa paz y vivimos de acuerdo nuestra Torá. Definitivamente, HaShem estaba con nosotros.
Pero todo cambió en el año 65 aec. 
 
 
 
CUANDO LOS HERMANOS SE PELEAN …
 
Yojanán Hurquenus y Yehudá Aristóbulo reclamaban el trono luego de la muerte de Alexander Yanai. Y no se podían poner de acuerdo. La enemistad y el odio entre dos hermanos se reflejaba también en sus seguidores y adeptos politicos que no dudaban en aliarse con pueblos paganos para reforzar sus propios ejércitos.  La situación era tan mala que el «estado judío estaba al borde de una guerra civil” por las guerras entre estos dos hermanos y sus adeptos.  En esos años, los Romanos que estaban creciendo militarmente, habían enviado al famoso comandante Pompeyo al mediterráneo para proteger a sus barcos romanos de los piratas que los atacaban y los saqueaban. Una vez en Medio Oriente Pompeyo vio que la situación política en Judea era muy frágil y decidió aprovecharse de la situación. Se ofreció para arbitrar entre los dos hermanos y decidir quién debería asumir el cargo. Los judíos, distraídos con sus sangrientas batallas internas no se dieron cuenta de que estaban cayendo en una trampa mortal que abría las puertas a los romanos para apoderarse de Jerusalem…. Pompeyo decidió que Yojanán, el menos poderoso de los dos, debía ser el nuevo monarca. No conforme con el veredicto, Aristóbulo reunió un ejército en Yerushalayim. Pompeyo, con el beneplácito de Yojanán, trajo a su ejército y comenzó una guerra civil que duró más de 3 meses y en la que murieron más de 12.000 soldados judíos. Una vez vencido Aristóbulo, y con el ejercito judío ya debilitado Pompeyo desplazo a Yojanán, se apoderó de la ciudad de Jerusalem acabando y terminó así con el estado judío independiente. Los romanos se habían instalado en Jerusalem para quedarse, y nosotros les habíamos abierto las puertas…   
 
Para mas información sobre este periodo histórico ver aquí (hebreo: https://he.wikipedia.org/wiki/%D7%90%D7%A8%D7%99%D7%A1%D7%98%D7%95%D7%91%D7%95%D7%9C%D7%95%D7%A1_%D7%94%D7%A9%D7%A0%D7%99)
 
 
Continuará 
 
 
 
 
Halajot de las 3 semanas 
 
Durante estas tres semanas, desde el 17 de Tamuz hasta el 9 de Ab, observamos ciertas restricciones de duelo. Estas costumbres difieren considerablemente de una comunidad a otra y se vuelven más estrictas a medida que nos acercamos al 9 de Ab.
 
Hay 4 niveles de duelo que guardamos
 
1. El primer nivel, el menos estricto, es desde el 17 de Tamuz hasta el comienzo del mes de Ab (domingo 10 de julio).
 
2. El segundo nivel es el duelo que guardamos desde el principio del mes de Ab hasta la semana del 9 de Ab.
 
3. El tercer nivel de duelo es durante la semana del 9 de Ab, es decir, desde el domingo anterior. Este año, 2021, el 9 de Ab cae un domingo, el 18 de julio, y por consiguiente las restricciones de la semana del 9 de Ab no se aplican.  
 
4. El nivel más severo de duelo es el que observamos el día 9 de Ab propiamente dicho.
 
Presentamos aquí algunos ejemplos del primer nivel, es decir, desde este pasado domingo hasta el comienzo del mes de Ab:
 
CASAMIENTOS: Los rabinos del Talmud, Maimónides, el Shulján ‘aruj, etc. no mencionaron ninguna restricción respecto a la celebración de bodas durante estas semanas, antes del comienzo del mes de Ab. La antigua costumbre Sefaradí, por lo tanto, no limitaba la celebración de un casamiento entre el 17 de Tamuz y el comienzo del mes de Ab. La costumbre Ashkenazí, sin embargo, fue suspender la celebración de casamientos a partir del 17 de Tamuz. En el presente, y para mantener un nivel de uniformidad en el tema de casamientos entre las dos comunidades, las congregaciones Sefaradíes también han adoptado la costumbre de suspender los casamientos en estos días.
 
SHEHEJEYANU: El Shulján Aruj menciona que es procedente evitar el consumo de una fruta de temporada nueva, lo cual requiere la recitación de la bendición Shehejeyanu, durante estas tres semanas. La costumbre Sefaradí (Rab Obadaia Yosef) y Ashkenazí (Penine Halajá) es reservar la recitación de Shehejeyanu por una fruta nueva para Shabbat.
 
CORTE DE CABELLO: La costumbre para la mayoría de los Sefaradim es permitir cortarse el cabello o afeitarse hasta la semana de Tish’a BeAb. La tradición Ashkenazí (Ram»a 551:4) y la costumbre de los judíos marroquíes es diferente: cortarse el pelo o afeitarse está prohibido desde el 17 de Tamuz hasta después de Tish’a beAb (las restricciones de corte de cabellos no se aplica a las mujeres).
 



LAS TRES SEMANAS

En preparación para el ayuno del 9 de Ab, observamos ciertas costumbres de duelo. Estas tradiciones, que difieren considerablemente de una comunidad a otra, se vuelven más estrictas a medida que nos acercamos al 9 de Ab.

Hay 4 niveles de duelo que guardamos:

  1. El primer nivel, el menos estricto, es desde el 17 de Tamuz hasta el comienzo del mes de Ab (miércoles 19 de julio).
  2. El segundo nivel es el duelo que guardamos desde el principio del mes de Ab hasta la semana del 9 de Ab.
  3. El tercer nivel de duelo es durante la semana del 9 de Ab, es decir, desde el domingo anterior, 23 de julio.
  4. El nivel más severo de duelo es el que observamos el día 9 de Ab propiamente dicho (26/27 de julio).

LAS TRES SEMANAS (el nivel de duelo menos estricto)

CASAMIENTOS: Los rabinos del Talmud, Maimónides, el Shulján ‘aruj, etc., no mencionaron ninguna restricción respecto a la celebración de bodas durante estas semanas, antes del comienzo del mes de Ab. La antigua costumbre sefaradí, por lo tanto, no limitaba la celebración de un matrimonio entre el 17 de Tamuz y el comienzo del mes de Ab. Sin embargo, la costumbre ashkenazí fue suspender la celebración de matrimonios a partir del 17 de Tamuz. En la actualidad, y para mantener un nivel de uniformidad en el tema de los matrimonios entre las dos comunidades, las congregaciones sefaradíes también han adoptado la costumbre de suspender los matrimonios en estos días.

SHEHEJEYANU: El Shulján Aruj menciona que es apropiado evitar el consumo de una fruta de temporada nueva, lo cual requiere la recitación de la bendición Shehejeyanu, durante estas tres semanas. La costumbre sefaradí (Rab Obadaia Yosef) y ashkenazí (Penine Halajá) es reservar la recitación de Shehejeyanu por una fruta nueva para Shabbat.

CORTE DE CABELLO: La costumbre para la mayoría de los sefaradíes es permitirse cortarse el cabello o afeitarse hasta la semana de Tish’a BeAb. La tradición ashkenazí (Ramá 551:4) y la costumbre de los judíos marroquíes es diferente: está prohibido cortarse el pelo o afeitarse desde el 17 de Tamuz hasta después de Tish’a BeAb (las restricciones de corte de cabello no se aplican a las mujeres).

Rab Yosef Bitton




I ❤️ ISRAEL: Rezar en Jerusalem

UNA JOYA OCULTA
Regresé de Israel hace unos días. Cuando me preguntan qué es lo que más me gusta de Israel, mi respuesta es: REZAR. Son las 18:00 hs y estoy en la Ciudad Vieja. En un rincón discreto, a cinco minutos del Muro de los lamentos, detrás de una pesada puerta plateada muy decorada (ver foto), se esconde mi sinagoga favorita: Bet-El. En realidad, más que una sinagoga, Bet-El es una Yeshibá, una casa de estudios de Torá. Pero esta no es una Yeshibá más… Bet-El es “la” Yeshibá de los mequbbalim o Cabalistas. Los místicos judíos más sabios de Israel estudian aquí, con el rabino Israel Abijai. Esta Yeshibá es una de las más antiguas del país. Fue fundada en 1737 (Ver este artículo de Wikipedia en inglés) y desde entonces, la transmisión de las enseñanzas del Ari z”l de maestros a alumnos ha sido ininterrumpida.
EL QUE LO DICE NO LO ES
Creo que en Bet-El se encuentran los «verdaderos» cabalistas. ¿Por qué pienso de esta manera? En primer lugar, porque estos estudiosos son absolutamente sencillos y discretos. Pasan desapercibidos. No están en YouTube, porque el principio número uno de la Kabbalá es que «se estudia a puerta cerrada». No son charlatanes ni oportunistas. Son reservados y se mantienen “encubiertos”, (=undercover) por la regla de oro: “El que lo sabe no lo dice, y el que lo dice no lo sabe”. Viven con una sencillez que roza la austeridad. Simplemente, porque cuanto más uno se acerca de Dios, menos se preocupa por su vida material.
MINJA EN BET-EL
Para que conste: no sé nada de Kabbalá. Cuando voy a Bet-El, tengo una misión en mente: Rezar Minjá. A las 18:15 los alumnos salen de la clase murmurando entre ellos con satisfacción las nuevas lecciones que acaban de aprender. En preparación para Minjá, todos visten Talit y Tefilin. Y utilizan el Siddur del Rashash, que por mi ignorancia al respecto me resulta indescifrable. Rezo con ellos, pero sigo el texto normal. Comienza la Amida. Esta es la oración principal. Se dice de pie, en absoluto silencio y dirigiendo nuestro corazón a Dios. ¿Por qué estoy aquí? En primer lugar porque estoy rodeado de una energía contagiosa muy positiva y de gente que se toma muy en serio la concentración a la hora de rezar. Aquí encuentro lo que me resulta más difícil encontrar en el Kotel en un día de semana a esta hora de la tarde: un sublime e inspirador silencio. Pero rezo aquí, principalmente, porque por lo general dedicó diariamente 5 o 6 minutos para recitar la Amida, ¡pero aquí en Bet-El la Amida dura unos 40 minutos! En este entorno único, tengo la reunión más importante de mi vida: ¡40 minutos a solas con El Creador! Cierro los ojos y empiezo a recitar en silencio la Amida. Muy lentamente. Una vez que digo una palabra, me detengo. Y antes de pasar a la siguiente, la pienso, la mastico. Dejo que la palabra llegue a mi corazón y, con suerte, impacte mi alma.
UN EJEMPLO
Hay una palabrita en la Amidá que me tomo especialmente en serio, porque me ayuda a «resetear» mi mente, y repensar mi lugar en el universo. Es la palabra “ATTÁ”. El significado de ATTÁ es muy simple. ATTÁ significa «Tú». Como en “BARUKH ATTÁ” (Bendito eres Tú …Dios…). Pero cuando uno tiene 40 minutos para meditar en lo que está diciendo, se puede profundizas más. Así, más o menos, la vivo yo. “Cuando digo ATTÁ me estoy dirigiendo a DIOS directamente. Eso significa que ya no estoy pensando en Dios en la tercera persona. ¡Y ahora le estoy hablando a Él! Dios, me tengo que convencer, está aquí presente, frente a mí. Para dirigirme adecuadamente a Dios en la segunda persona del singular, debo hacer lo posible para sentir Su presencia de la manera más realista posible. Y al mismo tiempo, evitar visualizar a Dios, para no caer en el antropomorfismo, que es una forma de idolatría. Me doy cuenta de que es incorrecto pensar que “Dios está frente a mí”, porque eso sería ponerme a mí mismo en el centro. Debo moverme de allí. Cuanto más imponente se hace la presencia de Dios en el centro de mi atención, menos me cuesta trasladarme mentalmente a la periferia. De hecho: pasa automáticamente. Y cuanto más se afianza el “ATTÁ” en mi mente, más pequeño se siente el “ANI” (es decir: yo). Así, casi sin darme cuenta, me preocupo menos por pedirle a Dios que solucione mis problemas, porque de pronto se volvieron más triviales. Desde mi nueva perspectiva, que es la real, pienso que en lugar de pedirle a Dios que satisfaga mis necesidades, mi relación con Él debería basarse en el agradecimiento. Reconocer y que ATTÁ, “TU” es el origen, la fuente de todo lo que tengo. Cuando más se agiganta el ATTÁ más me asombra que Dios se interese por mí. Que me preste atención. Que para Él yo existo. En realidad mi significancia consiste en que para Él yo sea un “attá”.  Tomar más conciencia del ATTÁ, de Su inmediatez, debe ser la misión más importante en la vida. Minimizar el ego, reubicar a HaShem en el centro y apegarse a Él, es el secreto de la vida y de la inmortalidad del alma. Quiero quedarme aquí. Pero es hora de pasar a la siguiente palabra…”
EL PALACIO REAL
Israel es el Palacio donde reside el Rey. Jerusalem, Sus aposentos.
Dicen nuestros sabios que la Shejiná —Divina Presencia— nunca abandonó este lugar. Rezar aquí, a una distancia de la Cámara Real que se mide en metros, y no en miles de kilómetros, es una experiencia única y muy intensa. Este es el territorio donde el «ATTA» se siente con todo el corazón, se manifiesta en toda Su majestuosidad y con todo Su esplendor.
Yosef Bittón



¿Quiénes están exentos del ayuno del 17 de Tamuz?

Los menores de edad: niños menores de 13 años y niñas menores de 12 años están completamente exentos de este ayuno.

Las mujeres embarazadas están exentas de este ayuno.

Mujeres lactantes. En muchas comunidades Sefaradíes la tradición es que después de dar a luz las mujeres están exentos de ayunar durante 24 meses luego del parto, incluso cuando ya no están amamantando a su bebé. En otras comunidades Sefardíes y en las comunidades Ashkenazíes sólo se excusa de ayunar a las mamás durante los primeros 24 meses si todavía siguen amamantando a sus bebés.  Consulte con el rabino de su comunidad respecto a la costumbre a seguir.

Una persona que se siente mal, por ejemplo, con síntomas de gripe o fiebre, o una persona con una enfermedad crónica, como diabetes, no debe ayunar.

Las personas mayores de edad deben consultar con sus médicos para determinar si el ayuno afectará su salud y en ese caso están exentos de ayunar.

El ayuno del 17 de Tamuz comienza al amanecer y termina al anochecer.

Vea en este link  los horarios del ayuno en  su ciudad de residencia.