El Creador y el arquitecto

כך הקב״ה החריט לפניו את העולם, ולא היה עומד עד שברא את התשובה

פרקי רבי אליעזר פרק ג

LA CREACIÓN Y LA ARQUITECTURA

Hay un hermoso Midrash que compara a Dios, en el momento previo a la Creación, con un arquitecto que planea lo que está por hacer.  El arquitecto dibuja un plano con el complejo edificio que va a construir, lo visualiza y calcula si las fundaciones y los cimientos lo van a poder sostener.  Y se da cuenta que no. Que los cimientos no son suficientes, y que tarde o temprano el edificio se va a caer…  Sigue dibujando, prueba una cosa y luego otra, hasta que al fin logra encontrar la formula y determina qué cimentos necesita el edificio para sostenerse y no colapsar. 

El Midrash usa esta metáfora para explicar que cuando Dios estaba por crear este  mundo, pensando en el objetivo final de la creación,  la compleja especie humana, Dios se dio cuenta que para que el proyecto HUMANIDAD pudiera ser sostenible hacia falta crear algo sobrenatural.  LA TESHUBA, el arrepentimiento. La revolucionaria idea que uno puede volver atrás y corregirse.  Que los seres humanos podemos pedir perdón. Y que somos capaces de perdonar.

Sin este atributo DIVINO y sobrenatural la especie humana estaría destinada a colapsar. Como un edifico sin cimientos.

UNA IDEA SOBRENATURAL:

Pero ¿por qué decimos que al arrepentimiento es una idea sobrenatural?

Simplemente porque la naturaleza es cruel. Es decir, no existe el arrepentimiento, la reflexion antes o incluso despees de actuar.  No existe el dar marcha atrás, amenos que sea por un tema de supervivencia.

Las acciones que los seres vivos realizan no son reversibles.

La ley más importante en el mundo natural  es la ley de la causa y efecto.

En el mundo físico pasa algo parecido. . No hay reflexión, borrón y cuenta nueva.  El veneno cuando entra en el cuerpo no para por compasión. La naturaleza sigue su curso

En el mundo natural no existe el indulto para un crimen. ¿Por qué? Porque en la naturaleza no existe el crimen. Lo animales no pueden elegir lo que hacen. Están dominados por sus instintos.  El mundo natural se mantiene perfectamente bien  sin el «arrepentimiento» .

Y LA HUMANIDAD?

Con los seres humanos es diferente. Dios creo a los seres humanos dotados de libre albedrío. Es decir, con la capacidad “sobrenatural” de elegir nuestro proceder.  Los seres humanos podemos hacer obras de bien, y ayudar y no solamente cuando nos conviene  o cuando es ventajoso para nuestra supervivencia.   Los hombres tenemos la capacidad de practicar el altruismo, es decir, de hacer el bien. De manera tan sobrenatural o antinatural que a veces estamos dispuesto a sacrificar nuestra propia existencia, nuestra supervivencia para hacer el bien.

Pero la otra cara de la moneda del libro albedrío, es que también podemos elegir hacer lo incorrecto, mentir, engañar o dañar a otra persona.  Pensemos ahora qué pasaría con la raza humana cuando un individúo se equivoca y no puede volver atrás.  Cuando alguien toma la decision equivocada, por menor que sea, y ya no existe la posibilidad de enmendarla.   

ARQUITECTO

Comparando al Creador con un arquitecto, el Midrash dice que Dios entendió que la civilización que Él estaba diseñando, la humanidad, no podría sostenerse sin la posibilidad del arrepentimiento.  Imaginemos, por ejemplo, una sociedad en la que cada error cometido es irreversible.

Imaginemos la ausencia del perdón entre marido y mujer, entre padres e hijos, entre amigos y colegas, etc. Si no existiera la posibilidad del arrepentimiento, si cada acción equivocada que cometemos trajera automáticamente sus consecuencias, sin posibilidad de volver atrás, la vida sería insostenible.  Los hombres se volverían unos contra otros y la civilización humana desparecería.  

El Creador entonces concibió la TESHUBA. El perdón representa la idea fundacional sin la cual la civilización humana estaría destinada a colapsar. 

Para que nuestra sociedad se pueda mantener, debemos aprender a arrepentirnos, debemos aprender a pedir perdón y debemos aprender a perdonar.

NUEVO!!!!

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SHALOM BAYIT: Marte y Venus en la Torá 

EN EL PRINCIPIO

Estoy convencido de que todo lo que se necesita saber para aprender acerca de SHALOM BAYIT, es decir, los principios para una convivencia armoniosa entre marido y mujer, se puede aprender del relato bíblico de la Creación.  Hoy analizaré una de las diferencias fundamental entre hombres y mujer y trataré de demostrar que la Torá, con su exquisito y sofisticado estilo, de alguna manera, lo anticipó.  Nos basaremos en lo que menciona el autor John Gray, en su famoso libro “Los hombres son de Marte y las mujeres son de Venus”. 

Gray explica que la mujer necesita compartir.  Este es una de las diferencias más marcadas entre hombres y mujeres (y se aplica para aproximadamente el 90% de los hombres o mujeres). Muchas, veces en mis sesiones de counseling a parejas, escucho la misma queja por parte de las esposa: “Mi marido no comparte conmigo sus experiencias. No me cuenta lo suficiente sobre su día , lo que le hizo, lo que le pasó..  Se guarda todo. Es muy reservado. Poco comunicativo”   Muchas esposas piensan que el marido es reservado con ella, y sospechan que sus maridos no confían en ellas o no las quieren lo suficiente como para compartir con ellas sus emociones y sentimientos.    ¿Y por qué una mujer podría pensar así? 

VIDA EN EL PLANETA VENUS

Explica Gray que cuando una mujer tiene un problema, especialmente una situación que la tensiona, o la abruma, necesita  “hablar” de ese tema, compartir su carga con alguien más. Descargarse contándole su experiencia a otra persona. Su interlocutor, el que escucha, debe ser alguien de su confianza, y que la quiera. No por una cuestión de confidencialidad, sino porque  “sentirse comprendida” es parte de este proceso de catarsis.  En el planeta Venus, verbalizar y compartir un problema, no es un tema de comunicación, sino más bien de carácter terapéutico.. Si no habla de sus dificultades, el problems quedará adentro, en el pecho y allí, causa dolor y más tensión.  Gray dice que los hombres ignoran que una mujer necesita desahogarse de sus tensiones hablando de ellas, y por lo tanto, ni bien escuchan el problema de su esposa, ofrecen soluciones, que no es lo que la esposa busca o necesita.    Así lo explica John Gray: “ Cuando una mujer habla sobre su problema, el marido solo necesita  escucharla, y resistir la tentación de ofrecer una solución. Con solo escuchar, ayudará a su esposa a que sus niveles de oxitocina se eleven y la ayudará así a reducir su estrés”.

LA SOLEDAD DEL PLANETA MARTE

El hombre, dice Gray, es diferente. Por lo general, los hombres no se relajan hablando sobre lo que los perturba.  En realidad, el hombre actúa de una manera absolutamente opuesta al del la mujer: 180 grados diferente. En lugar de verbalizas sus conflictos para desahogarse, el hombre se descarga distrayéndose de su problema. Dejando de pensar en lo que lo preocupa.  Poniendo su cerebro en blanco o piloto automático durante 20 minutos o media hora. Un amigo me cuenta que cuando llega a su casa su esposa, que ya sabe esto, le da media hora de gracia para que se relaje “solo”. La mujer aprendió  esto de John Gray que dice que cuando un hombre llega a su casa tenso, lo primero que hora es refugiarse en su cueva, es decir, un espacio mental donde pone su cerebro en piloto automático. Por ejemplo, viendo las noticas o algún espectáculo deportivo en su computadora o en un televisor o matando extraterrestres en un video juego de su teléfono.  Necesita hacer algo banal, que no roquera ningún esfuerzo mental. “No olvides que tu marido necesita su tiempo en la cueva, así que no te ofendas si cuando llega a casa quiere ver la televisión o estar solo. Esta actividad mentalmente pasiva lo transforma en una persona mucho más agradable.” 

 MARTE Y VENUS EN LA TORA

Quisiera proponer que estos intrincados mecanismos mentales tan diferentes entre hombres y mujeres tiene su origen en uno de los detalles de la creación. A saber: que la mujer fue creada después de la creacion del hombre.

Veamos.  

El primer dato importante que hay que recordar es que a diferencia de todas las demás especies de seres, los seres humanos, el género masculino y el femenino — hombre y mujer— no aparecen simultáneamente, sino que fueron creados en dos actos de creación distintos, separados.   La creacion de los seres humanos se menciona muy sucintamente en el primer capitulado génesis, y luego se describe en detalle en el segundo capitulo. La creación del hombre se relata en el versículo 7. La Torá luego nos relata  “ que Dios asentó al hombre en el paraíso, donde estuvo  rodeado de plantas, árboles frutales y animales.  Recién en el versículo 22 Dios crea a la mujer y la introduce al paraíso de Adam.    

15 VERSICULOS DE SOLEDAD

El punto que me gustaría destacar es algo que no creo que muchos lo hayan notado.  Por un lapso que no creo que sea posible determinar en términos de tiempo-reloj, pero que lo podemos medir en 15 versículos —un lapso temático absolutamente considerable— Adam el primer hombre, vivió “solo”: con objetos, plantas y animales, pero sin un ser humano a su lado con quien comunicarse. Este fue el paraíso original del hombre. Y es la zona de confort, la cueva, a la cual el hombre regresa cuando necesita estar en paz.    

Para la mujer, Eva, el paraíso es muy diferente: hay árboles y animales pero existe también otro ser humano. Eva nunca estuvo sola en el paraíso. Cuando llegó a este mundo, Adam estaba allí, esperándola. Desde el principio Eva compartió el paraíso con otro ser humano. Su mundo era una cueva para dos.  Y esta es la zona de confort a la cual una mujer «regresa” cuando necesita relajase y sentirse bien: el paraíso compartido.  

Continuará 

EN MEMORIA: Yacob Cabuli Ben Sofia z»l




Los sacrificios en el Bet HaMiqdash y la paz en el hogar

AMOR, LEALTAD Y DEDICACION
Quiero compartir con los lectores una reflexión sobre la relación entre los qorbanot, las ofrendas que se hacían en el Bet haMiqdash, y  Shalom Bayit, la paz y armonía entre marido y mujer. No es extraño, ni inusual, que la relación entre marido y mujer se compare con nuestra relación con HaShem.  Nuestros Jajamim siempre vieron muchos puntos en común entre estas dos relaciones: amor incondicional, fidelidad y dedicación, entre otras cosas.  Un libro del Tanaj, Shir haShirim, el que Rabbí Aquibá definió como Qodesh Qodashim, trata exclusivamente acerca de este tema: la relación entre Am Israel y haShem, expresado en una metáfora que describe el amor entre un hombre y una mujer.
CONSISTENCIA
Veamos que podemos aprender de los qorbanot para mejorar nuestra relación matrimonial. Hay varios tipos de qorbanot. Algunos ejemplos: qorbán haTamid, era el sacrificio diario, se ofrecía TODOS los días del año. Este qorbán, que hoy es reemplazado por las Tefilot de Shajarit y Mjnjá, manifestaba nuestra conexión ininterrumpida con Boré Olam, nuestra inversión de tiempo en la relación MÁS importante en esta vida. La convivencia entre marido y mujer requiere un esfuerzo similar de constancia y persistencia. Muchas esposas se quejan de un déficit de atención de sus maridos. Particularmente para la mujer, es fundamental sentir que su marido piensa en ella y se dedica a ella. A los hombres nos cuesta entender esto porque para la mayoría de los hombres el nivel de la relación depende más de la «intensidad» de esa relación que de la inversión de tiempo. Me recuerda al peor libro que leí en mi vida, (S. Johnson), «Cómo ser un buen padre un minuto por día». En nuestra relación con HaShem, con nuestros hijos y con nuestra esposa, un minuto por día no alcanza, por más intensos que estos 60 segundos sean. Cuando nos olvidemos de esta necesidad emocional, recordemos el qorbán haTamid y pensemos que al amor por nuestro esposo o esposa es como una planta que si no se riega todos los días sufre, se debilita y se seca.
AGRADECER Y APRECIAR
Otro de los qorbanot que se ofrecían en el Bet haMiqdash era el qorbán Todá, una ofrenda de agradecimiento.  Este qorbán era importantísimo. Uno no puede dejar de reconocer y expresar su agradecimiento por lo que HaShem hace por él. De la misma manera, un esposo/a no puede dejar de reconocer, apreciar y agradecer lo que su esposa/o hace por él. En este punto, creo que no hay diferencia entre hombres y mujeres. Todos necesitamos sentir que lo que hacemos es apreciado.  Hay pocas cosas que nutren el amor de una pareja como el reconocimiento y el agradecimiento. Y pocas cosas que dañan nuestra relación como la falta de apreciación. Y tal como ocurre con el qorbán no se trata solo de «saber» que HaShem hizo algo por mí. Lo tengo que «expresar» con un qorbán, o el día de hoy con mis Tefilot. Esto es ( o debería ser) muy característico de un Yehudí. La palabra hebrea YEHUDI viene de la palabra TODA, que significa «gracias». El Yehudi es el ser humano que se acuerda más para agradecerle a HaShem que para pedirle. Lo mismo debe ocurrir con nuestro esposo/a.
¡YO NO FUI!
El más común de los qorbanot era el qorbán de expiación, jatat o asham. Cuando uno comete una transgresión, si lo que hizo fue sin querer o sin plena conciencia, se ofrecía el qorbán jatat, y si se hizo algo mal deliberadamente, se ofrecía el qorban asham. Ahora bien, antes de ofrecer estos qorbanot a HaShem había que corregir lo que hicimos mal: si por ejemplo, robé o dañé a alguien, antes de ofrecer el qorban debo restituir el dinero que robe o pagar por el daño que hice.   Y algo más: uno tenía que reconocer y confesar lo que hizo mal. De otra manera, ¡el qorbán no servía como expiación! Reconocer nuestros errores es importantísimo en la relación marido y mujer.  ¿Cuáles son las dos palabras más importantes en la relación marido y mujer?   ¿» Te amo», ¡»Qué lindo»! ,»¿Estás equivocado?». Las dos palabras más importantes son «Me equivoqué». O «Tenías razón» o «¿Me perdonas?».   Cuanto más dispuestos estemos a reconocer nuestros errores, que son inevitables en cualquier relación afectiva, más se fortalecerá esta relación. Y por el contrario, cuando sólo tratamos de justificarnos, defendernos, acusar al otro, y jugar al «YO NO FUI», nuestra relación con nuestra esposa o esposo, así como con Boré Olam, no se fortalecerá.
Nuestros hogares deben ser un Mishkán, un Templo donde servimos a HaShem, y de este servicio también debemos aprender cómo fortalecer nuestro matrimonio.



HILJOT TESHUBA 1:1. Arrepentirse con palabras

אנא ה’, חטאתי, עויתי, פשעתי
La Teshubá, el arrepentirse por lo que uno hizo mal, es una Mitsvá de la Torá y una extraordinaria oportunidad de rectificar, enmendar, retractarnos y no quedar condenados para siempre por un error cometido.
Si bien la Teshubá tiene que ver con los sentimientos de culpa y remordimiento, por ser una Mitsvá (precepto), la Teshubá está sujeta a leyes y detalles técnicos que debemos aprender.
En primer lugar, explica Maimónides, en el proceso de Teshubá hay 2 elementos fundamentales. Uno es el sentimiento de contrición que uno debe sentir por lo que hizo mal.  Y luego está el Viduy o confesión, es decir, la obligación de articular y expresar con palabras lo que hicimos mal. Esta confesión no se hace frente a otra persona sino privadamente, frente a Dios. El Viduy es lo que completa el proceso de Teshubá.
Estos dos elementos, el arrepentimiento y la confesión son excluyentes:  por un lado, si confesé lo que hice pero internamente no me arrepiento de lo que hice, mi confesión no tiene ningún valor.  Por el otro lado, si me arrepiento de lo que hice, pero no lo articule con palabras, mi Teshubá no se considera completa ya que la Mitsvá de Teshubá sólo se cumple una vez que uno confiesa lo que hizo mal (ver Bamidbar 5: 6-7).
Maimónides también explica en qué consiste esta confesión.  Y cita un texto mínimo del Viduy que contiene los elementos fundamentales de la misma. Veamos:
1. ANNA: «Por favor»…: con esta palabra comienza el Viduy o confesión. Esto nos da a entender que lo que estamos solicitando de HaShem no nos corresponde por derecho: en realidad al pedir perdón estamos pidiendo «un favor». Que HaShem nos perdone por compasión…. Sabiendo que en realidad, y de acuerdo a la literalidad de lo que dice la Torá, mereceríamos ser castigados por nuestras transgresiones.
2. HASHEM: «Dios». Aquí estamos afirmando que nuestra confesión la hacemos directamente frente a Dios. No porque Él necesite que yo le cuente lo que hice, ya que HaShem conoce nuestras acciones, nuestros pensamientos, nuestras intenciones, etc.  Soy YO el que necesita concientizarse que estoy hablando frente a HaShem, y que por lo tanto, no puedo negar, ocultar o ignorar lo que hice mal. Al decir el nombre de HaShem me tengo que dar cuenta que estoy ante Alguien a quien no puedo engañar y estoy obligado a buscar y decir la verdad.
3. JATATI, AVITI, PASHATI. «Me equivoqué, pequé, me rebelé…». Estas tres palabras marcan los 3 niveles posibles de transgresión. Las transgresiones que cometimos se van a diferenciar una de otra de acuerdo a mi intención.
«Me equivoqué», esta categoría incluye aquellas malas acciones que cometí involuntariamente, por error, por ignorancia, sin plena conciencia.
«Pequé», indica las transgresiones que cometí voluntariamente, con plena conciencia, sabiendo que estaba actuando mal. Y lo hice porque fui débil y no me pude contener, no pude controlar mis instintos.
«Me rebelé», este es el nivel más grave. A veces algunas personas actúan en contra de la Torá no porque no puedan controlar sus impulsos sino porque quieren demostrar algo: por ejemplo, que nuestra Torá no sirve, que es algo primitivo, o que uno está por encima de ella, etc. En este caso, quien comete un pecado no lo hace por debilidad sino quizás por arrogancia. Está haciendo una manifestación, una declaración de sus principios anti-religiosos. Es importante notar que si bien este es el nivel más grave y ofensivo en el cual se comete una transgresión, las puertas de la Teshubá están abiertas, también en este caso.



Maimónides, y los tiempos mesiánicos (5ta parte)

Para culminar la presentación sobre el tema MAIMONIDES Y EL MASHIAJ vamos a traducir y explicar parte del último capítulo del Mishné Torá en el cual Maimónides se refiere a los tiempos mesiánicos.

HILJOT MELAJIM

Capítulo 12

1) Que no se le ocurra a uno pensar que en los días del Mesías algo cambiará en las leyes físicas y naturales establecidas desde los tiempos de la Creación: en realidad, el mundo seguirá su orden natural. Y lo dicho en Isaías “Y el lobo morará con el cordero, y el tigre se recostará al lado de la cabra” (Isaías 11:6), [que aparentemente sugiere que los animales carnívoros dejarán de perseguir a sus presas] es una parábola y una metáfora. Y lo que quiere decir es que Israel [el cordero o el cabrito que los predadores quieren devorar] vivirá en paz con las naciones del mundo, que [por su permanente agresión y amenazas hacia Israel] fueron comparadas con lobos y tigres [respecto al cabrito,Israel]…. todas las naciones volverán a la religión verdadera, y no habrá robo ni corrupción, sino que cada cual consumirá lo suyo con la misma paz y tranquilidad que Israel, como está dicho: «Y el león, como el ganado, comerá paja» (Isaías 11:7).

2) Y asimismo, todas las cosas que están escritas [en los profetas] acerca del Mesías, son metáforas.  Y recién cuando estos eventos ocurran en los días del Rey Mesías, todos sabremos [retroactivamente] a qué se referían estas alegorías y qué significaba [lo que dijeron los profetas]. Los sabios afirmaron, que no habrá ninguna diferencia entre este mundo y los días del Mesías, a excepción el yugo de las naciones [la opresión a Israel; que en los tiempos mesiánicos se acabará].

3) Parecería desprenderse de las palabras de los profetas [como dice Maimónides más adelante: no tenemos una qabbalá, es decir: una información sólida transmitida por los Sabios a través de las generaciones respecto a los temas concernientes al Mashiaj, por lo tanto, todo lo que dijeron los Sabios en este tópico es especulativo y discutible] que al inicio de los tiempos del Mesías habrá una guerra entre Gog y Magog [me pregunto si no sería posible pensar que esta guerra, con tantas implicancias para los judíos, fue la Segunda Guerra Mundial… Y.B.]   y que antes de la guerra de Gog y Magog, se levantará un profeta en Israel para encauzar a Israel [en las leyes de la Torá] y preparar sus corazones: como está dicho: «He aquí, yo enviaré, al profeta Eliyahu» (Malají 3:23). Y el Mashiaj no vendrá … más que a establecer la paz en el mundo, como está dicho: «Y volverá el corazón de los padres hacia los hijos» (Malají 3:24).

4) Y hay algunos de los Sabios que dicen que antes de que llegue el Mesías, llegará el profeta Eliyahu. Y toda esta información y otras opiniones semejantes [respecto a qué sucederá en los tiempos mesiánicos] no se sabrá cómo será, hasta que ocurra, ya que estas palabras de los profetas, son [metáforas cuyo significado es desconocido] y los Sabios no han recibido una interpretación [unánime e indiscutida sobre este tema, como ocurre en todos los demás tópicos de la tradición oral] por lo tanto, los Sabios interpretan [las palabras de los profetas] de acuerdo a su parecer y opinión personal de estos textos. Y es por eso que [los Sabios] difieren en sus explicaciones sobre los tiempos mesiánicos.  Y en todo caso, el orden en el cual estos eventos se desarrollarán y sus detalles [que no se conocen con certeza] no representan un principio de nuestra Torá [que es obligatorio creer].

5) Y por este motivo, una persona no debe dedicar tiempo a estudiar las palabras de los rabinos [Hagadot] ni debe detenerse a analizar sus explicaciones sobre estos temas [es decir, todos los detalles de la llegada del Mesías y de los tiempos mesiánicos], ya que estos detalles [aparte de ser puramente especulativos] no representan un principio de nuestra Torá, y no llevan al hombre a [incrementar] su amor o  temor por Dios. [Y respecto a cuándo exactamente llegará el Mesías] los Sabios se manifestaron duramente [prácticamente:maldijeron] a todos aquellos que aseveran saber a través de sus cálculos cuándo exactamente llegará el Mesías [los Sabios fueron muy duros con estos individuos, porque cuando el tiempo determinado por estos adivinadores no llegó, la gente se decepcionó, dejó de tomar en serio a los Sabios y se creó una gran profanación del nombre Divino, como ocurrió con Shabbetay Zvi].  Pero [lo que se debe hacer al respecto] es esperar que llegue el Mesías y creer que llegará, como lo hemos explicado.

7)  Los profetas y los Sabios nunca dijeron que en los días del Mesías los judíos gobernarán el mundo, ni dominaran a las demás naciones, ni que las demás naciones los servirán.  Los Sabios no nos enseñaron que en los tiempos mesiánicos [nos dedicaremos a los lujos e indulgencias]: comer, beber y divertirse. La aspiración de los judíos es que en los tiempos Mesiánicos [tendremos paz y abundancia] para que, libres de preocupaciones materiales, podamos dedicarnos [con libertad y holgura a estudiar y observar] la Torá, sin que nada ni nadie nos lo impida. Y así seremos merecedores [luego de esta vida] de la vida eterna en el mundo por venir, como explicamos en las leyes de Teshubá.

8) [En los tiempos mesiánicos] no habrá ni hambre, ni guerra, ni envidia, ni competencia –el mundo gozará de bienestar, abundancia y  prosperidad.  Y [al no tener que ocuparse tanto de trabajar para cubrir las mínimas necesidades] la humanidad entera se ocupará exclusivamente de conocer [acercarse y conectarse con] Dios. Y, por lo tanto, la sociedad humana alcanzará un gran nivel de sabiduría en los temas que [hasta ese entonces] eran inaccesibles o desconocidos.  Y el conocimiento del Creador se acrecentará tanto como sea posible para un ser humano, como está dicho: «Y la tierra estará tan llena del conocimiento de Dios, como las aguas que cubren el mar» (Isaías 11:9).

Maimónides no discute el tema de Tejiyat HaMetim cuando habla sobre el Mashiaj porque los dos temas no están necesariamente relacionados como que ocurrirán simultáneamente.  Muchos lo criticaron por esta omisión y lo malinterpretaron, algunos con mala intención, al punto que Maimónides tuvo que defenderse y escribir una epístola, una larga carta, llamada IGGERET TEJIYAT HAMETIM. En esa carta, para la desilusión de muchos, Maimónides no provee todos detalles «jugosos» que la gente no muy sofisticada desea conocer acerca de la resurrección de los muertos. Su énfasis está puesto en afirmar que TEJIYAT HAMETIM es una parte integral del sistema de creencias judío y aseverar que no se trata de una metáfora o algo que puede ser interpretado no-literalmente. No obstante, más allá de creer en este concepto en general, no podemos saber a ciencia cierta ni cómo ni cuándo ocurrirá.  Para leer más respecto a Tejiyat HaMetim, ver este artículo




TEJIYAT HAMETIM: Volver a los diecisiete

 יפה שעה אחת בתשובה ומעשים טובים בעולם הזה, מכל חיי העולם הבא
Es mejor un momento de Teshubá (arrepentimiento) y buenas acciones en esta vida, que toda la vida del mundo por venir.  
Pirqué Abot, 4:17.
El último de los 13 principios de la fe judía que escribió Maimónides es la creencia en Tejiyat haMetim, es decir: la resurrección (no confundir con reencarnación) de los muertos. Vamos a explicar lo que dice este gran Sabio. Me baso particularmente en lo que escribió al respecto en su epístola que se llama IGGERET TEJIYAT HAMETIM .
Tejiyat haMetim es un principio indiscutible de la creencia judía.  Se encuentra en los libros de los profetas, en el Talmud , en los Midrashim y fue incorporado por nuestros Sabios nada menos que en la segunda bendición de la Amida, que recitamos 3 veces por día. Maimónides también explica que Tejiyat haMetim no puede ser interpretado metafóricamente. Tejiyat haMetim significa que en un futuro el cuerpo y el alma volverán a estar unidos, como estuvieron antes de la muerte. Maimónides aclara que esto no significa que los seres humanos ya no habrán de morir, sino que seguiremos siendo mortales.  Ahora bien, comprender cómo es que esto ocurrirá, es decir, de qué manera el cuerpo resucitará es una idea que está más allá de nuestro poder de visualización e imaginación.
Una de las cosas más interesantes que dice Maimónides es que la resurrección no ocurrirá para todas las personas sino sólo para los Tsadiquim, las personas justas y rectas. Y deduce esto de un Midrash que dice que a veces la recompensa divina beneficia al bueno y al malvado simultáneamente, por ejemplo, la lluvia, que cuando cae no distingue entre el campo del bueno y el del malo. Sin embargo, aclara el Midrash, tenemos el caso de Tejiyat haMetim, que es un ejemplo de recompensa selectiva, ya que sólo alcanzará a los Tsadiquim.
¿Y por qué sólo los justos se beneficiarán de la resurrección? Este punto nos ayudará a entender mejor la naturaleza de Tejiyat haMetim.
Nuestro objetivo principal en la vida, como judíos, es acercarnos a HaShem, aprendiendo todo lo que podamos sobre Él y ejerciendo Su voluntad. Para eso, para conectarnos con HaShem, estudiamos y observamos Su Torá.  Los tsadiquim son las personas justas que dedican su vida a este propósito y no se dejan llevar por distracciones materiales. Al fallecer,  nuestras almas o neshamot llegan hasta la Presencia de HaShem: esto es , el Olam haBa, el mundo por venir: una dimension no material de la existencia donde las » almas de los justos se deleita de la Presencia Divina». Pero este deleite no es similar para todas las almas.  Cada alma disfruta, percibe, vive la presencia de Dios que de acuerdo al nivel que haya alcanzado en esta vida terrenal.   Irónicamente, en el mundo por venir podemos disfrutar de la Presencia de Hashem, pero no podemos crecer ni progresar en esa percepción. De manera que nuestro acercamiento y capacidad de comprensión de HaShem en el mundo por venir depende de nuestra comprensión de HaShem en esta vida.  Ahora se puede entender mejor por qué al Tsadiq, a aquel que sabe cuál es su misión en esta vida, le será concedida una oportunidad adicional para crecer más en esta vida y así alcanzar un nivel superior en el mundo por venir.
Pero, una persona malvada o a una persona totalmente materialista, dedicada sólo a los placeres y a las distracciones materiales: su dinero, su imagen, y a la satisfacción inmediata de placeres físicos, etc. ¿para qué habría de concederle Dios más tiempo en esta vida? ¿Para seguir persiguiendo la satisfacción de sus impulsos, y se siga distrayendo con materialismo? Como mencionamos en el Midrash que compara la resurrección con la lluvia, para Maimónides Tejiyat haMetim es entendida como «una recompensa exclusiva para los justos», una oportunidad adicional de crecer,  y no como una oportunidad para corregir o reparar lo que hicimos mal….   Tal como lo explica esa importantísima Mishná de Pirqué Abot que mencionamos arriba, la oportunidad de reparación, la Teshubá y el arrepentimiento lo debemos realizar en esta vida terrenal,  en la misma dimensión que tenemos la oportunidad de hacer buenas o malas acciones  (asusta pensar que esta corta vida tenga tanta trascendencia, ¿verdad?)
Para entender un poco mejor la idea del Midrash y de Maimónides, pensemos en el siguiente ejemplo que ilustra a Tejiyat haMetim. Imaginemos que a alguien de 80 años se le ofreciera el elixir de la juventud para volver a los 17 años de edad, ¿qué desearía una persona hacer con su vida si tuviera nuevamente 17 años? Uno puede decir: «Quiero volver a los 17, y con la experiencia que tengo me gustaría hacerme rico,  manejar un coche convertible, e ir a todas las fiestas posibles». Una segunda persona podría decir:  «Ahora que tengo 80 años, sé lo que es importante en esta vida, si tuviera una nueva oportunidad y volviera a los 17, dedicaría mi vida a desarrollar más y mejor mi relación con Dios» . De acuerdo a Maimónides, solo este segundo individuo calificaría para Tejiyat haMetim.



KI TETSE: La Torá y los derechos humanos.

ואחר כן תבוא אליה…ולקחת לך לאשה
 
 

CRÍMENES DE GUERRA

A lo largo de la historia de la humanidad, los líderes militares de todos los pueblos de la tierra motivaban a sus guerreros a conquistar al enemigo, alentándolos con la promesa de obtener el tentador botín de guerra: dinero, despojos… y las mujeres del enemigo. Este era el botín que le correspondía al victorioso, y un gran aliciente para pelear con más valor y adrenalina. Las mujeres capturadas eran tratadas como objetos, a voluntad del soldado. Las pobres víctimas, después de ser abusadas, eran asesinadas o, en el mejor de los casos, vendidas como esclavas. El asalto sexual en tiempos de guerra no es un tema del pasado. En este artículo con el sorprendente título  «Desafiando a una tradición que goza de impunidad»  podemos leer acerca de la prevalencia y la tolerancia de las violaciones en tiempos de guerra, incluso en pleno siglo XX.

LA TORA ES DIFERENTE

En la Parashá de esta semana, vemos que la Torá demanda del soldado judío una conducta excepcional, completamente distinta al soldado gentil. Una actitud de respeto hacia el enemigo que no tiene precedentes ni paralelos en los anales de la historia, probablemente hasta bien avanzado el siglo XX. Para marcar más este punto, recordemos, por ejemplo, los terribles abusos a mujeres en la invasión de Japón a Nanjing, China, en 1937; o el comportamiento de los soldados rusos en Alemania, o incluso en pleno siglo XXI los abusos inhumanos del ejército de ISIS hacia las mujeres Yazidis (ver aquí ).

La Torá, con un increíble y quizás poco apreciado sentido de la anticipación por los derechos humanos, comienza la Parashá de esta semana refiriéndose a «los derechos de la mujer» prisionera de guerra. La Torá establece que el soldado judío no podía cohabitar con la prisionera, y si la desea tenía la obligación de casarse con ella (algo que la Torá, de esta sugestiva manera, desaconseja). De acuerdo con la ley judía, los prisioneros de guerra o ‘eved kenaaní, eran convertidos automáticamente al judaísmo, lo cual les daba una mayor protección de sus derechos. Si el soldado judío se casaba con ella, debía permitirle guardar luto por su familia, dejando crecer sus uñas y rapando su cabello (siguiendo las costumbres de las civilizaciones gentiles en los tiempos bíblicos). Recién después de que pasara ese período de duelo, la podía desposar. Y una vez casados, no podía tratarla a ella ni a sus hijos como una esposa de segunda categoría, ni hacerla trabajar como una sirvienta. Todas estas “regulaciones” pasaban por la mente del soldado a la hora de encontrarse en el campo de batalla con una mujer cautiva y obviamente  cierta manera lo hacía reflexionar acerca de las consecuencias «legales» a largo plazo que esta acción implicaba. Por un lado era una forma de entrenar al soldado judío a controlar sus impulsos, aún en el caos de la guerra y     Y la idea, obviamente, era que todas estas regulaciones legales a futuro lograran disuadir al soldado judío de tomar a esta mujer indefensa, sabiendo que si se dejaba llevar por su impulso, tendría que hacerse cargo de las consecuencias de su accionar.

Es extraordinario el entrenamiento mental que la Torá demanda de un hombre judío, y es especialmente admirable que estas demandas se establezcan en el área sexual y en el campo de batalla, y con respecto al trato al enemigo, donde por lo general rige un estado de anarquía psicológica, donde cualquier abuso del soldado hacia el enemigo puede encontrar su justificación en la revancha, odio natural o enemistad u odio natural hacia el enemigo. 

Por otro lado estas leyes protegían los derechos  de las mujeres del enemigo de abuso sexual. NO EXISTE NINGUN PRECEDENTE DE ESTE TIPO DE LEYES DE PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS DEL ENEMIGO EN NINGÚN PUEBLO DE LA ANTIGÜEDAD. Al enemgio se lo trataba como un objeto a disponer para ser abusado, torturado,   vendido o asesinado. 

El asalto sexual en tiempos de guerra no es un tema del pasado. En este artículo con el sorprendente título «Desafiando a una tradición que goza de impunidad» podemos leer acerca de la prevalencia y la «tolerancia» de las violaciones en tiempos de guerra, incluso en pleno siglo XX.

LA TORA ES DIFERENTE
En la Parashá de esta semana vemos que la Torá demanda del soldado judío una conducta excepcional, completamente distinta al soldado gentil. Una actitud de respeto hacia el enemigo que no tiene precedentes ni paralelos en los anales de la historia, probablemente hasta bien avanzado el siglo XX. Recordemos, por ejemplo, los temendos abuoss en la invasión de Japón a Nanjing, China, en 1937; o el comportamiento de los soldados rusos en Alemania, o incluso en pleno siglo XXI los abusos inhumanos del ejéricto de ISIS hacia las mujeres Yazidis (ver aquí https://globaljusticecenter.net/files/CounterTerrorismTalkingPoints.4.7.2016.pdf). La Torá, con un increíble y quizás poco apreciado sentido de la anticipación por los derechos humanos, se refiere en la Parashá de esta semana a «los derechos de la mujer» prisionera de guerra. La Torá establece que si el soldado judío quisiera estar íntimamente con esa mujer, tenía la obligación de casarse con ella (algo que la Torá, de esta sugestiva manera, desaconseja). De acuerdo a la ley judía estos prisioneros de guerra o ‘ebed kenaaní, eran convertidos automáticamente al judaísmo, lo cual les daba una mayor protecieon de sus derechos.  Si el soldado judío se casaba con ella debía permitirle guardar luto por su familia, dejando crecer sus uñas y rapando su cabello (siguiendo las costumbres de las civilizaciones gentiles en los tiempos bíblicos) y recién después de que pasara ese periodo de duelo la podía desposar. Una vez casados, no podía tratarla a ella o a sus hijos como una esposa de segunda categoría, o hacerla trabajar como una sirvienta. Todas estas “regulaciones” pasaban por la cabeza del soldado a la hora de encontrarse con una mujer cauitva que lo ataría y en cierta manera lo hacían reflexionar si realmente le convenía dejarse llevar por su impulso “ahora” y tener que pasar por todo ese proceso después«.  La idea, obviamente, era que todas estas regulaciones legales a futuro lograsen disuadir al soldado judío de tomar a esta mujer indefensa, sabiendo que si se deja llevar por su impulso tendría que hacerse cargo de las consecuencias de su accionar.

Es extraordinario el entrenamiento mental que la Torá demanda de un hombre judío, y es especialmene admirable que estas demandas se establezcan en el area sexual, y en el campo de batalla y con respecto al trato al enemigo, donde por lo general rige un estado de anarquía psicologica, donde cualquier abuso del soladado hacia el enemigo puede encontrar su justificaieon.  no la disciplina .

LA POSTERGACIÓN EN LA LUCHA POR LA VIDA

Hay algo más que los comentaruats biblicos no pasan por alto.  La Torá —atenta al estado psicológico de un soldado vencedor frente a una mujer atractiva e indefensa en el campo enemigo, donde la adrenalina fácilmente se combina con la testosterona— no le dice al soldado «no puedes estar con esa mujer» y punto. Primero, porque un simple «no» en estas circunstancias extremas podría ser demasiado pedir y terminar quizás en los resultados no deseados: abuso y violación. La Torá diseñó una estrategia para que el soldado piense y reflexione» y no se deje llevar por su impulso en plena guerra. Este «mecanismo mental » que la Torá diseñó es la postergación. Rashí explica que esta lección bíblica va más allá del caso específico de un soldado en el campo de batalla. La Torá nos esta enseñado una estrategia para enfrentar al yetser hara: los impulsos básicos, los instintos hormonales o los deseos físicos cuando son inoportunos. En lugar de decirle NO, la Torá le dice al soldado: SI, pero ahora NO. La postergación de la gratificación es un conocido instrumento psicológico que educa al individuo y lo entrena para controlar sus impulsos y madurar.

UN DULCE YA, O DOS UN POCO MAS TARDE

El experimento del marshmallow,  (malvavisco, una golosina grande y esponjosa), en 1972, fue un estudio sobre la “gratificación postergada” .  Fue dirigido por el psicólogo Walter Mischel, profesor de la Universidad de Stanford. En este estudio, se le ofreció a un niño la posibilidad de elegir entre una recompensa pequeña,  pero inmediata, un solo marshmallow  ahora; o dos recompensas pequeñas, 2 marshmallows, si esperaba un período de tiempo. Una vez que le explica esto al niño, el investigador sale de la habitación durante unos 10 minutos y luego regresa con el segundo dulce en la mano que se lo da aquel que resistió la tentación de la gratificación inmediata . En estudios de seguimiento, los investigadores encontraron que los niños que podían esperar más tiempo y controlar el impulso de comerse el marshmallow YA tendían a tener mejores resultados en la vida de jóvenes y adultos, según lo medido por las puntuaciones en los exámenes de graduación (SAT), logros educativos, índice de masa corporal (peso) y otras temas que demandan «la postergación de la gratificación en el presente» para obtener una mayor gratificación en el futuro

SI NO AHORA… ¿CUÁNDO?

Pero la postergación es también un arma de doble filos. Retrasar un proyecto bueno y saludable, que sabemos es necesario para mejorar nuestra vida, suele ser una de las trampas psicológicas más comunes que nos ponemos a nosotros mismos. Por ejemplo, cuando necesitamos perder peso,  y sabemos que tenemos que seguir una dieta estricta, muchas veces en lugar de decirnos a nosotros mismos: «No lo voy a hacer», «Renuncio a tener una buena salud» –un argumento que nuestro sentido común y nuestra culpa no toleraría– usamos la estrategia psicológica de la postergación, pero al revés: retrasamos la dieta de una semana a la otra. De esta manera, nuestra culpa está acallada y porque «hemos resuelto hacerla» y el tiempo traerea el olvido… .

En el área de nuestra superación espiritual, la postergación también es una trampa mortal. Durante el mes de Elul, Y cuanto más nos acercamos a Rosh HaShana y Yom Kippur, nos comprometemos con nosotros mismos a adoptar nuevos hábitos, y decidimos hacer algunas mejoras importantes en nuestra vida judía. Por ejemplo: «Este año me dedicaré una hora cada mañana a estudiar Torá; a leer este libro tan bueno que tanto me han recomendado» . Pero luego, cuando encontramos que este proyecto es un poco difícil, lo suspendemos ¡Pero sin renunciar al mismo por completo! Nos decimos a nosotros mismos que en realidad no nos vamos a dar por vencidos. Solo estamos retrasando este proyecto hasta que encontremos un mejor momento. Nos convencemos de que en este momento, estamos muy ocupados, los negocios muy demandantes, etc. y que cuando las cosas mejoren y estén más tranquilas, lo volvemos a empezar. La trampa está en que no renunciamos a la idea por completo… al procrastinar, es decir, retrasar este proyecto hacia el futuro, hacemos que sea más fácil para nosotros abandonarlo y :«dejarlo morir por postergación» . ¡El lado destructivo de nuestra imaginación — el yester hara como lo define Maimónides— nos tendió una trampa psicológica y nos convertimos en víctimas de viejo síndrome de procrastinación.

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Venciendo la postergación

 

¿Cuántas veces nos hemos reprochado el no haber hecho o comenzado antes, tareas que sabíamos eran importantes y teníamos que hacer? ¿Cuántas veces hemos estado molestos con nosotros mismos, porque a causa de nuestra pereza ahora tenemos que hacer las cosas apurados a último momento y con un estrés que nos hace doler el estómago o nos hace sentir que quisiéramos llorar? Pues esa dejadez, por la que casi inadvertidamente vamos dejando las cosas cada vez más atrás en nuestra agenda, tiene un nombre, se llama procrastinación. La procrastinación es la evasión de hacer tareas o actividades que necesitan ser atendidas.

La procrastinación es en definitiva un gran límite para alcanzar aquellos objetivos que deseamos en la vida, desde darnos un momento para aquel pasatiempo que tanto nos gusta, hasta objetivos más importantes relacionados con el área laboral o la familia. El postergar es en sí un engaño a nosotros mismos que en definitiva termina siendo una agresión. Ello se debe a que nos fallamos no tomando en la práctica medidas para alcanzar aquellas cosas que tanto deseamos y con las que habíamos estado soñando. Todo lo cual, redunda en una pérdida de la propia confianza y en dudas acerca de las propias capacidades.

Más allá del falso alivio que pueda generarnos en un primer momento, el posponer interminablemente, implica un gran desgaste que puede según vaya progresando la situación, llevar a sentir culpa, una gran angustia o incluso a la depresión.

Por lo general, tendemos más a postergar aquellas cosas que nosotros mismos decimos que queremos hacer, que aquellas que otras personas nos ordenan que hagamos.

¿Qué causa la procrastinación?

Uno de las actitudes que más barreras nos pone para actuar es la autocrítica desmedida, ya sea por errores cometidos o por miedo a cometerlos. Esta humillación hacia uno mismo al pensar que no somos lo suficientemente buenos, que no tenemos la suficiente capacidad como para realizar la tarea (aún teniendo en la realidad los conocimientos para hacerla), según la gravedad del caso, puede conducir a la depresión, pero lo que siempre conlleva es sin dudas, sentirnos inferiores a los demás.

Al tener pensamientos de este tipo, no estamos centrando la atención en lo que realmente hacemos, sino en lo que tememos piensen los otros. Por lo cual, al momento de ser protagonistas del cambio es necesario que focalicemos esa energía en nuestra participación activa en la situación. Será así cómo lograremos aprender de los resultados, ya sean éstos positivos o negativos, siempre van a implicar un proceso de aprendizaje.

Un elemento que suele ir de la mano con la autocrítica exagerada, es el fijar objetivos irracionalmente perfectos. Cuando nos imaginamos que esa meta que queremos alcanzar es completamente espléndida, generalmente a corto o mediano plazo, nos encontramos ante una frustración difícil de tolerar cuando la realidad nos demuestra que las cosas no son perfectas.

El pensar que tenemos el deber de hacer todo sin el más mínimo error, o de lo contrario no valemos, produce una presión junto con una gran inversión de energía psico – física en comenzar actividades nuevas mientras se desatienden otras importantes ya iniciadas.

El postergar por temor a fallar, sólo contribuye a seguir aumentando el temor. Entrando así, en un círculo vicioso donde, con ideas irracionales, pensamos que luego vamos a estar en mejores condiciones para hacer las cosas bien intentando así llegar a la excelencia. En realidad, cada vez nos vamos dejando menos tiempo para hacer lo mejor posible la tarea. Incluso, el temor puede ser tal, que hasta se posponga realizar cosas básicas y sencillas para empezar la actividad, como reunir la bibliografía para preparar ese examen que tenemos que dar, o hacer un esquema de ideas antes de redactar ese trabajo que tenemos que hacer, o tomarnos quince minutos para caminar en esa jornada menos sedentaria que nos prometimos que íbamos a tener.

Otra posible causa, son las dificultades en la concentración, exceptuando los puntos anteriores que también pueden afectar la concentración, esta dificultad muchas veces se debe al menos en gran parte, a condiciones propias del ambiente donde se va a realizar la actividad.

¿Cómo puedo mejorar la situación?

Para avanzar hacia las metas importantes que queremos alcanzar en nuestras vidas, es preciso comprender que en el camino nos encontraremos con algunas frustraciones, de las cuales podremos aprender para seguir adelante. Ya que si no admitimos esta realidad, el no haber hecho nada para lograr aquello que tanto queríamos nos implicará una frustración mucho mayor. Por tanto, la aceptación de la posibilidad de encontrarnos con dificultades es una actitud acertada que nos pone en un camino real hacia lo que queremos.

Una actitud muy usual cuando estamos procrastinando, y que solemos tomar con naturalidad, es priorizar las cosas urgentes en vez de las importantes. Lo primero que hay que hacer para intervenir en este aspecto, es distinguir bien cuáles son las cosas importantes para nosotros, ya sean por ejemplo, dedicarle más tiempo a la familia, empezar una dieta o estudiar un tema sobre el que queremos saber. Escribir todo eso en un papel para ponerlo en claro puede ser de más ayuda de lo que parece.

Los asuntos urgentes a veces efectivamente requieren atención en el momento mismo, pero otras tantas, somos nosotros quienes les damos a ciertas cosas el carácter de urgente para evadirnos de aquellas importantes ya sea por falta de confianza o incluso porque no nos atraiga mucho realizarlas más allá de su importancia. Algo muy útil aquí, es establecernos una cantidad de días específica para hacer la actividad, pautando desde el principio cuántos días por semana y horas por día vamos a dedicarle.

Una vez que tienes un panorama más claro de lo que es importante para ti, uno de los primeros pasos para ayudarte es modificar el ambiente en el que estás, de modo tal de convertirlo en un factor favorable para el trabajo. Por ejemplo, intentar estudiar en una habitación ruidosa a muchas personas les afecta notoriamente su capacidad de concentración, o bien, redactar un trabajo importante en un escritorio caótico, desbordante de papeles y otros objetos tiende a aumentar nuestra ansiedad, mientras que si el escritorio está ordenado ese ambiente de trabajo nos ayuda a mantener una sensación de mayor tranquilidad y control.

Proponerse dividir la tarea y realizarla por partes, en especial si se trata de algo que lleve mucho tiempo, es una buena opción para adoptar una actitud activa sin sobrecargarnos y sentirnos demasiado cansados. Esto último sería muy contraproducente, ya que en próximas ocasiones podría aumentar nuestra resistencia a llevar a cabo la actividad, o bien hacerla a último momento cuando las circunstancias nos obliguen a ello, lo cual suele generar un monto de estrés que hubiese podido evitarse. Al decidir tomar esta estrategia e ir avanzando paso a paso, verás cómo si escribiste una lista, ésta se irá acortando y si vas tachando cada cosa que vayas realizando, ese será un efecto visual que te dará mayor tranquilidad, ya que es como una suerte de demostración de que estás haciendo algo.

Muchas veces las acciones a realizar no están relacionadas con los objetivos importantes que nos trazamos, pero sí son cosas que debemos atender cuanto antes y que además no nos resultan muy agradables. En esos casos, usualmente la mejor opción es llevar a cabo la actividad en cuanto nos acordamos o sabemos que tenemos que hacerla.

Si se trata de algo que nos interesa mucho ya sea a corto, mediano o largo plazo, la mejor manera de combatir la postergación es empezando ahora mismo a hacer algo sobre el tema, aunque sea dedicándole un rato en el día. No demorarás en notar que te sentirás mucho mejor contigo mismo, al probarte con hechos que efectivamente puedes dirigirte hacia lo que quieres. Para reforzar esta conducta y consolidarla como hábito, aumentando las probabilidades de que se repita, inmediatamente que termines al menos por el momento, con lo relacionado con tu tarea, haz alguna cosa que te guste como escuchar música, descansar un momento, navegar por Internet o lo que sea que te resulte placentero.

La idea es asociar la realización de lo que debes hacer (incluso si se trata de algo que no te gusta como en el punto anterior), con algo que te distienda y te guste.

Enfoca tu mente en los pasos que estás dando para lograrlo, no te dejes llevar por dudas en cuanto a tus habilidades para conseguirlo, sólo focalízate en lo que estás haciendo hoy, aquí y ahora en dirección a ello.

Asimismo, otra actitud efectiva en este sentido, es concentrarnos en todas las cosas positivas que nos va a traer el hacer aquello que estamos dejando para después. De esta forma, quitamos la energía psíquica de los aspectos que nos resultan negativos, poniendo el énfasis en predisponernos para la acción.

Los consejos aquí mencionados te ayudarán a llevar mejor tus actividades y a hacer que lo único que dejes para después sea la procrastinación. No obstante, eres tú la única persona que puede decidir hacer que las cosas cambien




El Mashiaj y los precios de las casas en Israel (Parte 4)

He recibido varias preguntas de lectores de Halajá of the Day sobre el tema del Mashiaj. Hoy voy a referirme a 2 de estas preguntas, y en un próximo artículo sobre este tema B»H abordaremos las demás.

1. ¿Estamos cerca de los tiempos del Mashiaj?

INTRODUCCION

Confieso que hasta que leí Maimónides, tenía muchas dudas y estaba muy confundido respecto al Mashiaj y a los tiempos mesiánicos. Y también tenía una visión un poco mágica o infantil sobre el tema.  Fue gracias a Maimónides y a su judaismo inteligente que pude aclarar muchas de esas dudas y me di cuenta de que yo sufría «un problema psicológico» que es posible que afecte a muchos más: La realidad de los tiempos mesiánicos, de acuerdo a la descripción de Maimónides, está tan cerca de nuestra propia realidad que nos cuesta apreciarla. Es como que hay una resistencia inexplicable a reconocer nuestro privilegio presente.  Este es un fenómeno psicológico que ya fue identificado y advertido por nuestros Sabios, cuando se refirieron a la ingratitud: ”El que vive un milagro, no lo percibe” (o no lo quiere percibir) “ אין בעל הנס מכיר בנסו.   El Mashiaj de Maimónides se basa en dos personajes importantísimos de la historia judía: El rey David y Shimón Bar Kojbá. El rey David representa el modelo ideal de un gobernante judío, cuya misión es que los judíos sigamos la Ley Divina. 1200 años después, un descendiente del rey David, Bar Kojbá, quiso, pero no pudo, «restaurar» la soberanía judía en la tierra de Israel, para que la Torá se transforme nuevamente en la ley de su pueblo. Lo más característico del Mashiaj, que Maimónides sugiere al mencionar estas dos figuras históricas, –y el punto que el judío promedio más ignora– es el carácter «histórico» y «nacional» -–no mitológico-– del Mesías judío, que es completamente diferente al Mesías representado por los no judíos.  Debemos superar esta barrera psicológica y ser capaces de estar infinitamente agradecidos a Boré Olam “shehejeyanu, vekiyemanu vehigiaynu lazeman haze” por la oportunidad de vivir en estos tiempos que son como la antesala de los tiempos mesiánicos, como explicaremos a continuación.

Veamos lo que hay y lo que nos falta respecto al Mashiaj.

SHIABUD MALJUIYOT

Ya tenemos un estado judío soberano: Medinat Israel. No olvidemos que de acuerdo a Maimónides, la gran diferencia entre los días mesiánicos y nuestros días es: shi’abud maljuyot, es decir, que los judíos no vamos a estar bajo el yugo de los Goyim, como sucedía, por ejemplo, en los tiempos de Bar Kojbá cuando perdimos nustra independencia política.

SHALOM

Luego de 75 años de guerras contra nuestros enemigos, a partir de los recientes “acuerdos de Abraham”, casi milagrosamente, tenemos tratados de paz con países que eran nuestros más feroces enemigos. Así explica Maimónides la metafora del profeta Yeshayahu cuando dice que «el cordero pastará junto al tigre». Esto significa , según Maimónides, que los enemigos de Israel (el tigre), qeullos que odian a Israel, vivirán en paz con el estado judío (el cordero).  ¿Cómo ocurrirá esto? De a poco. Y de acuerdo a los Sabios, las naciones reconocerán y servirán a HaShem y verán a Israel como el pueblo de Dios. Esto traerá una era de paz y ausencia de conflictos bélicos (ver texto de Maimónides más abajo).  No estamos allí todavía, pero parecería que estamos más cerca.

TORA Y TIKKUN OLAM

En el presente, el Estado de Israel no tiene una constitución escrita. Y parte de nuestra aspiración mesiánica es que el estado judío vuelva a tener a la Torá como su constitución. Pero ¡no estamos tan lejos! En el Israel moderno hay áreas legales, como casamientos y divorcios, que ya se rigen por la ley de la Torá. Y en muchas áreas de ley civil, uno puede optar por un proceso legal a través de un tribunal rabínico o Bet Din.   Además, la demografía del estado judío está cambiando, y creo que cada vez hay más gente observante, lo que va a ayudar para que B”H la Torá se siga afianzando como la única Ley de Israel.  Una vez que esto suceda, el pueblo judío será OR LAGOYIM, la luz de los pueblos, el modelo a seguir por las demás naciones, que de alguna manera reconocerán al Dios de Israel y lo servirán.

BET HAMIQDASH

En 1967, al finalizar la guerra de los Seis Días, tuvimos la oportunidad de recuperar el Templo, y la dejamos pasar…. Esto, en mi opinión,  fue uno de los peores pecados nacionales de nuestra historia, cuando el Waqf nos entregó las llaves de Har HaBayit e increíblemente, un general israelí muy conocido ¡las devolvió! Ver aquí Creo que desde los tiempos de Jerobam ben Nebat, no cometimos un error histórico tan trágico y de consecuencias tan serias.   De cualquier manera, seguimos estando cerca de la posibilidad de reconstruir el Templo ¿Por qué? Porque ya tenemos Yerushalayim; es nuestra capital, y en teoría, tenemos la soberanía sobre el Har HaBayit, el Monte del Templo, que es donde B”H en los tiempos del Mashiaj se construirá el Bet HaMiqdash.

En resumen y enfocándonos en la pregunta mencionada,  el terreno está más preparado que nunca para la llegada del Mashiaj.  Pero para apreciar esto, era necesario saber primero qué esperamos de los tiempos mesiánicos. Y además, y esto es super-importante, comprender que para Maimónides los eventos mesiánicos se desarrollarán de una manera gradual, como decimos en la Berajá en la que todos los días rezamos por el mashiaj: מצמיח קרן ישועה, la redención del pueblo judío «brotará como un retoño y florecerá«, es decir, se trata más de un desarrollo histórico — parte de un proceso que B»H ya estamos viviendo-– que de un evento singular y apocalíptico que está más asociado a la idea de la Parusía cristiana que al Mesías judío.

2. ¿Qué diferencias habrá entre nuestros tiempos y los días del Mashiaj?

Dejé para el final uno de los eventos más trascendentes que ocurrían en los tiempos mesiánicos: KIBUTS GALUYIOT, es decir, el regreso de todos los judíos a Israel. Pero, ¿cómo se instrumentará este regreso a Israel?  En primer lugar, creo que cuando llegue el Mashiaj no nos va a llevar a Israel “de las orejas”. ¿Por qué digo esto?  Porque estimo (pero puedo estar equivocado) que el proceso de la GUEULÁ va a ser similar al que ocurrió en Yetsiat Mitsrayim: la salida de Egipto. Los judíos tuvimos la oportunidad de marcharnos de Egipto, pero HaShem, o Moshé, no nos «obligaron» a salir. De hecho, uno de nuestros Sabios dijo algo que suena vergonzoso: que el 80% de los judíos ¡eligieron quedarse a vivir en Egipto! Esto me hace pensar que quizás también en la época del Mashiaj algunos judíos se pierdan la oportunidad de regresar a Israel… . Para concluir este tema, y siguiendo lo más seriamente posible la opinión de Maimónides, creo que una de las grandes diferencias entre los días actuales y los días del Mashiaj se va a notar en los precios de las viviendas. Mientras que en todas las ciudades del mundo dónde viven los judíos, los precios de las viviendas caerán estrepitosamente, en Israel, las viviendas, que hoy ya están carísimas, costarán por lo menos 10 veces más que ahora. Yo siempre digo, un poco en broma, un poco en serio, que si un judío proclama a diestra y siniestra que el Mashiaj viene YA, debería poner su dinero donde pone sus palabras, ¡e invertir todo lo que tenga en comprar una propiedad en Israel! Y si no lo hace, me parece que no hay que tomarlo muy en serio cuando habla de su Emuná Shelemá en la inminente llegada del Mashiaj….

 

TEXTOS DE MAIMONIDES

MT Hiljot Melajim, capítulo 12

א  אל יעלה על הלב שבימות המשיח, ייבטל דבר ממנהגו של עולם, או יהיה שם חידוש במעשה בראשית; אלא עולם כמנהגו הולךוזה שנאמר בישעיה «וגר זאב עם כבש, ונמר עם גדי ירבץ«, משל וחידהעניין הדברשיהיו ישראל יושבין לבטח עם רשעי העולם, המשולים בזאב ונמרשנאמר «זאב ערבות ישודדםנמר שוקד על עריהם»  ויחזרו כולם לדת האמת, ולא יגזולו ולא ישחיתו, אלא יאכלו דבר המותר בנחת כישראל, .שנאמרואריה כבקר יאכל תבן…“

אמרו חכמים, אין בין העולם הזה לימות המשיח, אלא שיעבוד מלכייות בלבד.

«Que no se le ocurra a uno pensar que en los días del Mesías algo cambiará en las leyes físicas y naturales establecidas desde los tiempos de la Creación: en realidad el mundo seguirá su orden natural.  Y lo dicho en Isaías “Y el lobo morará con el cordero, y el tigre se recostará al lado de la cabra” (Isaías 11:6), [que aparentemente sugiere que los animales carnívoros dejarán de perseguir a sus presas] es una parábola y una metáfora. Y lo que quiere decir es que Israel [el cordero o el cabrito que los predadores quieren devorar] vivirá en paz con las naciones del mundo, que [por su permanente agresión y amenazas hacia Israel] fueron comparadas con lobos y tigres [respecto al cabrito,  Israel]…. todas las naciones volverán a la religión verdadera, y no habrá robo ni corrupción, sino que cada cual consumirá lo suyo con la misma paz y tranquilidad que Israel, como está dicho: «Y el león, como el ganado, comerá paja» (Isaías 11:7).  

…. Los sabios dijeron, que no hay ninguna diferencia entre este mundo y los días del Mesías, a excepción el yugo de las naciones [la opresión a Israel; que en los tiempos mesiánicos se acabará].




NUEVO PROGRAMA DE CAPACITACION PARA RABINOS




Maimónides, Bar Kojbá y el Mashiaj (Parte 3)

LAS GUERRAS DE DIOS

Ya hemos mencionado dos elementos que caracterizan al Mesías que esperamos los judíos:

(1) El Mashíaj será un monarca o líder político judío, descendiente del rey David.

(2) Su misión como líder  será restablecer la Torá como Constitución del pueblo judío.

El tercer elemento mencionado por Maimónides es que

(3) El Mesías  “luchará las guerras de Dios” (‘לוחם מלחמות ה’)

¿Qué significa “las guerras de Dios”?

Esta expresión hebrea es una clara alusión a las batallas militares que el pueblo judío libra contra sus enemigos. Estas batallas se llaman las guerras «de Dios», ya que los enemigos de Israel son los enemigos de Dios. ¿Por qué? Porque quien ataca al pueblo judío se rebela contra la voluntad de Dios, quien eligió a Israel como su pueblo, y prometió protegerlo (este es el tema del famoso Salmo 2 de Tehilim).

LA DIFERENCIA ENTRE EL FALSO Y EL VERDADERO MESÍAS

Aclaremos que las guerras de Dios no son “batallas espirituales” o guerras en sentido metafórico. El Mesías judío no va a ser el jefe de un “Ejército de Salvación” judío o algo así. Las guerras de HaShem son verdaderas batallas militares que los judíos libramos para recuperar o defender nuestra soberanía, como venimos haciendo en Israel desde 1948 (ver H. Melajim 4:10, 7:15). En el texto que estamos analizando (ver más abajo), Maimónides menciona explícitamente dos figuras históricas en referencia al Mesías: el Rey David y Bar Kojbá (ca. 90 -135 de la era común), ambos sirvieron como comandantes en jefe del ejército judío y lucharon contra los enemigos de Israel.

TODO SOBRE BAR KOJBA

Exploremos ahora un poco más en profundidad, qué vieron los rabinos en Bar Kojbá para considerarlo el Mesías.

1. Era descendiente de la casa de David. Si hubiera triunfado contra los romanos, habría sido designado (y ungido) por los judíos como rey legítimo de Israel.

2. La principal intención de la rebelión encabezada por Bar Kojbá era restaurar la observancia de la religión judía. En su época (125 – 138 de la era común) los romanos habían prohibido bajo pena de muerte la observancia de cualquier mandamiento o ceremonia de la Torá: incluyendo el Berit Mila, Shabat, etc.

3. Bar Kojbá era un guerrero. Comenzó y lideró la rebelión contra los romanos, que al principio tuvo un éxito rotundo, y logró restaurar la soberanía judía sobre la tierra de Israel durante unos tres años. Bar Kojbá fue el comandante en jefe del último ejército judío, antes de 1948. Pero luego fue derrotado y asesinado. La derrota de Bar Kojbá es una de las cinco tragedias por las que nos lamentamos el 9 de Ab. Bar Kojbá, explica Maimónides, inicialmente contó con el apoyo de Ribbí Aquibá, pero no tuvo el mérito suficiente para tener éxito en su misión ( נהרג בעוונות). Cuando eso sucedió, los rabinos dijeron que aunque ellos consideraron a Bar Kojbá como el Mesías, su muerte demostró que no lo era. Lo llamaron entonces “Bar Koziba”, es decir: “el que provocó el desengaño” de los que creían que él era en realidad el Mesías.

¿QUÉ LE FALTÓ A BAR KOJBA?

Para que un líder judío sea declarado y ungido (coronado) como el Mesías, tendría que:

(4) Restaurar completamente la vida religiosa judía en un Israel soberano, es decir: reconstruir el Bet haMiqdash.

(5) Y una vez que logre esto, debería traer (o atraer) a todos los refugiados judíos, dispersos por todo el mundo, a la tierra de Israel (o al menos, creo, los judíos deberían tener la oportunidad de regresar a la tierra de Israel).

Ahora, el perfil del Mashíaj debería resultar un poco más completa: el verdadero Mesías que estamos esperando los judíos será: un líder (1) político, (2) religioso y (3) militar del pueblo judío.

¿POR QUÉ BAR KOJBA?
Los rabinos nunca escribieron explícitamente las condiciones y características del Mashíaj. Por otro lado, explica Maimónides, los más grandes rabinos de todos los tiempos, como Ribbí Aquibá y los Sabios de su generación, “creían que Shimon Bar Kojbá era el Mashíaj”. Y como no hubo otras personalidades en la historia judía que hayan sido consideradas candidatas a Mashiaj por la mayoría de los grandes rabinos de su generación (el caso del impostor Shabbetay Zevi -1626-1676- es una historia aparte que merece una larga explicación) esta identificación rabínica representa “un precedente legal” para determinar en el futuro las características que debemos encontrar en un líder judío para considerarlo como el Mashíaj (y/o para rechazar a los pseudo-mesías).

Por último, creo que si tomamos en serio la figura de Bar Kojbá como modelo del Mesías, parecería que para Maimónides el futuro Mashiaj que estamos esperando debería ser un líder militar “activo” en el ejército de Israel , o al menos tener la autoridad sobre el ejército de Israel cuando Israel lucha contra sus enemigos.