El Rabino Sabato Morais y la obligación de agradecer al país de residencia
«… Busca el bienestar de la ciudad donde te envié en el exilio, y reza a Dios por ella, porque en su bienestar encontrarás tu bienestar». Jeremías 29:7
«… Busca el bienestar de la ciudad donde te envié en el exilio, y reza a Dios por ella, porque en su bienestar encontrarás tu bienestar». Jeremías 29:7
HACER EL BIEN SIN MIRAR A QUIEN
Esta Parashá nos invita a conocer algunos detalles de la personalidad de Abraham Abinu. Ya cerca de sus 100 años de edad,¿A que dedica su vida Abraham? ¿En qué invierte su valioso tiempo este hombre que descubrió a Dios? Abraham, nos cuenta la Torá esta semana, está sentado en su carpa buscando con su mirada gente que necesite ayuda.
La historia de los 3 huéspedes de Abraham la conocemos, pero quizás no llegamos a absorber su enorme magnitud. Permítanme explicarme: Abraham levanta sus ojos y ve a 3 extranjeros, gente totalmente desconocida para él, y que aparentemente no tenían nada de especial. La Torá los describe como caminantes –que era un signo de pobreza–y no como viajeros comerciantes montados en sus burros o camellos. Abraham obviamente vio esto, pero lejos de desanimarlo, el hecho que estas personas eran (o parecían) humildes era la oportunidad que Abraham estaba esperando. Abraham –que por lo que nos describe la Torá tenía casa, comida, ganado, trabajadores, hacienda, etc.– vivía una vida holgada en cuanto a lo material. Al ver a estos hombres se pone de pie y los invita a hospedarse en su tienda, desinteresadamente.
Abraham estaba en la puerta de su tienda literalmente a la espera de una oportunidad para ayudar a los demás. La conducta de Abraham es completamente anormal.
OPORTUNISMO, PERO AL REVES
Cuando una persona está a la espera de un extraño, de alguien a quien jamás ha visto antes y ni siquiera conoce su nombre, podemos asumir que sus intenciones no son buenas. Generalmente los extranjeros son víctimas de embaucadores o estafadores que los engañan, roban y abusan sin temor a represalias. Los estafadores están a la espera de este tipo de oportunidades, o las fabrican, para encontrar alguien débil, humilde e indefenso. Son las víctimas perfectas porque no se pueden defender.
La misma palabra “oportunismo”, se utiliza siempre de manera negativa. Cuando decimos que alguien es un oportunista, en español o en inglés, nos referimos a una persona indecente que busca la oportunidad de abusar, robar o engañar.
El oportunismo de Abraham es completamente diferente. Abraham estaba pendiente de alguien que necesitara ayuda. Piensen los lectores si alguna vez han conocido a alguien como Abraham Abinu. Alguien que esté a la salida de un supermercado esperando la oportunidad de ayudar desinteresadamente a las personas que necesiten ayuda para llevar sus compras a su auto, o algo así. ¿Existen individuos así? ¿Ángeles humanos que dedican su tiempo a “esperar proactivamente la oportunidad de poder ayudar desinteresadamente a los humildes y necesitados» y ni siquiera reclaman crédito por su ayuda.
¿CUANTAS VECES ABRAHAM RECIBIO HUESPEDES?
Otro detalle importante es que Abraham es proactivo en su generosidad, no se queda esperando en la puerta de su casa a que alguien venga a pedir su ayuda. Los caminantes ni siquiera se aproximaron a la casa de Abraham. Fue él quien se puso de pie, “corrió” (literalmente) al encuentro de los caminantes y les ofreció agua, comida y sombra. La Torá nos cuenta que esta historia en particular porque al final estos hombres que eran mensajeros Divinos, le anuncian a Abraham que Sara daría a luz a su hijo, pero debemos entender que esta acción de Abraham no era la excepción sino la regla. Abraham dedicaba su vida a este preceder. Si bien no está escrito explícitamente en la Torá, los Sabios dan cuenta de múltiples veces que Abraham invitaba a extranjeros a su casa y agregan por ejemplo, que cuando al terminar de comer los huéspedes querían agradecerle a Abraham, él les decía” No me tienen que agradecer a mí, sino al Creador, que nos ha proveído esta comida» (nebarej sheajalnu misheLo). Abraham es de otro planeta.
Nuestros Sabios dice que nosotros, los descendientes de Abraham Abinu, hemos heredado de el esta virtud. Los Sabios afirman que los judíos poseemos tres características hereditarias transmitidas por nuestros ancestros. Tan fuerte (e importante) es esta carga genética que aquel judío que no posee estas tres virtudes puede que no sea en realidad judío: la primera de estas características es la de Guemilut Jasadim, la inclinación de los judíos a asistir a los demás, ayudar a quien lo necesiten, desinteresadamente.
EL CONTEXTO DEL SACRIFICIO DE ISAAC
Una de las razones principales por las cuales escuchamos el Shofar en Rosh haShaná es para recordar el sacrificio de Isaac, esto es, la última de las “10 pruebas” a las cuales fue sometido nuestro patriarca Abraham. Sin duda, este simulacro de sacrificio, despierta muchos interrogantes, que pienso que para ser evacuados debemos ver a las 10 pruebas de Abraham como un todo. Porque si analizamos aisladamente el sacrificio de Isaac, estaremos perdiendo el contexto que le da significado a este evento. Confieso que nunca antes pensé en esto, y que ahora que se me ocurrió me sorprendo de que no se me haya ocurrido antes… Tampoco recuerdo haber leído mucho respecto al detalle de las 10 pruebas, como se relacionan entre sí y de qué manera nos llevan progresivamente al sacrificio de Isaac.
¿QUÉ SON LOS NISIYONOT?
Comencemos entonces por el principio. Los Sabios indican en Pirqué Abot que nuestro patriarca Abraham tuvo que pasar por 10 nisiyonot . Se suele traducir nisaiyón como «prueba», examen o test para determinar si el individuo examinado aprueba o no aprueba el test. Maimónides, sin embargo, cuestiona esta definición. La rechaza. En primer lugar porque el Creador es omnisciente, y no necesita poner a prueba a sus fieles para saber cómo van a responder. En su libro Moré Nebujim, la Guía de los perplejos (3:24), Maimónides explica que más que una prueba, un nisaiyón es una experiencia (en hebreo moderno la palabra nisaiyón se utliiza más como «experiencia» que como «prueba») , una decision que uno debe tomar en circunstancias adversas, y aquel que la pasa exitosamente, aprende una lección de vida que no sabía anteriormente. Y que luego puede legarla para la posteridad. El nisaiyón educa y hace crecer al que lo vive. Y sin duda los 10 nisiyonot de Abraham, las “diez pruebas” que superó, forjaron su fe y la fe del pueblo judío.
Voy a comenzar a describir estas experiencias, una por una, con la intención de demostrar que hay una progresión en el proceso de aprendizaje de Abraham, que va desde la primera hasta la última prueba: el sacrifico de Isaac. Y de esta manera comprenderemos en mayor profundidad qué debemos pensar y sentir cuando escuchamos el Shofar en Rosh HaShaná.
Para describir estas 10 pruebas voy a basarme en la opinión de Maimónides, que menciona las pruebas que fueron explícitamente mencionadas en el texto bíblico.
IDENTIFICAR A DIOS
De acuerdo a nuestros Sabios, Abraham comenzó a rechazar la idea de la idolatría desde una temprana edad. Quizás porque su padre se ocupaba de fabricar ídolos y lucraba con la inocencia de la gente, fue más fácil para Abraham comprender la manipulación detrás del paganismo y cómo la idolatría servía a los intereses de los estafadores y los charlatanes. Abraham estuvo dispuetso a sacrificar su beneficio eocnómico para buscar la verdad. Solo una vez que pudo desconectarse del pensamiento pagano, Abraham estuvo psicologicamente preparado para el próximo paso. Poco a poco, llegó a la conclusión de que existe un único Dios, el Creador inteligente de los cielos y la tierra. Y también llegó a la revolucionaria conclusión de que el Creador es invisible. La primera prueba comienza cuando Abraham ya es un hombre mayor, a sus 75 años. Dios se revela a Abraham. Se dirige a él a través de “Su Voz”. La Voz Divina no llega desde el interior de uno mismo. Es imposible confundirla con un pensamiento, un sueño o una alucinación. Es una Voz (quizás telepática) que en hebreo llamamos “profecía” y que se reveló a nuestros antepasados Abraham, Isaac y Jacob y luego a Moshé y a nuestros profetas. El primer desafío de Abraham fue identificar esa Voz como la palabra de Dios. Y a pesar de que esa Voz debe ser inconfundible, no debe haber sido fácil. Especialmente porque la Voz Divina le da una orden a Abraham, que implica un gran sacrificio.
PEQUEÑOS GRANDES SACRIFICIOS
El Creador se revela a Abraham y le ordena “abandonar la tierra de Jarán” –donde él tenía a su familia — . La Voz Divina le ordena a Abraham emigrar hacia el sur, a Cannán. Increiblemente y sin tener nada para ganar, Abraham obedeció esta orden porque la identifico como la Voz del Creador. Y estuvo dispuesto a sacrificar su buen pasar en Jarán, desarraigarse de su familia y comenzar una nueva vida en una tierra donde no conoce a nadie y nadie lo conoce a él. Este sacrificio puede parecer mínimo comparado con el sacrifico de Isaac, pero recordemos que es la iniciación de Abraham en cuanto a reconocer que la Voz que escuchó no es una ilusión. De hecho, cuando pensamos en la última prueba, el sacrificio de Isaac, la primera pregunta que debió haber cruzado la mente de Abraham tiene que haber sido si la orden que está escuchando es la Voz divina o es una alucinación. Junto con la orden, Dios también le hace una promesa: le asegura que allí se convertirá en una gran nación, que Dios lo bendecirá –con prosperidad–y que lo protegerá de sus enemigos. Abraham obedece, deja todo atrás y se encamina hacia donde la Voz Divina se lo indica. Seguramente con miedos, pero sin cuestionamientos. Abraham pasa la primera prueba: reconoce y obedece la Voz Divina.
¿QUÉ APRENDEMOS DE ABRAHAM?
Antes de pasar a la próxima prueba, me quedo pensando en que nosotros enfrentamos nuestras propias pruebas a diario. Un judío observante tiene que estar dispuesto a hacer permanentes sacrificios para observar la Torá: dormir menos y levantarnos temprano para rezar, tener más limitaciones en lo que comemos, dejar de trabajar en Shabbat, etc. Y aunque todos estos desafíos son mucho menores de los que vivió Abraham, dependen del mismo principio: los hago porque tal como aprendí de mi padre Abraham, estos mandamientos son Divinos. El principio de todos los principios en el judaismo es que los judíos identiifcamoa a la Torá con la Voz del Creador, que escuchamos en el monte Sinai. Tal como Abraham, también nosotros elegimos obedecer (o no) la Torá, incluso cuando esto implique ciertos sacrificios.
Escrito el 1ero de Noviembre de 2022
¿QUIÉN QUIERE SER JUDÍO?
Creo que una de las mayores contribuciones del Rab Benamozegh al judaísmo moderno fue su actitud hacia la conversión al judaísmo. En ese entonces, de mediados a fines del siglo XIX, no había muchos no-judíos interesados en convertirse al judaísmo. Todo lo contrario, muchos judíos Europeos se bautizaban para ser aceptados en la sociedad cristiana. Ser judío no acarreaba ningún privilegio. No existía un Estado de Israel que acogiera y protegiera a los judíos, como existe hoy. En Europa ser judío era también muy peligroso. Recordemos que entre 1881 y 1905 hubo más de 200 pogroms en Kiev, Varsovia, Odessa y decenas de miles de judíos fueron masacrados. Sin embargo siempre existieron casos individuales de gentiles –este era, y sigue siendo, el caso de personas estudiosas de la Biblia –que entendían que el judaísmo es la “religión original”: el primero, único y último pacto de un pueblo con Dios. Y estos individuos estuvieron dispuestos a tomar la impopular y peligrosa decisión de convertirse a la religión de Moshé.
LA BÚSQUEDA DE AVERROES
Uno de los casos más célebres de este deseo de convertirse al judaísmo fue Aime Palliere. Nacido en Lyon, Francia en 1868, Palliere se crió en el seno de una familia católica muy devota, y desde una temprana edad demostró una gran inclinación por la religión. Primero se interesó por el catolicismo y luego por el protestantismo. Pero sus inquisitivos estudios, sus dudas acerca de la doctrina de la trinidad (1 Dios=3 dioses?) y una visita a la Sinagoga de Lyon en Yom Kippur lo inspiraron a querer convertirse al judaísmo. Y así fue como decidió comunicarse, primero por correo, con el Rabino Eliyahu Benamozegh. Palliere eventualmente viajó a Livorno, Italia, y se encontró con el ya anciano Rab Benamozegh en persona y le manifiesto su voluntad de convertirse. Pero el Rabino Benamozegh, fiel a la tradición no-misionera del Judaísmo, lo disuadió de la idea de la conversión. Y le explicó que si un individuo no-judío cree en la verdad de la Torá y su deseo es hacer la voluntad de Dios, basta con que cumpla las siete Mitsvot de Bené Noaj, esto es, “Siete Preceptos Universales”. El Rab Benamozegh que conocía muy bien otras religiones, le explicó al joven Palliere que observando estas Siete Leyes un no-judío obtiene lo que se llama en otras confesiones «su salvación” (lo que en hebreo es jayé haolam habbá, la vida en el mundo por venir).
LA MISION DE BENE NOAJ
Para el joven Palliere las palabras del Rab Benamozegh tuvieron mucho sentido. Palliere, por un lado, descreía de las religiones que pretendían “reemplazar al judaísmo” (cristianismo e islam), como si el judaísmo original, el de los 5 libros de Moshé, ya hubiera desaparecido. Por el otro lado, estaba profundamente apegado a su madre, a sus parientes y a sus amigos ¿Cómo podría él separarse de todos ellos convirtiéndose al judaísmo? Los argumentos del Rab Benamozegh, que de acuerdo a la ley de Moisés, cuando una persona no-judía desea hacer la voluntad del Dios de Israel no tiene la necesidad de convertirse sino de adoptar la “alianza”, el “pacto” de Dios con Noaj y sus siete leyes, tenía absoluto sentido, en términos prácticos y filosóficos. Es decir: él podía seguir siendo no judío, pero estaría cumpliendo con la voluntad del Dios de la Biblia, el Dios de israel.
EL FUTURO DE LA HUMANIDAD
Palliere nunca había oído hablar de una religión que ofreciera “la salvación” a aquellos que no formaban parte de ella. En otras religiones NO se concibe este tipo de alternativas. En el cristianismo, por ejemplo, para alcanzar “la salvación” uno necesariamente tiene que convertirse por completo a esa religión. Palliere se dio cuenta de que solo la fe judía poseía la amplitud de criterio y la convicción como para ofrecer esa alternativa. El rabino Benamozegh le dijo también que el futuro de la raza humana está en esta fórmula: la observancia de los preceptos Noájicos. «Si te convences de esto [y lo promueves], serás mucho más valioso para Israel que si te conviertes a la religión de Israel. Ya que te transformarás en un instrumento de la Divina Providencia para toda la humanidad.” La simple solución que aportó el rab Benamozegh es extremadamente importante. Especialmente en nuestros tiempos donde tantos individuos no-judíos descubren la verdad del judaísmo. Y que la Biblia no tiene sentido sin un «protagonismo judío» por decirlo de alguna manera. Muchos estudiosos ven hoy que a pesar de los enormes esfuerzos que han hecho otras religiones durante siglos para eliminar al judaísmo y a los judíos con el FIN DE JUSTIFICAR ASI SU TEOLOGIA DE REEMPLAZO, el pacto bíblico original ¡nunca ha sido reemplazado! Y que los judíos hemos pagado con nuestras vidas (persecuciones, pogroms y holocaustos) para mantener esta verdad. Aime Palliere se convirtió así en un «Ben Noaj», un observante no judío de la Torá.
Dedicado al diputado argentino Javier Milei.
Amigo de Israel y estudioso de la Torá.
Yosef Bitton
ותיטב לה‘ משור פר
Tehilim 69:32
EL REY DAVID
Cuando estoy necesitado y dolorido… solo Tú, [HaShem] puedes rescatarme . [Y cuando esto suceda, y me rescates] te alabaré con salmos y manifestaré mi agradecimiento con una ofrenda de gratitud. Y esta ofrenda será [para Ti] más placentera que el ternero adulto del toro [que fue ofrecido como sacrificio].
En este hermoso salmo de Tehilim, 69, el Rey David pide la asistencia Divina para que lo rescate de las manos de sus enemigos y sus múltiples problemas. Y tal como era la costumbre de David, el rey promete que cuando Dios lo salve no se olvidará de agradecerle y asegura –o espera– que su ofrenda de gratitud ser considerada por el Eterno en un nivel superior a “la ofrenda del ternero adulto del toro o” (shor שור – par פר).
LA EVOLUCIÓN DE LA PALABRA TORO
El problema que se presenta en este versículo es entender a qué se refiere el autor cuando dice el ternero adulto del toro (o literalmente: «el ternero que es un toro adulto»). Comenzaremos por analizar el significado de estas dos palabras en hebreo. La primera palabra “shor” define al macho bovino y es el término más general para referirse al toro (hay otras dos palabras hebreas: ‘eguel y baqar que se refieren a los toros y bovino, de la misma manera que en español también existe: ternero, becerro, novillo, etc. pero dejaremos esto para otro momento). Volviendo a la palabra «shor», cuando aparece en oposición sintagmática a la palabra hebrea “par” — que define a un toro adulto de más de 3 años— debe ser entendida como «toro chico», recién nacido: un ternero (los Sabios dijeron así: שור בן יומו קרוי שור שנאמר שור או כשב וכו‘). Ahora entendemos mejor el problema: Si el versículo quiere mencionar a la cría del toro tiene que utilizar únicamente la palabra “shor”. Y si se refiere al toro adulto tendría que utilizar únicamente la palabra “par”. ¿Cuál es la explicación de esta aparente redundancia? ¿Qué nos viene a enseñar la combinación de estas dos palabras “shor” ternero, y “par” toro adulto?
RIBBI YOSE
En la Guemará , tratado de Rosh haSaná, este versículo se menciona en un contexto muy especial: cuando los sabios debaten acerca de qué tipo de cuerno animal se puede emplear para cumplir el precepto del Shofar (ver aquí). En el contexto de esa discusión talmúdica un Rabino muy conocido , Ribbí Yosé HaGuelilí, (año 100-150 de la era común) explicó esta redundancia de manera midráshica, alegórica. Dijo que la combinación de estas dos palabras “shor” y “par” (teniendo en cuenta que la P y la F en hebreo son indicadas por la misma consonante) podría aludir al cuerno del toro y a su uso como “SHO -FAR” (שור + פר > שופר) . Recordemos que cuando escuchamos la voz del Shofar en Rosh haShaná esperamos que Dios nos juzgue favorablemente en ese día: no como fiscal sino como nuestro abogado defensor. Según esta interpretación, el rey David afirma —o mejor dicho:desea— que su plegaria sea aceptada por el Creador en un nivel superior al Shofar.
LOS SABIOS
Los Sabios rechazan esta interpretación y asimismo invalidan completamente la insinuación de que el cuerno de un bovino se pueda emplear para el Shofar y nos dan su propia explicación de las enigmáticas palabras “shor” y “par”. Este es el breve texto hebreo דאמר רב מתנה מאי שור פר ? שהוא גדול כפר. Y esta es la traducción: «¿Qué es el ternero -toro adulto? Es el ternero que parece adulto”. La explicación parece más misteriosa que la pregunta. Para comprender esta respuesta de los Sabios necesitamos la ayuda del comentarista más famoso del Talmud: Rashí, o Rabbenu Shelomó ben Yitzjaq. Dice Rashí que de acuerdo a los Sabios el rey David hace referencia aquí a un “toro” específico. De acuerdo al Midrash, Adam, el primer hombre se sintió tan agradecido a Dios por haber recibido el regalo de la vida que decidió espontáneamente ofrecer un sacrifico a Dios, como un gesto de agradecimiento por su existencia. Este fue el primer sacrificio a Dios ofrecido por un ser humano— el único ser vivo con la capacidad de apreciar y agradecer—. Los Sabios dan por entendido que para el Creador este primer acto de agradecimiento es en extremo significativo. Volviendo a Tehilim, el rey de Israel dice poéticamente que su plegaria y su ofrenda de agradecimiento superará a la ofrenda ofrecida por Adam , el primer hombre
EL PRIMER TORO
Ahora podemos analizar el juego de palabras “shor” y “par”. Los Sabios judíos explicaron que en el momento de su creación no fueron creados como crias —animales recién nacidos— sino como animales adultos. Dios no creó a la gallina como un huevo: la creo como gallina, en su estado de madurez (ver aquí https://www.halaja.org/2021/09/creacion-y-ciencia-el-huevo-o-la-gallina/) . El toro, como todos los otros animales, también fue creado con la madurez física de un toro adulto, digamos, 3 años. De acuerdo a esta explicación, entonces, el toro que sacrificó el primer hombre, Adam, era este toro que por una lado era recién nacido “shor”, y simultáneamente era un toro adulto o en hebreo “par”.
EVOLUCION
La diferencia fundamental entre la visión científica y la visión religiosa acerca de la existencia del universo consiste en afirmar o negar que existió un acto de Creación. La ciencia moderna niega —asume que no hubo— un acto de Creación. Y por lo tanto para explicar y justificar la increíble complejidad del universo, de la aparición de tantas especies , de la complejidad de la vida, etc. tiene que atribuirle al mundo y los seres vivos miles de millones de años. Sin esta inflación de tiempo la ciencia no puede explicar, por ejemplo cómo apareció la vida a partir de l materia inorgánica. Y aunque la ciencia no tiene absolutamente ninguna forma de explicar “cómo” apareció la vida, no puede demostrar que parezca la vida ni siquiera en el más complejo laboratorio moderno, la mantra de los “miles de millones de años” sirve de alguna manera para acallar la poca curiosidad del hombre moderno conformista. El acto de Creación, sin embargo, nos proporciona la explicación más verosímil, por ejemplo, en términos de la complejidad de la vida: hay un Creador que diseño la vida con una inteligencia infinita e incomparable.
VOLVIENDO AL TORO
La breve e incidental descripción de este animal “el ternero-toro adulto” nos revela el gran secreto de la Creación bíblica. Dios no creó al árbol como semilla o al toro como ternero: los creó en su estado adulto. Y es por eso que las primeras creaciones divinas, como el toro que ofreció Adam, presentan un elemento único: tienen dos edades diferentes simultáneas. La edad cronológica y la edad física. Según la edad cronológica este toro era un ternero, un toro recién nacido (recién creado). Pero fue con una edad física madura: como un toro adulto de 3 años. Estos “3 años” son una edad virtual, producto del singular acto de Creación. Cuando un científico evolucionista analiza la creación: el mundo, una montaña, la distancia entre las galaxias, etc. está analizando la edad virtual de estos elementos. Cuando nuestro punto de partida es la Creación, y la explicación que surge de este maravilloso versículo de Tehilim, no existe contradicción alguna en cuanto al tema “edad” del mundo o de sus creaciones. La diferencia entre la edad cronológica que indica la tora y la edad virtual que calcula el científico es absolutamente esperable.
ואמרו בראש השנה (דף כו.) «ותיטב לה‘ משור פר..» אם שור למה פר? אמר ר‘ מתנה שור שהוא גדול כפר – כי פר שהקריב אדם הראשון היה ביום הולדו שאז נקרא «שור» כמו שאמרו שור בן יומו קרוי «שור» והיה גדול כפר בן ג‘ שנים
שור שהוא פר – ביום שנקרא שור היה גדול כפר זהו שור של מעשה בראשית שביום שנברא נברא בקומתו ושור בן יומו קרוי שור שנאמר (ויקרא כ“ב ) שור או כשב או עז ופר אינו נקרא עד בן שלש:
Como explicamos anteriormente, hay dos Mitsvot especiales (de la categoria: halajá leMoshé MiSinai) que se celebraban en Sucot en el Bet haMiqdash. Una de ellas era nisuj hamayim (verter agua sobre el altar, simjat bet hashoeba).
La otra Mitsvá especial era mitsvat ‘araba, «El mandamiento de las ramas de sauce». Esta Mitsvá era independiente de la Mitsvá de las dos ramitas de sauce en las cuatro especies (ארבעת המינים), que están atadas junto al lulab y al mirto.
¿En qué consistía la Mitsvá de la ‘arabá en el Bet haMiqdash? La Mishná dice que había un lugar en las afueras de Jerusalem llamado Motza (que existe hasta nuestros días. Motza se encuentra a las orillas del río «Soreq»). Cada día de Sucot, la gente descendía a Motza y cortaban grandes ramas de sauce (de aproximadamente 6 metros de altura). Estas ramas se colocaban a los pies del altar (mizbeaj), con la parte superior inclinada sobre el altar. Siendo que el altar media 5 metros de alto, las ramas sobresalen un metro sobre la parte superior del altar, en sus cuatro costados .
¡Cada día de Sucot, los Cohanim (y según otras opiniones, también los ancianos de la ciudad) daban la vuelta al altar una vez, marchando con sus lulabim en la mano, y rogando al Todopoderoso «Te suplicamos, Señor, por favor, sálvanos! Te suplicamos, oh Eterno, por favor concédenos el triunfo! «(Ana haShem hoshi’a na; Ana haShem hatzlicha na). En el séptimo y último día de Sucot, Hosha’na Rabba, se daban siete vueltas alrededor del altar.
En nuestros días tenemos la costumbre de dar la vuelta (haqafa) a la ‘bimá’ (la plataforma alta sobre la cual se coloca el Sefer Torá) todos los días de Sucot, con nuestros lulabim y etrogim, en recuerdo a la Mitsvat ‘araba que se celebraba en el Bet haMiqdash. En Hosha’na Rabbá, el domingo por la mañana, rodearemos la bimá siete veces.
Hay un ritual adicional que pertenece a la Mitsva de ‘arabá. Una tradición establecida por los ultimos profetas de Israel, Jagai, Malají y Zejariá, después de la destrucción de nuestro primer Templo. Al final de la Tefilá de Hoshaná Rabbá, mañana por la mañana, tomamos unas cuantas ramitas de ‘araba (la tradición es tomar cinco ramitas, que no pueden ser las que utilizamos con el Lulab) y, sin recitar ninguna bendición, golpeamos estas ramas contra la tierra. Esta antiquísima tradición se llama jabatat (o jibut) ‘arabá.
¿Por qué tanto énfasis en la ‘araba?
Si usted observa las cuatro plantas que tomamos en Sucot, verá que una de las diferencias entre ellas es el tiempo que duran, hasta que se secan o se descomponen.
El Etrog es lo que dura más tiempo; se encoge, pero prácticamente puede durar años sin descomponerse. Le sigue el Lulab, la rama de palmera, que tarda unos meses en secarse (por eso, cuando se horneaban las Matsot en la propia casa se acostumbraba a usar las ramas secas del lulab, agregándolas al horno donde se hacían las Matsot). Y luego están las ramas de mirto o hadasim, que pueden durar unas semanas sin descomponerse. De las cuatro especies, la más frágil y la que más rápido se descompone es la ‘arabá. Las hojas de sauce duran sólo por unos días fuera de sus árboles, con suerte, una semana …
Nuestros rabinos explican que al final de Sucot, el Tribunal Celestial emite el veredicto sobre la lluvia que caerá durante este próximo año (bajag niddonim ‘al hamayim, esta es la razón principal por la cual, siguiendo una costumbre cabalística, se acostumbra a permanecer despierto durante toda la noche en Hoshaná Rabá estudiando Torá).
«La lluvia» es el elemento más crítico para nuestro sustento. E inmediatamente después de la finalización de Sucot, comienza la época de lluvias.
Es posible entonces que la ‘araba viene también a recordarnos nuestra propia vulnerabilidad y nuestra dependencia en la lluvia que HaShem nos envía. Más aún, al golpear las ramas de ‘araba contra el suelo y ver como la ‘arabá se va deshojando con cada golpe, internalizamos nuestra fragilidad. Así, nos damos cuenta de que dependemos totalmente de HaShem para nuestro sustento y prosperidad.
Yom Kippur es el día más importante del año judío. El día que confesamos nuestros errores y malas acciones a Dios, y resolvemos mejorar nuestra conducta durante el año entrante, esperando que HaShem acepte nuestras disculpas, y nos inscriba y nos selle en el libro de la vida. Ahora bien, a pesar de lo importante que es Yom Kippur, si no hacemos nuestros deberes antes de Yom Kippur, el día más importante del año podría convertirse en la oportunidad desperdiciada más importante del año.
ANTES de que comience Yom Kipur, debemos pedir perdón a aquellos a quienes pudimos haber ofendido o causado algún daño, emocional o material. Durante Yom Kippur, las transgresiones entre nosotros y Dios (Shabbat, Kashrut, Tefilin, etc.) son inmediatamente perdonadas al confesarlas y decidir mejorar. Pero Dios no nos perdona aquellas ofensas hechas hacia otro ser humano: engañar, mentir, robar, avergonzar, hablar mal de alguien (lashon hara’), etc. Todas estas transgresiones NO son perdonadas en Yom Kipur a menos que primero nos acerquemos a los que lastimamos y les pedimos perdón.
Si tomamos esto con seriedad, debemos sentarnos durante unos minutos con lápiz, papel y un corazón humilde. Para repasar en nuestra memoria si pudimos haber causado dolor y daño a otras personas: amigos, compañeros o familiares, padres, pareja, etc.
Una vez que sabemos a quien ofendimos, deberíamos pensar en cuál es la forma más efectiva para disculparnos con cada individuo en particular. ¿Por teléfono o en persona? ¿Por un correo electrónico largo o por un corto mensaje de texto? ¿Deberíamos describir en detalle lo que hemos hecho mal, o deberíamos pedir perdón de una manera más general? Dado que cada persona es diferente y cada caso es único, no existe una fórmula absoluta para pedir perdón a cada individuo. Debemos usar nuestro sentido común y encontrar la manera de que nuestra disculpa sea sincera, creíble y efectiva.
Pedir perdón es probablemente una de las tareas más desafiantes que tenemos que hacer. Porque hay que admitir y decir: “ME EQUIVOQUE”. Se necesita mucha humildad y fuerza emocional para enfrentar a la víctima. Creo que ayuda si uno considera la humillación como una suerte de Kappara (expiación) dentro del proceso de nuestra propia Teshubá.
Una segunda lista que debemos escribir lo antes posible es la de nuestras deudas: dinero que debemos en nuestro negocio o a proveedores, a amigos o familiares, donaciones comunitarias no pagadas, Tzedaqa que prometimos dar, etc. Debemos priorizar aquellas deudas que han caducado o están a punto de caducar. Este es el momento adecuado para hacerlo: hoy o (literalmente) durante los dos próximos días.