El problema de la corte suprema de justicia en Israel

השיבה שופטינו כבראשונה ויועצינו כבתחילה

Por lo general, prefiero mantenerme a una distancia prudente de temas políticos, pero voy a hacer una excepción. Primero porque se trata de Israel, y todo lo que sucede en Israel es un asunto judío. Segundo, porque lo que está sucediendo en Israel en este momento tiene una importancia histórica, que puede traer consecuencias sumamente positivas en cuanto a la recuperación del aspecto judío y democrático del Estado de Israel. Y finalmente, me obligué a escribir sobre este tema porque los medios —incluyendo la mayoría de los medios de prensa judíos en español — en lugar de informar y explicar este tema de raíz, han optado simplemente por reproducir de manera no-critica la propaganda y los slogans que abundan en la prensa progresista israelí, que de hecho es parte, una parte muy grande, del problema.

Escribo, en fin, porque no hay un esclarecimento, o por lo menos un balance, en la información que se transmite.

LA CORTE MONOCROMATICA

Comenzaré por recordar que el flamante gobierno de Israel anunció que en los próximos meses implementará una reforma profunda al sistema judicial de Israel. Algo que el partido Likud ya había anunciado explícitamente antes de las elecciones. En el ojo de la tormenta está el BAGATZ, es decir, la Suprema Corte de Justicia de Israel. Esta reforma judicial, encabezada por el ministro de justicia Yariv Levin, propone corregir varios puntos conflictivos. Voy a enfocarme hoy en el uno de ellos.

En primer lugar, la reforma busca modificar el sistema a través del cual se eligen a los jueces en la Corte Suprema de Israel. Israel es el único país democrático del mundo en el cual los jueces no son confirmados por el pueblo o por sus representantes políticos en el congreso. En los EEUU, por ejemplo, los jueces son confirmados por el senado. En Argentina, creo, deben ser confirmados por 2/3 del congreso. Y algo parecido sucede en todas las democracias occidentales. En algunos países europeos la elección es directa: los jueces son elegidos en elecciones directas. Solamente en Israel los jueces en pueden vetar a los nuevos jueces. La historia de cómo comenzó el sistema de la elección de jueces en Israel es muy larga. Pero digamos que hace ya varias décadas que los jueces prácticamente hablando “se eligen a sí mismos”. Si! Así como lo están escuchando. ¿Cómo funciona este sistema?  Hay una comisión especial para elegir jueces הוועדה למינוי שופטים , con 3 jueces de la corte suprema, 2 representes de la Keneset , 2 representantes del ministro de justicia, y 2 representantes de la oficina de abogados del país. Y para confirmar un nuevo juez hace falta un voto de 7 sobre 9. Lo que significa que los jueces de la Corte ¡tienen el poder de “vetar” a los candidatos! Es decir, que de hecho, solo puede ser confirmado un juez que ellos mismos aprueben, ya que los 3 representantes de la corte, asignados por el presidente de la corte, siempre votan en bloque. Esto ha creado una corte suprema que se perpetua en el poder “clonándose” a sí misma permanentemente. Y ha traído entre otros, los siguientes problemas.

NEPOTISMO

El nepotismo en el sistema judicial israelí es endémico. Este es un gravísimo problema, del cual los medios de prensa convencionales no hablan. El nepotismo judicial de Israel no es comparable con el de ningún país del mundo. ¿Por qué? ¡Porque ni siquiera se intenta disimular! Es totalmente abierto, comprobable y lo más absurdo: explícitamente declarado. El presidente de la Corte supreme de Justicia israelí que estableció este sistema, considerado el héroe nacional de la izquierda militante, Aharon Barak, dice sin ninguna vergüenza lo siguiente: “La Corte Suprema de Justicia de Israel es una familia, no se puede permitir el ingreso a la misma de alguien que no pertenece a esa familia” (minuto 1.10 del video abajo). Y para tener más claro que Barak no habla de manera metafórica, uno puede verificar los cargos que ostentan en el poder judicial los amigos, los hijos de Barak y especialmente su esposa Elisheva, que trabaja en la secretaría de Derecho Laboral y ni siquiera estudió derecho. Para comprender el nepotismo endémico del sistema judicial con nombres y apellidos, ver este video realizado por ”The Movement For Governability And Democracy“ (https://meshilut.org/en/), una organización non-profit que sostiene que nepotismo y democracia, no pueden ir de la mano.

NI JUDIA, NI DEMOCRATICA

El estado de Israel debe ser el país más cosmopolita y diverso del mundo. Porque si bien Israel absorbe al pueblo judío, los judíos somos muy diversos en cuanto a nuestra extracción (Sefaradim, Ashkenazim, Yemenitas, etc.), o en cuanto al país desde el cual emigramos (Rusia, Argentina, Estados Unidos, Etiopía, Francia, etc. ). Y somos principalmente diversos en cuanto a nuestra ideología (derecha, izquierda, centro) y nuestra observancia religiosa (laicos, tradicionalistas, religiosos y hasta antirreligiosos). La corte suprema de justicia de Israel tiene 15 jueces. Y la única diversidad que esta Corte mantiene rigurosamente es la de género. En todo lo demás, y especialmente en el aspecto étnico y religioso, ¡es todo menos heterogénea! No hay una representación significativa religiosa, o de derecha, o Sefaradí, aunque estos tres segmentos representan hoy la mayoría de la Keneset, es decir, el perfil étnico, religioso e ideológico de la mayoría de la ciudadanía israelí. La corte Suprema de justicia — y esto no es ningún secreto— está compuesta en su gran mayoría (12 o 13 de los 15) por personas con ideas de izquierda laica, progresista, y mayoritariamente ashkenazí. Es básicamente una extension del partido político de izquierda MERETZ, que por primera vez en muchos años, acaba de perder su participación en la Keneset.

La reforma judicial pide a gritos modificar este sistema puramente elitista y quitarle a los jueces, “no el voto sino el veto”, para la designación de nuevos jueces. Es decir, que lejos de que esta reforma sea “un atentado contra la democracia”, como lo explican —deliberadamente, o por una gigantesca ignorancia— algunos medios de difusión, la reforma judicial busca restituir la democracia en Israel, para que la corte sea más diversa y representativa de todos los sectores de Israel. Esto solo podrá suceder si los jueces son elegidos democráticamente por los representantes del pueblo en la Keneset, como ocurre en todo país civilizado del mundo.

Este video explica el veto virtual de los jueces en Israel. Nuevamente: un fenómeno único en el mundo democrático:

El próximo punto en este tema tiene que ver con ejemplos del exceso de poder y el actvismo ideológico de la Corte Suprema de Justicia en Israel. Especialmente lo que se llama en hebreo “‘ilat hasbirut”, que yo lo traduciría no literalmente como “el monopolio del sentido común”. Pero como es un asunto importante y extenso, lo dejo para la próxima…

Rabino Yosef Bitton

FUENTES EN HEBREO

Lamento que no pude encontrar ningún artículo serio o profundo sobre este tema que no sea en hebreo…

Para comprender en profundidad la reforma judicial propuesta y por qué es esencial para tener un Israel democrático, y evitar una DICTADURA JUDICIAL sugiero que vean este video que es un poco largo pero que incluye TODOS los ángulos del problema y la solución : https://youtu.be/aMStvnDwbKc

Para los que no tienen tiempo o paciencia, les recomiendo este video de unos 10 minutos: https://youtu.be/IkhdmZOdmcQ . En esta presentación que tuvo lugar en la universidad de Tel Aviv hace un mes atrás, podemos escuchar algunas ilustraciones del exceso de poder que se le atribuye a BAGATZ, expuestos por la profesora Talia Einhorn, experta en derecho internacional comparado.

Este articulo en hebreo explica en detalle el veto judicial https://www.globes.co.il/news/article.aspx?did=1001435502)

Este artículo describe el problema de la falta de diversidad y representación democratica en la corte https://www.inn.co.il/news/435824

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PRINCIPIO 1: Creación y Creador

PRINCIPIO # 1: Dios existe
«El primer principio consiste en creer en Dios y que el Todopoderoso es la causa de la existencia de todo lo que existe».

Maimónides explica que la creencia en Dios consiste en creer en la existencia del  Creador del Universo. Eso es lo primero que debemos saber de Dios.

Siempre hubo oposición a este principio, que aparentemente es tan evidente. Por siglos, la idea que prevaleció fue la de Aristóteles, quien sostenía que el Mundo no fue creado por Dios, sino que es eterno, y siempre existió así como lo vemos hoy.

Llevó mucho tiempo hasta que la idea de un universo eterno (olam qadmon) cambió. Y llegó por el lado que menos se esperaba… En 1929 el astrónomo norteamericano Edwin Hubble descubre algo revolucionario. El universo no es estático ni se está moviendo en forma circular. El universo, Hubble demostró, ¡está en expansión! Y si está en expansión, tuvo que haber un momento inicial, un punto cero, en el cual todo comenzó. Ese fue el primer indicio en la historia del pensamiento científico que el universo tiene un Creador. Como explique en mi libro «Creación», los científicos seculares de la época (Albert Einstein, Arthur Eddington y muchos otros) rechazaron contundentemente la idea de un Universo en expansión, no por falta de méritos científicos, sino porque lo consideraban un concepto «religioso». Postular el principio del universo es una idea muy cercana, razonaban estos científicos naturalistas, a la idea de Creación. Con inusual franqueza, Eddington dijo así: «Filosóficamente, la idea de que el universo haya tenido un principio, me repugna…».

De cualquier manera, y como quedó ampliamente demostrado, la idea del universo eterno de Aristóteles, que dominó el pensamiento del mundo científico por más de 25 siglos, finalmente colapsó.

Y aunque hay muchos científicos que aún siguen tratando de negar que lo que la ciencia descubre refuerza la creencia en la existencia de un creador, estas evidencias son hoy más sólidas que nunca. ¿Por qué? Porque al igual que el poderoso telescopio de Hubble nos ayudó a «descubrir» la creación del universo, los microscopios que poseemos hoy nos ayudan a apreciar mejor que nunca la sofisticación del microcosmos y especialmente la increíble complejidad de la célula y sus componentes. A pesar de que las células bacterianas son increíblemente pequeñas, pesando menos de -10^20 gramos, cada célula es una micro fábrica que contiene miles de piezas exquisitamente diseñadas de intrincada complejidad molecular, compuesta de un total de cien mil millones de átomos, y mucho más complicada que cualquier maquinaria construida por el hombre y absolutamente sin paralelo en el mundo inorgánico. Cada célula es tan compleja como una pequeña ciudad. Cuando se magnifica 50.000 veces a través de micrografías electrónicas, vemos que una célula se compone de múltiples estructuras donde cada una cumple con un papel diferente en el funcionamiento de la célula. A medida que nos adentramos más en el mundo celular, la ciencia descubre un ‘mundo liliputiense imprevisto’ y de enorme complejidad que ha llevado a la teoría de la evolución a un punto de colapso.

Hoy, gracias a la posibilidad de observar la increíble complejidad del macrocosmos y del microcosmos que nos rodea, es más accesible que nunca percibir la exquisitez y la sofisticación de la creación, para poder así descubrir  a su Creador inteligente.




El Rab Isaac Aboab Fonseca (1605-1693), primer rabino de las Américas

El Rab Isaac Aboab de Fonseca nació en 1605 en la localidad  de Castro Daire, Portugal. Su nombre original era Simão da Fonseca. Sus padres eran «marranos», judíos que habían sido convertidos por la fuerza al cristianismo. Cuando Isaac tenía siete años, su familia se trasladó a Amsterdam. Muchos judíos que durante más de un siglo habían practicado el judaísmo en secreto para escapar de la inquisición, emigraron a los Países Bajos donde en 1596 se había declarado la libertad de culto, algo inconcebible hasta ese entonces en la Europa cristiana. Allí crearon una comunidad que fue muy próspera en todo sentido y pudieron finalmente practicar su religión abiertamente. Simão pasó a llamarse Isaac, con su antiguo apellido judío: Aboab (también se escribe «Abohab»). En Amsterdam el Rab Aboab estudió con uno de los pocos rabinos que en ese entonces estaban en la ciudad: el rab Isaac Uziel, oriundo de Fez, en Marruecos. A los dieciocho años fue nombrado rabino (jajam) de la comunidad Beth Israel, una de las tres comunidades sefaradíes que existían en ese momento en Amsterdam. En 1638 fue asignado como uno de los cuatro rabinos (Jajamim) de la comunidad principal de Amsterdam llamada  «Talmud Torá».

En esos años los Holandeses colonizaron Brasil. Y muchos judíos de la comunidad de Amsterdam, que eran grandes empresarios del comercio internacional, se mudaron a la ciudad de Recife, en la zona de Pernambuco.  En 1641, el Rab Isaac Aboab de Fonseca fue enviado a Recife como rabino de la flamante comunidad «Kehal Zur Israel» en esa ciudad , que fue la primera comunidad judía en el continente Americano. El Rab Aboab fue entonces el primer rabino oficial que ejerció en el continente americano. La mayoría de los habitantes de esta ciudad eran judíos de Amsterdam. En Recife el Rab Aboab desarrolló una congregación modelo, inspirada en la comunidad judía de Amsterdam: «Kehal Zur» , que se estima que tenía como 5.000 miembros, contaba con una Sinagoga, un Mikvé y una Yeshibá donde el rab Aboab impartía clases de Torá, particularmente de Talmud.

Fueron pocos los años de prosperidad para los judíos de Recife. En 1645, un jesuita portugués, Joam Fernandes Vieyra, convenció al rey de Portugal de recuperar Recife porque «esa ciudad está habitada principalmente por judíos, la mayoría de los cuales son originalmente fugitivos de Portugal… tienen sus sinagogas abiertas allí, para escándalo de la cristiandad. Por el honor de la fe, por lo tanto, los portugueses deberían arriesgar sus vidas y sus propiedades para sofocar tal abominación». En 1646, Vieyra y su ejército atacaron Recife.  Vieyra ofreció protección a los judíos de la ciudad con la condición de que no participaran en la batalla. La comunidad judía rechazó por unanimidad su oferta y tomó las armas junto con sus camaradas holandeses.La batalla continuó por nueve años y durante este prolongado tiempo, los judíos de Recife sacrificaron su comida, sus bienes y sus vidas en defensa de su libertad religiosa. En un poema que escribió más tarde, el rabino Aboab registra la terrible experiencia de su congregación: «Muchos de los inmigrantes judíos fueron asesinados por el enemigo; muchos murieron de hambre. Los que estaban acostumbrados a las delicias se regocijaban de poder saciar su hambre con pan seco; pero pronto no pudieron obtener ni siquiera esto. Les faltaba todo y sus vidas se preservaron por  milagro «. Es el texto hebreo más antiguo conocido escrito en América que ha sobrevivido hasta nuestros días.

Los Portugueses, al alcanzar la victoria, permitieron una rendición honrosa a todos los holandeses, pero no a los judíos, a quienes se les ordenó convertirse al cristianismo.   Varios judíos pudieron escapar a tiempo para evitar la conversión forzosa, entre ellos los 24 judíos que luego de una increíble travesía, llegaron en 1654 a la ciudad de New Amsterdam, conocida hoy como New York, y fundaron la primera comunidad judía en Norte América.  El Rab Aboab también logró escapar sano y salvo y regresó a Amsterdam, donde fue nombrado gran rabino de la comunidad sefaradí de esa ciudad. En 1656, fue uno de los rabinos que excomulgaron a Baruj Spinoza.

Los problemas en la comunidad de Amsterdam no terminaron. Durante los años 1664-1666 comenzó un movimiento mesiánico alrededor de Shabetai Zevi. La historia de este falso Mashiaj es también muy complicada y larga de contar, pero digamos que en ese entonces  la mayoría de los rabinos del mundo, Sefaradim y Ashkenazim, creían que Shabetai Zevi era el verdadero Mesías. Y aunque no fue militante, el Rab Aboab tampoco fue una excepción.  En 1666 cuando el Sultán turco le dio a elegir a Shabetai Zevi entre la muerte y la conversión al Islam, éste decidió convertirse. Recién entonces,  finalmente, los judíos entendieron que habían sido víctimas de un gigantesco engaño. Las consecuencias para la comunidad judía mundial fueron devastadoras. Pero a pesar de todos estos problemas la comunidad judía de Amsterdam floreció, creció y produjo, entre otras cosas, cientos de Talmidé Jajamim que sirvieron la comunidad y escribieron literalmente miles de libros en español y en portugués.
El rab Aboab escribió un libro de gramática hebrea que aún no se ha publicado «Melejet ha-Diqduq. También tradujo del español al hebreo (sic.) el libro de Qabbalá escrito por el rabino Abraham HaCohen Herrera, llamado «La Puerta del Cielo», en hebreo «Shaar haShamayim».
Murió en Amsterdam el 4 de abril de 1693, a la edad de 88 años.



SHEMOT: Argentina, campeón del mundo y la salida de Egipto

En el mundo académico judío se enseña Biblia, arqueología Bíblica e historia judía antigua. Pero hay un fenómeno del cual mucho no se habla: la relación “edipal” entre muchos académicos judíos y los textos judíos que enseñan. En esta relación, el texto (que representa a Su autor) es el padre que debe ser eliminado. La forma de eliminarlo es la mistificación de estos textos que se hace cuestionando su credibilidad y valor histórico. Esta actitud anti-texto, y digo esto con mucho dolor, es característica de la gran mayoría de profesores universitarios, con excepción de la universidad de Bar Ilán, y algunas otras universidades del mundo. A ojos de estos estudiosos, “el texto bíblico es falso hasta que se demuestre lo contrario”, algo que obviamente ninguno de ellos se preocupa por hacer. Y lo mismo ocurre con las “interpretaciones” que se les da a los descubrimientos arqueológicos, que siempre apuntan hacia el mismo lado: desmentir a la Torá. Las verdaderas razones de esta patética actitud hacia las fuentes judías no deben ser examinadas en la facultad de historia o arqueología, sino en el departamento de psicología. Parece ser parte de un auto-odio judío, una actitud autodestructiva que se manifiesta de varias maneras diferentes. Hoy quiero presentar —y desmentir– un par de famosos ejemplos de esta retórica académica.

Este Shabbat comenzaremos a leer el libro de Shemot, Éxodo. Y nos iremos acercando a la historia fundacional del pueblo judío: la salida de Egipto. Los judíos edipales afirman que la salida de Egipto no sucedió. Unos años atrás, un líder rabínico conservador, David Wolpe, que dirige una importante comunidad Sefaradí en Los Ángeles, California, hizo una famosa declaración ante su numerosa congregación en la festividad de Pésaj: “la salida de Egipto no es un hecho histórico: es un mito”, sentenció (ver aquí. https://www.latimes.com/archives/la-xpm-2001-apr-13-mn-50481-story.html).
Las implicancias de esta afirmación son tremendas: si la historia fundacional judía es falsa, la Torá no es un libro dictado por Dios, sino un texto mitológico, sin credibilidad ni relevancia. Si la Biblia no es un libro Divino, ¿por qué me tiene que importar lo que algunos escritores mitológicos escribieron 3500 años atrás?

Para negar el Éxodo, Wolpe se basó en las palabras del jefe del departamento de arqueología de la universidad de Tel Aviv, Israel Finkelstein, “los judíos no estuvieron en Egipto, el cautiverio no existió, el Éxodo nunca ocurrió”.¿Qué pruebas contundentes se utilizaron para desmentir el relato bíblico del éxodo de Egipto? ¿Cuáles son los argumentos que llevaron a esta y a otras personas a esa tremenda aseveración de tan largo alcance? “La ausencia de restos arqueológicos”, dijo Finkelstein. Si 2 o 3 millones de personas hubieran deambulado por el desierto por 40 años, tendríamos que encontrar, por ejemplo, vasijas de arcilla, de esa travesía. ¡Y no se encontró nada!

Hay dos elementos que hacen que este argumento sea académicamente insostenible. En primer lugar, en arqueología hay una regla de oro, que los profesores judíos edipales no parecen conocer: “Absence of evidence is not evidence of absence”, “que no se encuentre evidencia material sobre algo, no es suficiente evidencia de que eso no existió”. Es como descreer del descubrimiento de América porque no se encontraron los restos arqueológicos de la Pinta, la Niña y la Santa Maria. Pero hay un segundo argumento que todavía más sólido y definitivo.
Así escribe el profesor Elliot Friedman, de la universidad de NY:

“[Wolpe y otros] afirman que se ha rastreado el desierto de Sinaí y no se ha encontrado ninguna evidencia de la masa de millones de personas que la Biblia dice que estuvieron allí durante 40 años. Esa afirmación simplemente no es cierta. No ha habido muchas excavaciones importantes en el Sinaí, y ciertamente no se pudo haber rastreado lo suficiente … Descubrir objetos enterrados hace 3.200 años es una tarea imposible, especialmente en el desierto de Sinaí. Un colega israelí me contó entre risas que un vehículo que se había perdido en la guerra de Yom Kippur en 1973 fue descubierto recientemente bajo ¡16 metros de arena!. ¡En 40 años se acumularon 16 metros de arena! “ . Piensen cuántos kilómetros de arena hacia abajo tendrían que excavar para empezar a buscar algo.

Y aquí me pregunto otra vez: este simple problema, ¿no lo conoce o no lo tiene en cuenta alguien como David Wolpe? ¿O lo sabe e igual dice lo que dice porque asume que su audiencia no es lo suficientemente experta en arqueología o en la topografía del desierto de Sinaí? Sobre los motivos positivos de Finkelstein y otros arqueólogos israelíes ver nota aquí *.
Espero que ahora haya quedado más claro porque describí esta actitud anti-texto como “edipal”.

Hay un segundo argumento, también muy poco sólido, que trata de desmentir la salida de Egipto. El número de judíos que salieron de Egipto, de acuerdo a la Torá, fue de 603.550 hombres mayores de 20 años y sus respectivas familias. “Este número es imposible de aceptar” dicen los nihilistas. Y ¿por qué es imposible de aceptar?
Escuchemos a los expertos: “Alguien calculó hace mucho tiempo que si ese número de personas, [2 millones y medio] estuvieran marchando por el desierto … Entonces cuando los primeros llegaran al Sinaí, ¡la mitad de la gente todavía estaría en Egipto!”
Es decir, no se puede concebir que una masa humana de 2 millones de personas se desplace y movilice en un área que se extiende por 150 o 200 km.

Y la verdad es que nunca me puse a pensar en la falta de méritos de este argumento hasta que Argentina salió campeón del mundo y vi las fotos y los videos de la marea humana que se movilizaba por la 9 de Julio y la autopista Ricchieri. Había en esa zona, de unos 15 o 20 km  y relativamente estrecha, entre 3 y 5 millones de personas, según el diario que uno lea. ¡Y la verdad es que lo primero que me vino a la cabeza cuando vi esas fotos fue que—guardando las distancias entre los dos eventos— estaba presenciando las imágenes de un grupo humano que en su número era similar al del Éxodo de Egipto! Entendí lo que en ese entonces dijo el rey Balaq cuando desde lo alto de la montaña vio a las multitudes de Israel y declaró: hine jisa et ‘en haarets, es decir, “este pueblo es tan numeroso que ha cubierto la superficie de la tierra”, es decir, desde la montaña, Balaq no podía ver ni un tramo de terreno vacío. Como en la imagen de la marea humana en la 9 de julio el domingo 18 de Diciembre. .
Al ver esas imágenes visualicé por primera vez una imagen más real de la salida de Egipto, que a veces uno la piensa “en dibujos animados”, como una fantasía. Estas imágenes me ayudaron a comprender un poco mejor la magnitud épica de Yetsiat Mitsrayim y la increíble travesía de nuestro pueblo por 40 años en el desierto.

  • Bryant Wood, director de Associates for Biblical Research en Maryland, argumentó que la evidencia arqueológica encaja perfectamente bien si la historia se la ubica remonta a 1450 a.e.c. [que es la fecha que la Torá afirma que ocurrió el Éxodo].   Dijo que los indicios de destrucción en esa época en Hazor, Jericó y un sitio que está excavando que él cree que es la ciudad bíblica de Hai, respaldan los relatos de las conquistas de Josué.

    También citó la presencia documentada de esclavos “asiáticos” en Egipto que podrían haber sido israelitas, y dijo que no habrían dejado evidencia de su travesía porque eran nómadas [estaban en transito] sin cultura material [no construyeron casas, ni monumentos, y hasta el Templo que construyeron era desmontable] . Pero Wood dijo que no le autorizan publicar su investigación en revistas arqueológicas serias [por el tremendo prejuicio anti-bíblico prevalente en el mundo académico] .

    “Hay un claro prejuicio en contra de la Biblia”, dijo Wood.

    La visión revisionista de Herzog, Finkelstein y otros, ha sido atacada por varios motivos, desde la lógica defectuosa de su argumento hasta la agendas políticas pro-palestinas de estos académicos que tratan de negar la reivindicación territorial del estado de Israel.




SHEMOT: La historia de la envidia

Terminamos el libro de Bereshit, y esta semana comenzamos el libro de Shemot.  La historia es más o menos conocida. Bereshit cuenta cómo se formó la primera “familia” judía, bene Israel , mientras que el libro de Shemot nos cuenta cómo se formó el “pueblo” judío, am Israel.
La Torá no es un libro común. Entre las cosas que hacen que la Torá sea un libro único es que “detrás” de la trama principal se esconden sub-historias entretejidas con la trama principal, pero de alguna forma independientes de ella. Les cuento una. Hermandad vs.envidia.
La tensión entre hermanos ya se nota desde el comienzo, Cain y Abel. En este caso la envidia se genera por la atención Divina. HaShem aceptó el sacrificio de Abel y rechazó el de Cain. Y Cain, en lugar de esforzarse para hacerlo mejor como le sugirió su creador, decidió que era más fácil matar (literalmente!) a la competencia.
Veinte generaciones después, Yishma’el, de acuerdo al Midrash, trató de matar a su hermano Isaac, el favorito de Abraham.
Los hijos de Isaac, Ya’aqob y Esav, que eran mellizos, compiten desde el vientre materno por la primogenitura. Después de lo que sucedió con la bendición de Isaac, Esav amenaza de muerte a Ya’aqob. Al final hay una reconciliación, pero para que la fraternidad se mantenga, los hermanos, irónicamente, tienen que vivir separados.
El punto máximo de tensión entre hermanos llega con los hijos de Ya’aqob. Yosef, que goza del favor de su papá, despierta la envidia de sus hermanos. Y esta envidia se transforma en odio. Y este odio en planear el asesinato de Yosef. Al final, terminan vendiéndolo como esclavo, que era casi una sentencia de muerte, y lo dan por “desaparecido”.
Después de 20 años, los hermanos expresan su arrepentimiento por lo que hicieron y en un enorme acto de altruismo Yosef los perdona. Y así, aparentemente, se cierra el capítulo de envidia y resentimiento entre hermanos que comenzó con los primeros habitantes de la tierra.
Pero Bereshit aún no terminó. Y la historia de la hermandad continúa. Pero ahora va en ascenso. Los últimos hermanos mencionados en Bereshit son los hijos de Yosef: Efraim y Menashé. Por primera vez es el abuelo y no el padre el que les otorga la primogenitura y decide a quién le corresponde. Ya’aqob los bendice “poniendo a Efraim, el menor, antes que al mayor, Menashé”.
Y cuando parece que las heridas se van a volver a abrir, y que Menashé va a amenazar, matar o vender a Efraim… nada de eso sucede. Menashé, a pesar de tener razones para envidiar a su hermano, que ahora es más o tiene más que él, vive en paz con él. Por primera vez el amor entre hermanos superó el poder de la envidia. Menashé pasa con éxito la prueba de la envidia fraternal y así termina el libro de Bereshit (digamos de paso que por esta razón bendecimos a nuestros hijos con la bendición de Efraim y Menashé. Para desearles que aparte de buenos hijos, sean también buenos hermanos).
Ahora comienza el otro libro, Shemot. Que también tiene sub-historias entretejidas con la historia principal. La historia principal cuenta que Moshé es asignado como el enviado de HaShem para rescatar a Israel del cautiverio. Moshé pide ayuda para su misión y HaShem le envía como asistente a … ¡su hermano Aharón! Esto es un gran problema potencial Aharón es el hermano mayor. Y según las normas de esos días Aharón debería ser el líder de la familia, para lo que fuera necesario…. Ahora en cambio, Aharón va a ser el asistente de Moshé, su sombra…
Ahora todos sospechamos que la envidia se va a sobreponer a la hermandad.  Los más optimistas pueden suponer que Aharón no se va a enfadar. Y que siguiendo los pasos de Menashé, controlará su envidia.
Pero la Torá nos tiene reservada una sorpresa, muy hermosa.
La reacción de Aharón no tenía precedentes y nos demuestra lo mejor del ser humano. Aharón no sólo que no envidia la posición de Moshé. Aharón se alegra por Moshé!   וראך ושמח בליבו, “Y cuando Aharón te vea, se alegrará en su corazón”.
El libro de Bereshit comenzó con el fratricidio: un hermano matando al otro. Y progresó hasta llegar a la harmonía fraternal ¿Qué podría ser más elevado que la aceptación del éxito del otro? Aharón cambia la historia de la rivalidad entre hermanos en 180 grados. Y nos regaló una de las lecciones más hermosas de la vida. Alegrarse por el éxito de un hermano. Aprender a estar felices de la felicidad del otro.
Shabbat Shalom!



SHEMOT: Los judíos y los cambios de gobierno

וַיָּקָם מֶלֶךְ חָדָשׁ עַל מִצְרָיִם אֲשֶׁר לֹא יָדַע אֶת יוֹסֵף

«Y un nuevo Faraón surgió en Egipto, que no reconocía a Yosef »

  Exodo 1:8

CAMBIA, TODO CAMBIA

La Torá no es moderna; es eterna. Y como tal, las historias que se relatan en la Torá nunca pierden su relevancia y su actualidad. Hoy vamos a analizar un poco en profundidad, un versículo del libro de Shemot, Exodo, en el cual se describe un cambio de gobierno en Egipto. Un fenómeno político interno, no relacionado con los judíos, pero que desencadenó la persecución, el asesinato de niños y la esclavitud de los judíos. Anteriormente hablamos de cómo los hijos de Israel se prepararon para evitar la asimilación en Egipto a través de la educación, la vida en comunidad y una limitada interacción socio-cultural con el entorno egipcio (ver aquí). El plan funcionó bien, y los judíos vivieron muy holgadamente en Egipto. Pero con el correr del tiempo, tal como ocurrió innumerables veces en el pasado, los cambios politicos en el lugar de residencia de los judíos afectaron directa o indirectamente a los judíos. En el caso de Egipto, como ocurrió en la España de Isabel o en la Alemania del Tercer Reich, las consecuencias de estos cambios internos fueron devastadoras.

UNA NUEVA POLITICA DE ESTADO

Uno de los Sabios del Talmud sugirió que el cambio político en Egipto fue en realidad un cambio de la política del mismo Faraón, que ahora, por alguna razón, se ensañó contra los judíos, y en un enorme despliegue de desagradecimiento, decidió ignorar las contribuciones de Yosef a la monarquía egipcia. Algo parecido sucedió con Isabel la católica en la España de finales del siglo XV, cuando una vez recuperado el sur de España, Isabel decidió que era hora de expulsar a los judíos de su reino, Castilla y Aragón, para tener un país completamente católico. Al igual que el Faraón, Isabel decidió ignorar las contribuciones de los judíos a España, que no eran pocas. Piensen en Lorenzo Badoz, el médico personal de la reina, que la ayudó a dar a luz y salvó su vida varias veces. O Rabbi Abraham Zacuto, cuyas invenciones en el campo de la astronomía y navegación fueron vitales para que Colón llegara a América. O Don Isaac Abarbanel, y su enorme contribución a las finanzas de España, que permitieron la reconquista de Granada en 1492.

UNA NUEVA DINASTIA 

Otros Sabios sugirieron que las palabras bíblicas «un nuevo monarca surgió en Egipto» se refieren a un cambio más radical. Normalmente, los hijos o familiares de los monarcas reinaban en su lugar. Solo cuando esto no ocurría y el nuevo rey pertenecía a otra familia, hablamos de una dinastía diferente. En nuestros días, esto se podría comparar a cuando el partido politico de la oposición llega a la presidencia. En los Estado Unidos, por ejemplo, suele pasar que demócratas y republicanos gobiernan alternativamente cada 4 u 8 años. Y cuando el partido de la oposición recupera el poder hay -entre otras cosas- un «reseteo» de las relaciones diplomáticas de ese gobierno con aliados y enemigos. Así, por ejemplo, la relación que Estados Unidos tenía con el estado de Israel en los tiempos del presidente demócrata Barack Obama –muy tensa– cambió radicalmente cuando el candidato republicano Donald Trump asumió la presidencia. Algo parecido tuvo que haber ocurrido en Egipto cuando el Faraón de una nueva dinastía tomó el poder: la relación con los judíos — posiblemente aliados del gobierno anterior–ahora tenía que cambiar. El nuevo rey, por lo tanto, elige no reconocer a Yosef como un héroe egipcio, sino como un traidor.

EL REY NO HA MUERTO ¡VIVA EL REY!

¿Por qué los Sabios sugirieron que este nuevo rey no era simplemente el sucesor, o el hijo, del rey anterior? Porque cuando el hijo reemplaza al padre el texto bíblico dice: «Y el Rey A murió , y su hijo B reinó en su lugar». Lo que en este versículo llama la atención es que el texto dice que «surgió» un nuevo Faraón y no menciona que el Faraón anterior murió. Esta omisión -que por tratarse de la Torá no podemos atribuirla a la casualidad o a la distracción- nos da a entender que el cambio de gobierno en Egipto fue «dramático». Un golpe de estado. O según el historiador judío Flavio Josefo (ver aquí) algo más dramático todavía.Josefo sugirió la Torá se está refiriendo -brevemente, como de costumbre- a una dramática revolución: la reconquista de Egipto. Me explico. Los Hicsos, un pueblo semita, invadieron Egipto en el siglo 16 aec y esclavizaron a la población egipcia durante mucho tiempo. Si Yosef, sus hermanos y sus hijos se establecieron en Egipto durante ese periodo histórico, y convivieron amigablemente con los Hicsos, ahora, luego de 100 años de ser gobernados por el invasor, cuando el Faraón Amosis derrota a los Hicsos y estableció la decimoctava dinastía, los judíos no van a ser sus amigos favoritos.

LAS VUELTAS Y REVUELTAS DEL PODER

De haber sucedido de esta manera, los judíos ahora eran mal vistos no a pesar de haber ayudado a Egipto, cuando Egipto estaba gobernado por los Hicsos, sino por haber ayudado a Egipto cuando los Hicsos estaban en el gobierno. Si esto fue lo que ocurrió, propondría una nueva traducción -no muy alejada de lo literal por cierto- para la segunda parte de nuestro versículo, es decir, para las palabras que describen la animosidad del nuevo Faraón hacia los judíos. En lugar de traducir asher lo yada et Yosef como que el Faraón no reconocía o no apreciaba a Yosef, deberíamos entender que el nuevo monarca egipcio «despreciaba» a Yosef; no lo quería, porque lo consideraba el amigo de sus enemigos. Este nuevo Faraón que despreciaba a Yosef, tampoco apreciaba a sus descendientes. Y los judíos, como sucedió (y sucede, especialmente fuera de Medinat Israel) se encontraron de pronto en el lado incorrecto de la historia. 
Acto seguido, lo inevitable sucedió. El Faraón se propuso implementar «la solución final». 

Continuará….




Los comienzos del antisemitismo: LA DEMONIZACION

Durante los dos últimos días escribimos acerca de los orígenes del antisemitismo y demostramos que estos se remontan hasta el antiguo Egipto. El proceder anti-judío del Faraón, explicábamos, no se relacionaba directamente con algo que los hijos de Israel habían hecho mal.  Las causas de antagonismo del Faraón hacia los judíos tenía que ver con una nueva situación política: su oposición al gobierno anterior, que era amistoso con los judíos, especialmente en consideración Yosef. Esta es la increíble paradoja que surge de lo que explica la Torá en esta Parashá: los judíos siempre fuimos muy leales al gobierno de turno. De esta manera,  por ejemplo, cuando el hijo del previo rey sucedía a su padre, los judíos eran respetados por el nuevo monarca, por la lealtad demostrada hacia su padre. Pero si el previo rey no era sucedido por su hijo, su hermano menor o alguien de su elección, sino que era destronado o derrocado por la oposición, los judíos ahora deberían pagar por su lealtad al gobierno anterior.
Ahora bien: ¿cómo hace el nuevo rey egipcio para poner a su pueblo, a las masas, en contra de sus nuevos enemigos políticos, los judíos? Es aquí donde encontramos lo que llamamos los orígenes de la propaganda antisemita. El Faraón desarrolla un discurso que, tanto en su forma como en su contenido contiene todos los ingredientes de un discurso antisemita.  En la Parsahat Ki-Tabó la Torá se refiere sucintamente, con una sola palabra,  a un elemento clave en el antisemitismo. Nos dice que los egipcios, antes de castigarnos con trabajos forzados, nos dañaron vayare’uotanu  (וירעו אותנו המצרים ויענונו).  Esta sofisticada palabra hebreavayare’u  se suele traducir por «nos dañaron»o «nos hicieron mal».  Pero hay otra posible lectura, sin forzar la delicada semántica de este término. En lugar de traducir «nos hicieron mal», este versículo nos está diciendo algo más profundo: los egipcios «nos hicieron malos», es decir, «nos hicieron ver mal» o «nos demonizaron». Hablaron mal de nosotros y nos acusaron falsamente, para luego justificar perseguirnos, matarnos, destruirnos, etc.  El Faraón nos demonizó al sugerir que los judíos en Egipto se enriquecieron robando a los egipcios, o que por ser un pueblo separado, los judíos practicábamos una dudosa lealtad.
La demonización de los judíos fue, y lamentablemente sigue siendo, el primer paso del proceder antisemita. Durante siglos los judíos fuimos culpados de los más horrendos y ridículos crímenes: envenenar pozos de agua,  matar dioses, matar niños para comer su sangre, etc.  Algunas de estas acusaciones, increíblemente, se siguen propagando hasta el día de hoy (ver por ejemplo aquí). La «demonización» de los judíos fue, es y seguirá siendo, un pre requisito para perseguir y culpar  a los judíos. Hoy, lamentablemente,  lo sabemos tan bien como ayer…
El Faraón continuó su discurso inflamatorio:
הבה נתחכמה לו: «Los judíos son astutos, seamos más astutos que ellos«. Los judíos tenían fama de ser inteligentes, estudiosos. El Faraón no lo niega. Pero en su discurso antisemita el faraón «demoniza» la inteligencia y la presenta como un tipo de «astucia» maligna que lleva a la traición.
ונוסף גם הוא על שונאניו ונלחם בנו ועלה מן הארץ
El discurso del Faraón es el típico discurso demagógico de un dictador. Nótese que el Faraón NO se dirige a su corte, a su congreso o a su gabinete. Le habla directamente al pueblo (por cadena nacional:).
El Faraón termina su discurso con la más popular, infundada y dañina acusación antisemita.   «Los judíos nos van a traicionar, se unirán a nuestros enemigos y se llevarán nuestras riquezas.» El Faraón siembra el miedo en la población y como muchos otros tiranos utiliza la característica esencial del pueblo judío, su unión, para demonizarlo. La mayor fortaleza del pueblo judío es usada por el antisemita como su mayor punto de vulnerabilidad.   Así, aunque sea mentira, no hay nada más creíble que acusar de deslealtad a un pueblo que resiste la asimilación….
Así como HaShem nos ayudó y nos rescató de Mitsrayim de manos del Faraón, también nos liberará de las manos de todos aquellos que se levanten para destruirnos. 



9 de TEBET: Recordando a Ezrá haSofer

Mañana, martes 3 de Enero de 2023, observaremos el Diez de Tebet, un día de ayuno que nos recuerda tres trágicos acontecimientos en la historia del pueblo de Israel. Uno de los eventos que recordamos en este día es la muerte de Ezrá haSofer.

Setenta años después de la destrucción del Bet haMiqdash, aproximadamente en el año 516 antes de la era común, el emperador persa Ciro permitió a los judíos regresar a Erets Israel.  Un total de 42.360 Yehudim llegaron a Israel desde Babilonia guiados por Zerubabel (ver libro de Ezrá 2:64). Años más tarde, más judíos hicieron Aliá inspirados por Ezrá y Nejemiá. Nejemiá fue el líder político que persuadió al emperador persa Artajshasta (Artajerjes) que permitiera reconstruir las murallas de Jerusalem con el fin de proteger a la población judía de la ciudad y garantizar la seguridad del Bet haMiqdash (ver Nejemiá, capítulo 1-2). Y Ezrá cargaba con la enorme responsabilidad de reeducar a los judíos que habían llegado a Israel luego de haber vivido durante tres o más generaciones en el exilio en Babilonia, sin escuelas, sin sinagogas, y en medio de la población pagana local. Muchos judíos habían olvidado la Torá, sus leyes e incluso su lenguaje, y habían adoptado los valores de la cultura local.

Una vez en Yerushalayim, Ezrá estableció el Anshé Keneset haGuedolá, el primer parlamento judío, compuesto por 120 miembros: sabios y profetas. Con ellos, Ezrá fijó un extenso número de resoluciones para revivir el estudio y el cumplimiento de la Torá, y reeducar al pueblo judío. Entre otras cosas, Ezrá incrementó los días de lectura pública de la Torá; compuso el texto de la Amidá (oración principal) porque la gente se había olvidado cómo orar correctamente; modificó el tipo de letra (los «fonts») del texto bíblico (ketab ashurí) para facilitar a las masas el estudio de la Torá; estableció que en el momento de la lectura pública de la Torá ésta fuera traducida al arameo, etc. Ezrá también tuvo que tomar decisiones muy dramáticas, como la exclusión de los samaritanos, una población mixta semi-pagana que vivía en Israel desde los tiempos del destierro de las 10 tribus (722 a.c.e.) y que reclamaba ser aceptada como parte del pueblo judío. Ezrá también tuvo que hacer frente a la cuestión de los matrimonios mixtos de muchos de los Yehudim que llegaron de Babilonia con sus esposas no judías. Este último dramático evento es narrado en los capítulos 9 y 10 del libro de Ezrá.

Gracias a la sabiduría de Ezrá, a su coraje y a sus principios no negociables, el pueblo judío fue capaz de sobrevivir y restablecerse nuevamente en Israel como la nación de HaShem.

Ezrá fue considerado por nuestros rabinos como el vínculo histórico entre la Torá escrita y la Torá oral. La Torá oral, la tradición que establece cómo observar los preceptos bíblicos, había sido olvidada en el largo cautiverio de Babilonia y fue recuperada gracias a los esfuerzos de Ezrá haSofer.  Junto con Nejemiá, completaron la construcción del segundo Templo o Bet haMiqdash; construyeron los muros de protección alrededor de la ciudad y ayudaron a que los judíos se restablecieran en la tierra de Israel.
Ezrá murió en un día como hoy, un 9 de Tebet. Fue considerado por nuestros rabinos como el segundo líder más importante en el pueblo judío, luego de Moshé Rabenu.

TAQANOT EZRA HASOFER

Ezrá se considera el vínculo entre la Torá escrita y la Torá oral.

Los sabios del Talmud mencionan 10 taqanot, o decretos rabínicos, que Ezrá estableció para el pueblo de Israel que había regresado a Israel luego de un largo cautiverio de dos o más generaciones.

Veremos algunos ejemplos.

√ La lectura pública de la Torá los lunes y jueves, así como en la oración de Minjá de Shabbat. La lectura de los lunes y jueves está destinada a prevenir que haya tres días consecutivos sin leer la Torá, y la lectura en Minjá en Shabbat está destinada a aquellos que no pueden asistir a la lectura de la Torá durante los días de semana.

√ El establecimiento de cortes rabínicas los lunes y jueves, que eran los días de mercado, cuando la gente se reunía en las ciudades para comprar y vender su mercadería.

√ Lavar la ropa que se va a utilizar en Shabbat durante el jueves (o antes), para que el viernes quede libre para los demás preparativos del Shabbat.

√ Que la mujer se levante temprano los viernes por la mañana para hornear pan, de manera que haya en la casa pan disponible para los pobres.

√ Que la mujer se lave y desenrede su cabello antes del uso del Mikvé.

√ Que los vendedores ambulantes tengan permitido ir de ciudad en ciudad y vender adornos, cosméticos y perfumes a las mujeres para que se vean lo mejor posible (esta regulación evitaría el monopolio de los comerciantes locales, que sin competencia subían los precios de estos artículos no-esenciales).

¿QUIÉNES ESTÁN EXENTOS DE AYUNAR MAÑANA?

Los menores de edad: niños menores de 13 años y niñas menores de 12 años están completamente exentos de este ayuno.

Las mujeres embarazadas están exentas de este ayuno.

Mujeres lactantes. En muchas comunidades Sefaradíes la tradición es que después de dar a luz las mujeres están exentos de ayunar durante los siguientes 24 meses, incluso cuando ya no están amamantando a su bebé. En otras comunidades Sefardíes y en las comunidades Ashkenazíes sólo se excusa de ayunar a las mamás durante 24 meses mientras siguen amamantando a sus bebés.  Consulte con el rabino de su comunidad respecto a la costumbre a seguir.

Una persona que se siente mal, por ejemplo, con síntomas de gripe o fiebre, o una persona con una enfermedad crónica, como diabetes, no debe ayunar.

Las personas mayores de edad deben consultar con sus médicos para determinar si el ayuno afectará su salud. En cuyo caso están exentos de ayunar.

Ver aquí los horarios para su ciudad de residencia




Leyes del Ayuno del 10 de Tebet

¿QUIÉNES AYUNAN Y QUIENES NO DEBEN AYUNAR EL 10 DE TEBET?

 
Los menores de edad: niños menores de 13 años y niñas menores de 12 años están completamente exentos de este ayuno.
 
Las mujeres embarazadas están exentas de este ayuno.
 
Mujeres lactantes. En muchas comunidades Sefaradíes la tradición es que después de dar a luz las mujeres están exentos de ayunar durante 24 meses, incluso cuando ya no están amamantando a su bebé. En otras comunidades Sefardíes y en las comunidades Ashkenazíes sólo se excusa de ayunar a las mamás durante 24 meses si todavía siguen amamantando a sus bebés.  Consulte con el rabino de su comunidad respecto a la costumbre a seguir.
 
Una persona que se siente mal, por ejemplo, con síntomas de gripe o fiebre, o una persona con una enfermedad crónica, como diabetes, no debe ayunar.
 
Las personas mayores de edad deben consultar con sus médicos para determinar si el ayuno afectará su salud. En cuyo caso están exentos de ayunar.
 

¿Desde cuándo hasta cuándo se ayuna?

El ayuno del 10 de Tebet comienza al amanecer y termina al anochecer.
 
 
Buscá aquí   https://www.myzmanim.com/search.aspx?lang=es  los horarios del ayuno en tu ciudad de residencia.



AÑO NUEVO: El mundo celebra la circuncisión

EL ORIGEN DEL AÑO NUEVO CIVIL
El año nuevo civil 2023 comienza hoy, el 1 de enero. Según la tradición cristiana, el día de año nuevo celebra la circuncisión (sic) de Yeshu. El 1 de enero es el octavo día, contando desde el 25 de diciembre. Irónicamente, la práctica de la circuncisión fue anulada en los primeros años del cristianismo. ¿Por qué? En su libro “La historia del Cristianismo” Paul Johnson explica que muchos romanos se sentían muy atraídos hacia el monoteísmo y la ética judía. Pero no estaban dispuestos a dejar de trabajar los sábados, dejar de comer cerdo (una comida muy popular en Europa) y les daba terror la idea de circuncidarse. Especialmente por este último motivo, no tantos romanos se convirtieron al judaísmo (cabe aclarar que los judíos, si bien aceptamos conversos, nunca los buscamos activamente). Johnson cuenta que los primeros apóstoles buscaban activamente conversos entre los romanos y vieron que si anulaban la circuncisión, miles de romanos se convertirían a la nueva religión. Y así fue como formularon entonces una versión light del “judaísmo”, que luego se fue convirtiendo en el cristianismo. Y fue irónicamente en Yerushalayim, en el concilio de Jerusalén del año 50, cuando la circuncisión fue definitivamente anulada. Hasta ese entonces los primeros cristianos no eran muy diferentes de otros judíos disidentes, como los Tsadoquim o los Mityavnim, por ejemplo. Pero a partir de la anulación del Berit Milá–la circuncisión– que representa el pacto de Dios con Abraham y su descendencia, el cristianismo se desprendió definitivamente del judaísmo.

LA CELEBRACIÓN DEL AÑO NUEVO
El rabino Terumat Hadeshen (1390-1460) y el Ramá (1530-1572), ambos Halajistas de Europa occidental, se refirieron al día del año nuevo cristiano como una festividad religiosa cristiana, a la que llamaron: el octavo día de navidad (ver Darjé Moshé, Yoré De’á 148: 12). Y si bien hoy en día el 1.º de enero es una celebración mayoritariamente civil, en ese entonces era evidente que los judíos no participaban de las “celebraciones” del año nuevo. Primero porque este tenía un significado enteramente religioso, como Navidad, y segundo, porque implícitamente se celebraba la abolición del judaísmo, y del pacto de la circuncisión. Para los judíos que vivían en tierras cristianas, Navidad y año nuevo no eran tiempos muy felices. Eran días donde los discursos religiosos y los decretos y las persecuciones contra los judíos se intensificaban.

EL PAPA Y LOS JUDÍOS
Tomemos como un pequeño ejemplo lo que ocurrió en los tiempos del Papa Gregorio XIII (1502-1585), que instituyó el nuevo calendario, llamado en su nombre “gregoriano” y también popularizó la celebración del año nuevo en los países católicos el día 1 de enero. Cabe destacar que este Papa se considera históricamente “favorable hacia los judíos», ya que los protegió en el gueto de Roma. Sin embargo, el día de año nuevo de 1577 el Papa Gregorio XIII estableció algunos nuevos decretos: primero ordenó que todos los judíos romanos, bajo pena de muerte, escucharan los sermones de conversión al catolicismo en las sinagogas después de los servicios religiosos de los sábados. Estos discursos eran pronunciados por judíos apóstatas que se habían convertido al cristianismo. Gregorio también prohibió que los judíos practicasen la medicina y atendieran a pacientes cristianos. El día de año nuevo de 1578, Gregorio obligó a los judíos a pagar un impuesto especial para financiar una «Casa de Conversión», concebida con la intención de convertirlos al cristianismo. En el año nuevo de 1581, Gregorio ordenó a sus tropas confiscar toda la literatura hebrea de la comunidad judía romana. No mucho para celebrar, ¿verdad?

EL ORIGEN DEL AÑO NUEVO JUDÍO
Los judíos celebramos nuestro año nuevo el primer día del mes de Tishrí. ¿Por qué ese día es elegido como el comienzo de un año nuevo? Porque en ese día Dios creó a Adam, el primer hombre. La creación del Mundo material (el universo, nuestro planeta, la vida animal, etc.) se celebra todas las semanas: en Sabbat. Y una vez por año, el 1.º de Tishrí, los judíos celebramos la creación de la humanidad. Por este mismo motivo, el año nuevo judío es también conocido como Yom haDín, el día del juicio. De acuerdo a nuestros Sabios, en ese día la humanidad es juzgada, individual y colectivamente. Y es por eso que durante el día de Rosh haShaná se hace sonar el Shofar. La voz del Shofar anuncia que Dios es el Rey y la Autoridad Suprema. El pueblo judío, en nombre de toda la humanidad, declara a Dios como Juez y se somete a su juicio existencial. Dios nos concedió la vida y por lo tanto, cada año que pasa, debemos darle cuenta a Él de lo que hemos hecho con el año que ha pasado. Para el pueblo judío, el día del juicio es el día de del auto-juicio. El 1ero de Tishrí nos juzgamos a nosotros mismos frente a Dios, y comenzamos un proceso de Teshubá, arrepentimiento y cambio, comprometiéndonos a vivir el próximo año según Su voluntad, y observar Sus mandamientos desde el momento que uno nace. Incluyendo la circuncisión de nuestros hijos y nietos .