Todo sobre Shabuot, en una sola palabra

Pronto celebraremos la festividad de Shabu’ot, que es el día en el cual recibimos la Torá. Shabuot se festeja por dos días en la diáspora y un solo día en Israel. Yom Tob se observa igual que Shabbat, excepto por tareas que tiene que ver con preparar y cocinar comida, que están permitidas. Por ejemplo, encender un fuego de otro fuego previamente encendido; transportar un objeto de un dominio a otro, etc. Al igual que Pesaj y Succot durante Shabuot también tenemos disfrutar una buena comida, vestirnos bien, alegrar a nuestros seres queridos (Simjá) y ayudar a los que no tienen a que puedan disfrutar también de la alegria de Yom Tob. Pero a diferencia de Pesaj y de Sukkot Shabuot no tiene una Mitzva específica indicada por la Torá. Sin embargo hay varias costumbres y tradiciones que se llevan a cabo en Shabuot.

5 de estas costumbres son celebradas por la mayoría de las comunidades judías, Sefaradim y Ashkenazim. Para recordarlas tenemos en cuenta la palabra hebrea אחרית  A / JA / R / I / T, אחרית que es el acróstico de estas 5 tradiciones.

A: Azharot o Aqdamot. Durante Shabu’ot leemos unos hermosos poemas (piyutim) compuestos por Geonim y Rishonim, que describen en forma poética los 248 mandamientos activos y las 365 prohibiciones que figuran el la Torá. A través de la lectura de esta poesías, mencionamos todos los mandamientos que nos fueron encomendados.  La palabra Azharot significa literalmente «advertencias», y alude a las normas y preceptos de la Torá y también suma 613 = אזהרת, que es 365+248.

JA: Jalab (leche), como en cualquier otro Tob Yom, durante Shabu’ot debemos comer carne y tomar vino para cumplir con la Mitsvá de simjá, celebrar o disfrutar en el día de Yom Tob.  Aún así, la costumbre es que alguna de las comidas (por lo general, el almuerzo de mañana) se haga con productos lácteos, lo cual es una tradición particular de Shabu’ot. Hay varias explicaciones acerca de la razón por la cual acostumbramos a tener una comida láctea en Shabuot (el sefer hatoda’a menciona 10!).  Una de estas explicaciones es que la palabra hebrea Jalab חלב suma «40», lo que nos recuerda los días que Moshé estuvo en el monte Sinai para recibir la Torá.

R: Rut. En Shabuot estudiamos Meguilat Rut. Una de las razones por las cuales la historia de Rut se lee en Shabuot es que cuando Rut se convirtió al judaísmo aceptó la observancia de toda la Torá. De esa misma manera, en Shabu’ot celebramos nuestra propia «conversión» al judaísmo al haber aceptado la Torá como pueblo.  Otra razón es que a partir de la aceptación de la conversion de Rut, de la cual desciende el rey David, aprendemos la dependencia de la Torá escrita en la Torá oral, ya que de acuerdo al texto literal de la Torá, la conversión de Rut podría no haber sido aceptada. La legalidad de la conversión de una mujer moabita se aprende de la tradición oral (Torá shebe’al pe).

I: Iereq (verdes). Muchas comunidades tienen la costumbre de decorar las sinagogas con plantas y flores para recordar Har Sinaí. Todavía atesoramos en nuestra memoria colectiva que cuando recibimos la Torá era la primavera y el Monte Sinaí estaba lleno de plantas y flores. En la tradición de los judíos de Irán esta costumbre es tan importante que a Shabu’ot se lo conoce como mo’ed ghol (la fiesta de las flores).

T: Tiqun (Reparación). Una de las costumbres más conocidas de Shabu’ot es la de permanecer despiertos durante toda la noche (es decir, desde esta noche hasta mañana a la madrugada) estudiando Torá para «reparar» el error de nuestros antepasados: la noche del 6 de Siván, HaShem entregó al pueblo de Israel los 10 mandamientos. Más tarde, esa misma noche, HaShem le reveló a Moshé todos los mandamientos que se encuentran en la Perashá Mishpatim. Al día siguiente, se celebraba el pacto en el cual el pueblo de Israel aceptaría todos los mandamientos de la Torá: los que ya habían recibido (na’asé) y los que habrían de recibir (nishmá).   En lugar de esperar despiertos y con entusiasmo a este gran evento nuestros antepasados se fueron a dormir…  La costumbre de permanecer despiertos toda la noche de Shabuot estudiando Torá fue formulada originalmente por el Rab Shelomo haLevi Alqabets (1500-1580) –compañero del Rab Yosef Caro, el autor del Shuljan Aruj– quien estableció esta costumbre para “reparar” lo que hicieron nuestros antepasados, y demostrar nuestro amor, devoción y entusiasmo por recibir la Torá.

חג שמח




El judaísmo como pacto

EL PACTO o BERIT
Hoy es Rosh Jodesh Siván. Este Sábado por la noche celebraremos Shabu’ot, la fiesta de la entrega de la Torá. En un día como hoy, hace de 3500 atrás, el pueblo de Israel se congregó en el desierto de Sinai y comenzó a preparase para el evento más importante de su historia: la celebración de un pacto, una alianza con Dios.
A los eventos que tuvieron lugar en el desierto, frente al Monte Monte Sinaí, se los conoce en hebreo como “ma’amad har sinai”, la revelación de Dios al pueblo judío en Sinai.
 
Lo que allí sucedió se lo puede describir en tres actos.
 
הצעת הברית 1. HaShem nos ofreció ser su pueblo elegido, comprometemos a un pacto con Él, y nosotros aceptamos. Dios por su parte se comprometió a tomarnos como su pueblo protegido, ‘am segulá (ver más adelante) .
מתן תורה 2. Dios nos entregó la Torá, el «documento» que contiene las pautas y condiciones de la alianza entre Dios e Israel.
קבלת התורה 3. El pueblo judío aceptó regirse por las leyes de la Torá. La Torá se transformó desde ese entonces en nuestra ley fundamental: nuestra «Constitución».
 
Este pacto entre Dios y un pueblo es único en la historia de la humanidad y se describe en detalle en el capitulo 20 y en el capítulo 24 del libro Shemot (Éxodo).
Veamos ahora lo que ocurrió, un poco más detalladamente.
 
LA PROPOSICION
El primer día del mes de Siván Moshé ascendió al monte Sinai y recibió allí el mensaje Divino que decía: (Exodo 19:3-6): «Así hablarás a la casa de Ya’aqob, y le dirás a los hijos de Israel. Ustedes habéis visto lo que hice a los egipcios [las diez plagas, etc] , y [también habéis visto] cómo los conduje a ustedes [protegiéndolos] como el águila [que lleva a sus polluelos] sobre sus alas, y los he traído hacia Mí. Y ahora, si obedecen Mi voz y [están dispuestos] a cumplir Mi pacto, se convertirán en una posesión preciada para Mí entre todas las naciones, un pueblo especial. [Yo puedo elegirlos entre todos los pueblos], ya que toda la tierra me pertenece. Ustedes serán para Mí un reino de sacerdotes y una nación consagrada [para servirme].”
Dios propuso al pueblo de Israel establecer un pacto con Él. Nos ofreció ser una nación de sacerdotes (cohanim), esto es, un pueblo consagrado a Dios. Esto es, manteniéndonos cerca de Dios, aprendiendo y enseñando acerca de Su existencia y Su voluntad, y acercando a otras personas a Dios. La condición de ser «sacerdote» implica el privilegio de la cercanía de Dios y la atención Divina, pero más que nada implica un enorme número de obligaciones y preceptos. Una exigencia superior en cuanto a lo moral.
 
EL COMPROMISO
Luego, Moshé descendió del monte Sinaí y presentó al pueblo de Israel los términos del pacto. El pueblo escuchó la propuesta y aceptó celebrar el pacto con HaShem, y transformarse en «una nación a Su servicio» respondiendo a una voz: (Exodo 19:8) ”Estamos dispuestos a hacer todo lo que HaShem ha dicho.” Esta NO fue la aceptación final del Pacto, sino la aceptación de celebrar un pacto. Es exactamente como «el compromiso» en el marco de un casamiento. En el compromiso novio y novia aceptan seguir adelante y en un futuro mediato, casarse. El pueblo de Israel declarará dos veces más su aceptación del pacto. La segunda vez fue luego de escuchar los 10 mandamientos y los Mishpatim, y la tercera vez, la definitiva, fue cuando el pueblo respondió con la famosa frase: “Todo lo que Dios ha dicho, haremos y escucharemos”. Recién en ese momento, formalmente, comenzó «el casamiento», nuestra alianza con Dios.
 
LA PREPARACION PARA EL GRAN DIA
Una vez que el pueblo de Israel expresó su compromiso preliminar, HaShem anunció que se revelaría ante todo el pueblo en el plazo de tres días, esto es Shabu’ot. Dios le dijo a Moshé (Exodo 19:10-12): “Ve y consagra al pueblo hoy y mañana. Diles que se purifiquen, que laven sus ropas y que se preparen para el tercer día, porque en ese día Yo descenderé sobre el monte Sinaí a la vista de todo el pueblo”. De acuerdo a nuestros Sabios la purificación y lavado de las ropas que menciona aquí la Torá se refiere a la inmersión de todo el cuerpo en un Mikvé, el baño ritual judío. Los hijos de Israel se purificaron durante tres días (3, 4 y 5 de Siván) y se dispusieron así a entrar en un Pacto con Dios.
 
Continuará…
 



BEJUQOTAI: La importancia del Corredor Filadelfia

En la Parashá de esta semana, Bejuqotai,  leemos las bendiciones que Dios le promete al pueblo de Israel: ”Si se condicen por Mis leyes.. les enviaré la lluvia en su tiempo y y la tierra y los árboles del campo darán sus frutos y ustedes probaron vivir  [en paz y] con seguridad en vuestra tierra”. Para que esto suceda y podamos sentirnos seguros en Israel , Dios prometió que estará con nosotros cuando luchamos contra el enemigo:  … cinco de ustedes perseguirán a cien [del enemigo] y cien de ustedes perseguirán a diez mil. HaShem estará de nuestro lado y superaremos  a los enemigos que son mas numerosos que nosotros y por fin legaremos a nuestro mayor deseo: traer la paz y la seguridad sobre la tierra de Israel.

Creo que nunca en el pasado esta Parsahá fue más relevante que el día de hoy.

El 7 de octubre hemos experimentado una vez más el terrible e incansable odio de Amaleq. Y el Estado de Israel ha entrado en una guerra única que seguir todos los expertos “nunca podria ganar”. Nadie imaginó que Israel entraría en Gaza y podria conquistarla una vez más para evitar que esa masacre se volvería a repetir.  Pero ahora, el día de ayer, Israel ha obtenido un triunfo militar inesperado. Logrado, sin duda, con la increíble bravura de nuestros valientes soldados, con la inquebrantable voluntad del primer ministro Netanyahu y con la Intervención Divina que menciona nuestra Parashá.

¿Qué es lo que ha logrado Israel? Rodear la franja de Gaza por todos sus fronteras. En el norte y en el este, la franja de Gaza limita con Israel. El ejercito de Israel ya ha conquistado todo ese perímetro, ha establecido una franja de seguridad y ha dividido Gaza en dos: el norte, con mucha más presencia del ejército de Israel y total acceso militar, y el sur, donde residen la mayoría de los habitantes de Gaza, refugiados , civiles, etc. . Por el lado oeste, el mediterráneo , Israel tiene bajo control toda la frontera marítima.  Y hace unos días, a pesar de la impresionante y sin precedentes presión internacional para que Israel no avance sobre Rafiaj (Rafa), Israel está ahora dentro de este ciudad terrorista que tiene un valor estratégico fundamental.  Lo resumo: en primer lugar, la ciudad de Rafiaj es el último bastión de las guerrillas de Hamás. Quedan allí 4 de las 24 brigadas terroristas, que esperemos pronto sean eliminadas. En segundo lugar, se sospecha que muchos de los israelíes secuestrados se encuentran en algunos de los túneles de Rafiaj. Y los mas importante es que Rafiaj es la ciudad fronteriza y el paso de mercaderías y gente entre Gaza y Egipto. La frontera tiene un corredor llamado en hebreo TZIR FILADELFI, que se extiende por 14 kilómetros desde la frontera con Israel hasta el mar Mediterráneo. En ese corredor hay decenas de túneles, se sospecha que la mayoría salen desde Rafiaj. Por estos enormes túneles pueden pasar personas, motocicletas y hasta autos. Y desde que Israel salió de Gaza ha sido utilizado para traficar drogas, terroristas, y especialmente armamentos para que Hamas siga con sus ataque a Israel. Ahora que finalmente Israel está en control del Corredor Filadelfi, mas de un 70% del mismo,  el ejército finalmente puede ubicar esos túneles y destruirlos.  Y una vez que esto suceda, la organización terrorista HAMAS no tendrá cómo proveerse de armamentos. Es decir, se le acabará el oxígeno para seguir con sus operaciones terroristas. Por eso es que la operación de Rafiaj-Filadelfi  es tan importante y por eso, para prevenir la viaria de Israel, hubo tanta presión para pararla.

La conquista de Rafiaj-Filadelfi acerca a Israel a los tres objetivos que declaró como finalidad de esta guerra: 1.  Desmantelar a la organización terroristas Hamas. 2. Hacer lo posible para identificar y liberar a los prisioneros y 3. Como dijo Netanyahu y como dice nuestra Parasha (26:6) “Y traeré la paz a la tierra [de Israel] y ustedes podrán dormir sin ningún temor”




RESUMEN DE BEJUQOTAY

LA RECOMPENSA

En esta Parashá, la Torá nos promete la bendición Divina de prosperidad y paz si observamos diligentemente la Torá, nuestro pacto con Dios. El Creador nos promete lluvias en su tiempo y que nos protegerá de nuestros implacables enemigos. La Torá detalla un poco más la intervención Divina a nuestro favor, garantizando la paz en la tierra, la eliminación de los animales salvajes y su intervención para permitirnos el éxito militar. El epítome de la Intervención Divina en esta área se manifiesta cuando la Torá menciona: «¡Cinco de ustedes perseguirán (derrotarán) a cien (del enemigo), y cien de ustedes perseguirán a diez mil!» En la tercera aliyá, por ejemplo, la Torá promete una sobreabundancia de cultivos y la permanente presencia de Dios entre nosotros.

EL CASTIGO

Pero luego llega la otra cara de la moneda. ¿Qué pasará si el pueblo de Israel se aleja de Dios y abandona Su pacto? La Torá menciona entonces que si nosotros nos alejamos de Dios, Él no intervendrá a nuestro favor y por nuestra propia decisión quedaremos expuestos entonces a merced de la naturaleza y de nuestros enemigos: el proceso, más o menos, es así. Al interrumpirse la bendición Divina de la lluvia en su tiempo, el hambre traerá debilidad y enfermedades a los habitantes de Israel.  Los animales salvajes, que también sufren del hambre cuando no hay lluvias, nos acecharán en nuestras propias ciudades. Al estar débiles, no tendremos la fuerza y los medios para enfrentar al enemigo. Los gentiles, que siempre están al acecho, invadirán nuestra tierra y se apoderarán de ella. Y nosotros seremos expulsados al exilio. La no observancia del año sabático –cuando nos olvidamos de que la Tierra de Israel es territorio Divino–se señala como una de las principales razones por las cuales perderemos el mérito de seguir viviendo en nuestra tierra. En el exilio, seremos considerados como extranjeros non gratos, y estaremos totalmente expuestos a sus caprichos, a su saña y a su oído. No nos dejarán en paz. Nos humillarán y nos perseguirán con la espada. Nuestras vidas se tornarán en pánico y ansiedad. Sin embargo, cuando regresemos a Dios, Él recordará el mérito de nuestros ancestros y no dejará que el enemigo nos extermine.

MITSVOT FINALES

Luego de esta larga advertencia sobre las consecuencias de abandonar los mandamientos, la Torá pasa a un tema completamente diferente y no relacionado directamente con el anterior: las donaciones prometidas al BetHaMiqdash. Cómo evaluarlas y cómo cuantificarlas. Estas donaciones pueden ser tierras, animales y otras posesiones. También se describe el rol de los primogénitos animales y la forma de reemplazarlos o redimirlos. Al final se menciona brevemente los diezmos de la cosecha, que deben ser consumidos en Jerusalén, y las reglas del diezmo de animales.




BEJUQOTAY: ¿Cómo evolucionó la opinión del Rabino Teichtal sobre el Sionismo?

El Rab Yssajar Shlomo Teichtal nació en Hungría en 1885 en el seno de una familia de rabinos y líderes jasídicos muy reconocidos. A los 13 años, comenzó sus estudios rabínicos. A los 15, se trasladó a Polonia, donde estudió con el Rab Shalom Unger. Regresó a Hungría y, a la temprana edad de 21 años, recibió la ordenación rabínica. En 1921, se convirtió en el Rabino Principal de Pishtian, Checoslovaquia, donde estableció su propia academia rabínica (Yeshibá).

LA INVASIÓN NAZI

Checoslovaquia fue invadida por los nazis en 1938. El Rabino Teichtal, junto con 10 miembros de su familia, se escondieron en un Bet Midrash (casa de estudio de Torá) y fueron testigos de las atrocidades cometidas por los nazis y las deportaciones masivas a los campos de concentración. En 1942, él y su familia lograron escapar a Hungría y se establecieron precariamente en Budapest, donde permanecieron durante casi dos años. En 1944, cuando Hungría fue invadida por los nazis, fueron capturados y transportados a Auschwitz. En enero de 1945, los prisioneros de Auschwitz fueron llevados en tren a Mauthausen. El Rabino Teichtal fue asesinado por un grupo de ucranianos que estaban en ese tren cuando intentó defender a un judío al que le querían robar su pan.

SUS IDEAS

Al igual que la mayoría de los rabinos jasídicos europeos de su época, el Rabino Teichtal se oponía al sionismo, el movimiento judío que buscaba establecer un Estado judío independiente en Israel,  y se pronunció explícitamente en contra de la emigración sionista a «Palestina». En 1936, por ejemplo, escribió que «el movimiento sionista estaba profanando la tierra santa».

Su oposición al sionismo se basaba en dos puntos fundamentales:

  1. El nuevo Estado judío no debería ser fruto del esfuerzo humano, sino exclusivamente de la «Intervención Divina», que formaría parte de la redención mesiánica.
  2. Los líderes del movimiento sionista y la mayoría de los judíos que se establecían en Israel y construían el nuevo Estado no eran observantes, sino judíos seculares.

EL MÉRITO DE LA TIERRA

Sin embargo, durante el tiempo que estuvo escondido en Checoslovaquia y durante los años de reclusión en Hungría, el Rab Teichtal cambió radicalmente su forma de pensar. En esos años de reclusión, escribió sus reflexiones en un libro llamado «Em Habanim Semejá», que refleja su nueva visión.

El versículo bíblico que inspiró su nueva forma de ver los esfuerzos del movimiento sionista se encuentra en la Parashá de esta semana, Behar-Bejuqotay, particularmente el siguiente versículo clave: 

«Entonces recordaré mi pacto con Jacob, Isaac y Abraham, y también recordaré la tierra. “   (Vayiqra 26:42).

En este texto, la Torá dice que cuando los judíos sean perseguidos por su numerosos enemigos en el exilio, HaShem finalmente recordará el pacto que hizo con nuestros ancestros y rescatará a Su Pueblo de las manos de sus enemigos. La persecución que describe la Torá en ese texto es tan aterradora que el Rabino Teichtal pudo relacionarla con las atrocidades que los judíos experimentaban en el Holocausto. Esto lo llevó a preguntarse por qué Dios no recordó Su pacto y por qué no rescató a Su pueblo de la Shoah.

Sus reflexiones sobre este versículo lo hicieron pensar y darse cuenta del gravísimo error que había cometido al haberse opuesto sionismo. 

El rabino observó dos elementos inusuales en este versículo.

Primero, que nuestros ancestros generalmente se mencionan en orden cronológico: Abraham, Isaac y Jacob. Pero en este versículo, por alguna razón, se mencionan en orden inverso.

Segundo, este versículo menciona al final a la Tierra de Israel.

¿Por qué?

DE MENOR A MAYOR  

Basándose en el comentario de Rashi, el Rabino Teichtal escribió que para que Dios nos escuche y nos libere de nuestros enemigos, quizás el mérito de Jacob, el más joven de los patriarcas, sea suficiente. Sin embargo, si ese mérito no fuera suficiente, entonces Dios recordaría el mérito de Isaac, que es mayor que el de Jacob. Y finalmente, si el mérito del patriarca Isaac no fuera suficiente, Dios recordaría el mérito más grande, el de Abraham Abinu. Pero ¿qué sucede si, debido a la gravedad de nuestras malas acciones, como la asimilación y el abandono de nuestro Pacto con Dios, el mérito de nuestros patriarcas tampoco fuese suficiente? 

El Rab comprendió finalmente el mensaje de este versículo: el último mérito, ¡el mayor! es el de regresar a la Tierra de Israel, tal como pretende el movimiento sionista. Los judíos deben dejar Europa y regresar a Dios regresando a Su Tierra. 

SU NUEVA VISIÓN

El Rabi Teichtal concluyó que los esfuerzos de los pioneros sionistas que habían llegado desde fines del siglo 19 a la tierra prometida para construir un nuevo estado era absolutamente significativo en términos religiosos. El movimiento sionista,  comprendió ahora el Rab, es una emprendimiento básicamente sagrado y religioso, aunque los judíos seculares que lo lideran, debido a su falta de acceso a una educación judía adecuada, no llevaban una vida observante. Sin saberlo o sin darse cuenta, esta judíos eran parte de un Plan Divino. Luchar para regresar específicamente a la tierra de nuestros ancestros —y no a lugares como Uganda o Entre Ríos — era la forma de”Teshubá» (retorno) de estos judíos: el sionismo era su regreso a Dios. ¿Por qué deberíamos quitarles este mérito? El sionismo es la realización de una visión profética y profundamente religiosa, que comenzó CINCUENTA AÑOS antes de que ocurriera el Holocausto. 

Y finalmente , la confesión más dolorosa del Rab Teichtal: 

¿Cuántos judíos que fueron asesinados en Europa podrían haberse salvados si hubieran regresado a la tierra de Israel antes de que comenzara el Holocausto?

SU NUEVO PLAN 

En primer lugar, los rabinos y lideres religiosos debemos hacer todo lo posible para inspirar el despertar de la tradición y la observancia judía (Keruv) entre los pioneros sionistas seculares, eso que que sido justa excusa para no apoyar el sionismo, debe trasformarse en NUESTRA MISION. Y en segundo lugar, debemos hacer todo lo posible para que los judíos observantes se sumen al esfuerzo sionista y regrese a Israel. Si eso sucede, su presencia inspirará a los judíos seculares y el pueblo judío se salvará tanto física como espiritualmente, al vivir en nuestra tierra, y ayudar a que gradualmente todos nuestros hermanos judíos regresen al camino de nuestra Torá.

Para más información sobre el rab Teichtal y sus ideas ver este articulo de la Yeshivat  Hesder Holon, Israel (hebreo)




Jerusalem, y la profecía de David Ben Gurión

Este proximo miércoles  5 de junio, 28 de Iyar, celebraremos YOM YERUSHALAYIM,  el aniversario de la milagrosa conquista de Jerusalem durante la guerra de los Seis Días.    Este breve artículo lo escribió en honor a Yerushalayim: nuestro destino final.

AMÉRICA: LA TIERRA PROMETIDA…

El nacimiento del Estado judío no fue un proceso fácil. Veamos.

A partir de la Declaración Balfour en 1917, en la que los británicos, y más tarde la Liga de Naciones —las naciones unidas de esos tiempos— , reconocieron el derecho del pueblo judío a un Hogar Nacional y asignaron para la futura patria judía todo el territorio del Israel actual más el territorio de Jordania.  Surgieron dos problemas: primero, la incesante violencia y agresión de los árabes en su negativa a aceptar un Estado judío. Y segundo, el problema más grave, era que los líderes judíos como Jaim Weizmann o Sir Herbert Samuel habían asegurado a las autoridades británicas que una vez que tuvieran su tierra, los judíos de Europa llegarían de inmediato y en grandes cantidades a Israel … Pero no fue así … Las condiciones de vida en la Tierra Santa eran muy difíciles, y los millones de judíos que escapaban de Europa emigraron en su gran mayoría al continente americano.

LA COMISIÓN PEEL

En 1936 se estableció una comisión especial encabezada por Lord Robert Peel para reevaluar la situación del futuro estado judío y, lamentablemente, esta comisión concluyó que el proyecto de un estado judío era ”inviable y debería ser abolido. ¿Por qué? Porque las masas judías, mas de 2 m clones de judíos europeos, se estaban yendo a EEUU y no querían saber nada de Medio Oriente.      La comisión Peel asignó solo algunos territorios, pequeños y aislados uno de otro (17% del territorio de Israel hoy. Ver aquí) para los pocos judíos que estaban en Israel. Pero milagrosamente, antes de que esa división de territorios tuviera un carácter oficial, ¡el plan se canceló! ¿Por qué? Porque los árabes B”H rechazaron la oferta de los ingleses de crear su propio estado que incluía  el 75% del territorio de Israel en la actualidad, y no estaban dispuestos a reconocer un estado judío, por mas pequeño que fuera.

EL GRAN DISCURSO

De todos modos, hoy quiero contarles el impresionante (pero no muy conocido) discurso que pronunció David Ben Gurion ante la comisión Peel para convencer a los ingleses de que el regreso de los judíos a Israel podía llevar tiempo, pero era inminente. El argumento utilizado por Ben Gurion fue la memoria histórica del pueblo judío, que no nos permite olvidarnos ni de nuestros orígenes ni de nuestro destino final. Para ilustrar este punto, Ben Gurion usó inteligentemente el ejemplo del “Mayflower”, la famosa embarcación que traía a los primeros colonos ingleses al continente  Americano en 1620.  El Mayflower es el símbolo de la historia fundacional de los Estados Unidos. Y su historia es fundamental para comprender el vínculo entre los Estados Unidos y su madre patria:  Inglaterra.

TRIVIA BRITÁNICA

Ben Gurion se dirigió a los representantes ingleses y estadounidenses que estaban presentes y les dijo: “Hace más de 300 años, un barco, cuyo nombre era «Mayflower», llegó al Nuevo Mundo. La llegada del Mayflower a Plymouth Rock fue uno de los acontecimientos históricos más importantes de la historia de Inglaterra y de los Estados Unidos de América (ver aquí). Pero me gustaría preguntar a cualquier caballero inglés aquí en el comité: ¿Qué día partió el Mayflower desde el puerto británico? Y me gustaría preguntarles a los representantes estadounidenses: ¿saben exactamente la fecha en la que el Mayflower arribó al nuevo mundo? ¿O cuántas personas había en ese barco? ¿Cómo se llamaba el capitán? ¿Cuánto tiempo duró el viaje? ¿O qué tipo de alimentos comieron mientras estaban en el barco?”

LA PROFECÍA DE BEN GURION

Y Ben Gurión continuó: “Hace más de 3300 años, mucho antes de la partida del Mayflower, nuestro pueblo abandonó Egipto, y cualquier niño judío en el mundo, dondequiera que esté, sabe qué día dejamos Egipto, cuántos éramos los judíos en ese momento, quién era nuestro líder, cuánto duró el viaje e incluso qué comida comieron nuestros antepasados cuando partieron. Es más: todavía seguimos comiendo esa misma comida todos los años en el aniversario de la salida de Egipto. Y celebramos este evento con una cena festiva donde contamos la historia de nuestros inicios a nuestros hijos y nietos para asegurarnos de que nunca la olvidarán. Y al final de esa ceremonia decimos una frase muy famosa: ‘El año que viene en Jerusalem’. Ahora estamos huyendo de la Unión Soviética o de Alemania, donde Hitler nos está destruyendo, y todavía estamos esparcidos por todo el mundo. Pero aunque ahora mismo nuestro regreso a la tierra de Israel no sea visible, eventualmente, el año que viene o el próximo regresaremos a Israel, porque de la misma manera que nunca olvidamos nuestro origen, nunca olvidaremos nuestro destino final: Jerusalem“.

Y Baruj HaShem, Ben Gurión no se equivocó…

Rab Yosef Bittón



BEHAR: Las universidades de Colombia y el año sabático

En la primera Perashá de esta semana, Behar, encontramos una Mitsvá muy interesante: Shemitá. Esto significa que los campos de cultivo en la tierra de Israel deben reposar durante el séptimo año. En el séptimo año no se ara la tierra. No se siembra ni se cosecha. La razón de esta Mitsvá fue explicada de diferentes maneras. Lo primero que viene a la mente es que dejar reposar la tierra por un año contribuye a la conservación del suelo y le permite mejorar su fertilidad  (esto fue discutido  por Maimónides en Moré Nebujim 3:39).

CRECIMIENTO

Creo que la mejor manera de comprender la Mitsvá de la Shemitá, es comparándola con el Shabbat. En Shabbat también debemos “reposar”  y uno de los beneficios del reposo es que nos permite renovar nuestras fuerzas físicas para trabajar mejor durante la próxima semana.

Sin embargo, el sentido del Shabbat va mucho más allá del descanso material. El reposo físico no es el propósito del Shabbat, sino una consecuencia incidental (y ni siquiera absolutamente necesaria, ya que si por ejemplo, vivo en el piso 12 de un edificio tengo que subir y bajar por las escaleras cada vez que llego o salgo de mi casa, lo cual no colabora mucho con mi descanso físico…).

El sentido del Shabbat y de la Shemitá, de acuerdo al Rab Abraham Kook, debe ser buscado en el efecto «mental» que deja en el trabajador, y no en el efecto de esta Mitsvá en el suelo o  en el cuerpo.  Una vez cada 7 años (o días, en el caso de sahbbat) el trabajador judío deja de arar y cosechar para dedicarse a otra actividad completamente diferente. En Shabbat dejamos nuestras ocupaciones mundanas y nos dedicamos a rezar, escuchar la Torá y estudiarla junto a nuestra familia y nuestra congregación. En Yerushalayim, por ejemplo, el año de Shemitá coincidía con la Mitsvá de Haqhel, donde todo el pueblo se congregaba para escuchar y estudiar la Torá de boca de los reyes de Israel, de los Cohanim, etc.

En este sentido la Shemitá y el Shabbat nos presentan un escenario idéntico: en Shabbat dejamos de trabajar y de “crecer económicamente”,  no para dedicarnos al descanso físico, sino al desarrollo de nuestra vida espiritual: crecer en el conocimiento de la Torá y en nuestro acercamiento a HaShem.  En el año de Shemitá dejamos de dedicarnos al crecimiento de las plantas y los frutos para dedicarnos a nuestro propio crecimiento.

EL MUNDO ACADÉMICO DESCUBRE LA SHEMITA

Este concepto de crecimiento y renovación intelectual es reconocido hoy en día en el mundo entero. Las universidades más importantes del planeta le conceden a sus profesores “un año sabático”, un año de “descanso“ cada siete años de trabajo. La universidad le paga al profesor su salario completo para que  se dedique por doce meses a estudiar, investigar y escribir más. Y sin la carga del trabajo de enseñanza, el catedrático puede renovar exponencialmente su conocimiento, crecer intelectualmente y luego así volcar toda su nueva riqueza intelectual en sus estudiantes.

El año sabático académico es quizás la mejor ilustración de la naturaleza y los beneficios del Shabbat y del año de la Shemitá.  Presento   AQUI artículo FENOMENAL que me envió hace unos años un lector de Halajá of the Day desde Bogota, Colombia. El sugestivo título dice:   “El año sabático no tiene nada que ver con descansar». Las universidades colombianas ven en esta estrategia [es decir, pagar un año de salario sin que los profesores trabajen] la oportunidad ideal para mejorar la calidad de la educación de sus profesores y aumentar el número de artículos, investigaciones y libros académicos [que producen].”

EMUNA

Hay un elemento más, muy profundo, que tienen en común el Shabbat y el año de Shemitá: La Emuná, nuestra fe, de que nuestro sustento viene de HaShem.

Comencemos por Shabbat. Todos sabemos del malicioso prejuicio antisemita que acusa a los judíos de ser avaros o coidicosos con el dinero. En realidad, la mejor forma de desenmascarar esta falsa acusación es comprendiendo lo que es el Shabbat: Cuando un judío observa el Shabbat ¡está sacrificando significativamente sus ingresos!. Cuántas veces escuché que para los comercios minoristas por ejemplo, “los sábados” , “representan el día de mayor ingresos“. Para un judío, como vemos, el beneficio económico queda en un plano secundario.

En el año de Shemitá ocurre algo parecido pero a mayor escala y prácticamente milagroso.   La Torá le garantiza al Yehudí que observa la Shemitá que nada le faltará. Así dice en Vaiqrá, capitulo 25: “(20)Y si acaso te preguntaras: “¿Qué comeremos en el séptimo año si no plantamos ni cosechamos nuestros productos [durante ese año]?”. (21) [Por eso, deberás saber que] en el sexto año Yo les enviaré una bendición tan grande que la tierra producirá [lo suficiente] para tres años. (22) Cuando ustedes siembren durante el octavo año, todavía estarán comiendo de la cosecha anterior [del sexto año], y continuarán comiendo de ella hasta la cosecha del año siguiente.”

Cuando la tierra reposa durante el séptimo año, hay que trabajarla durante el octavo año para comenzar a tener frutos recién al final del octavo año . El productor judío debe «confiar» que la producción agrícola del sexto año, alcanzará para el sexto, para el séptimo, y para el octavo año.

La observancia del Shabbat y la observancia de la Shemitá se trasforman así en un testimonio de nuestra Emuná: cuando observamos el “reposo sabático” testificamos con nuestras acciones (con nuestro reposo y con nuestro sacrificio económico) la convicción que HaShem, el Creador del Mundo, es el responsable final por nuestro sustento.

SHABBAT SHALOM




Ribbí Shimon Bar Yojai y ¿cómo agradecerle a Dios?

Ribbí Shimón Bar Yojai falleció en Lag BaOmer y es una costumbre muy aceptada conmemorar su legado en este día. ¿Por qué? Porque hay mucho que aprender de Ribbí Shimón Bar Yojai.

LA INICIACIÓN MÍSTICA

Ribbí Shimón era un Sabio del tiempo de la Mishná (aproximadamente, año 150 de la era común). Estaba más conectado con el mundo Divino que con el terrenal. Para Ribbí Shimón no había nada más importante que el estudio de la Torá. La Torá es la conexión más tangible con el Creador. Compenetrarse con la Ley Divina era para él la forma más directa de conectarse con Dios, el propósito excluyente de nuestras vidas. Ribbí Shimón una vez explicó que la razón por la cual Dios no condujo al pueblo de Israel directamente hacia la tierra prometida cuando los rescató de Egipto no fue porque no estuvieran preparados para la guerra, sino porque el Creador quería que los judíos estuvieran más tiempo en el desierto, alimentados con el maná – un alimento que caía del cielo– y así, sin preocupaciones materiales, pudiéramos dedicarnos exclusivamente a la Torá. ¡El ideal de Ribbí Shimón era vivir en los tiempos del maná! Estudiar Torá sin preocupaciones terrenales.

UN SUEÑO CUMPLIDO

Y de manera inesperada e involuntaria, vio cumplido su sueño. Una vez estaban reunidos Ribbí Yehudá, Ribbí Yosé y Ribbí Shimón Bar Yojai. Ribbí Yehudá comenzó a alabar las obras de los romanos, que gobernaban en Israel en esos tiempos: “Los romanos hacen grandes obras como puentes, mercados y casas de baño para higienizarse”. Ribbí Yosé se mantuvo en silencio. No validó lo dicho ni lo negó. Pero Ribbí Shimón Bar Yojai,  criticó las obras de los romanos: Todo lo que hacen es para su propio beneficio o para asimilarnos. Los puentes los construyen para cobrarnos impuestos, los mercados los llenan de promiscuidad, y los baños públicos no los podemos usar. Los comentarios críticos de Ribbí Shimón llegaron a oídos de los romanos y fue sentenciado a muerte. Primero se refugió en la Yeshibá, pero luego, cuando la búsqueda se hizo más intensa, tuvo que escaparse a una cueva, escondida en las montañas de Merón, donde vivió con su hijo por 12 años. En esa larguísima cuarentena sobrevivió comiendo semillas de algarrobo y tomando agua de un manantial. Lejos de ser un problema, para Ribbí Shimón fue un acto Providencial: el escenario más parecido a recibir el maná del cielo. Ahora él y su hijo El’azar podían dedicarse exclusivamente al estudio de la Torá, y no les importaba vivir en ese minimalismo extremo. Todo ese tiempo se dedicaron a estudiar Torá y alcanzaron un nivel espiritual y una profundidad de comprensión que no tuvo paralelos en el mundo rabínico. El Zohar, el libro del esplendor, que es la obra fundamental de la mística judía (qabbalá), contiene muchas historias, ideas y dichos de Ribbí Shimón Bar Yojai, lo que constituye el cuerpo principal de este libro.

LA REPROGRAMACIÓN

Durante esos años Ribbí Shimón se dedicó a estudiar con su hijo El’azar hasta que le fue anunciado que podía salir de su confinamiento y regresar a la vida normal porque el emperador había muerto, y cuando eso ocurría los decretos eran levantados. Irónicamente, regresar a la vida normal fue lo más difícil para Ribbí Shimón. Al principio, criticaban todo lo que veían, especialmente El’azar, porque no toleraba, por ejemplo, ver que la gente interrumpiera su dedicación al trabajo en lugar de estudiar Torá todo el día. Una voz Divina lo reprimió y le ordenó regresar a la cueva por doce meses más. Ribbí Shimón y su hijo tenían que “reprogramarse”. Cuando salió de la cueva por segunda vez, Ribbí Shimón había aprendido la lección que él mismo alguna vez había enseñado: ראיתי בני עלייה והן מועטין, “He visto que los individuos que ‘viven en las alturas’ [=en un estado de elevación espiritual permanente] son muy pocos”. Ribbí Shimón se dio cuenta de que a las personas comunes les era muy difícil mantener una relación ininterrumpida con Dios, como la que tenían él y su hijo. Se dio cuenta de que él no era la regla sino la excepción. Y se volvió más tolerante hacia los demás. La experiencia de ir a la cueva por segunda vez lo transformó.

CRECER EN UNA CUEVA

Si bien la cueva de Ribbí Shimón representa un ideal, este ideal es para la mayoría utópico e inalcanzable. No se puede vivir sin pensar en el sustento. Pero tampoco se puede estar arraigado solo a lo terrenal. Ya que podemos estar peligrosamente atrapados en una sociedad en la que lo urgente no deja tiempo para lo importante. Cuando Ribbí Shimón sale por segunda vez de la cueva, alcanza el delicado balance entre el hombre elevado que vive en las nubes y el ideal representado por el sueño de Yaakob Abinu: los ángeles humanos que suben por una escalera que lleva al cielo y luego descienden trayendo algo del cielo – lo que aprendimos, lo que absorbimos- y compartirlo con el resto de la sociedad.

וַיָּבֹא יַעֲקֹב שָׁלֵם עִיר שְׁכֶם….וַיִּחַן אֶת פְּנֵי הָעִיר

Ribbí SHIMON Y NUESTRO PATRIARCA JACOB

Cuando Ribbí Shimón por fin regresó a la civilización, se dijo a sí mismo: «Dios ha salvado mi vida y la de mi hijo y tengo que agradecerle por este milagro”. La Guemará (Shabbat 33b) cuenta que en ese momento Ribbí Shimón recordó la historia de Yaakob Abinu cuando se salvó de Labán y de Esav, llegó por fin sano y salvo (en hebreo: “shalem”) a la ciudad de Shejem. Yaakob era muy consciente de que escapó del peligro gracias a la intervención Divina. Y la Torá dice que al llegar a Shejem “vayijan et penei ha’ir«, Yaakob decidió hacer un significativo acto de beneficencia para la gente de Shejem. La Guemará debate luego qué fue lo que exactamente hizo Yaakov para los habitantes de Shejem, y menciona tres opiniones. Rab dijo que Yaakob Abinu estableció un sistema monetario, “matbe’a», en reemplazo del primitivo método del trueque, que era muy deficiente. Shemuel dijo que nuestro patriarca estableció para los habitantes de Shejem un nuevo sistema comercial: el mercado, en el que los vendedores y los compradores convenientemente se reunían un par de veces por semana. Ribbí Yojanán dijo que construyó un sistema de baños públicos en esa ciudad, para incrementar la higiene y la salud pública. Y si bien difieren respecto a qué fue exactamente lo que hizo Yaakob, los tres Rabinos están de acuerdo en que  hizo un extraordinario y desinteresado acto de beneficencia,  en beneficio de los habitantes de Shejem.

SIEMPRE HAY ALGO QUE PODEMOS DAR

A continuación, la Guemará cuenta que cuando Ribbí Shimón llegó sano y salvo a la ciudad de Tiberias, quiso imitar las acciones de Yaakov. A diferencia de Yaakov, que poseía una gran fortuna, Ribbí Shimón no tenía nada material que ofrecer, y por eso ofreció su tiempo, su conocimiento y su esfuerzo para el beneficio de los demás. Lo primero que hizo fue preguntar: ¿Hay algo que yo pueda hacer por el bien de la ciudad? Y le dijeron que sí, que había un gran terreno entre la ciudad y el mercado, que en el pasado había sido utilizado como cementerio -pero las tumbas no estaban marcadas– y eso impedía que los Cohanim y otros Yehudim (jaberim) que cuidaban estrictamente las leyes de pureza, pudieran acceder al mercado. Acto seguido, Ribbí Shimón se puso a revisar todo ese sector para identificar los lugares donde podía haber cuerpos enterrados. Tomó testimonios de gente que conocía el lugar y verificó la consistencia del terreno, palmo por palmo, y demarcó las áreas en las que encontró alguna evidencia de un antiguo sepulcro como tierra removida y otros. Así, luego de una ardua tarea que pudo haberle llevado varios meses, marcó las áreas prohibidas y autorizó el ingreso de muchísima gente  a las áreas liberadas.

CÓMO AGRADECER A HASHEM

La lección que aprendemos de estas dos historias, la de Yaakov Abinu y la de Ribbí Shimón Bar Yojai, es importantísima: ¿Cuál es la forma de «devolverle el favor» a Dios, de manifestarle nuestro agradecimiento al Creador? La forma judía de agradecerle a Dios es practicando el «jesed», haciendo obras de bien para los demás, para Sus hijos, aunque ellos no hayan hecho nada especial por nosotros. De la misma manera que probablemente la mejor manera de agradecerle a un amigo por un favor que nos hizo es haciéndole un favor a uno de sus hijos, con nuestro patrimonio, como lo hizo Yaakov Abinu, o con nuestro tiempo y dedicación, como lo hizo Ribbí Shimón bar Yojai.




¿Qué conmemoramos en Lag BaOmer?

En su libro «MEGUILAT HAMERED VEHAJURBAN» («El relato de la rebelión y la destrucción»), el Dr. Jagui Ben Artzi, profesor de historia en la Universidad de Bar Ilan, cuenta la historia de la destrucción del segundo Bet haMiqdash y menciona una opinión desconocida (por lo menos para mí) acerca de por qué LAG LAOMER (también conocido como LAG BAOMER) se considera un día festivo. Recordemos que, de acuerdo a la Guemará, el 18 de Iyar (33 del Omer) fue el día en que los judíos que habían salido de Egipto celebraron en agradecimiento al Creador por brindarles el «man», la maná, el alimento que cada día era provisto por Dios en el desierto. En segundo lugar, el dato más conocido es que entre Pésaj y Shabuot fallecieron 24.000 alumnos de Ribbi Aquibá, y el día 33 del Omer esta epidemia terminó. Y finalmente, como ya lo explicamos anteriormente, en este día celebramos la vida y los logros de Ribbí Shimón bar Yojai (ver aquí ).

LOS MOMENTOS MÁS DIFÍCILES

El profesor Ben Artzi nos recuerda un acontecimiento más que tuvo lugar ese mismo día, alrededor del año 130 de la era común. Luego de la destrucción del segundo Templo, Jerusalem estaba en ruinas y a los judíos no les estaba permitido acceder a la ciudad. Cuando el emperador Romano Adriano llegó al poder en el año 117 de la era común, las cosas empeoraron aún más. Adriano estaba obsesionado con el pueblo judío y, como tantos otros después de él, buscaba «la solución final al problema judío». Adriano prohibió el Berit Milá, bajo pena de muerte, y el estudio de la Torá. Estos tiempos fueron tan traumáticos que los Jajamim ni siquiera hablan de ellos, y llaman a este período de la historia SHEMAD, «destrucción», de manera similar a como nosotros denominamos hoy en día SHOAH «Holocausto» a todas las tragedias que vivió nuestro pueblo durante la Segunda Guerra Mundial.

UNA CUESTIÓN DE NOMBRES

Pero eso no fue todo. Para asegurarse de que el nombre de «Israel» fuera «borrado», cambió el nombre de «Judea» (Yehuda) por «Palestina», atribuyéndole así falsamente a los Filisteos la pertenencia original de Israel. Irónicamente, «filisteos», en hebreo «pelishtiim», significa «invasores (extranjeros)» y alude al hecho de que estos pueblos salvajes llegaban desde el mar, saqueaban a los locales y tomaban por la fuerza todo lo que podían. Dicho sea de paso, los filisteos ya habían desaparecido en los tiempos de Adriano, ¡pero eso no importaba! Lo principal era cancelar la conexión entre Israel y el pueblo judío. Increíblemente, en nuestros propios días podemos ver hechos similares: en 2017 la UNESCO comenzó una cruzada para denunciar que los judíos somos los invasores de Israel, que es un «territorio palestino ocupado». La UNESCO también cambió oficialmente en todos sus documentos el nombre de Jerusalem, especialmente el Monte del Templo, por «al-Haram al-Sharif» (ver más detalles aquí).

UN TEMPLO PAGANO EN EL LUGAR MÁS SAGRADO

Adriano, como la UNESCO, también intentó borrar el nombre Jerusalem. Hizo arar la ciudad para reconstruirla y la llamó «Aelia Capitolina». ¿Por qué Aelia? Para celebrar su propia vanidad, ya que el nombre de Adriano, antes de ser emperador, era Aelio. Pero, ¿por qué el nombre «Capitolina»? Para erradicar la memoria del Bet HaMiqdash por el cual los Yehudim seguían llorando, la ciudad sería re-dedicada ahora a un dios pagano, Júpiter Capitolino. Y se construiría un enorme templo pagano en el mismo lugar donde estaba el Bet haMiqdash, para así garantizar que nunca más fuese reconstruido por los judíos. Los judíos se enteraron del plan de Adriano, y a pesar de que habían hecho todo lo posible para no reaccionar a las constantes provocaciones de Adriano, al escuchar esto decidieron que no podían quedarse de brazos cruzados. Y así comenzó la rebelión de Bar Kojbá, que fue apoyada por muchos Sabios, entre ellos Ribbí Aquibá.

LO QUE SE EVITÓ

Sin embargo, y a pesar del terrible precio pagado, hubo una significativa victoria de la cual mucho no se habla. El primer objetivo de los judíos era reconquistar Jerusalem y así evitar que Adriano concretara su nefasto e irreversible plan. Ben Artzi cuenta que los Yehudim, liderados por Bar Kojbá, finalmente comenzaron la rebelión y, luego de varias sangrientas batallas, derrotaron nada menos que a la poderosa décima Legión del ejército Romano, y finalmente retomaron el control de Yerushalayim. Al final, y luego de 3 a 4 años de sangrientas batallas, Adriano hizo algo sin precedentes: mandó a traer a TODO el ejército Romano, incluyendo militares que llegaban desde Inglaterra a Judea, y al final los Yehudim fueron derrotados. Sin embargo, gracias a la valiente decisión de retomar el control de Jerusalem, los romanos tuvieron que «suspender» la construcción del templo pagano en el lugar del Templo judío, y el plan de Adriano nunca se llevó a cabo.

De acuerdo con el profesor Ben Artzi, el día que los judíos reconquistaron Yerushalayim, evitando la profanación de las ruinas del Bet HaMiqdash, fue el 18 de Iyar, el 33 del Omer.

Rab Yosef Bittón




RESUMEN DE LA PARASHA BEHAR

La Parashá Behar Sinaí contiene 24 mandamientos o Mitzvot.  Veremos a continuación brevemente algunas de las mismas. 

SEPTIMO AÑO

Dios le ordena a Moshé la Mitzvá de la Shemitá o año sabático:   “Cuando lleguen a la tierra que Yo les estoy dando, la tierra observará un año de reposo. Durante seis años podrás sembrar tu campo, podar tu viña y recoger la cosecha. Pero en el séptimo año la tierra tendrá un año de reposo … no sembrarás tu campo, ni podarás tu viña…”.   Dios promete que si el pueblo de Israel observa Sus leyes fielmente, no faltarán alimentos. Yo “ordenaré Mi bendición para ti en el sexto año a fin de que la tierra de una cosecha suficiente para tres años”. Es decir, que el sexto año producirá alimentos suficiente para ese año, y los dos años siguientes (durante el octavo año, se ara la tierra y se siembra, pero recién se cosecha hacia el final del año.   Por eso es necesario que el sexto año produzca para tres). 

JUBILEO 

La Torá también menciona el año de Jubileo o Yobel: Cada 50 años las tierras volvían a sus dueños originales. La tierra entonces, nunca se vendía a perpetuidad sino hasta un plazo máximo de 50 años. Las deudas también quedaban canceladas en este mismo proceso. Todo esto evitaba que a largo plazo algunas personas se empobrecieran demasiado y otras se enriquecieran demasiado.  En el año de jubileo también y se liberaba a todos los esclavos, que en ese tiempo eran las personas que dada su pobreza, se empleaban como sirvientes para sobrevivir o para pagar sus deudas.

INTEGRIDAD 

Se deben seguir las leyes de compra y venta de objetos y propiedad con absoluta integridad. Esta prohibido engañar  o dañar al prójimo económicamente.  La Torá también indica que hay que evitar dañar al prójimo con palabras que lo dañen emocionalmente. 

JUSTICIA SOCIAL 

Cuando uno de tus hermanos judíos está en problemas económicos y se ve obligado a vender parte de sus propiedades para mantenerse, el pariente más cercano que pueda redimir esa tierra, debe redimirla. Si un hombre no tiene quién lo redima o si carece de medios suficientes para recuperarlo, lo que vendió permanecerá con el comprador hasta el año del jubileo. La Parashá también expone el tema de la compasión y la justicia social refiriéndose a ayudar a un judío que tiene dificultades financieras. En primer lugar hay que evitar que alguien caiga en la indigencia, ofreciéndole un préstamo que lo pueda sostener económicamente. La Torá  nos recuerda sin embargo, la prohibición de cobrar intereses sobre un préstamo a un hermano judío y el imperativo de tratar a los sirvientes de manera digna y respetuosa.  “Porque los hijos de Israel, son Mis siervos, que rescaté de la tierra de Egipto. Yo soy el eterno Tu Dios”.  

La Parashá concluye con una exhortación final a observar el día de shabbat y a guardar un máximo respeto por el Templo o Santuario.