VAYERA: Los juegos de Ishmael
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EL DESCUBRIMIENTO DEL SIGLO
Recuerdo que de adolescente leí un apasionante libro llamado: “Y la Biblia tenía razón”, que me introdujo por primera vez al tema de arqueología bíblica. El libro, escrito por un alemán que lucho contra los nazis, Werner Keller (1908 -1980) fue publicado en 1955. Y su autor, con la limitada información que tenía a su disposición, hizo un gran servicio a los estudios bíblicos, ya que demostró en primer lugar que ningún descubrimiento arqueológico contradice la narración de la Torá. Y en segundo lugar, que a pesar de los miles de años ya pasados, siguen apareciendo sólidas evidencias de las historias y relatos bíblicos. Pero Keller hizo una predicción en la que, afortunadamente, se equivocó. Lo cito: “Hoy día podemos afirmar, con completa seguridad, que toda búsqueda de Sodoma y Gomorra que se pretenda realizar en el futuro será completamente inútil, pues el enigma de la ruina y desaparición de ambas ciudades no ha podido ser aclarado”. Página 47. Muy recientemente, en 2018, un grupo de arqueológicos modernos han descubierto los restos de la ciudad de Sedom, cerca del Mar Muerto, increíblemente, también han podido verificar, de una manera extraordinaria, cuál fue la naturaleza del catastrófico evento que de acuerdo a la Torá llevó a su total destrucción. La historia es apasionante, pero necesitaré de la paciencia del lector para explicarla con un mínimo detalle.
LA RIQUEZA DE SEDOM, ANTES DE SU DESTRUCCIÓN
La Torá menciona a Sedom (en castellano: Sodoma) en las Perashiyot que leímos estas últimas semanas Lej-Lejá y Vayerá. Abraham y Lot tenían mucho ganado; tanto, que los pastores de ambos terminaron peleándose por el territorio. Y para evitar escalar el conflicto, Abraham le propuso a Lot que se separen: Abraham le dejó a Lot si él quiere ir al norte, Abraham irá al sur, y viceversa. Entonces la Torá describe lo que llevó a Lot a decidir dónde mudarse: “Génesis capítulo 13: 10: “Entonces, Lot levantó la vista y vio todo el valle del Jordán, hasta Tzohar, que era tierra fértil, como un jardín [bendecido por] Dios, como la tierra de Egipto. Así era [esta zona] antes de que Dios destruyera a Sodoma y a Gomorra… Lot habitó en las llanuras y fue extendiendo sus tiendas hasta Sedom” Lo primero que aprendemos de este texto es que esa zona era muy fértil, algo que contrasta en absoluto con la extrema aridez de los alrededores del Mar Muerto. La segunda referencia dice que Sedom era como Egipto. ¿A qué se refiere?
SEDOM Y EL DELTA DEL NILO
Hay dos puntos especiales que caracterizaban a Egipto. 1. En primer lugar, que a diferencia de todos los demás países del medio oriente, Egipto no depende de la lluvia: depende del Nilo. Y las sequías, por lo tanto, no le afectan. Por esta razón, Egipto era el destino favorito de los que escapaba se la seguía en otras regiones. La Torá hace alusión a las migraciones de nuestros patriarcas a Egipto innumerables veces. 2. Hay un área en el Norte de Egipto que se la conoce como el delta del Nilo. Allí, el caudaloso río se divide en canales y transforma a toda esa zona en un extraordinario vergel natural, extremadamente fértil y próspero. Esta es la zona de Goshen (los arqueólogos llaman a esta zona Avaris), donde vivieron los judíos. Antes de la destrucción de Sedom y sus alrededores, el río Jordan tenía canales o desembocaduras que creaban un delta alrededor de la ciudad y fertilizaban la región. Esta zona, de los dos lados del río Jordan, debe haber sido muy próspera, ya que tampoco dependía de las lluvias, y es lógico entonces que acudieran a ella los caminantes o los pobres, como cuenta la Torá que sucedió con Lot y los extranjeros que buscaban albergue.
SOLO PARA RICOS
La Torá luego relata acerca de los terribles hábitos de los habitantes de la ciudad de Sedom: 13:13: “Los hombres de Sodoma eran malvados y cometían muy graves pecados contra Dios.” Estos “pecados contra Dios”, como vemos en la historia de Lot, eran más bien “crímenes contra la humanidad”, el abuso a los extranjeros— asesinato, robo, violencia sexual, etc. — que estaba “normalizado” y del cual todos participaban “desde los jóvenes hasta los ancianos”. Por un lado, la población era muy próspera, pero por el otro lado eran extremadamente crueles, egoístas y capaces de cometer cualquier acto de inmoralidad (de aquí la famosa palabra “sodomía”). Dios castigó a Sedom y a sus alrededores con la extinción y la desaparición. La pregunta que nunca hasta ahora se había podido resolver es ¿cómo fue exactamente que Dios destruyó esta ciudad?
ARQUEOLOGÍA
Durante muchos años se creía que las ciudades de Sedom y Amorá se encontraban en el sur del Mar Muerto. Y suponían que la razón por la que no se encontraron las ruinas de esta gran metrópoli, era porque la ciudad había sido cubierta desde ese entonces por el mar Muerto. Esta fue la razón por la que Keller dio por cerrada la búsqueda. Porque supuso que la ciudad fue tragada por este mar. También su asumió, incorrectamente, que la ciudad había sido destruida por un terremoto. Sin embargo, esto nunca pudo ser comprobado. Aparte, al describir la destrucción de Sedom, la Torá menciona que “caía fuego desde el cielo”, algo que no sucede en terremotos. Otro dato interesante que vale la pena mencionar es que Abraham observó desde su ciudad, Hebron, las secuelas del cataclismo de Sedom. Abraham vio una “humo como de un horno” que se elevaba desde esa zona. Algo parecido a la nube de hongo (mushroom cloud) que se produce luego de una bomba atómica.
¿Cómo se descubrió la ciudad de Sedom en nuestros días? ¿Y cómo se explica científicamente el cataclismo que describe la Torá?
Continuará…
La vida de un hombre de fe, que cree en Dios y lo escucha, no es necesariamente más fácil que la de un hombre sin fe: ¡está llena de desafíos y dificultades ! Recordemos que cuando HaShem le ordena a Abraham partir hacia la tierra de Canaan, le promete que lo colmará de prosperidad y bendiciones. Es posible que Abraham haya imaginado que esa promesa se cumplirá de inmediato. Quizás haya pensado que al llegar a Canaan lo estarían esperando decenas de camellos cargados de riquezas y tesoros, como en un cuento de las mil y una noches. Pero para su sorpresa Abraham no encontró riquezas en Canaán. Por el contrario: al poco tiempo de arribar, cuando llegó el otoño, la lluvia no apareció y se declaró una sequía nacional.
ABRAM LLEGA A CANAAN
Dios le ordena a Abram que deje la tierra de sus padres y que se traslade a la tierra que Él le mostrará. Dios promete convertir a Abram en el patriarca de una gran nación. Abram obedece y se muda a Canaan (Israel) llevando con él a su esposa Saray y a su sobrino, e hijo adoptivo, Lot. Una vez que Abram llega a Canaan, Dios le promete que le dará esa tierra a sus descendientes. Abram, a sus 75 años, todavía no tenía hijos.
EGIPTO
Abram busca establecerse en Canaan, pero una gran hambruna, producto de la sequía, lo obliga a trasladarse a Egipto, donde hay comida. Cuando llega, y por temor a que los egipcios lo maten para tomar a Saray, pretende ser su hermano. Tal como Abram lo sospechaba, debido a su extraordinaria belleza, Saray es llevada por la fuerza al Faraón. Pero Dios castiga al Faraón y a los miembros de su palacio con plagas, lo que lleva al Faraón a liberar apresuradamente a Saray y a recompensar a Abram con generosas riquezas «por las molestias causadas». Abram regresa a Canaan con Saray sana y salva y con una gran fortuna.
LOT LLEGA A SEDOM
Lot también hizo fortuna en Egipto y nos cuenta la Torá que los pastores de Lot se peleaban con los pastores de Abram por cuestiones de territorio. Abram le ofrece a Lot separarse y Lot entonces se traslada a la ciudad de Sodoma, que era famosa por sus despiadados e inmorales habitantes. Dios le vuelve a prometer a Abram que sus descendientes heredarán esa tierra y que llegarán a ser tan numerosos como el polvo de la tierra.
LA GUERRA Y EL BOTÍN
La tierra de Canaan es invadida por varios reyes del medio oriente que peleaban entre sí. Los reyes arrasaron con la región de Sodoma y se llevaron cautivos, entre ellos a Lot. Al enterarse, Abram arma un ejército de más de 300 hombres, derrota al contingente que llevaba a los cautivos, los libera y le devuelve a botín al rey de Sodoma. El rey le agradece por los cautivos y le ofrece a Abram quedarse con el botín de la guerra. Pero Abram rechaza la generosa y merecida oferta argumentado que no quería que ningún hombre dijera» “yo fui quien hizo rico a Abram”. La intención de Abram es que su riqueza y su bendición sea atribuida únicamente a Dios.
LA PROMESA MÁS HERMOSA
Dios le habla nuevamente a Abram y le promete que será recompensado por su rectitud. Por primera vez, Abram menciona entonces que no tiene hijos y le pregunta a Dios ¿quién me heredará entonces, si a mi avanzada edad todavía no tengo ni un solo hijo? Dios le asegura a Abram que tendrá un hijo y le promete que sus descendientes serán tan numerosos como las estrellas del cielo. Dios y Abram celebran un pacto como testimonio de que en un futuro sus descendientes heredarían la tierra de Israel. Pero que primero serán exiliados y sufrirán la esclavitud y recién despues regresarán y heredarán la tierra de Canaan.
ADAPTAR AL HIJO DE HAGAR
Al ver que no podía tener hijos con Abram, Saray sugiere que Abram tuviera un hijo con su sierva egipcia, Hagar. Hagar quedo embarazada y entonces comenzó a ser despectiva con Saray, quien respondió con mano dura, e hizo que Hagar se escapara de allí. Un ángel animó a Hagar a regresar a la casa de Saray, prometiéndole que su hijo se convertiría en una gran nación. Hagar obedeció y regresó y al poco tiempo dio a luz a Yshmael.
CAMBIOS Y MÁS CAMBIOS
Dios agregó la letra hebrea “HE” ה al nombre de Abram, convirtiéndolo de ahora en más en “Abraham”, que significa: el Padre de numerosas naciones. Dios hace otro pacto con Abraham y sus descendientes: la circuncisión de todos los niños varones a los ocho días. El nombre de Saray es reemplazado por Sara, que significa “Princesa”, en el sentido de Matriarca.
Dios le promete a Abraham que tendrá otro hijo, pero esta vez de su propia esposa Sara.
A la edad de 99 años, Abraham se circuncida a sí mismo, a su hijo Yishmael y a todos los miembros de su hacienda.
Esta semana comienza la historia de Abraham nuestro primer patriarca. Dios bendice a Abraham una y otra vez, y le asegura que de él surgirán, y por él serán bendecidos, numerosos pueblos y civilizaciones, y que sus descendientes heredarán la preciada tierra de Canaan: Israel.
Pero las cosas no suceden como lo hubiéramos esperado. Irónicamente, al poco tiempo de llegar a Israel una tremenda hambruna azota la región, probablemente por falta de lluvias. El Midrash dice que nunca hubo una hambruna tan grande en la tierra de Israel. Abraham se ve obligado a escapar. No regresa al norte, de donde salió por orden Divina. Abraham se dirigió a Egipto, un país que gracias al caudaloso rio Nilo no se vio afectado por las sequías.
Abraham llega a Egipto como un refugiado que escapa para no morir de hambre. En Egipto es un extranjero que puede ser fácilmente abusado. Y aparte tiene un problema muy delicado. A pesar de su avanzada edad su esposa Sara era todavía una mujer hermosa.
Abraham conoce la duplicidad de la moralidad egipcia. Para los egipcios el adulterio estaba prohibido. El matrimonio era sagrado. Y ni siquiera el faraón podia tomar una mujer casada. En ese sentido la moralidad egipcia era superior a la lamentable moralidad contemporánea… ¡Pero no existía ningún problema moral o legal en tomar a una mujer viuda!.
La vida humana en esos tiempos no valía nada. Recordemos que hasta hace unos pocos siglos atrás la causa número 1 de muerte no era la enfermedad sino el asesinato. Aparte, para evitar problemas con la ley, había muchas formas de matar sin que se note…. y especialmente a un extranjero.
Previendo todo esto, y con muy pocas opciones en sus manos, Abraham diseña un plan: decir que Sará es en realidad su hermana. De esa manera, Abraham no sería asesinado. Y cuando algún egipcio pidiese la mano de su “hermana”, Abraham negociaría. ¿Su plan? Demandar una dote exhorbitante, un sobreprecio por Sará. Esto llevaría a negociaciones que Abraham trataría de hacerlas lo más largas posible. Y mientras las negociaciones con los candidatos potenciales tienen lugar Abraham podría vender toda la mercadería que trajo para vender, comprar animales, comida y semilla y regresar lo antes posible a Israel.
Pero el plan de Abraham no funcionó come él lo esperaba. ¿Por qué? Porque Abraham nunca llegó a sospechar que el mismísimo Faraón iba a estar interesado en Sará. La Torá cuenta que cuando los hombres del Faraón vieron a Sará decidieron llevarla al harem del monarca egipcio. Y aquí no hubieron negociaciones. Los hombres del Faraón tomaron a Sará por la fuerza, sin el consentimiento de Abraham y luego inundaron a Abraham de “regalos”, seguramente superando la suma exorbitante que Abraham fingía demandar.
Abraham estaba desesperado. Dios no se comunicó con Abraham y él no podía estar seguro si el plan Divino era que tenía que regresar a Israel sin Sará y buscar otra mujer con la cual tener hijos y una gran descendencia como Dios le prometió o esperar la intervención Divina.
HaShem protegió a Sará. Y milagrosamente, toda la corte del Faraón y el mismo monarca sufrieron una rara aflicción que el Faraón, correctamente , interpretó como un castigo Divino. Tras unas cortas investigaciones, dicen los comentarios bíblicos, el verdadero estado civil de Sará fue descubierto . El Faraón citó a Abraham, lo recriminó por lo ocurrido, le regresó a su esposa y lo expulsó de Egipto.
Sin saberlo y sin entender mucho lo que había ocurrido en el palacio, Abraham sano y salvo e irónicamente «rico», regresó con su amada esposa Sará a la tierra e Israel, y ya nunca más volvió a pisar Egipto.
El plan de Abraham me recuerda a un aspecto muy emotivo de la historia de los judíos de Mashad, Irán. En 1840 los judíos de esta ciudad fueron convertidos por la fuerza al Islam shiita. Los primeros años fueron los más difíciles, porque tenían que fingir que ya no observaban el judaísmo. Entre otras cosas, los judíos se vieron forzados a mantener sus negocios abiertos durante Shabbat. Pero en su esfuerzo por minimizar la violación del Shabbat los dueños del negocio mandaban a algún niño a atender a los clientes. Cuando alguien preguntaba el precio de alguna mercadería el niño le pedía una suma exorbitante, que desalentaba al cliente a comprar “hasta que alguien competente esté al frente del negocio”. Esta situación de pretender el abandono del judaísmo siguió por varios años, hasta que las presiones bajaron y los judíos de Mashad BH pudieron volver a abrazar abiertamente la fe de Abraham Abinu
.
La Parasha de esta semana comienza con el llamado Divino a nuestro patriarca Abraham, «Lej Lejá»: «Deja tu tierra y ve a la tierra que te mostraré [Canaán, Israel].» Dios le habla a Abraham; l invita a dejar su tierra y establecerse en Israel, donde HaShem lo bendecirá con una multitud de descendientes. Muy hermoso. Pero el texto bíblico mantiene su silencio en un punto muy sensible. «¿Por qué Abraham?» ¿Qué hizo Abraham para merecer la elección de Dios?
¿EL LIBRO DEL PORQUÉ ?
Para aquellos que están familiarizados con el estilo literario de la Torá, la ausencia de una explicación acerca de por qué las personas hacen lo que hacen es la regla, más que la excepción. De manera similar, la Torá no siempre revela las causas por las que HaShem hace lo que hace. La Torá, por ejemplo, no explica las razones de muchos preceptos divinos, o por qué ciertos animales son puros o impuros, ni siquiera (y creo que este es el ejemplo más dramático) explica «por qué Dios creó el mundo». No estoy seguro de cuál es la razón , pero es notorio que el hebreo bíblico no contiene la palabra «por qué» (la palabra lamá, por ejemplo, indica más el propósito de la acción, no la intención del sujeto; y algo similar ocurre con la palabra madua ‘). Tal vez, como escuché una vez, esto tiene que ver con nuestra creencia en la absoluta libertad de elección de Dios y del hombre: el «por qué», un causal, indicaría cierta limitación de nuestra total capacidad de elegir.
O tal vez la razón de esta ausencia sea, como explicó el rabino Menashé ben Israel, que la Tora quiere dejarnos la tarea del “por qué” a nosotros, los lectores. Para que en cada generación cada individuo pueda seguir contribuyendo con un punto de vista diferente, jiddush, y descubra nuevos niveles de comprensión en el infinito libro de HaShem. Y esto no sería posible si los «por qué» fueran explícitos.
Volvamos a nuestra pregunta inicial.
¿Por qué Dios eligió a Abraham?
¿ABRAHAM INICIÓ EL CONTACTO?
La primera respuesta es la historia que todo niño judío aprende a una tierna edad. Téraj, el padre de Abraham, producía y vendía ídolos. Estatuas de los dioses mitológicos que representaban las diferentes fuerzas de la naturaleza. Me imagino que la «idolatría» debe haber sido un gran negocio (como en algunos casos el «arte») porque todo lo que el vendedor necesitaba para obtener una buena ganancia era convencer al comprador de que este ídolo tenía más poderes que el otro, y que eso justificaba un precio más alto. Todo iba bien para Téraj hasta que se le ocurrió enseñarle su negocio a su hijo Abraham… allí sucedió algo inesperado. En lugar de ayudar a su papá a ganar más dinero, Abraham lo desafió con una lógica impecable, pero desastrosa para los negocios: «¿Cómo vamos a vender estos ídolos como si fueran nuestros creadores si los hicimos ayer con nuestras propias manos? Tu y yo sabemos querido padre, que estas estatuas que no pueden ver, escuchar ni hablar: ¿cómo vamos a engañar a la gente y pretender que son dioses?» El padre de Abraham estaba furioso con su hijo que estaba arruinando su negocio. Pero así fue como Abraham comenzó su búsqueda de Dios. Y fue luego que Dios lo «llamó» a Abraham y lo invitó a mudarse a «Su tierra».
HASHEM LO LLAMÓ PRIMERO
La segunda respuesta tiene que ver con un texto que recitamos todos los días en nuestra Tefilá por las mañanas. “Tú eres HaShem, nuestro Dios, que elegiste a Abram, lo sacaste de Ur Casdim, cambiaste su nombre a «Abraham» y encontraste que su corazón era fiel a Ti” אשר בחרת באברם והוצאתו מאור כשדים… ומצאת את לבבו נאמן לפניך. De acuerdo con este pasuq (Nejemia, 9: 7-8.) Dios primero elige a Abraham, casi arbitrariamente, y luego Abraham se transforma en Su siervo fiel. Irónicamente, y aunque recitamos este pasuq todos los días, este punto de vista es menos conocido (o menos popular). Según esta interpretación, HaShem fue quien inició a Abraham, lo preparó y lo entrenó a través de experiencias de vida muy difíciles (nisiyonot) para convertirse en el patriarca de la nación de Israel .
ADOPTAR UN HIJO
El rabino Jayim Sabato de Yeshiva Bircat Moshe en Maale Adumim (Israel) dice algo muy interesante. El texto que describe el pasado de Abraham Abinu (al final de la Parashá de la semana pasada) es muy breve en detalle. Excepto por un punto circunstancial pero revelador: Harán, el hermano de Abram, muere y su hijo huérfano Lot se convirtió ahora en parte de la familia de Abraham. ¿Qué ocurrió? Abraham adoptó a Lot como su propio hijo. Este supremo acto de bondad, adopción de un huérfano, fue lo que hizo a Abraham fuera merecedor el llamado divino.
ABRAHAM ELIGIO A DIOS
La cuarta opinión, mi favorita, es la maravillosa respuesta del rabino Yehuda Alter (1847-1905) en su libro Sefat Emet. Allí, dice que “HaShem no buscó ni le habló exclusivamente a Abraham: HaShem anunciaba permanentemente y a muchas personas Su «Lej Leja», el llamado a dejar la tierra natal atrás e ir a Israel con Él, para tener Su bendición (המאמר ‘לך לך’ שנאמר מהשם יתברך לכל האנשים תמיד). Pero mientras que todos los demás rechazaban el llamado Divino, ignorándolo, Abraham «levantó el teléfono» y respondió afirmativamente al llamado de Dios, y todos los desafíos que este llamado implica. Me encanta esta respuesta por muchas razones. Pero sobre todo por su relevancia. HaShem nos llama permanentemente. Nos presenta una invitación abierta a seguirlo. Su Voz está en Su Libro. Y Su libro está abierto, esperando que atendamos Su mensaje.
Escrito en Noviembre de 2014
En estos días difíciles para Am Israel, en los que todos tenemos que rezar por la victoria de Medinat Israel y por la seguridad de nuestros jóvenes soldados, los rabinos principales de Israel nos han instado a decir Tefila y leer el libro de Tehilim.
Hoy quiero escribir sobre un Salmo muy especial de Tehilim (Mizmor 144 תהילים קמ«ד) que creo es muy apropiado para este momento en el que nuestros hijos y hermanos, los soldados del Ejercito de Defensa de Israel, están arriesgando sus vidas para proteger a Israel y crear un mejor futuro para todos nosotros.
Dedico este estudio (limmud) a todos ellos.
Los comentaristas de Tehilim , particularmente RaDaQ, explican que el rey David compuso este salmo, cuando estaba luchando contra los Filisteos. Yo también pienso que David compuso este Mizmor mientras estaba en el campo de batalla, en medio del combate. ¿Por qué? Debido a que las palabras, las imágenes, los rezos y los anhelos expresados en este Mizmor son los de un soldado que siente la cercanía inminente del enemigo y la posibilidad de la muerte. Las palabras de este salmo no describen el recuerdo de una batalla, sino la batalla en sí. Los sentimientos, la vulnerabilidad, y los anhelos mientras se están viviendo. El rey David no era un hombre común. Además de ser un Rey y un soldado, era también un poeta. HaShem le concedió la capacidad de poner en palabras la turbulencia que fluía en sus pensamientos y las emociones que atravesaban su corazón, mientras experimentaba esos momentos difíciles.
La lección más importante que David HaMelej nos enseña en este salmo, y lo que cada Yehudi y cada soldado de Israel debe recordar en estos momentos, es que HaShem, nuestro Dios
«va a la guerra con nosotros.» Él está de nuestro lado en el campo de batalla. Al lado de cada soldado de Israel, como lo estuvo con el rey David. Es esta idea, la cercanía de HaShem con los que luchan para defender a Am Israel, lo que nos dará fuerzas y esperanzas que Am Israel BH saldrá victorioso de esta y todas las guerras que (ojalá no) tenga que luchar
לדוד ברוך ה ‘ צורי, המלמד ידי לקרב אצבעותי למלחמה
PASUQ 1:
«[Salmo escrito] por el rey David. Bendito eres, HaShem, mi roca. El que guía mis manos en la batalla, y mis dedos en el combate «
En primer lugar, el rey David bendice a Dios. En otras palabras, él percibe la presencia de HaShem en el campo de batalla. Es cierto que tenemos que luchar personalmente nuestras guerras y no podemos basarnos solamente en milagros. Pero, como dice la Tora, en tiempos de guerra (Deut. 20:04) «HaShem tu Dios te acompañará a luchar contra tus enemigos, para otorgarte la victoria.» HaShem está con su pueblo. Y lucha con ellos en contra de sus enemigos. David lo ve y le dice a HaShem
«Tu eres mi roca».
La roca era un elemento crucial en la batalla. El soldado se pone detrás de una roca o de un muro para protegerse de los ojos y de las flechas del enemigo. HaShem protege al soldado judío como una roca invisible…
David también le dice a HaShem:
«Tú guías mis manos ….»
cuando peleo contra mi enemigo en una contienda cuerpo a cuerpo, con mis manos desnudas, allí estás Tú, guiando y prácticamente moviendo mis manos.
Y cuando extiendo el arco y lo sostengo con firmeza
«Tú guías mis dedos»
Tú apuntas mis flechas, con precisión.
Cuando ataco al enemigo o cuando me defiendo del enemigo, yo sé que Tú estás conmigo.
PASUQ 2: Ahora, David HaMelekh, alaba a HaShem, y una vez más, reconoce Su permanente presencia en la batalla.
חסדיומצודתימשגביומפלטילימגיניובוחסיתי, הרודדעמיתחתי
«Tú eres mi aliado. Tú eres mi fortaleza. Mi torre. Mi refugio cuando me escapo [del enemigo]. Tú eres mi escudo, en el que confío. Tú [me concedes la victoria] y haces que éstas naciones [enemigas] se rindan «.
PASUQ 3: La batalla es intensa, feroz y peligrosísima. David siente que el enemigo está demasiado cerca. Armado, sediento de su sangre e impredecible. Puede ser que lo hayan visto. Pero la posibilidad de la muerte no representa para David un desafío teológico a su convicción de que Dios existe, o a que HaShem está presente en el campo de batalla. Para David la realidad de Dios supera en importancia a su propia realidad. Y cuando siente que el final podría estar cerca, él se eleva sobre su propia realidad y reflexiona sobre el valor de la vida humana desde la perspectiva de Dios. Y se pregunta a sí mismo
ה ‘מהאדםותדעהובןאנושותחשבהו
«HaShem: ¿qué es un ser humano para merecer Tu atención?
¿Qué es el hijo de hombre, para ser considerado por Ti? «
PASUQ 4: David se da cuenta de su fragilidad y su mortalidad ineludible. Y se pregunta a sí mismo si tal vez, para HaShem los seres humanos somos demasiado pequeños e insignificantes. ¿Por qué HaShem, Señor del Universo, Creador de miles de millones de galaxias, se preocuparía por nosotros?
אדםלהבלדמהימיוכצלעובר
«El ser humano es [efímero] como un soplo; su vida es como una sombra que pasa»
Nuestras vidas son muy cortas. Parecen insustanciales, como un soplo. Fugaces, como una sombra. Ni siquiera como la sombra de un árbol, que crece lentamente y desaparece a través del día. Más bien, la vida le parece ahora a David haMelej como una sombra que pasa, como la sombra de un pájaro en vuelo, que apenas se puede percibir. Sintiendo la posibilidad del final de su vida, David o un soldado judío, no cuestionan a Dios. David se pregunta a sí mismo si él es digno de la atención de Dios. Sobre todo, si su efímera vida ha sido o suficientemente significativa como para ser digna de Dios.
PASUQ 5: Ahora David reza. Articula una Tefilá muy inusual. Es como un espejismo, la visión de un soldado desesperado, que no ve ninguna escapatoria, excepto un milagro.
ה‘ הטשמיךותרדגעבהריםויעשנו
«HaShem, abre los cielos y desciende, toca los montes [donde los enemigos se esconden] para que hagan humo»
Más que una oración David expresa la visión de un soldado que se sabe superado en número por el enemigo y que sabe que en ese escenario sólo «HaShem, descendiendo desde el cielo» puede salvar su vida.
PASUQ 6: David no oculta su vulnerabilidad. Y tiene más Tefilot / espejismos de esperanza. Él desea que HaShem pelee por él. Que use Sus flechas Celestiales contra sus enemigos, y así salve su vida.
ברוקברק, ותפיצםשלחחיציך, ותהומם.
«Manda rayos [desde el cielo] y espárcelos, envía Tus flechas celestiales y llénalos de pánico».
שלחידיך, ממרוםפצניוהצילני, ממיםרביםמידבנינכר.
PASUQ 7: Y si HaShem no destruye a sus enemigos, David ora por un milagro personal, para que HaShem por lo menos lo salve a él. Levántame con tu mano, elévame desde el campo de batalla, y llévame lejos de aquí a un lugar seguro.
«Envía Tu mano desde el cielo, recógeme y rescátame. Sálvame de este gran peligro), de la mano de estos [enemigos] extranjeros»
PASUQ 8: Ahora David HaMelej expresa a HaShem por qué él merece una victoria milagrosa, y el enemigo una derrota Celestial. El enemigo habla con arrogancia contra los Yehudim y contra Ti, su Dios. Y también miente descaradamente. Ellos, los filisteos, juraron con su mano derecha que vivirían en paz con nosotros, y ahora traicionaron su palabra y nos atacaron.
אשרפיהם, דיבר – שואוימינם, ימיןשקר.
[Sálvame de las manos de los extranjeros] «cuya boca habla con arrogancia, y cuya diestra es una diestra llena de mentiras».
PASUQ 9: Cuando Tú me salves, HaShem no voy a permanecer en silencio. Voy a dedicar mi vida a Ti. Voy a componer para ti un nuevo poema, Salmo, en el cual cantaré Tus alabanzas:
אלוקים שיר חדש אשירה לך בנבל עשור אזמרה – לך.
«Voy a cantar una nueva canción a Ti, con un arpa de diez cuerdas»
PASUQ 10: En esa canción declararé la verdad: que no fui yo quien ganó la batalla, sino Tú. Tú eres el que decide la suerte de la guerra. El que otorga la victoria a los reyes y la derrota al enemigo
הנותן תשועה למלכים הפוצה את – דויד עבדו מחרב רעה.
«El que da victoria a los reyes, y Aquel que salva a Su siervo David, de la espada mortífera»
PASUQ 11: David ora a Dios de nuevo. «Salva mi vida …»
פצני והצילני מיד בני – נכר אשר פיהם דיבר – שוא וימינם ימין שקר.
«Sálvame de la mano de esos extranjeros que hablan mentira en sus bocas, y cuya diestra es una diestra de mentiras».
PASUQ 12: Ahora viene un Pasuq muy especial. En medio de la batalla, rodeado por el enemigo cruel y violento, David trae a su mente los recuerdos más dulces. Sus pensamientos son los sueños de cada soldado judío en los momentos más difíciles del combate, o en las largas noches de guardia: Su casa. Su familia. Sus hijos e hijas. Su barrio tranquilo. (Estos Pesuqim son también una extraordinaria ventana que nos permite acceder a lo que era la vida de Am Israel en los tiempos de David haMelej. Cuáles eran, y obviamente cuáles deben ser también para nosotros, los valores, los modales y las aspiraciones del Pueblo judío).
אשרבנינו, כנטיעיםמגודליםבנעוריהםבנותינוכזווייותמחוטבות, תבניתהיכל
מזווינומלאיםמפיקיםמזן אלזןצאננומאליפותמרובבותבחוצותינו
Estando rodeado de asesinos y gene violenta en el campo de batalla, David se acuerda de los refinados niños y jovenes judíos de su ciudad. Para quienes la guerra no es un orgullo, sino una necesidad no deseada. Esos jóvenes son buens y educados debido a que sus padres se ocupan de ellos desde su infancia. Los padres judíos educan a estos niños como «árboles recién plantados», que tienen que ser ubicados en posición vertical y cuidadosamente recortados, para que crezcan hacia arriba, con principios inamovibles y con fortaleza.
David recuerda también a las niñas, las jóvenes doncellas judías. Ellas son humildes y discretas, pero caminan con clase y dignidad. Son niñas de la realeza. Educadas para ser los pilares de un palacio (= hejal). Este «palacio» es «la casa judía» en la cual los padres coronan a haShem como el Rey de ese hogar.
Finalmente, David también recuerda la bendición material que HaShem tan generosamente les ha otorgado.
«Nuestros hijos jóvenes son como los árboles recién plantados, cuidadosamente trabajados desde su juventud. Nuestras hijas como columnas rectas, capaces de sostener un palacio. Nuestros graneros están llenos, con alimentos de todo tipo. Nuestros rebaños se cuentan por miles, decenas de miles de animales [pastan] en nuestros campos» ..
PASUQ 14: Ahora, David HaMelej articula lo que probablemente es el punto más relevante para justificar su petición a Dios por la victoria y la paz. Una petición que resuena en nuestros oídos como si fuera nuestra propia petición, hoy en día, a HaShem: «Nosotros, Am Israel, hemos sido bendecidos por Tu mano. Hoy tenemos, gracias a Ti, suficiente comida y bienes materiales. Nuestro mayor orgullo son nuestras hermosas familias. Estamos orgullosos de educar, no a pequeños guerreros entrenados para matar, sino a niños y niñas que construirán «palacios» para Ti, y familias que vivirán vidas ejemplares. A nosotros no nos atraen las peleas y conflictos. No preofesamos el odio y la violencia. Nuestros barrios y comunidades son un ejemplo de paz y armonía. No hay robos, ni violencia ente nosotros. Sino lealtad, confianza y respeto. En nuestras ciudades las personas no pelean ni se insultan el uno al otro. Vivimos en prosperidad y paz.
אלופינו מסובליםאיןפרץואיןיוצאתואיןצווחהברחובותינו.
«Nuestros bueyes están cargados [de alimentos], no hay ruptura de paredes [= robo], ni salidas [= infidelidad], ni gritos de violencia en nuestras calles».
NO QUEREMOS GUERRA. NO NECESITAMOS GUERRA. NO BUSCAMOS ESTA GUERRA.
PASUQ 15: Estamos satisfechos con lo que tenemos,
Pero estamos especialmente felices de lo que somos.
Somos AM ISRAEL.
El pueblo de HaShem
אשריהעםשככהלואשריהעםשה ‘אל – היו
«Felices son los que viven así. Bienaventurados aquellos que HaShem es su Dios»
Sólo queremos vivir en paz.
Y alcanzar nuestra aspiración más alta.
El pueblo de Israel, viviendo en la tierra de Israel, siguiendo la Torá de HaShem, nuestro Dios, el Dios de Israel.