Encendemos las velas de Janucá antes de encender las velas de Shabbat

VIERNES, ANTES DE LA PUESTA DEL SOL Todos los días de Janucá encendemos las velas después de la puesta del sol, pero el viernes encendemos las velas de Janucá unos 20 minutos antes de la puesta del sol, e inmediatamente después se encienden las velas de Shabbat.

Para saber la hora del encendido de las velas de Janucá y Shabbat en tu ciudad de residencia, ver aquí. 

Hay otro punto importante a tener en cuenta cuando encendemos las velas de Janucá el viernes por la tarde: normalmente, las velas de Janucá deben permanecer encendidas al menos por media hora. El viernes, sin embargo, debemos agregar más aceite a las velas —o si usamos velas de cera o parafina debemos procurar velas más largas— para que permanezcan encendidas por lo menos por una hora adicional, contando desde la puesta del sol.

EN LA SINAGOGA

También es costumbre encender las velas de Janucá en la Sinagoga. Hoy, viernes, encenderemos esas velas en la Sinagoga alrededor de 10 minutos antes de la puesta del sol (si es posible, después de Minjá) y las berajot se recitarán solo si diez o más personas están presentes en el momento de encender las velas. Si no hay diez personas en la Sinagoga en ese momento, debemos encender las velas sin decir beraja. Las velas de Janucá no se deberán encender si ya llegó la hora de la puesta del sol.

PREGUNTA Si voy a pasar Shabbat en la casa de mis padres, suegros o amigos, ¿debo encender mis propias velas de Janucá en mi casa antes de salir, o en la casa de nuestros familiares?

RESPUESTA

  1. Si vamos a pasar Shabbat, por ejemplo, en la casa de mis padres, con la intención de cenar y quedarnos a dormir allí, mi esposa, mis hijos y yo, estaremos incluidos automáticamente en el encendido de las velas de mis padres, porque comemos y dormimos en su casa. Y en este caso no necesitamos encender nuestras propias velas de Janucá antes de salir de nuestras casas. Tampoco necesitamos encender velas de Janucá en nuestra propia habitación en la casa de mis padres o familiares, sino que participamos del encendido de velas de la familia con la cual vamos a pasar Shabbat.
  2. Ahora bien, si voy con mi familia a la casa de mis padres o de algún otro familiar solo para la cena de Shabbat, entonces debemos encender las velas de Janucá antes de encender las velas de Shabbat en nuestra propia casa, con nuestra propia familia, esposa, hijos. Es importante aclarar que en este caso, uno no debe salir de su casa mientras las velas de Janucá están encendidas, para evitar cualquier riesgo de incendio.

HABDALÁ SÁBADO POR LA NOCHE En la Sinagoga, cuando termina el Shabbat, primero encendemos las velas de Janucá y luego recitamos la Habdalá, para que más personas puedan presenciar las velas y promover así el milagro de Janucá (pirsumé nisá). Si recitamos primero la Habdalá, es posible que muchas personas abandonen la sinagoga antes de encender las velas.

En nuestros hogares, sin embargo, primero recitamos la Habdalá y luego encendemos las velas de Janucá.»




RESUMEN DE PARASHAT VAYESHEB

Jacob (Ya’aqob) finalmente se establece en la tierra de Israel. Yosef es el hijo favorito de Jacob. El padre, incorrectamente, expresa su favoritismo regalándole a Yosef una túnica especial de colores. Sus hermanos lo envidian. Yosef, aparentemente sin saber de este sentimiento, le cuenta a sus hermanos acerca de sus sueños de grandeza, despertando así el odio de los hermanos hacia él.

Los hermanos de Yosef estaban cuidando el rebaño de su padre. Jacob envía a Yosef a visitarlos. Cuando los hermanos lo ven , planean matarlo. Reuben sugiere tirarlo a un pozo, pensando en que más tarde lo rescataría. Cuando Yosef llega, los hermanos le quitan la túnica, lo tiran al pozo y Yosef es vendido como esclavo a unos comerciantes que viajaban hacia Egipto. Los hermanos toman la túnica de Yosef, la manchan de sangre y se la muestran al padre desconsolado. Jacob asume que Yosef fue atacado por una bestia salvaje y comienza un luto de 22 años por la presunta muerte de su hijo querido.

Yehudá se casa con la hija de un individuo local y tiene tres hijos. Su primer hijo, Er, se casa con una mujer llamada Tamar, y muere sin tener hijos. Yehudá le da a su segundo hijo Onan a Tamar, pero también muere sin hijos. Yehudá no le da su tercer hijo a Tamar. Tamar lo engaña vestida de mujer indecente. Yehudá no la reconoce, yace con ella y queda embarazada. Tamar da a luz a gemelos, Zéraj y Perets.

Yosef trabaja como esclavo en la casa de Potifar, un importante funcionario de Faraón. Yosef tiene mucho éxito en todo lo que hace, porque Dios lo bendice. Yosef era un hombre atractivo. La esposa de Potifar provoca a Yosef, pero Yosef rechaza delicadamente sus avances. Al no lograr su objetivo, la mujer acusa falsamente a Yosef de abuso sexual. A pesar de insistir en su inocencia, Yosef es enviado a prisión.

En la cárcel, Yosef conoce a dos funcionarios del Faraón cuyas sentencias están pendientes. Una noche ambos tienen un sueño extraño. Yosef interpreta los sueños y anticipa que uno de ellos, el oficial encargado de la bebida del Faraón, será declarado inocente y regresará a su trabajo. Mientras que el otro oficial, el encargado de la comida de Faraón, será ejecutado. Yosef le solicita al primero que cuando esté libre y vea al Faraón, le cuente acerca de él y le pida que lo libere. Pero este funcionario, una vez que regresa a sus funciones, borra a Yosef de su mente.




TUTORIAL ¿Cuándo, cómo y dónde se encienden las velas de Janucá?

Hoy, jueves 7 de diciembre de 2023, por la noche (25 de Kislev de 5784), comienza la fiesta de Janucá. La celebración de Janucá se expresa principalmente a través del encendido de las velas. A continuación, presentamos brevemente las leyes y costumbres básicas de esta Mitsvá.

¿CUÁNDO HAY QUE ENCENDER LAS VELAS? La costumbre general es encender las velas al anochecer (tset hakojabim). Algunas comunidades, sin embargo, siguen la opinión de Maimónides (y la Guemará) que indica que las velas se encienden con la puesta del sol (shequiá), es decir, unos 15 o 20 minutos antes del anochecer. ¿Por qué algunos consideran la puesta del sol como el tiempo ideal para encender las velas de Janucá? Hasta no hace mucho tiempo atrás, la gente dejaba de trabajar con la puesta del sol y regresaba a su casa antes del anochecer. Esa media «hora» entre la puesta del sol y el anochecer era el «rush hour», la hora de más tráfico, ya que todo el mundo estaba en la calle regresando de sus negocios y ocupaciones a sus casas. Esa era, por lo tanto, la media hora ideal para maximizar la exposición de las velas de Janucá. Hay otra razón importante pero menos conocida: que al encender las velas antes del anochecer, se reconocía que esas velas se encendían por Janucá, y no para la iluminación ordinaria de la casa, para la cual se usaban velas. En nuestros días, si encendemos las velas con la puesta del sol (en el hemisferio Norte, la puesta del sol es muy temprano en esta época del año, en Nueva York, por ejemplo, la puesta del sol es alrededor de las 4.30 pm) debemos tratar de que las velas contengan suficiente aceite para mantenerse encendidas durante una buena parte de la noche, mientras la gente regresa de sus trabajos. Si uno no enciende las velas cuando comienza a caer la noche (shequiá o tset hakojabim), las podrá encender más tarde, cuando la familia está en la casa. El viernes, las velas se encienden antes de la puesta del sol, como, Bh, ya lo explicaremos.

¿DÓNDE SE ENCIENDEN LAS VELAS DE JANUCÁ? Encendemos las velas de Janucá como una declaración pública de reconocimiento y agradecimiento a HaShem por los milagros que hizo con nuestros antepasados. Por eso es que tratamos de que las velas de Janucá sean lo más visibles posible. Esto se llama pirsumé nisá, es decir: hacer público el milagro de Janucá. En los tiempos de la Guemará, cuando estas Halajot fueron legisladas, las ciudades eran muy chicas, tenían una sola calle principal. Las casas eran bajas y uniformes. En esos tiempos, la Janukiá o candelabro se colocaba afuera de la puerta de la entrada de la casa, a una altura de unos 80 cm. del suelo, en el lado opuesto a la Mezuzá. Ésta era la mejor forma de que las velas de Janucá fueran visibles para los que llegaban de sus trabajos a sus casas. Esta es la manera que el Talmud y el Shulján Aruj indican que debemos encender las velas de Janucá.

«Hoy en día, sin embargo, la disposición de nuestras casas y residencias es muy diferente, y es por eso que la mayoría de las familias colocan las velas de Janucá dentro de sus residencias, especialmente si viven en departamentos. Y para cumplir con la obligación de pirsumé nisá, cuando encienden las velas dentro de la casa, colocan la Janukiá detrás de una ventana que sea visible desde el exterior.

¿CUÁNTAS VELAS y JANUKIOT DEBEMOS ENCENDER? La costumbre en las comunidades Sefaradíes es encender una sola Janukiá por familia, y no una Janukiá por cada miembro de la familia. En muchas comunidades Ashkenazíes, la tradición es que cada miembro de la familia encienda su propia Janukiá. Si bien se acostumbra a ir encendiendo las velas de acuerdo al día de Januká (1 vela la primera noche, 2 la segunda, 3 la tercera, etc.), técnicamente, es suficiente encender una sola vela (más el shamash o vela accesoria) por familia cada noche de Janucá. Por lo tanto, en el caso de que uno no pueda encender las velas adicionales, con encender una vela por noche sería suficiente.

¿ACEITE O VELAS? Las velas que se utilizan en Janucá pueden ser de cera, parafina, etc., pero lo ideal es utilizar vasitos con aceite de oliva, ya que originalmente el milagro de Janucá sucedió con un jarro de aceite de oliva que duró por ocho días. Por otra parte, las velas de aceite suelen durar más tiempo que las velas normales, especialmente más que las pequeñas velitas de cera. La mitsvá de las velas de Janucá NO se puede realizar con luces eléctricas. Una Menorá eléctrica solo sirve como decoración, pero no para cumplir con la mitsvá de Janucá.

BENDICIONES El padre o la persona a cargo de la familia recita las siguientes tres bendiciones antes de encender la primera vela. Durante las noches siguientes, se recitará solamente la primera y segunda bendición.

בָּרוּך אַתָּה ה ‘ אֱ-לֹהֵינוּ מֶלֶךְ הָעוֹלָם, אֲשֶׁר קִדְּשָׁנוּ בְּמִצְוֹתָיו וְצִוָּנוּ לְהַדְלִיק נֵר (של) חֲנוּכָּה

בָּרוּך אַתָּה ה ‘אֱ-לֹהֵינוּ מֶלֶךְ הָעוֹלָם, שֶׁעָשָׂה נִסִּים לַאֲבוֹתֵינוּ, בַּיָּמִים הָהֵם בַּזְּמַן הַזֶּה

בָּרוּך אַתָּה ה ‘אֱ-לֹהֵינוּ מֶלֶךְ הָעוֹלָם, שֶׁהֶחֱיָנוּ וְקִיְמָנוּ וְהִגִּעָנוּ לַזְּמַן הַזֶּה

Después de encender las velas, decimos «Hanerot Halalu». Esta es la traducción: «Encendemos estas velas para [celebrar] los milagros y la salvación, y las maravillas y los portentos y el consuelo que concediste a nuestros padres en aquellos días en esta época del año, a través de Tus santos sacerdotes. Y durante los ocho días de Janucá, estas llamitas son consagradas [para la Mitsvá] y no se nos permite hacer un uso ordinario de ellas. Son solo para que las miremos con el fin de expresar nuestra gratitud y alabanza a Tu gran Nombre por Tus milagros, Tus maravillas y Tu salvación».

Al finalizar recitamos: Mizmor Shir Janucat haBayit leDavid … (Tehilim 30)
Para saber los horarios en su ciudad de residencia vea aquí  



Cartas de Lectores.

Quisiera transmitir en pocas lineas , lo que siento estos dias…Naci Catolica Apostolica Romana y fui criada como tal, en el Colegio de La Virgen Niña de Villa del Parque

Entre padres libres pensadores y monjas cálidas e inteligentes aprendí a amar la espiritualidad y la PAZ como bien supremo.

También a preguntarme o a educarme e investigar,
antes de emitir opinión sobre temas que no conozco
o que ignoro.

Occidente tiene en común la herencia filosófica y artística
de la cultura griega y la romana, las que se habían inspirado
en otras anteriores.

La primera nos dió muchos conceptos que todavía nos impactan,
pero entre su gente solo algunos vivían con privilegios.

Los romanos conquistaron gran parte del mundo conocido y fueron grandes constructores, ingenieros, artistas que no dudaron en alimentarse de lo que los conquistados les otorgaban pero que no escatimaban la violencia como modo de imponerse.

Pero alli, desde mucho antes, había una sociedad que sería
la base moral y ética de todo Occidente: el pueblo judío.

Cuando la vida del otro no tenía valor los judíos la privilegiaban.

Cuando la justicia era solo del poderoso los judíos inventaron el tribunal.

Cuando la solidaridad era desconocida, ellos crearon el diezmo;

Cuando el descanso de los hombres, de los animales
era para pocos ellos impusieron el Shabbat.

La tierra tambien debia descansar cada cierta cantidad de años.

Cuando la ley que se aplicaba era desproporcionada al desman
cometido, ellos lo solucionaron con el “ojo por ojo, diente por diente”.

Porque privilegian la vida y solo reaccionan en defensa propia .

Porque el cuidado al prójimo es la medida del amor a Dios;

Porque para ser Inscriptos en el Libro de la Vida se les exige
que sea el ofendido quien conceda el perdón, no Dios;

Porque cuando se esclavizaba a otros, ellos tenían obligación
de liberarlos a los 7 años y de no maltratarlos;

Porque los 10 Mandamientos son la base de cualquier sociedad
y nos dieron el Levítico como libro de ruta para ordenar la convivencia,
creo que el judaísmo es lo mejor que nos pasó en la historia de la humanidad.

Ante la violencia del terrorismo de Hamás y Hezbollah y el casi simultáneo
resurgimiento del antisemitismo no puedo menos que considerar que a la ignorancia se le agrega la envidia y la facilidad de poder atacar a una minoría a la que el mundo entero le debe los mayores adelantos humanos. tecnológicos, y científicos, desde siempre.

Si todos los pueblos de la tierra vivieran según las enseñanzas de la Torah, escrita en esa región donde vivieron por lo menos durante los últimos 3000 años
La Paz y el progreso serían una realidad de la que gozaría toda la humanidad

Graciela C.




Barej Alenu

En Shemini Atzeret (el octavo día de Sucot), añadimos en la Amida la oración «mashib ha-ruach umorid ha-geshem», alabando a HaShem por crear y dirigir el mecanismo de la precipitación (lluvia). Sin embargo, aún nos abstenemos de pedir a HaShem que nos conceda la bendición de la lluvia. ¿Por qué?

ISRAEL

Una vez que Shemini Atzeret termina, comienza la temporada de lluvias, y deberíamos estar pidiendo a Dios inmediatamente por la lluvia; sin embargo, nuestros Sabios pospusieron esta solicitud en recuerdo de los días del Bet haMiqdash (Templo). En aquellos tiempos, una vez que terminaban las festividades, la gente debía regresar a sus hogares, y para estos judíos que caminaban de regreso a casa, la lluvia no habría sido una bendición. Algunos de ellos vivían muy lejos, en los límites de la antigua Babilonia, y les tomaría hasta 14 días regresar a casa. Es por esto que en Israel, los judíos comienzan a orar por la lluvia dos semanas después de Shemini Atzeret, en la noche del séptimo de Cheshván. Mantenemos esta tradición para recordar los días gloriosos cuando nuestro hermoso Templo estaba en pie.

DIÁSPORA JUDÍA

En el momento en que se estableció esta norma, los judíos que vivían fuera de la Tierra de Israel no necesitaban la lluvia tan temprano, por lo que los Rabinos determinaron que en Babilonia, los judíos comenzarían a orar por la lluvia en el día 60 de la estación (tequfat) de Tishri, o el «otoño del calendario hebreo». Los Rabinos proporcionaron un número redondo para determinar el comienzo de cada estación del calendario hebreo. Una estación consta de 91 días, 7 horas y 30 minutos. Esto hace que cada año sea precisamente de 365 días y 6 horas de duración, aproximadamente 11 minutos más largo que el cálculo astronómico real de un año solar.

Por lo tanto, todos los judíos que viven fuera de Israel siguen la práctica de los judíos de Babilonia. En consecuencia, se ha convertido en una tradición para todos los judíos que viven en la Diáspora pedir lluvia en sus oraciones, como lo hicieron los judíos babilónicos. Basado en este cálculo, comenzamos a decir Barekh Alenu, este año 2023, a partir del 5 de diciembre por la noche.




JANUCA El emperador griego y el sacerdote judío

¿QUÉ SIGNIFICA JANUCÁ?

Este próximo jueves 7 de diciembre celebraremos Janucá, la festividad que nos recuerda lo que ocurrió hace un poco más de 2.000 años, cuando los judíos derrotamos al imperio griego-seleúcida, que decidió poner fin al judaísmo.

Fue la primera vez en la que un pueblo se rebeló, no para preservar su vida, sino para mantener sus valores religiosos. Los judíos de la resistencia, conocidos como Jashmonayim o Macabeos, se alzaron contra los griegos, lucharon contra ellos y, milagrosamente, los vencieron.

Cuando recuperaron el Bet haMiqdash, el gran Templo de Jerusalén, que había sido transformado en un santuario pagano para la adoración de los dioses griegos, los judíos lo purificaron y procedieron a su reinauguración, es decir, a dedicarlo nuevamente al servicio divino.

La palabra «Janucá» significa literalmente «inauguración» y nos recuerda este evento.

EL ACEITE Y LA ESPADA

Cuando se inauguró el Templo, los judíos solo encontraron una pequeña vasija de aceite puro que necesitaban para encender la Menorá, el candelabro que indicaba que el Templo estaba operando normalmente. Esta pequeña cantidad de aceite duró más de lo esperado y alcanzó hasta que se pudo preparar y transportar un nuevo aceite. Por este motivo, la celebración de Janucá se hace a través del encendido de 8 velas, una por cada noche de la festividad, como explicaremos más adelante.

Todo esto es muy conocido, pero es solo una parte muy pequeña de la historia completa de Janucá. El significado de esta festividad es muy profundo y relevante, ya que se relaciona con la lucha de nuestros antepasados y el enfrentamiento armado contra el enemigo para preservar la Torá en un momento en que el judaísmo estuvo a punto de desaparecer.

La heroica rebelión armada de Matitiyahu y sus hijos, sus milagrosos triunfos militares y cómo renacieron de las cenizas en esos tiempos tan difíciles no se enseña en nuestras comunidades y escuelas. ¿Por qué? Durante 200 años, desde que los Jashmonayim establecieron un estado judío independiente en el año 145 antes de la era común y hasta el año 68 de la era común, que perdieron la independencia y pasaron a ser súbditos del imperio romano, los judíos celebrábamos todas estas festividades en las fechas indicadas.

Pero una vez que perdimos nuestra independencia, estas festividades, registradas en Meguilat Ta’anit, fueron canceladas, y solo preservamos la festividad de Janucá y el milagro del aceite, que puede ser visto desde un sentido más espiritual que «nacional». El recuerdo de la milagrosa gesta y victoria militar de los Macabeos fue preservado en la oración «al hanisim», que mencionamos en nuestra Tefilá durante Janucá. En esa oración expresamos nuestra convicción de que todas nuestras victorias militares fueron posibles gracias a la intervención divina.

Relataré la historia de Janucá en ocho capítulos, enfatizando los detalles de la epopeya militar de los Jashmonayim. Recomiendo que durante Janucá se lea un capítulo cada noche después de encender las velas, y así nuestros corazones se llenarán de orgullo. Nos inspiraremos a agradecer al Creador «al hanisim» por los milagros que hizo a nuestros antepasados y rezar para que siga haciéndolo con nosotros y nuestros hermanos en Medinat Israel.

«על הנסים ועל הפורקן ועל הגבורות ועל התשועות ועל המלחמות שעשית לאבותינו בימים ההם בזמן הזה»

ALEJANDRO MAGNO

EL EMPERADOR Y EL SACERDOTE
Cuando tenía poco más de 30 años, Alejandro Magno se convirtió en uno de los más grandes conquistadores en la historia de la humanidad. Alrededor del año 330 a.e.c (antes de la era común), los ejércitos de Grecia y Macedonia bajo su mando derrotaron a las fuerzas del poderoso imperio persa, con el que había estado en guerra desde la época de Ajashverosh (Jerjes, 480 a.e.c). Los dominios de Alejandro se extendían desde Grecia hasta la India, ocupando todo el Medio Oriente. Cuando Alejandro Magno visitó la tierra de Israel, llegó a Jerusalem y exigió lo que se consideraba en ese entonces un gesto normal de sumisión por parte de los pueblos que formaban parte de su nuevo imperio: erigir la estatua de Zeus, el dios superior de los griegos, en el santuario principal de la ciudad. Es decir, en el Bet HaMiqdash o Gran Templo de Jerusalem. Para todos los pueblos politeístas, honrar a dioses extranjeros que otorgaron el triunfo era un acto de sumisión y por lo tanto los pueblos sometidos al reino de Alejandro habían adoptado los dioses del nuevo emperador sin oponer resistencia. ¿La única excepcion? Los judíos.NO TENDRÁS NINGÚN OTRO DIOS…
Nuestros antepasados ​​se negaron absolutamente a servir y adorar ídolos. Y rechazaron el pedido del joven emperador griego de colocar la estatua de un ídolo pagano en el Bet haMiqdash. ¿Por qué? Porque el monoteísmo no solo consiste en la afirmación de que creemos en «un Dios». El monoteísmo judío también incluye la negación de otros dioses. Como dice el segundo mandamiento: «No tendrás [no creerás en] ningún otro dios además de mí». Para tratar de convencer al emperador de que la negación a adorar a sus dioses no equivalía al rechazo de su reinado, una delegación de judíos, encabezada por Shimon haTsadiq, el Gran Sacerdote, se organizó para encontrarse con él. Los judíos le explicaron a Alejandro que el monoteísmo judío demanda “exclusividad de culto», algo que era difícil de entender para los pueblos de la antigüedad. Los judíos también clarificaron a Alejandro que si él no aceptaba su explicación y quisiera tomar medidas contra los judíos, ellos no ofrecerían ninguna resistencia armada. Aceptaban al nuevo emperador y estaban dispuestos a sacrificar sus vidas pacíficamente –‘al Quiddush HaShem– con tal de no llevar a cabo la demanda de adorar otros dioses o introducir un ídolo en el Templo. Además, según una famosa leyenda, los judíos ofrecieron, como signo de sumisión y reconocimiento al emperador, que todos los niños judíos nacidos ese año fuesen nombrados «Alejandro» en honor al nuevo emperador. Alejandro Magno aceptó la explicación de los judíos y renunció a su demanda de erigir un monumento a su dios en Jerusalem, y para sorpresa de todos,  comenzó a interesarse en el judaísmo.

MONOTEÍSMO Y ANTISEMITISMO
Los generales y los consejeros de Alejandro interpretaron el rechazo de los judíos a los dioses griegos no desde punto de vista religioso sino político y demandaban a Alejandro la destrucción de Jerusalem y la aniquilación de los judíos.

Sus argumentos eran los siguientes:

1. No se debe tolerar que los judíos no acepten la coexistencia de su Dios con otros dioses «¿Qué tiene de malo que nuestro dios esté junto con el Dios de los judíos?», razonaban. «¡Ningún otro dios pagano exigía exclusividad! ¿Por qué tolerar que los judíos se comporten de esa manera?» La negativa de los judíos a aceptar  otros dioses era interpretada o como un signo de rebelión o en el mejor de los casos como un gesto de arrogancia, y esa falsa interpretación generaba odio y resentimiento contra los judíos.

2. Los judíos no solamente se niegan a aceptar a los dioses del vencedor, reclamaban los asesores de Alejandro, sino que también quieren seguir obedeciendo las leyes de su propio Dios ¡y se niegan a reemplezarlas por las leyes de los soberanos griegos!   Esto también era algo que los fastidiaba a los griegos. En tods las demas culturas paganas a los dioses se los consultaba para adivinar el futuro o se le ofrecían sacrificios para apaciguarlos, pero los dioses paganos no revelaban leyes o mandamientos. ¡Dictaminar leyes era la prerrogativa «del rey», no de los dioses! Los judíos, sin embargo, rechazaban las leyes de los reyes humanos y seguían una Ley que Divina proclamando a Dios como su rey.  Los asesores de Alejandro aconsejaban convencer a los judíos a obedecer las leyes de los vencedores amenazándolos con la pena de muerte, como hizo 140 años más tarde Antiojus Epifanes.

PROTECTOR DE LOS JUDÍOS
Contra toda lógica contemporánea, Alejandro Magno no escuchó a sus consejeros. Aceptó la explicación de los judíos y no los castigó por su desobediencia. Por el contrario, el monarca griego comenzó a estudiar la Torá, el monoteísmo y la naturaleza del Bet haMiqdash, guiado por su maestro Shimón HaTsadiq. Y lejos de buscar persuadir a los judíos para que dejaran su religión, les otorgó derechos especiales para que pudiesen seguir respetando su religión en todos los ámbitos de su imperio.

Así, Alejandro Magno se convirtió en el protector de nuestro pueblo.

Algunos ejemplos,
1. Como todo emperador, Alejandro exigía que cada nación sometida a su imperio enviase refuerzos militares para servir en sus ejércitos. Los judíos, que también fueron reclutados, tenían su propio batallón que servía en las filas del ejército griego.  Para acomodar las ncesidades de los soldados judíos, Alejandro ordenó que se les permitiera practicar su religión en términos de su dieta alimenticia –Kashrut –y la observancia del descanso sabático (Shabbat).

2. Se ha encontrado una carta en la que Alejandro solicita que se entregue un aceite especial “kosher” a los soldados judíos en Antioquia; ya que los judíos no podían consumir el aceite común (considerado en ese entonces impuro o tamé).

3. También se encontró documentación donde Alejandro Magno instruye a sus generales a que eximan a los soldados judíos de participar en la construcción de un templo pagano en Babilonia (Bickerman).

La actitud amistosa de Alejandro Magno hacia el pueblo judío, y particularmente el hecho  que haya aceptado que su dios no fuese introducido en el Templo de Jerusalem, debe ser considerado en mi opinión,  como uno de los milagros de Janucá    

Rabino Yosef Bitton



¿Quién no quiere un cese al fuego en Gaza?

Israel está abocado a una operación militar que es básicamente una misión de rescate. Hamas ha invadido israel, ha violado, torturado, herido y masacrado miles de civiles israelíes y mantiene secuestrado en su poder más de 100 israelíes en Gaza.

Israel tiene como uno de sus objetivos militares la liberación de los israelíes civiles secuestrados y los soldados que han sido tomados como prisioneros de guerra.

Israel ha asegurado a Hamas que si libera a los rehenes habrá un cese al fuego. Extraoficialmente, un día de cese al fuego por cada 10 rehenes liberados.

Increíblemente, HAMAS no quiere liberar a los israelíes secuestrados!  Es Hamas el que no tiene interés en un cese al fuego. Entonces, por que Hamas no devuelve a los secuestrados?Pero, es a Israel a quien cínicamente se presiona en todos los foros internacionales para que haga un cese al fuego SIN OBTENER LA LIBERTAD DE LOS ISRAELÍES SECUESTRADOS.

Hay que poner la presión sobre quién corresponde: HAMAS

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx




VAYISHLAJ: Una respuesta proporcional a la masacre de Hamás

VAYISHLAJ: Israel y sus guerras desproporcionadas

LAS NACIONES, UNIDAS CONTRA ISRAEL

La mayoría de las naciones del mundo critican y demonizan sistemáticamente a Israel cuando Israel se defiende de ataques terroristas. Y cuando el crimen de los enemigos de Israel es tan grande que ya no pueden justificar el llamado a la pasividad de Israel, utilizan uno de sus argumentos favoritos: “Israel debe defenderse en proporción al crimen al que fue sometido”. Este aberrante argumento que las naciones del mundo sólo utilizan en su permanente vocación de deslegitimar y demonizar a Israel es una invitación al enemigo a continuar con su agresión. Israel, por supuesto, no puede escuchar estos reclamos de las naciones que, aunque no lo digan abiertamente, desean fervientemente la desaparición del Estado judío.

Quiero presentar un episodio histórico (un crimen y la reacción ante ese crimen) del que nos habla la Parashá Vayishlaj de esta semana en el capítulo 34 del Génesis. Veamos qué lección podemos aprender de esta historia.

LA PELIGROSA INOCENCIA DE DINA

Jacob y sus hijos finalmente se restablecen en la tierra de Israel. Están cerca de la ciudad de Siquem. Un día, Dina, la única hija de Yaakob y hermana de doce niños, visita el pueblo vecino para intentar conocer a las chicas locales. Es joven y ha salido sola sin la protección de sus valientes hermanos. Dina, equivocadamente, no tiene miedo, porque fue criada en un lugar seguro para una mujer: la casa de Yaakob. Ella no es consciente del comportamiento de los hombres en esos lugares. El error de Dina, como les ha ocurrido a muchas víctimas decentes de crímenes, fue proyectar sus valores morales en personas sin moral. Y es por eso que terminó en sus viciosas manos.

El nombre del atacante era Shejem  (se llamaba como su pueblo). Era el hijo del rey Hamor. Este príncipe, a quien efectivamente no le faltaba nada, vio a la joven judía Dina, “la tomó por la fuerza, la sometió y la violó”. Y tras violarla, se obsesionó con Dina y la secuestró.

La familia de Jacob se entera de lo que está pasando. Los hijos de Israel “están tristes y enojados” por la abominación cometida por este pueblo. Mientras tanto, el joven titulado le pide a su padre que “le consiga a esta chica como esposa” (קַח לִי אֶת הַיַּלְדָּה הַזֹּאת לְאִשָּׁה). El rey Hamor ofrece dinero a la familia de Jacob para quedarse con Dina: “Ustedes fijan el valor de la dote”, les dice, “y yo os la pagaré”. Pero los hijos de Jacob tienen un plan diferente. Engañan al rey con palabras que él entiende: “Estamos dispuestos a unirnos a tu pueblo en matrimonio y comercio. Pero con una condición: primero, estar circuncidados”. Los habitantes de Shejem, pensando en los beneficios futuros, se someten a una circuncisión masiva.

EL PODER DE LA DISUASIÓN

Al tercer día después de la circuncisión, que es cuando el dolor es más evidente, Shimón y Leví, hermanos de padre y madre de Dina, realizan una operación militar de rescate: atacan la ciudad, que era incapaz de defenderse y matan a todos los hombres. , destruyen la ciudad y finalmente rescatan a su hermana Dina del cautiverio.

La reacción de los hijos de Jacob no fue proporcional al crimen que sufrieron. Jacob objetó lo que hicieron sus hijos (sigo en esta explicación la opinión del rabino David Qimji) y les dijo: “¡Me estáis destruyendo! Me has puesto en peligro delante de todas las naciones de esta región ya que ahora se van a unir entre sí, atacarnos y eliminarnos a mí y a toda mi familia”. Ya’akob, explica el rabino Quimchi, temía la posible reacción violenta de sus vecinos, que eran mucho más numerosos que su familia y podían fácilmente atacarlo y destruirlo. Sus hijos, quienes, según el rabino Qimchi, mostraron más coraje que Jacob, dijeron a su padre: «¿Vamos a permitir que traten a nuestra hermana como a una prostituta?»

¿QUIÉN TENÍA RAZÓN?

El capítulo anterior termina sin un veredicto final de la Torá sobre este argumento: ¿hicieron lo correcto los hermanos al atacar desproporcionadamente a los habitantes de Shejem?

Para encontrar un veredicto indirecto pero inequívoco, debemos seguir leyendo el siguiente capítulo, el 35.

La familia de Jacob se prepara para abandonar el lugar. Cuando levantan el campamento y están a punto de partir, saben que es un momento de extrema vulnerabilidad. Sería natural que sus enemigos los atacaran entonces. Jacob lo sabe. Hay tensión en el aire. El versículo 5 lo dice todo en una palabra, «VAYISAU». “Y comenzaron su viaje”. Luego, hay casi un punto final (atnach), creando suspenso y expectativa sobre lo que hará el enemigo a continuación. Luego, la Torá dice con su habitual economía de palabras: “Pero las naciones de la región estaban poseídas por un temor ‘divino’ (sobrenatural) y no persiguieron a la familia de Jacob”.

La reacción desproporcionada de Shimón y Leví tuvo el efecto deseado: persuadió a las naciones de la región de que estos judíos eran impredecibles y no era prudente meterse con ellos. La Torá emitió así su veredicto: una respuesta proporcional podría haber puesto en peligro a Jacob. La respuesta desproporcionada de Shimon y Levi creó un elemento disuasorio para todo el vecindario hostil.

SHIMON LEVI Y EL EJÉRCITO DE ISRAEL

Como mencioné en ocasiones anteriores, la historia actual del pueblo judío, especialmente desde 1948, es como un déjà vu bíblico: se siente que ya hemos vivido experiencias similares que están grabadas en nuestra memoria genética bíblica. Vemos cómo el patrón de comportamiento de nuestros enemigos (violencia, indignación, secuestro) se repite exponencialmente. Pero quizás también podamos aprender de los acontecimientos bíblicos un par de cosas sobre la respuesta adecuada a la masacre shoática del pasado 7 de octubre: Israel no tiene que reaccionar proporcionalmente a la masacre. Israel debe responder de una manera no proporcionada que impida que Hamás u otros enemigos de Israel repitan este crimen. Israel debe reaccionar de una manera que cree un «disuasivo sobrenatural entre nuestros implacables enemigos». No hay otra manera.

Mi amigo Mordejai Kedar ya lo dijo: los funcionarios libaneses advirtieron a Hezbollah que no se metiera con Israel cuando vieron la destrucción de la ciudad de Gaza. ¡No quieren que Beirut se parezca a Gaza! Y las palabras que usaron fueron: «Israel se volvió loco. Los israelíes están peligrosamente locos». La respuesta no proporcional disuadió al enemigo y le hizo pensar dos veces antes de atacarnos. Si Israel no destruye a Hamás, si no aprende una lección completamente humillante, corre el riesgo de ser atacado por Hamás y nuestros demás vecinos.

Israel, al igual que los hijos de Jacob, no sólo tiene que ser el tipo más musculoso en el vecindario de Medio Oriente sino también el más impredecible si es atacado. La no proporcionalidad de la respuesta al ataque del enemigo es la estrategia existencial para el futuro del Estado judío.

AMOR A LA MUERTE

Hay una razón adicional por la que Israel no puede defenderse proporcionalmente contra un enemigo como Hamás. Es un tema muy delicado, incomprendido por la mayor parte del mundo y del que Hamas abusa cínicamente como material de propaganda. Tiene que ver con la total asimetría moral entre judaísmo y yihadismo respecto al valor de la vida.

Este tema, absolutamente fundamental para comprender las fenomenales vulnerabilidades de Israel, fue formulado magistralmente por el periodista estadounidense Charles Krauthammer, fallecido hace unos años. Escribió las siguientes palabras en enero de 2009, cuando Israel luchaba contra Hamás en respuesta a una serie de ataques suicidas y al asesinato de tres jóvenes israelíes. Después de una incesante presión internacional sobre las víctimas palestinas, Israel tuvo que suspender su ataque y dar marcha atrás:

«Algunos conflictos geopolíticos son moralmente complicados. La guerra entre Israel y Gaza no lo es. Posee una claridad moral que no sólo es rara sino insoportable. […] Para Hamas, lo único más preciado que los judíos muertos son los palestinos muertos».

Krauthammer explica lo inconcebible: que Hamás «celebre» el martirio, la muerte de sus civiles, no sólo porque, según su religión, heredan un paraíso sexual en el más allá, sino también porque su muerte es un factor crítico en la Jihad, crea un elemento precioso y «preciado» que pone a Israel de rodillas, cuando el ejército judío está a punto de derrotar a Hamas, debido a una tremenda presión internacional.

La idea de que la muerte de los propios ciudadanos sirve como herramienta de presión en el ámbito internacional es muy difícil de digerir para una persona con moralidad occidental. Pero explica, por ejemplo, por qué Hamás no tiene problemas para esconderse detrás de civiles o almacenar arsenales en hospitales y escuelas o por qué los combatientes de Hamás abrieron fuego contra su población cuando abandonaban el norte de Gaza mientras Israel, irónicamente, protegía a los civiles con sus tanques.

La respuesta proporcional y aún aborrecible que siempre proponen nuestros enemigos políticos: «Debería matar a una persona de tu lado por cada persona que mates a mi lado», nunca disuadirá a un movimiento que abraza el martirio de la Jihad. Incluso si la proporción es mayor: 10 x 1 o 100 x 1, esto no hará que Hamás deponga las armas y se rinda, ya que para los yihdistas, la muerte que la Jihad causa a los civiles está moral y religiosamente justificada, siempre que puedan ser atribuido al ejército sionista y sirve para exacerbar la opinión pública internacional con cínicas afirmaciones de genocidio.

Las siguientes palabras de Ismail Haniyeh, uno de los líderes actuales de Hamás, lo explican todo: «Nosotros [Hamás] amamos la muerte en la misma medida que nuestro enemigo [Israel] ama la vida».

TIERRA > VIDA

Pero si la muerte de sus combatientes y civiles (15.000, 20.000 o más) no significa una derrota para Hamás, ¿cuál debería ser la respuesta de Israel para disuadir al enemigo terrorista? Según el periodista israelí Guy Bechor, la única respuesta aleccionadora al terrorismo y el único castigo significativo y realmente «proporcional» que Hamás debería sufrir, más allá de perder su poder político, es perder parte de sus territorios en Gaza. ¿Por qué? Porque para la narrativa yihadista palestina, la tierra es lo único más preciado que la vida. Perder parte de us territorio, Nakba,  sería la peor pesadilla de Hamás. La recuperación de Gush Katif y la creación de cinturones de seguridad territoriales de 4 o 5 kilómetros de ancho por parte de Israel representarían la derrota más significativa para Hamás y un elemento disuasorio de dimensiones bíblicas para todos los pueblos de la región. 

Espero y rezo para que esta respuesta, la única respuesta «proporcional» a la masacre del 7 de Octubre en el lenguaje de Hamás, sea parte de los planes de Netanyahu para el día después de la guerra.




Resumen de Parasha VAYISHLAJ

LA PARASHA EN 5 ACTOS

  1. Jacob regresa a la tierra de Israel después de haber estado 20 años en la casa de su tío Laban, en la ciudad de Jarán (al sur de Turquía). Al llegar a Israel, Jacob le envía emisarios a Esav, su hermano, para avisarle de su regreso. Los mensajeros le informan que Esav, quien había jurado matar a Jacob por haberle quitado su primogenitura, está llegando con 400 hombres (armados?). Jacob sospecha lo peor y se prepara estratégicamente. Divide su familia, por si Esav lo ataca; le reza a Dios pidiéndole Su protección y le envía un generoso regalo a Esav, cientos de animales, para tratar de apaciguarlo.
  2. Jacob pasa la noche cruzando el río y trasladando a su familia y a sus bienes de un lado al otro del río. Antes de cruzar por última vez, se enfrenta con un ángel (o un hombre enviado por Dios), lucha con él y lo derrota. Jacob adquiere su nuevo nombre “Israel” que significa «el que lucha contra quien es más fuerte que él y prevalece”.
  3. Jacob y Esav finalmente se encuentran. Jacob se arrodilla 7 veces ante Esav, en acto de sumisión y tratándolo con el máximo honor y deferencia posible. Los hermanos al final se reconcilian y se saludan afectuosamente. Esav invita a Jacob a vivir con él, pero Jacob muy diplomáticamente, rechaza la invitación .
  4. Jacob viaja a Sukkot, llega a Shejem y adquiere un terreno cerca de la ciudad. Su hija Diná es secuestrada y violada por el príncipe heredero de Shejem. Dos hijos de Jacob, Shimón y Levi convencen a los habitantes de Shejem a circuncidarse. Y luego, aprovechando su convalecencia, destruyen la ciudad y a todos los hombres de la misma.
  5. Jacob deja Shejem y se dirige a Bet-El. Dios se revela a Jacob y le promete que él heredará la tierra de sus padres. Jacob construye un altar. Rajel, su amada esposa, muere al dar a luz a su segundo hijo, Binyamín, y es enterrada en una tumba cerca de Bet Lejem. Jacob finalmente llega a Hebrón y se encuentra con su padre Isaac (su madre ya había fallecido) quien muere a la edad de 180 años. La Parashá termina mencionando a las esposas, hijos y 11 descendientes de Esav, que fundan la nación de Edom.



VAYISHLAJ: La magia del nombre Israel

Cuando nuestro patriarca Ya’aqob luchó con un ángel y lo derrotó, el ángel lo bendijo. Parte de esa bendición fue el cambio de su nombre. A partir de ese momento Ya’aqob dejó de llamarse Ya’aqob y su nombre fue ISRAEL. ¿Qué significa Israel? Los comentaristas bíblicos están divididos.  Mi explicación favorita, que no voy a fundamentar exhaustivamente en este momento, es que Israel significa:  «el que se enfrenta ( o es atacado, como le pasó a Ya’aqob) y pelea con hombres y comunes o poderosos, y prevalece, con la ayuda de HaShem» . («Isra»: prevalecerá, «E-l», con la ayuda de haShem»). Este es el nombre que alentó a Ya’aqob cuando tuvo que enfrentarse en lo que podría haber sido un combate a muerte con su hermano Esav. Israel pasó a ser no sólo el nuevo nombre de nuestro patriarca Ya’aqob sino que por extensión se transformó en el nombre de la nación judía. Nos llamamos el Pueblo de «Israel». Y creo que pocos nombres podrían definir al pueblo de Israel de una manera tan precisa.
Pero más allá de este hermoso significado ¿Por qué el pueblo judío adoptó solamente el nombre del último patriarca? ¿Por qué no nos llamamos el pueblo de Abraham, en honor al fundador del pueblo judío ?  O a lo mejor tendríamos que honrar a Itzjaq, que representa a la generación intermedia, la  más difícil de mantener. Algo más: la judeidad de una persona se establece vía materna.  O sea que para el judaísmo es la madre quien determina la religión de sus hijos.  Y si la madre es tan importante en la determinación de la judeidad ¿por qué no nos llamamos el «Pueblo de Sará» o de Ribqá o de Rajel o de Leá? En otras palabras: ¿Por qué nos llamamos ISRAEL y dejamos de lado a todos los demás patriarcas y matriarcas?
Observemos cuidadosamente la palabra ISRAEL, en hebreo ישראל. Y encontraremos algo maravilloso (e increíblemente poco difundido)  que difícilmente puede ser atribuido a una «interpretación» arbitraria o a una «casualidad»: El nombre ISRAEL, en hebreo, contiene las iniciales de TODOS nuestros 7 ancestros: los 3 patriarcas y las 4 matriarcas. 
Veamos: La primera letra YOD es la inicial de Itzjaq y de Ya’aqob. La segunda letra, SIN, es la inicial del nombre de nuestra primera matriarca Sará.  La RESH corresponde a la primera letra de Rajel y de Rivká.   La letra ALEF es la inicial de Abraham y finalmente, la letra LAMED, es la primera letra de nuestra matriarca LEAH.  Lejos de excluir a los nombres de los otros patriarcas ISRAEL es el nombre perfecto para nuestro pueblo, que incluye a nuestros 3 patriarcas y 4 matriarcas.