La esclavitud en Egipto y la Shoah en Europa

ÉXODO 1:11
Entonces los egipcios impusieron [trabajos forzados a los hebreos] y capataces que [los obligaban a trabajar] para debilitarlos con dura labor. Y los hebreos construyeron para el faraón las ciudades fortificadas de Pitom y Ramsés.


IMPUESTOS

En la primera fase de la “solución final” de Faraón, el pueblo de Israel no fue técnicamente esclavizado. De hecho, en Éxodo 1:11–12 no se menciona la palabra “esclavitud” ni “cautiverio”. Sin embargo, el texto hebreo enfatiza la palabra missim, es decir, “impuestos”. En efecto, los israelitas trabajaron para el faraón en la construcción de Pitom y Ramsés. Pero esta forma de trabajo forzado era un procedimiento legal legítimo: una forma de pagar impuestos al gobierno. El faraón, como soberano, tenía todo el derecho de exigir a sus súbditos cualquier servicio: alistarse en el ejército para defender su territorio o trabajar en proyectos de construcción que él considerara necesarios.

Como vimos en el discurso del faraón, los hebreos eran considerados extranjeros; por lo tanto, debían contribuir con trabajo manual en lugar de servir en el ejército egipcio. En esta primera fase, el trabajo consistía en edificar las ciudades de Pitom y Ramsés, que según la interpretación más aceptada eran fortificaciones militares. Estas no se construían con ladrillos de barro, sino con piedras talladas. Es probable que en ese tiempo los hebreos trabajaran en las canteras extrayendo piedras, tallándolas y transportándolas para las construcciones.

Aunque estos impuestos laborales para extranjeros eran comunes, el objetivo detrás de este trabajo forzado a los hebreos no era económico: era un plan genocida, como analizaremos a continuación.


GENOCIDIO

Cuando el faraón pronunció su infame discurso (Éxodo 1:9–10), advirtió a su pueblo sobre la supuesta amenaza que representaban los hebreos y propuso un plan estratégico para (haba nitchakema lo) debilitarlos económica y demográficamente. Les impuso trabajos en la construcción de Pitom y Ramsés, obligándolos a abandonar sus ocupaciones y dormir en los campos, lejos de sus esposas. De esta manera sofisticada y no violenta, el poder y la tasa de natalidad del pueblo hebreo se reducirían significativamente.

Sin embargo, como lo indica el versículo siguiente, el plan del faraón no tuvo los resultados esperados.


ÉXODO 1:12
Pero cuanto más los oprimían, más se multiplicaban y crecían. Y los egipcios temían a los hijos de Israel.

El plan de Faraón fracasó. El pueblo de Israel no se debilitó, sino que se fortaleció y siguió creciendo. En este punto, el faraón decide iniciar la segunda fase de su plan: la esclavitud.


ÉXODO 1:13
Entonces los egipcios esclavizaron a los hijos de Israel con parej.

Por primera vez, el texto menciona la palabra vaya’abidu —esclavizar— seguida de una palabra crucial: parej, que significa esclavitud total, es decir, sumisión incondicional e indefinida del esclavo a su amo.

Para comprender mejor esta fase, recordemos la fase anterior: “impuestos”. Los hebreos tenían una tarea asignada: construir los proyectos del faraón. Seguramente debían pagar ellos mismos los materiales, pero probablemente podían contratar obreros que hicieran el trabajo por ellos. Y, lo más importante, al terminar el proyecto, podían volver a sus vidas.

Pero en la segunda fase, parej, ya no se les asignaba un proyecto específico. Ahora, debían servir directamente a los egipcios. El faraón los declaró “enemigos del pueblo”. Fueron capturados, encadenados y entregados a civiles egipcios para trabajar para ellos, día y noche. Estaban completamente a merced de sus nuevos amos egipcios, que tenían control total sobre sus vidas.


LOS VERDUGOS VOLUNTARIOS DEL FARAÓN

Visualizar este escenario resulta difícil desde la comodidad de nuestras vidas modernas. Solo logré pensar más realísticamente sobre este tipo de esclavitud al recordar la Shoá. La primera vez que vi una comparación entre la esclavitud en Egipto y el Holocausto fue en el libro de Elie Wiesel Job: Ou Dieu dans la tempête. Siguiendo esa línea, en esta segunda fase, las casas, propiedades y bienes de los hebreos fueron confiscados por el gobierno y entregados al faraón. Hombres, mujeres y niños fueron capturados, humillados, llevados a “guetos”, al estilo de los judíos europeos en 1940. Pero en lugar de campos de concentración, fueron entregados a civiles egipcios como mano de obra gratuita.

Esta idea —que los hebreos no trabajaban para el gobierno, sino que fueron entregados a egipcios comunes— fue señalada por el rabino Meir Wisser, el Malbim (Rusia, 1809–1879). Él explica que la palabra “Mitsrayim” no se refiere en este caso al gobierno de Egipto, sino a los egipcios como individuos: “Y los egipcios esclavizaron a los hijos de Israel.” Es decir, como lo describe Daniel Goldhagen en su libro Los verdugos voluntarios de Hitler, los civiles comunes también fueron cómplices. El Malbim escribe: “Los hebreos ya no trabajaban para el monarca, sino para la población general. Eran esclavos de los esclavos del faraón, y estaban obligados a hacer cualquier trabajo que un egipcio les exigiera.”


ÉXODO 1:14
“Y [los egipcios] amargaron sus vidas con durísimo trabajo, [como extraer] barro y hacer ladrillos…”

Este versículo describe la manera sádica y brutal en que los egipcios trataron a sus esclavos hebreos. El texto bíblico utiliza aquí la palabra vayimareru, “y amargaron sus vidas”. De esa palabra proviene maror, las hierbas amargas que comemos en la noche del Séder de Pésaj para recordar la amargura de la esclavitud en Egipto.

Pero, ¿cuál era la fuente de esta animosidad? Generalmente, un amo cuida a su esclavo. Los esclavos africanos traídos a América eran vendidos a precios elevados. Aunque eran explotados, también se les cuidaba por conveniencia: eran propiedad valiosa.


¡TRABAJO HASTA LA MUERTE!

Sin embargo, los hebreos en Egipto fueron tratados con amargura, rencor y odio. Había algo profundamente personal en este maltrato. Una posible explicación: durante décadas, desde la época de Yosef, los hebreos vivieron con privilegios en la fértil región de Goshen. Es posible incluso que algunos egipcios trabajaran para ellos. Ahora, el faraón los acusó de haberse enriquecido a costa del pueblo egipcio (ran veatsum mimenu). Faraón les da a los egipcios esclavos judíos —¡posiblemente sus antiguos amos! Para los egipcios, esto fue una venganza. Los hebreos estaban totalmente a merced de amos resentidos, que buscaban hacerlos sufrir, tanto física como psicológicamente.


LOS TRABAJOS MÁS INSALUBRES

La esclavitud en Egipto no fue una esclavitud “económica”. Los hebreos eran considerados enemigos del pueblo. Se les asignaban los trabajos más peligrosos y mortales, aquellos que ningún egipcio quería hacer. La Torá menciona jomer ulebenim, barro y ladrillos. Uno de los trabajos más agotadores de Egipto. Se hacía mezclando barro, limo del Nilo y estiércol. Esa mezcla se pisaba durante 4 o 5 días hasta que fermentaba. Luego se le agregaba paja para dar consistencia. Todo esto se realizaba en los pantanos del Nilo, infestados de cocodrilos, hipopótamos, mosquitos, bajo un sol abrasador.

Maimónides explica que nuestros Sabios instituyeron la Mitsvá del jaroset en el Séder de Pésaj para recordar esas imágenes traumáticas. La pasta marrón recuerda el color y textura del barro; el vinagre, la amargura o las lágrimas del cautiverio; y los tebalin —hierbas o especias finamente cortadas— representan la paja. Esa labor se convirtió en un trauma nacional imborrable.


LA SHOÁ EGIPCIA

El objetivo final de la esclavitud egipcia, abodat parej, era el mismo que el de la Shoá europea. La vida de un judío en Egipto, como en la Europa de los años 40, no valía nada. Ni siquiera el valor de su trabajo. Los hebreos eran como prisioneros de campos de concentración: debían trabajar hasta morir. No había enfermerías para los enfermos o heridos. Si un esclavo caía, era reemplazado. El fin no era la productividad, sino la eliminación.

Y una última observación escalofriante: esta esclavitud mortal tenía un nombre especial en hebreo: abodat parej. Increíblemente, en alemán también tenía un nombre específico: Vernichtung durch Arbeit, “exterminio por medio del trabajo”.

Esta horrorosa expresión describe exactamente la práctica de los nazis en los campos de concentración con los judíos que no eran enviados directamente a las cámaras de gas: los hacían trabajar hasta morir.

Según Wikipedia, el “exterminio mediante el trabajo” fue una práctica sistemática en los campos nazis para asesinar prisioneros por medio del agotamiento físico extremo.

Esta expresión no nació en Egipto, pero la realidad que describe está presente desde nuestra memoria nacional más temprana. Cuando nos sentamos en el Séder y observamos la textura del jaroset, no solo recordamos la esclavitud, sino que damos testimonio de un intento sistemático por erradicarnos… y del milagro de nuestra supervivencia.




La prohibición de poseer Jamets durante Pésaj

Uno de los elementos que hacen que la prohibición de Jamets sea excepcional es que, a diferencia de otros alimentos prohibidos por la Torá, la prohibición de Jamets incluye también la restricción de su posesión. Vamos a explicar detalladamente este tema, ya que no es muy conocido.

Hay tres mitsvot en la Torá relacionadas con la prohibición de Jamets, que NO se refieren a comer Jamets:

  1. bal yeraé, lit. “Tu Jamets no será visto en tu propiedad” (Éx. 13:7).
  2. bal-yimatse, lit. “Tu Jamets no será encontrado en tu propiedad” (Éx. 12:19).
  3. tashbitu: “Durante la víspera de Pésaj eliminarán el Jamets de sus propiedades” (Éx. 12:15).

La Torá shebe’al pe, es decir, la tradición halájica, explica que los primeros dos versículos, esas dos prohibiciones, se consideran una sola e idéntica prohibición: “poseer” Jamets durante Pésaj (el énfasis está en el pronombre posesivo: “Tu” Jamets… que tanto se repite).

Maimónides consagra casi un capítulo entero, el capítulo 2 de Hiljot Jamets uMatsá, para explicar este concepto. Entre otras cosas aclara que, aunque el Jamets se encuentre fuera de mi residencia, si ese alimento Jamets me pertenece, estoy transgrediendo esas dos prohibiciones bíblicas. En Halajá 2, dice:
“… si el [alimento] Jamets pertenece a un individuo judío, a pesar de que ese Jamets esté enterrado, o se encuentre en otra ciudad, o se lo haya entregado a un gentil para que lo cuide, se estará violando [los mandamientos]: “[Jamets] no será visto…” y “[Jamets] no será encontrado.”
En otras palabras, lo que está prohibido por estos dos pesuqim es “poseer” Jamets, independientemente de dónde se encuentre ese alimento Jamets.

También tenemos una tercera mitsvá llamada tashbitu:
“Durante el primer día [la víspera de Pésaj] eliminarán el Jamets de sus propiedades” (Éx. 12:15). Una vez más, la Torá shebe’al pe explica que esta mitsvá se refiere a “terminar nuestra posesión de Jamets” antes que comience Pésaj.
En resumen, hay dos prohibiciones bíblicas idénticas (¡un caso excepcional en la Torá!) y un mandamiento afirmativo refiriéndose a un solo tema: “poseer” Jamets durante Pésaj.

¿Qué hay que hacer entonces para terminar la posesión de nuestro Jamets antes de Pésaj?
Desde el punto de vista bíblico (y siempre siguiendo la opinión de Maimónides), estas tres mitsvot se cumplen todas a la vez con un solo acto: el Bitul Jamets, es decir, abandonando mentalmente y para siempre el Jamets que me pertenezca (Maimónides) y declarando que renunciamos a su posesión (Tosafot), independientemente de dónde se encuentre ese Jamets.

Al declarar que uno renuncia a la posesión de su Jamets, y al afirmar que de ahora en más mi Jamets se considera “sin dueño” (hefqer), uno estaría:

  1. Cumpliendo la mitsvá de “poner fin a la posesión de su Jamets”, y
  2. No estaría transgrediendo las dos prohibiciones de la Torá de poseer Jamets durante Pésaj.

Pero, como todos sabemos, esto NO es lo que hacemos en Pésaj… ¿Por qué?
Los Rabinos de la Guemará (Jazal) explicaron que si solo “declarásemos” que nuestro Jamets ya no tiene dueño y no lo sacásemos físicamente de nuestras casas, podría existir un par de complicaciones prácticas. En primer lugar, dijeron, podríamos “declarar” que renunciamos a nuestro Jamets, pero si poseemos algún alimento Jamets valioso —una botella de whisky, por ejemplo— ¿estaremos realmente renunciando con sinceridad a la posesión de ese Jamets que tiene un valor económico sustancial?
En segundo lugar, dijeron los Jajamim, siendo que el Jamets es uno de los alimentos más comunes (pan, galletas, pasta, cereales, etc.), aun cuando declarásemos que nuestro Jamets ya no nos pertenece, si no sacamos el Jamets de nuestras casas, correríamos el riesgo de comer Jamets accidentalmente…

Es por todo esto que nuestros Rabinos nos indicaron que debemos “deshacernos físicamente” (biur Jamets = eliminación del Jamets) de todos los alimentos Jamets antes de que comience Pésaj, y recién después de deshacernos del Jamets, renunciamos (Bitul Jamets) a la posesión de cualquier Jamets que pudiera encontrarse en nuestras casas, y no lo hayamos identificado ni eliminado.

Esto es, entonces, lo que hacemos en la práctica:

  1. Limpiamos nuestro hogar, automóviles, oficinas y otras propiedades antes que comience Pésaj para identificar y eliminar todos los alimentos Jamets que poseemos.
  2. Llevamos a cabo una inspección final de todas nuestras propiedades la noche antes del Seder de Pésaj para asegurarnos de que hemos eliminado todo el Jamets que allí se encuentre (Bediqat Jamets).
  3. Nos deshacemos físicamente de cualquier alimento Jamets que hayamos encontrado en nuestras propiedades antes y durante la búsqueda (Biur Jamets).

Podemos dar nuestros alimentos Jamets como regalo o caridad a una persona no judía si se trata de alimentos en buen estado. O, si lo que nos queda es, por ejemplo, sobras de pan o de galletas, podemos dárselo de comer a los pájaros, o a los peces en el mar o el río, o quemarlo o tirarlo en la basura fuera de nuestra propiedad.

4. Finalmente, después de deshacernos de todo nuestro Jamets, decimos el Kal Jamirá…, o Bitul Jamets, diciendo:
“[Declaro que] todo Jamets que me pertenece, que no lo haya detectado (durante el bediqá) o que no lo haya eliminado (durante el biur), ya no me pertenece más, y que de ahora en adelante se considera sin dueño (hefqer), como el polvo de la tierra.”
Este es el Bitul Jamets.

    De esta manera, cumplimos con todos los requisitos bíblicos y rabínicos:

    1. Buscamos y sacamos todo el Jamets de nuestras propiedades, y
    2. Renunciamos a la posesión de cualquier alimento Jamets que no hayamos identificado ni encontrado, y que podría todavía estar en nuestras propiedades.



    GUIA DE ALIMENTOS KASHER LEPESAJ PARA SEFARADIM

    Esta guía es un servicio al público general y ha sido preparada por el rabino Yehuda Boroosan, empleado de la Unión Ortodoxa, la agencia de certificación kosher más grande del mundo, como Representante Rabínico de Campo y Mashgiach para la región sureste de Estados Unidos.

    El Rab Boroosan cuenta con más de 20 años de experiencia en la industria alimentaria y un amplio conocimiento de la producción comercial de alimentos y productos para el hogar. El rabino Boroosan obtuvo su semijá en el Colegio Rabínico Ner Israel y es rabino emérito de la Congregación Netzach Israel de Atlanta.

    La Lista de Productos de Pésaj se basa en Heter Kitniot para Sefaradim y no cuenta con el aval de la OU.

    Nuestro objetivo al proporcionar esta guía es:
     Educar al público sobre las leyes de Pésaj
     Ayudarles con una guía fácil de entender para prepararse para Pésaj
     Proporcionar una lista alternativa de productos que son L’jatajilá/ (categóricamente) aceptables para los Sefaradim

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    Edición especial: ¿Qué hacer cuando la víspera de Pésaj cae en Shabbat?   

    UN AÑO SINGULAR
    Este año la celebración de Pésaj será un poco más especial porque el Seder de Pésaj se celebrará un sábado por la noche, el 12 de abril. Y la víspera de Pésaj, entonces, caerá en Shabbat, es decir, comenzará el viernes 11 de abril a la noche. La última vez que algo así ocurrió fue en 2021. Y en el futuro ocurrirá nuevamente en el 2045.

    Cuando esto sucede hacemos algunos ajustes, por un lado para mantener intacta la santidad y el honor del Shabbat con respecto a las comidas , y por otro lado, cuidando al máximo detalle todos los principios Halájicos de Pésaj.

    Vamos a mencionar las principales modificaciones para este año

    AYUNO DE LOS PRIMOGÉNITOS
    Según varias opiniones rabínicas (Sh.A., OH, 470:2), cuando la víspera de Pésaj ocurre en Shabbat como este año, los primogénitos están exentos del ayuno. Sin embargo, es meritorio participar de la finalización de un tratado talmúdico (Siyum), como lo hacemos todos los años  para evitar este ayuno con una comida de celebración en honor a este evento. El Siyum se realiza el jueves 10 de abril por la mañana.

    En nuestra comunidad, los primogénitos acostumbran a abstenerse de comer Jamets después de romper el ayuno. Sin embargo, este año esta restricción queda suspendida.
    La costumbre en nuestra comunidad es que los primogénitos se abstengan de comer Jamets mientras esta permitido para los demás, es decor, durante las primeras horas de Shabbat, hasta las 10:00 am (Nueva York).

    Dado que este año el ayuno se adelanta, los padres que normalmente ayunan en lugar de sus hijos primogénitos menores de bar mitsvá están exentos del ayuno.

    ÚLTIMA INSPECCIÓN DEL JAMETS

    Normalmente, realizamos la última inspección del Jamets (bediqá) para revisar que no haya quedado nada de Jamets en nuestra casa, durante la noche anterior a la noche del Seder. Sin embargo, cuando la víspera de Pésaj cae en Shabbat, la inspección final del Jamets debe realizarse 2 noches antes del Seder, este año el jueves 10 de abril por la noche. Todas las demás reglas de la Bediqat Jamets son similares a las de todos los años.

    BI’UR (eliminar) Y VENDER EL JAMETS

    El viernes 11 de abril, uno debe deshacerse de las sobras de Jamets quemándolo o tirándolo a la basura antes de que finalice la quinta hora del día (en NY, esto es aproximadamente a las 11:00 a.m.). Aunque técnicamente este año se podría hacer más tarde, en la práctica, es recomendable hacer todo esto en el mismo horario que lo hacemos todos los años.   Lo mismo es recomendable que se haga con la venta del james para los que siguen esa costumbre.

    VELA PARA HABDALA: El viernes a la tarde, cuando se encienden las velas de Shabbat o antes,  se debe encender una vela adicional que dure un poco más de 24 horas para tener una llama preexistente que se pueda usar para Habdalá en el Séder el sábado por la noche.

    Ahora vamos a referirnos a las dos opciones que hay para comer pan o Matzah durante el viernes a la noche y el Shabbat.

    ¿COMER O NO COMER PAN DURANTE ESTE SHABBAT?
    Una de las formas en las que honramos el Shabbat es teniendo comidas celebratorias, es decir, recitando el Quiddush, la berajá  de HaMotsí y luego el Bircat HaMazon después de la comida. Normalmente, usamos dos «jalot» (lejem mishné) para HaMotsí. La pregunta es: ¿qué debemos hacer cuando la víspera de Pésaj cae en Shabbat para recitar la bendición HaMotsí y Bircat haMazon? Usamos pan o Matzah?

    En realidad hay dos tradiciones y ambas son halajicamente válidas.

    TRADICION 1: HAMOTSI CON PAN

    Siguiendo esta primera opción, uno podría comer pan durante el viernes 11 de abril a la noche y el sábado hasta el final de la cuarta hora del día (las 10:00 de la mañana, hora de NY. Para los horarios exactos de acuerdo a su ciudad de residencia, vea aquí), que es cuando normalmente  la prohibición de comer Jamets comienza en la víspera de Pésaj.

    Si uno sigue esta opción, hay que tener en cuenta que:

    • √ Toda la comida que se prepare y se consuma para este Shabbat deberá ser Kasher para Pésaj, excepto por el pan (se recomienda usar pan tipo “pita” porque produce menos miga) que se usará para HaMotsí el viernes por la noche y el Shabbat por la mañana antes de que finalice la cuarta hora.
    • √ Se aconseja utilizar platos, manteles, cubiertos, etc., descartables.
    • √ El Shabbat 12 de abril por la mañana se deberá rezar antes de lo habitual, hacer el Kiddush y terminar la comida con pan antes de las 10:00 a.m. (o el horario equivalente en su ciudad de residencia).
    • √ Luego de la comida de Shabbat por la mañana y antes de las 11:00 a.m. (o el horario equivalente en su ciudad de residencia):
      1. Uno debe desechar todas las sobras de Jamets de una manera que esté permitida en Shabbat (consultar este tema con su rabino).
      2. Hacer el Bitul Jamets (kal jamira), es decir, la declaración verbal por la cual uno renuncia a la posesión de cualquier Jamets que le pertenezca, y podría haber quedado involuntariamente en nuestra posesión.      

    La mayoría de los Yehudim Ashkenazim y muchos Yehudim Sefaradim siguen esta primera opción.

    TRADICION 2: REEMPLAZAR EL PAN POR MATSA

    De acuerdo a la segunda opción, y a fin de evitar  el manejo del Jamets durante Shabbat, la mayoría de los rabinos aconsejan por razones prácticas considerar al viernes 11 de abril (13 de Nisán) como si fuera la víspera de Pésaj (14 de Nisán). Por lo tanto, el viernes antes de las 10:00 a.m. (horario de N.Y.) se deja de comer Jamets. Asimismo, antes de las 11:00 (ídem) debemos proceder a:

    • La eliminación del Jamets tirándolo a la basura o quemándolo 
    • La venta de Jamets (Mejirat Jamets)
    • La renuncia verbal a cualquier Jamets que haya podido quedar en nuestra posesión (Bitul Jamets / Kal Jamirá).

    Una vez que terminamos con el Jamets, nos queda resolver la siguiente pregunta: ¿Cómo reemplazar el pan y recitar HaMotsí en las comidas de este Shabbat?

    VIERNES 11 DE ABRIL POR LA NOCHE

    Obviamente, toda la comida que se preparará para este Shabbat debe ser Kasher para Pésaj.

    Respecto al reemplazo del pan por Matsá, hay 3 posibilidades:

    1. Usar Matsot regulares.
      No se debe comer Matsá el día anterior al primer Seder de Pésaj, para que uno disfrute el sabor de la Matsá la noche del Seder. Pero esta disposición recién comienza a regir a partir de la mañana. Por lo tanto, el viernes a la noche se podría reemplazar el pan por Matsá regular de máquina. Una Matsá regular por persona será más que suficiente (considerando no el peso sino el volumen como lo indica la Halajá: 1/3 de Matsá de máquina es kazayit, en términos de volumen).
      Se usa Matsá regular ya que no es necesario que la Matsá que se consuma en Shabbat antes de Pésaj sea Shemurá o hecha a mano.
    2. Usar Matsá Frita
      En nuestra comunidad muchas familias acostumbran a no consumir Matsá a partir del primero de Nisán. En este caso, se podrá recitar el HaMotsí con Matsá frita o cocida (se recomienda más “frita” para que quede entera), ya que al tener un sabor distinto, por un lado se diferencia de la Matsá que usaremos en el Seder, pero califica para HaMotsí (la cantidad será similar al caso anterior).
      La Matsá frita se fríe en aceite, sin huevo ni aditivos y debe estar entera. Para cumplir con los requisitos de esta Matsá.
    3. Usar Matsá Ashirá (Matsá de huevo).
      Esta Matsá está hecha con jugos de fruta, o huevo, etc., y sin agua. Su status (berajá) es “mezonot” y por eso no es válida para el Seder. Sin embargo, tal como ocurre durante el resto del año, cuando comemos una cantidad “considerable” de Mezonot en reemplazo del pan (cuando uno qobea’ se’udá) se recita HaMotsí y Bircat haMazon. Para  eso se deberá consumir por lo menos 2 de estas Matsot completas (sic.) por persona para cumplir con este requisito (esta es la  opinión más flexible).

    ALMUERZO DE SHABBAT (sábado 12 de abril)

    Para el almuerzo no podemos usar las Matsot regulares. Nos queda entonces la opción de usar Matsá frita (o cocida), o  usar Matsá de huevo en la cantidad que explicamos anteriormente.

    SEUDA SHELISHIT

    Por lo general, la Seudá shelishit se realiza más cerca del atardecer. Pero en esta ocasión debemos reservar el apetito para el Séder de Pésaj que tendrá lugar por la noche, por lo tanto esta comida se deberá realizar más temprano que de costumbre (en N.Y. alrededor de las 2:00 o 3:00 p.m.). Para esta comida podemos usar Matsá Ashirá en una cantidad más pequeña (podría ser por lo menos media Matsá, siguiendo el criterio de volumen) recitando la bendición “mezonot”. Alternativamente, se podrá no usar Matsá y hacer una comida más ligera con pescado o carne, o verduras o frutas.

    Consulte con el rabino de su comunidad respecto a la tradición a seguir




    ¿Por qué comemos Matsá?

    La Mitsvá más característica de Pésaj es la de consumir Matsá. La Matsá reemplaza al “pan”,  y de hecho es un “pan”, pero plano, y sin miga. Está elaborado sin esperar que la masa se eleve a través del proceso normal de fermentación, y sin agregarle levadura.

    Ahora bien. ¿Por qué comemos Matsá en Pésaj?

    Hay dos razones. Una de ellas se menciona explícitamente en la Torá. Y la segunda razón, menos conocida, se menciona brevemente al principio de la Hagadá que leemos en el Seder. 

    PAN DE POBRES (לחם עוני)

    Comencemos por lo que dice la Hagadá. Durante muchos años, cuando vivimos esclavizados en Egipto, comíamos exclusivamente Matsá: Desayuno, almuerzo y cena. Este “pan” de bajo costo –llamado al principio de la Hagadá  lajmá aniyá o ‘pan de los pobres’– no tiene levadura, ni sal, ni aditivos. La Matsá era la comida concebida por los amos egipcios como el alimento ideal para los esclavos judíos. No era una comida nutritiva ni balanceada, pero se digería lentamente y duraba más en el estómago de los esclavos judíos, que así se quejaban menos del hambre.  La Matsá era también el alimento de menor costo que se podía producir: todo lo que se necesitaba para preparar Matsá era harina y agua, dos de los elementos más baratos y abundantes en las orillas del Nilo.  Había otro elemento adicional, que contribuía a la tortura psicológica de los judíos: el factor tiempo. Normalmente, para producir un pan común se deja reposar la masa durante unos 20 minutos, y así, una vez que la masa se eleva por la fermentación, se coloca en el horno. Pero los amos egipcios no le concedían a los  judíos esos 20 minutos de descanso: los esclavos hebreos debían preparar la masa y hornearla inmediatamente, así como estaba. El «pan» obtenido era sinsabor, plano y sin miga. La Hagadá nos recuerda esto al señalar que la  Matsá que comemos en el Seder «es el pan de la pobreza que comieron nuestros antepasados en Egipto». La experiencia de comer solamente Matsá durante tantos años, y su efecto psicológico, quedó grabada en nuestra memoria, y al probarla revivimos el sabor del cautiverio.

    LA SEGUNDA VEZ QUE COMIMOS MATSA

    La razón explícita que menciona la Torá respecto a la Matsá es diferente: en el momento de nuestra salida de Egipto “también comimos Matsá”.  ¿Por qué? Porque la orden de salir de Egipto ocurrió ‘súbitamente’ (bejipazón), la noche del 15 de Nisán, luego de la última plaga, cuando el Faraón luego de tantas negativas y negociaciones por fin cedió y más que liberarnos de buena gana prácticamente nos «expulsó»  de su territorio.   La salida de Egipto fue una “operación relámpago”  que duró solo unas horas. Tratemos de visualizarlo:  tenemos que dejar todas nuestras pertenencias y salir de casa para siempre con lo que uno lleva puesto. Tenemos 2 horas para prepararnos. Sabemos que vamos a ir al desierto pero no sabemos por cuánto tiempo vamos a caminar. Lo más urgente que necesitamos, aparte de agua,  es comida para la travesía. ¡Hay que preparar la mayor cantidad de comida posible en un par de horas… obviamente, ¡no hay tiempo de esperar 20 minutos entre pan y pan hasta que la masa fermente! Y así, al salir de Egipto no nos llevamos con nosotros pan sino cargando Matsot en nuestros hombros. Este evento creó una memoria emocional en nuestro ADN que la Torá inmortalizó con el precepto comer Matsot en el Seder de Pésaj. Muchos judíos Sefaradim teatralizan este evento inolvidable al que llamamos  משארותם צרורות. Ver este interesante video de un maestro enseñando a sus alumnos a tomar las Matsot en su hombro y decir (en árabe): ¿De dónde vienes? De Egipto. ¿Y a dónde vas? ¡A Yerushalayim!  

    ¿QUÉ APRENDÍ? 

    Hace un tiempo atrás, enseñando Masejet Rosh HaShaná, me di cuenta de un detalle que no había observado durante años anteriores.  Los Sabios dicen que nuestra esclavitud no terminó en Pésaj, es decir, en el mes de Nisán: los trabajos forzados fueron interrumpidos en Rosh haShana de ese año, es decir, 6 meses antes de la salida de Egipto (este hecho está también referenciado en el salmo de Tehilim  que recitamos en Rosh haShaná הסירותי מסבל שכמו).  De ser así, supongo, que una vez que los judíos concluimos nuestra esclavitud, comenzamos a consumir “pan normal” , es decir, pan fermentado.  Pero ahora, cuando tuvimos que prepararnos para salir de Egipto apresuradamente,  nos vimos forzados,  irónicamente, a consumir nuevamente «pan de pobres»… Pero como lo explicamos, esta vez la Matsá tenía un sabor diferente: el gusto de la libertad que estaba teniendo lugar precipitadamente, frente a nuestros ojos.

    EL DOBLE GUSTO DE LA MATSA 

    La Matsá representa a la vez la amargura de la esclavitud y el dulce sabor de nuestra providencial libertad. Al comer la Matsá celebramos nuestra redención, sin olvidar nuestro sufrimiento. Por un lado, recordamos la aflicción que sufrimos como esclavos en Egipto. Y por el otro lado, nuestra salida de Egipto, que no fue la consecuencia de una “revolución” progresiva que fermentó en el pueblo a través de varios años, y cuyo desenlace final ocurrió después de interminable batallas…. Fuimos rescatados por el Creador en un  “vertiginoso” acto de redención; irrepetible en la historia de la humanidad.




    ¿Por qué cuatro copas de vino?

    ACTUAR COMO PERSONAS LIBRES 
    Los Sabios de la Mishná dicen que durante el Seder de Pésaj “uno debemos actuar (להראות את עצמו) como si él mismo hubiera salido de Egipto”. Esta significa que en la noche del Seder debemos “actuar” y comportarnos como libres (bené jorín).
    Por eso nos sentamos reclinados sobre la izquierda, que era la forma que en ese entonces solían sentarse los nobles y la aristocracia (ver aquí)  y tambien por ese motivo bebemos 4 copas de vino, que no era habitual para una familia próspera pero no para una familia de medios moderados. Para comprender mejor este punto. recordemos que la antiuguedad NO existia la clase media: los pobres eran escalvos y los libres era ricos. Por eso, para proyectar «libertad» nos comportamos con opulencia: nos sentamos como ricos, comemos como ricos, y bebemos como ricos…   En la antigua Grecia o Roma, por ejemplo,  en el tiempo que el Seder fue formulado con mas detalle,  era normal en un banquete de la aristocracia servir vino 1. antes de la cena, en la recepción como aperitivo; 2. durante la cena y 3. luego de la cena y 4. como sobremesa o vino de postre (after-dinner-drinks).  Estos hábitos sociales están mencionados varias veces en los textos talmúdicos, y muy específicamente en la Toseftá כיצד סדר סעודה (Berajot 4: 8).
    El Seder de Pésaj entonces, es idéntico a un banquete festivo de ciudadanos nobles de la época de la Mishna o el Talmud (años 200-500 de la era común). Hay que tener en cuenta que en la historia del pueblo judío, la prosperidad no fue la regla sino la excepción. Y que, como lo sugiere la Mishná, para la mayoría de las personas no era sencillo adquirir 4 copas de vino por comensal, y es por eso que la Mishná especifica que los fondos públicos podían ser usados para proveer a los pobres de 4 copas de vino per capita, para que esa noche, ricos y pobres, celebren esta noche participando de un banquete de nobles, y poder así visualizar la libertad y la prosperidad, lo que Maimónides y los Sabios llaman “jerut”.
    LAS 4 BENDICIONES DEL SEDER
    Hay otra razón práctica que explica la razón de las 4 copas.  En una cena normal durante la semana, no es lo habitual beber vino. Esto no quiere decir que esté prohibido beber cuando uno bebe en moderación. Pero por lo general el vino y la carne se suele reservar para celebraciones, especialmente para Shabbat y días festivos (Yom Tob).   Y en estas y otras ocasiones festivas, el vino suele acompañar la recitación de las plegarias y bendiciones que recitamos para celebrar estos momentos felices. En Shabbat, por ejemplo, una copa de vino acompaña la recitación del Quiddush y también acompaña la recitación de Birkat haMazón (esto es, la bendición después de comer. Aunque en nuestros días, la costumbre de beber vino luego de Bircat haMazon en algunas comunidades cayó en desuso). Y lo mismo hacemos en otras ocasiones festivas. En la ceremonia de casamiento, por ejemplo, tenemos dos copas de vino. Una copa acompaña la recitación de bircot hairusin y otra copa de vino acompaña la recitación de las sheba berajot(siete bendiciones de los novios) . Asimismo, en un Berit Milá (circuncisión) recitamos la berajá sobre una copa de vino.
    Las bendiciones que decimos en casa o en una fiesta religiosa suelen estar acompañadas de vino, ya que el vino es un elemento asociado con alegría y celebración.
    Volvamos al Seder de Pésaj, y veamos que tienen en común y en que se diferencian las 4 copas del Seder respecto a las otras oportunidades ne las cuales bebemos vino.
    1.A diferencia del Quiddush de Shabbat o de otras celebraciones donde sólo una persona esta obligada a probar el vino, en el Seder TODOS los participantes deben beber las 4 copas. (A los niños, como veremos más adelante, les serviremos jugo de uva) .
    2.Tal como sucede en otras ocasiones, en el seder de Pésaj las 4 copas también acompañan la recitación de las bendiciones celebratorias. ¿Cuántas bendiciones celebratorias recitamos durante el Seder de Pésaj? Cuatro.
    1. El Quiddush.
    2. Gueulá, al final de la Hagadá, antes de cenar (ga-al Israel). Esta es una bencion especial para Pésaj, en la que agradecemos a HaShem por habernos liberado de Egipto.
    3. Birkat haMazón, la bendición después de comer
    4. El Halel, que es la recitación de los Salmos de alabanza a HaShem por habernos rescatado de Egipto.
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    Vino antes de comer
    La Guemará en Berajot (pereq shishi) explica que el vino puede tener un efecto aperitivo, y que se siente más hambre luego que uno bebe (tubá garir). «…todo restaurante sabe que si te dan una bebida primero, vas a comer más», dice Robert Considine, uno de los autores de un estudio sobre obesidad de la Escuela de Medicina de la Universidad de Indiana, en Indianápolis. Considine y sus colegas encontraron que el alcohol motiva un área particular del cerebro – el hipotálamo – y lo que hace que te centres en aromas alimentarios, en comparación con otros tipos de olores. El hipotálamo produce hormonas que ayudan a gobernar diversas funciones del cuerpo, incluyendo el hambre, dirigen al cerebro “a prestar más atención a la alimentación después de consumir una bebida.



    ¿Vender o no vender el Jamets?

    Ya explicamos que, aparte de la prohibición de consumir Jamets, tampoco puede quedar Jamets «en nuestra posesión» durante Pésaj.  La «posesión» es un asunto legal y abstracto: por lo tanto si hay algún alimento Jamets, digamos en la casa de una persona no judía, pero que me pertenece, estaría incurriendo en la violación de un mandamiento bíblico. Por el otro lado, si una persona no-judía guardara su Jamets en un lugar cerrado en mi casa, yo no estaría violando ningún mandamiento.
     
    EL CONTRATO DE COMPRA-VENTA
    Esta es la base teórica de lo que se llama hoy MEJIRAT JAMETS, la venta del Jamets. Y funciona más o menos así:  las comunidades judías organizan un sistema de venta del Jamets por el cual los miembros de la comunidad firman un «poder de venta» asignando al rabino como su representante legal para que éste pueda vender el Jamets a una persona no judía. En la víspera de Pésaj antes del mediodía, el rabino, como apoderado de todos los vendedores firmantes, «vende» el Jamets condicionalmente: el comprador paga un adelanto por el total de la mercadería y a partir de ese momento, de acuerdo al contrato, el comprador se transforma en el dueño del Jamets de todos los que firmaron el «poder». El contrato estipula que si al terminar Pésaj, el comprador no paga el balance, entonces automáticamente el Jamets vuelve a pertenecer a los vendedores.  Al terminar Pésaj, el comprador no paga el balance y el Jamets vuelve a pertencer a su dueños originales.
     
     
    UN POCO DE HISTORIA
    El Talmud, la principal obra rabínica Halájica, no contempla la venta del Jamets como una de las posibilidades normales para deshacerse del Jamets. De hecho establece que el Jamets debe ser físicamente eliminado o retirado de nuestras propiedades. Uno también puede regalar, o incluso vender su Jamets a una persona no judía, pero, a través de la entrega de mano en mano del alimento Jamets, a las manos del comprador (en hebreo «meshijá»). En estos casos, no se espera que al final de Pésaj, los productos Jamets vuelvan a su dueño original.   Los Rabinos también concibieron una excepción: en la Toseftá se habla de una situación de fuerza mayor, un judío que lleva su mercadería Jamets en un barco, el barco se atrasa y no va a llegar a puerto antes de Pésaj. En esta situación se autoriza una venta «condicional» de este tipo, sabiendo que la mercadería Jamets será restituida a su dueño, para evitar sufrir una perdida económica muy significativa.     Por siglos, los rabinos utilizaron el caso de la Toseftá para autorizar esta venta condicional del Jamets en casos comerciales: un comerciante que se dedica a la venta de alimentos, y para el cual deshacerse el Jamets podría significar un perjuicio económico muy significativo. El Rab Melamed explica que en Europa este tipo de «licencia» se hizo más popular a partir de siglo 17, porque muchos judíos se dedicaban comercialmente la producción de bebidas alcohólicas, como whisky o cerveza.
     
     
    3 OPINIONES SOBRE LA VENTA  JAMETS
    En los últimos años la venta del Jamets se popularizó más allá del ámbito comercial.  Sin duda porque el sistema tiene muchas ventajas, ya que uno no debe deshacerse de todo Jamets, simplemente, guardarlo en un lugar cerrado hasta el final de Pésaj, y firmar el poder para que el rabino lo venda.   Este tipo de venta de Jamets es totalmente legal y aceptado, siempre y cuando se haga a través de un rabino responsable, y que conoce los pormenores del contrato de compra venta.
     
    Ahora bien, como en todos los temas Halájicos, el tema de la venta del Jamets, si bien es la opinión que hoy en día sostienen la mayoría absoluta de los Rabinos,  no goza de un consenso «total».   Digamos que hay otras dos opiniones que adoptan una posición un poco mas estricta.
     
    La segunda opinión, que cada vez adquiere más consenso entre los rabinos, es que sólo se debe incluir en la venta del Jamets artículos que poseen «algún elemento Jamets en su composición» (ta´arobet jamets) por ejemplo, bebidas alcohólicas (ze’a be’alma), sopas en polvo que puedan tener algo de harina, suplementos vitamínicos que puedan tener fibras de grano, alimentos que poseen gluten, etc. pero no debe incluirse en la venta comidas que son «totalmente Jamets»: pan, galletitas, pastas, etc.
     
    La tercera opinión, la más estricta, sostiene que no debe venderse ningún tipo de Jamets de esta manera, ya que esta venta, si bien es legal, es ficticia (en hebreo ha’aramá), ya que al no haber trasferencia de mercadería de mano en mano, es obvio que la actual compra-venta no se va a ejecutar. Y este tipo de venta fue autorizada sólo para una situación de fuerza mayor o cuantiosas pérdidas. Personalmente, yo sigo esta opinión porque quiero conservar la tradición de los judíos Sefaradim que no practicaban  la venta de Jamets, sino que simplemente se deshacían de su Jamets antes de Pésaj, en conformidad con la Mitsvá de «tashbitu», como ya lo explicamos ayer (ver aquí).  Esto implica varios preparativos previos: por ejemplos, 1. Que unas semanas antes de Pésaj no se compren o acumulen alimentos Jamets. 2. No tener botellas de whisky, vodka, cerveza, etc., ya que contienen Jamets.    Mi experiencia me dice que la mayoría de la gente que opta por vender el Jamets, lo hace para evitar tener que deshacerse de sus bebidas alcohólica
     
    Como en muchas situaciones Halájicas, también aquí hay opciones y situaciones diferentes. Creo que en este caso las variantes son:
    1. Si la perdida económica potencial es significativa (hefsed merubé) o no, lo cual es algo que sólo uno lo puede determinar
    2. Las costumbres de cada comunidad. Las comunidades Ashkenazim suelen ser más liberales en este tema, basándose en la opinión del Jatam Sofer (1762-1839), que en este caso valida una venta legal, aunque sea ficticia, es decir, cuando sólo existe un contrato pero la mercadería no es ni será transferida de vendedor a comprador.
     
    Como regla general, y para una decisión final, uno debe consultar con el Rabino de su comunidad .  
     
    Creo que la mayoría de quienes optan por vender el Jamets, aunque no tienen artículos Jamets de alto valor, lo hacen por falta de información. Muchos piensan por ejemplo, que TODO lo que hay en la casa es o puede ser Jamets, y cuando uno piensa así, obviamente, la única opción es vender el Jamets de esta manera.  Como este tema es un poco largo, voy a presentar a continuación un link con información complementaria que explica los pormenores de la tercera posición Halájica, la de no vender el Jamets –que es la menos conocida –con el ánimo de informar a los lectores.
     
    Ver aquí un resumen en español del artículo del Rab Eliyahu Zini explicando su opinión Halájica sobre la venta de Jamets.
     
    VER ESTE NUEVO ARTICULO (2019) de una periodista Israelí (hebreo)



    RESUMEN DE VAYIQRÁ

    OLA
    Dios llama a Moshé desde el Mishkán (Tabernáculo) y le indica las leyes de la ofrenda (qorbán) llamada “Ola”, donde el sacrificio es incinerado totalmente por el fuego y su carne no puede ser consumida. La Torá analiza las leyes de los animales domésticos —vacas, ovejas o cabras que pueden ser sacrificados para esta ofrenda. Dios le indica a Moshé las leyes de las aves que pueden ser sacrificadas para la ofrenda de Ola. La Torá continúa con la descripción de tres tipos de ofrendas voluntarias de productos vegetales: harina sin hornear, panes horneados y la ofrenda de una pasta que debía ser freída. Estas ofrendas también contenían aceite de oliva y un tipo especial de incienso. La Torá describe luego el último tipo de ofrendas voluntarias de comida, la ofrenda de comida frita, y la ofrenda de cebada —el Omer —que se lleva a cabo el segundo día de Pésaj. La Torá también indica que se agregue sal a los sacrificios animales o a las otras ofrendas como un símbolo de nuestro pacto eterno con Él. La Torá también prohíbe incluir levadura o miel en las ofrendas.

    SHELAMIM
    Luego se describe la “ofrenda de paz”, o “shelamim”, que se podía ofrecer de vacas, ovejas o cabras. La mayor parte de este sacrifico era consumido por los que lo ofrecían y sus familiares o amigos. Pero algunas de las grasas de los animales se consumían en el altar. Los Cohanim, sacerdotes, también recibían una parte de la carne de este sacrificio. La Torá prohíbe consumir la sangre y el sebo de los animales que se sacrificaban e incluso de los que se comían normalmente fuera del Templo.

    JATAT
    La Torá describe la «ofrenda por el pecado», o jatat, que era ofrecido cuando un individuo era culpable de transgredir un mandamiento inadvertidamente. Se describen también los sacrificios especiales de jatat traído si el Gran Sacerdote había cometido un pecado o si el Sanhedrín (la Corte Suprema de justicia del pueblo judío) había emitido un fallo que resultó erróneo y provocó que la población pecara. También se describe el caso que un líder político (nasí) hubiera pecado. El último tipo de jatat es el que debía ofrecer una persona común cuando hubiese pecado. También se describe la ofrenda variable (qorbán olé veyored), que es una variante de la ofrenda por una trasngesión inadvertida. Este sacrificio se ofrecía con animales, aves, o con harina –dependiendo de las posibilidades económicas del individuo: una persona de medios traía una oveja o una cabra; una persona con menos recursos traía dos aves y un individuo pobre traía una porción de harina.

    ASHAM

    El último sacrificio discutido en esta sección de la Torá es la «ofrenda por la culpa», o “asham”. Se discuten las tres categoriza de este sacrificio 1) la ofrenda que trae aquel que se ha apropiado indebidamente de algún elemento que pertenece al Templo (me’ilá o sacrilegio) 2) la ofrenda de asham traída por quien hubiese jurado en falso respecto una suma de dinero que debe a otra persona, aclarando que este sacrificio no exime al deudor a saldar su deuda  con su acreedor. 3) la ofrenda de asham traída por una persona que cree, pero no está totalmente segura, haber transgredido una prohibición de la Torá.




    Matsá común vs. Matsá Shemurá

    ושמרתם את המצות
    Una de las Mitsvot más importantes de Pésaj es la de comer Matsá. La Matsá es un pan especial hecho de una masa plana. La masa se prepara sólo con harina y agua, , sin levadura. La harina normalmente proviene del trigo, pero técnicamente, la Matsá también podría hacerse a partir de harina de cebada, avena, centeno o espelta. El tema más sensible en la preparación de la Matsá es el tiempo: para evitar la fermentación de la masa, el proceso completo de elaboración desde el momento que la harina se pone en contacto con el agua hasta que la Matsá se saca del horno debe tomar menos de 18 minutos.
    Hay diferentes tipos de Matsot.
    Explicaremos ahora que diferencia hay entre la Matsá regular y la Matsá Shemurá (lit. «supervisada»).
    La diferencia entre estas dos Matsot tiene que ver con el nivel de supervisión de una y de otra. Específicamente, desde qué momento de la elaboración de la Matsá comienza la supervisión.
    MATSA REGULAR
    La supervisión del proceso de elaboración de la Matsá normal comienza desde el momento que se produce la harina. Es necesario asegurarse, por ejemplo, que la harina se haya mantenido en un lugar seco (la humedad hace que la harina fermente, o sea, que se haga Jamets). Además, se debe verificar que el agua que se utilizará para hacer la masa esté al nivel de la temperatura ambiente, ya que si el agua, por ejemplo, está caliente aceleraría el proceso de fermentación. Una vez que se elabora la masa para la Matsá, ésta no puede ser desatendida. Cualquier trozo de masa que haya quedado desatendido o sin hornear, durante 18 minutos es Jamets, y si ese trozo de masa se mezcla con la masa de otras Matsot, podría afectar la validez de toda la producción de Matsot. Se supervisa también que las maquinarias se limpien a fondo después de cada producción de Matsá.  Estos son algunos ejemplos de la supervisión a la que se somete la producción de Matsá regular.
    MATSA SHEMURA
    Además de observarse todas las reglas para la elaboración de la Matsá regular, en la elaboración de la Matsá Shemurá, la supervisión comienza desde que los granos de trigo son cosechados en los campos. Los granos, que se cosechan frescos y antes de que se sequen, se examinan cuidadosamente para asegurarse, por ejemplo, de que no haya ningún grano roto o partido, lo cual llevaría a una fermentación prematura. También se debe supervisar, por ejemplo,  que no hayan granos brotados, lo cual también aceleraría el proceso de su fermentación.  En el caso de la Matsá Shemurá el grano se supervisa cuando se cosecha; mientras se transporta y cuando se almacena, para asegurarse que esté protegido de la humedad.
    Todo este proceso adicional de supervisión implica una necesidad mayor de mano de obra, y es por eso que la Matsá Shemurá es sustancialmente más cara que la Matsá común.
    Obviamente, tanto la Matsá regular como la Matsá Shemurá, son Kasher para Pésaj . Sin embargo, la Halajá indica el uso de Matsá Shemurá durante las dos primeras noches de Pésaj (en Israel, sólo la primera noche), cuando decimos la Berajá ‘al akhilat Matsá. ¿Por qué? Porque durante las dos noches del Seder, cuando comer Matsá es Mitsvá, seguimos al pie de la letra las palabras del pasuq que dice (Éxodo 12:17) ושמרתם את המצות , «y guardareis (=supervisareis estrictamente) las matsot«.
    Durante los demás días de Pésaj, técnicamente no existe la obligación de consumir Matsá Shemurá, porque fuera de las noches del Seder no hay un mandamiento formal de comer Matsá, sino sólo de abstenerse de comer Jamets.
    ¿CÓMO SE ELABORA LA MATSA?



    MATSA HECHA A MANO vs. MATSA DE MAQUINA

    NO TODAS LAS MATSOT SON IGUALES

    Todas las Matsot son iguales en cuanto a su composición (harina, agua y un proceso de elaboración que lleva menos de 18 minutos). Y durante siglos todos los Matsot fueron hechas a mano. Esto cambió en 1838 cuando Isaac Singer inventó la primera máquina para hacer Matsot. A mediados del siglo XIX hubo un gran debate entre los rabinos europeos. Algunos se opusieron a las Matsot hechas con máquina argumentando que era imposible limpiar y eliminar por completo de la máquina los más pequeños remanentes de masa entre una producción y la otra. Esto significaba que para el rabino Shlomo Kluger y otros, las Matsot hechas a máquina no eran Kasher para Pésaj! Por otro lado, otros rabinos, como el Ketab Sofer, argumentaron que las Matsot hechas a máquina tenían un estándar de Kashrut más alto que el Matsot hecho a mano, ya que el uso de máquinas disminuiría la posibilidad de errores humanos, como por ejemplo, dejar una porción de la masa desatendida, lo que podría conducir a una fermentación accidental .

    Esta controversia duró algunos años. Pero al final, la mayoría de los rabinos concluyeron que al establecer ciertas pautas para limpiar a fondo las máquinas, el Kashrut de esas Matsot estaba más allá de cualquier discusión.

    INTELIGENCIA HUMANA VS ARTIFICIAL

    Hay otro punto de debate que continúa hasta nuestros días. Es el tema de la «intencionalidad» o kavana. Para explicar este punto, tendré que elaborarlo un poco más ampliamente.

    Cuando se fabrica un artículo religioso, este artículo y sus accesorios deben hacerse con la intención específica de ser usados para esa Mitzvá en particular. Ejemplo: no podemos usar una pieza de cuero, originalmente fabricada para hacer zapatos o cinturones para hacer un Tefillin o sus correas. ¿Por qué? Debido a que la ley judía requiere que el cuero usado para hacer Tefilín tiene que ser procesado desde un principio «explícitamente» con el propósito de ser usado para la mitzvá de Tefilín. Por esta razón, antes de comenzar la producción del cuero que se utilizará para el Tefillin, la persona a cargo dice: «leshem mitzvat tefillin» «Estoy procesando este cuero para ser usado para la Mitzva de Tefillin». La intencionalidad en la producción de un artículo religioso es un requisito halájico. El mismo principio se aplica, por ejemplo, para los hilos del Tzitzit (las «fimias» del Talit). Deben hacerse desde el principio para este propósito específico. Si hay hilos que fueron producidos con un propósito diferente en mente, como por ejemplo para producir cortinas, o incluso si fueron producidos sin un propósito específico, estos hilos no se pueden usar para cumplir con la Mitzva del Tzitzit. Y lo mismo se aplica a las otras Mitzvot.

    Volviendo a nuestro tema: las Matsot que consumimos durante las dos primeras noches de Pésaj son «Matsot Mitzva» y deben ser elaboradas con el propósito explícito de cumplir con el Mitzvá de comer Matsá. Y la pregunta que surgió cuando se inventaron las máquinas para producir Matsot fue: ¿podemos asumir que la «intencionalidad humana» requerida para la producción de la Matsá es suficiente cuando el hombre dice «Estoy elaborando estas Matsot para cumplir coin esa Mitsvá» (leshem matsot mitzva) al activar la máquina? ¿O deberíamos suponer que la intencionalidad no se transfiere al elemento no humano involucrado en el proceso? Este debate fascinante aún permanece. Y afecta no sólo el área de la Matzá sino otras áreas de la ley judía, por ejemplo, muchas personas solo usan un Tzitzit con hilos elaborados a mano.

    SOLO POR DOS NOCHES

    En el caso de las Matsot, debemos aclarar que esta discusión se aplica solo a los Matsot que se usan durante el Seder, cuando decimos la Berajá ‘al ajilat Matsa y necesitamos tener Matsot Mitzva.

    Finalmente, algunos rabinos dicen que las Matsot hechas a máquina (¡también hay Matsa Shemurá hecha a máquina!) pueden usarse durante las primeras dos noches, mientras que otros rabinos, incluido el rabino Obadia Yosef z ”l, recomiendan , cuando sea posible, usar Matsot hechas a mano para las dos primeras noches de Pésaj. Mientras que para el resto de Pésaj, se podría usar cualquier Matsa.

    Los jasidim (Jabad y muchos otros grupos jasídicos) son muy estrictos en este tema, y ​​utilizan Matsot exclusivamente hechas a mano durante todo Pésaj.

    A veces, puede haber un problema económico involucrado en este asunto. Las Matzot hechas a mano son más caras que las Matzot hechas a máquina. Por lo tanto, en el caso de una familia que no puede pagar el costo del Matsot hechas a mano, muchos rabinos aprobarían el uso de Matsot de máquina incluso para las dos noches del Seder, apoyándose en las opiniones menos estrictas.

    ¿Cómo diferenciar entre las Matsot hechas a mano

    y las Matsot de máquina?

    1. Las Matsot hechas a mano son significativamente más caras. 🙂
    2. Las Matzot hechas a máquina son cuadradas y de un tamaño regular. Las Matsot hechas a mano son redondas y tienen un aspecto más rústico.
    Matsa de máquina Matsa hecha a mano