RESUMEN DE LA PARASHA PINEJAS

Primera Aliyá:
La Parashá de la semana pasada concluyó con la historia de las mujeres de Moab y Midyan, que se acercaron a los jóvenes judíos para seducirlos e inducirlos, mediante rituales sexuales, a practicar la idolatría. Pinejás ejecutó a uno de los líderes judíos involucrados en actos de idolatría sin mediar juicio ni sentencia legal, a pesar de que la ley judía así lo requiere. Nuestra Parashá comienza declarando que Dios le otorgó a Pinejás un pacto de paz y le concede a él y a sus descendientes el sacerdocio, que no quedará afectado por esta intervención. Luego, Dios ordena que los judíos salgan a luchar contra los midianitas, ya que su provocación fue considerada un acto de guerra. Moshé y Elazar, el sacerdote, realizan el cómputo de todos los hombres en edad de servir en el ejército, es decir, mayores de 20 años.

Segunda Aliyá:
El número total de soldados de las doce tribus es de 601.730. En este cómputo no se incluye a la tribu de Leví.

Tercera Aliyá:
Además de servir como censo para el enrolamiento en el ejército que peleará contra los midianitas, este conteo también tiene como objetivo organizar la división de las tierras que serán heredadas una vez conquistada la tierra de Israel. La tierra debe dividirse entre todos los que fueron contados en este censo, y la porción geográfica que corresponderá a cada tribu —las “provincias”— se determinará por sorteo. También se realiza el censo de los hombres de la tribu de Leví, quienes no participaban en la guerra ni recibirían una provincia propia. Los levitas sumaban 23.000, contando a los varones desde un mes de vida. Esta Aliyá concluye con la historia de las hijas de Zelofjad, que se acercaron a Moshé y le informaron que su padre había fallecido, dejando solamente hijas mujeres. Solicitaron recibir la porción de su padre en la tierra de Israel. Moshé transmite esta inquietud directamente a Dios.

Cuarta Aliyá:
En atención al pedido de las hijas de Zelofjad, Moshé establece —por mandato divino— las leyes de herencia, que incluyen el derecho de las hijas a heredar cuando no hay descendientes varones. Luego de este episodio, Dios le dice a Moshé que suba a la cima del monte Abarim, desde donde podrá ver la Tierra Prometida antes de morir, aunque no ingresará en ella. Moshé le pide a Dios que designe a una persona digna para sucederlo en el liderazgo. El elegido por Dios para reemplazar a Moshé es Yehoshua Bin Nun, por su reputación y sus cualidades de liderazgo. Moshé anuncia públicamente que Yehoshua será su sucesor.

Quinta Aliyá:
La narración de la sucesión se interrumpe, y la Torá pasa a detallar los sacrificios que se ofrecerán en el Tabernáculo y en el futuro Gran Templo. Primero se describe el sacrificio diario, el Tamid, que se ofrecía todos los días del año, dos veces por día, incluyendo Shabbat, festividades y hasta Yom Kippur. También se especifican los sacrificios adicionales de Shabbat y de Rosh Jodesh, el comienzo del mes judío.

Sexta Aliyá:
Se describen los sacrificios correspondientes a las festividades de Pésaj, Shabuot, Rosh Hashaná y Yom Kippur.

Séptima Aliyá:
Se describen los sacrificios que se ofrecían durante las festividades de Sukkot y Sheminí Atseret.





PINEJAS: Judaismo y Nepotismo

TODO POR MIS HIJOS
Moshé Rabenu sabe que su vida pronto va a terminar. También sabe que su pueblo, Am Israel, necesitará un líder que lo reemplace. ¿Quiénes eran los candidatos para tomar el puesto de Moshé? Lo más natural en esa época y en esas circunstancias hubiera sido que los hijos de Moshé lo reemplazaran.  Al fin y al cabo «todo nuestro sacrificio es para nuestros hijos”.  Y Moshé podría haber pensado que él se ganó el derecho de que sus hijos hereden su puesto y tomen el liderazgo del pueblo. Aparte del punto de vista formal, y tal como lo vieron y vivieron por siglos en Egipto, Moshé, que era desde todo punta de vista práctico  «el Monarca» de los judíos: merecía establecer su propia dinastía.
 
MERITO vs. FAMILIA
Pero sorprendentemente, los hijos de Moshé no son mencionados en la Torá ni siquiera como candidatos a la sucesión de Moshé. Y los Sabios del Midrash afirman que Moshé en un principio sí pensó en sus hijos como sus sucesores naturales. ¿Cómo lo sabemos? Los sabios dedujeron esta idea de la yuxtaposición del texto que habla de Tselofjad, y el texto que habla de quién reemplazará a Moshé.  Tselofjad no tenían hijos varones. Las hijas expresaron a Moshé que ellas tenían el derecho legal de heredar las tierras de su padre. Al final, la Torá les da la razón y las hijas de Tselofjad obtuvieron su herencia. Los Sabios indican que en ese momento Moshé pensó: “Si las hijas de Tselofjad heredan la tierra de su padre, mis hijos, deberían heredar mi posición de liderazgo”. En este punto, los Sabios, con una inusual ausencia de eufemismos, reconstruyen la respuesta teórica que Dios le manifestó a Moshé: “¡Tus hijos no hicieron nada (ישבו להם) para merecer heredarte! No asistieron a la casa de estudios y no se esforzaron para aprender Torá!” En otras palabras, la Torá, el estudio, la capacitación intelectual y espiritual, no se recibe por herencia como un pedazo de tierra. Si no existió el esfuerzo personal por parte de los hijos, heredar automáticamente un puesto de liderazgo, sería simplemente «nepotismo».
 
TRÁMITES DE SUCESIÓN
Pero aquí no termina el tema. HaShem, al final, le transmite a Moshé que quien lo sucederá será Yehoshua, el asistente de Moshé. Los Sabios dicen que HaShem le transmitió su decisión a Moshé de esta manera: “Yehoshúa, si bien no es ni tu hijo ni tu sobrino, [es tu discípulo] y se esforzó en todo lo que pudo. Durante los años que te asistió, Yehoshua se levantaba muy temprano por la mañana y se presentaba en la casa de estudios de Torá (בית ועד). Allí, y antes de que llegara cualquier otra persona, Yehoshua limpiaba el piso, extendía las alfombras en el piso y arreglaba los bancos… estuvo dispuesto a realizar cualquier trabajo que fuera necesario, sin importarle que ese fuera o no fuera acorde a su prestigio. etc.…. Además,  se quedaba en la casa de estudio hasta altas horas de la noche, y solo se marchaba cuando ya todos se habían marchado.”  La comparación entre Yehoshúa y los hijos de Moshé no deja lugar a ambigüedades. HaShem le enseña a Moshé –y por su intermedio a todos nosotros– que los judíos pertenecemos a una sociedad «meritocrática»: los méritos propios tienen más valor que los méritos heredados. Lo que se valora es el esfuerzo personal. Las posiciones de liderazgo son asignadas en base al mérito, en virtud del talento, la educación, la competencia y la aptitud específica del individuo para ese determinado puesto.  
 
LA TIERRA Y EL LIDERAZGO
A diferencia de un pedazo de tierra o una gran fortuna, la Torá — el liderazgo en el ámbito de Torá– NO se hereda automáticamente de padres a hijos. El hecho de que mi padre sea o haya sido un gran sabio o un gran líder, no me convierte a mí, su hijo, en un gran sabio. Y viceversa. Es posible que un gran sabio haya tenido un padre que no era un gran sabio. En última instancia, la posición depende del esfuerzo propio. Así se lo explicó el gran erudito judío Aqabiyá ben Mahalalel a su hijo. Cuando Aqabiyá estaba por morir, su hijo le pidió que «lo recomendara» a sus colegas, que eran los más prominentes rabinos y líderes del pueblo judío. «Con tu recomendación, papá, muchas puertas se van a abrir, y yo voy a poder pertenecer a ese grupo de elite que me va a facilitar el acceso a cargos muy importantes».  Pero su padre se negó «a recomendarlo». Su hijo le preguntó: ¿Acaso encontraste algo malo en mí? Y su padre le respondió una frase que quedó para la historia: «Hijo mío, no es mi recomendación la que te va a otorgar prestigio y un puesto de liderazgo, sino tus acciones.  מעשיך יקרבוך ומעשיך ירחקוך  «Tu conducta te va a acercar a ellos o te va a alejar de ellos». Tu éxito no va a depender de mi recomendación sino de tus propios méritos.    
 
 



Todo lo que debes saber sobre el 17 de Tamuz

¿Por qué ayunamos el 17 de Tamuz?

Hoy, domingo 13 de julio, conmemoramos el 17 de Tamuz, un día de ayuno público (תענית ציבור). En este día, también inauguramos un período de tres semanas, hasta el 9 del mes de Ab, dedicado a mantener un duelo parcial por la destrucción de nuestro Bet haMiqdash (Templo de Jerusalén) y otras tragedias sufridas por el pueblo judío.

Cinco tragedias sucedieron al pueblo judío el 17 de Tamuz:

• Las Tablas de la Ley fueron destruídas
• Un ídolo fue colocado en el Bet haMiqdash.
• La ofrenda del sacrificio diario fue interrumpida.
• Apostomus quemó públicamente un Sefer Torá.
• La primera brecha en la muralla de la ciudad de Jerusalem 


¿QUIÉN ESTÁ EXENTO DE AYUNAR?

El ayuno comienza al amanecer y termina al anochecer. Consulta aquí los horarios para tu área de residencia: MyZmanim UMJCA: termina a las 8:56 pm.

• Menores: los niños menores de 13 años y las niñas menores de 12 están completamente exentos de este ayuno.
• Las mujeres embarazadas están exentas de este ayuno.
• Mujeres lactantes: en muchas comunidades sefardíes, la tradición es que después de dar a luz, las mujeres están exentas de ayunar durante 24 meses, incluso cuando ya no están amamantando a su bebé. En otras comunidades sefardíes, y en la mayoría de las comunidades asquenazíes, una mujer está excusada de ayunar durante 24 meses solo si todavía está amamantando a su bebé.
• Una persona que se siente enferma, con síntomas de gripe o fiebre, o una persona con una enfermedad crónica, como diabetes, no debe ayunar.
• Los ancianos deben consultar con sus médicos para determinar si el ayuno afectaría su salud, en cuyo caso están exentos de ayunar.

Además, en zonas de verano, toma precauciones extremas y trata de mantenerte en interiores protegido del calor. En caso de cualquier signo de deshidratación, náuseas, vómitos, boca muy seca, etc., NO DUDES EN ROMPER EL AYUNO.


Moshe rompe las Tablas de la Ley

El 17 de Tamuz ocurre cuarenta días después de Shabuot. Moshe ascendió al Monte Sinaí el 6 de Sivan y permaneció allí durante cuarenta días. El pueblo de Israel hizo el becerro de oro en la noche del 16 de Tamuz, cuando pensaron que Moshe ya no iba a regresar. Cuando Moshe descendió del Monte Sinaí y vio a los Yehudim adorando al becerro de oro, rompió las tablas que contenían los Diez Mandamientos.

Hay muchos comentarios muy interesantes sobre este episodio. Algunos explican que Moshe destruyó las Tablas para proteger al pueblo de Israel. ¿Cómo así? El Segundo Mandamiento dice: “No tendrás otros dioses delante de Mí… no te harás imagen [de idolatría]…” Los rabinos explicaron que al romper las tablas, Moshe destruyó la evidencia escrita que documentaba la terrible “traición” del pueblo judío a HaShem, al adorar a otros dioses. Los rabinos presentaron la siguiente metáfora:
“Imagina una mujer que se casó y, después de unos días, hubo comentarios muy negativos sobre el comportamiento de esta mujer (sospecha de adulterio). ¿Qué hizo uno de sus parientes? Tomó la Ketubá, el certificado de matrimonio, y lo destruyó. Dijo: es mejor que esta mujer sea considerada soltera que casada.”

Del mismo modo, Moshe, al romper las tablas, dijo: “Si no destruyo este documento [incriminador], el pueblo de Israel no tendrá esperanza de ser perdonado.” Así que rompió las Tablas y luego le dijo a HaShem, tratando de abogar por el pueblo de Israel: ¡Perdónalos! ¡Nunca llegaron a leer lo que estaba escrito en las Tablas!”

De cualquier manera, la destrucción de las Tablas de la Ley significó una gran tragedia. En primer lugar, porque significaba no tener más las Tablas del Testimonio escritas “directamente” por HaShem, que una vez rotas fueron reemplazadas por tablas escritas por Moshe. Y en segundo lugar, porque la destrucción de las Tablas nos recuerda la causa de esta desgracia: la adoración del becerro de oro.

Finalmente, los rabinos del Midrash también nos enseñan un aspecto positivo de recordar la destrucción de las Tablas de la Ley el 17 de Tamuz. Ribbí Yehoshua ben Levi (Masejet Aboda Zara 4b) dijo que del episodio del becerro de oro aprendemos que HaShem está dispuesto a perdonar incluso las ofensas más graves. Así que nunca debemos perder la esperanza y decir: “He cometido demasiados pecados. HaShem nunca me perdonará. Estoy definitivamente en un punto más allá de la redención.”

Según Ribbí Yehoshua ben Levi, ninguna transgresión puede ser más grave que la idolatría practicada con el becerro de oro. Y vemos que al final, después del arrepentimiento y las Tefilot (oraciones), HaShem perdonó a Am Israel.

Este es un mensaje muy adecuado para un día de ayuno, que debe dedicarse a hacer Teshubá: arrepentirnos de nuestras malas acciones y acercarnos a HaShem.


Un ídolo en el Bet haMiqdash

Los rabinos discrepan sobre este punto en cuanto a su ´poca exacta : ¿recordamos lo que ocurrió en tiempos del rey Menashe en el siglo VII antes de la era común (AEC) o lo que ocurrió en tiempos de Apostomus, un general romano que ofendió públicamente a los judíos alrededor del año 68 de la era común?

Este trágico evento podría haber ocurrido dos veces. De cualquier manera, voy a explicar aquí la primera interpretación.

El Reino de Israel se dividió en dos reinos: Israel y Yehudá. El reino de Israel, las diez tribus perdidas, fue destruido en el año 722 AEC. El reino de Yehudá es el que sobrevivió. Nosotros, los judíos, Yehudim, descendemos del reino de Yehudá.

Menashe, rey de Yehudá, vivió desde el 709 AEC hasta el 642 AEC. Hay dos hechos que caracterizaron su reinado:

• Fue el rey que reinó más tiempo en la historia judía: 55 años.
• Probablemente fue el peor rey en la historia de Am Israel. Indudablemente, el peor rey del Reino de Yehudá.

Su padre fue un gran Tsadiq, Jizqiyahu, y según nuestra tradición, su abuelo fue el profeta Yeshayahu. Menashe convirtió a Yehudá en un estado vasallo de Asiria (אשור). Y esto significó que los Yehudim no solo obedecieron al rey asirio, sino que también adoptaron su religión. Menashe se dedicó a la eliminación sistemática del judaísmo, incluyendo todo el servicio sagrado en el Bet haMiqdash. Introdujo el culto a Baal, Asherá y todas las constelaciones del cielo, que eran las prácticas idolátricas de Asiria. Trajo a Israel los obot y ide’onim, es decir, adivinos, hechiceros, magos idólatras y todo tipo de supersticiones. Ordenó matar y asesinar a miles de Yehudim, especialmente a aquellos que se oponían a sus reformas religiosas. Algunos dicen que Menashe asesinó a su propio abuelo, el profeta Yeshayahu. Menashe hizo que la Torá fuera completamente olvidada durante dos generaciones.

En el capítulo 21 de II Reyes vemos en detalle lo que hizo Menashe.

Melajim II 21:2-6:
“Menashe hizo todo lo que ofendía a HaShem: practicó las prácticas idólatras abominables de las naciones que HaShem había expulsado ante los israelitas. Reconstruyó los altares paganos que su padre Jizqiyahu había destruido. Levantó altares en honor a Baal e hizo una imagen de la diosa Asherá. Se postró ante todas las estrellas del cielo y las adoró… En ambos atrios del Templo de HaShem construyó altares en honor a las estrellas del cielo. Sacrificó a su propio hijo en el fuego, practicó la magia y la hechicería, y consultó a nigromantes y espiritistas. Continuamente hizo lo que ofendía al Señor, provocando así Su ira.”

Veamos ahora el texto que nos cuenta lo que sucedió, según la primera versión, el 17 de Tamuz.

Melajim II 21:7:
“[Menashe] tomó la imagen de la diosa Asherá, que había mandado hacer, y la colocó en el Santuario [del Templo], en el lugar donde HaShem había dicho a David y a su hijo Shelomó: ‘En este Templo en Jerusalem, la ciudad que he elegido de todas las tribus de Israel, he decidido morar para siempre.’”

Cuando Menashe falleció, fue sucedido por su hijo, Amón, que siguió sus malos caminos. Después de dos años, Amón fue asesinado, y su hijo, Yoshiyahu, el nieto de Menashe, fue coronado rey. Yoshiyahu fue uno de los mejores monarcas de Yehudá. En sus días, mientras realizaban reparaciones en el Templo de Jerusalem, los trabajadores encontraron un Sefer Torá que había sido escondido en tiempos de Menashe. Después de leer la Torá, que había sido prácticamente olvidada durante más de 50 años, el rey Yoshiyahu decidió regresar a HaShem con todo su corazón, y por primera vez en dos generaciones, los judíos volvieron a la observancia y práctica de la Torá y las mitsvot. Yoshiyahu erradicó toda idolatría y restauró el servicio a HaShem en el Bet haMiqdash.

Pero en algunos aspectos, el daño que Menashe había causado ya era irreparable. A pesar de los esfuerzos del rey Yoshiyahu, muchas personas ya habían asimilado la idolatría de los goyim. Muchos rabinos creían que la destrucción del primer Bet haMiqdash (586 AEC) se debió indirectamente a las acciones de Menashe.

El 17 de Tamuz, cuando recordamos la colocación de un ídolo en el Bet haMiqdash, también deberíamos lamentarnos y hacer nuestra propia Teshubá por las malas acciones de nuestros antepasados en tiempos del rey Menashe.


La interrupción del sacrificio diario

אֶת-הַכֶּ֥בֶשׂ אֶחָ֖ד תַּעֲשֶׂ֣ה בַבֹּ֑קֶר וְאֵת֙ הַכֶּ֣בֶשׂ הַשֵּׁנִ֔י תַּעֲשֶׂ֖ה בֵּ֥ין הָֽעַרְבָּֽיִם

Los rabinos mencionaron cinco eventos trágicos que ocurrieron el 17 de Tamuz. Uno de ellos fue que el sacrificio diario en el Templo fue interrumpido.

Cada día, en el Bet haMiqdash, se ofrecían dos sacrificios, uno en la mañana y otro en la tarde. El sacrificio diario era tan importante que también se ofrecía en Shabbat e incluso en Yom Kipur. Esta mitsvá se cumplió ininterrumpidamente desde que se le ordenó a Moshe Rabbenu hasta el día 17 de Tamuz en el año 586 AEC, es decir, durante unos 700 años.

En la época del primer Bet haMiqdash, el ejército babilonio invadió Jerusalem. Las murallas de la ciudad fueron destruidas el 9 de Tamuz. Pero el Bet haMiqdash, que estaba protegido por murallas internas, continuó operando, y la ofrenda del sacrificio diario era la mejor evidencia de ello. El Guemará dice que el 13 de Tamuz los Cohanim, los sacerdotes que estaban a cargo de los sacrificios públicos, comenzaron a quedarse sin animales. Los Cohanim intentaron sobornar a los soldados del ejército invasor y obtener los animales a cualquier costo. Esto funcionó durante cuatro días, hasta el 17 de Tamuz. Ese día, por primera vez en 700 años, el sacrificio diario no se realizó. Y el Bet haMiqdash, aunque aún se mantenía en pie durante tres semanas más, prácticamente dejó de funcionar como tal.

El Guemará (Yerushalmí Ta’anit, capítulo 4) nos dice que algo similar ocurrió en los días del segundo Bet haMiqdash (año 68 de la era común). Los Cohanim estaban tratando de adquirir animales del ejército enemigo. Dos cubos llenos de monedas de oro estaban siendo entregados a través del muro. Y a cambio, los romanos les daban dos animales kosher para el sacrificio diario. Hasta que un día, los romanos tomaron el oro y en los cubos colocaron dos cerdos, que afortunadamente saltaron del cubo antes de llegar al otro lado del muro. Este evento, sin embargo, quedó en la memoria de la gente como un trauma nacional.

En el famoso libro La Guerra de los Judíos (volumen 6), el autor Flavio Josefo escribe:
“Tito, el general romano que dirigió la conquista de Jerusalén en el año 68, ordenó a su ejército abrir una brecha en el muro de la ciudad para que sus soldados pudieran acceder a ella sin dificultades. Ese día, Tito escuchó que el sacrificio diario no se había ofrecido [por primera vez desde el 516 AEC], y el pueblo judío, al escuchar esta triste noticia, quedó completamente desmoralizado.”

Hoy, desafortunadamente, no tenemos el Bet haMiqdash. Pero según la indicación de nuestros profetas, los sacrificios han sido reemplazados por las Tefilot (oraciones). La primera Tefilá que decimos en el día se llama Shaharit, que viene a reemplazar el sacrificio de la mañana (tamid shel shajar), y la segunda Tefilá de la tarde, Minha, reemplaza el sacrificio de la tarde (tamid shel ben ha’arbayim).

También recitamos en las mañanas un texto de Tehilim, poemas religiosos escritos por el rey David, llamado Shir Shel Yom. Cada día de la semana recitamos un texto diferente. Y antes de la recitación, decimos: “Esta era la canción que los Leviim cantaban en el dukhan.” Los levitas, que eran los asistentes de los Cohanim, estaban a cargo, entre otras cosas, de la música y las canciones que se cantaban en el Bet haMiqdash. Estos poemas de Tehilim eran cantados por los Leviim, un coro de un mínimo de doce hombres, en el dukhan, que era una plataforma con tres escalones, en el momento en que se ofrecía el sacrificio diario, en la mañana y en la tarde.

El 17 de Tamuz en contexto

El 17 de Tamuz es uno de los cuatro días de ayuno en los que recordamos los eventos que llevaron a la destrucción de nuestro primer Bet haMiqdash (Templo de Jerusalem) en el 586 AEC y el consiguiente exilio.

• Ayunamos el 10 de Tebet, cuando el enemigo comenzó el asedio de Jerusalem, lo que provocó una gran hambruna, epidemias, etc.
• Observamos un día de ayuno el 17 de Tamuz porque este es el día en que los babilonios hicieron la primera brecha en las murallas de la ciudad, es decir, cuando entraron en la ciudad.
• Después de tres semanas de batalla y agonizante resistencia, el enemigo finalmente prevaleció. Por eso, tres semanas después del 17 de Tamuz, observamos el 9 de Ab, el día nacional de duelo para el pueblo judío. En este trágico día, el primer Bet haMiqdash fue destruido y quemado (el segundo Bet haMiqdash también fue destruido un 9 de Ab, en el año 68 de la era común). Miles de judíos fueron asesinados o murieron de hambre y el resto fueron llevados cautivos a Babilonia. Una pequeña población judía permaneció en Israel como vasallos de los babilonios.
• Unos años después, un grupo de judíos asesinó al delegado babilonio, Gedaliá ben Ajiqam, el 3 de Tishrí. Las consecuencias fueron devastadoras. El emperador babilonio interpretó este asesinato como una rebelión contra su reino y ordenó que la pequeña población judía que había permanecido en Israel después de la destrucción del Templo también fuera asesinada o exiliada.

Estas cuatro fechas: 10 de Tebet, 17 de Tamuz, 9 de Ab y 3 de Tishrí fueron establecidas por nuestros profetas como días de ayuno para recordar la destrucción del Bet haMiqdash y nuestra responsabilidad, alentándonos a reflexionar y arrepentirnos.

Es interesante notar que alrededor del año 516 AEC, 70 años después del exilio, alrededor de 40,000 judíos regresaron a Israel y construyeron el segundo Bet haMiqdash. En ese momento, el profeta Zacarías y Anshe Kneset haGuedolá (el Primer Congreso Judío) cancelaron estos días de ayuno y los declararon días de alegría y celebración.

“Así dice HaShem, Señor de los Ejércitos: El ayuno del cuarto mes, el ayuno del quinto, el ayuno del séptimo y el ayuno del décimo serán [ahora y] para la casa de Yehudá temporadas de alegría y regocijo y fiestas alegres…”
(Zacarías 8:19)

Cuando el segundo Bet haMiqdash fue destruido, en el año 68 de la era común, comenzamos a ayunar nuevamente.

BeEzrat HaShem, cuando se construya el Tercer Bet haMiqdash, במהרה בימינו, estos días de ayuno se convertirán nuevamente en días de celebración.


Apostomus quemó un Sefer Torá

Un comando judío atacó una expedición de romanos que traían armas y suministros al ejército invasor. El gobernador romano, Komanos, sitió la ciudad de Bet-Horón, desde donde se organizó este ataque, y ordenó que los atacantes fueran capturados y llevados ante él. Los soldados romanos cumplieron con las órdenes del gobernador, pero las excedieron. Un militar romano llamado Apostomus tomó un Sefer Torá y lo quemó públicamente. Esto ocurrió el 17 de Tamuz. Los Yehudim escucharon esta gran tragedia —fue la primera vez que sucedió, pero desafortunadamente, no la última— y comenzaron una gran revuelta, que solo se apaciguó cuando los romanos ejecutaron al soldado que había cometido esta aberración.


Una brecha en el muro

La rebelión de los judíos contra los romanos no prosperó, y los romanos terminaron destruyendo el Bet haMiqdash en el año 68 de la era común. Los judíos que vivían dentro de Yerushalayim se defendieron detrás de las murallas, que fueron originalmente construidas en los días del rey Shelomó. Las murallas del segundo Bet haMiqdash fueron construidas por Nejemiá, en el siglo V AEC. Estas murallas estaban allí obviamente para mantener a los enemigos fuera de la ciudad y eran especialmente fuertes. La gente luchó con valentía e ingenio para defender la ciudad y repeler a los poderosos enemigos.

Pero los romanos, la superpotencia mundial más poderosa de ese tiempo, tenían tecnología militar muy avanzada. Utilizaron catapultas para lanzar rocas muy pesadas que golpeaban y rompían las murallas. También construyeron torres para escalar las murallas y debilitar las defensas judías. Los soldados enemigos llevaban en estas torres un “ariete”, un tronco enorme con una punta de hierro con la imagen de una cabeza de carnero, para golpear y dañar las murallas y las puertas de la ciudad.

El 17 de Tamuz, una de las murallas de Yerushalayim —la fortaleza de Antonia, construida por Herodes 40 años antes, en honor del emperador Marco Antonio— cedió, y los soldados romanos comenzaron a entrar en la ciudad. Este fue el comienzo del fin de Yerushalayim.

Los judíos lucharon ferozmente desde dentro de las murallas, pero no estaban unidos y estaban peleando entre ellos. Y como explicaron nuestros sabios, cuando esto sucede (sinat jinam), HaShem no está con nosotros.


El 17 de Tamuz en contexto

El 17 de Tamuz es uno de los cuatro días de ayuno en los que recordamos los eventos que llevaron a la destrucción de nuestro primer Bet haMiqdash (Templo de Jerusalem) en el 586 AEC y el consiguiente exilio.

• Ayunamos el 10 de Tebet, cuando el enemigo comenzó el asedio de Jerusalem, lo que provocó una gran hambruna, epidemias, etc.
• Observamos un día de ayuno el 17 de Tamuz porque este es el día en que los babilonios hicieron la primera brecha en las murallas de la ciudad, es decir, cuando entraron en la ciudad.
• Después de tres semanas de batalla y agonizante resistencia, el enemigo finalmente prevaleció. Por eso, tres semanas después del 17 de Tamuz, observamos el 9 de Ab, el día nacional de duelo para el pueblo judío. En este trágico día, el primer Bet haMiqdash fue destruido y quemado (el segundo Bet haMiqdash también fue destruido un 9 de Ab, en el año 68 de la era común). Miles de judíos fueron asesinados o murieron de hambre y el resto fueron llevados cautivos a Babilonia. Una pequeña población judía permaneció en Israel como vasallos de los babilonios.
• Unos años después, un grupo de judíos asesinó al delegado babilonio, Gedaliá ben Ajiqam, el 3 de Tishrí. Las consecuencias fueron devastadoras. El emperador babilonio interpretó este asesinato como una rebelión contra su reino y ordenó que la pequeña población judía que había permanecido en Israel después de la destrucción del Templo también fuera asesinada o exiliada.

Estas cuatro fechas: 10 de Tebet, 17 de Tamuz, 9 de Ab y 3 de Tishrí fueron establecidas por nuestros profetas como días de ayuno para recordar la destrucción del Bet haMiqdash y nuestra responsabilidad, alentándonos a reflexionar y arrepentirnos.

Es interesante notar que alrededor del año 516 AEC, 70 años después del exilio, alrededor de 40,000 judíos regresaron a Israel y construyeron el segundo Bet haMiqdash. En ese momento, el profeta Zacarías y Anshe Kneset haGuedolá (el Primer Congreso Judío) cancelaron estos días de ayuno y los declararon días de alegría y celebración.

“Así dice HaShem, Señor de los Ejércitos: El ayuno del cuarto mes, el ayuno del quinto, el ayuno del séptimo y el ayuno del décimo serán [ahora y] para la casa de Yehudá temporadas de alegría y regocijo y fiestas alegres…”
(Zacarías 8:19)

Cuando el segundo Bet haMiqdash fue destruido, en el año 68 de la era común, comenzamos a ayunar nuevamente.

BeEzrat HaShem, cuando se construya el Tercer Bet haMiqdash, במהרה בימינו, estos días de ayuno se convertirán nuevamente en días de celebración.





Rab Shaul haLevi Mortera (1596-1660) fundador de la comunidad Sefaradí de Ámsterdam

Ribbí Shaul Leví Mortera nació en Venecia, Italia, en el año 1596, en el seno de una familia de judíos sefaradíes descendientes de anusim portugueses. Desde su juventud mostró una inclinación natural hacia el estudio profundo, la filosofía y la tradición.

El evento que marcó el inicio de su carrera rabínica tuvo lugar en el año 1616. Mortera fue quien escoltó el cuerpo del célebre médico judío Eliahu de Luna Montalto —médico personal de la reina María de Médicis— desde París hasta Ámsterdam. Este acto de lealtad y respeto hacia un sabio tan respetado dejó una profunda impresión en la comunidad sefaradí de la ciudad, y fue tal la impresión que causó que le ofrecieron el cargo de liderazgo rabínico en la comunidad sefaradí de Ámsterdam.

Formación y primeras responsabilidades

Ya en Ámsterdam, el rab Shaul prosiguió sus estudios bajo la dirección del jajam Yitsjaq Uziel, un rabino originario de Marruecos. Estudió con él Talmud, filosofía judía, exégesis bíblica y pensamiento medieval, en especial el legado de Maimónides. En poco tiempo fundó una institución de estudios avanzados, un Bet Midrash llamado Kéter Torá, donde él mismo enseñaba. Mencionemos que el rab Mortera brillaba en una generación donde había luminarias como el rab David Pardo, el rab Jacob Sasportas y Menashé ben Israel.

Gracias a su prestigio creciente, fue nombrado presidente de la corte rabínica de la comunidad portuguesa de Ámsterdam. Este cargo no solo implicaba dictaminar halajá, sino también actuar como líder comunitario en una ciudad donde el judaísmo, aunque tolerado, vivía bajo vigilancia y presión de las autoridades calvinistas.

La fundación de la Yeshivá Ets HaJayim

Uno de los grandes logros de Mortera fue la fundación y dirección de la famosa Yeshivá Ets HaJayim, institución que se convirtió en el centro del renacimiento espiritual sefaradí en los Países Bajos. Allí enseñó durante décadas a cientos de alumnos, muchos de ellos descendientes de familias marranas que apenas estaban redescubriendo el judaísmo que sus antepasados habían practicado en secreto.

Entre sus alumnos más destacados se cuentan figuras como el rabino Moshe Zacuto y el rabino Abraham HaCohen Pimentel (autor de Minjat Cohen). Su mayor frustración fue que uno de esos alumnos fue también el famoso hereje Baruj Spinoza, a quien él mismo tuvo que excomulgar.

Espinoza fue su alumno directo en Talmud, Torá y filosofía, pero con el tiempo adoptó posturas cada vez más radicales que desafiaban los principios fundamentales del judaísmo tradicional. Cuando finalmente la comunidad sefaradí decidió emitir el jérem (excomunión) contra Spinoza, el 27 de julio de 1656, Mortera fue uno de los tres dayanim que firmaron la sentencia, redactada en términos inusualmente severos. La decisión fue dolorosa, pero necesaria para proteger la cohesión interna de una comunidad en reconstrucción.

Su obra central: Giv’at Shaul

El legado escrito más famoso de Mortera es sin duda Giv’at Shaul, publicado en hebreo en Ámsterdam en 1645. Esta obra recoge 50 derashot (sermones) seleccionadas de entre más de 500 pronunciadas durante su carrera. Los sermones están basados en las secciones semanales de la Torá y combinan conocimiento rabínico, rigor filosófico y profundidad emocional.

Giv’at Shaul refleja la preocupación constante del rabino por guiar espiritualmente a una generación cuyos miembros habían sido educados en conventos o colegios cristianos, sin conocimiento previo de la Torá ni de la tradición judía. En cada discurso, el rab Mortera utiliza la parashá para hablar sobre Emuná, fe judía, justicia, providencia, mesianismo y libre albedrío, todo con un tono didáctico y comparando la visión judía con la cristiana que sus alumnos conocían. Para la mayoría de ellos era la primera vez que escuchaban la versión judía de los principios de fe.

Maestro de los “nuevos judíos”

Ribbí Shaul Leví Mortera entendía que su principal tarea no era solo enseñar Torá a los sabios, sino reeducar a los “nuevos judíos”, es decir, a aquellos descendientes de marranos que, tras generaciones de adoctrinamiento y conversión forzada, retornaban públicamente al judaísmo. A muchos de ellos, la sinagoga les era tan ajena como lo era una iglesia para un judío tradicional.

Por esta razón, escribió varios libros en portugués y en español, dedicados específicamente a esta población. En ellos abordaba los fundamentos del judaísmo, la inmortalidad del alma, el Mesías, la revelación, la unicidad de Dios y —sobre todo— las diferencias entre el judaísmo y el cristianismo.

Uno de los más significativos es El Tratado de la Verdad de la Ley de Moisés, en el cual Mortera defiende el judaísmo frente a los dogmas cristianos. Explica el entendimiento judío de los versículos bíblicos que la Iglesia había apropiado para justificar doctrinas como la Trinidad, la encarnación o la abolición de la Torá. Lo hace con claridad, lógica y sin tono provocador, manteniéndose fiel a una línea apologética judía que se remonta a Saadia Gaón y a Maimónides.

Otros escritos y tratados apologéticos

Además del Giv’at Shaul y del Tratado de la Verdad, Mortera escribió numerosas obras de polémica religiosa y filosofía popular, entre ellas:

  • Preguntas que hizo un clérigo de Ruan de Francia: una respuesta puntual a los ataques de un sacerdote católico contra el Talmud.

  • Providencia de Dios con Israel: reflexión sobre la elección del pueblo judío y su rol en la historia sagrada.

  • Relación memorable para confusión de aquellos que niegan la providencia divina: exposición de la fe judía en la supervisión activa de Dios (hashgajá).

  • Obstáculos y oposiciones contra la religión cristiana: crítica racional a los principios básicos del cristianismo.

  • Varios tratados relativos a la religión judía: compendio de temas introductorios para el aprendizaje de los nuevos judíos.

  • La eternidad de la Ley de Mosheh: defensa enfática del carácter eterno e irremplazable de la Torá frente a la noción del “Nuevo Pacto”.

Estos escritos circularon en manuscritos o impresos de edición limitada, y fueron preservados en bibliotecas de Londres, Ámsterdam y Hamburgo. Algunos de ellos fueron utilizados por generaciones posteriores de rabinos para enfrentar las dudas de conversos, misioneros y cristianos interesados en el judaísmo.

Su pensamiento: entre Maimónides y el exilio

Mortera fue un hombre profundamente influenciado por el judaísmo inteligente de Maimónides, un modelo ideal para una comunidad judía que, si bien acababa de salir del trauma de la Inquisición, estaba compuesta por individuos altamente educados. Al enseñar la filosofía de Maimónides, Mortera les ofrecía a los exconversos un lenguaje que ellos comprendían, y a través de él podía transmitir los principios de fe judía claramente diferenciados de los preceptos cristianos.

Incluso citando a Maimónides podía enseñarles —a esos exconversos que habían asistido a universidades— que la ciencia no está en contradicción con la fe, como sucedía con frecuencia en el mundo cristiano.

El rab Shaul entendía que el retorno al judaísmo no se lograba mediante imposiciones, sino con paciencia y claridad.

Se dice sobre Maimónides y su actitud hacia aquellos judíos yemenitas que sufrieron la conversión forzosa en el siglo XII, que para Maimónides la crisis espiritual no es un delito: es una enfermedad. Y por lo tanto, no necesita de un juez que venga a sentenciarla, sino de un médico que venga a curarla.

Legado

Ribbí Shaul Leví Mortera falleció en 1660, dejando un legado que perduró mucho más allá de su tiempo. Fue el símbolo de una generación que reconstruyó el judaísmo sefaradí desde las cenizas del exilio y la persecución.

Su obra, tanto oral como escrita, consolidó a Ámsterdam como el centro intelectual y espiritual del judaísmo sefaradí en Europa occidental durante el siglo XVII. Sus discípulos continuaron su labor en Europa y en el Imperio Otomano, y su influencia aún se percibe en el pensamiento judío moderno, especialmente en los debates entre tradición y modernidad, fe y razón, memoria y libertad.

Como todos los Gigantes Olvidados, el rab Mortera merece ser recordado no solo por su erudición, sino por su misión: reconstruir la identidad judía de quienes la habían perdido… sin haberla olvidado nunca.




BALAQ: ¿Quiénes son los peores enemigos de Israel?


DE ADENTRO HACIA AFUERA

Hasta ahora, la mayoría de los problemas que el pueblo de Israel tuvo en su travesía por el desierto tenían que ver con conflictos internos: la gente insatisfecha, quejas por la comida (maná), los espías que desalentaron al pueblo, la rebelión de Koraj contra el liderazgo de Moshé, etc. Esa generación que salió de Egipto tuvo que, literalmente, desaparecer.

Ahora, nuestra Perashá sucede 40 años después de la salida de Egipto. Los problemas se transforman: son conflictos con los enemigos externos.

Israel está en el lado este del río Jordán, lo que hoy es Jordania, listos para ingresar a la tierra prometida.

Balaq, el rey de la nación de Moab, ve desde lo alto de su montaña al pueblo judío y les tiene miedo. Se dio cuenta de que estos judíos son diferentes a la primera generación: saben defenderse y luchar, como quedó demostrado en las impresionantes victorias contra Sijón y Og. Balaq teme que su reino termine de una manera parecida. Y para evitarlo, se le ocurre una idea no convencional, “out of the box”.

EL SECRETO DE LA SUPERVIVENCIA JUDÍA

Balaq reflexiona sobre el pueblo judío y sus espectaculares triunfos: si la primera generación, los que salieron de la esclavitud y no sabían luchar, vencieron a Egipto, la mayor superpotencia del Medio Oriente, y humillaron al faraón y su ejército, ese triunfo NO podía haberse basado en su poderío militar. “Algo” sobrenatural tiene que explicar por qué Israel nunca perdió una guerra a pesar de NO ser un pueblo agresivo, guerrero y despiadado. Balaq concluye —correctamente— que el secreto de Israel no está en su destreza militar. Hay algo —Alguien— no convencional que les ayuda a ganar las guerras. Y asume que el secreto de las victorias judías está en la relación entre Moshé y el Dios de Israel. El Dios de Moshé, razona Balaq con su mente idólatra, es superior y ha vencido a todos los dioses egipcios.

Balaq tiene que buscar un dios más poderoso que el de Israel. En su defecto, podría utilizar a alguien que pudiera manipular a ese mismo “Dios” de Israel, un razonamiento no poco común en el mundo idólatra, y usarlo contra Moshé. Los dioses paganos eran sobornables y podían cambiar de opinión. Pero había que encontrar a alguien que tuviera acceso a ese Dios y lo convenciera de que se pusiera en contra de Moshé. Balaq cuenta con muchos recursos propios: adivinos, brujos y magos. En el pueblo de Midyan, le informan a Balaq, hay alguien muy especial, un profeta como Moshé, que pueda invocar al mismo Dios de Moshé. Se llama Bilam, y es aliado de sus aliados medianitas.

Lo manda a buscar y lo contrata para que con sus poderes “maldiga” a Israel: es decir, haga que Dios se vuelva contra ellos. En la cultura pagana creían que los dioses no pueden “querer” a alguien, elegir a alguien así porque sí. Los dioses paganos son mercenarios. Pueden ser comprados, manipulados y cambiarse de bando. Y Bilam es la persona indicada para hacerlo.

Luego de idas y vueltas, donde le explica a Balaq que él no habla de su propio albedrío, sino que “Dios pone las palabras en su boca”, Bilam llega donde Balaq, entra en trance y trata de invocar a Dios para maldecir a Israel. Pero Dios interviene en las palabras de Bilam, lo inspira —lo posee— y en lugar de maldiciones, de la boca de Bilam salen las más hermosas bendiciones. Lo intentan varias veces, siete en total, desde diferentes ángulos, con diferentes sacrificios, pero una y otra vez, todas las maldiciones que Bilam quería pronunciar contra Israel se transforman en bendiciones. Balaq se enoja muchísimo con Bilam y lo echa.

BILAM EL MONOTEÍSTA

El relato es fascinante y deja muchos interrogantes abiertos. Me voy a concentrar en uno solo. ¿Por qué Bilam se presta a ayudar a los enemigos de Israel? Es raro porque Bilam, aparentemente, es una persona religiosa y reconoce al Dios de Israel.

Repito: Bilam no solo cree en un “dios” general, sino en el Dios de Israel. Y a diferencia del faraón o de otros gentiles, Bilam no usa solo la palabra ELOQIM, que significa genéricamente “Dios”, sino “Amonay” (con “d”): el “nombre propio” del Dios de Abraham, Isaac y Jacob.

Dos preguntas. Primera pregunta: ¿Cómo es posible que Bilam creyera en el Dios de los judíos? Creo que ningún comentarista se refiere a este punto. Quizás porque la respuesta es demasiado simple. Bilam pertenece a la nación de Midyan, ¡el pueblo del suegro de Moshé, Yitró! En el libro de Shemot leímos que Yitró llegó al campamento de Israel alabando y reconociendo al Dios de Israel. Pero luego, antes de que Israel partiera rumbo a la tierra prometida, Yitró regresó a Midyan, y de acuerdo a algunos comentaristas, cuando regresó a Midyan, difundió el culto al Dios de Israel. Esta Perashá sucede 40 años más tarde. Y al parecer Bilam era discípulo de Yitró, y a través del suegro de Moshé aprendió acerca de HaShem, Dios de Israel.

LA COMPETENCIA RELIGIOSA

Segunda pregunta. Si Bilam y Moshé son monoteístas y creen en un mismo Dios, si la religión de Bilam y la de Moshé eran tan parecidas, ¿por qué Bilam odia a Israel y los quiere maldecir?

Es mucho más lo que Bilam y Moshé comparten ideológicamente que lo que los separa. Incluso si Bilam llamaba a Dios con otro nombre en idioma medianita, se refería al mismo Dios. Es como cuando un musulmán menciona a Allá: se está refiriendo al Dios de la Biblia, al Dios de Abraham, Isaac y Jacob. El monoteísmo, la creencia en un solo Dios, tendría que motivar a Bilam a actuar como protector de Israel, o por lo menos como su aliado más leal. ¿Cómo se explica el antagonismo de Bilam hacia Israel?

Creo que, una vez más, para entender el pasado bíblico debemos utilizar el presente político.

Pensemos en quiénes son hoy en día los enemigos más feroces de Israel. Sin duda, los musulmanes islamistas, es decir, los más “religiosos” como Hamas, la Hermandad Musulmana y el Jihad Islámico. Recordemos que el Islam se forma a partir de textos e ideas bíblicas: el patriarca Abraham, la Biblia, el monoteísmo, el rezo, el ayuno, etc. ¿Por qué entonces esa enemistad hacia Erets Israel, cuando en realidad, los musulmanes —nuestros primos hermanos— deberían ser nuestros protectores o al menos nuestros “aliados naturales”? ¿Cómo se explica?

LA TEORÍA DEL REEMPLAZO

El profesor Mordejai Kedar y otros analistas israelíes que se especializan en el Islam, explican que detrás de todo el odio político y la idea de Jihad de los islamistas hay una base 100% religiosa: ¿quién debe ser considerado como el verdadero representante del Dios de la Biblia: Israel o la nación islámica? ¿Quién es superior? ¿Y quién fue el profeta superior: Moshé o Mahoma? ¿Quiénes son los auténticos representantes de Dios sobre la tierra: los judíos o los musulmanes? Que quede claro que la lucha religiosa por demostrar supremacía viene de un solo lado: del lado islamista. Los judíos, B”H, no necesitamos declarar ninguna guerra religiosa para validar nuestra condición de pueblo elegido, porque NO SUFRIMOS DE NINGÚN COMPLEJO DE INFERIORIDAD. Pero del otro lado hay una desesperación por demostrar la supremacía religiosa.

NADA NUEVO BAJO EL SOL

Esto ocurrió con Bilam. A pesar de todo lo que tenía en común con Moshé, a Bilam NO LE INTERESABA relacionarse con Moshé, no quería sumarse a su pueblo ni convertirse en su aliado. Una vez que conoció la religión de Moshé, SE APROPIÓ DE LA RELIGIÓN DE MOSHÉ y desde ese momento Moshé le hacía sombra. El odio de Bilam hacia el pueblo de Israel nacía desde su deseo y aspiración de REEMPLAZAR a Israel.

Y por eso se transformó en su mayor enemigo e intentó destruirlo.

Pero Dios no lo permitió en ese momento ni lo permitirá hoy.

SHABBAT SHALOM




La humildad de Moshé y la arrogancia de Bil’am

¿QUIÉN ERA BILAM?

Aunque una de las Perashiot que leemos esta semana lleva el nombre del Rey de Moab, Balaq, el protagonista principal es un individuo muy misterioso llamado Bil’am (Balaam). ¿Quién era Bil’am? Bil’am era un profeta no-judío. Y de acuerdo a nuestros Sabios, Dios se reveló a Bil’am en un nivel similar al que se reveló a Moshe (Moisés).

Pero no asumamos que por el hecho que Dios se reveló a Bil’am, Bil’am se parecía a Moshé. En realidad aunque ambos, Moshé y Bilam, recibieron un mensaje profético, procesaron esta experiencia de una manera completamente diferente. Opuesta. 

LA EXPERIENCIA DE MOSHE

El comunicarse con Dios le hizo darse cuenta a Moshé de lo pequeño y limitado que él era.  Un ejemplo.  Moshé tenía muchas preguntas que hacerle a Dios. Uno de los temas que más angustiaba a Moshé era no comprender la justicia de Dios. ¿Cómo puede ser que si Dios es todo bondad (omnibolente) y todo lo puede (omnipotente) los hombres justos muchas veces sufren?  Sin embargo, después de su «encuentro cercano» con Dios, esta pregunta de Moisés desapareció. Pero no desapareció porque Moshé encontró una respuesta a este interrogante, sino porque la cercanía de Dios le permitió a Moshé entender mejor sus propias insuperables limitaciones. Su encuentro con Dios le hizo comprender a Moshé por qué no podía comprender. Al aproximarse a la Infinitud de Dios Moshé tomó conciencia de su infinita pequeñez. Y entendió que tratar de entender «los pensamientos de Dios» está más allá de las capacidades cognitivas de un ser humano, por más sabio o inteligente que éste fuera. Es por eso que después de experimentar la revelación Divina, Moshé, que ya era humilde, se comportó con más humildad y se convirtió en «el hombre más humilde que hubo sobre la faz de la tierra» (Bamidbar 12:03).

LA EXPERIENCIA DE BILAM

Bil’am también tuvo un encuentro cercano con Dios. La misma epifanía abrumadora que experimentó Moshé Rabenu. Pero la reacción de Bil’am fue exactamente opuesta a la de Moshé. Cuando Dios se reveló a Moshé, Moshé se enfocó en Dios, en su Infinita Sabiduría que tan lejos está de nosotros. Pero cuando Dios se reveló a Bil’am, Bil’am se enfocó en sí mismo. Bil’am pensó que si Dios se comunicaba con él, era porque él, Bil’am, era una persona muy especial y única: un iluminado. Y así Bil’am se convenció de que él era el hombre más importante sobre la faz del planeta.  Y actuaba de esa manera. Lejos de tomar conciencia de su finitud al tener más conciencia de la infinitud de Dios, Bil’am se jactó de que él ahora podía comprender la Sabiduría Divina. Y en un momento pronunció la frase más arrogante que se haya escrito en la Torá: yode’a da’at ‘Elion, «[Yo soy Bil’am], el que comprende la mente del Todopoderoso».

LA EXPERIENCIA RELIGIOSA

Vemos como la misma experiencia espiritual, la revelación de Dios, afectó a Bilam y a Moshé Rabenu de maneras completamente opuestas.  Moshé se transformó en el hombre más humilde de la historia. Y Bilam, en el más arrogante.  Bil’am, por ejemplo,  se refirió a sí mismo en tercera persona.  Y también se alardeaba de que Dios hablaba «a través de su boca», como si él fuera Su elegido. Bil’am presumía tener la habilidad de destruir a toda una nación, Israel, con el poder de su palabra, sin necesidad de un enfrentamiento militar.  Bil’am pensaba que podía «forzar» la voluntad Divina y «obligar» a Dios, a través de su magia a hacer lo que él, Bil’am, quisiera. 

CUANDO LOS BURROS HABLAN

Nuestros rabinos señalan que Bil’am recibió una lección de humildad de quien menos imaginaba: de su burra.   

Cuando Bil’am se dirigía a encontrarse con Balaq, que lo había contratado para maldecir a Israel, iba montado en su asno. El animal de pronto se detuvo y se desvió de su camino. La Torá explica que al animal vio un ángel, se asustó y por eso se detuvo. Pero Bil’am castigó a su burra y la amenazó de muerte con su espada. Dios, entonces, «abrió la boca» del animal y la burra le reveló a Bil’am por qué se había desviado.

Nuestro rabinos explicaron lo siguiente:

Bilam se jactaba de que Dios «hablaba por su boca». Ahora, Bilam vió que incluso un burro, que nunca fue considerado un animal muy inteligente, también podía hablar y transmitir un mensaje Divino, si Dios así lo quiere. Ergo: Bil’am no era ni siquiera superior a su burra.

Bilam también afirmó que él podría eliminar toda la nación de Israel con sus maldiciones mágicas. Pero entonces ¿por qué para amenazó matar a su burro con su espada? Bil’am alardeaba de poderes que él mismo sabía que no tenía. 

Por último, Bil’am afirmó que él podía entender la Mente Divina. Y Dios le demuestra a Bil’am que ni siquiera era capaz de comprender la mente de una burra…

El hombre humilde es como el Bambú, dice un proverbio chino, cuando más alto crece más se inclina. 

SHABBAT SHALOM




RESUMEN DE LA PARASHA BALAQ

PRIMERA ALIYA

Cuarenta años después de salir de Egipto, y poco antes de entrar a la tierra de Israel, los judíos acaban de conquistar a los Emorim y al pueblo de Bashán, que se encontraban en lo que hoy es el norte del Jordán. El que ve esto con gran preocupación es Balaq, el rey del pueblo vecino de Moab. Teme que su nación sea atacada por el ejército judío. Sabe que el poder de Israel no consiste en su ejército, sino en su Alianza con Dios. Balaq busca una forma no convencional de debilitar a Israel. Envía por Bil’am, un hechicero no judío, debido a la eficacia de sus predicciones y maldiciones. Balaq le pide que pronuncie una maldición contra los judíos. Pero Dios se aparece a Bil’am y le ordena que no vaya a Moab. “¡No maldecirás al pueblo, porque Israel es bendecido [por Mí]!”

SEGUNDA ALIYA

A instancias de la solicitud divina, Bil’am declina la invitación y no se dirige a Moab. Pero el rey Balaq insiste y sugiere que lo recompensará generosamente por sus servicios. Dios le permite a Bil’am aceptar la invitación, pero le advierte que solo debe hablar las palabras que Él pondrá en su boca.

TERCERA ALIYA

Bil’am deja la tierra de Midián y va al reino de Balaq. Dios envía un ángel que Bil’am no llega a ver. Pero el burro de Bil’am registra la presencia del ángel Divino, se asusta y se niega a continuar. Bil’am golpea a su animal y milagrosamente —o en forma de profecía— el burro se comunica con Bil’am y le reprocha que lo haya golpeado. Entonces Dios abre los ojos de Bil’am y le permite ver al ángel. El ángel cuestiona a Bil’am por su enojo contra su burro (Con este evento, Dios le demuestra a Bil’am que 1. Su visión profética es inferior a la de su un animal, su burra. Y  2. Que es Dios quien pone las palabras en la boca de sus criaturas) Dios exhorta una vez más a Bil’am a decir sólo lo que Dios le ordene. Bil’am finalmente llega a Moab, donde el rey Balaq lo está esperando.

CUARTA ALIYA

Siguiendo las instrucciones de Bil’am, Balaq construye siete altares y ofrece sacrificios a Dios. Pero Dios le dicta en forma poética/profética las palabras exactas que debe dirigir a Balaq y a sus ministros: “De Aram me ha traído el rey Balaq de Moab, de los montes del oriente y me ha pedido que maldiga a Israel… Pero ¿Cómo podría maldecir a aquellos a quienes Dios no ha maldecido, y cómo me atrevería a invocar la ira de Dios si Él no se ha enojado con Israel?… “ . Luego pronunció bendiciones y alabanzas muy hermosas para el pueblo judío. Balaq, muy enojado por las bendiciones de Bil’am,  le recuerda que debe decir solo lo que él le ordena, es decir, maldecir a Israel. .

QUINTA ALIYA

En un intento por convencer a Bil’am de maldecir a Israel, Balaq lo lleva a otro lugar, como si el cambio de ubicación lo inspirara a pronunciar maldiciones. Construyen altares y ofrecen sacrificios, pero Dios nuevamente pone bendiciones para Israel en la boca de Bil’am. “Dios [ama tanto a Israel] que ignora cuando no hacen lo correcto, los perdona y no ve la maldad en los hijos de Israel”.

SEXTA ALIYA

Una vez más, Balaq lleva a Bil’am a otro lugar con la esperanza de poder maldecir a los judíos desde allí. A pesar de los nuevos altares y ofrendas, más bendiciones y alabanzas salen de la boca de Bil’am: “¡Cuán hermosas son tus tiendas [las casas de los judíos], oh Jacob, tus moradas, oh Israel! … Dios, que los sacó de Egipto… destruirá a las naciones enemigas… (insinuando que Dios destruirá a Moab). Los que los bendigan serán bendecidos y los que maldijeren a Israel serán maldecidos.  Balaq pierde la paciencia y le pide a Bil’am que regrese a su tierra con las manos vacías.

SÉPTIMA ALIYA

Antes de partir, Bil’am expresa una profecía sobre el fin de los días: “Lo veo, pero no será ahora; Lo contemplo, pero no ocurrirá pronto. De Jacob saldrá una estrella, y de Israel surgirá un bastón que derrotará a los príncipes de Moab y desarraigará a los hijos de Set…». También predice la eventual destrucción de Esav, Amaleq y Asiria.

El plan de Balaq de maldecir a Israel, tratando de que Dios castigue a su pueblo por sus eventuales pecados, fracasó. Entonces se pone en práctica un nuevo plan: las mujeres Moabitas y Midianitas van al campamento de Israel para seducir a los judíos y atraerlos a través de la actividad sexual a la idolatría de la deidad pagana Ba’al-Peor. Muchos hombres caen en la tentación y pecan. Dios le ordena a Moisés que castigue a los culpables. Una plaga mortal se desata entre los judíos, provocando la muerte de 24.000 hombres. Zimri, un líder judío que fue parte de este gran pecado, cohabitó públicamente con una princesa de Midián. Pinejás, el nieto de Aharon haCohen, los ejecuta a ambos y la plaga se detiene.




4 DE JULIO: Gershom Mendes Seixas (1745-1816), el primer rabino norteamericano


Nacimiento y origen familiar
Gershom Mendes Seixas nació en Nueva York el 15 de enero de 1745. Fue hijo de Isaac Mendes Seixas y Rachel Levy, ambos descendientes de familias sefardíes que emigraron de Portugal y España al Nuevo Mundo, estableciéndose en la pequeña pero influyente comunidad judía de Nueva York. Su padre, Isaac, era comerciante y uno de los fundadores de la sinagoga Shearith Israel, la más antigua de América del Norte.

Desde joven, Gershom se dedicó al estudio de la Tora. En esa época no había yeshivot ni centros rabínicos en América, pero estudió Tora, Tanaj y tradición judía con maestros locales y libros traídos de Europa. Aunque careció de estudios rabínicos formales, por su conocimiento, su fluidez en hebreo y su liderazgo, fue designado como jazán (oficiante), predicador y guía religioso en Shearith Israel, cargo que en las comunidades sefardíes equivalía al de rabino o jajam.

Educación y liderazgo religioso
Dominaba inglés y hebreo, y poseía conocimientos de castellano y portugués, reflejo de su herencia sefardí. En 1768, con apenas 23 años, fue designado jazán de Shearith Israel. Durante la Guerra de Independencia, su liderazgo se puso a prueba. La comunidad judía estaba dividida entre leales a la Corona británica y patriotas. Gershom apoyó firmemente la independencia. Cuando las tropas británicas ocuparon Nueva York en 1776, abandonó la ciudad junto con otros patriotas, trasladándose a Filadelfia.

Patriotismo y servicio en Filadelfia
En 1780, dejó Stratford y se estableció en Filadelfia, la capital revolucionaria. Allí fue nombrado jazán de Mikveh Israel, la segunda congregación más antigua de Estados Unidos. Durante los años críticos de la guerra, ofició, predicó y mantuvo viva la vida religiosa judía. Cuando terminó la guerra y los neoyorquinos comenzaron a regresar, Mikveh Israel no quería dejarlo ir, pero Seixas volvió a Nueva York, donde residiría el resto de su vida.

Familia y vida personal
Con su primera esposa, Elkaleh Cohen, tuvo dos hijos. Tras su fallecimiento, se casó con Hannah Manuel, con quien tuvo diez hijos. Su descendencia continuó siendo influyente en la vida judía americana, manteniendo el apellido Seixas como símbolo de orgullo sefardí.

Funciones comunitarias y cívicas
Sus deberes como jazán no se limitaban a dirigir los rezos. También era responsable de la educación, la circuncisión, el shejitá (faena ritual), y era la principal autoridad religiosa y comunitaria de los judíos neoyorquinos, una comunidad pequeña y unida.

Seixas también representaba a los judíos ante la sociedad general. Entre 1784 y 1815, fue miembro del consejo directivo (Regent) de Columbia College junto a personalidades como Alexander Hamilton y John Jay, siendo el primer judío en ocupar tal cargo en una universidad americana. Este puesto lo ejerció durante más de tres décadas, reflejando la integración de los judíos en la vida cívica estadounidense.

Predicaciones y estilo religioso
Característico de su servicio en Shearith Israel fue la costumbre de pronunciar sermones en inglés, algo inusual en un jazán tradicional. Este cambio reflejaba la influencia del protestantismo americano, así como los ideales liberales de la Ilustración. Sus contemporáneos lo llamaban “minister” o “reverend”, títulos más comunes entre cristianos, pero que reflejaban su nuevo rol como guía espiritual integral.

Aunque no publicó libros de halajá, sus sermones fueron transcritos y conservados por miembros de la congregación. Entre ellos destacan:

  • Su oración en el Día de Acción de Gracias proclamado por Washington en 1789, donde habló del deber de los judíos de agradecer a Dios por vivir en un país de libertad.

  • Sus mensajes de Rosh Hashana y Yom Kipur, insistiendo en la responsabilidad moral y en la importancia de las mitsvot como garantía de continuidad judía.

Cambio lingüístico y legado histórico
Durante su liderazgo, el español –lengua tradicional de los sefardíes– comenzó a ceder lugar al inglés, dado el crecimiento de los judíos ashkenazíes y la integración de la comunidad judía en la sociedad americana. Este proceso marcó el surgimiento de formas propias de judaísmo americano, donde la identidad sefardí y el idioma inglés se fusionaban en un mismo liderazgo.

Últimos años y legado
Falleció el 2 de julio de 1816 en Nueva York, a los 71 años, y fue sepultado en el cementerio antiguo de Shearith Israel. Hoy se le recuerda como el primer líder judío americano en apoyar abiertamente la independencia, un patriota que confió en que Estados Unidos sería un lugar donde los judíos pudieran practicar su religión con libertad y dignidad.

En palabras de los historiadores: “Seixas fue para el judaísmo americano lo que George Washington fue para Estados Unidos: un padre fundador”. Su vida y obra simbolizan la integración de los judíos en América sin renunciar a su fe y tradiciones.


Oración de Gershom Mendes Seixas en la inauguración de George Washington

30 de abril de 1789 | Congregación Shearith Israel, Nueva York

“Dios nuestro y Dios de nuestros padres:
Te suplicamos que derrames Tus bendiciones sobre el Presidente de los Estados Unidos y sobre todos aquellos que tienen autoridad bajo su mando. Que sean fortalecidos con Tu poder para cumplir los deberes de sus respectivos cargos con honestidad e integridad. Que sean guiados por la sabiduría, aconsejados por la comprensión y sostenidos por Tu fuerza.
Que este gobierno sea una bendición para todos los habitantes de esta tierra; que promueva el honor de Tu santo Nombre y el conocimiento de Ti y de Tu ley, para que la justicia y la paz prevalezcan, la verdad florezca en los días de nuestra vida, y se nos permita ver la venida del Redentor en paz. Amén.”


 




JUQAT: Tres enseñanzas bíblicas para el nuevo ejército de Israel

LOS HOMBRES LANGOSTAS

En algún punto no especificado en la Perashá de esta semana, Juqat, el texto bíblico hace un salto en el tiempo y nos transporta desde el segundo año de la salida de Egipto al año 40. Los nuevos protagonistas son la joven generación del pueblo de Israel, que esta vez está lista para luchar y conquistar la tierra prometida.

La generación anterior nació y vivió toda su vida en la esclavitud. No sabían luchar ni defenderse. Se habían liberado de la esclavitud pero sufrían del miedo a la libertad. Vieron y experimentaron los milagros más imponentes de la historia —las diez plagas, la apertura del mar, la revelación de Dios en el monte Sinaí, el maná que caía del cielo— ¡pero no se convencieron! Dios estaba con ellos, ¡pero no lo veían!  Fue la generación derrotista que se definió a sí misma como “langostas” que no podían defenderse del enemigo.

Esta generación ahora ha desaparecido. El cambio en la mentalidad del pueblo judío, lamentablemente, no ocurrió como un proceso de transición desde la esclavitud a la libertad. Ocurrió, como lo dijo una vez sin compasión el secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger: “Algunas veces el cambio de mentalidad no tiene lugar a través de un lento proceso de aprendizaje, sino funeral tras funeral”.

La nueva generación que no se crió obedeciendo al Faraón sino observando la voluntad de Dios comienza ahora su implacable campaña de conquista de la tierra prometida.

¿CÓMO NO NEGOCIAR CON SECUESTRADORES?

El primer desafío que enfrentan es sumamente relevante para nuestros días. Los cananeos de la ciudad de Arad, en el Negueb, atacan a los judíos.  ¿Saben qué hacen los cananeos? ¡Toman prisioneros judíos! ¿Y qué hace el nuevo ejército de Israel en su primer desafío? Primero rezan a Dios, le prometen lealtad y gratitud a Dios si les concede ese primer triunfo. Luego, ni se les ocurre negociar con los secuestradores, ya que en Medio Oriente eso refleja debilidad y estimula al enemigo a secuestrar más judíos.  La nueva generación ataca a los secuestradores del enemigo, los elimina y rescata a los rehenes. La Torá no parece muy a favor de negociar con terroristas. ¿Y el resultado?  No se escucha de ningún otro pueblo Canaanita que toma rehenes judíos. Lección número 1.

LA PRIMERA GUERRA

Inmediatamente después, encontramos a los judíos en lo que hoy es Jordania. Antes de atravesar el río Jordán para llegar a Israel, tienen que atravesar los territorios de Sijón y Og, reyes del Emorí y del Bashán respectivamente.

Sijón era un poderoso rey, con fama de invencible.

Ahora, el comandante en jefe del nuevo ejército de Israel, nada menos que “Moshé Rabbenu”, le envía a Sijón un “mensaje de paz”, . Moshé le dice a Sijón más o menos así:

“El pueblo de Israel solicita permiso para atravesar su territorio sin desviarse del camino principal, sin arruinar tus campos o viñedos, y sin intención de beber agua de tus pozos. No buscamos la guerra contigo. Solo queremos pasar por tu territorio para cruzar el río Jordán y llegar a nuestro destino: la tierra de Israel que nos fue prometida por Dios” (Bamidbar 21:22).

Sorprendentemente —o no— Sijón rechaza el generoso mensaje de paz de Israel y sin provocación alguna sale a atacar a los judíos. Irónicamente, el primer desafío militar para el nuevo ejército de Israel no fue atacar y conquistar sino “defenderse de sus atacantes”. Estamos ante la primera batalla del Ejército de “Defensa” de Israel.

Sijón calculó mal:

“Israel lo venció a punta de espada y heredó su territorio, desde Arnón hasta Yabok, hasta la tierra de Amón…”

No quedó nada del violento Sijón que no quería ni buscaba la paz.  E Israel “heredó su tierra”, del otro lado del Jordan, la anexó. Porque de acuerdo a la Torá, si alguien te ataca, te defiendes y le ganas, no le tienes que regresar su territorio: ahora es TU POSESIÓN. Lección número 2. Tierra conquistada, tierra anexada.

SEGUNDA GUERRA

Luego llega la segunda guerra que enfrentó el nuevo ejército de Israel. La batalla contra Og que también salió a atacar a Israel, sin provocación.

“El pueblo (de Israel) se dirigió hacia el norte por el camino de Bashán, pero Og, el rey de Bashán, salió con todo su pueblo para enfrentarlos en batalla en Edrei. Dios le dijo a Moshé: ‘No le temas, porque yo te lo entregaré a él y a todo su pueblo en tus manos. Harás con él lo mismo que hiciste con Sijón, el rey de los emoritas, que habitaba en Jeshbón.’ El pueblo de Israel lo derrotó a él y a todo su pueblo completamente… ” (Bamidbar 21:33-35).

Israel eliminó a Sijón y a Og porque no querían, y si los dejaban allí, era solo una cuestión de tiempo hasta que se rearmen de nuevo y ataquen, secuestren, violen o asesinen a los judíos. No se puede dejar lobos hambrientos alrededor del “rebaño de Dios” que solo quiere vivir en paz. Lección número 3.  ¡Los lobos son insaciables! Y cuando más los alimentas, más hambre tienen.

 

LOS NUEVOS SOLDADOS

No puedo dejar de conectar nuestra Perashá con nuestra realidad hoy en día, y con los valientes jóvenes soldados que hoy pelean con un espíritu bíblico indomable. Ellos comprenden que están luchando las Miljamot Hashem, “las guerras contra los enemigos de Dios, que son los enemigos de Su pueblo, Israel”. Estos soldados, que poseen una profunda Emuná, son cada vez más prominentes en el nuevo ejército de Israel.

Ayer miraba el programa periodístico “Los Patriotas” (הפטריוטים) del canal 14 de Israel, que se transmite de domingo a jueves a las 21.00 horas. En ese programa entrevistaron a dos soldados que cubrían sus rostros por seguridad (ver foto). Habían regresado de Gaza después de varias semanas de combate cara a cara contra terroristas de Hamas. Pertenecen a la nueva unidad Jashmonayim, integrada por soldados jaredíes (ultraortodoxos) que en el pasado no se reclutaban al ejército. Fue emocionante escucharlos: “Alef” y “Shin” —sus nombres se ocultaban por seguridad— expresaron su orgullo de servir a su pueblo y protegerlo, conscientes de que están escribiendo historia. Dijeron una y otra vez que, a partir del 7 de octubre, no podían quedarse con los brazos cruzados y que todo lo que querían era servir en una unidad del ejército donde respeten sus principios religiosos. Y estaban muy orgullosos de que ahora exista es unidad: Jashmonayim.

Esta es la nueva generación, la de los judíos del 8 de octubre, que traerá más Torá y principios judíos más sólidos al ejército de Israel.

Estos soldados, familiarizados con nuestra historia bíblica, saben muy bien que con terroristas no se negocia. Y tienen muy claro que las tierras conseguidas con sangre no se devuelven. Además, entienden perfectamente que no se puede tener compasión por los enemigos “amalequitas” (aquellos que solo buscan matarte). Porque luego del 7 de octubre, los judíos reaprendimos una lección que la Torá nos había enseñado hace mucho tiempo: que cada vez que le perdonás la vida a un lobo, estás matando a una oveja.




JUQAT: Las serpientes del desierto y el tiranosaurio de Jurassic Park

וַיְשַׁלַּח ה’ בָּעָם אֵת הַנְּחָשִׁים הַשְּׂרָפִים

UN IDIOMA SOFISTICADO
El idioma hebreo original, el bíblico, es sumamente sofisticado. Casi todas las palabras tienen una “raíz” semántica de 3 letras, que con el agregado de prefijos y sufijos se diferencian una de la otra. Lo verbos, también de 3 letras, se pueden combinar de 7 formas distintas (binyanim) , con significados diferentes que pueden pasar desapercibidos para el principiante. Esta breve explicación debería ser suficiente para comprender una idea “filosófica” muy profunda que se esconde detreas de este tipo de detalles muy sutiles de la gramática bíblica.  En la Parashá de esta semana el pueblo nuevamente se queja y se rebela. En un momento sugieren que no deberían haber salido de Egipto. Dios castiga este intento de insubordinación “enviando” a las serpientes venenosas que se cobran numerosas víctimas. Esta es la traducción de casi todas las traducciones, judías y no judías, al español en un versículo de nuestra Parashá, Juqat, Bamidbar (Números) 21: 6: “Y Dios envío /mandó al pueblo las serpientes venenosas… “.Sin embargo, esta traducción no captura la sutileza de este versículo

¿ENVIAR O LIBERAR?
Hay dos maneras de vocalizar la misma palabra hebrea «וישלח»: una es VAYISHLAJ y la otra VAYISHAL-LAJ. Sin adentrarnos mucho en los detalles, la primera palabra, que figura muchas veces en esta misma sección semanal, significa “enviar” , “mandar”. Así, nuestra Parashá menciona por ejemplo que Moshé “envió” emisarios a hablar con los pueblos de Edom (20:14) y luego de Emor, (21:21), etc. Esta palabra se repite muchísimas veces en la Torá e incluso hay una Parashá con este nombre VAYISHLAJ (YAAQOB MALAJIM…). La segunda palabra, VAYISHAL-LAJ (con el daguesh, que duplica la letra «L») es menos común y su significado es diferente: Un ejemplo que se me ocurre es VAYHI BESHAL-LAJ PAR’O ET HAAM, también malinterpretado por casi todas las traducciones como “Y fue cuando el faraón ‘envió’ al pueblo”, como si los traductores no diferenciaran entre las dos palabras…  Ahora bien, ¿cuál es la diferencia entre VAYISHLAJ y VAYISHAL-LAJ ? La primer significa enviar, mandar: A envía a B para una misión específica (SHELIJUT o SHALIAJ). La segunda VAYISHAL-LAJ significa: “liberar”, ”dejar salir”, “soltar”, y expresa la idea de que A, que está de alguna manera “imitado” por B,  es ahora «dejado en libertad» y puede actuar por su cuenta. El Faraón no «envía» a los judíos con una misión fuera de Egipto: el Faraón los “deja salir”, “los libera” de su captividad y una vez libres los judíos actúan por su cuenta. La diferencia semántica no es pequeña.

EL MODUS OPERANDI DIVINO
Volvamos ahora a las serpientes: VAYISHAL-LAJ no significa que Dios “envió” a las serpientes a morder a sus victimas sino que Dios «las liberó». Nuestros Sabios explican que en el desierto Boré Olam nos protegió de nuestros enemigos y de los elementos naturales, el peligroso clima, los animales del desierto, las tormentas de arena, con los “‘anané kabod”,  una nube virtual, una cúpula trasparente, o en un idioma más comprensible en la era informática, un “firewall”. El castigo Divino entonces, no consisntió en que Dios “enviará” a las serpientes venenosas, sino en que Dios suspendiese su protección especial, y así las serpientes venenosas actuaron según su naturaleza e instinto. Recuerdo una escena inolvidable de “Jurassic Park” que puede ilustrar esta idea. El tiranosaurio Rex, el dinosaurio carnivoro y muy peligroso, estaba contenido por una cerca eléctrica de 10.000 voltios y esa cerca lo separaba de los cabritos, su comida diaria, y de los humanos que estaban visitando el parque.…

Por alguna razón la electricidad del parque dejó de funcionar, y la cerca era ahora inservible. El tiranosaurio se “había liberado” y ahora seguía sus instintos y devoraba a los cabritos. En nustro caso, Dios “desactivó”, “suspendido” Su protección especial. Y las serpientes quedaron libres y siguiendo su naturaleza comenzaron a morder y causar la muerte de sus víctimas.

¿QUIEN DESACTIVO LA CERCA?
Por qué esta idea es tan importante? Porque nos ayuda a comprender que HaShem protege constantemente a Israel, y no solo en el desierto.… Israel, dijeron los Profetas y los Sabios, es como un cabrito entre las naciones, rodeado de enemigos que lo quieren destruir. Israel está protegido por Boré Olam a través de un invisible firewall Divino, una cerca de 10.000 voltios que mantiene alejados a nuestros enemigos, desbarata sus planes, desvía sus misiles, confunde sus ideas, etc. Cuando nuestra conducta no es la correcta, de alguna manera el firewall Divino se desactiva: HaShem “suspende” su protección especial y los enemigos de Israel hacen lo suyo.… Esta idea esta dicha de una manera muy explícita en Debarim 31:18 , ואנכי הסתר אסתיר פני ביום ההוא , cuando el pueblo judío abandona su pacto con HaShem, el mayor castigo es que HaShem oculta Su presencia, esto es , Su protección especial, hacia nosotros.

Pero creo que lo mas importante —y lo más hermoso— de esta idea de VAYISHAL-LAJ , es comprender que el Creador nos protege permanente y constantemente como pueblo y también como individuos sin que lo pidamos y sin que nos demos cuenta. Piensen, por ejemplo, que alrededor nuestro (o dentro de nuestro cuerpo) hay millones de bacterias, hongos, virus, parásitos y pequeños microbios, muchos de los cuales nos podrían afectar o hasta matar. El Creador nos protege permanentemente de la naturaleza que nos rodea, de accidentes que tan fácil pueden ocurrir. El Todopoderoso nos cuida conteniendo estas fuerzas naturales dañinas. Y tal como sucede con un firewall o un programa antivirus que protege a nuestras computadora, esta «protección Divina»  está permanentemente activa 24/7 sin que que lo percibamos. Todos los días, 3 veces por día, aludimos a este tipo de protección Divina cuando recitamos la berajá MAGUEN ABRAHAM. “Protector de Abraham ” HaShem nos cuida y nos protege con Su invisible escudo protector.

Shabbat Shalom