Rabino Menashe Setton (1810 -1876) y la lucha contra las supersticiones

El Rabino Menashe Setton (סתהון, también Settehon, Sutton, etc.) nació en Aram Soba (Aleppo) Siria. Era un gran erudito en Tora, y muy versado en disciplinas seculares como astronomía, filosofía, matemáticas e ingeniería. Siguiendo la tradición de los Rabinos Sefaradies, también  era un experto en gramática hebrea (diqduq).
Aunque era un Rabino titulado, él se mantenía profesionalmente a través de sus propias iniciativas comerciales.
Uno de los libros más famoso del rabino Setton es «kenesiya leshem shamayim«, o «Reunión por la causa de los cielos». En este breve libro el Rab Setton denuncia vehementemente una ceremonia pagana, muy popular en su tiempo, llamada «Endulzado».
En el comienzo de su libro el rabino Setton describe esta práctica: Cada vez que un miembro de la familia se enfermaba, una mujer estaba a punto de dar a luz, o cuando alguna familia era victima de accidentes fatales, etc. se les indicaba que tenían que vaciar y limpiar la casa y sacar de allí los libros de Tora y las Mezuzot. Luego, se colocaba en el suelo de la casa todo tipo de dulces horneados, golosinas, miel, etc.  El paciente y el «exorcista», generalmente una mujer, se quedaban en la casa durante tres días consecutivos. En todo ese tiempo, estaba prohibido para el paciente pronunciar alguna palabra de Tora o Tefilá. La exorcista invocaba entonces a los «demonios» (shedim o se’irim) y los invitaba a visitar la casa. Los demonios podían entran en la casa libremente, ya que estaba vacía de todo tipo de santidad o artículo religioso, que los haría volver atrás. Una vez que la exorcista sentía que los demonios se encontraban dentro de la casa, les ofrecía esos dulces para apaciguarlos y pedirles que curen al paciente o lo liberen de su maldición.
El rabino Setton primero explica que éste es un acto flagrante de idolatría, en hebreo ‘Aboda zara, la ofensa más grave de toda la Tora. A continuación, aclara que estas personas aprendieron esta ceremonia idolatra de los libros de los «sabeos», una antigua secta pagana que adoraban ángeles y demonios.
Luego de describir esta práctica el rabino Setton se refiere al «silencio» de los rabinos de la ciudad. Dice que la razón por la que los rabinos no denunciaron esta práctica era probablemente porque no eran conscientes de lo que estaba pasando detrás de las puertas cerradas. Muchos Rabinos pensaban que tal vez, la gente estaba rezando de una manera intensa, etc. Ahora bien, una vez que los rabinos entendieron lo que estaba pasando en esas casas, todos ellos se «reunieron por la causa de los cielos» (leshem shamayim de aquí el nombre de el libro) para prohibir y erradicar esta práctica pagana.
El Rabino Setton recibió un amplio apoyo de los rabinos de su ciudad (36 rabinos de Aleppo firmaron la aprobación de su libro), así como de los líderes rabínicos de Jerusalem, Tiberias, Hebrón y Safed, tanto de comunidades Sefarditas como Ashquenazitas.
El Rab Menashe Setton murió en Alejandría, Egipto, en 1876

 




Rab Jayim Jabib (1882-1945) y la Shoah en Salónica, Grecia.

El rabino Jayim Jabib nació en la ciudad de Salónica (o Thesaloniki), Grecia, en 1882. Su padre era el Dayan (juez rabínico), Rab Refael Jabib.
En su apogeo, alrededor del año 1550 y gracias a los esfuerzos de Doña Gracia Mendes z»l, Salónica  era la única ciudad del mundo con mayoría judía. Su población consistía especialmente de refugiados que habían escapado de España y Portugal.  Entre sus ilustres Jajamim se cuentan Ribbí Shemuel de Medina, Ribbí Moshe Almosnino, Ribbí Yaakob Ibn Jabib, etc.  A principios del siglo 19 la comunidad de Salónica era la comunidad Sefaradí más importante  del mundo. En 1900 había aproximadamente 80.000 judíos de Salónica, de una población total de 173.000 almas. Los judíos se destacaban en todas las profesiones:  abogados, médicos, maestros y especialistas en comercio marítimo.  Los estibadores judíos del puerto de Salónica eran famosos en el mundo entero. Durante Shabbat, el puerto de Salónica, uno de los más importantes de Europa, estaba cerrado, ya que la mayoría de los trabajadores y empresarios portuarios eran judíos . Había 49 sinagogas en Salónica y un cementerio Sefaradí de 500 años de edad, con medio millón de tumbas (sic.).
El rabino Jayim Jabib estudió en el Talmud Tora dirigido por el rabino Moshe Ottolenghi (1840-1901) y más tarde en la escuela rabínica de Salónica «Bet Yosef» donde se le concedió su ordenación rabínica. También estudió contabilidad y lenguas europeas.
A los 40 años al Rab Jabib le fue ofrecido servir como gran rabino de Salónica. Era tan humilde que al principio se negó a tomar esa posición, pero ante la insistencia de muchos colegas, aceptó ese difícil cargo. Los deberes del rabino Jabib eran muchos y muy complejos. Además de ser responsable de la Kashrut de la ciudad y la supervisión de todos los aspectos técnicos de la ley civil judía (Bet Din) también estaba a cargo de supervisar la educación judía de su ciudad. El Rab Jabib enseñaba a los maestros, examinaba a los estudiantes y proponía constantemente mejoras en el plan de estudios de las escuelas, que incluía también el estudio del hebreo moderno.
También supervisaba la escuela rabínica y estaba a cargo del nombramiento de los Jazanim, Mohalim y Rabbanim para todas las sinagogas de la ciudad.
El rabino Jabib era muy querido por su comunidad y muchos lo consideraban un santo (איש קדוש) porque siempre estaba pendiente de ayudar a los necesitados. Los pobres, los enfermos, los ancianos, todos ellos podían contar con el apoyo incondicional del Rab Jabib.
Durante los años1900s muchos judíos dejaron Salónica  y emigraron a los EE.UU., Francia e Israel. Aún así, la población judía pre-Segunda Guerra Mundial de Salónica contaba con 56.000 almas.
En 1941 los nazis יש»ו llegaron a Salónica.  En abril de ese año, Alemania invadió Grecia, el rey griego Jorge II huyó de Atenas. El país quedó dividido en tres zonas diferentes. Atenas y ciertas islas estaban bajo el control de Italia; Macedonia oriental estaba bajo el control de Bulgaria; y los nazis controlaban Salónica. Los nazis Destruyeron las sinagogas, las escuelas judías, las bibliotecas, y profanaron el cementerio judío. Pronto, un gueto fue creado para los judíos de Salónica, y los judíos se vieron obligados a trasladarse allí y portar la estrella de David amarilla. Esto llevó al saqueo generalizado de los hogares y negocios judíos. Espectáculos públicos aterradores de humillación de judíos se convirtieron en algo común, y no pasó mucho tiempo antes de que los judíos fueran deportados a los campos de concentración, lo cual comenzó en Marzo de 1943.

El 95 por ciento de los judíos de Salónica, 54.000 judíos, fueron asesinados en Auschwitz-Birkenau, o murieron durante el terrible «Marcha de la muerte» desde enero a mayo de 1945.  En esa marcha también murió o fue asesinado el rabino Jayim Jabib, su esposa y dos de sus hijas הי»ד.

Una hija y un hijo del Rab Jabib emigraron a Israel antes de que los nazis llegaran a la ciudad. Los descendientes de rabino Jabib viven hoy en Tel Aviv, Israel.
                                           

 




El efecto post-Amida

Cuando rezamos, tenemos que hacerlo con nuestra mente y nuestro corazón.  Entendiendo y sintiendo lo que estamos diciendo. La oración más importante, la Amida, requiere una atención especial, en hebreo «kavana».   Al rezar la Amida 

1. No permitimos que pensamientos ajenos penetren en nuestra mente. 2. Debemos prestar atención a cada palabra que pronunciamos, y 3. Tenemos que sentir que le estamos hablando a Dios. 

Una buena manera de identificar si mi Amida fue dicha con kavana, es observar nuestro estado mental y espiritual después de recitar  la Amida.

Si nos hemos tomado en serio la idea de que al recitar la Amida estamos, literalmente, parados frente a HaShem, esa experiencia espiritual suprema tiene que haber dejado un impacto muy visible en mis pensamientos, en mis sentimientos y en mi carácter. 

 

Por qué?

Porque cuando rezamos con kavana nos damos cuenta que HaShem está en el centro de la realidad de este mundo. Así, nos corremos un poquito hacia la periferia y nos volvemos más humildes.  HaShem no está a nuestro servicio. Somos nosotros quienes debemos servir a HaShem. 

 

Al estar frente a Dios, percibimos que lo importante es acercarse a Él. Y que la carrera materialista y consumista a la que dedicamos tanto tiempo y esfuerzo, a lo mejor nos aleja de este noble objetivo.   

Luego de estar en presencia de Dios, también nos tendríamos que dar cuenta que por mucho que tratemos de que algunas cosas sucedan o no sucedan, o por más que intentemos ajustar el mundo a nuestros planes, es HaShem Quien tiene la última palabra.  Después de la Amida nuestra «Emuna», mis pensamientos sobre Dios, adquieren un significado más profundo. Mientras que normalmente pensamos en Emuna como nuestra «fe» y «esperanza de que todo suceda como yo quiero»,  si realmente estuvimos frente a HaShem, Emuna adquiere un significado adicional, más profundo. Aceptar lo que HaShem determina.

Los pensamientos que se generan luego de estar hablando frente a Dios deberían producir una transformación espiritual «total». Un estado de humildad mucho más profundo y un mayor nivel de paz interior con aquello que sucede más allá de mi control.

Ahora bien, si después de haber recitado la Amida no nos hemos vuelto menos egocéntrico, menos impacientes, menos materialistas y menos vanidosos, probablemente no hemos rezado la Amida con la  Kavana apropiada.

Será el momento, entonces, de poner más atención a la calidad de nuestra Tefilá (=rezo).




Entendiendo la AMIDA: La estructura basica 3-6.6.1-3

La Amidá es la Tefilá (oración) más importante. Fue compuesta por Anshé Keneset haGuedolá , los Hombres de la Gran Asamblea, durante el siglo V antes de la Era común.   El texto de la Amidá está formulado en base a una estructura muy precisa y sofisticada que describiremos brevemente en las próximas lineas.

La Amidá contiene 19 Berajot o bendiciones. Cada bendición está dedicada a un tema específico.  Antes de comenzar a explorar el significado de cada Berajá analizaremos la estructura de la Amidá.Las 19 bendiciones están divididas en 3 secciones. De acuerdo al numero de Berajot en cada sección o sub-sección lo hemos señalado como 3-6.6.1-3

(3) La primera sección: «Alabanzas»  (shebaj) contiene 3 Berajot. En esta sección no estamos pidiendo ni solicitando ninguna cosa de Dios. Comenzamos la Amidá alabando a HaShem y declarando que somos conscientes de que Él nos protege, como protegió a nuestros antepasados. También reconocemos que nuestra supervivencia física es totalmente dependiente de Su benevolencia (jesed, rajamim).

(6.6.1) La segunda sección, «Pedidos» contiene 13 Berajot. En estas bendiciones le pedimos a HaShem satisfacer nuestras necesidades. En las primeras 6 bendiciones de esta sección nos concentramos en nuestras necesidades personales básicas. Pedimos a HaShem que nos conceda sabiduría, salud, un medio de vida decente, etc. Las siguientes 6 Berajot también se concentran en pedidos, pero en pedidos o aspiraciones nacionales, no personales. En esta subsección le pedimos a HaShem que pronto en nuestros días nos reúna en la tierra de Israel, que podamos contar con los líderes políticos adecuados, que reconstruya Yerushalayim, etc. La última berajá de esta sección, shomea tefilá, contiene una solicitud más general donde pedimos que HaShem escuche todos nuestros pedidos anteriores. Y al mismo tiempo, ya que esta berakha no se enfoca en ningún tema en particular, nos permite solicitarle a HaShem cualquier otra petición que no ha sido explícitamente incluida en el Berajot anteriores. Por ejemplo: encontrar esposa/marido, tener hijos, liberar a los cautivos, etc.

(3) La tercera sección, «Gratitud», contiene 3 bendiciones : La bendición media de esta sección, Modim, es la oración de agradecimiento a HaShem. En la berajá que precede a Modim , solicitamos a HaShem restaurar las condiciones que permitan servirlo, una vez más, en Su Templo con Tefilot y sacrificios. Por último, en la última berajá, le pedimos HaShem concederle a Am Israel  paz, «shalom «. «Shalom» es la aspiración más elevada del pueblo judío, tanto a nivel personal como nacional.




TEHILIM # 2: Israel, como un bebé recién nacido

ה ‘ אָמַר אֵלַי בְּנִי אַתָּה אֲנִי הַיּוֹם יְלִדְתִּיךָ

Este Mizmor fue compuesto por el rey David en el comienzo de su reinado. Todos los reyes filisteos (pelishtim), temerosos del nuevo rey judío, se unieron a conspirar contra David y su pueblo. Los filisteos pensaban, y se jactaban, que podrían derrotar fácilmente a Israel. En el versículo 2:4 David describe lo que ocurría en el cielo, mientras los enemigos de Israel imaginaban nuestra destrucción.

יושב בשמים ישחק
«[Dios], sentado en Su trono celestial, ríe» Esta poderosa expresión literaria, «HaShem se ríe» se usa aquí para expresar que los enemigos de Israel, cuando planean sus batallas y ataques contra nosotros, no toman en cuenta la intervención de Hashem para protegernos.

David HaMelekh dice que aunque Hashem interviene en todas las áreas de nuestra vida personal, Su supervisión es absolutamente critica cuando nuestros enemigos conspiran contra nosotros.

En 2:7 David HaMelekh explica «cómo» HaShem protege a Israel.

ה’ אמר אלי בני אתה
«HaShem me dijo: Tú eres mi hijo». En primer lugar, aprendemos que Hashem nos quiere como un padre quiere a su hijo. Paso seguido, David HaMelekh nos lleva a un nivel más profundo en la comprensión del amor de Dios por nosotros.

אני היום ילידתיך
«Hoy, has nacido de mí»

Dos ideas diferentes se encuentran en este verso: «hijo» y «bebé recién nacido». ¿Por qué?

1. Imaginemos a una madre con su hijo de ocho o nueve años en el parque. Mientras que él está jugando con otros niños o por su cuenta, la madre lo supervisa. Por lo general, ella sólo lo ayudará cuando su hijo lo solicite. Un bebé, en cambio, es diferente. Un bebé recién nacido requiere atención, supervisión y cuidado total 24 horas al día, 7 días a la semana.  Una madre no abandonará a su hijo recién nacido, ni siquiera por un breve momento. La madre alimentará, ayudará y asistirá a su bebé todo el tiempo. Incluso cuando el bebé no se lo pida.

2. Un niño de nueve años de edad sabe lo que necesita y reconoce la intervención de su madre cuando ésta lo ayuda. Un bebé, por otro lado, no es consciente de lo que necesita. La madre le da de comer, lo nutre y lo protege sin que él sea consciente de todo lo que madre hace por él.

David HaMelekh dice que el nivel máximo de protección que HaShem nos provee, es cuando Él nos protege como una madre cuida a su bebé recién nacido.

Pienso en «Israel» como un bebé bajo la constante supervisión invisiblede Hashem. Todos sabemos que muchas cosas malas suceden en Israel. Pero pensemos en esto: Medinat Israel está en medio de la zona más volátil del planeta. Rodeado de las personas más violentas del mundo. Kamikazes, que no les importa inmolarse si matan a un judío durante el proceso. Personas, para quienes el deseo de destruir a Israel es el único deseo más fuerte que el deseo de destruirse unos a otros. Y muchos de ellos viven dentro de Israel. Estamos todos muy tristes por las cosas trágicas que suceden en Israel en estos momentos. Pero al mismo tiempo tenemos que estar sorprendidos, y muy agradecidos a Hashem, por todas las tragedias que no están sucediendo en Israel, y de la cuales, ni siquiera somos conscientes. Nuestro increíble IDF tiene un gran papel en esta empresa, actuando como agentes de HaShem en la protección de nuestro pueblo. Pero por encima de todo esfuerzo humano, es HaShem Quién nos protege de una manera que nosotros, como un bebé recién nacido, no podemos ni siquiera empezar a darnos cuenta.

En honor a Eyal Yifrach, Gil-ad Shaar, Naftali Frenkel,
ה’ ישמרם ויחייהם

 

אחינו כל בית ישראל, הנתונים בצרה ובשביה,
העומדים בין בים ובין ביבשה
המקום ירחם עליהם ויוציאם מצרה לרווחה
ומאפילה לאורה ומשעבוד לגאולה
השתא בעגלא ובזמן קריב



AWESOME CREATION en los diarios judíos de NY




TEHILIM # 1: ¿En qué consiste la felicidad?

והיה כעץ שתול על פלגי מים אשר פריו יתן בעתו ועלהו לא יבל

En este salmo, el primero de Tehilim, David HaMelej explica en qué consiste la felicidad para un Yehudí.

» … como un árbol plantado sobre corrientes de agua,  que dará frutos en su tiempo y sus hojas jamás se marchitan, y en todo lo que emprenda, prosperará «

PLANTADO:

David HaMelej compara al hombre feliz con un árbol. ¿Por qué? En primer lugar, debido a que ambos crecen. Probablemente no hay frustración más grande para un ser humano que darse cuenta de su propio estancamiento. Si nos quedamos en el mismo lugar año tras año, seguramente nos vamos a deprimir. La felicidad consiste en saber que estamos creciendo y avanzando.   Cuando estudiamos Torá, dice el Rey David, estamos en un constante crecimiento. Intelectual y emocional.   El agua alimenta constantemente las raíces de este árbol.  El árbol crece y se fortalece. Es tan fuerte que resiste la embestida de los vientos destructivos que lo quieren mover de sus principios.  El Yehudí que absorbe constantemente las aguas de la Tora, permitiendo que las palabras de HaShem nutran su alma, adquiere principios morales muy sólidos, que no son fáciles de mover.

FRUTOS

El árbol también da frutos. Los «frutos» son la mayor recompensa en la vida de una persona virtuosa. Los frutos son los hijos de este hombre, que continuarán en el camino de HaShem. A diferencia de los sentimientos de estancamiento e improductividad de los que viven una vida intrascendente, cuando un hombre ve sus frutos/hijos se da cuenta que su camino va a continuar, aún después de que él se haya ido de este mundo.

HOJAS

A diferencia de los frutos, beneficiosos para la continuidad del árbol, las hojas producen sombra que disfrutan los demás. La felicidad del hombre no consiste sólo en asegurar su propia perpetuidad y la continuidad de sus creencias y principios. Un individuo no puede sentirse realizado a menos que sea también generoso y productivo con los demás. Como un árbol que ofrece libremente su sombra a todo el que lo precise, la buena persona de Am Israel practica el Jesed, ofrece su ayuda a todos los que la necesiten.

Para David HaMelej, el hombre feliz es el que se nutre de la Torá, creciendo y desarrollando principios muy sólidos; ve a sus hijos siguiendo el camino correcto y es generoso con los que necesitan su ayuda. Esa persona  «…prosperará en todo lo que emprenda » .

SHABBAT SHALOM




Rabbi Menashe ben Israel (1604-1657)

Rabbi Menashe ben Israel,
retratado por Rembrandt

 

Rab Menashé  Ben Israel nació en 1604 en la isla de Madeira, Portugal. Su familia, huyendo de la Inquisición, se trasladó a los Países Bajos (Holanda) en 1610, donde la famosa comunidad sefaradí de Amsterdam comenzó a florecer .
Rab Menashé se destacó no sólo como rabino y prolífico autor. También estableció la primera impresora hebrea en Amsterdam.
Una de sus primeras obras, escritas cuando tenía poco más de veinte años, es «El Conciliador», un libro que reconcilia todas las aparentes discrepancias entre los diferentes textos de la Biblia hebrea. Por ejemplo, el segundo capitulo del libro analiza la aparente contradicción entre la creación del sol en el cuarto día y la creación de las luz y del ciclo día-noche en el primer día.  Este libro fue escrito originalmente en Español y fue traducido en el siglo XIX al Inglés por Elias Haim Lindo, Londres.
En 1638, Rab Menashe Ben Israel se estableció en las colonias holandesas del Brasil (Recife). Pero unos años más tarde, fue llamado de nuevo a Amsterdam para fundar y dirigir una de las primeras escuelas judías en la ciudad.
El Rab Ben Israel escribió una carta en perfecto Inglés a Oliver Cromwell donde le explica por qué los Judíos deberían ser readmitidos en Inglaterra. Los judíos fueron expulsados de Inglaterra en 1290, y era ilegal que residieran en ese pais.  El propio Rab Menashe viajó a Londres en 1655 y como resultado de su gestión Cromwell readmitió a los Yehudim y les permitió establecer una sinagoga y adquirir un cementerio en la ciudad.
Entre otros libros, Rab Ben Israel escribió
Nishmat Jayim, una obra que trata todas las preguntas acerca de nuestra creencia en Tejiyat haMetim (resurrección) y la inmortalidad del alma (Español)
La Esperanza de Israel o el Origen de los Americanos, este fascinanate libro se basa en el relato de Antonio de Montezinos, un explorardor judío portugues que a principios del siglo 16 se internó en el Amazonas y relató haberse enontrado con indigenas de origen judio, supuestamente descendientes de las 10 tribus de Israel.
Este libro se puede leer en el siguiente link



Amida: ¿Cómo prepararnos para rezar?

 

La ‘amida o shemone ‘esre, también llamada por nuestros Sabios «Tefilá», es la oración más importante. Se recita todos los días, tres veces al día: por la mañana, por la tarde y por la noche. Cuando rezamos la ‘amida nos dirigimos directamente a HaShem. Y obviamente, no existe nada más trascendental para un ser humano que la comunicación directa con su Creador.

Antes de dirigir nuestras palabras a HaShem, debemos prepararnos de la siguiente manera.

KOBED ROSH: No debemos comenzar a rezar la ‘amida distraídos con cosas mundanas.  La ‘ amida requiere ‘ kobed rosh’, un serio esfuerzo de concentración. En preparación para la ‘amida debemos visualizar y asumir que estamos frente al Creador del universo (boré ‘olam). Literalmente, la palabra ‘amida significa : «La oración que se recita de pie.» En el protocolo judío, cuando el súbdito está en una audiencia con el Rey, se debe mantener de pie, con los pies juntos y la cabeza un poco hacia abajo. Todo esto se hace en señal de humildad y sumisión a la voluntad del soberano. Lo mismo debemos hacer cuando estamos rezando frente a HaShem, nuestro Soberano.

ARTICULACIÓN: Cuando recitamos la ‘amida debemos articular las palabras que decimos. Es decir, no podemos pensarlas palabras de la Tefilá silenciosamente en nuestras mentes. La articulación de nuestras palabras, entre otras cosas, facilita la concentración. Al articular, pronunciamos la ‘amida en voz baja (lajash), susurrando. Tan bajo como para que nadie nos pueda escuchar (así no distraemos a los demás), y lo suficientemente alto para que escuchemos nuestra propia voz.

KAVANA: Al decir la ‘amida debemos entender y pensar (=meditar) en el significado de lo que estamos diciendo o leyendo.  Este ejercicio mental se llama «Kavana», o concentración. En hebreo la palabra kavana viene de lekhaven, «apuntar». En la ‘amida apuntamos nuestros pensamientos hacia el blanco elegido, cada palabra que decimos, sin desviar nuestra atención del texto. Tampoco se debe leer la ‘amida con la mente en blanco. Tenemos que estar enfocados y conscientes de que estamos de pie, frente al Creador del universo.

לע»נ מר אבי יעקב בן יהודה ז»ל




KOSHER MONEY: El dinero y el poder

La vida económica de un judío, su actitud hacia los bienes materiales, su conducta ética al comprar o al vender, el trato a sus empleados, etc. debe reflejar los valores religiosos del judaísmo. Muchos judíos, y lo mismo pasa con personas de otras religiones, tienden a disociar el comportamiento económico de la práctica religiosa.

La verdad es que la Torá se ocupa de temas financieros, tanto o quizás más de lo que se ocupa de muchas otras áreas de la vida religiosa. Integridad en los negocios, la aspiración a la igualdad económica, la ayuda material a los más necesitados, etc. son sólo algunos ejemplos de la amplia gama de temas monetarios que cubre la Torá .

Muchas veces, la observancia de estas leyes de la Tora implica el sacrificio de un beneficio económico. Los rabinos se refirieron a este tipo de situaciones analizando dos palabras del Shema Israel  ובכל מאודך

Decimos en el Shemá: «Amarás a HaShem tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, y con todo tu poder». «Con todo el corazón y con toda el alma» lo entendemos . Pero que significa con todo nuestro «poder»? Los rabinos explicaron que «poder» se refiere a nuestros medios o posesiones. Mi dinero, mi patrimonio. La Guemará dice: el amor a HaShem tiene que sobrepasar al amor por mi dinero. Si seguimos las leyes de la Tora en asuntos financieros, por ejemplo, ayudando a los más necesitados o rechazando participar en negocios fraudulentos, etc. obviamente perderemos, o dejaremos de ganar, dinero.  Amar a HaShem בכל מאודך significa que un Yehudi debe estar dispuesto a sacrificar su dinero por su amor a HaShem. Como explicaremos BH en las próximas semanas, la Torá no nos obliga a tomar votos de pobreza o renunciar a la riqueza material. Por el contrario, el judaísmo tiene una actitud positiva hacia la riqueza honestamente adquirida. «Con todas mis posesiones» significa que uno debe poner a HaShem y Su Tora  por encima del dinero. Shabbat es un buen ejemplo. Cuando un judío que tiene un negocio minorista, cierra su tienda en Shabbat, o cuando un joven profesional rechaza una excelente oferta de trabajo porque no esta dispuesto  a profanar el Shabbat, se está cumpliendo con este principio: servir a Dios con todas nuestras posesiones, poniendo a HaShem por encima de éstas.