La protección Divina (Berajá Nro. 1, ABOT)

La Amida está compuesta por 19 berajot (=bendiciones, o breves rezos que finalizan con una bendición) . La primera bendición de la Amida se llama «Abot», que literalmente significa «padres o patriarcas», en alusión a nuestros antepasados o padres fundadores, Abraham, Yitsjaq y Ya’aqob. Esta bendición pertenece a la primera sección de la Amida: «Alabanza». Cuando nos dirigimos a Dios, antes de pedir cualquier cosa de Él, lo alabamos. En primer lugar, por su constante protección al pueblo judío.

En esta berajá/bendición afirmamos que HaShem cuidó a Abraham, Ytsjaq y Ya’aqob. Dios nos protegió, incluso antes de que nos convirtiéramos en una nación. En los tiempos de nuestros patriarcas éramos una incipiente familia o una pequeña tribu. En ese momento éramos extremadamente vulnerable.

Esta berajá también describe con tres palabras lo que podemos captar del poder protector de Dios hacia nosotros. Decimos que Dios es «grande, poderoso e imponente» (= Gadol, Gibbor, Nora), y que no hay ningún poder o fuerza que esté más allá de su control (e-l-‘elion). A diferencia de muchos humanos que usan su poder de una forma negativa, HaShem utiliza Su poder con bondad (Gomel Jasadim Tobim) para protegernos, y para asegurar nuestra continuidad.

Afirmamos que por el mérito de nuestros antepasados (zojer jasde Abot), Dios nos brinda Su permanente protección, y por el mérito de aquellos que fundaron nuestro pueblo, Dios traerá nuestra redención (umebi go-el).

También afirmamos que Dios prometió (lema’an shemó) a nuestros antepasados que Él nunca permitirá que el pueblo judío  desaparezca. Que nunca nos abandonará, porque HaShem ama a Su pueblo Israel (beahaba). Ver Deut. 7: 7.

En este berajá no estamos pidiendo a Dios Su protección. Tampoco se refiere a la protección individual que HaShem brinda o no brinda a cada persona. Ese no es el objeto de esta bendición. Aquí afirmamos que Dios garantiza la supervivencia del Pueblo de Israel, y agradecemos a HaShem por mantenernos con vida como nación, contra todos los pronósticos y estadísticas.

Finalmente afirmamos que Dios es nuestro Rey (melej). HaShem es un Rey especial. Decimos que HaShem es un Rey que se preocupa por sus súbditos. Un rey dispuesto a ayudar (ozer) cuando solicitamos su ayuda. Un rey que nos salva cuando estamos en problemas (moshia). Y un Rey que nos protege de peligros y riesgos de los cuales ni siquiera somos conscientes (maguen).

Finalizamos esta berajá bendiciendo (= reconociendo) que Dios ha permitido la supervivencia del pueblo judío, desde los tiempos de Abraham Abinu (maguen Abraham) hasta nuestros propios días.

לע»נ מר אבי יעקב בן יהודה ז»ל




Rabbi Isaac Abohab y su enciclopedia de valores judíos

El rabino Isaac ben Abraham Abohab fue un erudito del Talmud en la España del siglo XIV. No se sabe con certeza las fechas exactas de su nacimiento o muerte, o en qué ciudad exactamente vivió. Había por lo menos otros dos rabinos con un nombre similar:  Rabino Isaac Abohab, también conocido como el Gaón de Castilla (España, 1433-1493), y el rabino Isaac Abohab de Fonseca (Portugal, 1605-1693), que fue le primer rabino que ejerció como tal en el continente Americano.

Nuestro Rab Isaac Abohab es conocido también con el seudónimo «Menorat Hamaor», que es su libro más célebre. El Rab Abohab era un hombre muy culto en el Talmud, en todos los aspectos del judaísmo rabínico y también en la filosofía clásica. No ejerció el rabinato profesionalmente, sino que se dedicó al comercio. Hacia el final de su vida se entregó casi exclusivamente a escribir «Menorat Hamaor». En su introducción, y desde un profundo sentido de humildad,  asegura a sus lectores que compuso su libro principalmente para su propio uso y conocimiento.

«Menorat Hamaor», o «El candelabro que ilumina» es un libro que contiene las enseñanzas éticas y los valores espirituales que enseñaron los rabinos del Talmud. Es considerado un clásico de la literatura judía y prácticamente una enciclopedia de los valores judíos. Se abordan con frecuencia y con mucha profundidad temas relacionados con la mente y la psicología humana.

El libro se divide en siete Nerot, o candelas, como la Menorá bíblica. Cada candela del candelabro representa un principio de ética judía.

La primera candela, por ejemplo, se ocupa de identificar y advertir sobre los excesos. Es decir, hay conductas y deseos naturales, que debemos saber administrar con inteligencia y prudencia. Por ejemplo, el deseo de comer o de tener dinero. Los rabinos enseñaron que estos deseos se pueden trasformar facilmente en adicciones o «trampas», que si no se identifican y se evitan, podrían causar nuestra propia destrucción. Los tres temas que se abordan son: La envidia (la competencia excesiva, los celos destructivos, el resentimiento hacia quien tiene más que nosotros), el materialismo (la obsesión por la comida, el sexo o el dinero) y la honra (la obsesión por el reconocimiento, la  imagen y el aplauso). En este capítulo el autor describe con detalle cada una de estas categorías, las malas consecuencias de seguir estos caminos y la forma de mantenerse lejos de estas conductas.

«Menorat Hamaor» se convirtió en uno de los libros más estudiados en las comunidades sefaradíes. Es un libro que se puede leer y releer para encontrar inspiración espiritual. Es una guía de conducta moral que abarca prácticamente todas las áreas relacionadas con nuestra vida diaria. Menorat Hamaor no es un libro corto. Se acostumbraba a enseñarlo a los niños en el Talmud Torá y era también estudiado por adultos cada Shabbat antes de Minjá. Esta costumbre persiste aún hoy en día en varias comunidades sefaradíes. Las comunidades de judíos yemenitas tienen una enorme estima por Menorat Hamaor y en algunas congregaciones hasta hoy, es el libro al que dedican su estudio diario de Torá (como si fuera Jok leIsrael).

El libro Menorat Hamaor fue publicado docenas de veces. Incluyendo varias ediciones contemporáneas. Fue traducido al español, alemán, yiddish y algunas partes al Inglés.

Estos son los temas de las siete Nerot o candelas  (en mis propias palabras)

Primera candela: ¿Cómo evitar los excesos?
Segunda candela: ¿Cómo evitar hablar con palabras negativas o dañinas?
Tercera candela: La diligencia y el entusiasmo necesario en el cumplimiento de las Mitsvot.
Cuarta candela: La importancia de estudiar Tora permanentemente .
Quinta candela: La Teshuba, la introspección y el arrepentimiento.
Sexta candela : ¿Cómo evitar la discordia y perseguir la paz y la armonía?
Séptima candela: ¿Cómo comportarse con humildad y sencillez?

לע»נ מר אבי יעקב בן יהודה ז»ל

En la ilustración se puede ver la Sinagoga de rabbi Isaac Abohab, en Tsefat, Israel




El Sexto Mandamiento y los crímenes de guerra en Gaza

לא תרצח                                          No Matarás

La ley judía y el derecho penal en la mayoría de los países occidentales, distinguen entre los distintos niveles de homicidio.»Asesinato», por ejemplo, se define cuando el autor actúa con premeditación, es decir, con toda la intención de matar.

«Homicidio culposo», por otro lado, podría ser el caso de un conductor imprudente que causa la muerte de alguien que cruza la calle.  En este caso, como en el caso anterior, un individuo perdió la vida. Pero si el juez entiende que no existió la intención de matar, sentenciará al conductor por negligencia criminal, no por asesinato.

«Muerte accidental» es otra categoría. Cuando no existe la intención de matar ni la negligencia. Por ejemplo, cuando alguien está conduciendo de manera prudente y mata a una persona que se cruzó con su coche.Estos casos, con diferentes ejemplos, son mencionados de manera explícita en la Tora. El Talmud explica con más detalle los distintos niveles de homicidio (cinco niveles). De cualquier manera, el criterio fundamental para establecer la naturaleza del delito es «la intención».

El Talmud también habla de «homicidio justificado», particularmente del caso de auto-defensa (rodef), que es cuando uno no tiene ninguna intención a priori de matar, pero se ve obligado a matar a un criminal en potencia, para evitar un posible asesinato. En el caso de defensa propia, cuando una vida inocente está en peligro, se concede el «uso de la fuerza letal» como un medio para protegerse a sí mismo  y a otros.Por último, tenemos el caso de «intento de asesinato», cuando un criminal tiene la intención de asesinar a alguien, pero fracasa en su intento.

La evaluación de la intención criminal es tan importante que el «intento de homicidio», aún cuando nadie murió, podría acarrear una sentencia de cadena perpetua, mientras que en el caso de «muerte accidental», si se demuestra que el conductor no tuvo intención criminal ni fue negligente,  podría quedar completemante libre.

Teniendo en cuenta estos principios podemos analizar mejor los «crímenes» cometidos en Gaza.
1.  LEGITIMA DEFENSA: Para asignar la culpa y establecer la responsabilidad en este conflicto hay que identificar quién inició las hostilidades. Tenemos que saber con claridad quién atacó primero y quién actuó en defensa propia. Cuando algunos periodistas escriben, por ejemplo: «El ciclo de la violencia se renovó en Gaza», y no clarifican que fue Hamas quien disparó el primer cohete, están ignorando (tal vez no-inconscientemente) que la otra parte, Israel, está actuando en defensa propia! Esto no es un simple tecnicismo, sino el elemento más básico para evaluar la responsabilidad legal y moral por las consecuencias del conflicto, y para la concesión del derecho de uso de la fuerza letal, por parte de la víctima de la agresion.

 

2. INTENCIÓN: Hamas intenta asesinar a civiles en Israel, deliberadamente,  y dispara sus cohetes indiscriminadamente a escuelas, aeropuertos civiles, áreas pobladas, etc. Por otra parte, Hamas no oculta su intención explícita de destruir a Israel (Ver aquí  la Carta de Hamas, articulo 13).  Atacar criminalmente a Israel es parte del «Yihad», la guerra religiosa de Hamas en la que hay que matar al enemigo, es decir, a los judíos , incluso a costa del martirio. Nadie ignora, pero pocos hablan de la «intención criminal» de Hamás. Israel, por su parte, ha advertido en repetidas ocasiones a civiles en Gaza a huir de los lugares que bombardeará. E hizo estas advertencias a expensas de perder el factor sorpresa, que no tiene precio en la guerra urbana. Los militantes de Hamas siempre sabían dónde y cuándo Israel atacaría. De cualquier manera, nada que Israel hizo o hace parece ser suficiente para complacer a la opinión mundial. La prensa internacional,  la ONU, etc. han acusado cínicamente a Israel de «asesinar deliberadamente» a civiles y niños. El mundo, y especialmente Hamas, saben que esto es completamente falso. Pero sirve al elevado propósito de demonizar a Israel y acusarla de crímenes de guerra.

 

3. DAÑOS PROPORCIONALES: Esta es probablemente la acusación más ridícula. Viene inmediatamente después de la mantra «Israel tiene derecho a defenderse a sí misma ..», cuando el periodista o el presidente de un país occidental agrega:  pero«Israel tiene que usar una fuerza proporcional». Ahora, piense Usted en lo siguiente: Israel tiene uno de los ejércitos más poderosos del mundo. Si Israel hubiera usado un poder militar «proporcional» a la fuerza militar que tiene, la ciudad de Gaza y sus túneles subterráneos, donde los comandantes de Hamas ocultar, habrían sido completamente destruidas en cuestión de minutos. Y cientos de miles de personas habrían muerto en esos ataques. Y aún así, Israel habría actuado en defensa propia! Gracias a que Israel no actuó en proporción a su poder militar y a su capacidad de respuesta, los daños colaterales, fueron muchos menos. Hamas sabe muy bien que Israel, por su extrema moralidad,  nunca actuará proporcionalmente a su fuerza, y por eso se anima a atacar.
Y a pesar de todo esto, el mundo seguirá culpando a Israel de agresión militar, de matar con intencionalidad, y del uso desproporcional negativo de fuerza letal.
Obviamente, nadie culpará a Hamas de crímenes de guerra! Sería ridículo e irrisorio, ya que Hamas es una organización terrorista criminal. La declaración de objetivos de Hamas es muy clara con respecto a la intención de cometer crímenes de guerra contra  Israel!  Ellos no lo disimulan, pero el mundo, de eso no habla.

 

Que HaShem proteja a Israel de sus enemigos militares y de sus socios en los medios de comunicación



«Recuerdo, cuando Me seguiste al desierto…»

Las Haftarot son textos Bíblicos de los profetas, que se leen después de la lectura semanal de la Tora. Las Haftarot se relacionan, en cuanto a su contenido, con la Parasha de cada semana. Durante los próximos tres Shabbatot,  entre el 17 de Tamuz y el 9 de Ab, leeremos Haftarot especiales que no se relacionan necesariamente con el contenido de la Parasha semanal sino con la destrucción del Bet haMiqdash. Dios trasmitió  a los profetas de Israel mensajes y visiones proféticas para advertir a la gente acerca de sus pecados. Instándolos a modificar su conducta y así evitar la destrucción de Jerusalem y el exilio. Lo interesante es que incluso en estos mensajes de reproche, podemos ver el amor que HaShem profesa por Israel.

Nuestra Haftará es un gran ejemplo de estas dos cosas: la advertencia y la intensidad del amor de HaShem por Am Israel.

Después de que HaShem designa a Yirmiyahu (Jeremías) como profeta, Él advierte a Israel del inminente peligro: si Israel no regresa a Dios y deja de adorar ídolos, HaShem permitirá que el enemigo conquiste Jerusalem.

A pesar de estas duras advertencias la Haftará termina con un mensaje de esperanza y de la relación inquebrantable entre HaShem e Israel.

 HaShem le dice a Israel: «Tú eres Mi pueblo elegido y amado. Y  siempre recordaré lo que hiciste… Estuviste en Egipto durante más de dos siglos. En todo ese tiempo podrías haberte olvidado de Mí. Después de todo, podrías haber pensado que Yo te había abandonado…  Después, ofrecí rescatarte. Te ofrecí salir a la libertad, pero era «la libertad en el desierto». Muy lejos de una tierra de «leche y miel» el desierto es el lugar más inhóspito del planeta. No hay agua, no hay comida, no hay árboles, no hay lugar para descansar. Es un ambiente muy peligroso. Con animales salvajes, serpientes venenosas y escorpiones. No te puedes preparar lo suficiente para atravesar un desierto. ¿Cuántos suministros de alimentos, y en especial agua, necesitas incluso para un viaje corto? No sabías donde dormirías, ni cómo encontrarâs el camino en el desierto, o cómo te protegerías a ti mismo, a tus niños y a tus ancianos padres del frío de la noche y de las condiciones meteorológicas más adversas e imprevisibles. (En el año 500 AEC, el ejército bien entrenado y equipado del emperador persa Cambises, formado por 50.000 soldados, desapareció en un desierto parecido. Se presume que murieron enterrados bajo una tormenta de arena. Vea aqui). Y como no había una manera natural de sobrevivir en el desierto, huir hacia al desierto era un acto «suicida».

Pero tú confiaste en Mí por completo. Respondiste a Mi llamada.Y me seguiste al árido desierto. Y Yo nunca lo olvidaré».

«זָכַרְתִּי לָךְ חֶסֶד נְעוּרַיִךְ, אַהֲבַת כְּלוּלֹתָיִךְ, לֶכְתֵּךְ אַחֲרַי בַּמִּדְבָּר בְּאֶרֶץ לֹא זְרוּעָה»

Quiera HaShem proteger a Israel y a nuestros valientes soldados tal como protegió a nuestros antepasados contra todos los peligros impredecibles del desierto.

Que HaShem bendiga a Israel con la fuerza, la victoria y la paz.

ה» עז לעמו יתן ה» יברך את עמו בשלום

Shabbat Shalom




Las 3 Semanas

Como ya lo hemos explicado (ver aqui), el 17 de Tamuz del año 68 de la EC, después de varios meses de asedio, los muros de la ciudad de Yerushalayim fueron destruidos por las legiones romanas.

Una vez dentro, el ejército invasor saqueó Jerusalem y miles de judios fueron asesinados, torturados o capturados como esclavos. El Bet haMiqdash fue destruido y quemado tres semanas después, el 9 del mes de Ab.  600 años antes, en el año 586 AEC, el primer Bet haMiqdash Bet fue destruido, también el día 9 de Ab.

Durante estas tres semanas, a partir del 17 de Tamuz y hasta el 9 de Ab (considerado el día de duelo nacional del Pueblo judío) observamos ciertas restricciones asociadas con el duelo.

Estas restricciones se vuelven más estrictas a medida que nos acercamos al 9 de Ab.

Estas costumbres difieren considerablemente de una comunidad a otra.

Presentamos aquí algunos ejemplos:

CASAMIENTOS: Los rabinos del Talmud, Maimónides, Mara»n y otros, no mencionaron ninguna restricción para la celebración de bodas antes del comienzo del mes de Ab. Para Sefaradim, por lo tanto, no está técnicamente prohibido celebrar una ceremonia de casamiento entre el 17 de Tamuz y el comienzo del mes de Ab. La costumbre Ashkenazí, sin embargo, es suspender la celebración de casamientos a partir del 17 de Tamuz. En nuestros días, manteniendo el nivel de uniformidad en este punto tan sensible, los Yehudim Sefaradim también se abstienen de celebrar bodas durante las tres semanas.

SHEHEJEYANU: El Shuljan Aruj menciona que es procedente evitar el consumo de una fruta de  temporada nueva, lo cual requiere la recitación de la bendición Shehejeyanu, durante las tres semanas. La costumbre Sefaradí (Rab Obadaia Yosef) y Ashkenazí (Penine Halajá) es reservar la recitación de Shehejeyanu por una fruta, para Shabbat.

CORTE DE PELO: La costumbre para la mayoría de los Sefaradim es permitir cortarse el cabello o afeitarse hasta la semana de Tish’a Beab. La tradición Ashkenazí (Ram»a 551:4) y la costumbre de los judíos marroquíes es diferente: cortarse el pelo o afeitarse está prohibido desde el 17 de Tamuz hasta después de Tish’a beAb (las restricciones de corte de cabellos no se aplican a mujeres).

 

«EL MUNDO CONTRA ISRAEL»
Reflexiones sobre la objetividad de la prensa internacional en el conflicto Israel-Hamas.

לע»נ דרור חנין ז»ל, הי»ד




¿Qué ocurrió el 17 de Tamuz?

El próximo Martes 15 de julio, se conmemorará el 17 de Tamuz, un día de ayuno.

Cinco tragedias sucedieron al pueblo judío en este día.

1. El 17 de Tamuz ocurre cuarenta días después de Shabuot. Moshé ascendió al Monte Sinaí en Shabuot y permaneció allí durante cuarenta días. El pueblo de Israel hizo el becerro de oro en la tarde del 16 de Tamuz, cuando pensaron que Moshé ya no iba a regresar. Cuando Moshé descendió del Monte Sinaí y vio a los Yehudim adorando al becerro de oro, rompió las tablas que llevaban los Diez Mandamientos.

2 Menashe -un rey judío, el peor soberano del Reino de Yehuda – colocó en ese día un ídolo en el Santo Santuario (qodesh haqodashim) del Templo de Jerusalén, alrededor del año 700 antes de la era común.

3. En la época del Primer Templo, en el año 587 AEC, los Cohanim (sacerdotes) se vieron obligados a interrumpir la ofrenda del sacrificio diario. Este sacrificio (qorban hatamid) había sido ofrecido desde la época del éxodo de Egipto. El 17 de Tamuz de ese año, este sacrificio no se pudo ofrecer más debido a la escasez de animales causada por el asedio de la ciudad de Jerusalén por el ejército Babilónico.

4. Alrededor del año 50 de la era común, Apostomus, un capitán romano, tomó un rollo de Tora y entre insultos y burlas a Israel quemó un Sefer Torá en público. (Según Maimónides fue Apostomus, no Menashe, quien además de quemar de la Torá colocó un ídolo en el Templo de Jerusalem).

5. En el año 68 EC los muros de Jerusalem fueron destruidos después de muchos meses de asedio por el ejército romano. Tres semanas después, el Bet haMiqdash fue demolido y quemado el 9 de Ab.

Debido a estas cinco tragedias es que ayunamos el 17 de Tamuz. También recitamos oraciones especiales (tajanunim), que nos inspiran a lamentar y arrepentirnos por nuestras transgresiones y las transgresiones de nuestros antepasados.

El ayuno comienza al amanecer y termina con la aparición de las tres estrellas.




El 17 de Tamuz en contexto

El martes 15 de Julio, se conmemorará el 17 de Tamuz, un día de ayuno. El 17 de Tamuz es uno de los cuatro días de ayuno público (תענית ציבור) en los que recordamos los acontecimientos que condujeron a la destrucción de nuestro primer Bet haMiqdash (=Templo de Jerusalem) en el año 586 antes de la EC (era común) y el consiguiente exilio.

1. Ayunamos el 10 de Tebet, cuando el enemigo comenzó el sitio a Yerushalayim, lo que provocó que muchos muriesen de hambre, epidemias, etc.

2. También ayunamos el 17 de Tamuz, cuando los Babilonios produjeron la primera brecha en las murallas de la ciudad, lo que les permitió entrar en la ciudad y comenzar la masacre.

3. Luego de tres semanas de lucha y resistencia, el enemigo finalmente prevaleció. Es por eso que tres semanas después del 17 de Tamuz observamos el 9 de Ab, el día de duelo nacional del pueblo judío. En este trágico día, el primer Bet haMiqdash fue destruido y quemado (el Segundo Bet HaMiqdash también fue destruido en un 9 de Ab, en el año 68 de la EC). Miles de judíos fueron asesinados o murieron de hambre. El resto fue llevado cautivo a Babilonia. Una pequeña población judía permaneció en Israel como vasallos de los Babilonios.

4. Algunos años más tarde, un grupo de judíos rebeldes mató a la persona designada por Babilonia como gobernador, Gedalyá ben Ajiqam. Esto ocurrió el 3 de Tishrí, un día después de Rosh haShaná. Las consecuencias fueron devastadoras. El emperador de Babilonia interpretó este asesinato como una rebelión contra su reino y ordenó que la pequeña población judía, que había quedado en Israel después de la destrucción del Templo, fuera exiliada o eliminada.

Estos cuatro días, el 10 de Tebet, el 17 de Tamuz, el 9 de Ab y el 3 de Tishrí fueron establecidos por nuestros profetas como días de ayuno público. Con el fin de recordar la destrucción del Bet haMiqdash y nuestra responsabilidad en la misma, invitándonos a la introspección y el arrepentimiento.

Es interesante notar que alrededor del año 516 AEC , 70 años después de nuestro primer exilio, alrededor de 40.000 judíos regresaron a Israel y construyeron el segundo Bet-haMiqdash. En ese momento, el profeta Zejariá y Anshe Keneset haGedolá (el primer Congreso Judío) cancelaron esos días de ayuno y los declararon días de alegría y celebración.

«Así dice HaShem, Señor de los ejércitos: El ayuno del cuarto mes, y el ayuno del quinto, y el ayuno del séptimo y el ayuno del décimo se [declaran cancelados y se] convertirán para la casa de Yehudá en días de gozo y alegría, y en festivas solemnidades … «(Zejariá  8:19)

Cuando el segundo Bet haMiqdash fue destruido en el año 68 de la EC,  comenzamos a ayunar de nuevo.

BH, cuando se construya el tercer Bet HaMiqdash, במהרה בימינו, estos días de ayuno se convertirán una vez más en días de celebración y festejos.  Amen



Rabbi Ishma’el haCohen (1723-1811)

El Rab Ishmael HaCohen nació en la ciudad de Modena, Italia, en 1723. Fue considerado el rabino más importante (poseq) de su generación en Italia. También fue un rabino muy querido por todos sus feligreses. A pesar de su gran intelecto, solía hablar a los miembros de su comunidad en un lenguaje sencillo y en su nivel de entendimiento.
Rabí Ishmael sirvió a la comunidad judía de Módena durante más de 30 años, pero en la práctica él fue el principal referente rabínico de toda Italia durante su vida. Escribió miles de Teshubot (Responsa rabínica) respondiendo a las preguntas enviadas por los judíos italianos desde todos los rincones del país. Fue muy elogiado por todos sus colegas contemporáneos, entre ellos el famoso rabino Yosef Jayim David Azulay, el Jida, z»l.
Los tiempos del rabino Ishmael fueron los tiempos de los primeros reformistas en Europa. Muchos de estos «iluminados» proponían cambios radicales en el judaísmo, reformar  la Tora a los tiempos modernos y remover del judaísmo su dimensión nacional. Rabí Ishmael se estableció a la vanguardia de la batalla contra la reforma, salvaguardando el judaísmo tradicional contra las nuevas oleadas de asimilación.
Escribió muchos poemas religiosos (pizmonim, baqashot), algunos de ellos eran cantados cada Shabbat en su sinagoga.
También escribió:
Sefat Emet: una colección de sus discursos sobre la Parasha de la semana.
Shebaj Pesaj. Un libro que explica la Hagadá de Pesaj y las leyes de esta festividad.
Su libro más famoso es zera’ emet (זרע אמת) una colección de cientos de Respuestas rabínicas sobre diversos temas legales. Esta obra es fundamental ya que es uno de los primeros libros que aborda cuestiones que surgieron en los tiempos modernos, lo cual requiere una figura Halajica respetada con la autoridad para establecer nuevos precedentes jurídicos.
El nombre del libro zera’ emet («La verdadera descendecia») merece una breve explicación. Rabí Ishmael no tuvo hijos. Y aunque, como el mencionó en su libro, él amaba y cuidaba a cada uno de sus alumnos como si fueran sus propios hijos, consideró a este libro su verdadero «legado (=descendencia) para la posteridad». En la introducción de zera’ emet  cita a la hermosa analogía que nuestros Rabinos escribieron para expresar la «inmortalidad» que adquiere un estudioso de la Torá que escribe un libro relevante. Dijeron que cuando los lectores leen las palabras de un estudioso de la Torá que falleció «sus labios se mueven en su tumba», (siftotav dobebot baqaber), es decir, el acto de leer y estudiar revive las palabras del autor, con lo que su legado y su memoria vuelven de nuevo a la vida.
Rabí Ishmael haCohen falleció en Módena en 1811
Para download el libro
zera’ emet, hace click

aqui

 




AMIDA: HaShem, abre mis labios…

ה’ שפתי תפתח ופי יגיד תהִלתך

Antes de comenzar la Amida recitamos un pasuq (versículo) muy especial del libro de Tehilim (Salmos 51:15 ) «HaShem , abre mis labios , asi mi boca proclamará Tu alabanza» . Para entender por qué los rabinos eligieron este versículo para introducir la Amida, es importante examinarlo en su contexto original.

Tehilim 51 es un salmo de Teshuba (=arrepentimiento). David se lamenta con sinceridad del pecado que cometió con Bat- Sheba. Al componer este Salmo, David se encontraba en un estado de profunda angustia, consumido por la culpa y la vergüenza. Como él mismo lo dice, «51:17  [cuando le ruego a Hashem con] un corazón roto y humillado, HaShem no me despreciará».  David estaba implorando el perdón divino desde lo mas profundo de su ser.  En un momento, en medio de su Tefilá, sintió que ya no podía hablar. El lector puede ver que de repente el flujo de este Salmo se detiene. Como si David, ahora completamente consciente de la Presencia de Dios, se quedó corto de palabras para implorar el perdón de HaShem. En ese momento hizo una pausa. Y entonces dijo:  HaShem, quiero seguir orando y rezándote a Ti. Pero me doy cuenta de que, ironicamente, necesito Tu ayuda para estar frente a Ti. Por favor, dame la fuerza y el coraje para hacer frente a Tu Presencia: «HaShem, abre mis labios , así mi boca proclamará tu alabanza « .

Con esta solicitud extraordinaria David HaMélej transmite la gran profundidad de su arrepentimiento y su humildad única. Pero sobre todo nos enseña que incluso el poeta bíblico más dotado y elocuente, al asumir de que está hablando directamente con Dios, necesita la asistencia de HaShem.

La Amida no es una oración regular. Mientras que en todas las demás oraciones hablamos de Dios, o sobre Dios, en la Amida le estamos hablando directamente a Dios. Si realmente sentimos que estamos frente a Su Presencia, la experiencia puede ser abrumadora. Tanto, que es posible que no nos atrevamos o no podamos hablar frente a Él. O por lo menos, así nos deberíamos sentir.  Es por eso que antes de empezar la Amida decimos este versículo tan conmovedor. Al decir estas palabras no estamos sólo repitiendo las palabras de David HaMélej . En cierto sentido, nos transformamos en David HaMélej. Nos damos cuenta de lo que estamos a punto de hacer, hablar con haShem, y nos sentimos envueltos por una sensación de insuficiencia. Este versículo fue elegido por nuestros Jajamim para inspirarnos a sentir esa experiencia de profunda humildad, al estar de pie, frente a HaShem.




PADRES e HIJOS: La importancia de decir adios

אמרו עליו על ריב»ז שלא הקדימו אדם שלום מעולם ואפילו נכרי בשוק

Se ha dicho de Rabán Iojanán ben Zakai que nunca nadie le precedió en su saludo, incluso un extraño en el mercado.
Es una cuestión de sentido común y derekh Eretz (educación) que las personas se saluden unas a otras cuando se encuentran, después de estar lejos el uno del otro, o cuando se separan  uno de otro.  Eso es lo que hacemos con nuestros compañeros de trabajo y amigos a pesar de que los vemos todos los días.

Asimísmo, cuando salimos de casa siempre debemos despedirnos y decir «adiós» a los demás miembros de nuestra familia, incluyendo a los niños pequeños. Esto va más allá de una cuestión de respeto básico. Para los niños pequeños, el estar seguro de que mamá y papá están en casa, a menos que nos hayan dicho «adiós», genera construye una relación de confianza en los padres y refuerza la autoestima de los hijos. «Sé que mamá y papá están aquí, porque no se han despedido de mí.»  Se dice el niño. Ese niño o niña no sufre ansiedad de abandono.

En el caso de niños mayores, si no les hacemos saber cuándo nos vamos de la casa despidiéndonos, podrían  encontrarse hablando con una persona que estaba allí, pero que ahora ha desaparecido. Por otra parte, si nos comportamos de esta manera incorrecta, nuestros hijos aprenderán a seguir nuestro mal ejemplo. Tal vez cuando nuestros hijos sean más independientes piensen que no está mal salir de la casa sin avisarle a nadie. Debemos enseñarles, comenzando con nuestro ejemplo personal, que necesitan avisarnos que están dejando la casa. Y decirnos también  cuándo estarán regresando. Todo ésto sucede «naturalmente» cuando aprenden a despedirse, y decir «adiós» antes de salir.

Del mismo modo, cuando llegamos a casa debemos tratar que nuestros seres queridos sepan que estamos de vuelta. Y ésto va en ambos sentidos. Los que están en casa deben dar señales de que notan la presencia de la persona que acaba de llegar » Hola; ¿Cómo estás? o ¿Cómo fue tu día?». Esto es especialmente importante cuando los padres llegan a casa. Los niños yehudim deben un gran respeto a sus padres. En el momento que notan que papá o mamá llegaron a casa, deben dejar sus actividades y  saludar al padre o la madre que acaba de entrar.  Cuando los niños son pequeños, aprenderán este comportamiento viendo, por ejemplo, cómo mamá recibe a papá cuando éste llega a casa. Mamá debe decir: «Miren quién acaba de llegar! Todos aquí! Vamos a darle un fuerte abrazo a papá».

En nuestra sociedad moderna, donde muchos niños se pasan el día conectados a aparatos electrónicos, estos gestos de cariño y respeto son más importantes que nunca.

Recuperar la conciencia de lo que significa ser una familia podría empezar por demostrar cuánto nos importa que mis seres queridos estén o no estén en casa.  No debemos evitar decir: «Que tengas un buen día! Te quiero! Te extrañé!».

Debemos aprender de Rabán Iojanán ben Zakai, que era siempre el primero en saludar a los demás. Así demostraremos a nuestros seres queridos que su presencia o ausencia,  marca una diferencia.

Por Rabanit Coty Bittón 
לע»נ אייל יפרח ,נפתלי פרנקל וגיל-עד שאער הי»ד