TOLEDOT: ¿Por qué Esav?

La historia es más o menos conocida. Antes de morir, nuestro segundo patriarca, Itsjak, desea designar a su hijo Esav como su heredero, como aquel que va a continuar su camino: el futuro líder de la familia y del pueblo que, de acuerdo con la promesa divina, surgirá de esta familia. La elección de Esav no es arbitraria; está basada en un razonamiento profundo. Itsjak ve en Esav las cualidades que serán esenciales para la supervivencia del pueblo judío: la fortaleza física, la valentía y la astucia para proteger a su familia y a su pueblo en un mundo hostil.

Itsjak comprende que el nuevo camino de Abraham —su “religión”— no es muy popular. De hecho, genera antagonismo en las personas, especialmente en aquellas con poder.

En el pasado he explicado que este resentimiento hacia Abraham y su descendencia tiene raíces teológicas. La creencia de Abraham era diferente a la adoración a otros dioses, algo que, en general, era tolerado por los pueblos paganos. Sin embargo, el monoteísmo de Abraham contradecía la idea de esos dioses, negaba su existencia y los consideraba falsos. Esto era profundamente ofensivo para los pueblos que adoraban y respetaban a sus propias deidades. Además, alteraba el orden jerárquico y, según Maimónides, incluso el equilibrio político de las sociedades paganas. Las ideas de Abraham, como ocurrió en el caso del rey Nimrod, eran muy peligrosas para la hegemonía religiosa de su tiempo.

Pero lo teológico era solo una parte del antagonismo que Abraham generaba. La conducta moral y ética de Abraham también era iconoclasta: rompía con las normas sociales de la época y atentaba contra el orden social de las castas contemporáneas. Me explico: hay evidencia explícita en el texto bíblico de que la humanidad, desde los tiempos del Diluvio hasta los relatos de Sedom y Amora, se regía por la «ley de la selva», la supervivencia del más fuerte, ya sea en términos físicos o económicos. Los que ostentaban el poder abusaban de los más débiles, los utilizaban o los esclavizaban. Nadie se preocupaba por hacer el bien con el necesitado de manera desinteresada.

Abraham fue el primero en introducir al mundo una idea revolucionaria: la bondad desinteresada, conocida como jesed. Antes de él, si alguien ofrecía comida o refugio a otro, lo hacía únicamente, en el mejor de los casos, como un acto comercial con fines lucrativos: un servicio a cambio de un beneficio. Abraham revolucionó este paradigma. En el famoso episodio en el que Abraham corre al encuentro de tres extranjeros necesitados que pasaban cerca de su tienda, les ruega que descansen en su hogar, laven sus pies, beban agua y coman, sin buscar ningún beneficio personal. Este acto fue un antes y un después en la historia de la humanidad. Por primera vez, veinte generaciones después de la creación del hombre, un ser humano actuó movido por bondad, voluntariamente, sin esperar recompensa ni siquiera ser solicitado.

Este gesto fue consecuencia directa del monoteísmo moral de Abraham, que cambiaba la percepción de la relación entre el hombre y Dios y, además, las relaciones humanas. Si existe un único Dios, todos los seres humanos somos criaturas del mismo creador y, por lo tanto, merecemos ser tratados con dignidad e igualdad.

Este concepto quizás representaba una revolución aún más peligrosa que la revolución religiosa en una época en la que las jerarquías de poder y las castas dominaban el mundo. La conducta de Abraham proponía una alternativa radical: una sociedad basada en la igualdad y la bondad. Su ejemplo desafiaba las bases mismas de la estructura social imperante. Abraham y su nueva creencia eran peligrosos para los que estaban en la cima del poder y del abuso.

Por lo tanto, no es sorprendente que el camino de Abraham, y las implicaciones sociales y políticas de sus valores, fueran vistas como una amenaza para las generaciones de su tiempo.

En el mejor de los casos, la rectitud moral de Abraham provocaba incomodidad en quienes lo rodeaban, porque revelaba su corrupción, su abuso y su falta de moralidad. Esto creaba una incómoda posibilidad en su entorno: o bien abrazaban su fe y cambiaban, o lo rechazaban, lo demonizaban y buscaban eliminarlo para acallar esa incomodidad interna. Creo que este fue el principio, la incepción del antisemitismo.

Regresemos ahora a la elección de Esav. A diferencia de Jacob, Esav es fuerte, valiente y guerrero. Según un comentario —que escuché, aunque no encontré su fuente—, Esav defendió y luchó contra los filisteos para proteger los pozos de agua de Isaac.

Para Itsjak, el liderazgo del pueblo judío necesita alguien así: un guerrero dispuesto a enfrentar a los enemigos y garantizar la supervivencia de su familia y su legado. Jacob, en ese aspecto, parece más frágil, menos apto para liderar a un pueblo que inevitablemente tendrá enemigos en el presente y en el futuro.




TOLEDOT: La visión satelital de la mujer

UNA MUJER VIRTUOSA
La semana pasada vimos como Abraham Abinu se preocupó por encontrar una buena esposa para su hijo Isaac (Itsjaq).  Los rabinos siempre insistieron en que la mujer es la clave de la familia judía. Y Abraham sabía muy bien que por más que Isaac sea hombre justo, si su esposa no lo acompaña en su misión Isaac, transmitir el legado de Abraham, Isaac hubiera fracasado. Abraham lo sabía por su propia experiencia: su primer hijo, Ishmael, no seguía sus pasos. Ishmael imitaba a su madre, Hagar, y terminó convirtiéndose en un cazador, como sus ancestros maternos. Abraham quería para Isaac exactamente lo que Rivká representaba. El epítome de Jesed, generosidad y bondad.
LA CABEZA Y EL CUELLO
También vemos otra característica muy importante de Rivká. Rivká posee un recato (tseniut) natural. Los Jajamim lo indican por su manera de sentarse en el camello, o cuando se cubre con su velo al escuchar que Isaac se aproxima. Pero como vemos en el diálogo que tuvo con Eliezer y con sus propios padres, ese recato no evitaba que Rivká poseyera también una gran personalidad y carácter. Rivká sabía exactamente lo que quería y lo que había que hacer. Cuando se habla de matrimonio, algunos comparan al marido con la cabeza y a la mujer con el cuello: la cabeza es la parte principal del cuerpo, pero el cuello la maneja.  Yo propondría un modelo un poco más sofisticado: el matrimonio judío es como un automóvil. ¿Quién lo maneja? ¿Quién está al volante? El marido. ¿Y la mujer? La mujer es el GPS.
CUANDO NO OBEDECES A TU GPS
Una vez me encontraba en la autopista Belt Parkway. Estaba en la salida 16 y tenía que salir en la 31. De repente mi GPS me indica que salga en la 18.  Y yo por supuesto pensé que el GPS se estaba equivocando e ignoré su recomendación. Cuando estuve más cerca del la salida 18, mi Waze siguió insistiendo «Toma la salida 18»,  y justo antes de pasar por la salida 18, casi como dándose cuenta de que lo iba a ignorar, creo que me gritó: «¡¡¡Salida 18, Salida 18!!!» . Yo seguí adelante y me dije: ¿Por qué escuchar al GPS si conozco este camino como la palma de mi mano y aparte el camino se ve muy despejado? Entonces ocurrió lo predecible. Llegué a la salida 20 y el tráfico estaba totalmente parado….  Perdí unos 40 minutos, ya que una vez que se pasa la salida 18, no hay caminos alternativos….
Entonces recordé una vez más la diferencia entre mi esposa y yo: Yo, conductor, poseo una vista humana, limitada, que termina donde dejan de ver mis ojos. Mi esposa, como el Waze, tiene una vista satelital. De alguna manera nuestras esposas (¿o es solo MI esposa?) ven mucho más allá de lo que vemos nosotros. Y a veces, cuando no les hacemos caso, sufrimos las consecuencias….
VISION SATELITAL
La Parashá de esta semana, Toledot, nos presenta un conflicto entre Isaac y Rivká.  Cada uno tenía una idea diferente acerca de quién debía ser elegido para liderar la próxima generación del incipiente pueblo judío (ver aquí).  Para Rivká el candidato adecuado era Ya’acob. Lo tenía más que claro.  Y una de las razones era que Esav ya se había casado con dos mujeres locales, paganas. Que no seguirían el camino de Abraham.  Y Rivká como mujer sabe el enorme poder e influencia que la esposa tiene sobre su marido.    Es de suponer que Rivká primero hizo lo que haría un GPS, diciéndole a Isaac: «Esav no es el candidato adecuado para continuar el legado de Abraham». «Esav está demasiado ocupado persiguiendo sus apetitos materiales». «Sus esposas lo van a desviar del camino de Dios» «Tenemos que elegir a Ya’aqob». Pero Isaac no veía los defectos de Esav…  e ignorando las indicaciones de su «GPS»,  se dispuso a nombrar a Esav como su heredero espiritual.
SALVADO POR SU ESPOSA
Para lo que sucedió luego tenemos que pensar en la diferencia entre el GPS y un Google car (que en un par de años estará en las calles). El GPS le indica al conductor: «Salida 18, Salida 18». El Google car, por otro lado, no le da instrucciones al conductor. Lo conduce directamente a la salida 18, y lo salva del terrible tráfico, sin consultarle... En el momento más crucial, que determinaría el destino del legado de Abraham Abinu, Rivká actuó como un Google Car: forzó a Isaac a desviarse de su plan de ruta inicial, bendecir a Ya’acob y declararlo su heredero. Rivká fue elegida por Abraham para esa precisa misión. Para salvar a Isaac de tomar una  irreparable mala decisión.  Rivká, que era tan parecida a Abraham, estaba allí «en lugar de Abraham». Protegiendo su legado. Actuando como hubiera actuado Abraham.
Al haber forzado a Isaac a designar a Ya’aqob como su heredero, Ribqá salvó el legado de Abraham, y en cierto sentido, garantizó la existencia del pueblo judío



TOLEDOT: Jacob, Esav y el ejército de Israel

LA NUEVA GENERACION

En la Parashá de esta semana nos encontramos con la nueva generación del pueblo judío: Isaac, Ribqá y sus hijos. En el centro de esta Parashá está el famoso episodio de la bendición que Isaac quería otorgarle a Esav, pero gracias a la intervención de Ribqá, terminó otorgándosela a Yaaqob.

Comencemos por el principio.

Isaac y Ribqá tuvieron dos hijos: Yaaqob y Esav. Yaaqob era un hombre de su casa, dócil, íntegro, estudioso. Esav, era todo lo contrario. Adrenalina pura. Un hombre de batalla. Un luchador. Un gran cazador.

Cuando Isaac envejece llega el momento de elegir al heredero. No se trata de quién heredaría los bienes materiales de Isaac, sino de algo mucho más importante: ¿Quién iba a continuar, liderar y promover el camino y los valores de Abraham Abinu?  ¿Cuál de los dos hijos era el más indicado para ser el futuro patriarca del pueblo judío?

Isaac y Ribqá tenían opiniones diferentes. Para Isaac, el candidato indiscutido era Esav. Pero para Ribqá, el más indicado era Jacob.

En las próximas líneas vamos a tratar de entender por qué pensaban así.

¿POR QUÉ ELEGIR A ESAV?

Isaac sabía que la fe de Abraham iba a ser inevitablemente atacada por los pueblos idólatras, que seguramente tratarían de erradicar a sus descendientes. ¿Por qué? En el mundo politeísta cada pueblo tenía y servía a sus dioses locales. Aceptaban que otros pueblos tuvieran sus propios dioses, y creían que los poderes de esos dioses eran verdaderos. Esos dioses podían convivir unos con otros. A veces los pueblos intercambiaban sus dioses, o incluso forjaban alianzas entre ellos.

Pero la fe deAbraham, el monoteísmo, es diferente. Al afirmar que existe un solo “y único” Dios, el monoteísmo “excluye” a todas las demás confesiones. Y expresa directa o indirectamente que los demás dioses son falsos. Con este mensaje tan revolucionario y valiente, Isaac sabía que para que sus descendientes pudieran seguir firmes en la fe de Abraham iban a tener que luchar y defenderse contra infinidad de enemigos

¡Y no se equivocó!

Isaac sabía que su hijo Esav poseía las virtudes ideales para defender la fe de Abraham. Basándonos en un famoso Midrash podemos afirmar que Esav era un experto a la hora de identificar las debilidades de sus adversarios. Era un guerrero astuto, que conocía el lenguaje del enemigo, un talento muy importante a la hora de la guerra. Isaac sabía que Esav sería capaz de organizar y liderar un ejército. ¡Y no se equivocó! En Vayishlaj vemos que Esav lidera un ejército de 400 hombres.

Isaac quiere elegir a Esav porque sabe que con su ejército podrá conquistar la tierra de Israel y será capaz de defender militarmente a sus descendientes de sus futuros enemigos.

LA VISION DE UNA MADRE

Pero para Ribqá todas estas cualidades bélicas de Esav eran incompatibles con los valores humanos de Abraham ¿Podría Esav, un hombre dedicado a la guerra, ser bondadoso con los extranjeros como lo fue Abraham? ¿Podría ser diplomático con sus vecinos como lo fue Abraham con los Hititas? Para Ribqá el futuro sucesor de Abraham tenía que ser amable sensible y generoso como Abraham. Más inteligente que fuerte. Y sofisticado, más que violento. El sucesor de Abraham, se debía diferenciar de todos los demás hombres por su intelectualidad, y por darle prioridad al estudio ¡no a la guerra!. Y estas eran obviamente las características de Yaakob. De acuerdo a Ribqá era Ya’aqob y no Esav, quién debía ser el elegido para liderar el pueblo de Abraham.

Al final, y como sucede en las mejores familias, Ribqá se impuso, y el sucesor de Isaac fue Yaaqob.

Debemos reconocer que lo ideal hubiera sido una alianza de los dos hermanos: la espiritualidad de Jacob combinada con la fuerza de Esav. Pero para Ribqá esto era imposible, porque tal como lo menciona la Torá en el párrafo que antecede a este episodio, Esav se había distanciado de su familia, al haberse casado con mujeres Hititas.

JACOB, ESAV Y MEDINAT ISRAEL

Esta historia y esta interpretación que escribí hace un par de años acerca de las virtudes que Isaac y Ribqá buscaban en el futuro líder de Israel, es hoy muy relevante para entender nuestro presente.

Luego de 2.000 años de persecuciones de las cuales no podíamos defendernos por nuestros propios medios, Medinat Israel ha alcanzado hoy el balance entre las buenas virtudes de Esav y las cualidades de Jacob. Y me parece que la historia que nos cuenta nuestra Parashá por un lado nos ayuda a iluminar nuestro presente, y por el otro lado, se ilumina con nuestro presente. Solo hace falta ver la extraordinaria naturaleza de Medinat Israel: su gente, su espíritu y su ejército.

Israel, por un lado es un paraíso espiritual donde millones de judíos rezan y estudian Torá a diario. Nunca en la historia se escuchó la voz del estudio de Torá tanto como se escucha hoy en el Estado de Israel. Los Yehudim en Israel practican el Jesed, la bondad, la generosidad y la compasión. Israel es un país inteligente, con una devoción por el estudio, con una creatividad intelectual infinita.

Y por el otro lado, están las manos fuertes poderosísimas del ejército de Israel. Que le está demostrando al mundo que a quién se meta con los Yehudim le va a costar muy caro. Que no van a ser otras naciones las que nos defiendan, sino nosotros mismos. Nuestro propio ejército. Nuestra propias manos.

Medinat Israel representa el perfecto balance que buscaban nuestros patriarcas: la dulce voz de la Torá de Yaaqob que quería Ribqá y las poderosas manos de guerreros temerarios que buscaba Isaac, para que cuando fuera necesario adviertan, intimiden y castiguen al enemigo.

Todo en un mismo descendiente: Yaaqob / Israel.

Israel que siempre usó la voz de Yaaqob, también aprendió a usar las «manos de Esav» .

הַקֹּל קוֹל יַעֲקֹב וְהַיָּדַיִם יְדֵי עֵשָׂו

“La voz es la voz de Jacob, pero las manos son [como] las de Esav”




TOLEDOT: La envidia, el odio y el antisemitismo

1 de Kislev de 5783

ויקנאו אותו פלשתים

LA BENDICION COMO RESPUESTA AL ESFUERZO

Esta Perashá nos presenta a Isaac (itsjaq), el hijo de Abraham. Nos cuenta sobre las dificultades que tuvo Isaac para tener hijos, el nacimiento de sus mellizos, la relación entre los dos hermanos, etc. Luego nos cuenta acerca del enfrentamiento entre Isaac y sus vecinos: los filisteos. En Génesis capítulo 26 leemos lo siguiente:  «Isaac sembró en aquella tierra, y cosechó aquel año cien por uno [cien veces mas de lo que había sembrado]: ¡HaShem lo había bendecido! Isaac gozó de prosperidad y siguió engrandeciéndose hasta que llegó a ser muy rico, llegó a tener ovejas, vacas y mucha servidumbre. Pero los filisteos le tuvieron envidia. Y todos los pozos [de agua] que los siervos de su padre [Abraham ] habían cavado … los filisteos los inutilizaron, llenándolos de tierra.»

Si bien HaShem lo bendijo, la riqueza no le llovió del cielo. Isaac era muy trabajador. Tuvo que esforzarse muchísimo para sembrar en esa zona árida, y tal como la Torá nos cuenta, tuvo que cavar una y otra vez sin pereza y sin darse por vencido para obtener el elemento más escaso y preciado en el Medio Oriente: agua.

UNA LECCIÓN QUE NUNCA EXPIRA

Pero los habitantes de aquel lugar, los «Pelishitim» o Filisteos no simpatizaron con Isaac. Y la Torá aquí usa por primera vez la palabra quin’a (ויקנאו אותו פלשתים) que significa: «envidia». Los filisteos tuvieron envidia de Isaac. Y es my interesante observar a qué los llevó la envidia. Uno podría pensar que los Filisteos imitarían a Isaac: iban a trabajar más, se iban a levantar más temprano, se emborracharían menos, ahorrarían más, no gastarían tanto, etc, etc. pero nada de eso sucedió…. Los Filisteos decidieron canalizar su envidia de la manera más destructiva y cobarde: ¡Tapando con tierra los pozos de agua que había cavado Isaac!  La consecuencia de la envidia fue la destrucción.  La envidia los llevó a hacer lo más irracional que un habitante del medio oriente puede hacer: destruir los pozos de agua en el desierto. Lo cual, obviamente, los perjudicaba a ellos también.

LA DIFERENCIA ENTRE CELOS Y ENVIDIA

Hay una gran diferencia entre dos palabras hebreas que son parecidas: Jemdá o Ta’avá (לא תתאוה), celos y quin’a, envidia. «Celos» siempre se refiere a un objeto: estoy celoso de lo que tienes, y quisiera tenerlo yo. La «envidia» es un sentimiento mucho más profundo que los celos, más complicado y, principalmente, imposible de complacer. Y que no se trata de mis sentimiento positivos hacia un objeto, sino de mis sentimientos negativos hacia la persona que lo posee. Te envidio por lo que tienes, y voy a tratar de quitarte lo que tú tienes, y si no puedo, me alcanza con que TÚ no lo tengas. Así, y a diferencia de los celos, la envidia fácilmente se convierte en «odio». La envidia es ad hominem, apunta hacia la persona. Y a diferencia de los celos, es insaciable! El objeto de la envidia cambia. Pero nunca cambia el sujeto. La envidia también es destructiva. Y autodestructiva. Por eso, con mucha sutileza, la Torá yuxtapone la envidia y la destrucción: Los filisteos le tuvieron envidia a Isaac, ¿y qué hicieron? ¡Taparon los pozos de agua!

LA HISTORIA SE REPITE

Rambán, Najmánides, nos aclara que la razón por la cual la Torá se excede en los detalles sobre estos eventos es para enseñarnos que מעשה אבות סימן לבנים , lo que le ocurrió a nuestros no es sólo historia, sino que marca un patrón de conducta que se repetirá con sus descendentes. Es increíble observar como esta historia vuelve a ser relevante en nuestros días. El 15 de agosto de 2005, 8.000 judíos israelíes fueron desterrados de sus casas en Gush Qatif (Israel). Esa tierra, que había sido conquistada militarmente por Israel en respuesta a la guerra iniciada por los egipcios, fue «regalada» a la autoridad Palestina (se dice que este evento precipitó la elección del Hamas en el 2006). Hay un dato interesante que se relaciona con la Parashá de esta semana, y que no se conoce mucho ya que los medios de difusión, como es de esperar, no han demostrado un gran interés en hacerlo conocer. En Gush Qatif, los judíos que vivían allí, hicieron un esfuerzo extraordinario y construyeron «greenhouses» (invernaderos, viveros) con una tecnología ultra-moderna. Allí plantaban vegetales «sin insectos» que se vendían en todo el mundo, y flores, especialmente tulipanes, que se exportaban al mercado de flores de Amsterdam. En total, las ganancias de estos invernaderos llegaban a más de 100 millones de dólares anuales (ver este artículo aquí). Cuando los Yehudim se vieron forzados a abandonar Gush Qatif, el presidente del World Bank, James Wolfenson y algunos judíos americanos (ingenuos) donaron 14 millones de dólares para que no se destruyeran estos invernaderos y que los pobres habitantes de Gaza, que tanto se quejan de su pobreza «causada por Israel», pudieran aprovechar estos invernaderos y brindarle un trabajo honesto y rentable a cientos o a miles de personas y generar un ingreso de 100 millones anuales. Para la sorpresa de muchos (pero no para los que conocen esta Parashá) , ni bien los palestinos recibieron estos modernos invernaderos los destruyeron totalmente, ¡»los taparon llenándolos de tierra»! y establecieron allí bases para lanzar misiles y atacar a Israel. Tal como ocurrió con los filisteos en el tiempo de Isaac, a estos enemigos de Israel les importó muy poco su propia prosperidad: lo que más les importó fue intentar destruir a Israel.

ATENTADOS EN ISRAEL

Estas últimas semanas la historia se ha repetido en una de sus más sangrientas variantes: una vez mas los judíos de Israel, hombres mujeres y niños, han sido atacados con explosivos, balas o siendo atropellados por autos. Lamentablemente, muchos palestinos, algunos de ellos árabes que viven en Israel, se regocijan con esta noticia (ver aquí). A diferencia de los celos, que terminan una vez que la persona «celosa» obtiene lo que desea, la envidia nunca se acaba. Y cuanto más triunfa el envidiado, el envidioso más tratará de destruirlo. Mike Pence, el exvicepresidente de Estados Unidos, formuló con muy pocas palabras esta idea de la envidia / odio hacia Israel de una manera muy simple y profunda. Pence dijo: «Israel no es odiada por sus vecinos por lo que hace mal, Israel es odiada por lo que hace bien» .

Quiera HaShem seguir bendiciendo y quiera Dios proteger a nuestro amado país de las manso de quienes quieren destruirlo, así como bendijo y protegió a nuestro patriarca Isaac y a nuestros antepasados.




VAYERA: Los científicos han encontrado Sedom y Amorá

Un equipo multidisciplinario de científicos ha presentado una teoría fascinante que explica cómo la civilización que habitaba en las orillas del Mar Muerto hace unos 3,700 años desapareció abruptamente. El análisis arqueológico de este desastre coincide con asombrosa precisión en el texto bíblico, y puede compararse con un evento similar ocurrido hace más de un siglo en Rusia.

En 1908, una explosión en Tunguska, Siberia, arrasó cerca de 2,000 kilómetros cuadrados de bosque deshabitado. Sorprendentemente, no se encontró un cráter de impacto. Los científicos explican este fenómeno como un “airburst,” o la explosión de un meteorito a 5-10 kilómetros por encima de la superficie terrestre.

El evento de Tunguska proporciona un modelo que ayuda a entender lo que ocurrió en las ciudades de Sedom y Gomorra, donde ha ocurrido un fenómeno devastador pero no se ha encontrado ningún crater que señale la caída de un meteorito.   Las excavaciones arqueológicas en Tall el-Hammam, en la actual Jordania, han descubierto evidencias de un evento explosivo de «alta temperatura» que arrasó con aproximadamente 500 kilómetros cuadrados al norte del Mar Muerto. Esta explosión habría destruido completamente la civilización de la zona, eliminando a unas 50,000 personas que habitaban una llanura circular de 25 kilómetros de ancho.

Impacto devastador

El calor extremo generado por el fenómeno despojó al suelo fértil de sus nutrientes, dejando la región cubierta de una capa de cenizas y sales. Estas sales, producidas por la reverberación de la explosión en el Mar Muerto, descendieron sobre la región llevadas por vientos abrasadores. La evidencia de este fenómeno se encuentra en los granos minerales incrustados en cerámicas halladas en Tall el-Hammam.

Según la revista Science News, restos arqueológicos indican que las cinco ciudades «desaparecieron repentinamente hace unos 3,700 años, dejando solo cimientos de piedra». Fragmentos de cerámica revelan signos de haber sido sometidos a temperaturas tan altas «quizás tan calientes como la superficie del sol», s que transformaron las cerámicas en vidrio, señaló el profesor Phillip Silvia.  Los hallazgos en Tall el-Hammam incluyen cerámica hecha vidrio, cimientos chamuscados y varios metros de cenizas mezcladas con escombros, una imagen que refleja el relato bíblico de la destrucción de las ciudades.

De vergel a desierto

La Torá describe la región donde Lot se asentó tras separarse de Abraham como un vergel, irrigado por abundantes aguas, comparable en prosperidad al fértil valle del Nilo en Egipto. Y durante siglos estas tierras fértiles habían sostenido prósperas civilizaciones. Sin embargo, tras el desastre, la tierra idílica quedó transformada en un desierto estéril, una imagen que la Torá presenta con precisión.   

Resolviendo un misterio

La Torá detalla la destrucción de Sedom y Gomorra en Génesis 19:24-25: “Entonces Dios hizo llover azufre ardiente sobre Sedom y Gomorra —desde el cielo y por voluntad de Dios—. Así destruyó aquellas ciudades y toda la llanura, incluidos todos los que vivían en las ciudades, y también la vegetación de la tierra”. Abraham, desde su residencia, observó cómo la región se transformaba en una nube de cenizas, «como la humareda de un horno ardiente», según el texto bíblico.

La estatua de sal

El relato bíblico también menciona la famosa «estatua de sal» en la que se convirtió la esposa de Lot, quien quedó rezagada durante la huida. Este detalle encuentra una explicación natural en los hallazgos arqueológicos. Las sales arrastradas por el Mar Muerto, combinadas con las altas temperaturas, cubrieron a los habitantes de la región y los fosilizaron de manera similar a las figuras petrificadas de Pompeya como consecuencia de las cenizas volcánicas, aunque en el caso de Sedom  se trataría de sales que se mezclaban con cenizas de la explosión del meteorito.

La evidencia física en Tall el-Hammam y sus alrededores muestra señales de un impacto térmico y conclusivo altamente destructivo, compatible con la narrativa de la Torá. Este hallazgo no solo confirma la magnitud del evento, sino también la fidelidad del texto bíblico en su descripción.

Un hallazgo que confirma la precisión bíblica

A veces la Torá detalla exactamente cómo se producen eventos de intervención divina, y otras veces no. La Torá describe cómo sucedió el diluvio, menciona, por ejemplo,  lluvias torrenciales durante mucho tiempo y también que simultáneamente las ganas surgieron desde la superficie terrestre, pero no explica por ejemplo, cómo sucedió este segundo evento: si fue un fenómeno de movimientos sísmicos o impactos de meteoritos, etc.

Las plagas de Egipto, la mayoría son explícitas: Dios hace llegar sapos del río, o langostas desde el oeste, o enfermedades, o pestes, o granizo. Sin embargo, no explica, por ejemplo, qué fenómeno natural «utilizó» Dios para oscurecer Egipto, un eclipse or bulo que parece ser mas preciso: una tormenta de arena , polvo o ambos. La misma duda surge cerca si hubo algún fenómeno  natural, dirigido por Dios,  para enrojecer con sangre el Nilo. Esta es la idea entre otros del Rab Isaac Abarbanel.

En la apertura del Mar Rojo, por ejemplo, la Torá menciona de manera explicita  que Dios trajo un fuerte viento para secar el mar.

De todos estos ejemplos vemos que para la Torá no es absolutamente necesario resaltar  «cómo» suceden los hechos milagrosos de intervención Divina sino enfatizar el «Quién».

Maimonides, Radaq y otros comentaristas bíblico explican que Dios interviene  o interactúa con la humanidad a través de fenómenos naturales. A diferencia de TODOS los mitos y leyendas de esa época y lugar, la Torá nunca habla de monstruos o seres mitológicos que soplan y secan el mar Rojo, por ejemplo. O serpientes de siete cabezas que invaden Egipto en las plagas, ni de las fuerzas demoniacas que en sus luchas entre si producen un Diluvio.

La intervención Divina o Milagro consiste en que un fenómeno natural se produce o se desencadena en el tiempo y el lugar que Dios determina. Y también, muy importante aclarar,  que ese evento no termina solo, por sí mismo, sino cuando el Creador lo decide, mostrando así Su control sobre la física y la naturaleza.

Descubrimientos científicos como el que acabamos de relatar nos ayudan a visualizar cómo Dios pudo haber destruido esas ciudades, es decir, que fenómeno  natural utilizó.

Y por otro lado, nos demuestra  una vez más,  la exquisita precisión del breve texto bíblico.




JAYE SARA: Abraham, el primer influencer

En la Parashá de esta semana, Jayé Sará, encontramos a Abraham, nuestro primer patriarca, en una larga conversación con los Hititas, uno de los pueblos que habitaban en esos días la tierra de Canaán. Abraham quiere adquirir de ellos un terreno en Qiryat Arba, Hebrón, para enterrar a Sará, su esposa, recientemente fallecida.

MONOTEISMO Y ANTISEMITISMO
Abraham negocia con los Hititas. Y mientras la negociación avanza vemos que los líderes de ese pueblo –hombres famosos por sus violentas conquistas– trataron a Abraham con gran respeto y se dirigieron a él como «Nesí Eloqim», «Un representante de Dios entre nosotros». Esto es muy extraño, ya que los pueblos paganos no tenían una mentalidad abierta sobre de respeto hacia otras religiones o cultos. Los dioses mitológicos competían entre sí para demostrar su supremacía. Y Abraham no solo practicaba una religión diferente: su religión era «monoteísta»: lo que significa que mientras las otras religiones quizás decían: «Nuestros dioses son más poderosos que tus dioses», la religión de Abraham sostenía que: «Tus dioses, simplemente, ¡no existen!». Esto debería haber sido considerado por los hititas como un gran desafío –casi una ofensa– a sus creencias. Y supongo que sabían que Abraham era un «monoteísta militante», un iconoclasta (destructor de ídolos) y aún así lo respetan de manera superlativa.

Abraham era diferente, incluso en el plano físico, ya que se había circuncidado. ¡Una razón adicional para «rechazarlo» y «discriminarlo»! En aquellos tiempos no había tolerancia religiosa. Vimos, por ejemplo, en el caso de Yosef y sus hermanos en Egipto, que los egipcios ni siquiera se sentaban a comer en la misma mesa que un semita, porque consideraban que su menú –en este caso: carne– era abominable para ellos. ¿Cómo fue entonces que Abraham, siendo tan diferente a los Hititas, fue respetado por ellos?

En mi opinión los hititas, respetaban y admiraban a Abraham por sus extraordinarias virtudes humanas.

1. GENEROSIDAD: Abraham, quien era visto por los paganos como el representante de Dios sobre la tierra, habría tenido todas las razones del mundo para exigir de los demás ofrendas y regalos, como sucedió con Malqui Tsedeq, un sacerdote a quien Abraham le dio su diezmo. Estas ofrendas a los líderes religiosos paganos (sacerdotes, brujos, magos) eran muy comunes en esa época. Pero Abraham, a quien todos veían como un hombre de Dios, lejos de esperar que otros lo mantuvieran materialmente debido a su «superioridad espiritual», se dedicaba a asistir materialmente al prójimo de su propio bolsillo. Abraham tenía su tienda o carpa abierta para todo extranjero que necesitara sombra, agua o comida. Y no pedía ni aceptaba ninguna compensación por ese servicio. Esta conducta de Abraham tiene que haber inspirado el respeto y la admiración de todos los que lo conocían, a pesar de las diferencias religiosas .

2. RESPETO: Dios le habló a Abraham y le prometió que él y sus descendientes heredarán la tierra de Canaán. Pero Abraham nunca se comportó con arrogancia frente a los hititas y otros habitantes de Canaán. Su fe incondicional en la promesa Divina podría haberlo llevado a reclamarle a los paganos que habitaban la tierra: «Esta tierra será mía. Y por lo tanto puedo tomar posesión de ella sin el permiso de ustedes». Abraham trató a los hititas con dignidad y honor. Abraham representaba el epítome de la nobleza de aquellos verdaderos Yehudim que saben muy bien que «cuanto más cerca está uno de Dios, más debe respetar y comportarse con integridad hacia los demás», y muy especialmente hacia quienes profesan otra religión o son menos observantes que uno (Quiddush HaShem).

3. HUMILDAD: la humildad de Abraham se vuelve mucho más evidente cuando comparamos a Abraham, como lo hicieron nuestros Sabios, con Bil’am. Bil’am era un profeta pagano. HaShem se comunicaba con Bil’am, como lo hizo con Abraham y con Moshé. Pero este privilegio, en lugar de hacer que Bil’am sea más humilde, hizo que Bil’am mirara a todas las demás personas con desdén. Bil’am se dijo a sí mismo: «Si Dios habla conmigo ¿quién se puede comparar conmigo?» La arrogancia de Bil’am lo hacía comportarse hacia los demás con desprecio . No estaba dispuesto a ayudar a nadie, a menos que obtuviera algún beneficio material y retribución «por los servicios espirituales prestados». Bil’am sacaba toda la ventaja que podía de su relación con Dios. Representa a esas personas que «mal-representan» a la religión. Abraham, como dijeron nuestros sabios, era TODO lo contrario.

4. IMITAR A DIOS: Aunque Abraham tenía ideas diferentes, que «él» sabía que eran superiores a las ideas de los paganos que vivían a su alrededor, se comportaba con generosidad y respeto y siempre dispuesto a ayudar a cualquiera que lo necesitara. En su humanidad sin límites, Abraham le pidió a Dios que perdonase la vida de los habitantes de Sodoma y Gomorra, las ciudades más corruptas de la historia.
A pesar de que sus ideas eran diferentes, Abraham nunca tuvo enemigos. Nunca fue juzgado negativamente por sus revolucionarias creencias. ¿Por qué? Por su intachable comportamiento hacia otros seres humanos. Así fue como Abraham se convirtió en la inspiración de las grandes religiones del mundo: el INFLUENCER más importante de la historia.




UNRWA: La diferencia entre los refugiados palestinos y todos los demás refugiados

POR QUÉ DOS AGENCIAS?

Hay una agencia internacional, creada por las Naciones Unidas, que se encarga de asistir a todos los refugiados del mundo. Esta agencia se conoce en español como ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) o en inglés UNHCR. Fue establecida en 1950, después de la Segunda Guerra Mundial, con el propósito de proporcionar asistencia a millones de refugiados de todos los rincones del mundo que huyen de guerra o persecución en sus países de origen. Hasta la fecha, esta agencia ha atendido a 108 millones de personas. Actualmente, hay más de 30 millones de refugiados en el mundo, siendo Afganistán, Somalia, Iraq, Siria y Sudán algunos de los países con mayor cantidad.

La principal misión de esta agencia es el reasentamiento de estos refugiados en otros países del mundo. Por ejemplo, Europa, los EE. UU. y Canadá han absorbido en las últimas décadas a decenas de millones de refugiados de África, medio Oriente y Sudamérica.

La misión de la UNHCR culmina una vez que estos refugiados son reasentados en otro país y adquieren la ciudadanía. En ese momento su estatus de refugiados desaparece, y ya no tienen más dependencia de la UNHCR, ya que el país que los ha absorbido asume la responsabilidad sobre ellos.

Existe una sola excepción a esta simple regla de refugiados internacionales: los palestinos.

REFUGIADOS VIP

Hay varios elementos clave que deben ser comprendidos para entender esta diferencia.

En primer lugar, los palestinos son las únicas personas del mundo que tienen su propia agencia independiente: UNRWA, United Nations Relief and Works Agency para refugiados palestinos.

UNRWA se ocupa de asistir a 5 millones de refugiados palestinos, y emplea unos 30.000 trabajadores, es decir, 1 trabajador social por cada 180 refugiados.

¿Cuántos refugiados asiste la UNHCR? La organización internacional de ayuda a refugiados asiste a más de 30 millones refugiados de 134 países del mundo.

¿Cuántos trabajadores emplea esta organización? 16.000 trabajadores, es decir, 1 trabajador social por cada 4.213 refugiados y gasta por refugiado, casi la mitad de lo que la UNRWA gasta por los refugiados palestinos.

ES VERDAD, AUNQUE USTED NO LO CREA

¿Por qué los palestinos tienen su propia agencia? ¿Por qué tienen más dinero y muchos más empleados que los demás? ¿Qué hicieron los palestinos para gozar de estos excepcionales privilegios?

Antes de contestar esta pregunta, debemos referirnos a otro tema, quizás el más importante.

El problema de estos refugiados surge en 1948, cuando alrededor de 700,000 palestinos abandonaron sus lugares de residencia en Israel. La mayoría lo hizo porque los países árabes que decidieron declarar la guerra contra Israel cuando el estado judío declaró su independencia, invitaron a los palestinos que vivían allí a que dejaran sus hogares temporalmente hasta que finalizara la guerra y «echaran a los judíos al mar.» Ahora bien, ¿cuántos refugiados palestinos “reales» existen en la actualidad? Es decir, ¿cuál es el número aproximado de refugiados que vivían en esa época, abandonaron su lugar de residencia y tendrían derecho a mantener su status? En el 2018, un artículo del Washington Post da a entender que solo quedarían 30 o 40 mil refugiados sobrevivientes de 1948.

Pero, ¡¿cómo es entonces que UNRWA asiste a 5 millones de refugiados palestinos?! ¿De dónde salieron tantos refugiados?

¡La increíble, escandalosa y poco conocida razón es que las Naciones Unidas arbitrariamente le otorga a los refugiados palestinos, y solo a los refugiados palestinos, el derecho a que su estatus de refugiados sea hereditario, es decir, que se mantenga para los hijos nietos, bisnietos, etc. de aquellos palestinos que dejaron Israel en 1948!

Gracias a esta increíble excepcionalidad, hay más de 5 millones refugiados palestinos, la mayoría de los cuales nunca vivió un solo día en Palestina.

Y como si esto fuera poco, las Naciones Unidas establecieron otra regla adicional para estos privilegiados seres humanos: los refugiados palestinos, y únicamente ellos, pueden mantener el estatus de refugiados incluso cuando obtienen la ciudadanía de otro país y disfrutan de los beneficios legales y sociales de esos países.

¿Y POR QUÉ?

Los refugiados palestinos «son usados para perjudicar a Israel».

Y por eso, la UNRWA no se dedica a reasentar a los refugiados palestinos en otros países para así liberarlos del status de refugiados, como hace la UNHRC. La misión de UNRWA es mantener y multiplicar el máximo número posible de refugiados palestinos “que reclamen el derecho a regresar a Palestina”, es decir: Israel.

UNRWA no aporta una solución al problema de los refugiados palestinos: lo perpetúa en el tiempo y lo multiplica.

ANTISEMITISMO EN 3D

Lo que más duele es que el resto del mundo sabe todo esto. Sabe muy bien que estos privilegios VIP fueron diseñados para promover la destrucción demográfica de Israel, manteniendo vivo este conflcito, y presionando para que 5 millones de «falsos refugiados” reclamen establecerse en Israel, y tratar de dañar así la viabilidad y la continuidad de un estado judío.

En mi opinión, el caso de los refugiados palestinos y sus privilegios VIP es la evidencia más clara de antisemitismo global, representado por las Naciones Unidas, la institución anti israelí más activa del mundo.

Nathan Sharansky dijo que el antisemitismo moderno se define por las 3 “D”:

1. Demonización de Israel,

2. Deslegitimación de Israel

3. Doble estándar contra Israel: promover normas, parámetros y hasta leyes que no se aplican a ningún otro país del planeta.




JAYE SARA: Los nuevos soldados del ejército judío




JAYE SARA: Aprendiendo a Rezar

DIOS CREADOR
Abraham descubrió a Dios observando la Creación. “Es imposible que todo lo que existe haya surgido y funcione por sí mismo sin un Creador Inteligente”, razonaba Abraham . Tiene que haber Alguien que trajo todo a la existencia y que continua haciendo funcionar este maravilloso mundo (יש אדון לבירה).

DIOS ES UNO
Esta idea, que ya de por sí era innovadora, vino acompañada de otra declaración revolucionaria de Abraham: “Existe un solo Dios”. Abraham, contra toda lógica contemporánea, afirmaba que no hay fuerzas opuestas divinas luchando entre sí: la luz y la oscuridad, la salud y la enfermedad, el nacimiento y la muerte, provienen de un mismo origen. Para los hombres de esa época esto ya era ridículo: lo más lógico es explicar que el bien y el mal, la luz y la oscuridad, la vida y la muerte, vienen de poderes o dioses diferentes, opuestos. Hablar de un solo Dios es una locura. Una blasfemia. Una falta de respeto hacia los dioses.

DIOS ES INVISIBLE
Y como si esto no fuera suficiente Abraham también afirmaba que los ídolos eran falsas representaciones de Dios. “A Dios no se lo puede ver: es invisible”, afirmaba Abraham. Creo que esta declaración fue la más dramática. Hoy en el 2024 la entendemos sin problema ya que conocemos las fuerzas y energías invisibles a los ojos como la radio frecuencia, las microondas, el WiFi, las ondas de comunicación celulares, que nos rodean. Hoy sabemos que lo que no vemos existe en una dimensión invisible a nuestros ojos. Pero 4.000 años atrás, ¿Quién podría creer en algo que no se ve y no se toca? ¿Quién iba a creer que algo o alguien invisible es responsable por la existencia de todo lo visible? Si me preguntan a mí, creo que esta fue la innovación mas espectacular de Abraham, y más difícil de ser aceptada.

LE IMPORTA Y NOS ESCUCHA
Pero hay otro aspecto del monoteísmo judío que de acuerdo a la literalidad del texto bíblico (el peshat) Abraham Abinu fue descubriendo de a poco, con el pasar del tiempo. Esto es, que el Creador se interesa por los seres humanos, se involucra con ellos y puede cambiar el curso de lo natural o lo estadístico por ellos. ¿Sabía esto Abraham? Y si lo sabia, ¿por qué no le reza a Dios cuando lo necesita?

Veamos un par de ejemplos. Abraham, por instrucción Divina deja la confortable vida de Jarán y emigra a Israel. Cuando Abraham llega a Israel, la tierra sufre de una gran sequía. Abraham decide emigrar a Egipto allí su esposa Sara es secuestrada.

SUFRIR SIN REZAR
En ambas crisis, el hambre y el crimen que sufre, Abraham no reza. Abraham no le pide a Dios que le conceda la bendición de la lluvia, y tampoco le implora a Dios que lo ayude a recuperar a Sará. ¿Por qué? El silencio del texto parece indicar que Abraham “no imaginó que podía rezar”, es decir, invocar o pedir la intervención Divina para cambiar un evento natural o personal.

Si nos situamos en el contexto de la sociedad de Abraham, para los humanos el rezo no era una opción. Los dioses mitológicos asirios, hititas, o egipcios vivían en un mundo paralelo. Estaban muy ocupados con sus propios problemas, guerras y conflictos y no tenían ninguna injerencia en los asuntos humanos, y ningún interés en ayudarlos . Por el contrario, a veces competían con los humanos por los recursos naturales del universo como la lluvia o la luz. Rezar a «un dios» era algo completamente ilógico, contra-intuitivo y que Abraham tuvo que aprender.

APRENDIENDO A REZAR
Siguiendo estrictamente el sentido literal del texto, es Dios –no un ser humano– quien primero menciona el concepto de rezar (lehitpalel). En la Perashá que leímos esta pasado Shabbat, Sará es secuestrada una segunda vez, ahora por el monarca de Guerar, Abimelej. Dios castiga a Abimelej con serias afecciones, se le aparece a Abimelej en su sueño y le explica que Sará es una mujer casada y que Dios lo castigó por su causa. Abimelej le dice a Dios que él no lo sabía y entonces Dios le indica lo que tiene que hacer (Genesis 20: 7) “Ahora, devuelve la mujer a su esposo , que es un profeta, y [pídele] que rece por ti, y así no morirás”. Genesis 20: 17: “Entonces Abraham le rezó a Dios y Dios curó a Abimelej”.

En nuestros días, los fieles de cualquier religión estamos ya familiarizados con el concepto de rezar y nos parece algo natural. Luego de lo que ocurrió con Abimelej Abraham “descubre” que se puede rezar a Dios, y no solo para reconocerlo y alabarlo, algo que Abraham ya hacía (vayqrá beShem HaShem..; nebarej sheajalnu misheló..; tiquen tefilat Shajarit) sino también para pedirle Su intervención e influir en los acontecimientos que afectan a los humanos. “Rezar”, hasta ese momento era algo que no se había registrado explícitamente en la Torá. Pero ahora, Abraham aprende que Dios, por ejemplo, puede cambiar el curso natural de una enfermedad cuando un ser humano reza.

En la Perashá de esta semana, Jayé Sará, nos encontramos con Eliezer, el siervo de Abraham, que siguiendo lo que aprendió de Abraham, reza y le solicita al Creador su intervención para encontrar una esposa para Yitsjaq.




RESUMEN DE JAYE SARA

Nuestra Parashá comienza contándonos que Sará muere a la edad de 127 años.  Abraham identifica una parcela de tierra en la ciudad de Hebrón para enterrar a su esposa. El terreno contiene una cueva —lugar donde se sepultaba a los muertos en la antigüedad— situada en el campo de Majpelá. Esta tierra que pertenecía a Efrón el hitita.  Los hititas eran una civilización muy poderosa en ese tiempo. Abraham les pide que le vendan esa tierra. Efrón le ofrece a Abraham enterrar allí a su esposa gratuitamente, pero Abraham rechaza la generosa oferta e insiste en que quiere comprar todo ese terreno y pagar su precio total para usarlo como cementerio familiar.  La venta de esta tierra y sus alrededores se realiza por la suma de 400 piezas de plata, que Abraham le paga a Efrón. Este episodio no solo simboliza la conexión eterna del pueblo judío con la tierra de Israel, sino que también documenta la adquisición de esta parcela en Hebrón y la Tierra Santa.

Luego de enterrar a Sará, Abraham encomienda a su sirviente Eliezer encontrar una esposa adecuada para su hijo Isaac en la tierra de Jarán, que queda en el sur de Turquía,  y evitar que su hijo tome una mujer de la tierra de Canaán y se asimile a los pueblos locales.

Después de una larga travesía, Eliezer llega a Jarán y reza a Dios por el éxito de su misión. Le pide al Creador una señal celestial para confirmar su elección de la futura esposa de Isaac. Esta señal será que, cuando él le pida a una de las jóvenes mujeres que van al pozo por agua, que le sirva agua, ella responda positivamente y ofrezca agua también para los camellos. Providencialmente,  una joven del lugar ofrece dar de beber a los camellos y resulta ser la sobrina nieta de Abraham: Ribká, o Rebeca.

Al enterarse de la identidad de los ilustres extranjeros que habían llegado a su pueblo, Ribká corre a contarle a su familia. Su hermano, Labán, actúa de anfitrión e invita Eliezer y sus hombres a pasar la noche en su hacienda. Eliezer le dice a la familia de Rebeca cuál era el propósito de su misión y les cuenta la señal providencial que designó a Rebeca como la futura esposa del hijo de su amo. La familia está de acuerdo que el matrimonio fue destinado por Dios y aceptan la propuesta. La familia de Ribká celebra el compromiso. Eliezer representa a la familia de Abraham.

A la mañana siguiente, Eliezer pide que no lo demoren en regresar a su tierra y, luego de una emotiva despedida, la delegación parte de regreso a la tierra de Abraham. Isaac toma a Ribká como su esposa, y su presencia lo consuela por la pérdida de su madre.

Abraham se vuelve a casar y, en su vejez, tiene varios hijos más. Sin embargo, y para evitar reclamos territoriales o hereditarios por parte de sus otros hijos, Abraham les concede antes de su muerte una generosa herencia y abandonan la tierra de Israel. Y así lega todas sus posesiones y sus tierras en Israel a Isaac.

Abraham muere a la edad de 175 años y es enterrado por Isaac e Ishmael en la cueva de Majpelá junto a su querida esposa Sará.