CUARTA PRUEBA: Perder a Lot
Abraham regresa a Canaan desde Egipto junto con Sara, su esposa, y Lot, su sobrino que había quedado huérfano y fue adoptado por Abraham cuando murió su padre. Lot se perfila como el heredero natural de Abraham, aquel que supuestamente continuará el camino de rectitud, integridad y obediencia a Dios que Abraham había comenzado a transitar. En Egipto, y por ser el socio de Abraham, Lot también ha acumulado una gran fortuna, que él administraba por su cuenta.
LOS PROBLEMAS QUE TRAE EL DINERO
La fortuna de ambos, Lot y Abraham, debe ser considerada tomando en cuenta que en Canaan recién termina una gran hambruna, en la cual familias enteras habrán perdido todo lo que tenían para sobrevivir. En esos momentos de crisis, los pobres se hacen más pobres, y los ricos se hacen más ricos. Abraham utiliza su riqueza para aliviar a los pobres y hacer el bien a los demás en nombre del Creador. Su tienda está abierta de par en par para atender a los necesitados y a los extranjeros. Abraham les da de comer y beber cuando le quieren agradecer o pagar Abraham no acepta: solo les pide que agradezcan a Dios, que es «Aquel que nos ha dado lo que hemos comido»(zimún). Pero ese uso tan altruista de su dinero —que le valió a Abraham su fama y su nombre de Nesí Eloqim, representante de Dios, en la tierra de Canaan— no era imitado o apreciado por Lot.
EL CAMINO DE ABRAHAM Y EL CAMINO DE LOT
Para la gran decepción de Abraham, Lot no sigue su camino. Lot solo quiere seguir acumulando más bienes y tener más. Y no se preocupa de compartir su fortuna con los que tienen menos, como hace Abraham. Los ojos de Lot están puestos en incrementar su riqueza, no en la beneficencia. Las cosas se ponen un poco peor, irónicamente, cuando las promesas Divinas de berajá, prosperidad, abundancia, por fin se ven cumplidas. El territorio de Canaan de pronto ya no alcanza para los “dos socios”: tío y sobrino. De acuerdo a los Sabios, los trabajadores de Lot traen a sus animales a pastar en los pastizales de Abraham, porque su patrón Lot consideraba que al ser el heredero natural de Abraham, esos terrenos de alguna manera, ya le pertenecían…
LA DECISION DE LOT
Abraham se da cuenta de que Lot, su único familiar sanguíneo, no va a seguir el camino de Dios. Y ahora se enfrenta a un gran dilema o nisaiyón. ¿Seguir consintiendo a su sobrino, que ha demostrado un total desinterés por la obediencia a Dios y la beneficencia, o separase de Lot? Abraham no puede abandonar la misión que comenzó. Abraham fue elegido por Dios y tuvo el privilegio de escuchar Su Voz y recibir Sus mandamientos y Sus promesas. ¡Abraham debe asegurarse que sus descendientes seguirán su camino! Pero Lot ha elegido un destino diferente. ¿Qué hacer en estas circunstancias? Esta es la cuarta y difícil prueba a la que se somete Abraham Abinu: si deja las cosas así como están, su misión Divina se perderá para siempre… Abraham deja la decisión final en las manos de Lot. Le ofrece separarse. Y quizás para la sorpresa de Abraham, Lot acepta separarse de su tío —sabiendo que al desconectarse de Abraham también se estaba desconectando de Dios.
LA ANTÍTESIS DE ABRAHAM
Para peor —y para ratificar las sospechas de Abraham acerca del carácter de su sobrino— Lot se deja llevar por la codicia y decide establecerse en Sodom (o en hebreo Sedom), una ciudad, que antes de ser azotada, era muy próspera y segura, donde residían ricos y nobles de muy mala reputación. Los hombres de Sedom actuaban de una manera completamente opuesta a la de su tío: mientras que Abraham se dedicaba a ayudar desinteresadamente a los extranjeros, en Sedom, se solía abusar de ellos y sacarles todo lo que lo se pueda. Lot elige una ciudad sin Dios, rechazando una vida dedicada a Él. A al mejor estilo de un personaje de Nitzche, en Sedom la caridad era vista como un error: mantener a los pobres perjudica a la supervivencia de los más fuertes. Lot se siente atraído por esta civilización que práctica la ley de la selva y se deleita en los placeres materiales. Cuando Lot elige Sedom, Abraham se da cuenta que no se había equivocado al juzgar el carácter de su sobrino y haberse separado de él. (Como se verá más adelante, Abraham irá a la guerra –algo que solo hizo una vez– y arriesgará su vida para salvar a su sobrino fue tomado como prisionero. Para Maimónides, está es la esencia del cuarto desafío).
LO QUE APRENDEMOS DE ABRAHAM
Abraham no tenía hijos propios y hasta este momento, lo que Abraham más quería era a su sobrino, su “hijo adoptivo”, Lot. Al separarse de Lot, Abraham demuestra que para él seguir el camino del Creador es la razón más importante de su vida y está dispuesto a sacrificarlo todo por Dios y ser merecedor de Su elección.
En ningún momento podemos dejar de pensar en la manera que cada uno de estos nisiyonot o pruebas van preparando a Abraham para el desafío más difícil: el sacrificio de Isaac.