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Este año, la Parashá de Bereshit, Génesis, que contiene el relato de la creación del mundo, nos dejó con solo un día para estudiarla —el Shabbat pasado—, así que antes de despedirnos de Bereshit hasta el año que viene, voy a compartir con ustedes una pequeña reflexión sobre algo nuevo que podemos aprender en esta Parashá. Unos 10 años atrás publiqué mi libro, «Creación» (Awesome Creation), donde explico la historia de la creación del mundo basada en una lectura fiel al hebreo bíblico y mostré que, cuando esta lectura literal (peshat) es ignorada —voluntaria o involuntariamente—, muchos temas clave de la Emuná (la fe judía) se ven afectados, y la Torá puede quedar desprestigiada, reduciéndola al nivel de fábulas o, jas veshalom, de un texto caduco. Hoy voy a mencionar un ejemplo sobre un tema que aún no he publicado. Este ejemplo, como verán, merece el primer premio a la ignorancia del hebreo bíblico y sus inesperadas consecuencias.
LOS PRMEROS ANIMALES
El primer capítulo de Bereshit (Génesis) menciona en el quinto día la creación a los primeros animales que aparecieron en nuestro planeta. El texto hebreo dice:
וַיִּבְרָ֣א אֱלֹקים אֶת־הַתַּנִּינִ֙ם֙ הַגְּדֹלִ֔ים וְאֵ֣ת כָּל־נֶ֣פֶשׁ הַֽחַיָּ֗ה הָֽרֹמֶשֶׂת֙
Y Dios creó los taninim guedolim y a todos los otros seres vivientes ….
¿Qué eran los taninim guedolim?
Comencemos por la primera palabra. Tanin (singular de taninim) aparece unas 15 veces en el Tanaj y describe a un grupo de animales que incluye cocodrilos, lagartos, serpientes y víboras. En otras palabras, en hebreo bíblico tanin significa «reptil». La siguiente palabra, guedolim, plural de gadol, no significa necesariamente «grande» en tamaño. Según el contexto también puede significar «terrible», «temible» o «poderoso». En mi libro menciono varios ejemplos de esta connotación, como cuando Dios castiga al Faraón por haber tomado a la esposa de Abraham, y dice nega’im guedolim (Génesis 12:17), que se traduce como “terribles» plagas o enfermedades. En nuestro contexto, la mejor traducción de la palabra guedolim, una que exprese tanto el tamaño como el temor que estos animales inspiraban, podría ser «imponentes o gigantes».
Taninim guedolim, por lo tanto, debería traducirse como «grandes/gigantescos / o imponentes reptiles», pero INEXPLICABLEMENTE esta traducción ¡casi que no existe!
QUE LA IGNORANCIA TE VALGA
Veamos, por ejemplo, la traducción no-judía clásica de Reina Valera, reeditada en 1960, que dice:
«Y creó Dios a los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente etc.”
¿Por qué traducir taninim guedolim como «monstruos marinos», dos palabras que ¡no aparecen en el texto hebreo!
Aclaremos en primer lugar que en hebreo bíblico la palabra «monstruo» no existe (Nota 1), simplemente porque la Torá no cree en monstruos. A pesar de que TODAS las civilizaciones de la antigüedad creían en monstruos, y los mencionan permanentemente en sus mitos de creación (ver por ejemplo aquí). Y es por eso que una traducción que traduce taninim por «monstruos» en lugar de «reptiles» debería ser considerada como tendenciosa y hasta ofensiva ya que —voluntaria o involuntariamente— equipara a la Torá con las leyendas mitológicas paganas.
¿Cómo se debe traducir entonces la expresión taninim guedolim?
EN GRIEGO Y EN HEBREO
Richard Owen (1804–1892) fue un renombrado científico paleontólogo británico, conocido por su trabajo en la clasificación de restos fósiles de animales prehistóricos. En 1842 acuñó el término dinosaurio para describir un grupo de enormes reptiles extintos. Este término, dinosaurio, es la combinación de dos palabras de origen griego: deinos, que significa gigantesco, poderoso, imponente o temible, y sauro, que significa lagarto o reptil. Así, el término dinosaurio significa «los gigantescos reptiles” de la antigüedad. ¡Estas son, increíblemente, las mismas las palabras que la Torá usa para describir a estas las primeras criaturas creadas por Dios en el quinto día!
¿MONSTRUOS O MONSTRUOSIDADES?
La incorporación de la palabra «monstruos» en las traducciones de la Torá posiblemente deriva de comentarios gentiles escritos antes de que Owen clasificara estos fósiles como «dinosaurios». Los pueblos paganos suponían que esos gigantescos restos fósiles —que se descubrían por todas partes— pertenecían a monstruos o dragones, es decir, seres imaginarios dignos de la mitología pagana y esto explicaría porque en la edad media se haya usado la palabra «monstruo». Pero traducir en el siglo XX o XXI taninim guedolim como «monstruos marinos” (Nota 2) es imperdonable, porque fuerza una lectura mitológica de la Torá y le quita su credibilidad histórica.
La traducción de taninim guedolim por “dinosaurios” —o por lo menos por “grandes reptiles”— ES LA TRADUCCIÓN MAS LITERAL y aparte es testimonio que la Torá es el PRIMER y EL ÚNICO libro de la antigüedad que registra la existencia de estos animales prehistóricos —los primeros animales antiguos creados por Dios en la tierra—sin leyendas ni ficciones dignas de Harry Potter.
Próximamente, con la ayuda de Dios, publicaré mi libro titulado Dinosaurios en la Biblia, donde explico con más detalle los tres versículos que hablan de la creación de los primeros animales (1:20-22), y entre ellos los dinosaurios.
Los que quieran apoyar o dedicar la edición de este libro en español, por favor, escriban directamente a [email protected]
Nota 1. Nótese que la palabra mifletset que se utiliza en hebreo moderno como «monstruo», describe a un tótem de los pueblos paganos, como pesilim, ver Yirmiyahu 50:38).
Nota 2. La palabra “marino” tampoco aparece en el texto, que dicho sea de paso NO describe únicamente a los animales que habitan en el mar!