lunes, noviembre 25, 2024
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TU BEAB: ¿Qué celebraremos el 15 de Ab?

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Hemos dejado atrás un periodo de luto por el Bet haMiqdash que se extendió desde el 17 de Tamuz hasta este pasado martes 13 de Agosto por la noche, cuando finalizamos el ayuno del 9 de Ab. Durante todo este tiempo no hemos tenido casamientos ni otras celebraciones. Sin embargo, una vez finalizado Tishá BeAb, retomamos las festividades y las alegrías.

Esta noche celebraremos una fecha que, aunque no muy conocida, es muy significativa: el 15 del mes de Ab. Según el tratado de Ta’anit, Rabbán Shimón ben Gamliel dijo: «No hubo días más alegres para el pueblo de Israel que el 15 de Ab… porque en esos días las jóvenes solteras de Jerusalem salían vestidas de blanco a bailar en los viñedos… y decían a los jóvenes solteros: ‘Considera a quién elegirás (para ser tu esposa)’ y luego destacaban sus propias cualidades: sus buenas familias, sus virtudes, su belleza». En este día, muchas parejas se conocían por primera vez y así comenzaban los nuevos matrimonios.

Para explicar por qué este día fue seleccionado para un evento tan alegre y significativo, «el día de los SHIDUJIM (o formación de parejas)», los Sabios mencionan lo que sucedió el 15 de Ab a lo largo de la historia judía.

  1. Poco después de salir de Egipto, cuando el pueblo de Israel se negó a entrar en la tierra de Israel, todos los mayores de 20 años fueron condenados a morir en el desierto. Cuarenta años después, el 15 de Ab, este decreto fue cancelado.
  2. Cuando el pueblo judío comenzó a establecerse en Israel en los tiempos de Yehoshúa y aseguraron la división ordenada de la Tierra de Israel entre las doce tribus, que se establecieron en doce «provincias» o «estados» אחוזות או נחלות, los Sabios solo permitieron matrimonios entre miembros de la misma tribu o provincia (Bamidbar, Capítulo 36). Una mujer que había heredado la tierra de su padre en el territorio de Yehudá, por ejemplo, no podía casarse con una persona de la tribu de Binyamín, porque esto causaría la transferencia de tierras de una tribu a otra. Estas restricciones se levantaron el 15 de Ab, cuando se permitieron los matrimonios entre las diferentes tribus.
  3. El 15 de Ab también nos recuerda que la tribu de Binyamín fue readmitida al pueblo de Israel. Sus miembros habían sido excomulgados por su comportamiento en el terrible episodio de la violación de una mujer en la Gib’ah (Jueces 19-21), un evento que no era común en la sociedad judía y sacudió al pueblo de Israel durante años.
  4. Hay un último evento que ocurrió el 15 de Ab. Los Sabios dicen que ese día se permitió al pueblo de Israel enterrar a los muertos de Betar (Biter) אמר רב חונה משניתנו הרוגי ביתר לקבורה נקבעה הטוב והמטיב. הטוב שלא נסרחו והמטיב שניתנו לקבורה. ¿Qué significa esto y qué tiene que ver con la celebración de matrimonios?

Para entenderlo un poco mejor, voy a presentar una breve reseña histórica:

Desde que se destruyó el Templo de Jerusalem en el año 68 de la era común, la tierra de Israel ya no pertenecía al pueblo judío: «Judea» fue convertida en una provincia del imperio romano. Algunos emperadores fueron flexibles con los judíos y otros no. Pero hubo un emperador que fue el peor enemigo de los judíos: Adriano, י”ש. Este malvado gobernante se obsesionó con exterminar a nuestro pueblo en un nivel similar al de Hitler י”ש. Su «sueño» era la solución final: destruir al pueblo judío y borrar para siempre su memoria. Comenzó por Yerushalayim. Destruyó lo que quedaba de las ruinas (sic.) del Templo, para que los judíos dejásemos de llorar por Jerusalem (como lo hacemos hoy cuando visitamos el Kotel) y se olvidaran para siempre de reconstruirla. Para asegurarse el éxito de su misión, mandó a construir una ciudad sobre las ruinas de Jerusalem y le cambió el nombre a Aelia Capitolina. Como si esto fuera poco, también le cambió el nombre a la tierra de Israel, y le puso el nombre «Palestina» (ver aquí).

Los judíos, liderados por Bar Kojbá, decidieron sublevarse, pero luego de unos 3 años de heroicas batallas, en el año 135, Adriano derrotó a los rebeldes. Se estima que alrededor de 400,000 judíos que habitaban en Betar, el último bastión de resistencia judío, fueron masacrados por los romanos «hasta que su sangre llegó al mar Mediterráneo». Y como castigo adicional, Adriano emitió un decreto especial: no permitió enterrar los cuerpos de estos judíos asesinados, e instruyó a sus tropas a no dejar sobrevivientes. Todos los judíos debían ser asesinados, incluso aquellos hombres y mujeres que podían servir o ser vendidos como esclavos. En ese desesperante momento, algunos sabios expresaron que debían cancelarse las bodas y los matrimonios. ¿Para qué casarse y traer hijos al mundo, si esos niños estaban condenados a muerte desde el momento de su nacimiento?

Finalmente, el 15 de Ab (10 de julio) del año 138, el emperador Adriano murió. En aquellos tiempos, cuando un rey o emperador fallecía, sus decretos se cancelaban automáticamente. La primera acción que realizaron los judíos fue dar sepultura a sus muertos. Según la tradición talmúdica, los cuerpos, milagrosamente, no se descompusieron durante un período de tres años.

La muerte de este monstruoso emperador se asemejó a la culminación del Holocausto para los judíos de ese tiempo, como el final de la Segunda Guerra Mundial en 1945 o el día que murió Hitler. Para conmemorar el final de este trágico periodo que los Sabios llamaron SHEMAD, “genocidio”—la palabra hebrea más cercana a SHOAH, holocausto—los Sabios tomaron una decisión de gran alcance y relevancia: formularon una nueva bendición (Berajá) de agradecimiento a Dios por el final del genocidio sistemático de los judíos e incorporaron esta bendición llamada HATOB VEHAMETIB para la posteridad en el Bircat haMazón, la oración que recitamos diariamente después de comer una comida con pan.

Y en ese momento los Sabios también alentaron a los sobrevivientes —nuestros ancestros— a traer nuevamente hijos al mundo.

Y así fue que el 15 de Ab del año 138, el pueblo judío renació de sus cenizas. Y en las ciudades de Judea y en las calles de Jerusalem, se volvieron a escuchar las voces de alegría de los novios y las novias que celebraban sus bodas y formaban sus nuevas familias.

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