JUQAT: El primer nuevo ejército de Israel

LOS HOMBRES LANGOSTAS

En algún punto no especificado de manera explícita en la Parashá de esta semana, Jukat, el texto bíblico hace un salto en el tiempo y nos transporta desde el segundo año de la salida de Egipto al año 40. Los nuevos protagonistas son la joven generación de Am Israel, lista para luchar y conquistar la tierra prometida.

La generación anterior nació y vivió toda su vida en la esclavitud. No sabían luchar ni defenderse. Seguían atados mentalmente a la esclavitud. Sufrían del miedo a la libertad. Extrañaban Egipto y anhelaban regresar a una vida de opresión. Por más que vieron y experimentaron los milagros más imponentes de la historia, tanto en Egipto como en el desierto (las diez plagas, la apertura del mar, la revelación de Dios en el monte Sinaí, el maná que cae del cielo, etc.), no fueron influenciados más que temporalmente. Dios estaba con ellos, pero ellos no lo veían. O no lo querían ver. Quizás para rechazar así las no pocas responsabilidades que demanda vivir como judíos. Fue la generación derrotista que se definió a si misma como langostas que no podían defenderse del enemigo.

Pero esta generación ahora ha desaparecido. El cambio en la mentalidad del pueblo judío, lamentablemente, no ocurrió como un proceso de transición desde la esclavitud a la libertad. Ocurrió, como lo dijo una vez sin compasión el secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger: “En algunas sociedades el cambio no tiene lugar a través de un lento proceso de aprendizaje, sino funeral tras funeral”.

OPERACION ANTEBE

Este nuevo pueblo de Israel, la generación que se no se crio obedeciendo al Faraón sino observando la voluntad de Dios, comienza en esta Parashá su implacable campaña de conquista hacia la tierra prometida. El primer desafío que enfrentan es sumamente relevante para nuestros días. Los cananeos de la ciudad de Arad en el Negev, atacan a los judíos y ¿saben que hacen? ¡Toman prisioneros!. ¿Qué hace el joven ejército de Israel en su primer desafió? Primero rezan, y le prometen lealtad y gratitud a Dios si les concede ese primer triunfo. Luego atacan a los secuestradores terroristas y rescatan a los rehenes con vida. Lo mas importante es percibir qué no hicieron: negociar. La Torá no parece muy a favor de negociar con terroristas.

LA PRIMERA GUERRA

Están ahora en lo que hoy es Jordania, del lado oriental del río Jordán. Antes de atravesar el río para llegar a Israel, tienen que pasar por los territorios de Sijón y Og, reyes del Emori y del Bashán respectivamente.

Sijón era un poderoso rey, con fama de invencible, que había conquistado las tierras de los moabitas en una batalla tan feroz que fue registrada por los poetas de la época —y mencionada incidentalmente por la Torá— como una épica victoria militar, posiblemente con la intención de intimidar al enemigo. Ahora, el comandante en jefe del nuevo ejército de Israel, llamado Moshé Rabbenu, le envía a Sijón un “mensaje de paz”: El pueblo de Israel solicita tu permiso para atravesar su territorio «sin desviarse del camino principal, y sin arruinar tus campos o viñedos, y sin la intención de beber agua de tus pozos. No buscamos la guerra contigo. Solo queremos pasar por tu territorio, para cruzar el río Jordán y llegar a nuestro destino: la tierra de Israel, que nos fue prometida por Dios (Bamidbar 21:22). Sorprendentemente —o no— Sijón rechazó el generoso mensaje de paz de Israel y salió a atacar a Israel.

¿Por qué?

Reflejando en los días que vivimos se me ocurrieron algunas ideas:

  1. En el Medio Oriente no estaban acostumbrados a que un pueblo se comporte con honor y respete su palabra. Porque en esas naciones la mentira era parte de la estrategia militar. Sijón tiene que haber pensado que los judíos estaban tratando de engañarlos. Es lo que él hubiera hecho. O quizás hizo para concitar Moab.
  2. Es posible que Sijón haya pensado que los judíos todavía seguían con la mentalidad de esclavo, con el “complejo de langostas”. Y la prueba para Sijón era que habían deambulado por el desierto por 40 años, y durante todo ese tiempo no habían practicado la guerra ni habían atacado a ninguna nación. El judío siempre se destacó por su inteligencia y su vocación de estudio. Es la víctima ideal. Sijón no sabía que estos judíos también sabían defenderse y luchar.
  3. Complementando esta segunda idea: la oferta de paz que hizo Israel no es típica en el Medio Oriente. Y especialmente en nuestros días. En esa región del mundo los fuertes atacan sin preguntar. Solo los débiles ofrecen la paz o avisan antes de atacar. Creo que Sijón, al mejor estilo de la cultura bélica del Medio Oriente, confundió la oferta de paz de Israel con “debilidad”.

Y así, sin provocación alguna, Sijón atacó a Israel. Irónicamente, el primer desafío militar para el nuevo ejército de Israel no fue atacar y conquistar sino defenderse de sus atacantes. Estamos ante la primera batalla del Ejército de DEFENSA de Israel.

Sijón calculó mal: «Israel lo venció a punta de espada y heredó su territorio, desde Arnón hasta Yabok, hasta la tierra de Amón…” Esas nuevas tierras se extendían a lo largo de la mitad superior del Mar Muerto, continuando a lo largo de las orillas del Jordán hasta las actuales Alturas del Golán, hoy territorio israelí, donde limitaba con las tierras de otro poderoso monarca: Og, rey del Bashán.

SEGUNDA GUERRA

Luego llega la segunda guerra que enfrentó del nuevo ejército de Israel. Og, no aprendió de lo que le sucedió a Sijón, y también salió a atacar a Israel. «El pueblo (de Israel) se dirigió hacia el norte por el camino de Bashán, pero Og, el rey de Bashán, salió con todo su pueblo para enfrentarlos en la batalla en Edrei. Dios le dijo a Moshé: ‘No le temas, porque yo te lo entregaré a él y a todo su pueblo en tus manos. Harás con él lo mismo que hiciste con Sijón, el rey de los amorreos, que habitaba en Jeshbón.   El pueblo de Israel lo derrotó a él, a sus hijos y a todo su pueblo completamente… y heredaron su tierra…» (Bamidbar 21:33-35). Esta ultima frase “y heredaron su tierra” también es muy importante. Si alguien te ataca, te defiendes y ganas, no le tienes que regresar su territorio: ahora se considera tu heredad. La postura derrotista de la vieja generación había sido reemplazada por la actitud optimista de sus hijos. Imbuidos de una sólida EMUNA confianza en la providencia de Dios y en Su ayuda, prevalecieron en la batalla militar contra los reyes de Cisjordania. Israel emergió así como un pueblo preparado para asentarse en su tierra, ejercer su voluntad nacional y estar siempre listo para defenderse de cualquier enemigo.

LOS NUEVOS SOLDADOS DE ISRAEL

No puedo dejar de pensar en los valientes jóvenes soldados que, junto a sus líderes, pelean hoy valientemente en Gaza con un espíritu BIBLICO indomable . Con una profunda convicción de que están luchando lo que los Sabios judos llamaron MILJAMOT HASHEM, “las guerras que los enemigos de Dios libran contra Sus representantes, el pueblo de Israel ”.

La línea de mando que hoy comanda a las fuerzas armadas que luchan en Gaza son los comandantes del ejército del futuro y también —estoy convencido —los líderes políticos del Estado de Israel en los próximos años. Esta nueva generación que cree en si misma y en su Divina misión reemplazará a la cúpula militar que tendrá que despedirse de las fuerzas armadas y dejarles el lugar para asumir la responsabilidad. Acumulan ya 9 meses de combate, pero también 9 meses de unión. Tienen muy claro que su objetivo es la victoria sobre el enemigo. Están dirigiendo una guerra del tipo más difícil y peligroso. No contra un ejército regular de un país en llanuras de combate de tanques, sino contra una organización terrorista, un enemigo oculto, en túneles en áreas urbanas densas. Es una guerra dificilísima y peligrosa para los comandantes y los combatientes.

Estos soldados además, poseen un sólida Emuná, fe, en que Dios que nos sacó de Egipto, venció al faraón y estuvo con nosotros cuando derrotamos a Sijón, Og y a todos los pueblos de Canaán, sigue hoy también con nosotros, más cerca que nunca.