Primera Aliá: Aharon recibe instrucciones de encender la Menorá, el candelabro de 7 brazos que iluminaba el interior del Tabernáculo, y se repasa la construcción y la función de la misma. La Menorá estaba hecha de una sola pieza, fundida de oro puro. Todas las velas de la Menorá se inclinarían hacia la vela del medio, mientras que la vela del medio se inclinaría hacia el lugar central mas sagrado, o Kodesh haKodashim.
Segunda Aliá: A Moshé se le ordenó preparar a los Leviyim (levitas) para el servicio religioso del Tabernáculo, el templo construido en el desierto. Los Leviyim son instalados en su servicio que duraba desde los 25 hasta los 50 años.
Tercera Aliá: El pueblo de Israel mantiene su segundo Pésaj desde que salió de Egipto. Las leyes de Pésaj Shení – el segundo Pésaj (un mes después de Pésaj) se establece para aquellos que no pudieron traer el sacrificio de Pésaj en el momento apropiado. Nuestros sabios dicen que las personas que estaban impuras en ese momento eran las que habian cargado el sarcófago de Yosef. Yosef les había hecho prometer a sus familiares que lo enterraran en la tierra de Israel. Cuando estas personas acudieron a Moshe para preguntarle qué hacer, Moshé no sabía que contestar. Moshe tuvo que pedirle instrucciones a Hashem, porque todo lo que Moshé hizo o dijo fue a través de la comunicación directa con Dios
Cuarta Aliá: Esta Aliá relata el comienzo de la tan esperada travesía hacia la tierra prometida. El Tabernáculo o Mihskán estaba ya terminado y ya se había delgado todas las tareas relacionadas al mismo a los Leviyim y a los Cohanim. Ahora, finalmente ¡era el momento de partir! ¡Antes de eso, los Yehudim necesitaban algún tipo de referencia (un GPS!) para saber cuándo partir y hacia donde ir. Recordemos que eran aproximadamente tres millones de personas. HaShem les ordena que elaboren trompetas de plata para avisar a todo el campamento cuándo tenían que partir. Además, la nube que se posaba sobre el Tabernáculo en todo momento se elevaría repentinamente y se movería en la dirección en la que tenían que ir.
Quinta Aliá: La nube del Mishkán se levanta el 20 de Iyar y así comienza la travesía que debía haber llevado meses y término llevando 40 años. La Aliá también nos habla de Yitró que se había unido a nosotros antes de la entrega de la Tora y ahora, un año y medio después, decide regresar a su tierra en Midyán. Finalmente, la Torá nos cuenta que el Aron ha’Edut , el Arca del Pacto, siempre viajaría delante de todos. Eso es muy interesante porque indica que principio, el Pueblo de Israel debe encaminarse siguiendo el Aron, es decir, la Torá.
Sexta Aliá: El famoso versículo «Vayhi Binso’a haAron» que cantamos antes de sacar la Tora es lo que da comienzo a esta Aliya que describe las quejas del pueblo ante las condiciones de vida en el desierto. La Torá describe el «man» y lo hace para dejar en claro que tenían comida suficiente aunque estaban en pleno desierto y así dejar en claro que los que se quejaban no lo hacían por una necesidad real. Moshé expresa su gran frustración por el comportamiento de la gente. Dios, sin embargo, promete esta vez satisfacer sus deseos y envía un contingente de «selav», codornices, para que erl pueblo coma carne. Moshé recibe instrucciones de nombrar un tribunal o Sanhedrín para ayudarlo a gobernar y enseñar la Torá a la nación. Moshé, el profeta más grande de todos los tiempos, no puede liderar solo a todo un pueblo. El mensaje de la Torá es que siempre se debe tratar de liderar junto a otras personas capacitadas.
Séptima Aliá: Las codornices descienden sobre el campamento en una gran cantidad, por lo que la carne alcanzó y sobró. Por supuesto que este comportamiento obsesivo con la comida, tal desesperación por la carne cuando tenían el «man», no era apropiado para el Pueblo de Dios. E inmediatamente después de comer en exceso enormes cantidades de carne, muchos mueren.
Aharón y Miriam hablan acerca de Moshé en forma negativa (Lashon Hara) diciendo que Moshé estaba casado con Tzipporá pero estaba tan ocupado ocupándose de su misión con el pueblo que nunca estaba en su casa. Aharón y Miriam también pensaron que no era correcto que solamente Moshé tuviera acceso a la comunicación con Dios o profecía, ya que ¡ellos también eran profetas y aparte tenían una vida normal con sus familias! HaShem responde que no pueden compararse con Moshé. Moshé era un profeta «de tiempo completo» que estaba en comunicación directa con Dios las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana. No era posible que tuviera una vida familiar normal. Por supuesto, Moshe fue la única excepción en toda la historia que estuvo exento de tener una familia. Y aún así, ¡estaba casado e incluso tenía dos hijos! Miriam es castigada con una especie de lepra por hablar contra Moshé, pero Moshé intercede por ella y se cura.
By Rab Jacob Bitton