La negación del Holocausto tiene muchas variantes y matices. A veces se niega que el Holocausto haya ocurrido, presentándolo como «propaganda sionista». Esto es típico, por ejemplo, del régimen iraní y sus aliados. Otras veces, se minimiza el número: ¡6 millones es una cifra exagerada; el número es mucho menor! Dice el típico antisemita. O muy sutilmente, se intenta negar la Shoah con argumentos de inclusividad: más de 75 millones de personas murieron en la Segunda Guerra Mundial:¡Los judíos no fueron las únicas víctimas! El Holocausto se compara con otras guerras y conflictos, y a veces, se evita mencionar «a los judíos», hablando de las víctimas del Holocausto en general. ¡Esto no se hace sin intención!
A continuación, presento muy brevemente algunos datos esenciales que ayudan a aclarar la obsesión que los nazis tenían «específicamente» contra los judíos:
LA SOLUCIÓN FINAL
El 20 de enero de 1942, tuvo lugar la Conferencia de Wannsee, una reunión de los más altos funcionarios del gobierno de la Alemania nazi y los líderes de las SS que establecieron en la estrategia para la implementación de la solución final específicamente al problema judío. Los judíos de Europa serían deportados a Polonia ocupada y asesinados en campos de exterminio. Los miembros de esta conferencia decidieron «unánimemente» implementar el genocidio civil de hombres, mujeres y niños, y no hubo una sola voz disidente.
JUDENREIN
Por primera vez en la historia de la humanidad, un gobierno — ¡elegido democráticamente! — implementó el plan para la destrucción total de otro pueblo, la mayoría de los cuales no vivía en su territorio. El objetivo no era desplazarlos de su tierra o expulsarlos de un territorio particular otro, como ha ocurrido, y lamentablemente sigue ocurriendo con refugiados en todo el mundo. El objetivo de los nazis era «aniquilar a los judíos, sin importar dónde estuvieran». Borrarlos completamente de la faz del planeta.
SIN OPCIONES PARA LOS JUDÍOS
A diferencia de lo que ocurrió en otras guerras y persecuciones, no había opción para los judíos. Un judío no podía salvarse rindiéndose y aceptando la autoridad del enemigo, como era el caso de todos los demás ciudadanos europeos. Tampoco podían salvar su vida renunciando a su religión, convirtiéndose o bautizándose. La única opción posible que los nazis dejaron para los judíos era: «la muerte».
PRIORIZANDO A LOS JUDÍOS
Como se muestra al principio del documental de Steven Spielberg «Los Últimos Días», los alemanes actuaron en contra de sus propios intereses militares. Cuando Hitler tuvo que decidir si enviar sus últimas tropas a luchar en Rusia, donde estaban perdiendo la batalla, o usar estas tropas para deportar a medio millón de judíos húngaros y enviarlos a campos de exterminio, decidió invertir sus esfuerzos en asesinar a los judíos en lugar de intentar ganar la guerra. Los nazis no eran salvajes ni locos. Estos asesinos genocidas eran profesionales educados y hombres y mujeres de familia. Millones de ciudadanos alemanes y personas comunes no tuvieron problema en participar en este plan de exterminio. No fue la locura mental (desde el punto de vista psicológico) lo que les hizo actuar de esta manera, sino un odio ideológico visceral contra los judíos (Amaleq).
Inspirado por las ideas del profesor Shelomo ben Yosef