El Rab Yehudá Alqalai (1798- 1878) y el sueño de regresar a Israel
El rabino Yehudá Jai Alqalai (o Alkalai) nació en Sarajevo, Bosnia. Llegó a Israel con sus padres a la edad de 11 años. A una edad muy joven recibió la ordenación rabínica de parte del célebre rabino Eliezer Pappo, autor de Pele Yo’etz. Fue enviado desde Israel para servir como rabino de la importante comunidad Sefaradí de Zemun (cerca de Belgrado, Serbia).
En 1839, el rabino Alqalai se encontró con el rabino Yehuda Bibas, quien lo inspiró y compartió con él sus entusiastas ideas acerca del regreso de los judíos a la tierra de Israel.
En 1840, el mundo judío quedó conmocionado por el “libelo de de sangre de Damasco”, cuando los judíos fueron acusados de haber asesinado a un gentil para consumir . Los judíos del mundo entero se conmocionaron por que esas ridículas acusaciones, generadas por gente muy primitiva fueron aceptadas por las autoridades francesas en Damasco y también por los medios de comunicación modernos de esa época, quienes en lugar de desmentir estos prejuicios los repetían como si se tratara de algo cierto. Los judíos pensaron que el mundo moderno había superado esos prejuicios, especialmente la sociedad occidental, pero se equivocaron.
El libelo de Damasco y la falta de empatía de parte de los países europeos cristianos hacia los judíos de Damasco representó un punto de inflexión en la vida y en los pensamientos del rabino Alqalai. El Rab comenzó a pensar, hablar y escribir sobre un plan práctico para restaurar a los judíos a la tierra de Israel y obtener su independencia política, tal como había imaginado y predicado unos años atrás Rabbi Yehudá Bibas.
El rabino Alqalai publicó en 1841 su primer libro, Minjat Yehudá, donde llamó a los judíos a reunirse en la tierra de Israel. En su libro, que se escribió en ladino y en principio no tuvo mucha repercusión, el Rab delineó algunas ideas prácticos para el establecimiento de los judíos en Israel. Primero se refirió a enseñar y revivir el idioma hebreo, ya que el lenguaje de la Biblia se convertirá en un factor nacional unificador entre las diferentes comunidades judías de todo el mundo. También escribió sobre la necesidad de establecer un banco o fondo judío mundial para comprar tierras en Israel. También sugirió la formación de una sociedad entre el eventual banco judío y el Imperio Otomano, como una empresa ferroviario o una compañía de transporte marítimo, con el propósito de inducir al Sultán a transformar Palestina como un país judío tributario, similar a la forma que operaban los principados del Danubio con respecto al Imperio Otomano.
Vale la pena aclarar que el rabino Alqalai no habló del regreso de los Yehudim a Israel solo como una solución para el eterno problema del antisemitismo, sino esencialmente como la forma de cumplir con la aspiración judía de una normalización política: los judíos viviendo en su patria original. El Rab Alqalai entendió que el pueblo de Israel no necesitaba esperar pasivamente al Mesías para concretizar esta aspiración. Por el contrario, el regreso del pueblo judío a la tierra de sus antepasados es la manera de facilitar (y adelantar) la llegada del Mesías. En su libro Goral laHaShem, publicado en Viena en 1857, el Rabino Alqalai formuló los fundamentos religiosos de su visión y los pasos prácticos a seguir para restablecer la nación judía en Israel. El libro fue publicado en tres ediciones diferentes y traducido a muchos idiomas, incluido el inglés.
El rabino Alqalai hizo Alyiá a Israel en 1874. Se estableció en Yafo y junto con otros judíos del imperio otomano y del norte de África fundó la comunidad Mikvé Israel en el antiguo Yeshub de la ciudad. Murió cuatro años después y fue enterrado en Har Hazetim (Jerusalem).